Marketing vs. desarrollo tecnológico en fotografía

Aunque este artículo podría ser extrapolable a muchos otros campos, me gustaría centrarlo en el tema fotográfico por ser algo en lo que llevo ya algún tiempo metido y, por tanto, creo que tengo suficiente perspectiva como para hablar de ello con cierta propiedad. Esto no quiere decir que vaya a tener razón, pero al menos creo que lo que voy a plantear está bien fundamentado y puede dar lugar a un interesante debate.

El imparable desarrollo de la electrónica de consumo

A nadie se le escapa que el desarrollo tecnológico como tal es imparable y sigue un ritmo trepidante responsable de que aquello que un día es novedad a los pocos meses parezca (insisto: parezca) obsoleto. Así ocurre con reproductores musicales, ordenadores, sistemas de GPS, televisores… y también con nuestras queridas cámaras fotográficas.

Nikon D40 + Nikkor 50mm 1.8D

Y aunque podáis pensar que voy a basar estas líneas en defender que una cámara con un par de años a sus espaldas si cae en manos de un usuario inspirado puede hacer unas fotos tan buenas como una recién salida de fábrica, puesto que esto es algo que ya ha salido a relucir alguna que otra vez por aquí hoy me gustaría ponerme a reflexionar en voz alta sobre el papel que juegan los departamentos de marketing en las empresas que fabrican material fotográfico.

Todo esto viene a cuento de algunos comentarios que han aparecido a lo largo del tiempo en el blog así como en algunos foros de fotografía que suelo leer apuntando a que en el futuro incluso las cámaras más baratas llevarán sensores Full Frame. Y aunque es algo que puede tener mucho sentido, por el modo en el que se mueven las empresas hoy en día la cosa no creo que sea tan simple. Vamos a ver el asunto al detalle desde dos puntos de vista:

1. Criterio tecnológico

Si atendemos exclusivamente a la evolución tecnológica de la electrónica de consumo está claro que los sensores Full Frame irán extendiéndose por las gamas de cámaras réflex digitales de arriba a abajo. La primera cámara de este tipo que tuvo Nikon en su catálogo fue la D3 aparecida ahora hace dos años, a la que siguió la D700 (en esencia una D3 embutida en un cuerpo más reducido) y posteriormente las dos revisiones de la primera denominadas D3x y D3s basadas en un incremento de la resolución y la velocidad de disparo respectivamente pero contando siempre con sensores de tamaño completo. Los rumores hablan de una próxima revisión de la D700 que contará con el sensor de la D3x o la D3s; pero sea como sea, seguirá siendo una cámara perteneciente a la gama profesional de la marca nipona.

Por lo tanto, atendiendo a este criterio la evolución lógica de los sensores Full Frame consistiría en ir extendiéndose por los próximos modelos equivalentes de las actuales D300 y D90 para posteriormente alojarse también en los cuerpos de las futuras cámaras de iniciación como ahora lo son las D5000 y D3000. Un poco como ocurrió con los adelantos tecnológicos en el mundo del automóvil como el ABS, el airbag o el ESP, que en un principio estaban disponibles sólo en los modelos estrella de cada marca y luego se fueron implementando hasta en los modelos más básicos.

Autoretrato

Por tanto, si en las empresas mandara el departamento de I+D éste sería el camino a seguir; pero lo habitual es que no sea el desarrollo de la tecnología lo que marque los designios de la empresa, sino los beneficios y el aprovechamiento del material que ya se tiene desarrollado; tareas dependientes principalmente del departamento de marketing.

2. Criterio de marketing

Como os decía antes, los departamentos de marketing suelen centrar su actividad en el tema de las ventas y la generación de beneficios, por lo que lo que su objetivo principal es rentabilizar al máximo los recursos de la empresa. Sacar lo máximo gastando lo mínimo; el ideal de cualquier compañía.

En el caso de las cámaras digitales tengo la teoría de que los departamentos de marketing (al menos el de Nikon, que es la marca de la que más puedo conocer) siempre van a hacer una distinción entre la gama profesional y el resto a través del tamaño de los sensores, dejando los FF para las cámaras tope de gama y el APS-C para las que están más orientadas al mercado de consumo.

¿En qué me baso para afirmar tal cosa? Pues en apenas un par de detalles: si os dais cuenta, en el último año Nikon ha presentado una serie de ópticas muy diferenciadas (sobre todo en cuanto a precio) en función del tipo de cámara al que van destinadas; algo que se ve a simple vista mirando las características principales de las mismas:

Review AF-S Nikkor 35mm f/1.8 DX

Objetivos diseñados exclusivamente para sensores DX:

· Nikkor 85 mm f/3.5 G ED AF-S VR Micro [DX, 355 gr, aprox 500 eur]

· Nikkor 18-200 mm f/3.5-5.6 ED-IF AF-S VR DX (II) [DX, 560 gr, aprox 700 eur]

· Nikkor 35 mm f/1.8 G AF-S DX [DX, 200 gr, aprox 200 eur]

Objetivos diseñados para sensores FX:

· Nikkor 24 mm f/1.4 G ED AF-S [FX, 620 gr, aprox 2000 eur]

· Nikkor 300 mm f/2.8 ED-IF AF-S VR (II) [FX, 2850 gr, aprox 5000 eur]

· Nikkor 70-200 mm f/2.8 G IF-ED AF-S VR (II) [FX, 1540 gr, aprox 2000 eur]

· Nikkor 16-35 mm f/4 G ED VR AF-S [FX, 685 gr, aprox 1100 eur]

Como veis, los objetivos diseñados para cámaras con sensor de tamaño completo son en general mucho más caros y con mejores prestaciones (además de considerablemente más voluminosos y pesados) que los diseñados para sensores DX, demostrando una vez más que existen dos mercados paralelos para la marca japonesa: uno para aficionados y otro para profesionales.

Nikon AF-S 55-200 VR

Conclusiones

¿Se gastaría un usuario de una cámara que le ha costado apenas seiscientos euros más del doble en un objetivo? ¿Necesita alguien para ir al parque a fotografiar a sus hijos un conjunto de cámara y óptica que pesa casi tres kilos y no hay forma humana de llevarlo colgado al cuello?

Por mucho que baje el precio de las cámaras, los sensores FF siempre necesitarán ópticas mucho más complejas que las diseñadas para APS-C, y de ahí que al formato de sensores «recortados» todavía le quede cuerda para rato. Además, si Nikon tuviera en mente ir dejado de lado los sensores DX, ¿para qué seguir presentando ópticas que sólo funcionan en cámaras de este tipo?

Mientras Nikon (o Canon o cualquier otra marca) mantenga los sensores de tamaño completo exclusivamente en su gama de cámaras profesionales, podrá seguir diseñando los objetivos específicos para ellas con unas prestaciones espectaculares y cobrándolos a precio de oro porque saben que los usuarios de esas cámaras son gente de alto poder adquisitivo (profesionales de la imagen en muchos casos) que no se lo piensan demasiado a la hora de dejarse más de mil euros en un objetivo si les da la calidad que buscan, que es precisamente lo que les hizo dar el salto a Full Frame.

Obviamente a Nikon le interesa que los usuarios se vayan pasando a Full Frame; pero el formato de sensor APS-C es fundamental para calar entre el gran público y hacer ver que la fotografía réflex es algo al alcance de todos los bolsillos. Puede que de cada diez nuevos usuarios dos se acaban pasando a FF con el tiempo, pero aunque los ocho que se han quedado en APS-C no se gasten tanto dinero en sus equipos, al menos ya están dentro de la órbita de Nikon, que es lo que a la empresa le interesa a largo plazo. Ya sabéis que en el mundo de las réflex, una vez que empiezas con una marca es casi seguro que estarás con ella el resto de tus días.

Familia Nikon en la actualidad

Puede que el tiempo me quite la razón y que al final el formato completo se estandarice en las réflex digitales; pero hasta que no lo vea con mis propios ojos siempre creeré firmemente en que hay un mercado muy amplio para las cámaras basadas en sensores APS-C. Más que nada por toda esa base de usuarios que estamos encantados con la tecnología réflex pero no queremos arruinarnos con ella.

Pluralidad de opiniones

Por supuesto, un artículo tan personal como éste se presta a multitud de opiniones y puntos de vista; así que si tenéis una teoría al respecto me encantaría que la compartiéramos para poder llegar a interesantes conclusiones. Algo me dice que los comentarios de esta entrada van a ser muy interesantes.

¡Un saludo y gracias por vuestro tiempo!

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Qué son y cómo funcionan los motores ultrasónicos de un objetivo

Viendo las imágenes de un hilo del foro de Nikonistas en el que el usuario _MAT_ había desmontado un objetivo Nikon AF-S y había fotografiado sus interioridades se me ocurrió redactar una breve entrada para comentaros algunas cosas sobre esos pequeños motores que mueven las lentes en el interior del objetivo para modificar el enfoque.

Como vais a ver en las fotografías, la electrónica que hay dentro de cualquier objetivo moderno es bastante compleja y cuesta hacerse una idea de cómo ha sido posible integrar todo eso en el poco espacio que dejan los elementos ópticos del objetivo, pero el caso es que ahí está y lo mejor de todo es que es algo que funciona con rapidez y precisión.

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Fotografía del forero _MAT_, integrante de nikonistas.com

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Fotografía del forero _MAT_, integrante de nikonistas.com

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Fotografía del forero _MAT_, integrante de nikonistas.com

Poned vuestro teléfono móvil sobre la mesa y llamaos. ¿Veis cómo se desplaza al tiempo que vibra? Pues algo así es lo que ocurre dentro de un objetivo dotado con tecnología de motores ultrasónicos.

Los elementos que mueven las lentes del sistema de enfoque en los objetivos Nikon de tipo AF-S (al igual que en los USM de Canon) no son el típico motor eléctrico con un vástago que gira y un sistema de engranajes acoplado como podríamos imaginar. Estos motores son en realidad unos anillos exteriores en los que uno de ellos, debido a ciertas propiedades mecánicas, rota sobre el otro que está en una posición fija vibrando a una determinada frecuencia mediante la aplicación de una corriente eléctrica. Concretamente son esas dos piezas metálicas ranuradas que rodean al objetivo por su parte más externa y que se aprecian bastante bien en la tercera de las fotografías anteriores.

usm_il001

Según el sentido de la vibración del estátor, el rótor irá en uno u otro sentido; algo que comprenderéis perfectamente gracias a la siguiente animación en la que el rótor está representado en color azul y el estátor en rojo:

usm-sim

Este tipo de motores son infinitamente más precisos que los habituales de engranajes, pues vibrando a frecuencias muy elevadas (por encima de 50 KHz) los desplazamientos generados pueden llegar a ser del orden de nanómetros, por lo que la precisión en el enfoque está garantizada empleando esta tecnología que se empezó a implementar en los años 80 y que a día de hoy sigue siendo de lo más puntera.

Antes de investigar en este campo pensaba que los motores que movían el sistema de enfoque de un objetivo eran como los habituales que os decía antes pero de un tamaño minúsculo. Sin embargo, gracias a las fotografías publicadas por el forero _MAT_ y la información que he encontrado por diversas páginas de Internet, he comprendido que los motores ultrasónicos poco o nada tienen que ver con los anteriores y que representan un avance impresionante en consumo y prestaciones. Por eso me gusta tanto la electrónica de consumo: porque siempre intenta hacernos la vida más fácil y pone en nuestras manos cosas que hace años parecían de ciencia-ficción.

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La efectividad de los sistemas estabilizadores de imagen

Esta entrada no va a ser muy extensa, pues todo lo que quiero comentar está en el vídeo que os ofrezco a continuación y que grabé ayer mismo para resolver una consulta de un lector referente a estabilizadores ópticos en cámaras de vídeo. Lo que quiero demostrar es que los sistemas de estabilización óptica funcionan; y funcionan mejor cuanta más distancia focal estemos empleando para grabar las imágenes.

Sirva como claro ejemplo el siguiente vídeo (tranquilos, apenas son dos minutos :mrgreen: ) en el que hago un zoom completo (35x) con mi videocámara JVC GR-D820; primero con el estabilizador desactivado y a continuación haciendo uso de él.

Como comento en el vídeo, el principio del estabilizador óptico es el mismo para videocámaras que para cámaras fotográficas, por lo que viendo las imágenes os podréis hacer una idea bastante precisa de lo útil que es este sistema cuando se integra en un teleobjetivo (los Nikon estabilizados llevan las siglas VR, los Canon se denominan IS…) para evitar imágenes trepidadas cuando se dispara a bajas velocidades. De hecho, hasta se me había pasado por la cabeza hace unos días cambiar mi 55-200 por la versión VR; pero al final los 200€ que cuesta se me fueron en un par de amortiguadores para el coche y me temo que la cosa tendrá que esperar.

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Cuándo y cómo limpiar el sensor de una cámara réflex

Hace unos días, tras hacer unas fotos en las que un inmaculado cielo azul era el protagonista de la parte superior de la imagen, me encontré con la desagradable sorpresa de que aparecían una mancha circular en la esquina superior izquierda. Esa mancha se encontraba exactamente en el mismo lugar en todas las fotografías, de modo que me tocaba enfrentarme por primera vez a algo que todo usuario de cámaras réflex se ha encontrado alguna vez en su vida: polvo en el sensor.

Para confirmar mis sospechas empleé el método habitual de comprobar estas cosas: hacer una foto al cielo enfocando al infinito y con el diafragma lo más cerrado posible. Haciendo eso y examinando con atención la imagen resultante en el ordenador me encontré con que tenía una mota de polvo bastante apreciable en la esquina superior izquierda y otras más pequeñas en el lado izquierdo y en la parte superior de la fotografía. Podéis verlas en la siguiente imagen:

Polvo en el sensor

De todos modos, puesto que la imagen es grande y puede que no apreciéis bien los detalles, os pongo a continuación un recorte de la esquina donde está la mancha más grande.

detalle

Me gustaría aprovechar para comentaros que todas las cámaras réflex van acumulando algo de polvo en su interior con el paso del tiempo: ya sea por el cambio de objetivos, porque su sellado no es perfecto o porque los objetivos zoom tienden a hacer un «efecto fuelle» al cambiar la distancia focal. Es evidente que no es lo mismo ponerse a cambiar de objetivo en un salón del hotel Palace que en medio de una tormenta de arena del desierto, pero por mucho cuidado que pongamos más tarde o más temprano nos tocará limpiar el sensor si no queremos que nuestras fotografías se vayan llenando de zonas oscuras.

Pues bien, una vez identificado el problema vamos a tratar de solucionarlo sin dejarnos una pasta en llevar la cámara al servicio técnico. En el mercado nos podemos encontrar varios sistemas de limpieza, pero hay que reconocer que hasta hoy ninguno ha podido superar a la clásica pera de aire que podemos comprar en cualquier farmacia. Este método es sencillo y rápido, pero sólo nos va a servir para eliminar partículas de polvo que se depositen sobre el sensor. Es importante limpiar el sensor en cuanto detectemos los primeros síntomas de suciedad, porque ese polvo se puede convertir en una especie de «barro» si ante un cambio brusco de temperatura se condensa humedad en el sensor. En ese caso la pera de aire no nos servirá de nada y habrá que emplear otros métodos más complejos (y caros) o bien llevar la cámara al servicio técnico con el consecuente rascado de bolsillo.

Pera de aire

Seguro que ahora mismo estáis pensando en los sprays de aire comprimido que venden en las tiendas de informática para limpiar teclados y demás; pero yo no os los aconsejo debido a que bajo determinadas circunstancias pueden expeler algo de humedad y «regar» nuestro sensor con el consecuente susto y empeoramiento del problema. Y os lo comento porque a mi cuñado le ocurrió hace unos meses y desde entonces no cambia la pera de aire por nada.

Podría explicaros el método paso por paso con fotografías y demás; pero puesto que ya hay en Youtube un vídeo que lo describe a la perfección lo que voy a hacer es ponéroslo directamente y a continuación os comentaré un par de cosas importantes que no hay que olvidar a la hora de realizar el proceso.

VIDEO: Proper Sensor Cleaning Detailed Tutorial

Recordad cuatro cosas muy importantes:

– Batería completamente cargada antes de comenzar (si se nos cierra el obturador en medio del proceso la podemos liar parda).

– No usar el modo de disparo Bulb para realizar la limpieza; en el menú hay una opción dedicada.

– La cámara ha de estar boca abajo para que el polvo caiga al exterior al desprenderse.

– Apretar la pera con fuerza pero sin que la punta de la pera llegue a tocar la superficie del sensor.

Una vez realizado el proceso realizamos de nuevo la fotografía de prueba (apuntamos al cielo, enfoque a infinito y el diafragma cerrado todo lo posible) y si el resultado es perfecto se acabó la limpieza. Si todavía quedan algunos puntos repetimos todo hasta que la imagen quede completamente limpia tal y como podéis ver a continuación:.

Tras la limpieza del sensor

Lo de la limpieza del sensor es una operación temida por mucha gente y de ello se aprovechan los servicios técnicos (que cobran unos precios abusivos y nos dejan sin cámara durante muchos días) siendo en realidad una labor que podemos realizar en casa por muy poco dinero (la pera de aire me costó menos de cuatro euros). No digo que en ciertos casos no sea necesario el uso del servicio técnico (líquidos en el sensor, polvo pegado…) pero en la mayoría de las ocasiones la limpieza la podemos realizar nosotros mismos en menos de un cuarto de hora. Mi consejo, aplicable a todos los ámbitos de la vida, es que seáis cuidadosos pero no tengáis miedo.

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17ª actualización de la review del Eee701

Rápida actualización de la review del Asus EeePC 701 (¡madre mía, ya van 17!) para comentar que el modo suspendido el pequeño ordenador consume más batería de lo deseable de modo que en apenas 30 horas nos podemos encontrar con que el portátil se apague por si mismo debido a la falta de energía. Tenéis toda la información en la propia review.

¡Feliz segundo 1234567890!

¿Habéis utilizado hoy sobre las doce y media de la noche el buscador de internet por excelencia y os ha sorprendido esa extraña anotación verde bajo su logo?

unix1234567890

La explicación es sencilla; y es que en los sistemas informáticos UNIX el tiempo comenzó a contar el día 1 de Enero de 1970; por lo que hoy, 14 de Febrero de 2009, a las 00:31:30 (hora peninsular) se cumple el segundo 1234567890.

¡Una celebración bastante geek y con mucha más gracia que el edulcorado día de San Valentin!

Tecnología vista muy de cerca

Hasta la aparentemente fría tecnología parece albergar dentro de ella un pequeño mundo lleno de geometría, belleza y equilibrio. Puede que una placa de circuito impreso aparente ser algo soso e impersonal, pero si nos acercamos y miramos con ojos curiosos podremos descubrir un bosque de condensadores y prados en los que crece el silicio.

Familia de condensadores

Teclado de un Motorola V3

Wii en perspectiva

Mi ordenador se empieza a arrastrar

Tengo desde hace algo más de cuatro años un ordenador portátil que no ha hecho más que darme alegrías porque jamás he tenido ni un sólo problema con él y lo considero una de las cosas más útiles que me he comprado. En concreto se trata de un Toshiba Satellite A-50 que originalmente consistía en un microprocesador Intel Centrino a 1.4 GHz, pantalla de 15″ (1024 x 768), 512 MB de RAM y un disco duro de 40 GB que con el tiempo amplié duplicando la memoria RAM, triplicando el tamaño del disco duro, añadiendo un monitor externo de 17″ (1280 x 1024) para trabajar con escritorio ampliado y también un disco duro USB de 250 GB para ir almacenando vídeos y fotos.

Mi zona informática

Lo que ocurre es que ahora que estoy manejando grandes volúmenes de información con las imágenes en RAW de la D40 (unos 5 MB por foto) y los vídeos que suelo grabar con mi cámara (1 GB cada 5 minutos), me doy cuenta de que el pobre ordenador se arrastra cada vez más (es terrible tratar de deslizar con precisión los controles de saturación, contraste y demás ajustes en Adobe Lightroom 2) y que para comprimir un vídeo de 10 minutos se tira un montón de tiempo procesando a tope y dejando al usuario (es decir; yo) sin poder hacer prácticamente nada hasta que termine la titánica tarea.

Es por esto que me estoy planteando hacerme con una CPU de sobremesa para sustituir a mi portátil. No me saldría muy caro porque sólo tendría que darle prioridad a la memoria RAM (4 GB) y al disco duro (mínimo 750 GB) por encima de tarjetas de vídeo y sonido (de hecho si encontrara una placa base que las integrara me vendría de maravilla). También me haría con un buen monitor panorámico de al menos 22″, pues para los temas de fotografía y para tener un montón de ventanas abiertas vienen muy bien. Con eso tendría equipo para rato, pues mi habitual portátil sigue siendo un equipo muy capaz para todo lo que hago menos esas dos tareas que os decía antes; pero el problema es que a esas labores dedico mucho tiempo y desespera un poco cuando todo va a velocidad de tortuga.

En fin, ya os contaré, pero cuando le doy tantas vueltas a una idea sé que al final la acabo llevando a la práctica; por lo que puede que un día de estos escriba un post desde un nuevo ordenador anunciando la noticia.

¡Pasad un buen Domingo!  😉

«Tilt-shift»: ¿maqueta o realidad?

Aprovechando que el día de Navidad siempre se hace un poco largo y es para tomárselo con mucha calma, hoy os voy a hablar sobre un tema que me tiene muy enganchado últimamente y del que es posible que hayáis visto algo por internet, puesto que actualmente es una verdadera fiebre como demuestran los grupos de Flickr basados en esta tendencia y la cantidad de imágenes de este tipo que están proliferando por todos los rincones de la red.

A2 (III)

NOTA: como es habitual en todas mis fotografías, podéis pinchar sobre cualquiera de ellas para acceder a la versión a tamaño grande de la misma. Para ello debéis pulsar, una vez abierta la página de Flickr correspondiente, en el icono de la lupa que aparecerá sobre la esquina superior izquierda de la fotografía.

Todo comenzó para mí cuando no hace demasiado tiempo leí en Microsiervos (blog más que recomendable) un artículo sobre cierto tipo de fotografía que hace que las cosas parezcan modelos a escala. El nombre de dicha técnica es conocido como tilt-shift, y para su empleo hacen falta unos objetivos especiales que cuestan una millonada y que se basan en la descolocación de los planos de visión y enfoque. Lo normal en una cámara del tipo que sea (y en nuestra propia percepción de las cosas) es que el plano de visión y el plano de enfoque sean paralelos, pero si modificamos el ángulo de uno sobre el otro los efectos visuales que se pueden conseguir son realmente sorprendentes gracias al llamado principio de Scheimpflug.

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El uso original de este tipo de objetivos es el de preservar las formas rectas de los edificios en estudios de arquitectura, pero echándole un poco de imaginación pueden salir fotografías muy curiosas. Ya sabéis que cuando hacemos una fotografía de un edificio desde abajo tiende a adoptar una forma trapezoidal porque las aristas de sus lados aparentan converger en un punto imaginario por encima de la altura máxima del edificio; pero empleando un objetivo como el que os comentaba antes, podemos «anular» ese efecto y conseguir que las aristas se vean paralelas entre si. Si queréis información más concisa de este tipo de objetivos y lo que se puede conseguir mediante su empleo os recomiendo que le echéis un vistazo a este enlace, pues posee una extensa explicación técnica (en inglés, eso sí) que considero una buena referencia para entender cómo funcionan estas complejas lentes.

Tal vez la variante más artística de estos objetivos es el poder conseguir que las imágenes del «mundo real» parezcan maquetas basándose en el principio de la profundidad de campo y la capacidad de engañar al ojo humano haciéndole creer que está viendo algo a una escala que en realidad no es tal. Los seres humanos estamos acostumbrados a que al fijarnos en algo con detalle desenfocamos el resto de los planos: en el caso de grandes distancias (paisajes) el desenfoque será pequeño, pero si estamos mirando una parte de una maqueta detenidamente todo lo demás se desenfocará considerablemente. Precisamente gracias a la capacidad de variar el ángulo entre los planos de visión y enfoque que poseen estos objetivos vamos a poder engañar al cerebro haciéndole creer que estamos viendo algo muy pequeño cuando en realidad mide centenares de metros tal y como se puede apreciar en la siguiente imagen de WVS.

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Como os decía, estos objetivos tienen un coste muy alto y evidentemente sólo están disponibles para cámaras reflex, por lo que se alejan de los bolsillos de la mayoría de nosotros. Sin embargo, hay una alternativa para conseguir este tipo de imágenes mucho más barata y al alcance de cualquier persona que tenga una cámara digital y un programa de retoque fotográfico como GIMP o Photoshop: lo que se suele llamar fake tilt-shift (falso tilt-shift).

He descubierto la técnica del falso tilt-shift hace cosa de una semana y ya he creado más de sesenta imágenes que podéis ver en un álbum que he dedicado el tema en mi flickr; y os aseguro que con el tiempo ese número seguirá creciendo porque creo que es algo original, vistoso y espectacular. Si ahora mismo tuviera que elegir una de ellas para mostraros a modo de ejemplo sería una que hice hace un par de días a partir de un paisaje de la laguna de Peñalara que saqué el pasado verano en una excursión.

Peñalara

¿Veis? El césped que permanece enfocado da la sensación de ser el típico musgo que se emplea en los belenes y la valla de la derecha parece estar hecha a base de palillos. Y que conste que la imagen original era casi totalmente nítida porque al hacerla con el obturador bastante cerrado prácticamente todo se mantiene «en foco», pero con el tratamiento adecuado se puede conseguir el sorprendente efecto que se puede apreciar en la imagen haciendo pensar al espectador que está mirando una maqueta muy detallada a escasos centímetros de distancia.

La verdad es que para mí ha sido una gran cosa aprender a tratar las imágenes de esta forma, pues cuando vi las primeras por internet me quedé absolutamente fascinado; y el hecho de que ahora sean mis propias fotografías las que sirven de base para este tipo de creaciones me hace ver las cosas con otra perspectiva. De hecho, desde hace un par de días, no hago más que darle vueltas a la cabeza para ver desde qué lugar puedo disparar la cámara para luego poder hacer otra de estas «maquetas», ya que hasta el momento lo que he hecho ha sido recorrer mi archivo fotográfico en busca de imágenes que se adecuaran a mis propósitos.

Por cierto; es probable que alguno de vosotros esté acordándose en estos momentos de una entrada que publiqué en los primeros días de vida de este blog en la que me mostraba contrario al retoque fotográfico. Pues bien, pese a todo esto que os estoy contando, sigo manteniendo exactamente lo mismo que dije en aquellos párrafos punto por punto, y es que como idea central de aquel texto comentaba que entendía el retoque como un modo de hacer cosas que la realidad no permite; estando mi crítica dirigida al retoque de aquello que se podría haber conseguido simplemente encuadrando mejor la imagen o utilizando las características de la cámara que tenemos entre las manos en el momento de disparar. Es decir, que entiendo el retoque fotográfico como un modo de crear cosas que de otro modo no sería posible, pero nunca como un medio que supla las carencias de la persona que está manejando la cámara. De hecho, copio y pego el siguiente párrafo directamente de esa entrada que resume a la perfección lo que quería decir en ella:

«Creo que esa es la función del retoque fotográfico: dar a los artistas unas herramientas que potencien su creatividad mediante efectos y filtros digitales que se llevan aplicando “a mano” desde que el ser humano inventó el arte»

Pues bien, dicho todo esto y una vez puestos en antecedentes, os pongo a continuación algunas imágenes más que he obtenido con esta técnica, pues como os decía antes, en apenas unos días ya tengo una buena colección de ellas y poco a poco irán aumentando. Espero que os sorprendan, que os gusten y que las disfrutéis tanto como yo realizándolas.

La via del tren

Peñalara (III)

Desde el castillo de Oropesa

Madrid noche (I)

El banco solitario

Derribando el antiguo mercado de Alcalá

Chalets (II)

Torrejón

Barcas en Galicia (I)

Rompeolas

Plaza Chinchon

Patinetes

Playa de Galicia

Patio de la universidad de Alcalá

Madrid noche (III)

Chalets Oropesa

La barca solitaria

Piedras en Morro de Gos

Ávila

¿Os han gustado? Pues si es así os alegrará saber que en breve publicaré en el blog un mini-cursillo para que vosotros mismos podáis realizar vuestras propias imágenes con la técnica del fake tilt-shift 😉

EDITO: ¡Tutorial publicado! https://luipermom.wordpress.com/2008/12/29/tutorial-tilt-shift-con-photoshop/

¿Reflex o no reflex? Esa es la cuestión

Habitualmente escribo en este blog sobre asuntos que tengo más o menos claros; pero hoy voy a hacer una excepción debido a que hay un tema al que estoy dando vueltas desde hace unas semanas y resulta que cuantas más vueltas le doy y más me informo, más me «embarullo» y más opciones se me pasan por la cabeza.

Si estáis leyendo esto ya sabréis que soy muy aficionado a la fotografía. A los 9 años me regalaron mi primera cámara y desde entonces no he dejado de captar en forma de imágenes todo lo que me rodea. Comencé con un par de cámaras de carrete, luego me pasé al mundillo digital con alguna que otra cámara compacta y hace aproximadamente un año me hice con una cámara de tipo bridge (estilo reflex y con zoom potente, pero sin posibilidad de intercambiar objetivos) con la que estoy muy contento.

Ahora me planteo el paso a una cámara reflex digital, pero ahí ya empiezan las disyuntivas: ¿Canon? ¿Nikon? ¿Pentax? ¿Olympus? ¿Sony?… y aunque creo que al final optaré por una de las dos primeras más que nada por compatibilidad y disponibilidad de información, vuelven a aparecer dudas a la hora de elegir modelo: Por un lado no me quiero dejar el sueldo de tres meses en una cámara tope de gama porque no me dedico profesionalmente a la fotografía; pero al mismo tiempo no hago más que leer que los modelos más básicos tienen ciertas carencias técnicas que escalando un poco en la gama del fabricante quedan solventadas.

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Una cámara reflex (Nikon D3) cortada por la mitad

Mi intención originalmente era elegir una reflex digital más o menos sencilla que me permita hacer fotografías que tengan muy buen aspecto incluso en condiciones de poca luz o enfoques complicados. Al mismo tiempo quería que la cámara no fuera muy voluminosa, pues si la tengo que llevar de aquí para allá no es plan de cargar con un monstruo tipo Nikon D3 o similar. En ese sentido tanto la Canon 1000D como las Nikon D60 / D40 se adaptan perfectamente a lo que busco, pues no son demasiado caras (entre 300 y 500 euros según el modelo) y vienen con ópticas más o menos decentes para lo que es una cámara de gama baja.

Lo que ocurre es que no quiero que dentro de seis meses le haya cogido ya el truco al tema de fotografiar con la reflex y empiece a echar de menos ciertas cosas que no están presentes en estos modelos más o menos sencillos. En las Nikon de gama baja por ejemplo no hay previsualización de la profundidad de campo y sólo disponen de tres zonas de enfoque, pero no tengo claro si esos elementos para mí van a representar una barrera en el futuro o no.

Entonces, a modo de resumen… ¿por qué pasarme a una cámara reflex? Muy simple: por la calidad de imagen; y es que ni la mejor de las bridge o compactas da una calidad de imagen comparable a la de la más simple de las reflex digitales. La explicación es simple, y a grandes rasgos consiste en que en las cámaras digitales el tamaño del sensor es el responsable, entre otras cosas, del ruido en la imagen y la profundidad de campo (la capacidad de desenfocar el fondo de una imagen a voluntad). Los tamaños de sensor en toda cámara bridge o compacta es minúsculo en comparación con una reflex digital, y por lo tanto la densidad de fotocaptores (los elementos encargados de captar la luz que entra por el objetivo) en la superficie de los mismos es brutal. Esto es algo que os voy a ejemplificar con tres cámaras concretas, sus datos de Megapixels por centímetro cuadrado y un diagrama que muestra sus tamaños relativos:

Konica Minolta Dimage Z2: 16 MP/cm2

Sony Cyber-shot DSC P200: 19 MP / cm2

Nikon D40: 1,6 MP / cm2

sensores

Tabla comparativa de tamaños de sensor

Como veis, el sensor de la Nikon es diez veces más grande que el de la Sony DSC P200 y aun más que el de la Konica Minolta Dimage Z2, por lo que la profundidad de campo que se obtiene con ella es mucho mayor además de que al estar los píxels mucho más separados en la superficie del sensor, el nivel de ruido en las imágenes es mucho menor.

Hay un aspecto de las Nikon D40 / D40x / D60 muy criticado, pero que a quienes empezamos en el mundillo de las reflex nos da un poco igual: estas cámaras necesitan objetivos que incorporen motor de enfoque, pues la cámara no cuenta con él en el propio cuerpo; cosa que los modelos antiguos sí.

Debido a esto, muchos objetivos anteriores a 2005 (los que no sean AF-S o AF-I) no van a poder enfocar automáticamente, obligándonos a hacerlo «a mano» con el engorro que ello supone en según qué situaciones. Yo entiendo que puede ser una pega para aquellos que poseen objetivos desde hace tiempo para cámaras Nikon antiguas (todo objetivo Nikon construido desde 1960 encaja en sus cámaras reflex por política de la empresa) pero para quienes no tenemos ninguno todavía nos da un poco igual a no ser que queramos optar por el mercado de segunda mano a la hora de hacernos con alguna óptica, pues los nuevos objetivos comercializados por Nikon ya están preparados para este tipo de cámaras.

De todos modos, yo lo tengo muy claro en ese aspecto: si al final me hago con una Nikon que traiga un objetivo 18 – 55, seguramente me haré más adelante con un teleobjetivo que enfoque automáticamente aunque me salga un poco caro; pero si luego ya me quiero hacer con un ojo de pez o alguna cosa parecida para «fotos raras» no me importará lo más mínimo tener que enfocar en manual, pues será para fotografías tomadas muy de vez en cuando y en condiciones especiales.

nikon18-55mm1

Éste es el objetivo que viene de serie con las Nikon D40

Bueno, no os quiero aburrir más con todo esto, pues más que nada he escrito esto porque quería expresar en voz alta todas las dudas que tengo ahora mismo sobre el tema. De todos modos, si tenéis alguna opinión / sugerencia al respecto ya sabéis que siempre será bien recibida por mi parte.

Por cierto, aunque sólo sea por haber aguantado estoicamente todo este rollo que os he soltado os prometo que mañana voy a sacar una entrada curiosa acompañada de unas fotos bastante chulas que he hecho hace un par de días  😉

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Mis canciones favoritas a día de hoy

Allá por el mes de Agosto hice una breve referencia en este blog a las listas inteligentes de iTunes, pues desde que las descubrí las considero un modo bastante interesante de clasificar la música en función de los gustos de cada uno y de seleccionar lo más destacado de entre un montón de canciones de diversos artistas y géneros.

En mi caso tengo hechas una serie de listas que podéis ver en la parte izquierda de las siguientes dos imágenes (pulsando sobre ellas las veréis a su tamaño real) pero me voy a centrar en la lista que he llamado «Super selección» porque es la más representativa de la capacidad de adaptación y personalización de iTunes al usuario.

iPod earbuds

Esta lista que os digo no es más que una selección actualizable en tiempo real que contiene las 50 canciones puntuadas con cinco estrellas que más escucho. Todo el «misterio» reside en crear una lista, definirla mediante las condiciones «puntuación es *****» y «limitar a 50 elementos ordenados por número de escuchas» y marcar la casilla de «actualización en tiempo real».

En el momento que una canción pierde una estrella ya no entra en la selección, por lo que transcurridas muchas escuchas aleatorias de la librería de canciones y habiendo puntuado las canciones de una manera acorde al gusto particular del usuario, vamos a obtener una lista que será nuestro propio «greatests hits».

Actualmente esta es mi lista de éxitos particular; encabezada con mucha ventaja por Nacho Vegas y su composición «El hombre que casi conoció a Michi Panero», pues durante el verano no paré de escucharla.

Selección por número de escuchas

Selección por número de escuchas (haced click para mayor resolución)

Y si la ordenamos por el artista, vemos que Nacho Vegas gana por goleada (ya sabéis que estoy enganchadísimo a su música 😉 ).

Selección ordenada por artista

Selección ordenada por artista (haced click para mayor resolución)

Como os decía, lo más práctico de este sistema es que cada uno puede crear su propia lista de éxitos y que ésta se adaptará a los gustos musicales del oyente. Eso sí, al igual que rezaba hace años la publicidad de los Levi’s 501: «cuanto más lo usas mejor te sienta»; y es que cuanto más tiempo llevemos usando iTunes más se aproximarán sus listas a nuestros gustos particulares.

Buzón de alta tecnología

A veces uno se da una vuelta por lugares ya conocidos y se da cuenta de que hay muchos detalles que se le habían escapado en las anteriores ocasiones. Un ejemplo de ello es el buzón de «alta tecnología» que hay en una casa situada a escasos metros de la plaza de los Santos Niños de Alcalá de Henares; es decir, en pleno centro histórico de la ciudad.

Mail

Tiene gracia que el propietario de la casa se haya gastado los cuartos en un telefonillo de lo más moderno y no haya aprovechado para instalar un sencillo buzon; pero bueno, supongo que esta solución «casera» también tiene su encanto  😉

Cómo puntúo mi música en iTunes

Al hilo de la entrada sobre el disco Cronolánea de Lori Meyers se me ha ocurrido comentar el criterio que sigo a la hora de puntuar las canciones en iTunes, pues es una característica muy útil como comprobareis con un par de ejemplos al final de esta entrada. Cada persona tendrá su propio método, pero hoy me apetecía comentaros el mío. Espero que no os importe… 😉

Cuatro estrellas

*****: canción que siempre apetece escuchar al completo sea cual sea tu estado de ánimo. Siempre trato de ser muy restrictivo a la hora de conceder cinco estrellas a una composición y en cuanto vea que al escucharla no me «emociona» lo suficiente o que la salto un par de veces le resto una estrella.

****: composiciones que son realmente buenas pero cuya escucha depende un poco del estado anímico del oyente (o sea, yo 😛 ). Algunas de las calificadas con cuatro estrellas acaban pasando a la máxima categoría porque van ganando con las escuchas, aunque otras me acaban cansando y bajan de categoría.

***: canciones que en general se escuchan con gusto y no son para nada malas. Sin embargo suelen ser composiciones que si tengo la música puesta y estoy haciendo otra cosa a la vez me suelen pasar desapercibidas.

**: aquí comienza la frontera de las canciones que empiezan a disgustarme. Las calificadas con dos estrellas suelen ser aquellas que paso a menudo y que en general escucho si estoy reproduciendo un disco completo de principio a fin.

*: no soporto esa canción. La práctica totalidad de las veces paso la pista en cuanto empieza a sonar incluso escuchando un álbum al completo. Tengo muy pocas canciones puntuadas con una estrella en mi biblioteca, pero alguna hay por ahí.

Esta calificación es útil para dos tipos de listas de reproducción que empleo muy a menudo: por un lado está la de “Mis preferidas”, que son canciones calificadas con cuatro o cinco estrellas reproducidas al azar. Suele ser la que me pongo cuando no tengo ganas de escuchar un disco al completo y en general disfruto un montón de ese rato musical porque esas son las canciones que más me gustan de toda mi biblioteca de iTunes.

Por otra parte está lo que he llamado “Superselección”, que son las 50 canciones puntuadas con cinco estrellas que más reproducciones tengan de toda mi biblioteca. Esta es una lista que suelo emplear cuando tengo el día muy cenizo o me toca pegarme un palizón para ir a comprar algo o en general hacer cosas con las que no disfruto especialmente. Al depender de las escuchas, la lista cambia constantemente y además las reproduzco con el modo shuffle activado para que el iPod me vaya sorprendiendo a cada pista. De verdad que cuando tengo un mal día esta lista lo mejora radicalmente.

Estadísticas del mes de Julio [:-O

Alucinado me he quedado al ver el número de visitas de Julio. Si a principios de mes os decía que me había sorprendido que el número de visitas fuera incrementándose mes a mes, más a cuadros me quedo después de ver la gráfica que incluye a los últimos 31 días.

Ha sido el mayor incremento de visitas por meses en lo que lleva de vida este blog, y eso me indica que las cosas van en la dirección correcta. Muchas gracias por los ratos que invertís en este rincón de internet; yo prometo seguir tratando de hacéroslos amenos y didácticos.

¡Un abrazo!  🙂

Lo que nos depararán los próximos iPod

Hace ya un tiempo os dije que me pensaba comprar un iPod de gran capacidad cuando aparecieran los nuevos modelos. Y si bien sigo pensando lo mismo, la verdad es que este año me da que va a ser una especie de transición entre los discos duros (condenados a la extinción) y las memorias flash que acabarán dominando el mundo.

De momento el único rumor que he escuchado es que se va a duplicar la capacidad de memoria de los iPod nano; cosa que no es muy complicada de predecir, pues es lo que se ha venido haciendo en cada generación del reproductor. De ser así, esto dejaría a los nano con unas capacidades de 8 y 16 GB.

Por otra parte ahora mismo tenemos el iPod touch con capacidades de 8, 16 y 32 GB, por lo que una hipotética duplicación de memoria dejaría al modelo superior casi a la par con el iPod classic de 80 GB.

Y bueno, respecto al classic o se incrementan mucho sus capacidades o puede ser que estemos ante los últimos reproductores con disco duro de la empresa de la manzana. Ahora mismo están disponibles en 80 y 160 GB, así que sólo se me ocurren dos opciones: o se duplican también las capacidades de sus discos duros o esta va a ser su última generación, pues las memorias flash comenzarían a acercarse mucho en temas de almacenamiento.

Es cierto que el iPod classic es el que mejor relación espacio / precio tiene de toda la gama de Apple, pero las ventajas de las memorias flash (inmediatez de acceso, poco peso, bajo consumo, inmunidad ante sacudidas…) son evidentes y por eso creo desde hace ya tiempo que el futuro del almacenamiento en la electrónica de consumo son las memorias de estado sólido. Sin ir más lejos me he encontrado hace poco en casa una revista de informática que anunciaba el lanzamiento de una tarjeta SD de 16 MB “para su uso en aplicaciones que requieran gran almacenamiento de datos como cámaras digitales o teléfonos móviles”… Sí, son dieciséis megas; y la revista tiene unos ocho años, por lo que en este tiempo la capacidad de almacenamiento de las tarjetas SD se ha multiplicado por mil. ¿Os imagináis lo que podremos guardar en una memoria del tamaño de un sello en el año 2016?

Volviendo al tema inicial, creo que la presentación de los modelos de iPod de este año (supongo que allá por Septiembre) puede ser interesante por esta transición entre discos duros y memorias. Yo llevo ya unas semanas muy pendiente de rumores y filtraciones mediante la web de Mac Roumors, pero de momento poca cosa se sabe (por no decir nada) y el suspense continuará hasta que Steve Jobs salga al escenario para desvelar sus nuevas creaciones.