Alcalainos cableados

Es increíble observar como a día de hoy en una ciudad de doscientos mil habitantes existen chapuzas como el gigantesco poste de la luz situado en plena calle Luis Vives (a escasos metros del ambulatorio del mismo nombre) del que salen decenas de cables que van a parar a unos bloques de viviendas que hay en la acera de enfrente.

La gran chapuza alcalaina (I)

Sin duda un resquicio del pasado, de épocas en las que el tendido eléctrico se distribuía de esta manera; pero al detenerme a sus pies y mirar hacia el cielo me pregunto… ¿no se podría haber enterrado hace ya tiempo este feo cableado en una ciudad que presume de tener un casco histórico patrimonio de la humanidad? Casco histórico que, por cierto, comienza a apenas 10 minutos caminando hacia el Norte de este lugar.

La gran chapuza alcalaina (II)

Improvisación al poder

Ayer por la noche mi hermano y yo bajamos después de cenar a dar una vuelta. Ambos estábamos en casa un poco empanados viendo la tele y pensamos que sería más provechoso (y saludable) estirar un poco las piernas.

No sé por qué lo hice, pero ahora me alegro de haber cogido la cámara y montar el Nikkor AF 50mm f/1.8 D en ella. “Así al menos le daré uso” -pensé-. Y no me equivocaba, porque bajando por las escaleras se me ocurrió una fotografía bastante original:

En ese momento mi hermano estaba consultando el mail en su iPhone mientras atravesábamos una zona en penumbra, así que le dije que nos podíamos acercar al jardín a ver si era capaz de captar con la cámara el brillo de la pantalla en su cara. Dicho y hecho: se sentó apoyado en una palmera para no moverse absolutamente nada, usé la bolsa de la cámara a modo de trípode (me lo he olvidado en Alcalá y ya lo he echado de menos un par de veces 😦 ) e hice una prueba que no quedó mal del todo y que me hizo ver que la fotografía era posible.

Viendo que las expectativas eran buenas, ajusté el ISO a 400, elegí un tiempo de exposición de un segundo, abrí al máximo el diafragma y disparé con ayuda del control remoto para que la cámara no vibrara lo más mínimo. El resultado nos convenció a ambos, así que me gustaría compartirlo con vosotros sobre todo porque para ser una foto completamente improvisada la iluminación (consistente en una farola que había por allí) le ha dado un aire bastante original.

Mi hermano consultando el e-mail bajo una palmera

Usando valores ISO altos sin miedo al ruido

Normalmente tendemos a disparar nuestras fotografías con la sensibilidad ISO más baja posible para obtener la máxima calidad de imagen. En el caso de mi Nikon D40 tengo disponibles los valores 200, 400, 800, 1600 y 3200; y aunque siempre que puedo intento disparar a ISO 200 porque preserva mejor la pureza de los colores, no es menos cierto que con un poco de cuidado a la hora de calcular la exposición no hay excesivo problema en emplear ISO 800 o incluso 1600 (cosa que viene muy bien en entornos con poca luz o en los que las cosas se mueven con rapidez).

Lo que hoy me gustaría explicaros con un par de ejemplos es el modo de poder usar valores ISO elevados sin obtener unas fotografías llenas de ruido y con unos colores poco fieles a la realidad; motivos por los que sistemáticamente muchos evitamos a toda costa pasar del valor ISO base o como mucho el siguiente.

Fijaos en las dos imágenes siguientes a ver si sois capaces de distinguir cuál es la disparada a ISO 400 y cuál fue realizada con el ISO 1600 seleccionado.

ISO xxxx

ISO xxxx

Como podéis comprobar, a tamaños no demasiado grandes ambas imágenes son casi indistinguibles; y de hecho podéis pinchar sobre cada una de ellas para acceder a diferentes versiones a más resolución mediante el icono de la lupa.

Es verdad que en la segunda se nota que hay algo más de ruido porque, efectivamente, esa es la correspondiente al ISO 1600; pero el hecho de que ambas sean prácticamente idénticas se debe al hecho de que la primera fue disparada con una leve subexposición y luego corregida en Adobe Lightroom mientras que la segunda fue realizada con una exposición tal que la foto quedó bastante luminosa. Vamos a fijarnos con atención en una misma zona de cada una de las imágenes para ver mejor las diferencias. Como antes, la primera corresponde al ISO 400 y la segunda al ISO 1600:

ISO xxxx (detalle)

ISO xxxx (detalle)

Como veis, si exponemos correctamente una fotografía empleando un ISO alto esta va a ser perfectamente utilizable, ya que sólo hay una diferencia apreciable de calidad en las zonas sombrías porque, precisamente, la mayor cantidad de ruido se presenta en las zonas más oscuras de la imagen (esto es debido a los métodos de cuantificación de los sensores digitales, pero no nos vamos a meter ahora en esos berenjenales). De ahí que el verdadero problema de emplear ISOs altos es que subexpongamos la imagen a la hora de capturarla, porque entonces se nos empastarán los colores de mala manera y la imagen tendrá más ruido que una emisora de radio mal sintonizada.

Así que ya sabéis, si a la hora de sacar la cámara las condiciones luminosas no son excesivamente buenas, no tengáis miedo de tirar de valores altos de ISO intentando que la fotografía sea lo más luminosa posible sin llegar a quemarla; porque siempre es mejor conseguir una fotografía con un poquito más de ruido pero que sea nítida a, por miedo, hacer una que sea poco más que un borrón.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Nueva ruta entre Oropesa y Benicassim atravesando un túnel abandonado

Me encantan las iniciativas como esta: nada más llegar a Oropesa me encuentro con que han abierto una ruta de “senderismo” (lo entrecomillo porque de sendero tiene poco) entre Oropesa del Mar y Benicassim aprovechando el túnel abandonado de la antigua vía férrea de modo que ahora se puede disfrutar de un agradable paseo entre ambas localidades que, por supuesto, no tardé en experimentar por mí mismo.

Cruzando el puente

Aquella vía original cayó en desuso hace no mucho tiempo porque representaba un auténtico embudo para los trenes que recorren la costa mediterránea, ya que era el único tramo de sentido único en todo el litoral, obligando a los trenes a esperar en las estaciones de Benicassim y Oropesa a que éste quedara libre para poder reanudar la marcha.

Ahora corre paralelo a él un tramo de doble vía que ha solucionado el problema haciendo que el antiguo trazado quedara anulado. Un trazado por el que ya se podía caminar desde que fue sustituido por el nuevo (de hecho hace tres años intenté atravesar el túnel abandonado y salí por patas ante la cantidad de murciélagos que habitaban dentro de él) pero que no estaba para nada adaptado a ello (vamos, que estaba dejado de la mano de dios). Además de la fauna alada de las tinieblas, las vías se oxidaban al sol sobre un lecho de piedras sueltas, en el puente había agujeros por los que cabía una persona, el túnel estaba lleno de goteras…

Excursión a la Torre de la Cordá (II)

Aunque la ruta está prácticamente terminada, su acceso está cerrado porque falta por instalar la iluminación en el propio túnel, que al tener una longitud de unos 600 metros, en su parte central la falta de visibilidad es total (no ves ni tus propias manos) por lo que se hacen necesarias unas luminarias que, aunque ahora mismo están colocadas, todavía no han entrado en funcionamiento.

De cualquier modo, la gente ya recorre la nueva ruta tanto a pie como en bicicleta con ayuda de linternas; y es que el innegable encanto de caminar a escasos metros de acantilados vírgenes, poder llegar a playas casi desiertas y tocar con las manos la hasta ahora casi inaccesible Torre de la Cordá han convertido ya a “la ruta del túnel” en todo un éxito para los paseantes de estas dos localidades que ahora están comunicadas de una forma muy original: por el viejo túnel del tren.

Os dejo con algunas fotografías más de la excursión que realicé con mi hermano. ¡Y que conste que no será la última!

Excursión a la Torre de la Cordá (III)

Excursión a la Torre de la Cordá (V)

Excursión a la Torre de la Cordá (IV)

Excursión a la Torre de la Cordá (I)

Actualización 06-08-2009: La iluminación del túnel ha entrado en funcionamiento el día 5 de Agosto, y el aspecto del túnel en la actualidad es el que muestra la siguiente fotografía tomada ese mismo día.

Túnel iluminado (¡por fin!)

¿Verdad que parece la Batcueva? 😛

Unos días de relax…

Desde el verano pasado han ocurrido bastantes cosas en mi vida, pero si hago un rápido balance me doy cuenta de que no he tenido demasiado tiempo para dedicármelo a mí mismo. Precisamente por eso, y aprovechando que durante las próximas semanas no hay nada que me “ate” a Alcalá, me he venido con mi hermano al apartamento de la playa para terminar el proyecto de fin de carrera que presentaré a finales de Septiembre y a disfrutar de un poco de esa tranquilidad que muchas veces no se encuentra en la ciudad.

¡No te muevas, Luis!

Tranquilidad que, de cualquier modo, tampoco es completa aquí puesto que nuestros padres ya se encargan de llamar por teléfono cada dos por tres desde Alcalá para comprobar si seguimos vivos y/o la casa continua en pie (por lo que he indagado creo que es una actitud general de todos los padres… 😦 ).

Desgraciadamente, la conexión de 56kb que tengo en el apartamento no me permite hacer muchas florituras (el simple hecho de subir unas fotos a Flickr lleva un rato largo) pero al menos tengo la posibilidad de acceder a mi correo y escribir alguna que otra cosilla en el blog. Caso aparte es el de mi hermano, que cuatro días antes de venir se compró un iPhone 3G para poder estar conectado everywhere and everytime; pero de eso hablaremos en una próxima entrada.

Bueno, de momento poco más (hoy estoy un poco telegráfico, debe ser cosa del calor y la humedad como diría Nacho Vegas), pero antes de despedirme os anuncio que en apenas un rato publicaré una entrada que muestra las fotos de una excursión que hicimos hace un par de días por una nueva ruta que han abierto entre Oropesa y Benicassim. Tal vez os resulte interesante; a mí me ha encantado.

¡Hasta pronto, Alcalá! 😛

Haciendo fotos por el barrio de La Garena

Hace unos días, aprovechando que la mañana estaba fresca y nublada, cogí el coche a primera hora y me fui al barrio de La Garena para hacer unas fotos. Es un lugar que conozco bien porque he pasado muchas veces por allí pero, como en el caso del paso elevado de la estación, nunca me había detenido a hacer fotografías por sus rincones.

Me gustó especialmente el parque que se extiende junto a la vía del tren, pues es realmente grande y además tiene un montón de elevaciones en el terreno que lo hacen muy adecuado para hacer fotografías de paisaje. Del mismo modo, la torre Garena es el punto neurálgico de toda la zona y es fácilmente visible desde cualquier lugar, incluido el apacible parque que os digo.

Bueno, pues sin más rodeos, os dejo ya con las fotos ordenadas cronológicamente comentándoos antes que algunas de ellas consisten nada más que en bancos vacíos; pues son para un grupo de Flickr que versa sobre esa curiosa temática.

Grey light, grey morning

Graffittis acuáticos

Parejas

Paseando junto a la verja

Y pensar que en su día fue un banco...

Dirección prohibida

El paseo de los bancos

¡Viajeros al tren!

La valla que no valla

Estación de la Garena y su entorno

Árboles en la estación de la Garena

La torre Garena

Las mirillas de la calle Mayor de Alcalá de Henares

Hay cosas en Alcalá de Henares que son universalmente conocidas: la fachada de la universidad, ser la ciudad natal de Miguel de Cervantes, su numerosa población de cigüeñas… sin embargo, hay un pequeño detalle en la calle Mayor que siempre me ha llamado mucho la atención y que no mucha gente conoce: las mirillas que hay sobre algunas de sus puertas.

Mirillas en la Calle Mayor (I)

Seguro que en vuestra casa tenéis una mirilla para ver quién llama (lo más habitual del mundo) o, si vivís en una vivienda de nueva construcción, un sistema de videoportero automático. Pues bien, si os dais una vuelta por la calle más emblemática de la ciudad complutense fijándoos con atención en sus techos tendréis la oportunidad de ver con vuestros propios ojos al antecesor de todo eso.

Las casas de la calle Mayor son de dos o tres alturas siendo, por lo general, la planta baja destinada a la entrada y poco más. No es más que un portal con unas escaleras que conducen a las plantas superiores, por lo que no es habitual que los habitantes de la casa se encuentren allí. Precisamente por esto es por lo que surgió la idea de estas originales mirillas.

Mirillas en la Calle Mayor (IV)

Mirillas en la Calle Mayor (V)

Se trata simplemente de practicar un agujero cuadrado de unos diez centímetros de lado sobre la posición que ocuparía la persona que está llamando a la puerta de entrada (viendo alguna de las fotos que ilustran esta entrada os haréis una idea mucho mejor) y tapar el hueco con una tablilla de madera en el suelo de la planta, de tal modo que cuando alguien llamaba a la puerta, el dueño de la casa, en lugar de descender fatigosamente hasta el portal de forma sistemática, lo único que tenía que hacer para ver de quién se trataba era abrir esa tapa y observar a través del hueco.

Si el visitante era conocido, se bajaban las escaleras y se le abría la puerta; pero en caso de que fuera algún «indeseable» se le ignoraba por completo y santas pascuas (aunque seguro que algunos de vosotros ya estáis pensando alguna trastada para espantarlo, jejeje).

Cierto es que en aquella época (estas mirillas datan del siglo XIX) no se podía abrir la puerta a distancia tal como hacemos hoy en día; pero sí que nos permitían ver remotamente a la persona que nos acababa de despertar de la siesta con un timbrazo y actuar en consecuencia; más o menos como hacemos con un videoportero automático (salvando las distancias, claro  😛 ).

Mirillas en la Calle Mayor (III)

Curioso, ¿verdad?  😉

Juventud en la sombra

Hay veces en las que haces una fotografía, miras la pantalla de la cámara y te das cuenta de que puede ser más o menos buena. Sin embargo, el caso de hoy es el de una imagen que capté a última hora de la tarde cerca de la estación de tren y que no me pareció nada del otro mundo cuando la vi «in situ». Podría haberla borrado en ese mismo instante si hubiera andado corto de espacio en la tarjeta de memoria; pero como no era el caso, la imagen aguantó allí hasta llegar a casa, donde me llevé una pequeña sorpresa al verla en el ordenador.

Sombra no correspondiente

No consigo dejar de mirar la fotografía una y otra vez. Hay algo extraño en ella, ¿lo veis?

Exacto: la mujer que pasea con un brazo sobre el rostro para protegerse del sol no se corresponde para nada con la sombra que se proyecta en la pared. Esa silueta negra es la de una chica joven, con una bolsa de deporte al hombro, recién salida del gimnasio y que camina con paso decidido hacia su casa. Sin embargo, su dueña es una mujer de mediana edad que avanza lentamente junto a la valla y que da la sensación de no tener prisa por llegar a ninguna parte.

Sí, ya sé que no es más que un efecto de proyección debido a la posición del sol; pero no soy capaz de ver en la fotografía otra cosa que no sea una chica joven encerrada en un cuerpo que dobla su edad.

La crisis también afecta a los fotógrafos

Pues sí, la omnipresente crisis nos afecta a todos; incluso a fotógrafos que en lugar de tener su portafolio en Internet y/o enviarlo a varias agencias optan por una solución infinitamente más simple (y clásica donde las haya). Vaya por adelantado que no me estoy metiendo con esta persona, pues cada uno se promociona del modo que considera más adecuado, sino que esta entrada es sólo para poner de manifiesto una de esas pequeñas cosas que me encuentro cada día por la calle dando una vuelta. Y bueno, aunque había pensado en borrar el teléfono, he decidido dejarlo porque al fin y al cabo supongo que al responsable de este anuncio le interesa que se difunda lo máximo posible.

Qué mal está la cosa...

Fue curioso descubrir este cartel, porque iba por la calle caminando y pensando en mis cosas cuando pasé junto a una farola con un cartel pegado a ella con papel celo. Parecía uno de tantos, pero… el caso es que había algo diferente que inconscientemente había llamado mi atención… ¿Ponía «fotógrafo»? Apenas un par de metros después de rebasar la farola me detuve en seco, volví sobre mis pasos y vi que, efectivamente, el anuncio ofrecía los servicios de un fotógrafo; así que saqué la cámara e inmortalicé el curioso cartel.

Flaco favor hacen las imágenes de ejemplo a tamaño minúsculo, pero aun así me ha parecido una iniciativa original y valiente que espero le funcione a su responsable. ¡Mucha suerte!

La cosa va de incendios

Durante estos días será mejor que no me invitéis a vuestra casa porque allá donde voy veo fuego (o sus efectos). Si en la entrada anterior os mostraba las llamas que se producían detrás de la fábrica Roca el pasado Miércoles, lo que me he encontrado esta mañana dando un paseo junto al parque O’Donell ha sido algo tan triste como un kiosco de helados reducido a cenizas. Y es verdad que, como apuntaba Albert en un comentario, el fuego como tal tiene algo de hipnótico; pero contemplar sus pavorosos efectos una vez extinguido le deja a uno un poco alicaído.

No sé si habrá sido un acto vandálico o un simple accidente; pero sea como sea, es duro ver cómo la forma de alguien de ganarse la vida tiene ahora el aspecto de una hoguera recién apagada que todavía huele a quemado. Os dejo unas fotos…

Kiosco de helados chamuscado (IV)

Kiosco de helados chamuscado (III)

Kiosco de helados chamuscado (I)

Kiosco de helados chamuscado (II)

Incendio detrás de la fábrica GAL

Esta tarde salí con mi hermano a dar una vuelta en teoría corta. Cogí la cámara y monté el teleobjetivo en ella para hacer una prueba en un parque cercano a casa, así que no consideré necesario llevar encima ninguna otra óptica. Sin embargo, me arrepentí de aquella decisión a los pocos minutos; cuando comenzamos a observar que una columna de humo negro se iba haciendo cada vez más densa en la zona noroeste de la ciudad.

Comenzamos a seguir su rastro pensando que sería por la zona del parque O’Donell o así, pero según nos aproximábamos veíamos que el foco del incendio estaba algo más lejos. Finalmente decidimos continuar nuestra marcha hasta encontrarnos con el origen de aquella columna de humo, que estaba situado en un polígono industrial detrás de la antigua fábrica de jabones GAL.

La humareda era importante, y gracias al viento ocupaba una buena parte de mi campo de visión. Era una fotografía perfecta para un angular, pues el paisaje resultante era bastante extraño por el contraste entre el azul del cielo y el humo negro; pero allí estaba yo con un maldito 55-200 que me metía directamente encima del incendio.

Y ya es mala pata, porque es raro que salga a la calle con un sólo objetivo. En caso de hacerlo, suele ser con el 35mm, que vale un poco para todo (y en este caso me hubiera venido de perlas) pero ir sólo con el teleobjetivo ha debido ocurrir sólo una vez en mi vida: HOY.

En fin, debido a esto las fotografías que he sacado no son gran cosa. Con un angular podría haberme acercado mucho más al foco del incendio y haber sacado todo desde un punto de vista mucho mejor (con el teleobjetivo me he tenido que ir al quinto pino para sacar planos más o menos generales; y ni aun así) pero bueno, aquí os dejo tres de ellas como testigos de un incendio que, por un rato, ha teñido de gris los cielos de la ciudad.

Incendio detrás de la fábrica GAL (I)

Incendio detrás de la fábrica GAL (II)

Incendio detrás de la fábrica GAL (III)

Lugares abandonados (5): Las Bodegas Criado

Si hay un edificio abandonado que todos los alcalaínos conocemos es, sin duda, el de las bodegas Criado situado en la calle del Empecinado. Cuando uno se da una vuelta por la zona de la plaza de los Santos Niños va disfrutando con la bella sencillez de sus calles, el frescor de sus plazas, los detalles de sus rincones… hasta que se encuentra de frente con un edificio de paredes desconchadas, sin tejado, casi en ruinas, plagado de andamios y rodeado de vallas desde hace ya muchos años en una obra que parece estar eternamente en punto muerto.

Bodegas Criado (I)

Podéis haceros una idea de cómo afea esta parte de la ciudad una construcción que en su momento albergó en su interior unas conocidas bodegas que cayeron en desuso hace ya varias décadas. Durante mucho tiempo el edificio estuvo abandonado a su suerte, pero un buen día se comenzó a restaurar hasta que la obra se detuvo y así quedó hasta ahora.

La verdad es que no tiene pinta de que las obras para darle una nueva vida al inmueble vayan a continuar a corto o medio plazo. De hecho, en los últimos años lo único que ha cambiado en ese edificio es que en una visita de los Reyes para inaugurar el museo adyacente donde tuvo lugar aquella exposición sobre Henri Cartier-Bresson se colocó una lona magníficamente decorada para tapar a los ojos del mundo la fealdad de una mole de ladrillos que para entonces ya tendría que mostrar su mejor cara. Lona que, por cierto, meses después desapareció como por arte de magia dejando su lugar a unas casetas de obra que nunca han sido utilizadas.

Bodegas Criado (II)

Tal vez, como en el caso del antiguo asador de pollos de la plaza de San Diego, un día pase por esta calle y me lleve la sorpresa de que alguien ha decidido seguir adelante con el proyecto de restauración; pero hasta que ese día llegue, todos los que pasemos a los pies de las antiguas bodegas Criado lo mejor que podemos hacer es mirar hacia algún otro rincón más agradable de ver.

Bodegas Criado (III)

Escaneo de mi entrevista en Diario de Alcalá

Para todos los que no tenéis modo de acceder a un ejemplar del periódico local Diario de Alcalá en el que ayer se publicó la entrevista que me realizaron recientemente, os ofrezco a continuación una captura del artículo para que podáis leerlo allí donde os encontréis.

Evidentemente, lo que tenéis aquí debajo es una miniatura en la que apenas se distingue el titular, pero al hacer click sobre ella se abrirá a su tamaño original y podréis leerlo todo sin problemas.

Pulsar para leer

Por cierto, siento haber esperado hasta ahora para colgar la imagen, pero no me parecía ético ponerla a disposición de la gente mientras todavía se pudiera comprar el periódico físicamente en Alcalá. Si el artículo hubiera aparecido también en la versión online del diario os hubiera puesto un enlace desde el primer momento; pero como no ha sido así he preferido aguardar al cambio de día. Espero que lo entendáis.

A modo de curiosidad me gustaría comentaros que en mi casa tengo dos ejemplares del diario: uno para enseñar a quien me lo pida y otro bien guardado para almacenarlo como recuerdo. Es una de esas cosas que te encuentras al cabo de los años y te traen un montón de buenas sensaciones que hacen aflorar una sonrisa en la cara. Para mí esas pequeñas cosas son muy grandes.

Después de esta grata experiencia, ya sólo me queda agradecer a la gente de Diario de Alcalá lo bien que se ha portado conmigo y las facilidades que me han dado para la realización de la entrevista. Se nota que es gente que disfruta con lo que hace, y eso es algo que siempre se traslada a las páginas del diario. Por supuesto, tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de mandar desde aquí un saludo a Rosa; la redactora encargada de la entrevista así como de la redacción del artículo, a quien deseo la mejor de las suertes en todos sus proyectos actuales y futuros.

Recorrido fotográfico por el colegio de San Ildefonso (II): Patio trilingüe

No es en absoluto habitual poder entrar al patio trilingüe de la universidad de Alcalá. Es un recinto que sólo se abre en ocasiones especiales como la entrega del premio Cervantes o la celebración de los actos de graduación de algunas carreras que se imparten en la universidad, permaneciendo cerrado tras una reja durante la inmensa mayoría del tiempo.

Sin embargo, hace unos días estaba haciendo unas fotos en los diferentes patios de la universidad cuando me di cuenta de que la reja que impide el acceso desde el patio de los filósofos al trilingüe estaba abierta y no parecía haber nadie vigilando la entrada, de modo que me acerqué pensando que tal vez me diera tiempo a captar una imagen del lugar sin los barrotes de por medio.

Sin embargo, llegué hasta la puerta, la atravesé y de repente me encontré completamente sólo en medio de un precioso patio rectangular, lleno de arcos, con árboles altísimos y un bonito pozo situado en su parte central. Hasta ese momento nadie había tratado de echarme de allí; así que como supuse que mi suerte no duraría eternamente empecé a hacer algunas fotografías con la esperanza de que alguna quedara más o menos bien.

Para mi sorpresa, nadie apareció por allí y eso me permitió tomarme mi tiempo para capturar algunas imágenes compuestas con algo más de cuidado así como fijarme en que hay una zona de la pared que se ha dejado tal y como estaba antes de restaurar este recinto. Desconozco qué motivo hizo que la puerta de acceso al patio trilingüe estuviera abierta aquella mañana, pero sea como sea, fue una maravillosa casualidad que dio como fruto unas fotografías muy especiales que no hubiera podido hacer ningún otro día. Fotografías que, por supuesto, me gustaría compartir con vosotros para que en cierto modo también podáis sentiros transportados a ese lugar por un rato.

Patio trilingüe (VIII)

Patio trilingüe (III)

Patio trilingüe (IV)

Patio trilingüe (V)

Patio trilingüe (II)

Patio trilingüe (VI)