Review: Thrunite Ti3

De entre las linternas que funcionan con una pila AAA, la Thrunite Ti3 que hoy nos ocupa es la segunda en mi lista de favoritas; ya que en ella se junta una calidad de construcción excelente con unos modos de funcionamiento perfectamente estudiados. Para mi gusto, por encima de ella sólo se encuentra su hermana fabricada en titanio, pero al margen del material empleado en su construcción vais a ver que tienen un montón de puntos en común.

El cuerpo

La Ti3 es una de esas linternas cilíndricas fabricadas en aluminio en cuyo interior se aloja una pila AAA y que posee una cabeza giratoria que le sirve tanto para encender y apagar como para cambiar entre los diferentes modos de funcionamiento disponibles.

Como muchas otras de su estilo, el cuerpo cuenta con un marcado knurling para mejorar el agarre y su superficie está íntegramente anodizada en color negro tanto por estética como para servir de protección contra el desgaste que provoca el uso diario.

En cuanto a dimensiones, la linterna tiene una longitud de 70 mm y un diámetro de 14 mm. El peso sin pila se queda en 12 gramos, que está más o menos en la media del sector. Junto a la linterna viene un clip de acero inoxidable que podemos quitar (como he hecho yo) y una anilla para llavero que se puede colocar en un taladro practicado a tal efecto en la parte posterior del cuerpo. Por cierto, este modelo puede hacer tailstanding, útil si queréis iluminar una estancia con ella rebotando la luz en el techo

En cuanto a la resistencia a los elementos, la Ti3 tiene certificación IPx8, de tal modo que es sumergible hasta 2 metros de profundidad y además soporta caídas desde una altura máxima de 1 metro.

La luz

La Ti3 está disponible en dos modelos de idénticas características pero en los que varía la tonalidad de su luz. Esta que hoy os muestro es la «cool white», que significa que el emisor LED irradia una luz muy blanca mientras que el modelo «neutral white» tiene un tinte ligeramente amarillento que en teoría da una iluminación más natural. El LED que incorpora es un Cree XP-G2 R5, muy habitual en este tipo de modelos.

En mi caso particular, si me dan a elegir, en este tipo de linternas de pequeño tamaño opto por una luz lo más blanca posible. A lo mejor es una consecuencia de aquello que os contaba hace ya tiempo acerca de mis recuerdos de las linternas incandescentes y su luz anaranjada; pero sea como sea aunque digan que la luz tan blanca da lugar a tonos un poco irreales, yo la prefiero por su capacidad de alumbrar con mayor intensidad que los tonos cálidos.

En cuanto a los modos de funcionamiento y las autonomías declaradas por el fabricante tenemos lo siguiente:

  • Modo Firefly: 0,04 lumens durante 115 horas
  • Modo Bajo: 12 lumens durante 6 horas
  • Modo Alto: 120 lumens durante 0,5 horas
  • Modo Estroboscópico: 120 lumens durante 1 hora

Siempre que encendamos la linterna vamos a estar en modo Firefly. Un rápido apagado-encendido activará el modo Bajo y repitiendo la misma operación iremos al modo Alto. Para activar el modo estroboscópico debemos de recorrer los tres modos una segunda vez, siendo la secuencia desde apagado la siguiente: Firefly – Bajo – Alto – Firefly – Bajo – Alto – Estroboscópico.

Por cierto, no detecto PWM en ninguno de los modos de funcionamiento, lo cual es de agradecer porque es algo que se nota (y mucho) cuando movemos la linterna delante de nuestros ojos. Sin ir más lejos, esto es algo claramente visible en el modo más bajo de la recién analizada RovyVon Aurora A1.

El reflector que incorpora la Thrunite Ti3 tiene una suave textura de piel de naranja que, si bien estéticamente es muy bello, no puede igualar el rendimiento de un reflector TIR como el que incorporan buena parte de las linternas actuales.

Si activamos los modos Bajo o Alto y apuntamos a una pared blanca vamos a ver un pequeño círculo central muy brillante que además presenta un cierto tono amarillento, luego una zona intermedia bien definida, de color blanco y de brillo algo menor pero homogéneo y por último una corona exterior de brillo tenue también de un blanco sin ningún tinte y que pasa a sombra de forma bastante drástica.

Las sensaciones

Para mí, una linterna EDC (EveryDay Carry) ha de tener las siguientes características: modo Firefly de como mucho 1 lumen (que además ha de ser el primero en activarse al encender la linterna) un modo Alto con más de 100 lúmens y un diseño sencillo a la vez que cómodo de usar.

En el caso de la Ti3 se dan todas estas características: su modo Firefly es de tan sólo 0,04 lumens y siempre «arranca» en él, el modo Alto tiene 120 lumens y además su diseño es cómodo de usar y hace que sea fácil de sostener entre los dedos.

Esta linterna ha ido en mi llavero durante algún tiempo y he de decir que ha aguantado sorprendentemente bien el trote, ya que otros modelos similares en parecidas circunstancias parecen haber recibido una paliza considerable.

También es destacable la calidad de acabados de este modelo de Thrunite al fijarnos en detalles como el perfecto tallado del knurling, el tacto de la rosca de la cabeza firme y suave al mismo tiempo o el ínfimo grosor de aluminio que deja el taladro posterior para la anilla de llavero.

Este tipo de detalles son los que diferencian las marcas que cuidan los detalles de aquellas que sólo quieren crear diseños que entren por los ojos.

Como os decía, es uno de mis modelos favoritos dentro de este tipo de linterna; teniendo mucha culpa de esto el modo Firefly de tan sólo 0,04 lumens, que la hace idónea para movernos por casa de noche sin molestar a nadie cuando nuestros ojos están acostumbrados a la oscuridad total.

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Review: Bittboy PocketGO

Siempre he sido un devoto de las videoconsolas portátiles. He tenido máquinas de todo tipo y condición desde mi infancia, pero sin duda las que más he disfrutado han sido los modelos «para llevar» de Nintendo (Gameboy – DS – 3DS), Sega (GameGear) y Sony (PSP – PSVita) porque si hay algo que me gusta de ellas es la independencia que te dan a la hora de jugar a algo sin monopolizar la tele del salón.

Y precisamente ahora que las portátiles están de capa caída (PSVita se descatalogó hace unos años y 3DS está dando sus últimos coletazos) aparecen en el mercado unas pequeñas máquinas de bajo coste que estoy seguro de que me van a dar muchas alegrías; sido un ejemplo de ellas esta de la que hoy vengo a hablaros: la Bittboy PocketGO.

Esto que tenéis sobre estas líneas no es otra cosa que una retroconsola portátil made in China, de bajo coste, tamaño irrisorio y cuya particularidad es que está diseñada para ejecutar en ella principalmente emuladores de diversas máquinas del pasado tanto de 8 como de 16 bits; si bien luego veremos que tiene algún que otro añadido interesante.

La máquina, comprada en Amazon España, tiene un coste de unos 40 euros que puede ser menor si la adquirís a través de Aliexpress y similares. Sea como sea, la pequeña de las Bittboy incluye una tarjeta microSD de 8 GB con el firmware, un lector de tarjetas USB, una hoja de instrucciones, un cable de carga microUSB y un juego de botones adicional con los colores de la SNES.

De primeras, lo que os recomiendo una vez probada la máquina es haceros con otra tarjeta de algo más de capacidad e instalar en ella la última versión del firmware; algo que es sencillo de hacer y que nos ayudará a pulir algunos defectos. Por ejemplo, en la primera versión del software de la PocketGO había juegos que sufrían de un visible efecto de tearing, cosa que en versiones posteriores quedó solucionado. Además de esto, poco a poco se han ido incorporando nuevos emuladores, soporte de ROMs más amplio, mayor personalización del aspecto de los menús… de modo que siempre es bueno tener la última versión estable. Os dejo el enlace a una web donde tenéis tanto el último firmware disponible como las instrucciones para instalarlo en una microSD.

Primera impresión

La primera sensación al sacar la consola de su caja (cajita, más bien) es la de tener entre manos algo realmente diminuto. De hecho la consola no es mucho más grande que una GameBoy Micro, que en su tiempo era mi máquina favorita con diferencia; sólo que su potencia y versatilidad están a años luz de la que fue última reencarnación de la portátil original de Nintendo. En lo que a números se refiere, tiene un tamaño de 12,3 x 5,6 x 1,4 cm y un peso de tan sólo 89 gramos. Si la echáis a un bolsillo os olvidaréis de que está ahí y ese es, para mí, uno de sus puntos fuertes.

La PocketGO cuenta con una pantalla IPS de 2,4″ con resolución de 320 x 240 pixels, cruceta digital, cuatro botones de disparo, dos gatillos, select, start y menú (aunque este último botón está rotulado como «reset»). Del mismo modo, contamos con un interruptor de encendido, un potenciómetro analógico de control de volumen, una salida jack para auriculares, otra para conectarla a una TV a través de vídeo compuesto, un altavoz que se escucha sorprendentemente alto para su tamaño y un puerto microUSB para cargar la batería interna en principio no reemplazable de 1000 mAh que nos dará unas cinco horas de juego continuo; aunque esto depende del sistema que estemos emulando, el brillo de pantalla, el volumen del audio… Por último, tenemos una ranura microSD para la necesaria tarjeta (de hasta 128 GB) que contendrá tanto el firmware como los juegos que queramos ejecutar.

A nivel interno, el corazón de la máquina es un SOC Allwinner F1C100S que corre a 702 MHz (aunque puede ser configurado hasta a 900 MHz), posee aceleración 2D y cuenta con 32 MB de memoria RAM. Puede parecer poca, pero daos cuenta de que las máquinas que emula tenían mucha menos memoria: 96 KB la GBA, 128 KB la SNES, 2 MB la PS1, 64 KB la Megadrive, 128 bytes la Atari 2600… Cierto es que el sistema operativo que gobierna la consola también tiene necesidades de RAM, pero viendo las irrisorias cantidades que empleaban las consolas originales, 32 MB son suficientes como para no tener problemas en ese aspecto.

Como os decía antes, al sostener la consola en la mano nos daremos cuenta de lo pequeña que es. Con una forma que, aunque más cuadrada, recuerda a la GameBoy Advance por la disposición de botones y por el tacto de su carcasa no resulta incómoda de utilizar (a no ser que tengamos manos de jugador de baloncesto) y los pulgares son capaces de asentar bien sobre la cruceta de control y los botones principales. Caso aparte son los gatillos, ya que en este caso en lugar de pulsarlos con la yema de los índices estos caen aproximadamente a la altura de la segunda falange, de modo que a la hora usarlos sí que nos podemos sentir algo más torpes.

Por la disposición y cantidad de botones no echaremos nada en falta para controlar los juegos que pueden ejecutar los emuladores incluidos con esta retroconsola. La única excepción serían los botones L2 y R2 del mando original de Playstation porque, sí, la PocketGO técnicamente es capaz de ejecutar juegos de PSX pero ya os adelanto que serán pocos los que puedan correr a una velocidad y fluidez suficientes como para ser jugados.

Evidentemente decir que la consola puede emular PS1 es un argumento de ventas, pero os puedo asegurar que es una característica prácticamente anecdótica que probaréis una vez y ya nunca más porque igual que otros sistemas están emulados a la perfección, en este caso la mayoría de títulos se arrastran por la pantalla.

Por cierto, antes no dije nada; pero la batería de la consola se carga en poco más de un hora y aunque no es tan sencillo como en un móvil de los de antes, podemos cambiarla nosotros mismos desatornillando la tapa trasera, desconectándola de la placa base y buscando una con las mismas características físicas y eléctricas. El cambio de batería no es una operación «oficial» de esta consola, pero no es complicado de realizar por el común de los mortales.

Y ya que estamos, que el indicador de la batería (un rayo en la parte inferior derecha de la pantalla) no os engañe: al principio baja bastante rápido, pero el último tramo se estira hasta el punto de que parece que ya no va a hace falta cargarla nunca más. A mí me gustan los indicadores más lineales pero al final te acabas acostumbrando y no entras en pánico cuando ves bajar el indicador con rapidez en la primera hora de uso tras la carga porque sabes que todavía te queda autonomía para rato.

Máquinas emuladas

Ya que estamos voy hacer un listado de las máquinas que la Bittboy PocketGO es capaz de emular con su último firmware (a día de hoy la versión 1.3.2) y un breve comentario sobre el rendimiento general en cada caso, pues he tratado de ejecutar diversos juegos de todos los sistemas soportados y tengo una idea bastante aproximada de las limitaciones de la máquina. Todos estos emuladores se encuentran en una pestaña del menú y cuentan con iconos y configuraciones diferenciadas para cada uno de ellos:

  • GameBoy / GameBoy Color: emulación perfecta tanto en audio como en vídeo de todos los títulos probados
  • Gameboy Advance: se trata de un sistema perfectamente emulado en todos los títulos que he probado
  • NES: todos los juegos probados se emulan a la perfección
  • SNES: ciertos juegos (los que hacen uso del Modo7) van muy lentos y no son apenas jugables. El resto funcionan a la velocidad original y sin defectos gráficos ni sonoros
  • Master System: emulación perfecta al 100%
  • GameGear: emulación perfecta al 100%
  • Colecovision: no he conseguido que se ejecute ninguna de las ROMs que he probado
  • Megadrive: emulación perfecta al 100%. Del mismo modo que algunos títulos de SNES no iban muy finos, la emulación de MD está muy bien implementada
  • Atari 2600: emulación perfecta al 100%, algo lógico al ser una máquina tan sencilla
  • Atari Lynx: emulación perfecta al 100% en todos los títulos probados
  • PC Engine: emulación perfecta al 100% en todos los títulos probados
  • Arcade (MAME): en general funcionan bastante bien, aunque algunas ROMs de última generación pegan algunos tirones y otras dan error y vuelven a la pantalla de sección. Aun así, dada la gran variedad de ROMs existentes el ratio de fallos es bastante bajo
  • NeoGeo: al igual que en MAME, la mayor parte de los juegos se emulan correctamente si bien hay títulos que nos devuelven al menú y otros en los que el framerate y/o el sonido petardean un poco
  • Pokemon Mini: por la simpleza de esta máquina, todos los títulos probados se emulan perfectamente
  • WonderSwan: como en el caso de la GBA todos los títulos se emulan correctamente
  • PS1: podemos jugar a algunos juegos muy simples en 2D. Los títulos en 3D tienen fallos gráficos y van a tirones haciendo que la experiencia sea poco gratificante
  • Vectrex: no he conseguido que se ejecute ninguna de las ROMs probadas, devolviéndome al menú antes siquiera de mostrar nada en pantalla

Aparte de estas videoconsolas, hay tres sistemas informáticos que también están soportados: Amiga, MSX y DOS. En el caso de los dos primeros no he conseguido ejecutar ningún título porque los emuladores me devuelven errores; pero en el tercero sí gracias a que la interfaz es el conocido DOS-Box. Con este software podréis ejecutar juegos de hasta la época del Pentium más o menos aunque como es lógico no tenemos la posibilidad de conectar mandos externos, emulando por tanto teclado y ratón con la cruceta de control y un teclado virtual en pantalla.

Una cosa muy positiva de esta máquina es que la práctica totalidad de los emuladores cuentan con grabación y carga de savestates; lo que quiere decir que podremos guardar la partida en cualquier momento para reanudarla cuando queramos, sin necesidad de tener que esperar a llegar a un punto de grabación estipulado por el propio juego. Esto también es muy útil en títulos muy complejos para poder salvar antes de un momento en el que sabemos que tenemos muchas posibilidades de ver un GAME OVER y así, si fracasamos, poder intentarlo una y otra vez.

También dicho menú (que aparece con la pulsación del botón reset) nos permite variar la configuración de los diferentes emuladores durante su ejecución, ya sea en sus aspectos gráficos como sonoros. Esto viene muy bien para ir probando configuraciones «en tiempo real» para así dar con aquella con la que nos sintamos más cómodos jugando (suavizado y escalado de pantalla, frecuencia de sampleo de la música…)

Otros añadidos interesantes

En otra de las pestañas del sistema tenemos unos cuantos juegos freeware y shareware de lo más diversos, siendo los más llamativos (al menos para los que eramos jugones de PC a principios de siglo) Quake y Quake II. Hay otros shooters en primera persona como Doom, Wolfenstein 3D, Rise of the triad o Hexen y adaptaciones de Pang, Digger, King of Fighters… Como os digo se trata de títulos muy conocidos que sorprende ver en una portátil tan diminuta, y aunque casi se me sale una lágrima de emoción al ver correr Quake II en un dispositivo que cabe en la palma de mi mano, he de admitir que los controles de la PocketGO no son los adecuados para mover este tipo de juegos.

En otro submenú tenemos una serie de utilidades de las que yo destacaría dos de ellas: el explorador de archivos y el terminal, dejando de lado el resto. No olvidemos que lo que corre bajo el firmware de la máquina es una versión de linux y, por tanto, con el terminal podremos acceder a la mayoría de comandos soportados. El teclado, eso sí, es virtual manejado por la cruceta y el botón A, de modo que la introducción de cualquier comando más o menos largo nos llevará un rato. Tened en cuenta que el sistema, al no tener conexión a internet de ningún tipo, no es actualizable con un sudo apt-get update –> sudo apt-get upgrade como se hace en todos los sistemas de este tipo. En cuanto al explorador, es útil si vemos que una ROM nos está dando follón y queremos quitárnosla de en medio sin tener que andar trasteando con la microSD en un ordenador.

Por cierto, es importante no apagar la consola de cualquier manera, ya que esto nos llevará a una corrupción del sistema de archivos que la PocketGO no siempre es capaz de reparar en el arranque. La cosa es acceder a la opción de apagar el sistema, confirmar con el botón A y esperar unos 10 segundos antes de deslizar el interruptor de apagado. Si no lo hacemos así corremos el riesgo de corromper la tarjeta y tener que formatear y volver a grabar la imagen original perdiendo todas las configuraciones y savestates.

En resumen

La PocketGO salió al mercado hace algo más de un año y, aunque actualmente se sigue vendiendo, hace apenas cuatro meses apareció su sucesora con más potencia, más memoria, un stick analógico, un slot adicional para una segunda tarjeta microSD, una pantalla de 3,5″, una forma algo más cuadrada y un precio de aproximadamente el doble. Sin embargo, creo que la primera PocketGO sigue siendo una opción muy válida si los sistemas que queremos emular están soportados por ella y la portabilidad es nuestra máxima prioridad.

Yo la empleo principalmente para emular dos plataformas: GBA y MAME. La primera por la fidelidad de ejecución de los juegos y porque por sus formas la máquina parece diseñada para ello; y la segunda porque poder jugar a recreativas míticas de mi infancia como Mikie, Green Beret, The Simpsons, Outrun, Mario Bros, TMNT o Street Fighter II dónde y cuándo queramos me parece una auténtica pasada; y es que aunque la Bittboy PocketGO tenga una potencia limitada, el rango de títulos que puede ejecutar es sorprendente.

Review: LED Lenser K2

Para analizar la LED Lenser K2 podría remitiros a la review de la K1 y deciros que es algo más grande, más luminosa y con más autonomía, pero que sigue conservando el principal defecto que es la alimentación mediante pilas de botón. Aun así, vamos a echarle un vistazo a este modelo, ver unas fotos y repasar sus características en una review algo más resumida de lo que estáis acostumbrados a leer por aquí.

El cuerpo

Cuerpo de aluminio en tres partes, con cabeza desenroscable y tapa trasera custodiando las pilas. En este caso las dimensiones se quedan en 52 mm de largo por 14 de diámetro y un peso de 20 gramos. Resistencia a salpicaduras según IPx4 y aunque no se menciona nada sobre caídas, se presupone que hasta un metro aguantará sin romperse.

La diferencia con la K1 es que el modelo que hoy estamos viendo emplea cuatro pilas LR44 que al ser más grandes y tener la linterna una potencia lumínica similar dan bastante más autonomía, la cual se estira hasta las 4 horas; de tal modo que ya no necesitamos ir con un bote de pilas para ir cambiándolas cada dos por tres.

La luz

Volvemos a tener un LED estándar de 5 mm en la cabeza de la linterna sin ningún tipo de lente TIR o reflector y en este caso vamos a obtener 20 lumens, lo que representa un ligero avance sobre los 15 lumens de la K1. Por lo demás, la forma del haz de luz es muy similar y también tiene una serie de irregularidades en su proyección y algunas zonas de color amarillento.

El verdadero avance de la K2 sobre la K1 es el incremento de 16 veces en la autonomía; no el rendimiento lumínico. Por tanto, la premisa de este modelo es la de sacrificar algo de portabilidad por una autonomía que nos permita despreocuparnos en parte de quedarnos tirados a las primeras de cambio.

Las sensaciones

Con una construcción idéntica a la de su hermana menor, al ser de un tamaño algo más grande la K2 es algo más manejable y no se escapa entre los dedos como arena de playa. La cabeza tiene un tacto algo más preciso gracias al mayor diámetro de las roscas y la tapa trasera va tan dura que veo casi imposible perderla por accidente.

De cualquier modo, sigue siendo una linterna para llevar junto a las llaves e iluminar puntualmente en la zona más inmediata a nosotros, ya que sus 20 lumens no dan para mucho más (algo que se nos cae justo debajo del coche, una cerradura en la que no atinamos con la llave porque estamos en completa oscuridad…).

Al disponer de sólo un modo de funcionamiento no es la linterna ideal para usar por casa a oscuras sin molestar, ya que 20 lumens en esas circunstancias parecen mucho más y nos ganaremos una bronca de nuestra pareja de cama si pretendemos leer o levantarnos discretamente.

Conclusión

Aun siendo algo más recomendable que la K1 por si mayor autonomía, tampoco os recomiendo la K2 por el hecho de ir alimentada por pilas de botón, que son caras de comprar (para la potencia que albergan) y su duración no es demasiado larga que digamos. Sigo diciendo que es más interesante cualquiera de las actuales linternas llavero que incluyen en su interior una batería recargable aunque sepamos que a largo plazo esa ventaja será su muerte.

Más información

Página oficial de la LED Lenser K2

Review: Hugsby XP-1

El modelo que hoy os presento se sale un poco de los cánones estéticos y funcionales de las linternas que se alimentan mediante una pila AAA y que ya han pasado por aquí en multitud de ocasiones. Comercializada desde hace años, la Hugsby XP-1 que protagoniza este artículo tiene cierta fama en los círculos linterneros por su calidad, así que vamos a ver qué hay de cierto en ello.

El cuerpo

El cuerpo del modelo que hoy nos ocupa está fabricado en aluminio anodizado con una longitud de 95 mm, un grosor de 14 mm y un peso de 22 gramos sin pila. Ya os habréis dado cuenta de que el largo es un par de centímetros mayor que en las linternas de esta categoría; pero es que la XP-1 se diferencia de la mayoría por tener pulsador trasero para su encendido y apagado, lo que requiere algo más de espacio que el sistema de cabeza giratoria de la mayoría de modelos de esta gama.

Disponemos de dos zonas de knurling: una en la cabeza y otra en la zona de la tapa-pulsador trasera que están ahí para mejorar el agarre de la linterna y también para facilitar el montaje y desmontaje de ambas piezas. Su calidad de ejecución es justita, ya que además de que el relieve es un poco irregular, el anodizado en esa zona parece algo más delicado y al poco tiempo empezará a irse como se puede ver en alguna de las fotos que ilustran este artículo.

Como os decía antes, el punto diferencial de esta linterna es su pulsador trasero, por lo que la Hugsby XP-1 tiene tres partes que roscan entre si: la cabeza que incluye el LED y la electrónica de control, el cuerpo y la tapa trasera que lleva el botón de encendido-apagado. Que hayan hecho la cabeza desenroscable no tiene otra finalidad más que la practicidad a la hora de fabricar la linterna, ya que el cambio de pila se realiza por la parte trasera.

En la parte central hay un rebaje para fijar un clip metálico bastante más largo de lo habitual en este tipo de linternas y que nos permite fijarla con bastante solidez al bolsillo del pantalón, un cinturón o la correa de una mochila. El clip incluye también un resalte central pensado para pasar una correa o un cordel.

La luz

La iluminación que proporciona la Hugsby es relativamente potente en general, ya que dispone de un único modo de 100 lumens de potencia que nos dará una autonomía de unos 40 minutos; que viene siendo lo habitual en este tipo de modelos.

Como veréis en la foto que tenéis a continuación, la linterna dispone de un reflector metálico con textura de piel de naranja que da lugar a un haz de luz que concentra la mayor parte de su brillo en la parte central la cual está rodeada de un anillo exterior bastante uniforme. Dentro de los reflectores presentes en las linternas de pequeño tamaño he de admitir es uno de los que mejor se comporta a la hora de distribuir la luz.

Por cierto, el LED es uno de esos Cree XPE2 R4 tan habitual en estos modelos de pequeño tamaño y en su favor he de decir que la luz que emite no presenta zonas amarillas como sucede en otras linternas. Por tanto, en cuanto a calidad de luz, esta Hugsby no lo hace nada mal.

Las sensaciones

Inicialmente me compré esta linterna para acoplarla al manillar de mi patinete Oxelo para tener así iluminación si en una de mis excursiones se me hacía de noche. Y aunque el invento funcionaba e iluminaba lo suficiente, lo que ocurre es que al final me decanté por hacerme con una luz de bicicleta para dejarla siempre fija en el manillar y no andar quitándola y poniéndola cada dos por tres.

De ahí que la zona del knurling delantero esté algo desgastada, ya que llevaba la linterna en una pequeña bolsa con algunas herramientas básicas que con el traqueteo de la marcha los elementos fueran rozando unos con otros.

Sea como sea, al final la linterna pasó a mi colección y he de admitir que me gusta usarla de vez en cuando. No tiene funcionalidad alguna dentro de casa por las noches por sus 100 lumens, pero al ser más larga de lo habitual suelo recurrir a ella cuando se me cae alguna cosa debajo del sofá o tengo que mirar algo dentro del aire acondicionado o a través de las rejillas del ordenador de sobremesa. Es cómoda de sostener y la luz que da, al ser tan blanca y relativamente potente, ayuda a ver las cosas con claridad.

No es de mis favoritas porque el diseño me parece un poco feo y además de un tiempo a esta parte me ha dado por las linternas recargables a través de USB, pero al menos es un modelo que se sale un poco de lo habitual si lo comparamos con lo que suele darse en el amplio grupo de las AAA.

¡Hasta la próxima review!