¡Medio millón de visitas!

No me había dado cuenta hasta ahora, pero veo que el contador de visitas que hay en la parte derecha del blog ha sobrepasado la cifra del medio millón (que se dice pronto), totalizando ahora mismo 510410 lecturas. Estoy tan habituado a ver ahí ese contador que ya ni me fijo en lo que pone; pero hace un rato estaba repasando la portada del blog para ver si todas las fotografías estaban bien centradas y me ha llamado poderosamente la atención ese cinco inicial.

La verdad es que no termino de acostumbrarme al crecimiento del blog, pues como ya sabéis por las cifras que os doy mes a mes cada vez llega más gente a este rincón de Internet y, por lo que veo, muchos de vosotros lo hacéis para quedaros. Es algo que me sorprende muy agradablemente y que me da fuerzas para seguir escribiendo historias y mostrándoos esas fotos del día a día que siempre ando haciendo. Os aseguro que cada día me sorprendéis más con vuestra fidelidad, ya que algunos de los comentarios que me encuentro habitualmente van firmados por gente que lleva ya muchos meses siguiéndome prácticamente a diario y eso es algo que me llena de alegría.

No tengo palabras; en serio. Medio millón de visitas me parecía una cifra inimaginable durante los primeros meses de vida de este blog, pero al final se ha alcanzado y ahora esto va camino de los seis ceros. En estos momento, superando de largo las 35000 visitas al mes (mañana publicaré los datos de Febrero) y viendo la continua tendencia al alza de este número no es descabellado pensar que en aproximadamente un año podría estar ya cerca esa marca millonaria.

De cualquier modo, el número de visitas no es más que un modo de saber a cuánta gente llegan los contenidos de este blog. Lo que a mí realmente me llena son todos los comentarios y los correos que mandáis diciendo que algún artículo os ha sido de utilidad o simplemente para decir que habéis pasado un rato agradable leyendo un relato; y eso sin contar las veces que alguien me ha reconocido por la calle y se ha parado a saludarme. Esos son los pequeños detalles que hacen de los ratos que invierto en este blog algo grande.

Capirote

¡Muchas gracias por leerme!  ^__^

Parecidos razonables entre dos portadas de discos

¿Alguien más se ha dado cuenta del evidente parecido entre las portadas de los álbumes Intimacy de Bloc Party y El Incendio de Sidonie?

¿Guiño? ¿Tributo? ¿Casualidad? ¿Plagio?… Cada uno tendrá su opinión, pero sea como sea son dos discazos como la copa de un pino. Eso sí, me gustaría comentar que Intimacy salió en Julio de 2008 y El Incendio en Agosto de 2009, por lo que los chicos de Bloc Party quedan libres de toda sospecha.

Por cierto, me di cuenta del parecido entre ambas portadas porque el otro día aparecieron una junto a la otra en el coverflow del iPod Touch. ¡Qué cosas!

De viaje por Europa. Cuarto día: Brujas (Bélgica)

El último día del viaje llegó antes de lo esperado. Puesto que no habíamos parado ni un segundo, apenas tuvimos tiempo de darnos cuenta de que la excursión a Brujas era el último de los cuatro destinos planificados. Además, tuvimos que levantarnos bien pronto porque a las nueve de la mañana había que devolver el coche en la estación de Midi y allí mismo coger el tren que nos llevaría a una ciudad con mucho encanto.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El barrio de mi hermana un Lunes a las 8 de la mañana. No se escuchaba ni una mosca en toda la calle.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Mi hermana estudiando un rato en el tren que nos llevaba a Brujas (aproximadamente una hora de trayecto).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La estación de gant vista desde la ventanilla del tren. Gant está aproximadamente a medio camino entre Bruselas y Brujas, pero no fuimos a visitar la ciudad porque ahora mismo está casi toda ella en obras.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un imponente aparcamiento para bicicletas nos dio la bienvenida nada más poner el pie en Brujas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Como podéis ver, hay semáforos para peatones, para coches, para bicis... La verdad es que está muy bien organizado y por las calles se circula en paz y armonía.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Este adoquinado humedecido por la lluvia recién caída resultaba bastante bonito.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Uno no podía evitar levantar la vista estando a los pies de este enorme órgano presente en una de las múltiples iglesias de la ciudad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un aspecto del interior de esa misma iglesia, con su gran púlpito en la parte derecha de la imagen.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Restos de pinturas románicas en una de las salas anexas de la iglesia. Supongo que estarán restaurados, porque la pintura está en perfectas condiciones.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Brujas tiene un montón de rincones realmente bonitos, y este es uno de ellos.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una bonita mezcla de iglesias, casas y torres. Algunos norteamericanos llegan a pensar que Brujas es un parque temático, y es que hay que reconocer que el entorno es magnífico.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

LOs habituales frontales de las casas con los bordes en forma de escalera. En casi todas las calles hay este tipo de casas, pero en esta todas eran así.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La plaza principal de la ciudad, que en cierto modo me recordó a la Grand Place de Bélgica por lo variado de su arquitectura.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Como os decía antes, las bicis, los peatones y los coches conviven en armonía.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Comiendo unas patatas en un puesto frente al campanario de la plaza.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Los leones son algo muy típico en las banderas y escudos belgas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una vista típica de Brujas. ¡Qué pena que el día estaba tan nublado!

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Barcas para dar un paseo a los turistas. Con la lluvia no era una buena idea, pero son sol tiene que ser toda una experiencia.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Mi hermanos y yo un poco pasados por agua (aunque en ese momento todavía no había caído más que una lluvia muy fina).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Uno de los bonitos canales que hay en Brujas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Tiene que ser muy grande estar desayunando en la cocina y ver pasar barcas por delante de tu ventana.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un molino con la forma típica que tienen por esas tierras. Nada que ver con los clásicos molinos de piedra y forma cilíndrica que se pueden ver por la zona centro de España.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Otro canal. Éste con las casas saliendo directamente del agua. Una estampa que me gustó mucho. Es una pena que a partir de aquí comenzara a llover con mucha fuerza y no pudiera hacer muchas más fotografías.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un pato muy colorido que me miraba con bastante curiosidad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un rincón no muy conocido de Brujas al que nos llevó mi hermana para poder hacer las últimas fotos del día.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Por la noche salimos a tomar una última cerveza. Ese tranvía que cruza la calle sería el que al día siguiente nos llevaría de camino al aeropuerto a las seis de la mañana para volver a España.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La vista nocturna de la torre que corona la Grand Place sería la última fotografía del viaje y, por tanto, el último de mis recuerdos de estos cuatro días fantásticos.

Al día siguiente no hubo tiempo casi ni de pensar en que era una pena que el viaje hubiera llegado a su fin. El avión de regreso a España nos esperaba, así que con un montón de recuerdos en la cabeza y más de cuatrocientas fotografías en la cámara nos despedimos de mi hermana y emprendimos un trayecto de vuelta que duraría más de lo previsto por culpa de una huelga de controladores. De todos modos, por muy mal que se nos diera el vuelo, yo iba inmensamente feliz de todo lo vivido en cuatro días que no olvidaré.

En lo fotográfico, aunque creo que el resultado final no ha sido malo, me doy cuenta de que hago mejores fotos sólo que en compañía. No es lo mismo estar centrado en hacer una fotografía tomándose el tiempo que sea necesario, a dar prioridad a la rapidez para así no hacer esperar al resto de integrantes del grupo. Sé que podría haber captado escenas mejores si el viaje lo hubiera hecho en solitario, pero no es menos cierto que gran parte de la diversión y de lo inolvidable del viaje ha sido gracias a la grata compañía de mis hermanos y Joe; de tal modo que me tomo las fotografías como meros recuerdos de los sitios que he visitado durante estos cuatro días tan especiales.

¡Un abrazo y muchas gracias por dejarme compartir este viaje con vosotros!

De viaje por Europa. Tercer día: Amsterdam (Holanda)

Después de dormir como unos bebés durante algo menos de siete horas llegó el tercer día: en la puerta de casa nos esperaba el Megane alquilado y a 215 Km estaba la ciudad de Amsterdam, que era nuestro destino para la jornada de hoy.

Aunque salimos con sol, según nos adentrábamos en tierras holandesas la niebla y el hielo empezó a cubrirlo todo, así que cuando llegamos a las afueras de Amsterdam con idea de dejar allí el coche y coger un metro que nos llevara al centro nos encontramos un paisaje casi polar.

Sin embargo, el día cundió muchísimo y dio lugar a numerosas fotos. El frío no era un gran problema porque íbamos bien abrigados, pero con lo que no contábamos es con que a última hora de la tarde nos caería una nevada encima que me obligaría a guardar la cámara y emprender la vuelta a casa.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El paisaje que se divisaba nada más poner un pie en el suelo. Esto está muy cerca del Amsterdam Arena; el estadio donde juega el Ajax.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El riachuelo de la izquierda estaba tan congelado que Joe se puso en pie sobre él. Ese polvo verde que veis sobre la acera es la "sal" que echan allí para evitar resbalones.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Este lago estaba tan helado como el pequeño río de antes.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La estación de metro donde el tren que entraba por el andén nos llevaría al centro de la ciudad

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Los tejadillos de los andenes para resguardarse de la lluvia parecían más bien un frigorífico de tamaño familiar.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El edificio rojo es la estación central de Amsterdam, y desde esta zona salen diversos barcos que te dan una vuelta por los canales de la ciudad; pero como somos más de caminar que de navegar, emprendimos rumbo "a pie" hacia el centro urbano.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En Holanda el uso de la bicicleta es muy habitual. Hay toda una red de carriles bici donde tienen total prioridad sobre los peatones y los coches.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Esta curiosa bicicleta llevaba incorporado un portababés y un compartimento para llevar un paraguas (por cierto, aluciné al ver la habilidad de la gente para conducir una bici con una mano mientras lleva un paraguas en la otra).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Canales y edificios: una constante en Amsterdam allá donde mires.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Más bicicletas (no serán las últimas que veremos, os lo aseguro).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Hay zonas de la ciudad donde los canales tienen un ancho considerable.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

¿Querrá decir "los hermanos de Luis"? ^__^

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La calle principal del barrio rojo: llena de sex-shops, cofee-shops y prostíbulos donde las chicas se exhiben en los escaparates como una mercancía más (está prohibido hacer fotos, así que poco más os puedo enseñar sobre eso).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En el barrio rojo los canales son realmente bonitos, pero es una pena que la mayoría de la gente sólo se fije en las fachadas de los edificios por los motivos anteriormente descritos.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

A veces me pregunto si estas casas no tendrán problemas de humedad en las paredes...

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Cúpulas, pájaros, puentes, barcas... son elementos habituales en esta pintoresca ciudad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Uno de los canales más apacibles de toda la ciudad. Me gustó mucho la paz que se respiraba en este rincón.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Uno de los barcos turísticos que os comentaba al principio de la entrada. Como veis, iba al completo.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Las barcas no son los únicos ocupantes de los canales.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En Amsterdam uno se encuentra bicicletas aparcadas en cualquier parte. Allí donde se pueda enganchar una cadena, habrá una bicicleta.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El coche de un fumeta. Tremendo lo del espejo con marco que lleva adosado a la parte trasera de la... ¿furgoneta?

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En Amsterdam es habitual vivir en casas flotantes. De hecho, ese cartel indica que esta está en venta.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una bonita torre que hubiera quedado mucho mejor si el cielo no hubiera estado tan blanco. Me resulta curioso que en muchos edificios de la Europa occidental se suele grabar en la fachada el año de construcción.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Barcas, coches y bicicletas: los medios de transporte privados más habituales en Amsterdam.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Casas flotantes y barcos en uno de los canales de la ciudad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Quitando las zonas más turísticas (la calle que va de la estación al centro y el barrio rojo) hay que reconocer que Amsterdam es una ciudad bastante apacible.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Mi hermana en pose glamourosa.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

¡Más bicis!

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un templo chino en medio de Amsterdam (lo que representa un contraste bastante grande). Esta fue la última fotografía del día, porque a partir de este momento comenzó a nevar con fuerza y preferí no sacar la cámara de la bolsa para evitar humedad y posibles condensaciones.

Después de visitar Amsterdam me quedó una sensación agridulce: me gustaron mucho los canales y toda la infraestructura que hay montada para el uso de la bicicleta. Sin embargo, el barrio rojo me resultó tan sumamente comercial que no pude verle el encanto por ningún lado (en el caso de que lo tenga). Además, mucha gente que anda por sus calles va allí únicamente por la prostitución y el consumo de marihuana; siendo este tipo de turismo algo que ni siquiera los propios residentes de la ciudad ven con buenos ojos.

Después de algo más de dos horas de carretera con un tiempo malísimo regresamos a Bruselas, donde salimos a dar una vuelta después de cenar. A eso de las doce de la noche nos acostamos bastante cansados, pero ya con la mente puesta en el madrugón del día siguiente, pues nos esperaba la ciudad de Brujas llena de canales y rincones inolvidables.

De viaje por Europa. Segundo día: Colonia (Alemania)

En la noche del primer al segundo día todos dormimos como niños, pero aquello no duró mucho porque el sonido del despertador a las ocho menos cuarto de la mañana fue como una metralleta que nos obligaba a salir de la cama. Sin embargo, por mucha pereza que nos entrara, la ciudad de Colonia (Köln en alemán) nos esperaba a unos 200 Km de distancia, y para ello antes debíamos pasar por la estación de Midi para recoger el coche que habíamos alquilado.

La primera sorpresa del día nos la llevamos al recoger el vehículo, pues lo que debía ser un VW Polo se convirtió por arte de magia (bueno, más bien porque en ese momento no estaba disponible) en un Renault Megane familiar último modelo con bastante más potencia y considerablemente más amplio, lo que nos vino muy bien para los viajes que hicimos en los dos días que dispusimos de él.

Y ya sin más, os dejo con las fotografías y sus pies de página para luego escribir otro par de párrafos al final de la entrada a modo de conclusión del día. Por cierto, aprovecho para comentaros que fotográficamente es el día que más inspirado estuve, así que espero que os gusten las imágenes.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En muchas calles de Bruselas las líneas del tranvía y el carril bici comparten la misma franja de asfalto... ¡Hay que ir con mil ojos!

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Tranvías y coches suelen convivir sin demasiados problemas, aunque es lógico teniendo en cuenta que en caso de accidente el tranvía lleva las de ganar.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Echando un vistazo al coche recién alquilado. ¡Todavía olía a nuevo!

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una foto dentro del coche por las carreteras de Bruselas (fijaos en el velocímetro digital).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El preciso instante en el que cruzamos la frontera de Alemania.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En Alemania hay un límite de velocidad genérico de 130 Km/h, pero cuando te encuentras un tramo de autopista (Autobahn) marcado con esa señal puedes circular a la velocidad que quieras por los carriles indicados.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Y, por supuesto, quisimos comprobar qué es eso de circular casi a 200 Km/h de forma completamente legal.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Ya en Colonia me llamó la atención que había edificios con muchas líneas rectas y amplios ventanales. Éste en concreto me gustó mucho por lo luminoso que era.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Es impresionante caminar por el centro y de repente encontrarte con dos mastodónticas torres que se elevan por encima de cualquier otra cosa que pueda haber en la ciudad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Mis dos hermanos y yo a los pies de la catedral.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

No hay forma de captar en fotografía la grandiosidad del templo. No es que no entre en la imagen; sino que tampoco es posible abarcarla con la vista.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Las velas; algo típico en toda iglesia que se precie.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Dentro de la catedral se encuentra la vidriera más original que he visto nunca: ¡Está pixelada!

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El Río Rhin a su paso por Colonia. No es uno de los tramos más anchos, pero da una idea de su inmensidad. La catedral la hemos dejado a unos 100 metros detrás de nosotros.

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Puente sobre el Rhin. ¿Sabéis qué son esas cosas que hay en la verja?

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Candados. Son candados colocados ahí por una tradición que ahora os contaré.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Al parecer, las parejas graban sus nombres en un candado, lo colocan en el puente y a continuación tiran la llave al río, significando esto que siempre estarán juntos. Como veis, algunos de ellos están muy elaborados.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El puente es larguísimo, y a lo largo de todo él se encuentran literalmente miles de candados, llamando la atención de todo el que pasa por allí.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un pequeño castillo a orillas del Rhin. Me encantó la vista desde el puente con esas nubes que pocos minutos antes habían descargado granizo sobre nuestras cabezas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Este tejado me recordó a la piel de un lagarto. Curioso, ¿verdad?

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

No hacíamos más que preguntarnos por qué los semáforos de Colonia tienen dos muñecos rojos y sólo uno en verde. Suponemos que es para que se vean mejor, porque uno es una copia del otro y realizan exactamente la misma función.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una iglesia muy "geométrica" con una bonita estatua en sus jardines. Me encantó la tranquilidad del lugar.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En Alemania hay bastante costumbre de usar la bicicleta, pero vimos muchas más en los dos días posteriores. A mí particularmente esta estampa me gustó mucho.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

¿Cómo resistirse a apretar un botón en el que dice "Atención, no apretar nunca"? EDITO: al parecer el botón dice "Atención, nuevo precio". Yo de alemán no sé ni media palabra, ¿se nota? 😀

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Como veis, toda ciudad tiene una calle igual que Preciados en Madrid (gente a punta pala y comercios sin fin).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un vistazo a la catedral de Colonia a media distancia. Fijaos en el tamaño de la gente que hay en la puerta del templo (apenas unos píxels).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Todavía tendremos que alejarnos un buen trecho para conseguir una imagen que nos permita hacernos una idea clara del tamaño de la catedral.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Aquí podéis comprobar la enormidad de la catedral, que fue construida entre los siglos XIII y XIX y que fue prácticamente lo único que quedó en pie de toda la ciudad durante la segunda guerra mundial.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un museo alemán, con las ventánas típicas de esta región.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Restos de una muralla romana, y a modo de "bonus" una preciosa casa anexa.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un auténtico Trabant; coche icónico de la República Democrática Alemana y que tenía un motor de dos cilindros y carrocería de resina mezcla de plástico y serrín (parece increíble, pero se ablanda con la lluvia).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Unos edificios con forma curiosa en las afueras de la ciudad parecen despedirnos al final de la tarde justo antes de coger de nuevo la autopista hacia Bruselas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

De vuelta a Bruselas nos detuvimos a los pies del Atomium. Un lugar mítico en mi infancia que me encantó visitar. (NOTA: fotografía retirada por prohibición de http://www.atomium.be/ ).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La última foto del día fue esta de la estructura del Atomium, y mientras la hacía no paraba de recordar lo mucho que me fascinaba este monumento cuando era pequeño y lo extraño que se me hacía pensar que ahora estaba justo debajo de él. Para mí fue un momento muy especial. (NOTA: fotografía retirada por prohibición de http://www.atomium.be/ ).

Fue un día impresionante, os lo aseguro. Los dos días restantes fueron intensos e interesantes por todo lo que vimos, pero para mí éste fue el día más inolvidable del viaje. La Autobahn, la visión de la catedral, el puente sobre el Rhin, todos esos candados, la vista del Atomium… Fueron un montón de cosas que me impresionaron mucho y que consiguieron que, pese a estar muy cansado, esa noche me costara bastante conciliar el sueño.

De todos modos había que dormir, porque al día siguiente nos esperaba un nuevo madrugón para ir a Amsterdam y descubrir un paisaje muy diferente al de Colonia.

NOTA IMPORTANTE: he retirado las dos fotografías donde aparecía el Atomium debido a que según la web oficial del monumento éste tiene copyright, de tal modo que la sociedad encargada de gestionarlo podría adoptar algún tipo de medida si, por lo que sea, acaba viendo estas fotografías algún día. Me parece fatal, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un lugar público, que la enorme estructura se puede fotografiar desde fuera de su recinto y que prohibiendo la publicación de las imágenes se le hace un flaco favor al turismo en esa zona; pero como no tengo ganas de futuros problemas, he optado por eliminar las fotografías y publicar esta nota aclaratoria. De todos modos, dejo los pies de foto para que quede constancia de que estuve en ese lugar y que así se vea más claramente que las fotografías han sido eliminadas con posterioridad. Por cierto, gracias a Carpo por el aviso.

De viaje por Europa. Primer día: Bruselas (Bélgica)

Tras un vuelo de dos horas, la llegada a Bruselas fue de lo más tranquila: con un aterrizaje bastante suave y un tiempo no tan malo como esperábamos, mi hermano Álvaro, el novio de mi hermana (Joe) y yo pusimos los pies sobre suelo belga, donde mi hermana nos estaba esperando con una sonrisa en la cara y un plan en la cabeza.

Nuestra idea para lo que quedaba de mañana era recuperar horas de sueño; pero Estela (que así es como se llama mi hermana) no nos lo permitió: había preparado un recorrido turístico por la ciudad y nos dio apenas media hora para dejar las maletas en su casa, comer algo y salir zumbando hacia el centro de la ciudad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La calle principal del barrio de mi hermana. Esto fue lo primero que vimos nada más llegar, pues aquí es donde nos dejó el autobús.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Las calles principales de las ciudades de esta parte de Europa están llenas de cables de los tranvías.

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Gofres y edificios pintorescos: una combinación típicamente Belga.

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Eso rojo y amarillo es una pagoda que han montado donde se puede tomar un té. La torre que se ve más al fondo está en pleno centro de la ciudad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Los troncos de muchos árboles en la ciudad están pintados de blanco. No sé muy bien con qué intención, pero quedan muy fotogénicos.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Mirando hacia la torre de la Grand Place.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Un curioso reloj con diversos monarcas, entre ellos el omnipresente Carlos V.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Mercado ultra-mega-pijo-fashion. No me atreví a mirar mucho los escaparates por si cobraban por ello.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La catedral de Bruselas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Joe y Estela dirigiéndose hacia la entrada...

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Las vidrieras eran impresionantes por su tamaño y nivel de detalle.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una vista del interior del templo.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Cuando sale un rato el sol (cosa rara en Bruselas) la gente se suele echar en tumbonas como esta.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Esta pequeña escultura me gustó mucho por la pose de sus tres integrantes.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Zampando unas patatas fritas (junto con los gofres y el chocolate, lo más típico de Bélgica) ¡Estaban deliciosas!

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Posando delante de un cruce entre Bob Esponja cabreado y un gofre de chocolate.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La Grand Place: el lugar más visitado y fotografiado de Bruselas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

La bonita torre que preside la plaza.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Lo más curioso de la Grand Place es la arquitectura que se pude ver en ella, ya que es de lo más variada.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Como podéis ver, el color dorado aparece en varios edificios de la plaza.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

El famoso Manneken Piss; una escultura de dos palmos de alto que a mí me dejó bastante indiferente.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una de las calles del barrio de mi hermana.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

También en Bruselas tienen bastantes problemas para aparcar.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

En el interior de otra iglesia (lo siento, no recuerdo su nombre).

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Vidrieras alargadas, luz verdosa y una gran cruz que cuelga del techo.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una de las calles principales del centro de la ciudad. A mi espalda quedaría el enorme palacio de justicia.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Hay muchas esculturas por las calles. Esta en concreto me gustó por su expresividad.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Nuevo paso por la Grand Place; esta vez observando el perfil de los edificios más pequeños.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Una muñeca realmente terrorífica que había en el escaparate de una tienda donde todo lo que había era de un estilo parecido.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Si bien el Manneken Piss no me dijo nada, este "perro meón" me pareció mucho más original.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Vista de una de las calles del centro de Bruselas desde el último piso de un edificio.

En este primer día vimos buena parte de la ciudad de Bruselas, quedando pendiente una visita al barrio europeo (donde está al parlamento) así como alguna que otra excursión rápida a otros lugares no tan conocidos pero igualmente pintorescos.

De todos modos, ese día nos fuimos a dormir pronto porque además de habernos dado la paliza del siglo pateando la ciudad de arriba a abajo durante todo el día, Álvaro, Joe y yo nos habíamos levantado a las 3:20 de la mañana para coger el avión, de modo que estábamos cansadísimos. Además, al día siguiente nos esperaba la ciudad de Colonia, y había que levantarse bien pronto para ir a recoger el coche que habíamos alquilado.

Apuntes breves de un viaje inolvidable

Después de tanto hablar del viaje a Bruselas ya estoy de vuelta; y he de decir que estos días se me han pasado a velocidad de vértigo. Han sido unas mini-vacaciones de lo más intensas durante las que he vistado un montón de lugares que no conocía y me he dado cuenta de una serie de cosas que seguiría ignorando por completo si no las hubiera experimentado por mí mismo.

Si el viaje de ida fue como quien dice apenas un rato, el de vuelta ha sido largo y pesado por culpa de una inoportuna huelga de controladores aéreos en Francia que ha retrasado todos los vuelos que pasaban sobre el país galo. Nuestro avión en concreto ha sufrido un retraso de dos horas largas y gracias a ello mi hermano y yo hemos estado sentados en el aeropuerto como dos panolis desde las 8:30 de la mañana hasta las 12:00, que es la hora a la que ha salido el avión para luego seguir sentados durante las dos horas que dura el trayecto.

Como comprenderéis hoy estoy bastante zombie, tanto por las palizas de estos días como por el madrugón de hoy para ir al aeropuerto; de modo que en esta entrada me voy a limitar a enumerar algunas cosas que me han llamado la atención durante estos días y que he ido apuntando mentalmente para irme a la cama a continuación a recuperar energías y horas de sueño:

  • En los paises que hemos visitado absolutamente todo el mundo habla inglés y son tremendamente educados, lo cual es muy de agradecer cuando te acercas a una ciudad como Colonia sin tener ni idea de alemán. Hemos preguntado mil cosas a paseantes, tenderos, policías… y en todas y cada una de las ocasiones nos han respondido con una amabilidad a la que no estamos acostumbrados aquí. En serio, el trato es exquisito y es un detalle que me ha encantado.
  • Del mismo modo, cuando vas por la calle en Bélgica o entras a un bar te das cuenta de que la gente no grita. De hecho, cuando ves a un grupo de gente que va hablando a voces por la calle nunca falla: son españoles o italianos. Triste pero cierto, os lo aseguro.
  • En Bélgica, Holanda, Alemania… ponen la música en los bares nada más que de fondo, de tal modo que puedes hablar con tus acompañantes sin dejarte la voz en ello. Incluso en los pubs, el volumen está algo más alto, pero en ningún caso te impide hablar con total normalidad. Eso es un detalle que me gustó mucho.
  • De todo lo que visité, tal vez Amsterdam es lo que menos me gustó por ser excesivamente turístico. No digo que me disgustara, porque los canales son chulísimos; pero no me entusiasmó tanto como el resto de excursiones. Obviamente pasamos por el barrio rojo para verlo con nuestros propios ojos, pero el caso es que no le acabo de ver la gracia al asunto del sexo por todas partes y los cofeeshops. Sin embargo, viendo la de gente desfasada que había por allí me queda claro que hay mucho turismo que va a esta ciudad nada más que por esos dos temas (algo que no gusta a los residentes tal y como nos dijeron ellos mismos).
  • La vida Erasmus es un mundo aparte: se rige por sus propias normas y principios. Me hace especial gracia el delicado equilibrio entre los miembros de una casa con el tema de la limpieza, ya que cada uno se friega sus propias cosas (como es lógico) pero si alguien hace la jugada de dejar un montón de platos en el fregadero tampoco se le dice nada por muy mal que siente. Del mismo modo, por mucho ruido que haya cuando alguien monta una fiesta y tú quieres dormir, tampoco se dice nada porque a lo mejor al día siguiente la situación se invierte. Digamos que es una especie de status-quo entre todos los Erasmus de la casa por el bien de la convivencia.
  • Cuando nieva y hay dos grados bajo cero un tren puede ser el mejor lugar del mundo. Es genial la sensación de calor que hay dentro del vagón, porque acompañada del suave traqueteo del tren consigue que te quedes de lo más relajado después de un largo día de caminatas hasta el punto de quedarte dormido casi sin quererlo.
  • Mi nikon D40 se ha mojado en varias ocasiones por culpa de la lluvia así como los objetivos que llevaba montados, pero ha aguantado el tipo perfectamente. De todos modos, la funda de lluvia que lleva integrada la mochila Lowepro Slingshot AW100 ha sido una bendición cuando caía agua a lo bestia y no había lugar donde meterse. La bolsa ha permanecido completamente seca lloviera mucho o poco, aunque cuando entrabas a un lugar caliente y tocabas la cámara parecía de hielo. Por suerte no condensó la humedad en el interior; sólo en el frontal del objetivo y en la superficie de la pantalla LCD.
  • Me tengo que autofelicitar por haberme comprado las Chiruca y el abrigo impermeable de los que os hablaba hace unos días. Con todo lo que nos ha llovido y el frío que ha hecho en algunos lugares ha sido todo un acierto. Acerté de pleno cuando decidí comprarme esos dos elementos, porque tras pasar varias horas sin paraguas bajo una lluvia intensa sentir que tanto el cuerpo como los pies están secos y calientes es una auténtica maravilla.
  • El nuevo Renault Megane anda bastante bien. Alquilamos un VW Polo para ir a Colonia y Amsterdam, pero cuando fuimos a recogerlo no lo tenían disponible en ese momento y nos dieron el coche que os digo con apenas 9000 kilómetros. Fue una pasada ir por la autobahn alemana en los tramos sin límite de velocidad porque se ponía casi a 200 Km/h y era completamente estable incluso a esas velocidades. Durante los dos días que lo tuvimos hicimos más de mil kilómetros, así que le sacamos bastante partido.
  • El iPod Touch ha sido un buen compañero durante estos días: lo he llevado todo el día encima y no he necesitado otra cosa para estar al día del correo electrónico, el tiempo, las noticias y actualizar Twitter. Además, no he tenido que cargarlo ni una sóla vez, así que si antes estaba contento con él, ahora todavía más.

Bueno, creo que ya está bien por hoy. Sobre las fotografías que he hecho durante estos días os tengo que decir que he realizado más de 400 fotos y que ahora mismo se están «cocinando» en Adobe Lightroom. Una vez que las haya subido a Flickr empezaré a redactar una serie de entradas narrando lo que vi en cada uno de los sitios que he visitado organizándolas cronológicamente para no dejarme nada en el tintero. ¡Espero que os resulte interesante!

Un saludo a todos y muchas gracias por el seguimiento de estos días, pues viendo las estadísticas veo que habéís estado bastante atentos al post anterior a éste donde fui dando cuenta de mis pasos por Europa mediante el uso de mi cuenta de Twitter.

De viaje por Bruselas y alrededores

Bruselas me espera. En apenas unas horas aterrizaré en el aeropuerto de Charleroi y allí comenzará el periplo por tierras centroeuropeas que me llevará junto a a mis hermanos y Joe a pasar cuatro días completos recorriendo ciudades de arriba a abajo, haciendo fotos y conociendo lugares que hasta ahora no había pisado.

¡Arre caballito!

Ha sido un viaje lárgamente planeado, pues la idea surgió ya en verano cuando mi hermana anunció que se iba a Bélgica para cursar el último año de su carrera, perfeccionar los idiomas y de paso ampliar un poco sus ya de por si amplias miras. No se puede quejar, pues además de que se lo está pasando estupendamente (no hay noche sin su fiesta Erasmus correspondiente) parece que el estudio va bien y todo apunta a que volverá en verano con todo aprobado, dando así por finalizada su carrera de Publicidad y Relaciones Públicas.

He de reconocer que no estoy muy contento con el tiempo que está haciendo. Cuando hizo tan malo en Navidades, pensé que para finales de Febrero la cosa mejoraría ostensiblemente; pero ya habréis visto que desde el pasado fin de semana apenas hemos visto el sol y la cosa no tiene pinta de que vaya a cambiar demasiado. Además, si aquí no hace muy buen tiempo os podéis imaginar que en la zona de Europa comprendida entre Francia y Alemania no es que vaya a haber un clima tropical precisamente, así que habrá que abrigarse bien.

Como ya os he dicho en alguna ocasión, mi intención para los próximos días es, sobre todo, hacer fotografías de aquello que me llame la atención. Durante los últimos meses me he dado cuenta de que mis imágenes han mejorado bastante, así que considero este viaje como una especie de «examen» para comprobar si fuera de mi entorno también soy capaz de captar la esencia de los lugares por los que paso.

Torres, agujas, nidos y tejados

La verdad es que no sé cómo saldrán las cosas, pero lo más normal es que vayan bien. Nosotros lo llevamos todo planificado y preparado, pero que luego el tiempo sea horrible, que el avión se retrase seis horas o que pillemos todos la gripe A (o B o C) ya es cuestión de suerte y son cosas que ni siquiera sería lógico plantearse.

En principio vamos a visitar, aparte de la propia ciudad de Bruselas (Bélgica), las localidades de Brujas (también en Bélgica), Amsterdam (Holanda) y Colonia (Alemania); por lo que el viaje y las oportunidades para hacer fotografías son, a priori, bastante amplias. De todos modos, esa es la idea inicial que llevamos, pero siempre hay que contar con que los planes pueden modificarse en función de otras variables con las que no contamos. En todo caso, vayamos donde vayamos, trataré de llevar siempre encima mi habitual curiosidad por lo que me rodea y las ganas de retratar aquello que capte mi atención.

Domingo por la mañana

En cuanto al blog, no tengo pensado actualizar esto para nada hasta el próximo día 23; pero se me ha ocurrido llevarme mi iPod Touch y gracias a él poder estar al tanto del e-mail así como actualizar mi cuenta de Twitter para dar cuenta de mis andanzas por el centro de Europa a todo aquel que le interese saber de mí durante esos días.

Precisamente para facilitaros esa tarea, puesto que esta entrada será la que esté en la portada del blog durante estos próximos días, os voy a dejar a continuación una imagen en la que podréis leer la última actualización de mi Twitter. Si queréis ver un histórico de lo que he ido escribiendo podéis hacer click directamente sobre ella y os llevará a mi canal donde figuran todas las actualizaciones.

En cualquier caso, os advierto que la web que aloja este servicio a veces está caída, de modo que también tenéis en la parte superior de la columna derecha un widget que muestra las últimas actualizaciones de mi Twitter y que permanecerá ahí durante los días del viaje.

De todos modos, tened en cuenta que para conectarme a Internet y actualizar Twitter voy a depender de las redes WiFi que me vaya encontrando por ahí. En la casa de mi hermana no hay problema porque tiene conexión inalámbrica, pero en medio de una ciudad no sé si las redes inalámbricas a disposición del público escasearán tanto como aquí. En cualquier caso, si se os ofrece algo, me podéis mandar un correo y aunque sea en un rato antes de irme a dormir os responderé.

Bueno, pues poco más que añadir. Sólo me queda daros las gracias por aguantar los rollos que os he soltado durante estos días previos al viaje y prometeros que a la vuelta os contaré lo que haya sucedido por allí acompañando las palabras con un montón de fotos.

En una calle del centro

Besos y abrazos según corresponda. ¡Hasta pronto!

Capturando el momento

Aunque ya he comentado en más de una ocasión que la fotografía es una cuestión de sensibilidad y de buscar ángulos diferentes, hay que reconocer que la suerte también juega un papel decisivo.

De hecho fue la propia fortuna la que dio origen a la fotografía que hoy os muestro, ya que la aparición del caballero de abrigo largo y pelo canoso fue totalmente inesperada al meterse en el encuadre justo en el instante en el que presionaba el disparador de la cámara.

Curiosidad

Nada más disparar pensé «Gracias por jo#%&me la foto» (es la expresión que siempre se me viene a la cabeza cuando pasan estas cosas) y me puse a repetir la toma un par de veces más retratando la puerta en completa soledad. Sin embargo, al llegar a casa y comprobar los resultados me llevé una buena sorpresa al ver esa mezcla de extrañeza y curiosidad en el rostro de aquel paseante, siendo esta la mejor de las fotos realizadas durante aquella soleada mañana.

Incluso el mismísimo Henri Cartier-Bresson afirmaba en un interesante documental que la fotografía siempre es una cuestión de suerte. Algo con lo que, por supuesto, estoy completamente de acuerdo.

Batallitas

Me estoy dando cuenta de que estos días me siento especialmente sensible ante las cosas que me rodean: si ayer os mostraba una fotografía que hablaba sobre la belleza oculta de la geometría urbana, hoy me gustaría enseñaros algo relacionado con contar historias y batallitas, que es algo que suelo hacer con frecuencia en este blog.

Batallitas

Esta pareja de ancianos captó mi atención en cuanto los vi a lo lejos: sentados al sol en un banco, uno de ellos no paraba de hablar apasionadamente mientras el otro escuchaba con mucha atención (al menos esa era la impresión que daba). Estampas cotidianas de los domingos por la mañana que, por suerte, nunca cambiarán.

Belleza cotidiana

Nunca me cansaré de decir que hacer una fotografía original depende del día que tengas. En el caso de la que hoy os muestro no es más que una hilera de chalets por la que habré pasado cientos de veces anteriormente, sólo que en esta ocasión la disposición de las chimeneas llamó mi atención de tal modo que no pude evitar exclamar en voz alta «¡Qué grande!» antes de presionar el disparador.

En serie

Me parece fascinante toda esa belleza que nos rodea cada día y que en la mayoría de las ocasiones pasa completamente inadvertida antes nuestros ojos.

Review: Dell Inspiron Mini 10

Dell Inspiron Mini 10

Después de casi dos años de uso diario de mi pequeño Asus EeePC 701 me he animado a dar el salto a un nuevo netbook. Es cierto que el pionero de los ultraportátiles destinados al gran público me ha prestado muy buen servicio y no me ha dado ningún tipo de problema en todo este tiempo; pero como decía hace unos días, hay algunos aspectos que han sido mejorados en las generaciones posteriores de ultraportátiles y precisamente por usarlo todos los días me he dado cuenta de que merecía la pena invertir en un nuevo modelo que supliera dichas carencias.

El nuevo netbook

Pues bien, después de mucho buscar me decidí por un Dell Inspiron Mini 10 recién salido del horno (se presentó hace aproximadamente un mes) cuyas características técnicas son las siguientes:

  • Microprocesador Intel Atom N450
  • Memoria RAM de 1 GB
  • 250 GB de disco duro
  • Pantalla de 10″ con resolución de 1024 x 600 pixels
  • Conectividad Wi-Fi, Bluetooth y Ethernet
  • Webcam de 1.3 Mpixels
  • Batería de seis celdas
  • Tres puertos USB 2.0 y un puerto VGA para monitor externo
  • Lector de tarjetas de memoria SD, MMC y Memory Stick
  • Sistema operativo Windows 7 Starter Edition

Todo ello por 299 euros, que es lo mismo que me costó en su momento el EeePC y que se perfila como el precio más estándar para un ultraportátil en España.

Primeras impresiones

Una vez fuera de la caja y colocado junto a mi anterior netbook se nota que el nuevo ordenador es algo más grande, aunque tampoco es una diferencia escandalosa. Del mismo modo, el peso también es ligeramente superior, quedándose en unos 1360 gramos frente a los 920 del Asus. Como en tantas otras cosas, una imagen (en este caso dos) vale más que mil palabras:

Dell Inspiron Mini 10 vs. Asus EeePC 701

Dell Inspiron Mini 10 vs. Asus EeePC 701

A nivel estético constrasta muchísimo la superficie negra lacada del Dell en comparación con el blanco mate del pequeño Asus. El problema es que aunque estéticamente ese negro brillante sea más atractivo, tiene toda la pinta de rayarse con estornudar, por lo que habrá que tener cuidado; máxime cuando con el ordenador no se incluye ningún tipo de funda (cosa que sí venía en la caja del EeePC 701).

Del mismo modo, si el ordenador anterior podía manosearlo todo lo que quisiera sin que en su carcasa quedara marca alguna, en la superficie del Dell las huellas dactilares se quedan marcadas al más mínimo roce, por lo que deberéis resignaros a llevar el ordenador lleno de dedos a no ser que lo utilicéis con guantes.

Dell Inspiron Mini 10

Como podéis comprobar en una de las imágenes anteriores, en este ordenador la pantalla no «sale» desde la parte trasera, sino que la bisagra está adelantada un par de centímetros con respecto al borde. Esto es una novedad con respecto a la versión anterior del más pequeño de los portátiles de Dell y que veréis mejor en la siguiente fotografía que muestra esta zona desde un lateral del equipo.

Dell Inspiron Mini 10

Lo que conseguimos con esto es, por un lado, tener la pantalla más próxima a nuestros ojos y por otro conseguir que el sistema sea más estable al estar el peso más balanceado. La contrapartida es que la pantalla sólo se puede inclinar hacia atrás unos 45 grados, lo que puede ser insuficiente si somos muy altos y utilizamos el ordenador directamente sobre nuestras piernas.

Lo importante está en el interior

Internamente lo que da vida a este ultraportátil es uno de los nuevos micros que Intel puso a la venta el pasado 11 de Enero bajo la denominación Pineview y que comercialmente se conoce como Intel Atom N450 (y que era el requisito más importante que le pedía a mi nuevo netbook).

En este caso los ingenieros de Intel no han seguido el camino habitual de crear un microprocesador con mayores prestaciones; sino que se ha optimizado tanto el consumo de energía como la integración de los componentes vitales del sistema para así incrementar la autonomía de la batería. Concretamente el consumo eléctrico es un 40% menor y en un mismo encapsulado se encuentran ahora además del procesador principal, el sistema de vídeo y el controlador de memoria.

En cualquier caso, también hay una serie de mejoras con respecto a la generación anterior de micros Intel Atom (N270 y N280), siendo la más destacada la inclusión de la arquitectura de 64 bits en el nuevo modelo, pudiendo ejecutar nativamente software diseñado para esta plataforma con la consecuente ganancia de rendimiento (aunque luego veremos que el sistema operativo que viene «de serie» no saca provecho de esto).

Dell Inspiron Mini 10

Técnicamente nos encontramos ante un microprocesador que cuenta con un sólo núcleo funcionando a 1667 MHz, con tecnología Hyper-Threading y que cuenta con una memoria caché interna de 512 KB disipando una potencia total de 5.5 vatios entre todo el conjunto de microprocesador, controlador de memoria DDR2-667 MHz y sistema gráfico Intel GMA 3150 funcionando a 400 MHz.

Obviamente los ordenadores que incluyen este microprocesador no están pensados para tareas muy exigentes como edición de vídeo, juegos o proceso intensivo de imágenes; sino a las típicas labores ofimáticas y a la navegación por Internet. De todos modos, a no ser que seáis unos jugones empedernidos pensad: ¿cuántas veces usáis vuestro ordenador para algo que realmente no podáis hacer con un netbook?

Dell Inspiron Mini 10

En mi caso particular los netbooks son un invento fantástico: me dan unas prestaciones correctísimas para hacer cualquier cosa relacionada con Internet contando con un peso y un tamaño muy contenidos (usar el portátil grande en el sofá es incomodísimo). Para retocar fotografías, editar vídeos y cosas así ya cuento con mi ordenador de sobremesa y su monitor Full-HD; pero para todo lo demás siempre acabo echando mano de mi netbook.

Windows 7 Starter Edition o cómo mermar las prestaciones de un netbook

El ordenador venía originalmente con Windows 7 Starter Edition. Un sistema operativo de Microsoft basado en la última versión para ordenadores «grandes» y que me dejó bastante frío en cuanto lo probé.

Para empezar, esta versión de Windows es para microprocesadores de 32 bits; y siendo los Atom N450 de 64 bits ahí ya hay una cierta pérdida de rendimiento (sobra decir que los micros de 64 bits son retrocompatibles con el software de 32 bits). Pérdida que no sé si será responsable de que el equipo se tire un minuto y medio para arrancar, pero que me pareció un tiempo a todas luces excesivo teniendo en cuenta que mi sobremesa gobernado por Windows 7 lo hace en menos de medio minuto y que el pequeño Asus EeePC 701 con Arch Linux necesita poco más de quince segundos para estar «listo para la acción».

Ya me di cuenta de esta lentitud general cuando estuve probando el ordenador en la tienda; pero pensé que sería debido a que como está al alcance de todo el mundo en el expositor alguien habría desconfigurado algo. Sin embargo, una vez puestas las manos sobre mi propio ordenador tranquilamente sentado en el sofá de casa me di cuenta de que esa falta de rendimiento también se daba en mi propio equipo.

Lo peor del asunto no es el arranque, sino el funcionamiento global del ordenador bajo este sistema operativo. En general las aplicaciones tardan más de la cuenta en arrancar y el sistema no da la sensación de fluidez que se espera de un ordenador recién estrenado. Estuve un par de horas configurando el equipo y empleando algunas de sus aplicaciones y tenía la sensación de que había dado un paso atrás con respecto a velocidad general comparado con mi veterano EeePC 701, generando en mí una cierta frustración.

Por lo tanto, dado que con el ordenador venía un DVD para reinstalar Windows en caso de problemas, me animé a eliminar esta versión de Windows del disco duro e instalar Ubuntu Linux 9.10 en su versión de 64 bits; proceso que me llevó poco más de media hora y durante el cual no me encontré con ningún problema digno de mención.

Con el nuevo sistema ya instalado el ordenador respondía como se esperaba y todo funcionaba de manera instantánea y estable. El arranque del ordenador se realiza en 20 segundos exactos y todas las funciones «raras» del ordenador funcionan a la perfección (ajuste de brillo y volumen, captura de pantalla, Wi-Fi…).

Dell Inspiron Mini 10

En definitiva, aunque mis impresiones positivas del ordenador se vinieron un poco abajo cuando empecé a trastear con el Windows 7 Starter Edition, fue instalar Ubuntu 9.10 y recuperar las buenas sensaciones. Y que conste que en mi ordenador de sobremesa Windows 7 funciona a las mil maravillas; pero creo que Microsoft ha sido demasiado optimista a la hora de programar esta versión destinada a portátiles sencillos de su recién estrenado sistema operativo.

Pruebas de rendimiento

Una vez que el sistema estuvo completamente configurado, con ayuda del programa Hardinfo he podido testear el rendimiento de otras cuatro máquinas que ejecutan sistemas operativos Linux para compararlas con el Dell, siendo estas las características principales de cada una:

  1. Asus EeePC 701: Micro Intel Celeron 900 MHz @ 630 MHz, 1 GB de RAM
  2. Apple Ibook G4: Micro PowerPC 7447A 1.4 GHz, 1 GB de RAM
  3. PC compatible PIV: Micro Intel Pentium IV 2.8 GHz, 2 GB RAM (single channel)
  4. Acer Aspire X1700: Micro Intel Core 2 Duo E7300, 3 GB de RAM
  5. Dell Inspiron Mini 10: Micro Intel Atom N450, 1 GB de RAM

Pues bien, una vez ejecutados los seis diferentes tests de rendimiento disponibles los resultados (ordenados por puntuación de forma decreciente) son los siguientes:

CPU Blowfish (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 6.42

Dell Inspiron Mini 10 – 16.91

PC compatible PIV – 19.70

Apple Ibook G4 – 47.13

Asus EeePC 701 – 55.17

CPU Cryptohash (Más alto es mejor)

Acer Aspire X1700 – 200.60

Dell Inspiron Mini 10 – 56.34

PC compatible PIV – 42.80

Apple Ibook G4 – 27.88

Asus EeePC 701 – 20.46

CPU Fibonacci (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 2.93

PC compatible PIV – 5.27

Dell Inspiron Mini 10 – 8.95

Apple Ibook G4 – 14.93

Asus EeePC 701 – 16.42

CPU N-Queens (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 8.51

PC compatible PIV – 9.88

Dell Inspiron Mini 10 – 17.23

Apple Ibook G4 – 31.09

Asus EeePC 701 – 37.82

FPU FFT (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 4.67

PC compatible PIV – 7.71

Dell Inspiron Mini 10 – 18.32

Asus EeePC 701 – 27.52

Apple Ibook G4 – 45.78

FPU Raytracing (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 6.20

Dell Inspiron Mini 10 – 18.11

PC compatible PIV – 26.37

Apple Ibook G4 – 43.28

Asus EeePC 701 – 76.98

A modo de resumen, mirando todas las pruebas en conjunto se puede decir que el rendimiento puro y duro del microprocesador Atom N450 estaría más o menos a la par que el obtenido con un Pentium 4 a 2,8 GHz. En algunos apartados uno gana al otro y en el resto la situación se invierte (esencialmente en los que están involucradas las unidades de cálculo en coma flotante), por lo que para tareas en general queda claro que se trata de un micro que se defiende bastante bien. Es obvio, como os decía antes, que los netbooks no son ordenadores enfocados a trabajos especialmente complejos; pero con las prestaciones que dan podréis internetear y ejecutar cualquier tarea ofimática sin ningún tipo de problema.

De todos modos, en los diferentes apartados de la prueba podéis ver que el ordenador de sobremesa equipado con un microprocesador Core 2 Duo goza de mucha más potencia de cálculo que el resto y que el pequeño Asus EeePC 701, como es lógico, palidece con respecto al resto de máquinas que participaron en la prueba. En la informática no existen los milagros, así que no esperéis rendimiento de sobremesa en un equipo que apenas consume electricidad porque es como si pretendéis tener las prestaciones de un Porsche 911 con un motor que gaste lo que un Opel Corsa.

Una pantalla brillante

La pantalla que equipa el Dell Inspiron Mini 10 es de tipo brillante, aunque no tanto como en los portátiles de Apple por ejemplo. Tiene un ángulo de visualización lateral amplísimo, pero no así en su visualización vertical, pues los colores se falsean bastante en cuanto la inclinamos unos grados por encima o por debajo del ángulo óptimo. Como os comenté anteriormente, la pantalla se puede abatir hacia atrás un máximo de unos 45 grados al estar limitada por la especial construcción de su carcasa.

Dell Inspiron Mini 10

En cualquier caso, hay que reconocer que la pantalla es realmente nítida y da una calidad de imagen muy buena. Con una resolución de 1024 x 600 pixels y un tamaño de 10″ no se aprecian dientes de sierra en las líneas diagonales ni artefactos raros en las zonas con degradados. Del mismo modo, el contraste es mucho más amplio de lo que era en mi anterior EeePC, ya que en el Dell los negros son realmente negros y el blanco es puro y luminoso. En algo se tienen que notar los dos años de diferencia entre un ordenador y el otro, ¿no?

Como todos los portátiles, la visualización bajo la luz directa del sol no es todo lo buena que debería, aunque es cierto que las pantallas brillantes se defienden mejor que las mates en este aspecto. Para comprobar esto he colocado el ordenador delante de una ventana abierta a pleno sol y he hecho una fotografía directamente a la pantalla. Como podéis ver, aunque ya os adelanto que el reflejo es molesto para la vista, al menos las letras oscuras sobre fondo claro se pueden leer perfectamente.

Dell Inspiron Mini 10

No quisiera dejar pasar por alto el hecho de que este modelo de ordenador no posee ningún tipo de sensor de luminosidad ambiental que ajuste automáticamente el brillo de la pantalla, algo que sí tiene mi portátil del trabajo o el mismísimo iPod Touch y que es un detalle realmente útil para no tener que andar ajustando a mano este parámetro. Es una pena no haberlo integrado en la carcasa, porque es un detalle nimio pero que se agradece.

Dell Inspiron Mini 10

Teclado y touchpad: al servicio del tacto

El teclado es una absoluta delicia. Y no sólo si lo comparamos con el del EeePC 701, cuyas dimensiones son bastante más reducidas; sino en términos absolutos. Es de unas dimensiones adecuadas (Dell afirma que su tamaño representa el 93% de un teclado de portátil estándar) y tiene un tacto sencillamente perfecto. De hecho, esta review está escrita íntegramente usando el recién estrenado Dell y doy fe de que la comodidad al teclear es prácticamente insuperable.

Dell Inspiron Mini 10 vs. Asus EeePC 701

Lo que no me ha gustado tanto es que por defecto las teclas de función no estén asignadas a las conocidas F1, F2… hasta F12; sino a las funciones especiales del sistema que controlan al volumen de los altavoces, el brillo de la pantalla… Es decir, que si pulsamos lo que sería F2 vamos a activar / desactivar el Wi-Fi, mientras que para obtener la función comúnmente asignada a F2 (que suele ser cambiar el nombre de un fichero) habrá que pulsar la combinación Fn + F2.

Entiendo que es una tontería sin importancia y que a todo se acostumbra uno; pero si toda la vida esas teclas han tenido su función no sé qué necesidad había de darle la vuelta a las cosas que funcionan bien.

En cuanto al touchpad, hay que reconocer que su superficie es bastante generosa, pero cuenta con la peculiaridad de que los dos botones con los que cuenta están integrados en su propia superficie, que bascula a izquierda y derecha.

Dell Inspiron Mini 10

Esto logra que dicho dispositivo quede perfectamente integrado en la carcasa del ordenador, pero hasta que nos hagamos con el funcionamiento del touchad tendremos que pasar por un periodo de adaptación durante el cual nos ocurrirá en más de una ocasión que el puntero del ratón se nos moverá al tener que presionar la propia superficie para ejercer la pulsación como tal.

Opciones de conectividad

El apartado de conectividad del Dell Inspiron Mini 10 queda resuelto de varias formas: por un lado contamos con tres puertos USB 2.0 para conectar ratones, pendrives, discos duros externos… Disponemos de uno en el lado derecho y dos en el izquierdo, no contando con ninguno de ellos en la parte trasera.

En cuanto a las comunicaciones inalámbricas contamos con una tarjeta Wi-Fi que cumple los estándares b y g así como un módulo Bluetooth útil para sincronizar los contenidos de nuestro teléfono móvil o PDA.

Mención aparte para el puerto VGA, que situado en el lateral izquierdo del pequeño ordenador nos permitirá conectarlo a un monitor externo o un proyector si queremos emplearlo para dar algún tipo de conferencia o similar. También contamos con los habituales conectores para auriculares y micrófono empleando un jack de 3,5 mm así como un discreto lector de tarjetas compatible con los formatos SD, MMC y Memory Stick.

Dell Inspiron Mini 10

A excepción del Bluetooth, es lo típico que suelen traer todos los netbooks, de modo que poco más que reseñar en este apartado.

Uso diario e impresiones generales

En cuanto a lo que el uso diario y habitual se refiere, me gustaría comentaros una serie de puntos que me han llamado la atención en mayor o menor medida:

El ordenador no cuenta con ningún tipo de ventilador, por lo que es absolutamente silencioso en su funcionamiento, siendo el aparcado de las cabezas del disco duro el único ruido mecánico que escucharemos durante su uso. Ahora bien, la ausencia de ventilador implica que la zona de la carcasa bajo la que se encuentra el microprocesador del equipo se va a calentar bastante. En el caso de usarlo sobre una mesa o similar nos va a dar un poco igual, pero si lo colocamos sobre nuestras piernas, pasado un tiempo nos vamos a dar cuenta de que la temperatura de nuestro muslo derecho se empezará a elevar más de la cuenta; siendo esa es la única zona de la carcasa que se calentará hasta el punto de resultar molesta, quedando las demás a una temperatura bastante agradable.

Dell Inspiron Mini 10

Como ya dije en los primeros compases de la review, el teclado es una verdadera delicia. Tiene un tacto impecable y la fuerza necesaria para la pulsación de cada tecla es mínima, por lo que resulta muy descansado para nuestros dedos y muñecas. Y precisamente hablando de ergonomía, gracias a que la carcasa posee una superficie libre de unos cinco por diez centímetros a cada ladodel touchpad podremos emplearla a modo de reposamuñecas y ganar así en comodidad a la hora de escribir.

Por cierto, no puedo pasar por alto el singular acabado de la superficie interior de la carcasa que rodea al teclado, pues lejos de ser lisa tiene grabadas una serie de «serpientes» que podéis apreciar en algunas de las fotos que ilustran este análisis.

La cobertura de la red inalámbrica parece estar bien resuelta, ya que en las zonas de la casa en las que el Asus EeePC 701 se me desconectaba frecuentemente, este Dell mantiene una conexión estable y con un tráfico de datos muy fluido. Comentar también que la tarjeta instalada es una Broadcom BCM 4312; dato que podría ser de utilidad para aquellas personas que pretendan hacer algún tipo de «uso alternativo» de la misma.

Otros detalles que me han gustado especialmente son el pequeño y discreto botón de encendido situado en la equina superior izquierda del teclado así como el pequeño LED presente en la clavija del adaptador de corriente que indica si el mismo está alimentado o no y que os muestro en la siguiente fotografía:

Dell Inspiron Mini 10

Por lo demás el ordenador rinde muy bien si lo usamos para lo que ha sido diseñado y se maneja de forma correcta y agradable. Aunque pese unos gramos más que el EeePC 701 esto apenas se nota y ese par de centímetros extras a lo largo y a lo ancho (el grosor es prácticamente le mismo) permiten integrar un teclado y un touchpad de tamaño adecuado; cosa que se agradece mucho.

Por cierto, los altavoces están situados debajo de la carcasa; concretamente bajo las zonas destinadas a reposar nuestras muñecas que os comentaba hace unos párrafos, por lo que si colocamos el portátil sobre una cama o similar no se escuchará demasiado alto incluso subiendo el volumen considerablemente. Para esos casos es mejor emplear auriculares.

La webcam (como todas las webcams) se ve bien si la luz ambiental es intensa y con mucho ruido si estamos en penumbra. Posee un micrófono estéreo y un LED que indica su actividad. Por lo demás, si pensáis en la cámara de un teléfono móvil grabando vídeo estaréis muy cerca de lo que puede dar de si este componente del ordenador.

En cuanto al tiempo de autonomía de la batería a mí me parece que está más que bien: el sistema operativo anuncia unas ocho horas de duración cuando la batería está completamente cargada y me encuentro navegando por Internet mediante conexión Wi-Fi; algo que se ajusta bastante a la realidad por lo que he podido ver hasta el momento. Lo normal es que tras las primeras cargas de batería esta autonomía aumente ligeramente (del orden de un 10 o un 15 por ciento) pero aunque no fuera así la marca de ocho horas está más que bien, sobre todo comparado con las poco más de dos horas de autonomía que me daba mi EeePC 701 y su procesador Celeron a 630 MHz.

Antes de que se me olvide, si alguien se está preguntando la posibilidad de ampliar la memoria RAM del ordenador he de decir que no es un proceso tan sencillo de realizar como en el Asus EeePC 701 y su fácil acceso a este componente. En el caso del Dell Inspiron Mini 10 hay que desmontar todo el portátil como muestra este tutorial, y la verdad es que a no ser que sea estrictamente necesario yo no metería mano al ordenador tan a fondo como para tener que quedarme con la placa base «al desnudo».

Conclusiones

Después de haber estado todo el fin de semana empleando el nuevo netbook sólo puedo contar alabanzas de este modelo de Dell. Es verdad que había alguna opción por encima de él en mi lista inicial de candidatos para sustituir a mi antiguo ultraportátil; pero cuando tuve ocasión de probarlo en la tienda me quedé enamorado del tacto de sus teclas y la calidad de la pantalla.

Tal vez con otros modelos podría haber arañado una horita más de batería o haberme ahorrado veinte o treinta euros en el precio final; pero la inclusión de esos noventa gigabytes más de disco duro, el módulo Bluetooth integrado y los pequeños detalles de los que hace gala este pequeño portátil me hicieron ver que la búsqueda de mi nuevo netbook había llegado a su fin.

Dell Inspiron Mini 10

Estoy seguro de que mi relación con el Dell Inspiron Mini 10 será larga y fructífera. De momento sus teclas han alumbrado esta review al completo y eso ya dice mucho en su favor, de modo que si estáis contemplando la opción de haceros con un netbook éste puede ser un modelo a tener en cuenta. A mí, desde luego, me tiene encantado.

Pensamientos varios sobre mi inminente viaje a Bruselas

Si seguís habitualmente este blog es posible que ya sepáis que en la madrugada del jueves al viernes me voy a pasar cuatro días a Bruselas junto a mi hermano y Joe para ver a mi hermana que está allí de Erasmus desde Septiembre y de paso hacer fotos por los alrededores ( ¿o era al revés? ). De momento sólo sé el día que nos vamos y el que volvemos además de unos cuantos lugares para visitar; pero es que yendo con esta pareja de locos uno ya sabe de antemano que lo va a pasar bien.

¡¡¡Cuidado con la curva!!!

Mi hermana y Joe en plena curva

Precisamente en torno a eso han estado girando muchas de mis actividades de los últimos días, ya que me gusta llevar las cosas bien preparadas y estar listo para lo que pueda surgir en tierras centroeuropeas. De hecho, parece que el clima que nos vamos a encontrar no será tan malo como se podría pensar ahora mismo (está nevando y con temperaturas bajo cero por allí) porque a partir del jueves suben las temperaturas y la previsión es que esté nublado sin más.

De todos modos, me he comprado en Decathlon un abrigo pensado para temperaturas muy frías así como unas botas Chiruca completamente impermeables (creedme, lo he comprobado  😀 ) por si se presentan lluvias en medio de una excursión. Del mismo modo, hace unas semanas me compré una mochila Lowepro Slingshot AW 100 con funda para lluvia de tal modo que podré llevar encima mi equipo fotográfico con comodidad y sin miedo a que acabe «pasado por agua». Había pensado en hablaros de dicha mochila antes de irme, pero el estreno de mi nuevo ultraportátil (del que en apenas unas horas publicaré una extensa review) ha eclipsado ese tema y ya lo dejaré para después del viaje.

En total llevo 7 GB en tarjetas de memoria (4 + 2 + 1) así como un pendrive de 8 GB que me permitiría hacer un backup completo de todo el material si fuera necesario y volver a llenar las tarjetas. De todos modos, con esos 7 GB podría almacenar unas 1000 fotografías en RAW, así que espero que no tenga que andar haciendo malabarismos con las tarjetas, el pendrive y el ordenador de mi hermana, porque además eso implicaría que para procesar casi dos mil fotos me puedo pasar una semana entera delante del Lightroom (y hacer que los servidores de Flickr empiecen a echar humo), de modo que prometo ser más selectivo a la hora de presionar el disparador de la cámara.

Hablando de ordenadores, el único medio de comunicación que me llevaré allí será mi iPod Touch para poder mirar el correo y conectarme a Internet allí donde haya un Wi-Fi abierto. En casa de mi hermana no hay problema porque cuenta con un router Wi-Fi, pero cuando estemos de excursión me tendré que servir exclusivamente de lo que me vaya encontrando por allí. El blog durante esos días no lo actualizaré, pero sí que tengo pensado publicar cosillas en mi cuenta de Twitter aprovechando que tengo instalado en el iPod el más que recomendable Twitterrific. Y es verdad que hay una utilidad para publicar cosas en blogs de wordpress con un iPod / iPhone, pero para publicar dos notas chapuceras y sin fotos prefiero sentarme al teclado tranquilamente al volver y poco a poco ir sacando a la luz detalles y anécdotas de esos días.

Es verdad que podría usar el portátil de mi hermana por la noche para escribir alguna cosa por aquí, responder comentarios o lo que sea; pero la verdad es que me apetece mucho sobrevivir unos días a base exclusivamente de iPod Touch y ver si es tan versátil como me parece. A la vuelta seguro que escribo algún artículo contando lo que me ha parecido ese asunto en particular, así que será interesante ver cómo me desenvuelvo con él.

Y bueno, poco más. Mañana arranca la semana y entre el trabajo y los preparativos del viaje no sé si tendré mucho tiempo para escribir por aquí. Hay bastantes cosas que dejar finiquitadas antes de que me vaya y sólo quedan cuatro días. El jueves por la noche seguro que escribo algo, pero aparte de la review del nuevo Dell que publicaré hoy antes de irme a dormir no creo que le dedique mucho tiempo al blog en los días que faltan para irme (bueno, eso digo ahora, pero seguro que luego se me ocurre algo y me pongo «manos al teclado»).

¡Gracias por leerme y perdón por la parrafada!  ^__^

Enamorarse de la vida

Hoy vamos a hablar de amor, aunque os advierto que no voy a entrar a valorar si el llamado día de los enamorados es un invento de El Corte Inglés o no. Sin embargo os diré una cosa al respecto: no creo que se pueda llamar amor a algo que sólo se demuestra una vez al año.

Cuando a media mañana salga a dar una vuelta por Alcalá estoy seguro de que veré a más de una pareja caminando de la mano por la calle Mayor y sus alrededores. Ella con una rosa en la mano; él oliendo a una colonia recién estrenada… Y me parece muy bien, pero siempre que dentro de unos días él le regale un ramo de flores «porque sí» o el mes que viene ella le sorprenda con algún otro detalle sin venir a cuento.

El amor no es algo que podamos hacer aparecer y desaparecer a voluntad como un David Copperfield cualquiera; sino una filosofía de vida que se lleva dentro y sale a relucir bajo cualquier circunstancia. Una auténtica actitud ante la vida. Quien tiene amor siempre lo da, sea 14 de Febrero o 25 de Octubre. Y no hay por qué entregárselo a una persona; no tenemos por qué guardar ese amor en lo más profundo de nuestra alma si no tenemos pareja.

En mi caso particular, aunque llevo tiempo soltero y sin compromiso siempre ando enamorado de algo: de las calles de la ciudad, de los atardeceres, de una canción, de las sorpresas que me va dando la vida… Por supuesto que muchas veces he estado enamorado de una chica y sé que algún día llegará el amor de mi vida; y aunque hasta el momento algunos de esos amores han durado apenas un cruce de miradas y otros mucho más tiempo, el denominador común de todos ellos es que han tenido fecha de caducidad. Del mismo modo, a veces ha sido un amor correspondido y otras ha quedado en el más absoluto de los secretos, dando a cada relación su propia identidad y personalidad.

De todos modos, enamorarse es compartir: si me enamoro de una chica quiero compartir con ella todo lo que se me pase por la cabeza y conocerla en todas sus facetas, si es de la vida en general lo que quiero es aprender de ella tanto como ella de mí, si es de una calle me gusta pasear por ella para empaparme de sus historias y luego escribir sobre ella… No sé si me explico; pero lo que quiero decir con esta entrada es que el amor no consiste en tener una pareja y cumplir años a su lado, sino en desarrollar la actitud necesaria para aprender, compartir y maravillarse ante todo lo que se presente día a día.

El amor está en más lugares de lo que parece, y hasta las cámaras fotográficas parecen comprender que se trata de un sentimiento que no entiende de edades ni formatos.

Nikon kiss

¡Ha sido un Dell! (ya tengo nuevo netbook)

Después de 21 días mirando netbooks, hoy por fin tengo en mis manos un modelo que se ajusta a lo que buscaba y que he estrenado hace apenas unas horas. Se trata de un Dell Inspirion Mini 10 equipado con un microprocesador Intel Atom N450, 1 GB de memoria RAM, 250 GB de disco duro, Wi-Fi, pantalla de 10″ con 1024 x 600 pixels de resolución,Bluetooth, webcam de 1.3 MPixels, batería de seis celdas y sistema operativo Windows 7 Starter Edition además de los consabidos conectores USB, ethernet, VGA…

Dell Inspiron Mini

Al final he optado por este modelo porque tras haber estado ayer por la tarde recorriendo varios centros comerciales seguía sin haber apenas stock de netbooks equipados con el nuevo micro de Intel y, además, éste viene con un equipamiento de lo más completo: el bluetooth es un añadido no muy habitual y los 250 GB de disco duro representan un plus con respecto a los 160 que suelen venir en la mayoría (aunque ya os dije que eso no era algo determinante). De todos modos, lo que más me gustó fue el tacto y el tamaño del teclado, pues tuve la oportunidad de estar probando el ordenador en la tienda durante un buen rato y sobre todo me fijé en ese aspecto.

Aprovecho para comentar que me ha costado 299 euros en Carrefour y que además me han hecho un cheque regalo de 59 euros (el 20% del precio del equipo) por una promoción que tienen estos días. A modo de curiosidad os diré que en la web de Dell todavía no tienen como opción el bluetooth ni el disco de 250 GB en estos equipos, por lo que el precio está más que bien teniendo en cuenta que el modelo sin BT y con disco de 160 GB sale con los gastos de envío incluidos por el mismo precio que me ha costado éste a mí.

El miniportátil como tal me ha encantado; pero no así el sistema operativo que trae «de serie». Siendo un netbook salido al mercado hace menos de un mes, esta versión de Windows tarda bastante en arrancar y, en general, el sistema no se movía con la soltura que tienen los ordenadores nuevos cuando se estrenan.

El caso es que como con el ordenador viene un DVD para reinstalar el sistema original en caso de problemas, estuve poco más de una hora echándole un vistazo general y a continuación procedí a eliminar sin ningún tipo de miramiento la partición en la que estaba alojado Windows 7 S.E. para instalar la conocida distribución de Linux Ubuntu 9.10.

Dicho sistema operativo arranca en unos 20 segundos y se mueve con una soltura admirable. Además, he de decir que absolutamente todos los elementos del sistema funcionan sin problemas y que en general se integra de maravilla con el pequeño Dell hasta el punto de que las teclas especiales de función para subir y bajar el volumen o el brillo de la pantalla, comprobar la carga de la batería o activar / desactivar el Wi-Fi ejecutan sus funciones a la perfección contando incluso con un OSD en pantalla.

De momento poco más os puedo contar, ya que hasta el momento no he tenido oportunidad de usarlo demasiado al haberlo comprado ayer a última hora de la tarde. ¡Ya habrá tiempo más adelante de hablar largo y tendido sobre este nuevo compañero de aventuras!

NOTA: enlace a la review del Dell Inspiron Mini 10