Siempre he sido un devoto de las videoconsolas portátiles. He tenido máquinas de todo tipo y condición desde mi infancia, pero sin duda las que más he disfrutado han sido los modelos «para llevar» de Nintendo (Gameboy – DS – 3DS), Sega (GameGear) y Sony (PSP – PSVita) porque si hay algo que me gusta de ellas es la independencia que te dan a la hora de jugar a algo sin monopolizar la tele del salón.
Y precisamente ahora que las portátiles están de capa caída (PSVita se descatalogó hace unos años y 3DS está dando sus últimos coletazos) aparecen en el mercado unas pequeñas máquinas de bajo coste que estoy seguro de que me van a dar muchas alegrías; sido un ejemplo de ellas esta de la que hoy vengo a hablaros: la Bittboy PocketGO.
Esto que tenéis sobre estas líneas no es otra cosa que una retroconsola portátil made in China, de bajo coste, tamaño irrisorio y cuya particularidad es que está diseñada para ejecutar en ella principalmente emuladores de diversas máquinas del pasado tanto de 8 como de 16 bits; si bien luego veremos que tiene algún que otro añadido interesante.
La máquina, comprada en Amazon España, tiene un coste de unos 40 euros que puede ser menor si la adquirís a través de Aliexpress y similares. Sea como sea, la pequeña de las Bittboy incluye una tarjeta microSD de 8 GB con el firmware, un lector de tarjetas USB, una hoja de instrucciones, un cable de carga microUSB y un juego de botones adicional con los colores de la SNES.
De primeras, lo que os recomiendo una vez probada la máquina es haceros con otra tarjeta de algo más de capacidad e instalar en ella la última versión del firmware; algo que es sencillo de hacer y que nos ayudará a pulir algunos defectos. Por ejemplo, en la primera versión del software de la PocketGO había juegos que sufrían de un visible efecto de tearing, cosa que en versiones posteriores quedó solucionado. Además de esto, poco a poco se han ido incorporando nuevos emuladores, soporte de ROMs más amplio, mayor personalización del aspecto de los menús… de modo que siempre es bueno tener la última versión estable. Os dejo el enlace a una web donde tenéis tanto el último firmware disponible como las instrucciones para instalarlo en una microSD.
Primera impresión
La primera sensación al sacar la consola de su caja (cajita, más bien) es la de tener entre manos algo realmente diminuto. De hecho la consola no es mucho más grande que una GameBoy Micro, que en su tiempo era mi máquina favorita con diferencia; sólo que su potencia y versatilidad están a años luz de la que fue última reencarnación de la portátil original de Nintendo. En lo que a números se refiere, tiene un tamaño de 12,3 x 5,6 x 1,4 cm y un peso de tan sólo 89 gramos. Si la echáis a un bolsillo os olvidaréis de que está ahí y ese es, para mí, uno de sus puntos fuertes.
La PocketGO cuenta con una pantalla IPS de 2,4″ con resolución de 320 x 240 pixels, cruceta digital, cuatro botones de disparo, dos gatillos, select, start y menú (aunque este último botón está rotulado como «reset»). Del mismo modo, contamos con un interruptor de encendido, un potenciómetro analógico de control de volumen, una salida jack para auriculares, otra para conectarla a una TV a través de vídeo compuesto, un altavoz que se escucha sorprendentemente alto para su tamaño y un puerto microUSB para cargar la batería interna en principio no reemplazable de 1000 mAh que nos dará unas cinco horas de juego continuo; aunque esto depende del sistema que estemos emulando, el brillo de pantalla, el volumen del audio… Por último, tenemos una ranura microSD para la necesaria tarjeta (de hasta 128 GB) que contendrá tanto el firmware como los juegos que queramos ejecutar.
A nivel interno, el corazón de la máquina es un SOC Allwinner F1C100S que corre a 702 MHz (aunque puede ser configurado hasta a 900 MHz), posee aceleración 2D y cuenta con 32 MB de memoria RAM. Puede parecer poca, pero daos cuenta de que las máquinas que emula tenían mucha menos memoria: 96 KB la GBA, 128 KB la SNES, 2 MB la PS1, 64 KB la Megadrive, 128 bytes la Atari 2600… Cierto es que el sistema operativo que gobierna la consola también tiene necesidades de RAM, pero viendo las irrisorias cantidades que empleaban las consolas originales, 32 MB son suficientes como para no tener problemas en ese aspecto.
Como os decía antes, al sostener la consola en la mano nos daremos cuenta de lo pequeña que es. Con una forma que, aunque más cuadrada, recuerda a la GameBoy Advance por la disposición de botones y por el tacto de su carcasa no resulta incómoda de utilizar (a no ser que tengamos manos de jugador de baloncesto) y los pulgares son capaces de asentar bien sobre la cruceta de control y los botones principales. Caso aparte son los gatillos, ya que en este caso en lugar de pulsarlos con la yema de los índices estos caen aproximadamente a la altura de la segunda falange, de modo que a la hora usarlos sí que nos podemos sentir algo más torpes.
Por la disposición y cantidad de botones no echaremos nada en falta para controlar los juegos que pueden ejecutar los emuladores incluidos con esta retroconsola. La única excepción serían los botones L2 y R2 del mando original de Playstation porque, sí, la PocketGO técnicamente es capaz de ejecutar juegos de PSX pero ya os adelanto que serán pocos los que puedan correr a una velocidad y fluidez suficientes como para ser jugados.
Evidentemente decir que la consola puede emular PS1 es un argumento de ventas, pero os puedo asegurar que es una característica prácticamente anecdótica que probaréis una vez y ya nunca más porque igual que otros sistemas están emulados a la perfección, en este caso la mayoría de títulos se arrastran por la pantalla.
Por cierto, antes no dije nada; pero la batería de la consola se carga en poco más de un hora y aunque no es tan sencillo como en un móvil de los de antes, podemos cambiarla nosotros mismos desatornillando la tapa trasera, desconectándola de la placa base y buscando una con las mismas características físicas y eléctricas. El cambio de batería no es una operación «oficial» de esta consola, pero no es complicado de realizar por el común de los mortales.
Y ya que estamos, que el indicador de la batería (un rayo en la parte inferior derecha de la pantalla) no os engañe: al principio baja bastante rápido, pero el último tramo se estira hasta el punto de que parece que ya no va a hace falta cargarla nunca más. A mí me gustan los indicadores más lineales pero al final te acabas acostumbrando y no entras en pánico cuando ves bajar el indicador con rapidez en la primera hora de uso tras la carga porque sabes que todavía te queda autonomía para rato.
Máquinas emuladas
Ya que estamos voy hacer un listado de las máquinas que la Bittboy PocketGO es capaz de emular con su último firmware (a día de hoy la versión 1.3.2) y un breve comentario sobre el rendimiento general en cada caso, pues he tratado de ejecutar diversos juegos de todos los sistemas soportados y tengo una idea bastante aproximada de las limitaciones de la máquina. Todos estos emuladores se encuentran en una pestaña del menú y cuentan con iconos y configuraciones diferenciadas para cada uno de ellos:
GameBoy / GameBoy Color: emulación perfecta tanto en audio como en vídeo de todos los títulos probados
Gameboy Advance: se trata de un sistema perfectamente emulado en todos los títulos que he probado
NES: todos los juegos probados se emulan a la perfección
SNES: ciertos juegos (los que hacen uso del Modo7) van muy lentos y no son apenas jugables. El resto funcionan a la velocidad original y sin defectos gráficos ni sonoros
Master System: emulación perfecta al 100%
GameGear: emulación perfecta al 100%
Colecovision: no he conseguido que se ejecute ninguna de las ROMs que he probado
Megadrive: emulación perfecta al 100%. Del mismo modo que algunos títulos de SNES no iban muy finos, la emulación de MD está muy bien implementada
Atari 2600: emulación perfecta al 100%, algo lógico al ser una máquina tan sencilla
Atari Lynx: emulación perfecta al 100% en todos los títulos probados
PC Engine: emulación perfecta al 100% en todos los títulos probados
Arcade (MAME): en general funcionan bastante bien, aunque algunas ROMs de última generación pegan algunos tirones y otras dan error y vuelven a la pantalla de sección. Aun así, dada la gran variedad de ROMs existentes el ratio de fallos es bastante bajo
NeoGeo: al igual que en MAME, la mayor parte de los juegos se emulan correctamente si bien hay títulos que nos devuelven al menú y otros en los que el framerate y/o el sonido petardean un poco
Pokemon Mini: por la simpleza de esta máquina, todos los títulos probados se emulan perfectamente
WonderSwan: como en el caso de la GBA todos los títulos se emulan correctamente
PS1: podemos jugar a algunos juegos muy simples en 2D. Los títulos en 3D tienen fallos gráficos y van a tirones haciendo que la experiencia sea poco gratificante
Vectrex: no he conseguido que se ejecute ninguna de las ROMs probadas, devolviéndome al menú antes siquiera de mostrar nada en pantalla
Aparte de estas videoconsolas, hay tres sistemas informáticos que también están soportados: Amiga, MSX y DOS. En el caso de los dos primeros no he conseguido ejecutar ningún título porque los emuladores me devuelven errores; pero en el tercero sí gracias a que la interfaz es el conocido DOS-Box. Con este software podréis ejecutar juegos de hasta la época del Pentium más o menos aunque como es lógico no tenemos la posibilidad de conectar mandos externos, emulando por tanto teclado y ratón con la cruceta de control y un teclado virtual en pantalla.
Una cosa muy positiva de esta máquina es que la práctica totalidad de los emuladores cuentan con grabación y carga de savestates; lo que quiere decir que podremos guardar la partida en cualquier momento para reanudarla cuando queramos, sin necesidad de tener que esperar a llegar a un punto de grabación estipulado por el propio juego. Esto también es muy útil en títulos muy complejos para poder salvar antes de un momento en el que sabemos que tenemos muchas posibilidades de ver un GAME OVER y así, si fracasamos, poder intentarlo una y otra vez.
También dicho menú (que aparece con la pulsación del botón reset) nos permite variar la configuración de los diferentes emuladores durante su ejecución, ya sea en sus aspectos gráficos como sonoros. Esto viene muy bien para ir probando configuraciones «en tiempo real» para así dar con aquella con la que nos sintamos más cómodos jugando (suavizado y escalado de pantalla, frecuencia de sampleo de la música…)
Otros añadidos interesantes
En otra de las pestañas del sistema tenemos unos cuantos juegos freeware y shareware de lo más diversos, siendo los más llamativos (al menos para los que eramos jugones de PC a principios de siglo) Quake y Quake II. Hay otros shooters en primera persona como Doom, Wolfenstein 3D, Rise of the triad o Hexen y adaptaciones de Pang, Digger, King of Fighters… Como os digo se trata de títulos muy conocidos que sorprende ver en una portátil tan diminuta, y aunque casi se me sale una lágrima de emoción al ver correr Quake II en un dispositivo que cabe en la palma de mi mano, he de admitir que los controles de la PocketGO no son los adecuados para mover este tipo de juegos.
En otro submenú tenemos una serie de utilidades de las que yo destacaría dos de ellas: el explorador de archivos y el terminal, dejando de lado el resto. No olvidemos que lo que corre bajo el firmware de la máquina es una versión de linux y, por tanto, con el terminal podremos acceder a la mayoría de comandos soportados. El teclado, eso sí, es virtual manejado por la cruceta y el botón A, de modo que la introducción de cualquier comando más o menos largo nos llevará un rato. Tened en cuenta que el sistema, al no tener conexión a internet de ningún tipo, no es actualizable con un sudo apt-get update –> sudo apt-get upgrade como se hace en todos los sistemas de este tipo. En cuanto al explorador, es útil si vemos que una ROM nos está dando follón y queremos quitárnosla de en medio sin tener que andar trasteando con la microSD en un ordenador.
Por cierto, es importante no apagar la consola de cualquier manera, ya que esto nos llevará a una corrupción del sistema de archivos que la PocketGO no siempre es capaz de reparar en el arranque. La cosa es acceder a la opción de apagar el sistema, confirmar con el botón A y esperar unos 10 segundos antes de deslizar el interruptor de apagado. Si no lo hacemos así corremos el riesgo de corromper la tarjeta y tener que formatear y volver a grabar la imagen original perdiendo todas las configuraciones y savestates.
En resumen
La PocketGO salió al mercado hace algo más de un año y, aunque actualmente se sigue vendiendo, hace apenas cuatro meses apareció su sucesora con más potencia, más memoria, un stick analógico, un slot adicional para una segunda tarjeta microSD, una pantalla de 3,5″, una forma algo más cuadrada y un precio de aproximadamente el doble. Sin embargo, creo que la primera PocketGO sigue siendo una opción muy válida si los sistemas que queremos emular están soportados por ella y la portabilidad es nuestra máxima prioridad.
Yo la empleo principalmente para emular dos plataformas: GBA y MAME. La primera por la fidelidad de ejecución de los juegos y porque por sus formas la máquina parece diseñada para ello; y la segunda porque poder jugar a recreativas míticas de mi infancia como Mikie, Green Beret, The Simpsons, Outrun, Mario Bros, TMNT o Street Fighter II dónde y cuándo queramos me parece una auténtica pasada; y es que aunque la Bittboy PocketGO tenga una potencia limitada, el rango de títulos que puede ejecutar es sorprendente.
Haciendo un ejercicio de memoria, hoy me he puesto a pensar en los ordenadores que he tenido a lo largo de mi vida y me he dado cuenta de que son unos cuantos. Lo que más me ha gustado es comprobar que todavía recuerdo las principales características técnicas de cada uno de ellos, así que voy a aprovechar para describíroslos muy someramente en un artículo organizado cronológicamente.
Eso sí, no incluiré aquí los portátiles de trabajo, porque han pasado ya unos cuantos por mis manos y entonces no acabaríamos en todo el día. Estos son sólo ordenadores que han sido míos en algún momento. Bueno, y tampoco meteré las Raspberry Pi que aunque por funcionalidad podrían hacer la labor de un PC a la perfección prefiero dejarlas para otra entrada más específica. ¡Vamos allá!
ZX Spectrum +2
Mi primer ordenador fue un ZX Spectrum +2 que me regalaron mis abuelos en 1987 y que contaba con 128 KB de memoria RAM, lector-grabador de cintas de casette y sin ningún tipo de disco duro, claro está. Utilizado por mi hermano y por mí principalmente para jugar, con los años me arrepentí de no haberlo usado para aprender algo de programación; ya que si con esas edades (yo tenía 7 años cuando me lo regalaron) eres capaz de hacer algunos pinitos programando estoy seguro de que con los años serás todo un maestro del código. Con el tiempo nuestra colección de juegos llegó a superar la centena, pero recuerdo como si fuera ayer el título con el que lo estrené fue el mítico Kane.
Siemens Nixdorf 486 DX-2
A este modelo le siguió en 1994 un PC 486 DX-2 66 MHz con 8 MB de memoria (de serie traía 4 MB pero elegí una ampliación a 8 por 25000 pesetas del ala), disquetera de 3,5″, 420 MB de disco duro, sistema operativo OS/2 Warp de IBM e impresora Canon BJ-200. Venía también con un monitor de 14″ de resolución 1024 x 768 a 16 millones de colores y recuerdo que cuando venían mis amigos a casa y les ponía juegos como Monkey Island, F29 Retaliator o Fury3 (este último cuando cambié el SO a Windows 95, que me compré original en disquetes por cierto) flipaban en colores. A este ordenador, pasados un par de años, le metí un «kit multimedia» consistente en una unidad de CD-ROM 4x, una colección de juegos en ese novedoso formato (Nascar Racing, 3D Pool, etc) y una tarjeta de sonido Soundblaster 16. Una de sus últimas ampliaciones fue incrementar su memoria RAM a 24 MB.
AMD K6-2
Tiempo después vino en el año 2000 un PC «clónico» AMD K6-2 300 MHz con extensiones MMX que contaba con 32 MB de RAM (que con el tiempo amplié a 128 MB), tarjeta de sonido, CD-ROM, 4 GB de disco duro y SO Windows 98. En ese ordenador instalé una de las primeras aceleradoras 3D (una Voodoo Bashee de 3DFX) haciendo que juegos como Need for Speed III o Quake II mostraran unos gráficos sencillamente increíbles. De todos modos, dado que por aquella época nos dio fuerte a mi hermano y a mí por los videojuegos, andar actualizando el ordenador cada dos por tres para poder correr los últimos títulos costaba una pasta y acabamos pasándonos al oscuro mundo de las videoconsolas de la mano de una Playstation.
Toshiba Satellite A50
Mi primer portátil fue un Toshiba Satellite A50 comprado en 2002 que equipaba un micro Intel Centrino, 512 MB de RAM, 40 GB de disco duro y Windows XP. Fue mi primer ordenador con WiFi y me vino muy bien para seguir las clases en la universidad, aunque rara vez me lo llevaba a clase porque no era lo habitual en aquellos tiempos. Cuando dejé de usarlo se lo regalé a mi padre quien un día derramó sin querer un vaso de Cocacola sobre el teclado y de esta manera tan poco épica ese ordenador se fue al cielo de los portátiles.
Asus Eee-PC 701
El primer ultraportátil que llegó a los grandes mercados (el mítico Asus Eee-PC 701 4G) fue mi siguiente adquisición en el 2008, contando con un micro Intel Celeron, 512 MB de RAM y 4 GB de disco duro SSD. Pese a su pequeño tamaño lo usé para escribir multitud de reviews en este blog y a día de hoy, aún con la batería casi destruida, lo saco de vez en cuando para arrancarlo y recordar así aquel ordenador que a veces me bajaba a la piscina para escribir offline algunos borradores.
Acer Aspire X1700
En 2009 llegó un sobremesa de perfil estrecho: un Acer Aspire X1700 con micro Intel Core 2 Duo E7300, 3 GB de RAM, 320 GB de disco duro y Windows 7. En principio lo usaba para edición fotográfica cuando me compré la Nikon D40 y de hecho con los archivos RAW de esa cámara iba muy bien, pero cuando me pasé a la D300, el aumento de megapixels se le atragantó bastante al pobre y empezó a arrastrarse cada vez que le pedía hacer algún cambio en los archivos. Con el tiempo se lo acabé regalando a mi padre y a día de hoy todavía lo sigue usando para sus tareas habituales.
Dell Inspiron Mini 10
Ya en 2010 me hice aprovechando una oferta de Carrefour con un Dell Inspiron Mini 1012 que incorpora un procesador Intel Atom N450, 1 GB de RAM y 250 GB de disco duro. Este modelo venía con Windows, pero sin ni siquiera estrenarlo se lo sustituí por la última versión de Ubuntu. Ordenador que sigo usando a día de hoy para escribir cosillas en el blog, jugar a GL-Quake y para algunas tareas de ofimática ligera gracias a que le actualicé la memoria RAM a 2 GB y el disco duro por un SSD de 120 GB, de modo que todavía es capaz de funcionar medianamente suelto. Sorprendentemente su batería aún es capaz de aguantar un par de horas y me gusta por lo cómodo que es para usarlo en el sofá aunque su parte inferior se calienta más que una estufa de butano debido a que Dell decidió no incorporarle ventilador para que así fuera completamente silencioso.
HP Pavilion
Al poco de llegar a Oropesa en mayo de 2011 me compré una CPU HP Pavilion que contaba con un micro Intel Core i7 2600, 8 GB de RAM (que enseguida amplié a 16 GB), 1 TB de disco duro y Window 8 que al poco tiempo se actualizó automáticamente a Windows 10. Era un ordenador con mucha potencia de cálculo destinado a la edición fotográfica con Lightroom y mi Nikon D300 y de hecho a día de hoy sigo usándolo con muy buenos resultados en ese campo. Fue una inversión fuerte (era la CPU tope de gama de HP en ese momento) pero nunca me arrepentí porque lo usé muchísimo durante varios años.
Lenovo A10
Hacia febrero de 2014 tenía ganas de probar un ultraportátil con SO Android para ver si podía hacer las labores de un ordenador «al uso» y sin darle muchas vueltas me compré un Lenovo A10. Claro, precisamente por haber sido una compra totalmente a ciegas la experiencia fue un poco desastrosa porque resulta que venía muy capado en cuanto a almacenamiento y el software incorporado se comía una buena porción de la misma de manera que su memoria se llenaba en cuanto instalabas alguna aplicación más de la cuenta. Al final se quedó para ver películas con VLC cuando íbamos de camping y cosas así. Es un gusto sostenerlo en la mano porque no pesa nada y es super-fino, pero a día de hoy está en un maletero de casa de mis padres. No descarto desempolvarlo un día de estos para ver si se me ocurre algo que hacer con él.
Dell Inspiron 3000
En mayo de 2015 llegó el ordenador desde el que escribo esta entrada, que es un portátil Dell Inspiron 3000 con procesador Intel Celeron N2840, 4 GB de RAM DDR3, 500 GB de HD (que cambié inmediatamente por un SSD de 250 GB), pantalla de 15″ y sistema operativo Ubuntu. Fue una compra un poco impulsiva en parte porque tenía ganas de probar un equipo portátil nuevo diseñado con Ubuntu en mente y en parte porque aproveché una suculenta oferta de Dell por la que me salía el equipo por apenas 224 euros aplicando un descuento que tenía junto a una promoción de gastos de envío gratis. Estoy muy contento con él y de hecho es el ordenador que uso para todo a excepción de la edición fotográfica, que es para lo que está el HP del que os hablaba antes.
La verdad es que no sé cuándo me haré con un nuevo ordenador y eso que hace ya cinco años del último. Estuve tentado por un Macbook Air mucho tiempo, y también por algún portátil de gama alta de Dell y de HP; pero es que al final siempre pienso lo mismo: «para lo que voy a hacer puedo hacerlo en el que ya tengo y eso que me ahorro». En total han sido 10 modelos hasta el momento, que no es poca cosa.
Actualización 15-10-2020
BMAX B1
A principios de octubre, después de ver una serie de vídeos en youtube, decidí que quería un miniordenador y opté por el BMAX B1. Un modelo súper básico cuyas principales características técnicas son procesador Intel Celeron N3060, 4 GB de RAM DDR3 no ampliable, HD EMMC de 64 GB soldado en placa, ranura para disco duro M.2 adicional, GPU integrada Intel HD Graphics 400, WiFi dual band, Bluetooth, Windows 10, salidas HDMI y VGA, conector de auriculares y micrófono, puerto RJ45, un total de 4 puertos USB (2 x 2.0 y 2 x 3.0) y un puerto microSD; todo ello metido en una caja de 12 x 12 x 3 cm y a un precio de poco más de 100 euros.
¿Es potente? Pues no mucho. ¿Es práctico? Según para lo que lo vayas a usar. ¿Es molón? Rotundamente sí.
Actualización 27-02-2021
Ryzen 5500X
Al final me animé a hacerme con un nuevo ordenador de sobremesa porque estaba un poco cansado del mundo de las consolas y sus casi obligatorias suscripciones a los servicios online; de modo que en diciembre de 2020 decidí hacerme con una serie de componentes y montarme un ordenador a medida con el que poder ejecutar algunos juegos que tenía pendientes y que con mi anterior PC no podía mover.
Al final ha quedado un conjunto muy equilibrado salvo por la tarjeta gráfica, ya que tal y como está el mercado ahora mismo es imposible hacerse con un modelo actual sin dejarse el sueldo de un mes en el intento; de modo que conseguí algo digno de segunda mano (Nvidia Geforce GTX 1060 3 GB) a la espera de que las cosas se tranquilicen un poco y pueda hacerme con una RTX de la serie 30 en alguna tienda.
El resto del hardware principal lo componen un micro AMD Ryzen 3500X con refrigeración líquida, 16 GB de memoria RAM DDR4 a 3000 MHz, disco duro SSD M.2, placa base MSI B450M, fuente de 750 W y monitor FHD 16/9 a 75 Hz.
Estoy seguro de que alguna vez habréis jugado a la recreativa o a las diferentes encarnaciones en consola de Super Mario Bros. Se trata de todo un clásico de los videojuegos y, para mi gusto, uno de los mejores de todos los tiempos por su simplicidad y la adicción que provoca.
Pues bien, resulta que en la segunda mitad de la década de los ochenta apareció una Game&Watch basada en este famosísimo título y el pequeño llavero de la serie Nintendo Mini Classics que hoy nos ocupa no es más que la miniaturización de aquella G&W con todas sus característica intactas. Por tanto, estamos ante un pedazo de la historia de los videojuegos.
Datos de la máquina analizada
Título: Super Mario Bros.
Fabricante: Stadlbauer (bajo licencia de Nintendo)
Año de fabricación: 2014
Color de la carcasa: Gris plata
Número de referencia: 10315
Número de pantallas: 1
Niveles de dificultad inicial: 1
Otras funciones: reloj, despertador
Controles: Cruceta, botón principal y dos botones secundarios
Alimentación: 2 pilas de botón tipo CR44
Dimensiones y peso: 65 x 45 x 15 mm. 42 gr
Título y año de aparición de la Game&Watch en la que se basa: Super Mario Bros. 1986
Texto descriptivo: ¡El malvado dragón Kuppa tiene prisionera a la princesa Toadstool! Mario tiene que superar con habilidad los más diferentes obstáculos en ocho niveles diferentes para poder liberar a la princesa.
Detalles
Jugando
Pese a las limitaciones de la máquina, el juego recuerda en buena medida al Super Mario Bros. al que todos hemos jugado alguna vez. La esencia del título es avanzar a través de las plataformas de los niveles sin caer al vacío a la vez que esquivamos los ataques de los enemigos que van apareciendo.
La principal diferencia (aparte del aspecto gráfico, claro está) es que en este caso al llegar al final de cada nivel no tendremos que luchar contra Bowser para liberar a la princesa, sino que simplemente con tocarla habremos conseguido pasar al siguiente nivel.
Hay dos tipos principales de niveles: aquellos en los que debemos ir avanzando mientras la pantalla va haciendo scroll hacia la izquierda y otros en los que el escenario no hace scroll pero las plataformas se mueven y tenemos un tiempo límite para llegar hasta la princesa.
Entre ambos estilos, suman un total de ocho niveles que se repiten en nueve ocasiones. Durante la primera ronda no hay enemigos y tan sólo tendremos que lidiar con las plataformas y el scroll; pero en la segunda ronda de niveles y posteriores aparecerán en nuestro camino algunos de los más clásicos enemigos de la saga como Darkitu o la bala de cañón pero también nos iremos encontrando algunos elementos de ayuda como vidas extra o estrellas.
La primera ronda de niveles es muy sencilla de pasar, ya que con mantenernos en la parte central de la pantalla tendremos margen de maniobra suficiente como para que no nos sorprenda ninguna plataforma traicionera. Además, contamos con las consabidas tres vidas para pasarnos el juego, de modo que aunque tengamos algún despiste las posibilidades de llegar al final del octavo nivel son elevadas.
Como os decía, al principio el juego es muy sencillo, pero luego ya la cosa se complica en buena medida, ya que al ir apareciendo enemigos por los niveles la dificultad crece bastante y no será tan sencillo llegar al final de cada uno de ellos.
En pocas palabras
Tan simple como adictivo, este pequeño llavero destila la esencia del Super Mario Bros. original pese a sus limitaciones técnicas. Si, al igual que yo, habéis pasado muchas horas saltando entre bloques de ladrillos, champiñones con patas y plantas carnívoras sabréis apreciar la magia que encierra este título.
Si por el contrario sois de la «generación Playstation» podéis aprovechar lo poco que cuesta y abulta este llavero y comprobar por vosotros mismos cómo eran los primeros videojuegos que llegaron al gran público gracias a máquinas de recursos muy limitados pero programadas con ingenio y cariño.
Dentro de unos días publicaré la siguiente entrega de esta serie, pues ya tengo la review bastante avanzada y como ya os dije, se trata de un proyecto que me está haciendo mucha ilusión ir sacando a la luz.
Mario’s Cement Factory representó en su momento una de las primeras apariciones del famoso fontanero en las máquinas de Nintendo. Aparecida originalmente en la Game&Watch de 1983 del mismo título, vamos a ver hoy esta reencarnación en forma de llavero que conserva intacta la jugabilidad de la máquina original sólo que en un formato mucho más pequeño.
Datos de la máquina analizada
Título: Mario’s Cement Factory
Fabricante: Stadlbauer (bajo licencia de Nintendo)
Año de fabricación: 2014
Color de la carcasa: Azul oscuro
Número de referencia: 10320
Número de pantallas: 1
Niveles de dificultad inicial: 2
Otras funciones: reloj, despertador
Controles: Cruceta, botón principal y dos botones secundarios
Alimentación: 2 pilas de botón tipo CR44
Dimensiones y peso: 65 x 45 x 15 mm. 42 gr
Título y año de aparición de la Game&Watch en la que se basa: Mario’s Cement Factory. 1983
Texto descriptivo: ¡El intrépido Mario en acción en la fábrica de cemento! Abre las compuertas de las tolvas de alimentación para echar en la hormigonera el cemento que rebosa. Per cuidado: ¡Tienes que lograr saltar a tiempo al ascensor!
Detalles
Jugando
Nuestro cometido en este título de la serie Nintendo Mini Classics es gestionar de una forma eficiente la carga de cemento en los dos camiones que aparecen en la parte inferior de la pantalla. Para ello contamos con dos tolvas de carga en cada lado de la pantalla: las superiores se irán llenando a medida que «cucharadas» de cemento vayan llegando hasta ellas de forma aleatoria y las inferiores se irán llenando a medida que le demos salida al cemento contenido en la tolva de arriba abriendo la compuerta correspondiente.
Las tolvas inferiores son exactamente iguales a las de arriba, pero estas sólo se llenarán con el cemento que enviemos al abrir la tolva superior correspondiente. Cuando activamos su compuerta correspondiente el cemento que haya en ella irá al camión de la parte inferior.
Del mismo modo, para ir vaciando las tolvas y llevando el cemento al camión correspondiente hemos de movernos entre las cuatro plataformas a través de unos ascensores que se van moviendo sin detenerse y pulsar el botón de acción junto a la palanca. Las de la parte izquierda van hacia abajo y las de la parte derecha hacia arriba, así que hemos de acceder a ellas justo cuando estén a nuestra altura, ya que en caso contrario caeremos al vacío y perderemos una vida.
Hay que tener muy en cuenta que en las tolvas sólo caben tres unidades de cemento, por lo que hemos de estar muy pendientes de ello; ya que en caso de desbordarse cualquiera de ellas el cemento caerá sobre el conductor del camión y perderemos una vida. Por suerte (o por desgracia, porque llega a ser desesperante) cuando en una tolva hay tres unidades de cemento un pitido comienza a sonar haciéndonos entender que o nos damos prisa o el desastre llegará de un momento a otro. Gracias al cielo, los camiones tienen capacidad ilimitada de carga de cemento.
También hemos de tener cuidado con no llegar al limite superior o inferior del movimiento de los ascensores, ya que en tal caso (sí, lo habéis adivinado) perderemos una vida. Como veis, son unas cuantas cosas a tener en cuenta si no queremos quedarnos sin las tres preciadas vidas con las que contamos a las primeras de cambio.
A medida que llevemos cemento a los camiones iremos sumando puntos, pero cada 100 puntos la velocidad del juego se incrementará y las cosas se irán complicando. Además, no sé si es así, pero me da la sensación de que a medida que vamos subiendo de nivel las unidades de cemento que van apareciendo por la parte superior lo hacen cada vez de forma más seguida, de modo que en un abrir y cerrar de ojos tendremos la tolva de arriba a punto de desbordarse con lo que ello supone.
Si queréis hacerlo más o menos bien, mi consejo es que tratéis de controlar el movimiento de los ascensores para no caer al vacío y en lo que a las tolvas se refiere centrad vuestra atención en las dos superiores, ya que son las únicas que se irán llenando sin vuestro control directo. Y la cosa es que en cuanto metáis cemento a las tolvas inferiores y dejéis vacías las superiores bajéis al nivel inferior y metáis el cemento al camión para volver rápidamente al nivel superior y tener así vigiladas las tolvas superiores.
En pocas palabras
No sé si habréis jugado alguna vez a uno de esos juegos en los que debemos de gestionar correctamente una serie de acontecimientos que cada vez suceden a más velocidad. Los hay de control de aterrizaje y despegue de vuelos, de defensa de torres, de servir platos en un restaurante… Pero antes de todos ellos estaba este Mario’s Cement Factory, que trata de evitar que se nos acumule demasiado cemento en las tolvas a la vez que nos movemos a través de unos ascensores que parecen ir siempre a un ritmo desacompasado con nuestros movimientos.
Como ya apunté en la introducción a estas entradas sobre las Nintendo Mini Classics, si no habéis probado una de estas máquinas tal vez no podáis imaginar la adición que provocan en cuanto le pillamos un poco el truco al juego. Si bien todas ellas son divertidas, Mario’s Cement Factory es, posiblemente, mi favorita de todas las que tengo a día de hoy y de ahí que haya decidido empezar por ella para estrenas estas reviews.
Sea como sea, a lo largo del tiempo iré analizando todas las que tengo y contándoos los pormenores de cada uno de estos llaveros que son tan sencillos como entretenidos. ¡Espero que el viaje os resulte entretenido!
Nací en los primeros días de la década de los 80, de modo que ante mis ojos y por mis manos han pasado las más diversas máquinas de videojuegos hasta llegar al estado actual del ocio electrónico. Como ya os comenté en un artículo de 2009, las Game & Watch fueron durante mi más tierna infancia el oscuro objeto de mis deseos. Y si bien es cierto que en casa tengo apenas un par de ellas, nunca he ocultado mi profunda admiración por estas máquinas antecesoras de todas las portátiles que fueron apareciendo en el mercado con el paso de los años.
Basadas en estas videoconsolas de bolsillo, apareció originalmente en 1998 una serie de llaveros totalmente jugables conocidos como Nintendo Mini Classics que volvieron a reeditarse de nuevo en 2014 y que para los amantes de los diseños minimalistas son una auténtica maravilla. No os podéis imaginar cuánta diversión y adicción son capaces de generar una pantalla LCD de minúsculas dimensiones, unos pocos bytes de memoria, una cruceta digital y un botón de acción si no habéis probado una de estas máquinas.
Pues bien, vamos ahora a dar un salto hasta el presente, donde haciendo la compra en un centro comercial de las afueras de Madrid durante una mañana lluviosa me topé casi sin querer con unos cuantos modelos de la reedición 2014 de estos llaveros recién sacados de algún almacén polvoriento que parecían mirarme con ojillos tristes esperando a que los adoptara.
Como ya os podréis imaginar, al final los ocho modelos que tenían en la tienda se vinieron conmigo para hacer compañía a la edición de Zelda de 1998 que lleva en mi casa desde hace una eternidad y dándome de paso la idea de un nuevo subproyecto para el blog que hoy ve la luz con esta breve introducción.
Mi idea es analizar una por una todas las Nintendo Mini Classics de las que dispongo poniéndolas en su contexto histórico y mirándolas con un cierto punto de vista retro. Por descontado, además de hablaros sobre la temática de cada juego y sus principales características, trataré de acompañar cada artículo de diversas fotografías que revelen los pequeños detalles de estas creaciones, ya que las considero unas máquinas realmente bonitas que espero vosotros también sepáis apreciar.
Siempre he pensado que para comprender el presente hay que conocer el pasado, de modo que con la ayuda de estos llaveros voy a tratar de poneros en situación para que os hagáis una idea de cómo eran las consolas portátiles en la década de los ochenta cuando la GameBoy era apenas un boceto en alguna libreta de Gunpei Yokoi.
Y de momento poco más: como os decía antes, esto es tan sólo una introducción a esta serie de reviews que poco a poco irán viendo la luz con la esperanza de que os resulten curiosas, amenas y didácticas al mismo tiempo. Yo pienso disfrutar todo lo posible creándolas, así que espero que vosotros también las disfrutéis desde el otro lado de la pantalla.
Llevaba tiempo totalmente desconectado de los videojuegos; pero en un arrebato consumista me compré hace aproximadamente un mes una Nintendo 3DS junto con el juego Street Fighter IV. Reconozco que la idea me rondaba la cabeza prácticamente desde su lanzamiento a finales de Marzo; pero el empujón definitivo que me hizo comprarla fue probarla in-situ en un centro comercial de Castellón.
Aunque sé que a algunos de vosotros os gustaría ver un análisis pormenorizado de la máquina, os adelanto que lo que voy a comentar aquí son impresiones generales basadas en las semanas que llevo usándola porque ahora mismo no dispongo de tiempo como para ponerme a redactar un tocho-análisis al estilo de los de mi época como redactor de ultimONivel.
No obstante, trataré de sintetizar al máximo y comentaros en plan telegrama aquellos aspectos que puedan ser de interés dejando de lado explicaciones tecnico-filosóficas. Todo ello acompañado de unas fotografías que estuve haciéndole a la máquina desde diversos ángulos durante el pasado fin de semana teniendo así una magnífica excusa para coger la cámara un rato.
HARDWARE
– La máquina pesa y abulta más o menos como una DSi: incómoda para llevarla en el bolsillo del pantalón pero perfecta para meter en un bolso o mochila.
– Ahora mismo está disponible en azul (que ha sido mi elección) y en negro; y en ambos casos la carcasa esmaltada exterior tiene pinta de rayarse con facilidad. Una funda se hace indispensable para mantener la consola impoluta si tenemos idea de sacarla «de paseo» a menudo.
– El tema del «3D sin gafas» es el eje en torno al que gira toda la consola y os puedo decir que funciona muy bien. Eso sí, hay que tener en cuenta que para apreciarlo hay que mirar la consola completamente de frente y saber que al sol se ve doble imagen en la pantalla superior arruinando el efecto tridimensional. Esto es porque dicha pantalla lleva un sistema que hace que cada columna de pixels alternativamente se dirija a uno u otro ojo. Obviamente, si tenemos una diferencia muy grande en cuanto a percepción visual en uno de los dos ojos (ojo vago o similar) no podremos ver el efecto 3D; que es lo que precisamente hace especial a esta máquina.
– Hay gente a la que usando las funciones 3D se le fatiga la vista enseguida (mi hermana no aguanta más de 5 minutos seguidos jugando) y otros como yo que podemos estar bastante tiempo mirando la pantalla sin ningún problema. En todo caso, hay que hacer buen uso del regulador de profundidad que hay en el borde derecho de la pantalla superior, ya que ponerlo a tope por sistema nos hará forzar mucho los ojos. La pauta (al menos en mi caso) es usarlo más o menos a la mitad bajándolo si sitúo la consola más lejos de lo normal e incrementándolo si acerco la pantalla a mis ojos. Pero vamos, en general, una vez encontrado el punto óptimo de cada persona el regulador casi lo podríamos fijar en su posición ideal con pegamento.
– La pantalla superior es «más panorámica» y tiene más definición que la inferior; cosa que se me hace un poco raro acostumbrado a la DS en la que ambas pantallas eran iguales. Se mantiene la pantalla táctil inferior y el micrófono, por supuesto.
– Tal y como sucedía en la DSi, no hay slot para juegos de GBA. Por tanto, aunque la consola es retrocompatible con los juegos de DS, olvidaos de aquellos que hacen uso de dicho puerto (Guitar Hero, títulos que hagan uso del rumble pack, etc).
– La consola cuenta con conectividad WiFi; y esta vez podremos conectarnos a redes con cifrado WPA usando software de 3DS. Lamentablemente, si empleamos software de DS estaremos limitados a redes que empleen clave WEP; algo cada vez menos habitual.
– La 3DS posee una cámara interior en 2D y dos cámaras exteriores que nos permitirán tomar fotos en 3D. La resolución es muy escasa (640 x 480) pero para verlas en la pantalla de la consola es suficiente. Además, he de decir que el efecto de profundidad cuando colocamos objetos en varios planos está muy logrado.
– Uno de los mayores avances con respecto a las anteriores portátiles de Nintendo es la inclusión de un pad analógico de estilo similar al que equipa la PSP pero de tacto más suave y forma cóncava en lugar de convexa. Por lo demás, cruceta y botones cuentan con la misma disposición que el resto de componentes de la familia DS.
– La batería dura entre cuatro y cinco horas con todo activado y haciendo uso de software 3D. A priori no parece mucho; pero la inclusión «de serie» de una base de recarga en la que dejar la consola cuando no la estamos usando hace que en la práctica no tengamos problemas de autonomía salvo que estemos todo el día fuera de casa jugando con la consola y, como os decía antes, a plena luz del día la pantalla superior pierde el efecto tridimensional.
– Con la consola viene un «lapicero» metálico plegable (que se encaja junto a la ranura de los cartuchos) bastante más elegante que el habitual de plástico de las máquinas de generaciones anteriores. El cargador es el mismo que el de la DSi, pero diferente a los de DS y DS Lite. Tenedlo en cuenta.
– Por otra parte, los cartuchos de DS encajan y se pueden usar en la 3DS; pero no al revés: los específicos de esta máquina poseen una pestaña que impide que los podamos poner en una DS. Hace tiempo leí que una persona limó dicha pestaña para ver lo que que ocurría metiendo un juego de 3DS en una DS «a secas» y lo que pasó es que simplemente la DS no detectaba el cartucho.
SOFTWARE
– Como comprenderéis, no os voy a mostrar capturas del software de la consola porque sería como intentar enseñaros imágenes a color en una TV en blanco y negro. Si queréis haceros una idea de cómo va el efecto 3D de la consola acercaros a una tienda de videojuegos y probad alguna de exposición. De ese modo también comprobaréis antes de gastaros los 250 euros que cuesta la consola si os adaptáis bien a ella o no; no vaya a ser que luego tengáis que usarla todo el tiempo con el regulador tarado al mínimo (posición en la que la consola muestra las imágenes en 2D como si se tratara de la DS de toda la vida).
– Como dato curioso os comento que contamos con un creador de Miis (similar al que se puede encontrar en la Wii) que puede tomar como base una foto nuestra para crear el personaje animado. No siempre clava los rasgos; pero al menos es curioso de ver y siempre podemos modificarlo a mano posteriormente.
– Además del creador de Miis, la consola posee una serie de funciones «de serie» como juegos de realidad aumentada y un curioso modo en el que si llevamos la consola suspendida con el WiFi activado podemos intercambiar Miis y otros elementos con la gente con la que nos crucemos (a mí me han aparecido un par de Miis en una tarde que me la llevé a pasear por Castellón). Todos los datos generados durante el uso de la consola (excepto las partidas guardadas) se graban en la tarjeta SD que podemos insertar en una ranura que hay en un lateral de la consola. Por cierto, se incluye de regalo una tarjeta de 2 GB.
– Dichos juegos de realidad aumentada (R.A.) hacen uso tanto de las cámaras de la consola como de los sensores de movimiento de la misma: algunos de ellos son tremendamente simples; pero hay que reconocer que son entretenidos y a la vez visualmente atractivos. Especialmente desternillante es el atrapacaras; aunque para mostrar la consola a los amigos otra buena opción es el juego de puntería por su espectacularidad inicial. Sea como sea, estos mini-juegos son una buena muestra de por dónde podría ir el desarrollo de software para la 3DS en un futuro.
– Al poseer conectividad por WiFi, la consola se actualiza exclusivamente a través de Internet y en el último firmware (de primeros de Junio) se ha incorporado una e-shop en la que podremos adquirir títulos clásicos, descargar demos o ver trailers así como un navegador de Internet muy en la línea del que ya incluía la DSi.
– Al igual que ocurrió con la DS original, seguramente Nintendo ya esté trabajando en una revisión de la 3DS con mayor duración de batería, mejores pantallas, más ángulo de visión, carcasas de otros colores, algo más de software presinstalado… etc. Tened esto en cuenta si no sentís una necesidad imperiosa de haceros con la 3DS ahora mismo. Recordad la evolución (sobre todo para las arcas de Nintendo) sobre un mismo hardware consistente en: «DS –> DS Lite –> DSi –> DSi XL» y pensad que con la 3DS ocurrirá más o menos lo mismo.
– De momento no hay muchos juegos a la venta: en un par de días llegará The Legend of Zelda: Ocarina of Time y para navidades saldrán a la venta Mario Kart y Animal Crossing; tres de las razones por las que me he comprado la consola. Es decir, no me he comprado la 3DS por lo que es ahora mismo; sino por lo que llegará a ser. Total, si antes o después iba a caer, mejor hacerlo cuanto antes (sobre todo teniendo en cuenta la política de Nintendo de mantener los precios de sus máquinas casi invariables a lo largo del tiempo) y así ir probando el tema de las fotos en 3D, la conectividad entre usuarios, la e-shop, los juegos de realidad aumentada…
CONCLUSIONES
La máquina es bonita, funciona bien y a todo aquel al que se la enseño queda encantado; pero si un jugón de pura cepa me pidiera consejo sobre si comprarla o no, sinceramente le diría que espere un poco porque al final lo que da valor a una máquina son sus juegos y el catálogo de 3DS todavía está muy verde (de aquí a unos meses la cosa mejorará mucho; sobre todo gracias a los títulos que irá sacando la propia Nintendo, que al final es la que más títulos must have aporta a sus propias consolas). Lo que pasa es que si, como a mí, os llaman la atención todas las «tonterías» que puede hacer esta nueva consola y cada vez que vais a un centro comercial no podéis dejar de echar un ojo al stand de las 3DS de exposición, podéis estar seguros de que antes o después caerá; así que en ese caso es mejor no darle más vueltas y hacerse con una.
Después de casi dos años de uso diario de mi pequeño Asus EeePC 701 me he animado a dar el salto a un nuevo netbook. Es cierto que el pionero de los ultraportátiles destinados al gran público me ha prestado muy buen servicio y no me ha dado ningún tipo de problema en todo este tiempo; pero como decía hace unos días, hay algunos aspectos que han sido mejorados en las generaciones posteriores de ultraportátiles y precisamente por usarlo todos los días me he dado cuenta de que merecía la pena invertir en un nuevo modelo que supliera dichas carencias.
El nuevo netbook
Pues bien, después de mucho buscar me decidí por un Dell Inspiron Mini 10 recién salido del horno (se presentó hace aproximadamente un mes) cuyas características técnicas son las siguientes:
Microprocesador Intel Atom N450
Memoria RAM de 1 GB
250 GB de disco duro
Pantalla de 10″ con resolución de 1024 x 600 pixels
Conectividad Wi-Fi, Bluetooth y Ethernet
Webcam de 1.3 Mpixels
Batería de seis celdas
Tres puertos USB 2.0 y un puerto VGA para monitor externo
Lector de tarjetas de memoria SD, MMC y Memory Stick
Sistema operativo Windows 7 Starter Edition
Todo ello por 299 euros, que es lo mismo que me costó en su momento el EeePC y que se perfila como el precio más estándar para un ultraportátil en España.
Primeras impresiones
Una vez fuera de la caja y colocado junto a mi anterior netbook se nota que el nuevo ordenador es algo más grande, aunque tampoco es una diferencia escandalosa. Del mismo modo, el peso también es ligeramente superior, quedándose en unos 1360 gramos frente a los 920 del Asus. Como en tantas otras cosas, una imagen (en este caso dos) vale más que mil palabras:
A nivel estético constrasta muchísimo la superficie negra lacada del Dell en comparación con el blanco mate del pequeño Asus. El problema es que aunque estéticamente ese negro brillante sea más atractivo, tiene toda la pinta de rayarse con estornudar, por lo que habrá que tener cuidado; máxime cuando con el ordenador no se incluye ningún tipo de funda (cosa que sí venía en la caja del EeePC 701).
Del mismo modo, si el ordenador anterior podía manosearlo todo lo que quisiera sin que en su carcasa quedara marca alguna, en la superficie del Dell las huellas dactilares se quedan marcadas al más mínimo roce, por lo que deberéis resignaros a llevar el ordenador lleno de dedos a no ser que lo utilicéis con guantes.
Como podéis comprobar en una de las imágenes anteriores, en este ordenador la pantalla no «sale» desde la parte trasera, sino que la bisagra está adelantada un par de centímetros con respecto al borde. Esto es una novedad con respecto a la versión anterior del más pequeño de los portátiles de Dell y que veréis mejor en la siguiente fotografía que muestra esta zona desde un lateral del equipo.
Lo que conseguimos con esto es, por un lado, tener la pantalla más próxima a nuestros ojos y por otro conseguir que el sistema sea más estable al estar el peso más balanceado. La contrapartida es que la pantalla sólo se puede inclinar hacia atrás unos 45 grados, lo que puede ser insuficiente si somos muy altos y utilizamos el ordenador directamente sobre nuestras piernas.
Lo importante está en el interior
Internamente lo que da vida a este ultraportátil es uno de los nuevos micros que Intel puso a la venta el pasado 11 de Enero bajo la denominación Pineview y que comercialmente se conoce como Intel Atom N450 (y que era el requisito más importante que le pedía a mi nuevo netbook).
En este caso los ingenieros de Intel no han seguido el camino habitual de crear un microprocesador con mayores prestaciones; sino que se ha optimizado tanto el consumo de energía como la integración de los componentes vitales del sistema para así incrementar la autonomía de la batería. Concretamente el consumo eléctrico es un 40% menor y en un mismo encapsulado se encuentran ahora además del procesador principal, el sistema de vídeo y el controlador de memoria.
En cualquier caso, también hay una serie de mejoras con respecto a la generación anterior de micros Intel Atom (N270 y N280), siendo la más destacada la inclusión de la arquitectura de 64 bits en el nuevo modelo, pudiendo ejecutar nativamente software diseñado para esta plataforma con la consecuente ganancia de rendimiento (aunque luego veremos que el sistema operativo que viene «de serie» no saca provecho de esto).
Técnicamente nos encontramos ante un microprocesador que cuenta con un sólo núcleo funcionando a 1667 MHz, con tecnología Hyper-Threading y que cuenta con una memoria caché interna de 512 KB disipando una potencia total de 5.5 vatios entre todo el conjunto de microprocesador, controlador de memoria DDR2-667 MHz y sistema gráfico Intel GMA 3150 funcionando a 400 MHz.
Obviamente los ordenadores que incluyen este microprocesador no están pensados para tareas muy exigentes como edición de vídeo, juegos o proceso intensivo de imágenes; sino a las típicas labores ofimáticas y a la navegación por Internet. De todos modos, a no ser que seáis unos jugones empedernidos pensad: ¿cuántas veces usáis vuestro ordenador para algo que realmente no podáis hacer con un netbook?
En mi caso particular los netbooks son un invento fantástico: me dan unas prestaciones correctísimas para hacer cualquier cosa relacionada con Internet contando con un peso y un tamaño muy contenidos (usar el portátil grande en el sofá es incomodísimo). Para retocar fotografías, editar vídeos y cosas así ya cuento con mi ordenador de sobremesa y su monitor Full-HD; pero para todo lo demás siempre acabo echando mano de mi netbook.
Windows 7 Starter Edition o cómo mermar las prestaciones de un netbook
El ordenador venía originalmente con Windows 7 Starter Edition. Un sistema operativo de Microsoft basado en la última versión para ordenadores «grandes» y que me dejó bastante frío en cuanto lo probé.
Para empezar, esta versión de Windows es para microprocesadores de 32 bits; y siendo los Atom N450 de 64 bits ahí ya hay una cierta pérdida de rendimiento (sobra decir que los micros de 64 bits son retrocompatibles con el software de 32 bits). Pérdida que no sé si será responsable de que el equipo se tire un minuto y medio para arrancar, pero que me pareció un tiempo a todas luces excesivo teniendo en cuenta que mi sobremesa gobernado por Windows 7 lo hace en menos de medio minuto y que el pequeño Asus EeePC 701 con Arch Linux necesita poco más de quince segundos para estar «listo para la acción».
Ya me di cuenta de esta lentitud general cuando estuve probando el ordenador en la tienda; pero pensé que sería debido a que como está al alcance de todo el mundo en el expositor alguien habría desconfigurado algo. Sin embargo, una vez puestas las manos sobre mi propio ordenador tranquilamente sentado en el sofá de casa me di cuenta de que esa falta de rendimiento también se daba en mi propio equipo.
Lo peor del asunto no es el arranque, sino el funcionamiento global del ordenador bajo este sistema operativo. En general las aplicaciones tardan más de la cuenta en arrancar y el sistema no da la sensación de fluidez que se espera de un ordenador recién estrenado. Estuve un par de horas configurando el equipo y empleando algunas de sus aplicaciones y tenía la sensación de que había dado un paso atrás con respecto a velocidad general comparado con mi veterano EeePC 701, generando en mí una cierta frustración.
Por lo tanto, dado que con el ordenador venía un DVD para reinstalar Windows en caso de problemas, me animé a eliminar esta versión de Windows del disco duro e instalar Ubuntu Linux 9.10 en su versión de 64 bits; proceso que me llevó poco más de media hora y durante el cual no me encontré con ningún problema digno de mención.
Con el nuevo sistema ya instalado el ordenador respondía como se esperaba y todo funcionaba de manera instantánea y estable. El arranque del ordenador se realiza en 20 segundos exactos y todas las funciones «raras» del ordenador funcionan a la perfección (ajuste de brillo y volumen, captura de pantalla, Wi-Fi…).
En definitiva, aunque mis impresiones positivas del ordenador se vinieron un poco abajo cuando empecé a trastear con el Windows 7 Starter Edition, fue instalar Ubuntu 9.10 y recuperar las buenas sensaciones. Y que conste que en mi ordenador de sobremesa Windows 7 funciona a las mil maravillas; pero creo que Microsoft ha sido demasiado optimista a la hora de programar esta versión destinada a portátiles sencillos de su recién estrenado sistema operativo.
Pruebas de rendimiento
Una vez que el sistema estuvo completamente configurado, con ayuda del programa Hardinfo he podido testear el rendimiento de otras cuatro máquinas que ejecutan sistemas operativos Linux para compararlas con el Dell, siendo estas las características principales de cada una:
Asus EeePC 701: Micro Intel Celeron 900 MHz @ 630 MHz, 1 GB de RAM
Apple Ibook G4: Micro PowerPC 7447A 1.4 GHz, 1 GB de RAM
PC compatible PIV: Micro Intel Pentium IV 2.8 GHz, 2 GB RAM (single channel)
Acer Aspire X1700: Micro Intel Core 2 Duo E7300, 3 GB de RAM
Dell Inspiron Mini 10: Micro Intel Atom N450, 1 GB de RAM
Pues bien, una vez ejecutados los seis diferentes tests de rendimiento disponibles los resultados (ordenados por puntuación de forma decreciente) son los siguientes:
CPU Blowfish (Más bajo es mejor)
Acer Aspire X1700 – 6.42
Dell Inspiron Mini 10 – 16.91
PC compatible PIV – 19.70
Apple Ibook G4 – 47.13
Asus EeePC 701 – 55.17
CPU Cryptohash (Más alto es mejor)
Acer Aspire X1700 – 200.60
Dell Inspiron Mini 10 – 56.34
PC compatible PIV – 42.80
Apple Ibook G4 – 27.88
Asus EeePC 701 – 20.46
CPU Fibonacci (Más bajo es mejor)
Acer Aspire X1700 – 2.93
PC compatible PIV – 5.27
Dell Inspiron Mini 10 – 8.95
Apple Ibook G4 – 14.93
Asus EeePC 701 – 16.42
CPU N-Queens (Más bajo es mejor)
Acer Aspire X1700 – 8.51
PC compatible PIV – 9.88
Dell Inspiron Mini 10 – 17.23
Apple Ibook G4 – 31.09
Asus EeePC 701 – 37.82
FPU FFT (Más bajo es mejor)
Acer Aspire X1700 – 4.67
PC compatible PIV – 7.71
Dell Inspiron Mini 10 – 18.32
Asus EeePC 701 – 27.52
Apple Ibook G4 – 45.78
FPU Raytracing (Más bajo es mejor)
Acer Aspire X1700 – 6.20
Dell Inspiron Mini 10 – 18.11
PC compatible PIV – 26.37
Apple Ibook G4 – 43.28
Asus EeePC 701 – 76.98
A modo de resumen, mirando todas las pruebas en conjunto se puede decir que el rendimiento puro y duro del microprocesador Atom N450 estaría más o menos a la par que el obtenido con un Pentium 4 a 2,8 GHz. En algunos apartados uno gana al otro y en el resto la situación se invierte (esencialmente en los que están involucradas las unidades de cálculo en coma flotante), por lo que para tareas en general queda claro que se trata de un micro que se defiende bastante bien. Es obvio, como os decía antes, que los netbooks no son ordenadores enfocados a trabajos especialmente complejos; pero con las prestaciones que dan podréis internetear y ejecutar cualquier tarea ofimática sin ningún tipo de problema.
De todos modos, en los diferentes apartados de la prueba podéis ver que el ordenador de sobremesa equipado con un microprocesador Core 2 Duo goza de mucha más potencia de cálculo que el resto y que el pequeño Asus EeePC 701, como es lógico, palidece con respecto al resto de máquinas que participaron en la prueba. En la informática no existen los milagros, así que no esperéis rendimiento de sobremesa en un equipo que apenas consume electricidad porque es como si pretendéis tener las prestaciones de un Porsche 911 con un motor que gaste lo que un Opel Corsa.
Una pantalla brillante
La pantalla que equipa el Dell Inspiron Mini 10 es de tipo brillante, aunque no tanto como en los portátiles de Apple por ejemplo. Tiene un ángulo de visualización lateral amplísimo, pero no así en su visualización vertical, pues los colores se falsean bastante en cuanto la inclinamos unos grados por encima o por debajo del ángulo óptimo. Como os comenté anteriormente, la pantalla se puede abatir hacia atrás un máximo de unos 45 grados al estar limitada por la especial construcción de su carcasa.
En cualquier caso, hay que reconocer que la pantalla es realmente nítida y da una calidad de imagen muy buena. Con una resolución de 1024 x 600 pixels y un tamaño de 10″ no se aprecian dientes de sierra en las líneas diagonales ni artefactos raros en las zonas con degradados. Del mismo modo, el contraste es mucho más amplio de lo que era en mi anterior EeePC, ya que en el Dell los negros son realmente negros y el blanco es puro y luminoso. En algo se tienen que notar los dos años de diferencia entre un ordenador y el otro, ¿no?
Como todos los portátiles, la visualización bajo la luz directa del sol no es todo lo buena que debería, aunque es cierto que las pantallas brillantes se defienden mejor que las mates en este aspecto. Para comprobar esto he colocado el ordenador delante de una ventana abierta a pleno sol y he hecho una fotografía directamente a la pantalla. Como podéis ver, aunque ya os adelanto que el reflejo es molesto para la vista, al menos las letras oscuras sobre fondo claro se pueden leer perfectamente.
No quisiera dejar pasar por alto el hecho de que este modelo de ordenador no posee ningún tipo de sensor de luminosidad ambiental que ajuste automáticamente el brillo de la pantalla, algo que sí tiene mi portátil del trabajo o el mismísimo iPod Touch y que es un detalle realmente útil para no tener que andar ajustando a mano este parámetro. Es una pena no haberlo integrado en la carcasa, porque es un detalle nimio pero que se agradece.
Teclado y touchpad: al servicio del tacto
El teclado es una absoluta delicia. Y no sólo si lo comparamos con el del EeePC 701, cuyas dimensiones son bastante más reducidas; sino en términos absolutos. Es de unas dimensiones adecuadas (Dell afirma que su tamaño representa el 93% de un teclado de portátil estándar) y tiene un tacto sencillamente perfecto. De hecho, esta review está escrita íntegramente usando el recién estrenado Dell y doy fe de que la comodidad al teclear es prácticamente insuperable.
Lo que no me ha gustado tanto es que por defecto las teclas de función no estén asignadas a las conocidas F1, F2… hasta F12; sino a las funciones especiales del sistema que controlan al volumen de los altavoces, el brillo de la pantalla… Es decir, que si pulsamos lo que sería F2 vamos a activar / desactivar el Wi-Fi, mientras que para obtener la función comúnmente asignada a F2 (que suele ser cambiar el nombre de un fichero) habrá que pulsar la combinación Fn + F2.
Entiendo que es una tontería sin importancia y que a todo se acostumbra uno; pero si toda la vida esas teclas han tenido su función no sé qué necesidad había de darle la vuelta a las cosas que funcionan bien.
En cuanto al touchpad, hay que reconocer que su superficie es bastante generosa, pero cuenta con la peculiaridad de que los dos botones con los que cuenta están integrados en su propia superficie, que bascula a izquierda y derecha.
Esto logra que dicho dispositivo quede perfectamente integrado en la carcasa del ordenador, pero hasta que nos hagamos con el funcionamiento del touchad tendremos que pasar por un periodo de adaptación durante el cual nos ocurrirá en más de una ocasión que el puntero del ratón se nos moverá al tener que presionar la propia superficie para ejercer la pulsación como tal.
Opciones de conectividad
El apartado de conectividad del Dell Inspiron Mini 10 queda resuelto de varias formas: por un lado contamos con tres puertos USB 2.0 para conectar ratones, pendrives, discos duros externos… Disponemos de uno en el lado derecho y dos en el izquierdo, no contando con ninguno de ellos en la parte trasera.
En cuanto a las comunicaciones inalámbricas contamos con una tarjeta Wi-Fi que cumple los estándares b y g así como un módulo Bluetooth útil para sincronizar los contenidos de nuestro teléfono móvil o PDA.
Mención aparte para el puerto VGA, que situado en el lateral izquierdo del pequeño ordenador nos permitirá conectarlo a un monitor externo o un proyector si queremos emplearlo para dar algún tipo de conferencia o similar. También contamos con los habituales conectores para auriculares y micrófono empleando un jack de 3,5 mm así como un discreto lector de tarjetas compatible con los formatos SD, MMC y Memory Stick.
A excepción del Bluetooth, es lo típico que suelen traer todos los netbooks, de modo que poco más que reseñar en este apartado.
Uso diario e impresiones generales
En cuanto a lo que el uso diario y habitual se refiere, me gustaría comentaros una serie de puntos que me han llamado la atención en mayor o menor medida:
El ordenador no cuenta con ningún tipo de ventilador, por lo que es absolutamente silencioso en su funcionamiento, siendo el aparcado de las cabezas del disco duro el único ruido mecánico que escucharemos durante su uso. Ahora bien, la ausencia de ventilador implica que la zona de la carcasa bajo la que se encuentra el microprocesador del equipo se va a calentar bastante. En el caso de usarlo sobre una mesa o similar nos va a dar un poco igual, pero si lo colocamos sobre nuestras piernas, pasado un tiempo nos vamos a dar cuenta de que la temperatura de nuestro muslo derecho se empezará a elevar más de la cuenta; siendo esa es la única zona de la carcasa que se calentará hasta el punto de resultar molesta, quedando las demás a una temperatura bastante agradable.
Como ya dije en los primeros compases de la review, el teclado es una verdadera delicia. Tiene un tacto impecable y la fuerza necesaria para la pulsación de cada tecla es mínima, por lo que resulta muy descansado para nuestros dedos y muñecas. Y precisamente hablando de ergonomía, gracias a que la carcasa posee una superficie libre de unos cinco por diez centímetros a cada ladodel touchpad podremos emplearla a modo de reposamuñecas y ganar así en comodidad a la hora de escribir.
Por cierto, no puedo pasar por alto el singular acabado de la superficie interior de la carcasa que rodea al teclado, pues lejos de ser lisa tiene grabadas una serie de «serpientes» que podéis apreciar en algunas de las fotos que ilustran este análisis.
La cobertura de la red inalámbrica parece estar bien resuelta, ya que en las zonas de la casa en las que el Asus EeePC 701 se me desconectaba frecuentemente, este Dell mantiene una conexión estable y con un tráfico de datos muy fluido. Comentar también que la tarjeta instalada es una Broadcom BCM 4312; dato que podría ser de utilidad para aquellas personas que pretendan hacer algún tipo de «uso alternativo» de la misma.
Otros detalles que me han gustado especialmente son el pequeño y discreto botón de encendido situado en la equina superior izquierda del teclado así como el pequeño LED presente en la clavija del adaptador de corriente que indica si el mismo está alimentado o no y que os muestro en la siguiente fotografía:
Por lo demás el ordenador rinde muy bien si lo usamos para lo que ha sido diseñado y se maneja de forma correcta y agradable. Aunque pese unos gramos más que el EeePC 701 esto apenas se nota y ese par de centímetros extras a lo largo y a lo ancho (el grosor es prácticamente le mismo) permiten integrar un teclado y un touchpad de tamaño adecuado; cosa que se agradece mucho.
Por cierto, los altavoces están situados debajo de la carcasa; concretamente bajo las zonas destinadas a reposar nuestras muñecas que os comentaba hace unos párrafos, por lo que si colocamos el portátil sobre una cama o similar no se escuchará demasiado alto incluso subiendo el volumen considerablemente. Para esos casos es mejor emplear auriculares.
La webcam (como todas las webcams) se ve bien si la luz ambiental es intensa y con mucho ruido si estamos en penumbra. Posee un micrófono estéreo y un LED que indica su actividad. Por lo demás, si pensáis en la cámara de un teléfono móvil grabando vídeo estaréis muy cerca de lo que puede dar de si este componente del ordenador.
En cuanto al tiempo de autonomía de la batería a mí me parece que está más que bien: el sistema operativo anuncia unas ocho horas de duración cuando la batería está completamente cargada y me encuentro navegando por Internet mediante conexión Wi-Fi; algo que se ajusta bastante a la realidad por lo que he podido ver hasta el momento. Lo normal es que tras las primeras cargas de batería esta autonomía aumente ligeramente (del orden de un 10 o un 15 por ciento) pero aunque no fuera así la marca de ocho horas está más que bien, sobre todo comparado con las poco más de dos horas de autonomía que me daba mi EeePC 701 y su procesador Celeron a 630 MHz.
Antes de que se me olvide, si alguien se está preguntando la posibilidad de ampliar la memoria RAM del ordenador he de decir que no es un proceso tan sencillo de realizar como en el Asus EeePC 701 y su fácil acceso a este componente. En el caso del Dell Inspiron Mini 10 hay que desmontar todo el portátil como muestra este tutorial, y la verdad es que a no ser que sea estrictamente necesario yo no metería mano al ordenador tan a fondo como para tener que quedarme con la placa base «al desnudo».
Conclusiones
Después de haber estado todo el fin de semana empleando el nuevo netbook sólo puedo contar alabanzas de este modelo de Dell. Es verdad que había alguna opción por encima de él en mi lista inicial de candidatos para sustituir a mi antiguo ultraportátil; pero cuando tuve ocasión de probarlo en la tienda me quedé enamorado del tacto de sus teclas y la calidad de la pantalla.
Tal vez con otros modelos podría haber arañado una horita más de batería o haberme ahorrado veinte o treinta euros en el precio final; pero la inclusión de esos noventa gigabytes más de disco duro, el módulo Bluetooth integrado y los pequeños detalles de los que hace gala este pequeño portátil me hicieron ver que la búsqueda de mi nuevo netbook había llegado a su fin.
Estoy seguro de que mi relación con el Dell Inspiron Mini 10 será larga y fructífera. De momento sus teclas han alumbrado esta review al completo y eso ya dice mucho en su favor, de modo que si estáis contemplando la opción de haceros con un netbook éste puede ser un modelo a tener en cuenta. A mí, desde luego, me tiene encantado.
Después de 21 días mirando netbooks, hoy por fin tengo en mis manos un modelo que se ajusta a lo que buscaba y que he estrenado hace apenas unas horas. Se trata de un Dell Inspirion Mini 10 equipado con un microprocesador Intel Atom N450, 1 GB de memoria RAM, 250 GB de disco duro, Wi-Fi, pantalla de 10″ con 1024 x 600 pixels de resolución,Bluetooth, webcam de 1.3 MPixels, batería de seis celdas y sistema operativo Windows 7 Starter Edition además de los consabidos conectores USB, ethernet, VGA…
Al final he optado por este modelo porque tras haber estado ayer por la tarde recorriendo varios centros comerciales seguía sin haber apenas stock de netbooks equipados con el nuevo micro de Intel y, además, éste viene con un equipamiento de lo más completo: el bluetooth es un añadido no muy habitual y los 250 GB de disco duro representan un plus con respecto a los 160 que suelen venir en la mayoría (aunque ya os dije que eso no era algo determinante). De todos modos, lo que más me gustó fue el tacto y el tamaño del teclado, pues tuve la oportunidad de estar probando el ordenador en la tienda durante un buen rato y sobre todo me fijé en ese aspecto.
Aprovecho para comentar que me ha costado 299 euros en Carrefour y que además me han hecho un cheque regalo de 59 euros (el 20% del precio del equipo) por una promoción que tienen estos días. A modo de curiosidad os diré que en la web de Dell todavía no tienen como opción el bluetooth ni el disco de 250 GB en estos equipos, por lo que el precio está más que bien teniendo en cuenta que el modelo sin BT y con disco de 160 GB sale con los gastos de envío incluidos por el mismo precio que me ha costado éste a mí.
El miniportátil como tal me ha encantado; pero no así el sistema operativo que trae «de serie». Siendo un netbook salido al mercado hace menos de un mes, esta versión de Windows tarda bastante en arrancar y, en general, el sistema no se movía con la soltura que tienen los ordenadores nuevos cuando se estrenan.
El caso es que como con el ordenador viene un DVD para reinstalar el sistema original en caso de problemas, estuve poco más de una hora echándole un vistazo general y a continuación procedí a eliminar sin ningún tipo de miramiento la partición en la que estaba alojado Windows 7 S.E. para instalar la conocida distribución de Linux Ubuntu 9.10.
Dicho sistema operativo arranca en unos 20 segundos y se mueve con una soltura admirable. Además, he de decir que absolutamente todos los elementos del sistema funcionan sin problemas y que en general se integra de maravilla con el pequeño Dell hasta el punto de que las teclas especiales de función para subir y bajar el volumen o el brillo de la pantalla, comprobar la carga de la batería o activar / desactivar el Wi-Fi ejecutan sus funciones a la perfección contando incluso con un OSD en pantalla.
De momento poco más os puedo contar, ya que hasta el momento no he tenido oportunidad de usarlo demasiado al haberlo comprado ayer a última hora de la tarde. ¡Ya habrá tiempo más adelante de hablar largo y tendido sobre este nuevo compañero de aventuras!
Tengo desde hace algo más de cuatro años un ordenador portátil que no ha hecho más que darme alegrías porque jamás he tenido ni un sólo problema con él y lo considero una de las cosas más útiles que me he comprado. En concreto se trata de un Toshiba Satellite A-50 que originalmente consistía en un microprocesador Intel Centrino a 1.4 GHz, pantalla de 15″ (1024 x 768), 512 MB de RAM y un disco duro de 40 GB que con el tiempo amplié duplicando la memoria RAM, triplicando el tamaño del disco duro, añadiendo un monitor externo de 17″ (1280 x 1024) para trabajar con escritorio ampliado y también un disco duro USB de 250 GB para ir almacenando vídeos y fotos.
Lo que ocurre es que ahora que estoy manejando grandes volúmenes de información con las imágenes en RAW de la D40 (unos 5 MB por foto) y los vídeos que suelo grabar con mi cámara (1 GB cada 5 minutos), me doy cuenta de que el pobre ordenador se arrastra cada vez más (es terrible tratar de deslizar con precisión los controles de saturación, contraste y demás ajustes en Adobe Lightroom 2) y que para comprimir un vídeo de 10 minutos se tira un montón de tiempo procesando a tope y dejando al usuario (es decir; yo) sin poder hacer prácticamente nada hasta que termine la titánica tarea.
Es por esto que me estoy planteando hacerme con una CPU de sobremesa para sustituir a mi portátil. No me saldría muy caro porque sólo tendría que darle prioridad a la memoria RAM (4 GB) y al disco duro (mínimo 750 GB) por encima de tarjetas de vídeo y sonido (de hecho si encontrara una placa base que las integrara me vendría de maravilla). También me haría con un buen monitor panorámico de al menos 22″, pues para los temas de fotografía y para tener un montón de ventanas abiertas vienen muy bien. Con eso tendría equipo para rato, pues mi habitual portátil sigue siendo un equipo muy capaz para todo lo que hago menos esas dos tareas que os decía antes; pero el problema es que a esas labores dedico mucho tiempo y desespera un poco cuando todo va a velocidad de tortuga.
En fin, ya os contaré, pero cuando le doy tantas vueltas a una idea sé que al final la acabo llevando a la práctica; por lo que puede que un día de estos escriba un post desde un nuevo ordenador anunciando la noticia.
He publicado una nueva actualización en la review del Asus EEE PC 701 en la que explico mediante un vídeo cómo ampliar la memoria RAM del equipo. No es un proceso complicado en absoluto, pero sé que hay gente que es un poco «miedosa» a la hora de trastear con el hardware informático y he pensando que tal vez viendo con sus propios ojos que el asunto no tiene complicación alguna tal vez se animen a mejorar un poco el rendimiento de este pequeño ordenador.
¡Un saludo!
NOTA I: Una vez colocado el nuevo módulo de memoria no hay que configurar nada en el ordenador, puesto que éste la detecta automáticamente.
NOTA II: es importante comentar que el tamaño máximo de memoria RAM admitido por el EEE 701 es de 1 Gb empleando el Xandros que viene originalmente y 2 GB con el resto de sistemas operativos (Debian, Ubuntu, Windows XP…) porque es lo máximo que soporta el propio ordenador por lo tanto no compréis un módulo de más capacidad porque os va a dar problemas.
Hoy me apetece mostraros una fotografía en la que podéis ver cómo es el lugar desde el que se han gestado muchas entradas de este blog que hoy cumple un añito. Hay un puñado de ellas que han sido ideadas y desarrolladas en los lugares más insospechados gracias al Asus Eee PC 701 que podéis ver a la izquierda, pero como os digo, la mayor parte de las cosas que escribo aquí y en ultimONivel están hechas en ese portátil Toshiba Satellite (que ya tiene cuatro años) acoplado a un monitor externo para tener una mayor área de trabajo.
El ultraportátil suele estar guardado en su funda cuando no lo estoy usando, pero me apetecía incluirlo en la fotografía porque de ese modo os podéis hacer una idea de su tamaño y porque también forma parte de mi «equipamiento informático». A modo de curiosidad os diré que la pantalla del Asus es de 7″ (800 x 480), la del portátil es de 15″ (1024 x 768) y el monitor externo es de 17″ (1280 x 1024).
Por cierto, obviad la alfombrilla de ratón de Batch-PC porque recientemente se me rompió la que tenía desde hace años y hasta que me compre otra estoy usando esa tan hortera que tenía guardada en un cajón
Por lo demás, el lugar de trabajo es cómodo pero tiene la desventaja de que tengo la ventana justo detrás de las pantallas, lo que hace a mediodía sea un poco incómodo usar el ordenador. Ya sé que no es lo más recomendable, pero por la configuración de la habitación no me queda más remedio que tener aquí la mesa en la que está puesto el equipo. Mesa (desplegable, por cierto) que tiene los mismos años que yo y que hace años estaba en la cocina de casa, dando idea de su versatilidad.
Poco más que comentar, pues lo único que pretendía con esta imagen y estos párrafos es abriros por un rato la puerta del lugar donde ahora mismo estoy escribiendo esta entrada. Es domingo y ando resfriado; no me pidáis hoy una entrada de la categoría filosofía barata. 😛
Hace ya un par de meses decidí cambiarle el disco duro a mi portátil. Sus 40 GB originales se me quedaban un poco cortos, sobre todo si tenemos en cuenta que mi librería de iTunes ocupa ya más de 20 GB y el Windows XP cada día tiende a engordar más y más, asi que me dirigí a mi tienda habitual y me hice con un disco duro de 2.5″ y 120 GB de capacidad.
Claro, en un sobremesa podríamos dejar el disco duro original y añadir el otro como unidad secundaria sin ningún problema, pero en un portátil que, por lo general, sólo tiene una bahía para instalar unidades de almacenamiento tenemos que elegir entre una unidad o la otra.
En mi caso lo que hice fue dejar la unidad de 120 GB en el portátil (lógico) con la consabida reinstalación del sistema operativo y los programas que más se utilizan. Pensando en la unidad de 40 GB opté por hacerme con una carcasa externa para poder emplearlo como unidad de almacenamiento auxiliar, pero como tampoco tenía muchas ganas de dar vueltas en busca de dicha carcasa la compré en el mismo lugar donde compré el nuevo disco duro.
Es verdad que su estética es más que cuestionable, pero al menos funciona muy bien y es bastante ligera. La colocación del disco en su interior no reviste ninguna dificultad y a partir de ese momento con un sencillo cable USB como los que llevan muchas cámaras digitales y reproductores de MP3 ya tenemos el disco preparado para funcionar.
Es de agradecer que no necesite ningún tipo de transformador externo para funcionar (aunque la carcasa tiene una entrada dedicada por si el USB no es capaz de dar la corriente requerida por el disco duro) ni rollos raros de dobles cables ni cosas por el estilo.
Una vez en funcionamiento la transmisión de los datos se realiza de manera bastante rápida (es USB 2.0) y a todas luces el sistema operativo lo detecta como si de un pendrive se tratara. Además, a la hora de desconectarlo del bus USB escucharemos cómo la cabeza se aparca y por tanto podemos llevar el disco en una mochila sin riesgo para su integridad (siempre que no vayamos a practicar motocross con él encima, claro). Como podéis ver en la fotografía que os colocaba antes su tamaño no es ni mucho menos grande (de hecho podéis verlo junto a un pendrive de Kingston) y lo podréis guardar en cualquier sitio sin problemas.
Es un «cacharro» especialmente indicado para realizar backups de cosas importantes, para llevarnos toda una colección de música a casa de un amigo o bien para copiar / mover grandes cantidades de datos entre equipos sin tener que usar la red que, sobre todo si es WiFi, a veces es un poco lenta para esas tareas.
Aunque existen desde hace bastantes años, de un tiempo a esta parte están tomando gran protagonismo una serie de dispositivos informáticos de reducido peso y tamaño pero con prestaciones similares a los modelos de sobremesa a la hora de navegar por internet o usar programas ofimáticos. Desde sus comienzos hasta ahora se ha avanzado mucho en el campo de la informática portátil, pero al fin y al cabo lo que seguimos viendo en un aparato de estas características es una pantalla y un teclado con disposición horizontal.
Seguro que más de uno de vosotros recuerda de la época de los primeros microprocesadores Pentium aquellos modelos miniaturizados comercializados por Toshiba bajo la denominación de Libretto y ante los que babeaba sólo con ver una imagen en los anuncios de las revistas (¡qué tiempos!)
Evidentemente incluso los modelos actuales con menos prestaciones se meriendan literalmente a aquellos primeros Libretto, pero no es menos cierto que el espíritu y la razón de ser de los ultraportátiles que ahora empiezan a ser una opción a tener en cuenta ya estaba presente en modelos como el que podéis ver en la foto anterior.
Cierto es que desde hace años hay PDAs que disponen de estas funcionalidades (de hecho yo dispongo de una Palm Tungsten E de la que en su momento hice una extensa review) pero sus prestaciones por lo general están muy limitadas y habitualmente la entrada de texto se hace mediante un teclado virtual en pantalla, haciendo de esto una tarea lenta y pesada.
Sin embargo, como os comentaba hace un par de párrafos, la gente ha encontrado un punto intermedio bastante bien balanceado entre la portabilidad de una PDA y las prestaciones de un ordenador portátil normal y corriente. Hoy en día hay en el mercado internacional algunas opciones a tener en cuenta, pero tal vez la más exitosa en estos momento sea el Asus 701 por su relación precio / tamaño / prestaciones. Además de que por méritos propios es una opción bastante válida nos vamos a encontrar con la situación de que en nuestro territorio es prácticamente la única a tener en cuenta ahora mismo, pues ya sabéis que en esto de la electrónica «la piel de toro» está a la cola de Europa (no digamos ya del mundo) y mientras en otros países ya está a la venta el modelo 901 (y hay disponibles más modelos parecidos de otras marcas) aquí acaba de salir el anterior.
¿QUÉ ME PUEDE OFRECER UN ULTRAPORTÁTIL?
Si seguís mis aventuras y desventuras a través de este blog, sabréis que desde hace años dispongo de un ordenador portátil que me permite realizar tanto tareas de «blogueo» como la redacción de los artículos para ultimONivel y las tareas propias del desarrollo del proyecto de fin de carrera en el que estoy enfrascado desde hace unos meses.
El caso es que más de una vez he dicho que el término «ordenador portátil» es bastante relativo: si consideramos un portátil como un equipo que podemos transportar de un lugar a otro sin necesitar una furgoneta estoy completamente de acuerdo (un ordenador portátil es un equipo ideal para llevar a nuestro lugar de vacaciones por ejemplo) pero como término que se refiera a que podemos trabajar con él en movimiento no puedo estar más en contra.
Un portátil «normal» pesa entre dos y tres kilos, se calienta bastante y por sus dimensiones es imposible utilizarlo en espacios reducidos como un autobús o la silla de una sala de conferencias. En las distintas presentaciones a las que asisto como redactor de ultimONivel siempre me llevo un bolígrafo y un cuaderno para tomar notas y a veces mi PDA si el reportaje corre prisa y quiero ir preparando algunas cosas en el trayecto de vuelta a casa, pero por nada del mundo me llevaría el portátil debido a que sencillamente sería lo más incómodo del mundo a la hora de escribir directamente en él.
Lo de la PDA no es mala idea, pero como dije en la introducción están diseñadas para tomar notas muy breves y a una velocidad muy baja. No son aptas para tomar multitud de ideas al vuelo, hacer citas de frases textuales o redactar complejos y extensos escritos. En esos casos el papel y el bolígrafo son las mejores armas acompañadas de una grabadora para luego en casa descifrar cada punto de una conversación.
Sin embargo, un ultraportátil sí que es útil en esos casos, y os lo voy a tratar de mostrar con un ejemplo práctico: en una presentación llegas a tu asiento y sacas un cacharro que abulta como un cuaderno de tamaño mediano pero que tiene teclado QWERTY «real» para escribir con comodidad. En él llevas las notas de prensa previas a la presentación y que te dan pistas sobre lo que se va a tratar en el evento. En cualquier momento puedes consultar la biografía del invitado o cualquier otra cosa que te haya proporcionado la compañía encargada de la presentación. Podría decir que también te puedes conectar a Internet a través de alguna red WiFi abierta que haya en la zona, pero decir eso en España es demasiado arriesgado, pues ya sabemos que no hay demasiados hot-spots de tipo abierto por estas tierras y no creo yo que vaya a dar la casualidad de que justo en el lugar donde nos encontramos haya uno (la Ley de Murphy es poderosa).
Durante el acto puedes ir tomando notas rápidamente con el procesador de textos de todo lo que ocurre, e incluso con la grabadora de sonidos ir grabando todo el acto para que luego te ayuda a la hora de pulir el reportaje en casa. Es cierto que la pantalla de 7″ no es la ideal para trabajos gráficos minuciosos y detallistas, pero para escribir unos cuantos párrafos con Open Office va más que bien.
Finaliza la presentación y vas de camino a casa en el tren o el autobús. Sentado en tu estrecho asiento durante el trayecto puedes seguir retocando el reportaje que estás escribiendo o también tienes la posibilidad de ir descargando las fotografías de la cámara para ir seleccionando las que han quedado mejor. Es un trabajo que siempre me toca hacer en casa y que me da bastante rabia, pues se tarda un rato que se podría dedicar a la publicación el artículo en si o a pulir algunos detalles del mismo. Evidentemente esto también se puede hacer con un portátil de tamaño normal, pero lo más seguro es que por la poca distancia que tienes con respecto al asiento de enfrente te tuvieras que comer la pantalla y ya de paso darle codazos al tío del asiento de al lado cada vez que pulses el tabulador.
ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DEL ASUS EEE 701 4G
Centrándonos en el 701 podemos enumerar sus características técnicas una por una acompañadas de una breve explicación:
Procesador Intel Celeron-M ULV 353: el microprocesador del equipo es capaz de correr a 900 MHz, pero por defecto viene limitado a 630 MHz para limitar el consumo y el calor generado.
Memoria RAM de 512 MB en un SO-DIMM DDR2 400 reemplazable por el usuario.
Disco duro SSD de 4 GB: un sistema de almacenamiento basado en memoria flash y que por lo tanto es resistente a sacudidas, golpes, polvo y demás elementos agresivos con los discos duros «al uso». No es reemplazable por el usuario.
Pantalla de 7 pulgadas (18 cm en diagonal) con resolución de 800 x 480 píxels y retroiluminación LED: su tamaño viene a ser el de la pantalla con la que suelen venir equipados los reproductores portátiles de DVDs. La densidad de píxels es de 133 ppp.
Batería de 4400 MAh: el fabricante asegura que ofrece una autonomía de 3’5 horas.
Chipset Mobile Intel 910GML Express Northbridge.
Tarjeta gráfica Intel GMA 900 con memoria compartida.
Sistema operativo Xandros: una distribución de GNU/Linux que ha sido adaptada a este pequeño aparato para ofrecer una buena velocidad de ejecución. De serie incluye multitud de aplicaciónes como Mozilla Firefox, Mozilla Thunderbird, Pidgin, Skype, reproductores de audio y vídeo, la suite Open Office al completo, adobe Reader… También podemos elegir el Eee con Windows XP instalado, pero pagando un sobrepecio de unos 30€ y notando en general una cierta merma de prestaciones en el uso diario.
Conectividad mediante Ethernet LAN 10/100 y 802.11b/g (WiFi).
Tres puertos USB 2.0
Lector de tarjetas SD/MMC: compatible con tarjetas SDHC de hasta 32 GB.
Conector VGA D-SUB para monitor externo: capaz de dar señal a una resolución máxima de 1600 x 1280
Webcam incorporada de 640 x 480 píxels de resolución a 30 FPS: colocada sobre la pantalla para ser empleada en videoconferencias.
Micrófono y altavoces incorporados en la carcasa: aunque dispone de conectores para ambos elementos en un lateral de la carcasa.
Peso: 920 gramos.
Dimensiones: 22’5 x 16’4 x 2’15~3’5 cm.
Disponible en colores blanco o negro.
Precio: 299€.
DESEMPAQUETANDO EL ASUS EEE 701
Tras gastarse los 299€ que cuesta (precio oficial en España de la versión con Linux) abrir la caja del Eee es una constante sucesión de caras de sorpresa y exclamaciones varias. La primera vez que tienes el ordenador en las manos te das cuenta de que no abulta absolutamente nada y sobre todo que su peso es extremadamente liviano: sus 920 gramos batería incluida parecen muchos menos acostumbrado al peso de mi habitual portátil con pantalla de 15″ (2700 gramos justos pesa el condenado).
El adaptador de corriente llama mucho la atención por ser más parecido al de un teléfono móvil que al de un ordenador portátil. La longitud del cable es de unos dos metros y lleva el típico velcro para recoger la longitud sobrante.
Un detalle que me ha gustado MUCHO es que viene de regalo una funda de tela para el ordenador. Cuando venía a casa con la caja debajo del brazo empezaba a pensar en que me iba a ser complicado encontrar una funda para un portátil de 7″ y me hacía a la idea de que tendría que recurrir a eBay o algo así. Sin embargo al abrir la caja y encontrarme la funda (que está hecha con un tejido parecido al neopreno y ajusta a la perfección) me llevé una buena alegría. Por lo demás, dentro de la caja vienen también un par de CDs, una guía rápida, un manual de usuario, una tarjeta de garantía y la batería envasada por separado del ordenador.
Comentar también que el teclado es realmente minúsculo y no apto para dedos muy grandes, pues nos podemos encontrar pulsando cuatro teclas a la vez. Especialmente la tecla ESC y las teclas de función son de un tamaño reducido a la mínima expresión.
IMPRESIONES BASADAS EN EL USO DIARIO
Nada más pulsar el botón de encendido el ordenador arranca casi instantáneamente sin rastro de ruido mecánico alguno gracias al disco duro SSD. Se hace muy extraño pensar que podemos emplear el portátil en condiciones de vibración fuerte sin riesgo para la integridad de nuestros datos, y es que el disco SSD ha sido una de las razones más poderosas que me han hecho decidirme por este modelo y no otros de mayor capacidad.
En apenas 15 segundos tenemos el ordenador listo para comenzar a ser utilizado en un entorno gráfico vistoso pero que enseguida recuerda a un VTech de esos que venden en Alcampo para los niños. Lo importante de este ordenador son las aplicaciones con las que cuenta, pero es verdad que el sistema operativo da la sensación de ser un poco de juguete. De todos modos luego sobrevolaremos con calma esos terrenos pantanosos…
El touchpad es absolutamente minimalista (más o menos del tamaño de la pantalla de un iPod nano) y lo primero que debemos hacer es elevar su sensibilidad en un buen porcentaje, pues de lo contrario tendremos que «rascar» varias veces a lo largo de toda su superficie si queremos cruzar toda la pantalla con el puntero. Es echarle un par de minutos al correspondiente apartado de configuración, pero gracias a ello ganaremos muchos enteros en comodidad de uso. Lo que no me ha gustado nada son los dos botones de dicho touchpad, pues van bastante duros de accionar y además la superficie es tan pequeña que hay que atinar bastante si no queremos hacer un par de intentos antes de lograr nuestro objetivo.
Pese a lo que su pequeño tamaño pudiera indicar el Eee 701 se caliente bastante al utilizarlo. A los pocos minutos de arrancar el sistema vamos a notar cómo las teclas y la parte inferior del equipo comienzan a desprender calor. Esto se debe a que por un lado existen ranuras de ventilación en la parte inferior de la carcasa del ordenador y a que bajo las teclas se encuentra una rejilla metálica por la que sale el aire caliente generado por los componentes embutidos en el escaso espacio interior.
No es una estufa pero sí que se nota la temperatura en las piernas si lo apoyamos sobre ellas, sobre todo en días calurosos como estos que estamos teniendo. De momento no he podido probarlo en un entorno más fresco, pero sí que hay que destacar que el ordenador es absolutamente silencioso: el ventilador con el que está equipado para evacuar el aire caliente del interior es de pequeño tamaño y apenas emite un leve silbido inapreciable a nada de ruido que haya en el entorno de uso.
No sé si la cosa irá mejorando con el tiempo, pero en las primeras cargas me he encontrado con que la batería no tiene una autonomía demasiado larga: no me he puesto a cronometrar con exactitud lo que tarda en pasar del 100% de carga a apagarse por falta de energía, pero calculo que ronda las tres horas empleando el WiFi, con el volumen de sonido al 1/3, el brillo de la pantalla a la mitad y haciendo un uso no muy intensivo del ordenador (internet y trasteo por los menús principalmente). Cierto es que la autonomía parece más o menos decente, pero los usuarios europeos estamos perdiendo tiempo de uso sin conectar a la corriente gracias a que Asus ha equipado nuestros Eee 701 con unas baterías de 4400 mAh, siendo en otros países de 5200 mAh. Una merma que no consigo explicarme demasiado bien pero que hace que no podamos despreocuparnos del cargador durante demasiado tiempo.
Hablando de la batería no pasaré por alto que al menos el tiempo de carga es más o menos breve: entre hora y media y dos horas será lo que tarde en alcanzar su nivel máximo siempre que no estemos utilizando el mismo tiempo el ordenador, pues en ese caso la carga será bastante más lenta.
El alcance del WiFi es bastante bueno; más o menos como en cualquier portátil actual con dicha tecnología integrada. El programa para la conexión a redes inalámbricas es realmente simple y no debería darnos ningun problema. Eso sí, comentar que en mi caso no pude conectarme a ninguna red Wi-Fi hasta que actualicé el sistema mediante la utilidad que Asus ha integrado en el SO.
Respecto al almacenamiento, que nadie crea que los 4 GB de disco duro están completamente a nuestra disposición, porque el sistema operativo y otra serie de elementos que los ingenieros que han diseñado el 701 han tenido a bien colocar en la memoria fija del dispositivo nos dejan unos exiguos 1.3 GB a nuestra disposición.
Cierto es que podemos almacenar datos en pendrives, tarjetas de memoria SD/MMC (el Eee trae un lector integrado del que luego os hablaré) y discos duros externos; pero hemos de tener en cuenta que el espacio en el disco duro es muy limitado y que por lo tanto hay hábitos que debemos cambiar a la hora de trabajar con el Eee: se acabó el almacenar gigas de música y vídeos en el disco duro. Lo que deberíamos hacer es o bien trabajar siempre con una tarjeta de memoria de generosa capacidad introducida en la ranura destinada a tal efecto o guardar los archivos «de uso» en el disco duro y todo lo demás en unidades externas.
Como os decía al inicio de este largo análisis, los ultraportátiles no están hechos para todos los públicos y hay que saber bien a lo que uno se enfrenta cuando le pone las manos encima a uno de estos aparatos. Estos pequeños ordenadores están hechos para trabajar con una serie de documentos o navegar por internet, pero no son centros multimedia ni grandes almacenes de archivos. Lo ideal es emplear este tipo de máquinas como «segundo ordenador» para no tener que renunciar a la comodidad y versatilidad de un PC allá donde estemos. De cualquier modo, los vídeos que he probado en él se ven de manera correcta y con bastante fluidez (el formato probado ha sido WMV a 640×480 y 2.1 Mb/s de compresión) aunque estoy pendiente de probar alguno codificado en H264, que suele ser el códec que más recursos necesita para ser descomprimido.
Un feo detalle por parte de Asus es la pegatina que recubre la tapa inferior de la carcasa y que da acceso a ciertos componentes del ordenador: lo más útil que se encuentra bajo dicha tapa es la memoria RAM del sistema, que es de 512 MB de serie y que podemos ampliar sustituyéndola con un SO-DIMM DDR2 667 de 1 GB como máximo, pues si ponemos 2 GB (máximo reconocible por hardware) habrá que recompilar el kernel del SO para que la reconozca.
La operación de ampliación de memoria no tiene complicación alguna, pero en Asus han colocado la mencionada pegatina para que, si metemos mano al ordenador, nos queremos sin garantía. Y es cierto que la filosofía del Asus EEE 701 es «funciona, así que no toques nada» pero de cara a los usuarios experimentados (que son un buen porcentaje de los que han comprado un Eee) no estaría de más un poco más de flexibilidad.
Lo peor del Asus Eee 701 es, como ya apunté hace un rato, el sistema operativo: el Eee funciona con una distribución de GNU/Linux llamada Xandros que lleva ya tiempo en el mercado para PCs. Lo que ha hecho Asus ha sido tomar dicha distribución y modificarla para que funcione sin demasiados problemas en este ultraportátil. Es verdad que no da problemas y que todo va más o menos bien, pero os aseguro que a veces uno tiene la sensación de manejar un ordenador de juguete: las aplicaciones son las de cualquier ordenador de sobremesa y no hay queja en ese aspecto, pero los menús a base de pestañas son de lo peor que he visto.
Una vez más vuelvo a reconocer que estoy de acuerdo con el público del Eee pueda ser gente que no entiende demasiado de informática, pero de verdad que cuando alguien que sabe un poco del tema maneja este ordenador tiene la impresión de que le están llamando tonto.
Si el sistema sobre el que se ejecuta todo es Linux, no sé a cuanto de qué tienen que meterle por encima una capa que lo «Windowsea» (¡toma palabro!) hasta el más mínimo detalle: las ventanas son iguales que en XP, la barra de tareas es casi igual, los accesorios se llaman de la misma manera, no hay posibilidad de tener varios escritorios, para desmontar las unidades hay que dar a un icono llamado «desconectar hardware con seguridad»… y así decenas de detalles que dan la sensación de que los creadores del SO se avergüenzan de Linux y quieren hacer creer a toda costa a la gente que están ante un Windows XP un poco recortado.
Linux antes era un poco tosco, algo complicado para gente sin conocimientos, pero de unos años a esta parte las distribuciones se han dulcificado mucho y a la hora de manejarlas no hoy mucha diferencia con respecto a los sistemas de Microsoft. Sólo hay que acostumbrarse a ciertas cosas que son diferentes como la forma de actualizar los programas mediante el uso de repositorios y poco más, por lo que no entiendo esa fiebre de esconder Linux bajo una capa de pintura roja, verde, azul y amarilla.
Por suerte hay un modo (no documentado por Asus, claro) mediante el que se puede poner el escritorio original de Xandros en el Eee. Sin embargo este análisis está realizado íntegramente con el sistema operativo que la máquina trae «de serie», pues me gustaría dar un punto de vista válido para cualquier usuario y no sólo a los «manitas». Si queréis emplear el llamado escritorio avanzado podéis echar un vistazo a los artículos de esta sección del Wiki de EeeUser.
Una de las cosas que a priori me daba más «miedo» a la hora de utilizar el Eee en el día a día era el tamaño de la pantalla. Ya sabía que era pequeña y que su resolución de 800 x 480 impondría algunas trabas a la hora de hacer ciertas cosas, pero una vez más me he dado cuenta de que cambiando ligeramente el modo de trabajo con respecto a un PC «normal» con el Eee se puede hacer prácticamente de todo (bueno, manejar un programa de CAD puede ser un infierno, pero para tareas habituales no hay grandes problemas).
Navegar por internet no supone un gran problema, aunque es recomendable instalar algún tema minimalista en Firefox (os recomiendo Littlefox) y trabajar en modo «pantalla completa», al que se conmuta con F11. La mayoría de las páginas se verán bien a la resolución nativa de la pantalla, aunque vamos a tener que usar el scroll más de lo habitual, claro está. De ahí la importancia que comentaba antes de que debemos invertir algunos minutos en ajustar a nuestro gusto la sensibilidad del touchpad del equipo. A la hora de trabajar con procesadores de textos, hojas de cálculo y demás programas ofimáticos nos vamos a encontrar más de lo mismo: no demasiados problemas más allá del uso intensivo del scroll.
Donde sí que vamos a tener algún problema más va a ser a la hora de ver PDFs en pantalla, pues al ser tan achatada si optamos por ver los documentos de forma que su anchura sea la de la pantalla, apenas vamos a ver una franja, y en el caso de catálogos y documentos estructurados en marcos nos vamos a volver locos yendo arriba y abajo. Es un problema muy parecido al que nos surgirá creando documentos en Open Office, pero por lo general estos son textos que se leen de arriba a abajo sin más, pero como os digo, la estrechez vertical de la pantalla puede ser un poco perjudicial bajo ciertas condiciones.
Los altavoces integrados en la carcasa no se escuchan mal para un ordenador del tamaño del Eee. No son precisamente unos Harman-Kardon de gama alta, pero al menos se escuchan con nitidez gracias a que están colocados justo enfrente de nuestros oídos. De todos modos, siempre podremos conectar unos auriculares en la salida destinada a tal efecto y escuchar a través de ellos el sonido del ordenador si no queremos molestar a la gente que tengamos por los alrededores. La calidad de audio a través de los mismos no es espectacular, pero cumple de sobra con su cometido, ya que no vamos a tener almacenados en el Eee archivos de audio en formato FLAC. Eso sí, mejor utilizar auriculares de baja impedancia porque por lo general se escuchan más altos y por lo tanto consumiremos menos batería al no tener que subir mucho el volumen.
Por su parte, el micrófono integrado cumple con su papel pero no puede ser usado para aplicaciones «profesionales» por estar embutido directamente bajo el touchpad del ordenador. En el caso de que estemos grabando audio y pulsemos algún botón del dispositivo escucharemos un sonoro «clack» en el audio resultante. Para grabar sonido ambiente o tomar notas de voz vale perfectamente, pero si queremos hacer las cosas bien un micrófono externo es muy recomendable.
Todavía no he comentado nada de la carcasa externa, pero bueno, ese es tal vez el aspecto menos relevante del Eee. Para mi gusto es bonita (al menos en la versión blanco perlado que he elegido yo) si bien parece algo delicada en cuanto a arañazos y marcas. Es verdad que gracias al disco SSD el sistema es (casi) inmune a golpes y caídas, pero la carcasa sí que es delicada y por lo tanto algo de cuidado hemos de poner en el uso del equipo. Se agradece el detalle de la funda que trae «de serie» para evitar rozaduras y demás indeseables elementos antiestéticos.
La conexión de dispositivos USB no tiene ninguna complicación: las pruebas con pendrives y tarjetas de memoria siempre han ido correctamente y lo que sí debemos tener en cuenta es que SIEMPRE hay que desconectar los dispositivos con el icono correspondiente en la barra de tareas (en Windows es importante, pero en Linux lo es todavía más).
El minúsculo teclado también nos desesperará los primeros días debido a que tendremos que «aprender» a escribir de nuevo. Al ser las teclas tan pequeñas cuesta coger agilidad a la hora de redactar párrafos y de vez en cuando es recomendable releer el texto para asegurarse de que hemos escrito todo correctamente. En este teclado tal vez es más recomendable escribir con dos dedos a emplear avanzadas técnicas de mecanografía multidactilar.
El lector de tarjetas SD / MMC es un gran invento: nos permite introducir una memoria del tamaño de un sello, y que al soportar la especificación SDHC nos dará un espacio de almacenamiento adicional de varios gigas. Además, una vez introducida, la tarjeta queda «al ras» de la carcasa y no nos molestará lo más mínimo en el uso del ordenador.
En el momento de introducir la tarjeta esta se montará como si fuera un disco duro y podremos guardar en ella archivos y documentos del mismo modo que hacemos con el disco SSD. Claro, seguro que (como me ocurrió a mí) enseguida habréis pensado en haceros con una tarjeta de 16 GB, dejarla fija en el lector y esquivar así las limitaciones de espacio que os comentaba al hablar del peculiar disco duro que monta esta máquina. La idea es buena y perfectamente factible, pero tenemos el inconveniente de que cada vez que arranquemos el sistema se nos abrirá el diálogo que nos pregunta con qué programa queremos explorar el contenido de dicha tarjeta, lo que es una lata. Posiblemente este inconveniente tenga una sencilla solución realizable por software, pero yo hasta el momento he sido incapaz de dar con ella.
La webcam que el Eee trae incorporada en la parte superior del marco de la pantalla cumple su papel dignamente si la iluminación de la estancia es lo suficientemente brillante; en caso contrario el granulado será evidente y los colores muy poco naturales. No hay aquí lámparas infrarrojas para ayudar a iluminar la cara del sujeto ni virguería técnica alguna, pues la cámara es de lo más sencilla (comparable con la que traen de serie muchos teléfonos móviles) y simplemente nos permitirá capturar tanto pequeños vídeos como fotogramas sueltos además de emplearla en programas de mensajería instantánea. Destacar que cuando está activada un pequeño LED de color verde nos avisará de su estado.
En fin, supongo que os podría contar bastantes más detalles sobre esta maquina, pero todavía tengo muchas cosas que experimentar, mucho uso que darle y sobre todo todavía tengo que escribir bastantes textos en él, pero tras unos días de uso intensivo (sin ir más lejos la mayor parte de este análisis está escrito en el Eee) me siento lo suficientemente «autorizado» como para tener la certeza de haber realizado un análisis en condiciones.
De todos modos, os comento que con el tiempo iré actualizando esta entrada de tal modo que vaya reflejando un poco cómo van evolucionando las cosas con este ultraportátil. Me gustaría ampliar su memoria a 1 GB, ver cómo se comporta la batería tras unos cuantos ciclos de carga / descarga y adquirir destreza con el teclado para que no me lleve tanto tiempo escribir un texto largo. De hecho, ya voy notando que voy más rápido y no cometo tantos errores como al principio, pero aun así todavía queda un largo camino por recorrer hasta que sea capaz de manejar este Asus Eee 701 con la misma facilidad que mi veterano Toshiba Satellite A50.
Espero que este extenso análisis haya servido tanto para entretener a los amigos de la tecnología (buscando ese fin siempre intento adjuntar tantas fotografías como puedo) como para ayudar a clarificar las cosas entre aquellos que estén indecisos ante su adquisición o no. Ya os decía hace poco que lo mejor de los blogs es que sus autores cuentan sus experiencias de cada día sin patrocinios ni presiones editoriales de ningún tipo, por lo que en ocasiones son de más ayuda que otros artículos más técnicos hallados en otros medios.
Y no; por si a estas alturas os lo estáis preguntando, no seré yo quien vaya a dictar un veredicto universal sobre si os debéis comprar el Asus Eee PC 701 o no. Si hago unas reviews tan extensas es precisamente para plantear las cosas como son; con sus pros y sus contras, de tal modo que al final seáis vosotros mismos los que, con los datos en la mano, os deis cuenta si el aparato os puede ser útil o no. Yo, a título personal, os puedo decir que estoy bastante contento con la máquina de Asus pese a que tiene sus limitaciones con respecto a un portátil «normal», pero soy muy consciente de que este ordenador a más de una persona le parecerá una frivolidad. Ya se sabe que todo es relativo, y sólo el conocimiento de las cosas será el que nos permita decidir con libertad.
PRIMERA ACTUALIZACIÓN ( 23 de Junio de 2008 )
Tras haber experimentado un poco más a fondo con el Asus Eee PC 701 os voy a comentar algunas conclusiones que he sacado:
– Siguiendo los pasos del wiki de EeeUser he pasado a emplear el escritorio avanzado, el cual «libera» casi todo el potencial de Linux mucho más allá que el sistema VTech que el Asus trae originalmente. El escritorio avanzado nos ofrece una distribución con una apariencia similar a la de cualquier ordenador de sobremesa y elimina la apariencia «juguetil» de los menús con pestañas del Eee.
– Con el escritorio avanzado el ordenador tardará unos segundos más en arrancar (de 15 pasa a 20, por lo que la ralentización no es excesiva). Muy al contrario de lo que pudiera pensarse a primera vista, el sistema con el escritorio avanzado activado va más suelto que con el escritorio simple. Esto se debe a que el escritorio simple lo que hace es meter una capa extra sobre el Xandros original que pretende facilitar las cosas y hacerse pasar por una versión descafeinada de Windows XP, disminuyendo ligeramente el rendimiento de todo el sistema.
– Una vez probado el escritorio avanzado no creo que nadie se vuelva al sencillo; pero por si acaso se conserva la posibilidad de conmutar entre uno y otro tal y como se comenta en el wiki que os enlazaba antes.
– La mayor pega del cambio al escritorio avanzado es la merma en seguridad del sistema debido a que desde ese instante no se nos va a pedir nuestra contaseña en el arranque ni en prácticamente ninguna operación de mantenimiento del S.O. Consultando con una persona experta en Linux conseguimos (modificando ficheros del sistema) que pidiera la contaseña en las tareas de mantenimiento (como es lógico y habitual en Linux) pero descubrimos con sorpresa que el ordenador se quedaba bloqueado en el arranque del entorno gráfico debido a que este se ejecuta en modo superusuario por defecto. Una decisión dificilmente comprensible pero que no tenemos opción de cambiar.
– Otra cosa que he hecho ha sido ampliar la memoria RAM del sistema hasta 1GB. La operación (como ya apuntaba en la review) no reviste más dificultad que la de abrir la tapa inferior del Eee, «despinchar» el módulo que viene de serie e instalar el nuevo. En mi caso ha sido un Kingston SO-DIMM DDR2 667 que no me ha dado el más mínimo problema ni de instalación ni de funcionamiento.
– Asus asegura (esto me lo han comentado los trabajadores de PC BOX, poseedores cada uno de ellos de un Eee como el aquí analizado) que la garantía del equipo permanece intacta incluso en el caso de que arranquemos la pegatina que viene sobre uno de los tornillos de la tapa del equipo. Es un punto sobre el que me he asegurado bastante porque no quisiera que dentro de unos meses tuviera que hacer uso del servicio técnico y que me llevara la sorpresa de que por cambiar un simple SO-DIMM me tuviera que comer el equipo con patatas. Eso sí, en caso de que cambiando el módulo hicéramos algún destrozo, como es lógico sí que nos quedaremos sin garantía.
– El Firefox que viene instalado por defecto se bloquea si vemos vídeos de youtube o contenidos similares a pantalla completa durante un buen rato y a continuación pulsamos el botón de volver atrás. Supongo que será cosa del plug-in de flash instalado por defecto, porque en ninguna otra ocasión se me ha colgado (habiéndole dado bastante caña estos días) y en la situación antes descrita el cuelgue está asegurado. Para salir del apuro podemos pulsar ctrl + alt + supr y matar el proceso del Firefox.
– Hay bastante diferencia en cuanto a consumo energético entre usar el WiFi y tenerlo desactivado. Recomiendo desactivarlo si no vamos a hacer uso de él, pues ganaramos unos cuantos minutos de autonomía. Por ejemplo escribir textos con Open Office es una actividad con la que el consumo de batería es relativamente bajo si dejamos desactivada la comunicación inalámbrica, mientras que con la misma activada el nivel de batería bajará bastante más deprisa.
– Por último, os dejo con algunas capturas que he hecho del escritorio avanzado para que podáis ver las diferencias con respecto al simple:
Escritorio
Centro de control de KDE
Gestor de paquetes Synaptic
Reloj mundial KDE
Menú del sistema
Explorador de archivos
Lanzador rápido de aplicaciones
SEGUNDA ACTUALIZACIÓN ( 28 de Junio de 2008 )
– A través del procedimiento explicado en el siguiente hilo del Foro AsusE3 he podido comprobar que aunque mi batería está etiquetada como de 4400 mAh en realidad tiene una capacidad de 5200 mAh. No sé a qué se debe esta extraña política, pero viendo los resultados de los usuarios se deduce que si en la pegatina pone que la batería es de 4400 puede que sea de esa capacidad o de 5200 (este es mi caso) mientras que si en la pegatina dice que es de 5200 será de dicha capacidad, pues si fuera de menos nos estarían engañando.
TERCERA ACTUALIZACIÓN ( 2 de Julio de 2008 )
En relación a los tiempos de duración de la batería del Eee 701 he realizado dos tests (con el WiFi activado y desactivado) para comprobar su autonomía. Las condiciones de los mismos y sus resultados los detallo a continuación:
Información general de la batería aplicable a los dos tests:
Pegatina batería: 4400 mAh
Capacidad reportada por Linux: 5200 mAh
Condiciones del primer test:
Sistema operativo: Xandros (Escritorio avanzado).
WiFi: ON.
Brillo pantalla: 50 % (retroiluminación encendida durante todo el test).
Sonido: Mute.
No se ejecutó ninguna aplicación durante la ejecución del test.
Temperatura ambiente durante el test: 30ºC.
Nº cargas de la batería en el momento del test: 12
Resultados del primer test:
Aviso del 20% de batería restante: 2 horas 11 minutos.
Aviso de apagado en 3 minutos: 2 horas 30 minutos.
Apagado automático: 2 horas 42 minutos.
Condiciones del segundo test:
Sistema operativo: Xandros (Escritorio avanzado).
WiFi: OFF.
Brillo pantalla: 50 % (retroiluminación encendida durante todo el test).
Sonido: Mute.
No se ejecutó ninguna aplicación durante la ejecución del test.
Temperatura ambiente durante el test: 30ºC.
Nº cargas de la batería en el momento del test: 15
Resultados del segundo test:
Aviso del 20% de batería restante: 2 horas 39 minutos.
Aviso de apagado en 3 minutos: 3 horas 00 minutos.
Apagado automático: 3 horas 10 minutos.
CUARTA ACTUALIZACIÓN ( 8 de Julio de 2008 )
– Tras bastantes horas de uso desde su compra puedo decir que… ¡ya me he acostumbrado al teclado! Es verdad que en el portátil «grande» redacto más deprisa y sin errores, pero he alcanzado un punto con el Eee en el que escribo medianamente rápido y no tengo que borrar demasiados caracteres. En principio pensé que jamás me acostumbraría a unas teclas tan pequeñas, pero al final todo es cuestión de práctica.
– La carcasa del Eee se calienta bastante (hasta el punto de hacernos sudar bastante las manos) si lo usameos en entornos calurosos con aire quieto. Si no estamos bajo los auspicios de un aire acondicionado el aire de un simple ventilador sirve para que el exterior del ordenador se refrigere bastante. Lógico; al ser tan pequeño tiene muy poca «inercia térmica» y cualquier cambio externo afecta bastante (para bien o para mal) a su temperatura.
– Otra foto más (esta con un ligero toque «retro»):
QUINTA ACTUALIZACIÓN ( 16 de Julio de 2008 )
Hoy he descubierto una característica no documentada (al menos yo no la he visto por ningún lado) del Asus Eee PC 701 que consiste en que si tenemos el ordenador conectado a la corriente y hay algo cargando por USB, aunque apaguemos el sistema el dispositivo conectado seguirá alimentado sin interrumpir su carga.
A todos nos ha ocurrido alguna vez poner a cargar el MP3 por USB, apagar el ordenador (o suspenderlo) y que la corriente se cortara de golpe y porrazo dejándonos con cara de tontos. Pues bien, como os digo, esto no nos volverá a ocurrir si tenemos el ordenador conectado a la corriente eléctrica. Eso sí, en el caso de estar empleando únicamente la batería esta característica no se activará para evitar que podamos descargar la batería del ordenador prematuramente y sin control.
SEXTA ACTUALIZACIÓN ( 25 de Julio de 2008 )
Os comento que he realizado otro test de duración de la batería en las mismas condiciones que el anterior para ver cómo había variado este parámetro tras los múltiples ciclos de carga y descarga que he ido realizando con el uso diario del equipo.
LLevo ya más de un mes empleando el Eee a diario (la verdad es que últimamente lo utilizo más que el ordenador «grande» por su tremenda portabilidad) y me he llevado la sorpresa de que la duración de la batería permanece prácticamente invariable: bajo las mismas condiciones en las que la batería aguantó tres horas y diez minutos, esta vez el Asus EeePC 701 ha aguantado tres horas y once minutos.
Eso sí, también me he dado cuenta de que Open Office (al menos la aplicación «Writer») consume bastante batería, pues la autonomía se reduce notablemente cuando estoy bastante tiempo dándole a las teclas. Supongo que el corrector ortográfico, que está siempre ejecutándose en segundo plano, tendrá bastante que ver en esto. Probaré a desactivarlo a ver qué tal.
También he de comentar que, como es lógico, la autonomía del equipo se reduce considerablemente al conectar un disco duro externo de 2.5″ alimentado por USB. No debemos tomar por costumbre conectar un dispositivo de este tipo si no estamos conectados a la corriente, puesto que nos podemos quedar sin batería antes de lo previsto. En el caso de que queramos ver una película o escuchar música que no nos quepa en el disco duro SSD interno es mejor emplear una tarjeta de memoria o un pendrive, puesto que al no ser dispositivos mecánicos consumen bastante menos energía que el mencionado disco duro externo.
SÉPTIMA ACTUALIZACIÓN ( 26 de Julio de 2008 )
En respuesta a una consulta que Iker dejó en los comentarios de esta entrada os voy a mostrar una serie de imágenes en las que os muestro algunas tareas habituales que realizo con el Asus EeePC 701 para que veáis cómo afectan las dimensiones de la pantalla a nuestras acciones de cada día.
La Wikipedia en el Eee 701. Es muy útil emplear el modo de pantalla compeleta (F11) para poder aprovechar todo lo posible el espacio de trabajo.
Parte de mi galería de Flickr en la pantalla del Asus. El scroll hay que emplearlo continuamente.
Este mismo artículo visto en el Eee. La mayoría de los blogs se ven correctamente.
Pidgin; el cliente de mensajería instantánea que viene preinstalado. Funciona muy bien y sin muchos agobios gracias a que las conversaciones se abren en distintas pestañas dentro de una misma ventana.
He añadido algunos RSS de prueba a Thunderbird (los miro en el ordenador grande) para que veáis que debido a lo que ocupa la aplicación nos queda un minúsculo espacio para leer el cuerpo de los mensajes.
Open Office Writer; el procesador de textos que viene por defecto y que cumple perfectamente con su cometido. Casi el 100% de los artículos de este blog de un tiempo a esta parte los escribo en Writer para luego pasarlos a la web; así que a mí me va perfecto.
Colección de fotografías. Se pueden ver en miniaturas, pero es más cómodo dejar el puntero encima de una fotografía para que se abra un pop-up con información.
Viendo un PDF en Adobe Reader. Se ve muy bien, pero hay que hacer scroll constantemente.
El gestor de paquetes Synaptic. Pasa un poco como en Thunderbird para leer los mensajes; el espacio que tenemos nos hará manejar las barras de desplazamiento todo el tiempo.
El centro de control de KDE. En este caso el apartado encargado de cambiar la distribución de teclado. Volvemos a contar con un espacio bastante reducido apareciendo, como de costumbre, las barras de desplazamiento.
Por cierto, un pequeño apunte: a veces veremos con desagrado que las ventanas ocupan más que la propia pantalla y por lo tanto se nos quedan algunas zonas fuera de nuestra visión. Para mover la ventana debemos hacer click en cualquier punto de ella al tiempo que pulsamos ALT. De ese modo el cursor cambiará a un cruce de flechas y podremos desplazarla a nuestro antojo.
OCTAVA ACTUALIZACIÓN ( 28 de Julio de 2008 )
Compruebo con alegría que mis expectativas sobre el Asus EeePC 701 se están cumpliendo con creces. Actualmente todos los artículos de este blog los estoy escribiendo en él y todas las labores relacionadas con internet que suelo realizar en el portátil «grande» las puedo realizar sin ningún problema aquí también.
Puestos a pedir me gustaría que Asus cuidara un poco más los repositorios que han montado para tener actualizada esta versión de Xandros, pues aparte de que hay muy poco material me he encontrado con numerosos errores de programas que en teoría están pero cuando Synaptic los intenta descargar resulta que en realidad no están disponibles (es el caso de GIMP sin ir más lejos). Del mismo modo me gustaría contar con una versión de Firefox 3 que pudiera instalar sin tener que hacer apaños raros, pues aunque hay tutoriales en internet sobre el tema, no me inspiran demasiada confianza.
NOVENA ACTUALIZACIÓN ( 13 de Agosto de 2008 )
Al final me he armado de paciencia y he descargado los 20 megabytes que ocupa la aplicación Google Earth para Linux con la conexión de 56 Kb que tengo en el apartamento de la playa. Al menos os puedo adelantar que el resultado ha merecido la pena y el programa funciona bastante bien, pero hay que hacer una serie de matizaciones previas porque me ha costado un poco poder hacerlo funcionar correctamente. Vamos a ello:
Por una parte el programa se instala un poco chapuceramente en el sistema de tal modo que se crea una carpeta en el directorio «home» y un acceso en el escritorio como si de un programa de Windows se tratara. No es grave porque en breve comenzaré a probar otros sistemas operativos en el Eee y me tocará borrar Xandros por completo, pero no estaría mal que la instalación fuera algo más elegante que un simple instalador que no sabemos muy bien lo que está haciendo en el sistema.
Bien, el programa está instalado y procedemos a ejecutarlo obteniendo una velocidad absolutamente inhumana hasta el punto de hacerlo completamente inmanejable porque el simple hecho de presionar un botón puede llevar varios segundos hasta obtener una respuesta. Aunque el programa requeriría de un ordenador más potente para funcionar de manera óptima, se supone que no debería ir tan lento en este pequeño ordenador, así que algo no cuadra.
Pues bien, me puse a investigar un poco sobre el tema y rápidamente encontré una solución en el Wiki de EeeUser ( http://wiki.eeeuser.com/howto:fixgoogleearthspeed ) que puso fin a todos mis problemas: todo se debe a una función gráfica que hay en el ejecutable del programa que no se lleva bien con los drivers de pantalla del Asus Eee, de modo que en el propio Wiki han colgado un nuevo ejecutable que debemos copiar sobre el original y darle permisos de ejecución a continuación para que todo se mueva a una velocidad más aceptable. Ahora bien, debemos desactivar también la opción «atmósfera» en el menú «Ver» del propio programa para que la cosa vaya fluida (al menos en la versión 4.2; en las anteriores puede que no estuviera esta opción), pues dicha opción requiere de complejos cálculos que ralentizarán enormemente la renderización de los gráficos en pantalla.
Una vez hecho todo esto ya tendremos un programa completamente funcional del que os pongo a continuación unas capturas. Eso sí, os comento que debido a la resolución de la pantalla (800 x 480) debéis emplearlo a pantalla completa (F11) y ocultar la barra lateral izquierda si queréis «volar» por el mundo con comodidad. Yo ya estaba encantado con el programa desde hace tiempo, pero ahora además me lo puedo llevar a todas partes y en el caso de no contar con una red WiFi cerca siempre podemos ver lo que hay en el archivo de caché (lo que hayamos visitado recientemente, vaya). Caché que, eso sí, ha de ser reducido a una fracción de su valor original, pues por defecto son 2000 MB y no está el pequeño de los Asus para tantas alegrías. Yo lo tengo fijado a 150 MB y me va más que bien. Por cierto, si habéis ampliado la memoria del Eee al menos a 1GB notaréis más soltura a la hora de mover Google Earth.
Nuestro pequeño mundo
La Puerta del Sol de Madrid
El litoral de Oropesa del Mar (mapas de baja resolución en esa zona 😦 )
La puerta de Alcalá en Madrid
El coliseo de Roma
DÉCIMA ACTUALIZACIÓN ( 16 de Agosto de 2008 )
Hoy me gustaría comentaros dos cosas sobre el Asus Eee 701; una más o menos técnica y otra meramente personal. Vamos a ello:
– No he señalado en la review que la versión Linux del Eee viene con una partición oculta a los ojos del usuario que contiene la imagen original del sistema operativo para que podamos restaurarlo en caso de problemas. Este proceso se haría arrancando el ordenador con la tecla F9 pulsada, lo que nos presentará un menú en pantalla con la opción de dejar el sistema tal y como venía al abrir la caja por primera vez.
Es cierto que esta «partición oculta» resta espacio de almacenamiento al Eee y podríamos eliminarla para disponer de él; y más sabiendo que en el CD que viene con el ordenador se incluye una imagen del Xandros para restaurarla desde una unidad lectora externa o incluso desde un pendrive, pero tener esa partición con la imagen del SO hace que podamos llevarnos el ordenador a cualquier parte sin tener que cargar con nada más que el propio ordenador, el cargador y la funda; ni discos de rescate ni pendrives ni historias, lo cual es bastante cómodo.
– Por otro lado me gustaría hablar sobre la «usabilidad» del Eee 701. A lo largo de este verano he tenido ocasión de utilizarlo en diversas circunstancias y me gustaría compartir la experiencia con vosotros, pues creo que puede ser interesante.
Lo primero es decir que efectivamente el Eee es ultraportátil. Cabe en cualquier bolso de tamaño medio y el peso no hará que se nos vaya doblando el espinazo a los cinco minutos, cosa que se agradece pues al cargar con un portátil grande uno se empieza a acordar de la madre del diseñador a los pocos minutos. El brillo de la pantalla al máximo es suficiente como para al menos ver algo en condiciones de mucha luminosidad. Aunque bajo el sol directo no seremos capaces de distinguir casi nada la estrategia es buscar una sombra para poder usar el portátil en condiciones (y de paso no tener mucho calor).
En mi caso particular he empleado el Eee para dar «clases de Open Office» a una amiga en los jardines de la Torre del Rey y mostrarle el programa «Google Earth» con los datos que tenía almacenados en la caché del disco duro así como también para llevarlo a un par de restaurantes y mostrar algunos vídeos y fotografías a amigos de por aquí que no conocían la existencia de este blog ni de los proyectos «Alcalá de Henares ayer y hoy» y «Oropesa del Mar ayer y hoy». En ambos casos el Eee se ha mostrado muy versatil, ha cosechado comentarios muy positivos por parte de la gente (especialmente de las chicas, que se han mostrado encantadas con el diseño del Asus) y todos han coincidido en destacar que la pantalla se ve de maravilla. Al ser de pequeño tamaño se puede poner en una esquina libre de la mesa y con el volumen al máximo es suficiente como para que todos los presentes puedan escuchar el audio del vídeo de turno si el entorno no es demasiado ruidoso. La verdad es que me ha venido genial para estas tareas de «promoción», pues de otro modo sólo habría podido mostrar el material en mi móvil y la cosa hubiera quedado muy deslucida.
Con respecto a las capacidades WiFi, aunque son las estándares de cualquier portátil actual, en la playa no he podido conectarme a ninguna red de este tipo porque sencillamente no hay prácticamente ninguna por estas tierras. Hay gente que me ha preguntado si podría usar el Eee 701 para navegar por internet y consultar el e-mail en cualquier sitio; y a esa pregunta he de responder con un rotundo «SÍ», pero claro, si estuviéramos en un mundo ideal en el que las redes WiFi abiertas abundaran y tuviéramos cobertura en casi cualquier lugar (léase Japón; pues allí hay centenares de redes WiFi sin clave a disposición del público). Si estamos en un lugar con cobertura WiFi y conseguimos conectar con ella podremos navegar y ver el correo perfectamente (comprobado en Alcalá de Henares) pero si el lugar en el que estamos es un desierto en cuanto a señales inalámbricas obviamente no habrá nada que hacer.
Por lo tanto, el ordenador es capaz de conectarse a cualquier red WiFi abierta sin problemas, pero el caso es encontrar alguna de esas redes en nuestra geografía; cosa bastante complicada fuera de las grandes ciudades. Eso sí, en cuanto a portabilidad el ordenador no tiene rival salvo una PDA, pero ya os comenté al principio de la review que hay cosas para las que las PDAs no están diseñadas y en las que el Eee les da unas cuantas vueltas.
¿Mi definición del Asus Eee PC 701? Un ordenador ultraportátil orientado a internet y ofimática. La esencia de lo que debería ser un portátil; porque para todo lo demás ya tenemos los ordenadores «grandes», ¿no? 😉
UNDÉCIMA ACTUALIZACIÓN ( 25 de Agosto de 2008 )
Cansado de la nula actualización de los repositorios del Xandros que viene de serie con el Eee y pensando en la cantidad de cosas que me estaba perdiendo por emplear un sistema operativo tan “capado” empecé a informarme sobre otras opciones que podría instalar en este pequeño ordenador.
Tras descartar versiones específicas para el Eee (suelen ser proyectos que al final se quedan abandonados) buscaba alguna distribución estándar que contara con un amplio soporte de la comunidad del software libre. Mi elección al final fue Debian por ser una distro muy personalizable, mantenida a diario y sobre todo porque es la que empleo en mi portátil grande (junto con Windows XP). He de reconocer que desde que lo instalé en el Toshiba estoy encantado con Debian y reconozco que lo único que me “ata a Windows» ahora mismo es iTunes y sus estadísticas de canciones. Cuando me de por liarme la manta a la cabeza formatearé completamente el disco duro del Toshiba y me quedaré nada más que con Debian, pues cada día me gusta más y me desenvuelvo mejor con él.
La versión de Debian para el Eee, como os decía, es genérica con todas las ventajas que esto conlleva; pero lo que es específico para el pequeño de los Asus es el instalador. Tenéis toda la información sobre el proyecto en el siguiente wiki: http://wiki.debian.org/DebianEeePC (incluso con traducción al castellano)
Lo que sí os comentaré es que dicho instalador es bastante intuitivo y si sabéis un poco sobre sistemas operativos no tendréis demasiadas dificultades para tener Debian funcionando en el EeePC a los pocos minutos. En cualquier caso, yo preferí cubrirme las espaldas y le pedí ayuda a mi hermano para este proceso, pues lleva bastante más tiempo que yo en el mundillo de GNU / Linux y prefería que me fuera guiando a través de los distintos pasos de la instalación.
Con lo que debéis tener cuidado es con el tamaño de la instalación, pues si os liáis a instalar paquetes os podréis encontrar con que se os llene el disco duro y os toque volver a realizar todos los pasos. Recordad que tenéis 4GB de disco duro, y en mi caso particular después de instalar el sistema con escritorio Xfce, Open Office, Google Earth (que en esta ocasión funciona sin problemas de incompatibilidades) Povray, Iceweasel 3 (que no es otra cosa que Firefox 3) y alguna que otra utilidad más cuento con algo más de 1GB libres para almacenar datos en el disco SSD destacando también que he creado una partición de swap de 512MB.
Una vez todo instalado y configurado (de nuevo os recomiendo encarecidamente la visita a DebianEeePC porque ahí están resueltas casi todas las dudas que os puedan surgir) manejar Debian es como cualquier otro sistema operativo, y el hecho de tener una capacidad de actualización casi diaria es un gustazo. Las actualizaciones de lo que tengamos instalado se hacen a través de Aptitude o Synaptic y tras unos minutos de uso enseguida nos pondremos a buscar software de nuestro interés.
Nuevo Test de Batería
Una vez instalado Debian opté por hacer un test de batería en las mismas condiciones que los anteriores (sistema en reposo, volumen en mute, WiFi apagado, retroiluminación a la mitad con la pantalla encendida todo el tiempo) para ver si el cambio de S.O. conllevaba alguna modificación en la autonomía y me llevé la sorpresa de que el tiempo de batería se estiró hasta las 3 horas y 26 minutos; aproximadamente un cuarto de hora más que en las dos pruebas anteriores.
En definitiva, he de reconocer que estoy encantado con el nuevo sistema operativo: si el cambio al escritorio completo de Xandros ya fue un paso adelante, esta nueva evolución es todo un salto con respecto a lo anterior. El hecho de tener un sistema con el respaldo de una inmensa comunidad como es Debian le da a uno mucha confianza y la tranquilidad de que cualquier fallo será subsanado en pocas horas.
¡Ya os hablaré con más calma de él en una futura actualización! 😉
DUODÉCIMA ACTUALIZACIÓN ( 30 de Agosto de 2008 )
Os comento que he subido un vídeo a youtube en el que podéis ver Debian ejecutándose en mi Asus Eee PC 701 4G. Muestro el arranque del sistema y la ejecución de Iceweasel 3, Google Earth, Open Office Writer y Aptitude. ¡Espero que os resulte interesante!
DECIMOTERCERA ACTUALIZACIÓN ( 18 de Enero de 2009 )
Veo que sois muchos los que llegáis a este artículo buscando información para compraros un Asus 701 o bien porque lo acabáis de estrenar y queréis conocer sus posibilidades. Debido a ello he decidido grabar un breve vídeo en el que muestro cómo cambiar la memoria RAM a este ordenador para aumentar su rendimiento. Espero que os sea útil.
NOTA I: Una vez colocado el nuevo módulo de memoria no hay que configurar nada en el ordenador, puesto que éste la detecta automáticamente.
NOTA II: es importante comentar que el tamaño máximo de memoria RAM admitido por el EEE 701 es de 1 Gb empleando el Xandros que viene originalmente y 2 GB con el resto de sistemas operativos (Debian, Ubuntu, Windows XP…) porque es lo máximo que soporta el propio ordenador por lo tanto no compréis un módulo de más capacidad porque os va a dar problemas.
DECIMOCUARTA ACTUALIZACIÓN ( 19 de Enero de 2009 )
Aprovecho para comentaros brevemente que los que necesitéis los drivers para Windows de los distintos componentes del ordenador los podéis encontrar actualizados en la propia web de Asus; concretamente en ESTE ENLACE. Debéis elegir el sistema WinXP en el cuadro que sale y enseguida veréis todas las categorías de descarga.
DECIMOQUINTA ACTUALIZACIÓN ( 25 de Enero de 2009 )
Por lo que voy viendo en los múltiples comentarios de la entrada, algunos de vosotros me pedís que narre un poco cómo uso el Eee 701 en el día a día. Pues bien, para que la explicación sea más descriptiva he grabado el siguiente vídeo en el que muestro algunas de las cosas que empleo cada día como puede ser la visualización de fotografías, vídeos, edición de documentos e imágenes así como uso de internet. Es un vídeo muy en la línea del que hay en la duodécima actualización, pero que en este caso muestra otros programas y algunos usos más «lúdicos» del equipo.
NOTA: debido al algoritmo de compresión que emplea Youtube el vídeo no se ve muy nítido que digamos y en esta ocasión (no sé en qué se basa) no existe la posibilidad de activar una versión a más resolución como la que se encuentra en otros vídeos que yo mismo he subido en el pasado. Investigaré sobre el tema…
DECIMOSEXTA ACTUALIZACIÓN ( 1 de Febrero de 2009 )
Cinco meses después de haber comprobado la duración de la batería en el ordenador me he animado a hacer un nuevo test con el WiFi desactivado para comprobar si el uso diario que hago del EeePC 701 ha afectado a este delicado componente de los portátiles.
Información general de la batería:
Pegatina batería: 4400 mAh
Capacidad reportada por Linux: 5200 mAh
Condiciones del test:
Sistema operativo: GNU / Linux Debian.
WiFi: OFF.
Brillo pantalla: 50 % (retroiluminación encendida durante todo el test).
Sonido: Mute.
No se ejecutó ninguna aplicación durante la ejecución del test.
Temperatura ambiente durante el test: 22ºC.
Resultados del test:
Aviso del 20% de batería restante: 2 horas 24 minutos.
Aviso de apagado en 3 minutos: 2 horas 45 minutos.
Apagado automático: 3 horas 5 minutos.
Teniendo en cuenta que en el test realizado el 25 de Agosto el ordenador se apagó tras 3 horas y 26 minutos, se puede decir que la batería ha perdido algo de capacidad en estos últimos meses. La pérdida por el momento no es demasiado evidente, pero tendré que estar atento por si la cosa empeora en los próximos meses. Ya haré otro test dentro de un tiempo para ver cómo evoluciona el tema.
DECIMOSÉPTIMA ACTUALIZACIÓN ( 17 de Febrero de 2009 )
La semana pasada dejé el Eee 701 suspendido (tapa bajada) mientras estaba conectado a la corriente. Llegó la hora de ir a la cama y lo desenchufé, sin darme cuenta de que no estaba apagado sino suspendido. La sorpresa vino cuando tras 17 horas abrí el ordenador y me encontré la batería al 40% de su capacidad.
Pensé que no se podía haber descargado tanto la batería al estar suspendido, pues mi Toshiba se ha pasado un par de días en ese estado y la batería no bajó demasiado; de modo que decidí realizar ayer una segunda prueba: cargué la batería al 100%, suspendí el ordenador y así lo tuve durante 13 horas, tras las cuales me encontré la batería al 60%, demostrando que lo de la otra vez no fue casualidad y que el consumo en modo suspendido es bastante alto.
Echando unas simples cuentas vemos que la tasa de descarga es de aproximadamente un 3% por cada hora, lo que implica que si dejamos el ordenador suspendido durante algo más de 30 horas es posible que al tratar de «despertarlo» nos lo encontremos sin batería y que por lo tanto hayamos perdido la información no almacenada previamente.
En fin, que merece más la pena apagar el ordenador y volver a encenderlo que andar haciendo uso del modo suspendido si el cacharrín va a estar varias horas inactivo y alimentado sólo con la batería.
DECIMOCTAVA ACTUALIZACIÓN ( 22 de Mayo de 2009 )
Hoy he decidido hacer un nuevo test de batería al pequeño Asus EeePC 701 aprovechando que el ordenador está a punto de cumplir un año. Durante este tiempo lo he usado prácticamente todos los días dándome un montón de satisfacciones y una «movilidad informática» a la que antes no estaba acostumbrado.
Pero bueno, centrémonos en el test, porque esta vez es algo diferente a los anteriores. Lo que pretendía era medir la duración de la batería del Eee 701 en condiciones de «uso real», de modo que cargué la batería al 100%, desconecté el cargador y comencé a usar el ordenador como cualquier día (en los anteriores test de batería el ordenador estuvo inactivo) hasta que la batería se vaciara por completo.
Las condiciones de funcionamiento del ordenador durante el test han sido las habituales: WiFi activado, brillo de la pantalla al 50% y volumen de sonido al mínimo. Mi actividad durante el tiempo que ha durado la prueba ha consistido en redactar un par de entradas para el blog, casi media hora viendo vídeos en Youtube, edición de textos en Open Office, lectura de un par de manuales de instrucciones en PDF… en definitiva, un uso de lo más habitual para un ordenador doméstico.
Pues bien, el ordenador ha dado un aviso crítico de apagado inmediato (a falta de un 2% de batería para vaciarse por completo) cuando llevaba exactamente 2 horas y 46 minutos de funcionamiento continuo; lo que me parece una autonomía bastante decente para un ordenador de apenas 1 Kg de peso y cuya batería lleva un año de constantes ciclos de carga y descarga.
DECIMONOVENA ACTUALIZACIÓN ( 1 de Septiembre de 2009 )
Nuevo test de batería realizado en las mismas condiciones de retroiluminación, funcionamiento, WiFi y demás factores que puedan influir en el consumo de energía que en la anterior actualización.
Después de poco menos de un año y medio de uso constante del pequeño Asus la batería ha aguantado alimentando al portátil durante 2 horas y 45 minutos, lo que representa apenas un minuto menos que el resultado del test anterior y demuestra que con el paso del tiempo la autonomía que proporciona este elemento permanece prácticamente constante.