¿Qué rincón de Alcalá aparece en esta fotografía? (V)

Después de la elevada dificultad de la entrega anterior hoy quisiera compensar un poco la cosa y ofreceros un reto bastante más sencillo. En esta ocasión os muestro un rincón de la ciudad mucho menos rebuscado y que a muchos de vosotros os sonará con toda seguridad; así que directamente os planteo la clásica pregunta de estas entradas:

¿Qué rincón de Alcalá aparece en esta fotografía?

Rincón misterioso de Alcalá

Solución: Como bien ha apuntado Disparatado Treintañero en los comentarios, se trata de la reja exterior de la iglesia de San Juan de la Penitencia, situada en la calle Santiago. ¡Gracias por participar!  😉

Hoy he cumplido uno de mis sueños fotográficos

Cuando me planteé los requisitos que debería de cumplir la sustituta de mi fiel D40, uno de los más importantes (tal vez el que más) era que contara con motor de enfoque en el cuerpo para mantener plena compatibilidad con ópticas de tipo AF y así abrir mi abanico de objetivos a modelos antiguos pero muy efectivos.

Como ya sabréis, todo lo que hago tiene un fin. No sé si es mentalidad ingenieril o se trata simplemente de mi manera práctica de ver las cosas; pero nada es casual y hoy por fin ha llegado a mis manos una óptica que ya tenía en mente cuando di el salto a la D300.

Creo recordar que hace ya tiempo comenté algo acerca de que uno de mis «sueños fotográficos» era tener un teleobjetivo Nikon f/2.8; pero también es verdad que no estaba dispuesto a dejarme 2000 euros en un 70-200 VR II y el resto de marcas (Sigma, Tokina, Tamron) nunca me han dado tanta confianza como la propia Nikon a la hora de fabricar ópticas. Por eso, ya con la nueva cámara en mis manos, comencé a buscar sin prisa pero sin pausa un objetivo mítico dentro del catálogo del fabricante japonés al que tenía unas ganas tremendas: el AF Nikkor ED 80-200mm f/2.8 D que os presento en esta imagen tomada rápidamente con mi móvil junto al veterano Nikon AF 50mm f/1.8 D para que os hagáis una idea de sus dimensiones:

Se trata de un teleobjetivo de gama profesional fabricado a mediados de los años 90 y antecesor de los actuales 70-200 f/2.8. No cuenta con sistema de estabilización ni enfoque por motores ultrasónicos, pero tiene una construcción a prueba de bombas (cuerpo completamente metálico), una luminosidad que me vendrá de perlas la próxima vez que vaya a fotografiar una obra de teatro y una capacidad de desenfocar los fondos que me permitirá retratar de un modo muy especial los rincones por los que vaya pasando.

Obviamente se trata de un objetivo que también tiene sus defectos; y es que el enfoque no es tan rápido como en los modernos teleobjetivos AF-S y no se trata de una óptica para llevar todo el día montada en la cámara debido a sus 1450 gramos de peso y lo mucho que llama la atención de la gente con sólo sacarlo de su estuche. Sin embargo, para el tipo de fotografía tranquila que me gusta hacer estoy seguro de que será un fiel compañero que me dará muchas imágenes inolvidables.

Pero todo esto es sobre el papel; porque ya os digo que el objetivo acaba de llegar a mis manos y todavía no he tenido ocasión de probarlo. Será a lo largo de las próximas semanas cuando vaya haciendo uso de él y saque mis propias conclusiones que, antes o después, os contaré por aquí. De momento voy a pedir prestada una carretilla para poder meterlo en el maletero del coche y llevarlo hasta mi casa…  😀

Excursión fotográfica a Torija (Guadalajara)

Hoy me gustaría mostraros la última parada en mi viaje de tres etapas por tierras alcarreñas. Tras visitar el pequeño pueblo de Fuentes de la Alcarria y la pintoresca Brihuega, Torija (localización en Google Maps) me pillaba de paso para volver a Alcalá porque, de hecho, la autopista que me conduciría a casa se toma a los pies de esta localidad.

Torija

Torija es un municipio de unos 1200 habitantes con dos elementos muy característicos: su imponente castillo (que tenéis en la fotografía que hay sobre estas líneas) y una amplia plaza a los pies del mismo en la que siempre hay niños jugando en cuanto se asoma un rayo de sol en el cielo.

La visita a esta localidad fue la más breve de todas, durando unos tres cuartos de hora debido a que ya he estado un par de veces por allí y más o menos sabía por dónde moverme. Además de los dos lugares antes mencionados, mi cámara también dio cuenta de la bonita iglesia que hay a escasos metros del castillo, de alguna calle con un encanto especial así cómo de otros rincones que llamaron mi atención y a los que no me quedó más remedio que inmortalizar en forma de fotografías.

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Torija

Como os adelantaba en la entrada anterior, esta visita a Torija cierra mi particular «viaje a la Alcarria». Una diminuta aventura que quise llevar cabo desde que leí hace ya unos años la conocida novela de Camilo José Cela y me di cuenta de que, en el fondo, yo también deseaba ser el viajero y adentrarme en soledad en unas tierras cercanas a la gran ciudad de Madrid pero muy alejadas de la capital en cuanto a su forma de entender la vida. Quise mezclarme con sus gentes, pasear por sus calles y poder plasmar todo ello en forma de fotografías que perduren al paso del tiempo; y eso es algo que, como habéis podido comprobar a lo largo de estas tres entradas, me siento feliz de haber hecho.

Si todo va bien, dentro de unos meses podría dedicar muchos fines de semana a explorar otros lugares, otros pueblos y otras sendas para compartir con vosotros rincones de España no tan conocidos como puedan ser Barcelona, Sevilla o los picos de Europa pero que seguro también estarán plagados de detalles que no pienso dejar pasar por alto. Sin embargo, eso de momento es un proyecto de futuro que llegará cuando tenga que llegar.

¡Muchas gracias por acompañarme en el camino!  😉

Excursión fotográfica a Brihuega (Guadalajara)

En principio tenía intención de regresar a Alcalá después de visitar el pueblo de Fuentes de la Alcarria; pero al hacer una mañana relativamente fresca y no haber dado siquiera las diez en el reloj cuando volvía al coche, me animé a improvisar un poco y pasarme por una localidad cercana que tenía ganas de ver algún día con mis propios ojos: Brihuega (localización en Google Maps).

Brihuega

De Brihuega me gustó su especial emplazamiento en una depresión del terreno (todo lo contrario a Fuentes de la Alcarria), sus muchas tiendas de aspecto clásico que ya apenas se ven por las ciudades, las calles del barrio antiguo y, sobre todo, la espectacular vista que se divisa desde el llamado Balcón del Tajuña.  Comparado con el lugar en el que había estado apenas un rato antes, Brihuega parecía una capital de provincia; pero en realidad no deja de ser una pequeña localidad de tan sólo 2200 habitantes con el sosiego, la cercanía con la gente y ese ambiente tan especial que uno sólo encuentra en lugares como éste.

Por cierto, si pasáis por Brihuega os recomiendo que compréis miel artesanal en alguna de las tiendas que os encontraréis por sus calles, ya que un bote de kilo cuesta entre cinco y seis euros y no tiene nada que ver con las mieles que podéis comprar en el supermercado de vuestro barrio. El color, la textura y especialmente el sabor están a años de luz de cualquier marca comercial por mucho renombre que tenga; os lo aseguro.

Y bueno, ya sin más preámbulos os dejo con una tanda de imágenes que pretenden mostrar detalles y rincones de esta localidad que captaron mi atención mientras deambulaba como un completo desconocido con mi mochila a la espalda y la cámara en la mano.

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Brihuega

Tras algo más de una hora recorriendo las calles de Brihuega cogí de nuevo mi coche; pero antes de regresar a Alcalá todavía haría una parada más que dará lugar a una tercera entrada con la que cerraré este pequeño viaje a la Alcarria que os estoy contando en imágenes.

Excursión fotográfica a Fuentes de la Alcarria (Guadalajara)

El obligado reposo causado por aquella tendinitis de la que os hablaba hace unos días ha logrado recuperar en buena medida mi maltrecha muñeca en menos tiempo de lo esperado, así que hoy me he ido de excursión con mi cámara por tres pueblos de Guadalajara que darán lugar a otras tantas entradas de carácter eminentemente fotográfico.

Aunque reconozco cierta influencia no es que pretenda emular a Camilo José Cela, quien hace más de sesenta años recorrió estos mismos parajes dando lugar a su archiconocida obra «Viaje a la Alcarria»; pero sí que me atrae la idea de recorrer en soledad algunos pueblos desconocidos para mí retratando sus rincones y que suponen un contraste muy grande frente a la vida en la ciudad. De hecho, después de mi escapada a Villar del Olmo hace un par de semanas me he planteado hacer este tipo de cosas con relativa frecuencia, ya que representan para mí un oasis de placer y además me permiten contaros historias cotidianas a través de mis fotografías.

Del mismo modo que Don Camilo retrato los usos y costumbres de diferentes lugares de esta comarca de Guadalajara mediante el uso de la palabra, a mí me gustaría mostraros a través de mi cámara aquellas cosas que me han llamado la atención de los lugares que voy recorriendo. Y os puedo asegurar que habrá muchas excursiones de este tipo en el futuro porque es algo que me gusta hacer y porque puede que dentro de poco tenga la oportunidad de recorrer algunos rincones de España bastante más alejados de Alcalá.

Las imágenes que ilustran la entrada de hoy están tomadas en Fuentes de la Alcarria (localización en Google Maps). Un apacible pueblecito de apenas 31 habitantes situado en una elevación del terreno y flanqueado por el meandro de un río; lo que da lugar a un paisaje pintoresco en el que la naturaleza parece envolver a una encrucijada de calles en las que el tiempo se ha detenido. Y os aseguro que descubrir este lugar ha sido toda una sorpresa, ya que en mi vida había escuchado ni tan siquiera hablar de él y reconozco abiertamente que me ha encantado. Sus rincones, la tranquilidad de sus calles y su especial emplazamiento hacen de este pueblo un lugar único que os recomiendo visitar si tenéis la oportunidad.

¡Os dejo con las fotos!

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Fuentes de la Alcarria

Parón fotográfico y bloguero por tendinitis

Hola a todos/as:

Ando desde hace tiempo con una tendinitis en la muñeca izquierda que se me ha agravado bastante en los últimos días por culpa de un sobreesfuerzo, por lo que para tratar de recuperarme lo más rápido posible he decidido ponerme una muñequera, no emplear dicha mano absolutamente para nada y teclear con la derecha para temas de trabajo hasta que baje la inflamación. Esto implica también aparcar la cámara de fotos hasta que la cosa mejore considerablemente, ya que la postura que adopta la zurda para sujetarla correctamente me provoca unos pinchazos que no me gustan nada.

Ya os imaginaréis que redactar en estas condiciones un texto medianamente largo es de lo más tedioso de modo que, lamentándolo mucho, de aquí a unos días no responderé a los comentarios pendientes y de publicar algo  será únicamente material gráfico que tengo ya subido a mi Flickr pero que no os he mostrado todavía por aquí como es el caso de la fotografía que tenéis a continuación. Una vez recuperado ya pondré todo al día.

Camión con aire clásico

Por cierto, si queréis saber algo más acerca de la tendinitis os dejo un enlace a Medline Plus y otro a un artículo de Sport Life con algunos consejos para la recuperación de una tendinitis de muñeca.

¡Un saludo y hasta muy pronto!

La rubia de la mesa del fondo

Dejé la cámara en la mesa, apuré el último sorbo de mi té rojo y me puse en pie. En aquel local abarrotado nadie pareció extrañarse por aquello a excepción de mi hermana y su novio.

¿Te apetece un té?

-¿Cómo que no me atrevo? Pues fijaos bien, porque igual os lleváis una sorpresa.

Saqué de mi cartera un pequeño rectángulo de cartulina y me lo guardé en el bolsillo de la camisa mientras salía con cierta torpeza del estrecho hueco que había entre el asiento y la mesa. Frente a mí, mis dos acompañantes me miraban con una mueca muy particular mezcla de sorpresa e incredulidad.

A la vista de cualquiera no aparentaba estar nervioso, pero confieso que por dentro me estaba empezando a arrepentir de haber tomado aquella precipitada decisión. Suelo pensar mis actos al menos una vez (a veces incluso más de dos) pero en esta ocasión actué movido por un impulso que no sabía muy bien dónde me llevaría y ya era demasiado tarde para echarse atrás.

Abotoné los puños de mi camisa que hasta ese momento había estado remangada y comencé a recorrer los escasos metros que me separaban de la mesa que ocupaba aquella chica rubia de ojos muy pintados y sus amigas. Al tercer paso se percató de mi presencia y posó su mirada suavemente sobre mí como quien observa casi sin moverse a un gato callejero para que no salga corriendo; algo que me hizo plantearme por un instante dar la vuelta y abortar aquella tontería. Sin embargo seguí adelante y una vez plantado junto a su silla comencé a improvisar un monólogo del que no tenía muy claro que fuera a obtener algo positivo.

-Hola -dije tratando de parecer seguro de mí mismo-. Verás, es que me he dado cuenta de que hemos cruzado la mirada un par de veces y cuando se lo he comentado a mi hermana y a su novio me han retado a que me acercara y te dijera algo. En un primer momento había pensado en preguntarte cualquier cosa intrascendente y volver a mi asiento sin más, pero ya que me he lanzado a la piscina quería darte esta tarjeta porque una vez metido en este fregado sé que puede salir algo interesante de la experiencia y me gustaría que lo leyeras.

Tarjeta de presentación blog

-Ah, claro -continué-. Primero te tendría que haber dicho que me gusta escribir relatos cortos de vez en cuando, pero como siempre he sido un poco negado a la hora de enfrentarme al reto de la hoja en blanco se me ha ocurrido aprovechar esta extraña situación para redactar algo cuando llegue a casa y me siente delante del teclado. Y oye, supongo que estarás pensando que soy el típico pesado que debería de haberse quedado sentadito en su sitio, pero bueno, como me conozco sé que no podía quedarme de brazos cruzados sin más porque en el fondo más vale arrepentirse de algo que has hecho que arrep…

Una ligera sonrisa empezó a esbozarse en sus labios y cuando me di cuenta detuve en seco mis palabras. Tanto ella como sus compañeras de mesa me miraban con expresión divertida, pero eso es algo con lo que ya contaba desde el momento en que se me pasó por la cabeza llevar a cabo aquella pequeña locura. Sin embargo, lejos de molestarse aquella chica comenzó a hablar y dijo algo que me sorprendió muchísimo:

-Bueno, hay que admitir un poco pirado sí que estás; pero te estaba mirando porque te he reconocido en cuanto te he visto con la cámara. Eres Luis y sigo tu blog desde hace unos meses. Lo encontré buscando fotos de la estatua de Cervantes para ilustrar un trabajo de la universidad y a partir de ahí empecé a leer todo lo que escribes. Además, sé que vienes mucho al VIPS y como nosotras cenamos aquí a menudo ya había pensado que antes o después acabaríamos encontrándonos.

Admito que aquello era lo último que podía esperar y me quedé bastante desconcertado: aquella chica era una de esas personas que se pasan de vez en cuando por mi blog y leen mis pequeñas aventuras de cada día. Por las estadísticas que publico cada mes veo que hay bastante gente que lo hace, pero en contadas ocasiones puedes ponerle voz y rostro a esas visitas casi siempre anónimas. Sin embargo, pese a lo sorprendido que me encontraba logré recomponerme con relativa rapidez y sacar de la chistera una respuesta más o menos ingeniosa para aquella extraña situación:

-Vaya, pues sí que está cogiendo fama el dichoso blog. Al final voy a tener que venir a tomar un té con gafas de sol para pasar desapercibido -dije mientras me rascaba la barbilla con mi dedo índice y ponía cara de circunstancias.

Aquello pareció hacerle gracia porque se rió abiertamente y a continuación me invitó a que me sentara a su lado, de modo que acepté su ofrecimiento y estuvimos charlando unos minutos sobre Alcalá y algunos artículos del blog, sorprendiéndome muy gratamente por la cantidad de detalles de diversas entradas que recordaba; sobre todo de aquellas que ilustran con fotografías diferentes rincones de la ciudad. Así, me enteré de que se llamaba Sandra, que había estado hace cinco o seis años pasando un par de semanas en Oropesa del Mar, que tenía una Canon 450D y que me había visto hace unos días haciendo fotos a los rosales de la plaza de Cervantes.

-Bueno, en cualquier caso guárdate la tarjetita. Aunque ya conozcas el blog es un recuerdo simpático de este encuentro.

-Muchas gracias -me dijo al tiempo que la miraba con curiosidad por ambas caras-. Seguro que mañana escribes un relato o algo así de esto, ¿verdad?

-Sí, eso seguro. Ya veo que me conoces bien -dije entre risas-. No sé si será mañana o dentro de unos días porque últimamente no tengo tanto tiempo para escribir; pero como te decía antes, estas cosas son siempre las que me dan la chispa para desarrollar mis relatos y mis historias. Si te pasas dentro de una semana por el blog seguro que te encuentras una entrada que te resulta familiar.

-Vale, estaré atenta. Y gracias por la tarjeta, es muy original.

Nos dimos dos besos a modo de despedida y solté un alegre «hasta luego» a las tres acompañantes de Sandra antes de levantarme y dirigirme de regreso hacia mi mesa. Mientras me acercaba las caras alucinadas de Estela y Joe pedían información sobre lo que había sucedido con la rubia de la mesa del fondo.

-No os lo vais a creer… -dije nada más sentarme.

Quilmes

Un rincón de Alcalá visto desde otro ángulo

El cruce entre la avenida de Caballería española y Vía complutense (Google maps) siempre ha sido uno de esos rincones de Alcalá de Henares que me llaman poderosamente la atención sin motivo aparente. Reconozco que mirándolo en frío no es especialmente bonito ni tiene nada destacable porque al fin y al cabo son dos calles que se juntan y un montón de edificios, pero para mí tiene «algo» que lo hace atractivo para la vista.

Caballería española

Pues bien, para buscar un nuevo punto de vista desde el que explicar de forma gráfica por qué siento predilección por este rincón de Alcalá me animé a pedir permiso a la gente de una conocida peluquería situada en pleno cruce para tomar unas fotografías desde lo alto del local. El caso es que no me pusieron ningún problema para acceder con mi cámara a la terraza que hay sobre ellos de modo que pude admirar el cruce desde un ángulo poco habitual y fotografiar desde allí esta parte de la ciudad pasando completamente inadvertido para conductores y transeuntes.

Vía complutense

Paso de peatones

¡Un saludo y gracias por leerme!

¿Qué rincón de Alcalá aparece en esta fotografía? (IV)

Ya que en la entrega anterior os puse las cosas bastante fáciles, hoy voy a subir un poco el listón para poner a prueba vuestra capacidad de observación. La foto que hoy os ofrezco pertenece no ya a un rincón de Alcalá de Henares, sino al detalle de un rincón, por lo que creo que su dificultad es algo más elevada de lo normal.

De cualquier modo, se trata de un detalle que a mí particularmente me llama mucho la atención cuando paso por esa calle, de modo que si a alguno de vosotros le ocurre lo mismo lo adivinaréis con rapidez. Obviamente se trata de un lugar de la zona centro, ya que si hago algo así por ejemplo en mi barrio no lo acertaría nadie aunque diera tres meses de plazo. Sin embargo, estoy seguro de que si vivís en Alcalá habréis pasado más de una vez por el lugar que aparece en la imagen; así que acertarlo o no depende de vuestra capacidad de observación y vuestro nivel de «detallismo».

Por tanto, y sin más preámbulos os formulo la pregunta de rigor y os dejo con la fotografía de hoy:

¿Qué rincón de Alcalá aparece en esta fotografía?

Rincón misterioso de Alcalá

SOLUCIÓN: Aunque era realmente complicado de acertar, como bien ha señalado el maestro Manolo (y posteriormente Alex) en los comentarios, la fotografía retrata las ruedas que hay en la parte inferior de una gran puerta de madera eternamente cerrada situada en la Travesía de Avellaneda.

Interruptores magnetotérmicos y diferenciales

Por diversos motivos estoy acostumbrado a tratar con diversos dispositivos eléctricos y electrónicos; y precisamente por eso uno puede perder un poco la noción de las cosas y creer que todo el mundo tiene ciertos conocimientos sobre estos temas.

Sin embargo, el otro día me di cuenta mientras hablaba con mis padres de que hay mucha gente a la que le suena eso del magnetotérmico y el diferencial, pero sólo sabe que son unas teclas que están en el cuadro eléctrico de la entrada de la vivienda y poco más.

Tras aquella charla en la que con un par de esquemas y unas breves explicaciones parece que les quedó claro para qué sirve cada cosa, se me ocurrió escribir esta entrada de modo que entendáis lo que es un interruptor magnetotérmico y un interruptor diferencial sin meterme en detalles técnicos; pues aunque se instalan juntos su función es completamente diferente y creo que son unos conceptos que pueden ser de utilidad a cualquier persona.

Un par de apuntes sobre electricidad

La electricidad es la energía que hace funcionar a la práctica totalidad de los aparatos que tenemos en casa y viene definida por dos magnitudes principales: la tensión y la intensidad. Obviamente hay muchas más, pero para lo que a nosotros nos interesa nos basta con estas que os comento.

rayos (2)

La tensión es la diferencia de potencial que existe entre dos polos o entre el hilo neutro y uno de los polos (dependiendo del tipo de instalación) y se mide en Voltios. Si medimos la tensión existente entre las bornas de cualquiera de los enchufes de nuestra casa obtendremos 220 V, que es la tensión a la que funcionan todos los aparatos domésticos en España.

Por su parte, la intensidad es la medida de la cantidad de corriente eléctrica que está pasando por un cable y viene dada en amperios (A). La corriente eléctrica no es más que un flujo de electrones que se desplazan por un conductor, y la medida de la intensidad cuantifica ese movimiento.

Si lo queréis ver con un símil podemos imaginar la corriente eléctrica como el torrente de un río: la tensión podría ser el equivalente al ancho del mismo, mientras que la corriente sería la cantidad de agua que pasa por su cauce. La combinación de ambas nos daría un determinado caudal, que en electricidad sería la potencia eléctrica (que es el producto de la tensión por la corriente).

Para obtener una misma potencia eléctrica podemos tener un río estrecho pero por el que circule mucha agua o bien uno más ancho pero por el que circule menos agua. En electricidad ocurre lo mismo: para obtener una determinada potencia eléctrica podemos tener una tensión alta y una corriente baja o bien una tensión de pocos voltios pero una corriente eléctrica muy alta.

El pausado discurrir del Henares

En todo caso, aunque la similitud de conceptos entre caudal de agua y corriente eléctrica es acertado, no es tan fiel a la realidad como me gustaría porque la electricidad necesita un circuito cerrado para circular. Es decir, que la corriente sale del enchufe por uno de sus polos, llega hasta la carga (el aparato eléctrico de turno) y regresa por el otro cable para salir por el polo contrario a diferencia del agua del río, que parte de un punto A y llega hasta un punto B sin posibilidad de retorno.

Pero centrándonos en el tema principal del artículo, os indicaré que puesto que en la inmensa mayoría de las instalaciones la tensión permanece constante y con lo que se «juega» es con la intensidad eléctrica, los dos sistemas de protección que vamos a ver en este artículo van a estar basados en esta magnitud eléctrica:

Interruptor magnetotérmico

El interruptor magnetotérmico es un dispositivo diseñado para proteger la instalación eléctrica (y los aparatos conectados a ella) tanto de sobrecargas como de cortocircuitos conectándose en el cuadro eléctrico de entrada a la vivienda. En realidad suele haber varios de ellos, ya que por lo general la distribución eléctrica de la vivienda se realiza en varias líneas, necesitando un interruptor de este tipo para cada una de ellas.

Los magnetotérmicos, como su propio nombre indica, poseen dos sistemas de protección ante el paso de corriente: uno de tipo magnético y otro de tipo térmico.

Protección magnética

El magnético se basa en una bobina que, colocada en serie con la corriente, no se activa a no ser que circule por ella una intensidad varias veces superior a la nominal (habitualmente entre 5 y 10 veces para instalaciones domésticas). Este margen se da para que el magnetotérmico no se dispare durante los arranques de ciertos aparatos con motores potentes (aspiradoras, lavavajillas…) porque suelen meter unos picos de corriente bastante elevados en el preciso momento de su puesta en marcha.

La protección magnética sirve para proteger la instalación ante cortocircuitos (contacto directo entre dos conductores de la instalación), ya que cuando tiene lugar uno de ellos la intensidad aumenta de forma brutal (en teoría se hace infinita) y la bobina a la que me refería antes entra en acción instantáneamente abriendo el circuito y cortando, por tanto, el paso de la corriente eléctrica.

Osciloscopio nocturno

Protección térmica

Por su parte, la protección térmica está encaminada sobre todo a proteger el cableado de la instalación, ya que se trata de una lámina bimetálica que se curvará en mayor o menor medida en función de la cantidad de corriente que circule por ella. Esto es debido a que cuando por un conductor circula una corriente éste se calentará en función de la intensidad, de modo que si esta se mantiene durante unos instantes por encima de la nominal que soporta el interruptor, la lámina bimetálica se curvará más de la cuenta y abrirá el circuito eléctrico evitando que una corriente demasiado elevada pueda quemar los cables de la instalación eléctrica.

El sistema de protección térmica va a dispararse en aquellos casos en los que estamos sobrepasando el consumo máximo de la instalación eléctrica y para el cual han sido dimensionados los cables. Un caso típico de esto es cuando empezamos a poner en marcha varios electrodomésticos de cierto consumo (secador de pelo, aire acondicionado, vitrocerámica, microondas…) y en un momento determinado comprobamos que «se ha ido la luz».

Cuando se dispara cualquiera de las dos protecciones que hay en un magnetotérmico debemos de corregir la situación que ha propiciado su activación y a continuación subir la palanca que posee para así rearmar el circuito. En caso de que la situación que ha provocado su disparo no se haya subsanado como medida de seguridad no será posible rearmar el automático por mucho que lo intentemos.

Dibujando en el aire

Por cierto, si os acercáis al cuadro eléctrico de casa veréis que los interruptores magnetotérmicos son de un tamaño bastante pequeño (poco más que una caja de cerillas, como el que podéis ver al principio de esta sección) y suelen estar calibrados, por lo general, para corrientes de entre 6 y 25 A dependiendo del diseño de la red eléctrica.

Sin embargo, a modo de curiosidad, os puedo decir que el otro día tuve en la mano un magnetotérmico industrial de 250 A perteneciente y su tamaño es similar al de un tetra-brick de litro (y del peso ni hablamos, claro). Si tenemos en cuenta que ese interruptor que os digo es pequeño en comparación con los que os podéis encontrar en los sistemas de iluminación de aeropuertos y cosas así, os daréis cuenta de que lo que tenemos en casa es prácticamente de juguete.

Interruptor diferencial

El diferencial tiene como misión evitar que una persona que toque un conductor de la instalación se pueda quedar electrocutada por conducir la electricidad a través de su cuerpo; y de ahí que sea un componente vital en cualquier instalación eléctrica para garantizar la seguridad de las personas que la utilicen.

Como os decía anteriormente, para que la corriente eléctrica pueda circular es necesario cerrar el circuito por el que transita, y si por lo que sea tocamos un cable eléctrico sin estar aislados del suelo, nuestro propio cuerpo va a hacer de «cable» llevando la electricidad a tierra con el riesgo de electrocución que esto conlleva.

Los diferenciales se basan en un principio muy simple y es que la intensidad que entra por uno de los cables de un circuito eléctrico es igual a la que sale por el otro tal y como muestra el siguiente esquema:

Dentro del diferencial hay una toroidal que se encarga de monitorizar constantemente tanto la corriente de entrada como la de salida. Por tanto, en caso de que esas corrientes no tengan el mismo valor es que se está derivando directamente a tierra por algún sitio (posiblemente a través de una persona que ha tocado una parte de la carga mal aislada) y como medida de seguridad el interruptor se abre cortando la corriente. Esta sería la situación representada por la siguiente figura:

Para instalaciones domésticas se suelen emplear diferenciales de 30 mA y 25 mseg con objeto de garantizar la seguridad de las personas, ya que cualquier derivación a tierra provocará el disparo casi instantáneo del interruptor. En caso de instalaciones industriales se suelen emplear valores más elevados (sensibilidades de 300 mA o incluso algo más para los diferenciales más generales) porque al haber tantos elementos puede darse el caso de que algunos de ellas tengan pequeñas derivaciones a tierra sin que ello suponga un riesgo para la seguridad y evitando así que el diferencial esté saltando cada poco tiempo con los problemas que esto acarrearía.

Lo más importante de un diferencial es pulsar de vez en cuando (hay fabricantes que recomiendan hacerlo mensualmente, mientras que otros indican una frecuencia anual) el botón Test que todos poseen en su frontal. Al presionarlo el interruptor diferencial debería de dispararse instantáneamente demostrando que el dispositivo funciona a la perfección y dándonos la seguridad de que en caso de sufrir una descarga eléctrica estaremos debidamente protegidos frente a sus nefastas consecuencias. Cuando el diferencial se dispara hay que rearmarlo manualmente igual que hacíamos con los magnetotérmicos; pero un disparo no provocado del diferencial representa un problema grave, por lo que se recomienda revisar la instalación eléctrica para evitar riesgos.

La seguridad es lo primero

Como os comentaba al principio de este artículo, mucha gente sabe de la existencia de estos dispositivos de protección pero no tiene demasiado claro para qué sirven. Precisamente por ese desconocimiento es por lo que hay incluso algunas personas que ante repetidos disparos llega al extremo de puentearlos para que así no vuelva a «irse la luz».

Después de haber leído estos párrafos sobre el funcionamiento y la razón de ser de estas protecciones que todos tenemos en casa os imaginaréis que hacer algo así es una auténtica locura; pero aun así os aseguro que hay bastante gente que cada vez que cambia una bombilla se juega la vida porque en caso de tener el diferencial «trucado» lo que sería un simple chispazo se convertiría en una descarga continuada que puede llevar a esa persona incluso a la muerte.

A la electricidad no hay que tenerle miedo porque es una forma de energía muy segura siempre y cuando se cumplan todas las medidas de protección estipuladas. Y si con este artículo he conseguido haceros entender qué son esas palanquitas que hay en el cuadro eléctrico de vuestra casa me doy por satisfecho porque sé que la próxima vez que se os vaya la luz tendréis claro qué es lo que ha propiciado esa situación y trataréis de evitarlo en el futuro.

Excursión fotográfica a Villar del Olmo

Hoy salí de casa a las ocho de la mañana rumbo a Villar del Olmo (enlace a Google Maps) con mi cámara en el maletero y la idea de pasar unas horas haciendo fotos por allí.

Es algo que tenía planeado desde hace ya unos días, porque cuando atravesé el pueblo camino de la cercana localidad de Ambite enseguida me propuse hacer una excursión en la que pudiera retratar con calma algunos rincones de este lugar así como los campos que hay por sus alrededores.

Un rincón de Villar del Olmo

La paliza ha sido grande porque al final he vuelto a casa prácticamente a la hora de comer; y aunque ahora estoy cansado, con alguna que otra picadura de mosquito y los pies algo doloridos de caminar entre pedregales, reconozco que la experiencia de visitar un pueblo en el que se respira tranquilidad por todos sus rincones bien merece la pena.

Villar del Olmo

Mi idea era dividir la mañana en dos partes: visitar las calles del pueblo a primera hora para aprovechar la luz tan buena que hay a esas horas y ya un poco más tarde dirigirme a los montes que hay en los alrededores para poder hacer algunas fotografías de paisaje desde las alturas.

Así lo hice, de modo que las calles de Villar del Olmo fueron las primeras en verme. Unas calles en las que ni había nadie ni se escuchaba un sólo ruido a las nueve de la mañana y que me sorprendieron por la cantidad de toques de color (flores, remates en las fachadas, toldos…) que hay repartidos por todo el pueblo. También me pareció especialmente bonita la plaza del ayuntamiento, donde todo está limpio y cuidado.

Entre los detalles que llamaron mi atención, tal vez el más curioso sea el modo en que han pintado los marcos de la puerta y una de las ventanas en cierta vivienda, ya que nada más verla imaginé que ahí deben de vivir dos personas muy futboleras: una del Atlético de Madrid y la otra del F.C. Barcelona. No sé si tendré razón, pero os aseguro es una casa que llamará la atención de todo el que pase por delante.

Pero bueno, como siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras y ya os he aburrido bastante os dejo a continuación con las fotografías que tomé en las calles de Villar del Olmo para hablar después de la segunda parte de la excursión:

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Los alrededores del pueblo

Una vez recorridos muchos rincones del pueblo, a eso de las once me dirigí hacia los campos que lo rodean con idea de retratar desde alguna zona más o menos alta los paisajes del valle en el que está situado Villar del Olmo. Ahí es donde pasé calor de verdad, porque si bien en las calles se estaba bastante fresco, una vez que me metí entre viñedos, campos de patatas y senderos pedregosos empecé a sentir el peso del sol dándome de lleno en la espalda (y el de mi equipo fotográfico cuando el camino se empinaba).

Aun así disfruté mucho la subida al monte, trayendo de regreso a mi mente sensaciones e incluso olores (tengo una memoria olfativa prodigiosa) de las excursiones que hacía en Oropesa del Mar hace años al monte Bobalar y sus alrededores para poder disfrutar de las vistas de mi localidad de vacaciones. Parece mentira que con sólo dar un simple paseo por el campo uno pueda sentir tantas cosas agradables, pero por desgracia esto es algo que cuando se está acostumbrado al modo de vida en la ciudad se puede llegar a olvidar.

Al igual que antes, os dejo con unas imágenes que os contarán mejor que yo lo que vi por aquellos lugares:

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

De regreso a Alcalá

Y así terminó la mañana en Villar del Olmo. La hora de comer se acercaba y mi coche me estaba esperando junto a la carretera. Ya sólo me quedaba llegar hasta él, acomodarme detrás del volante y conducir hasta Alcalá después poco más de media hora de carreteras sinuosas.

Un rincón de Villar del Olmo

Como os decía al principio, llegué a casa bastante cansado pero contento por haber visitado un rincón de nuestra geografía que me llamaba bastante la atención desde hace tiempo. Ah, y no será la última excursión de este tipo; eso seguro… 😉

La importancia de la luz en la fotografía de exteriores

La fotografía es el arte de capturar la luz, y ninguna cámara es capaz de hacer una buena foto si olvidamos ese principio básico.

Cuestión de luz

Hoy tampoco me voy a meter en complejas fórmulas matemáticas ni en farragosas explicaciones porque me quiero centrar en un aspecto más artístico que técnico. Es verdad que en estas entradas se agrupan bajo la categoría «artículos técnicos»; pero aun así creo que es muy necesario tratar de vez en cuando aspectos de la fotografía que sólo tienen que ver con lo que hay delante y detrás de la cámara; y uno de los más importantes es el de la iluminación.

Disponibilidad horaria

Cuando salgo a hacer fotografías intento evitar en la medida de lo posible las horas centrales del día. Es cierto que a veces no nos queda mas remedio que salir con la cámara a las doce de la mañana o a las cinco de la tarde en pleno verano (en ese caso más que por la calidad de nuestras fotografías deberíamos de preocuparnos por no deshidratarnos) pero en términos generales vamos a obtener mejores resultados si no empleamos el tramo central del día.

Quebrado

Con el sol en todo lo alto las sombras son muy duras y los colores más fríos que cuando el astro rey está en posiciones más bajas con respecto al horizonte y por eso lo normal es que salga a hacer fotos antes de las diez de la mañana o ya a partir de las siete o las ocho de la tarde en esta época del año en la que anochece pasada la hora de cenar. Luego en invierno lo tendremos algo más fácil, ya que si queremos fotografiar el ocaso tendremos que salir a la calle pasadas las cinco de la tarde porque a las seis ya es de noche cerrada.

Cuestión de luz

Con el sol dando «de refilón» los relieves y las texturas de las cosas se acentúan y el aspecto de todo lo fotografiado tiene algo de especial que la gente no está muy acostumbrada a ver. De hecho, creo que ya os he contado alguna vez que yendo a trabajar a primera hora de la mañana en multitud de ocasiones he echado de menos poder detener el coche en medio de la carretera, sentarme en el arcén y ponerme a hacer fotos aprovechando los primeros rayos de sol bañando la ciudad.

8:27

De cualquier modo, tampoco es recomendable esperar a que el sol esté a punto de ocultarse (o nada más salir por el horizonte) si vamos a hacer fotografias de paisajes, ya que nos podemos encontrar con la desagradable sorpresa de que el suelo se nos ha quedado en sombra.

En ese caso, por culpa de la limitación del rango dinámico que impone la cámara, la imagen resultante no va a resultar demasiado estética porque si bien el cielo saldrá de lo más colorido, corremos el riesgo de que en la parte inferior de la imagen apenas se aprecien texturas y/o aparezca ruido debido a la falta de iluminación como me ocurrió en el siguiente ejemplo donde los árboles de la parte baja aparecen completamente negros:

Paisaje urbano

Las luces y las sombras de las ciudades

Los juegos de luces y sombras que los elementos arquitectónicos de las ciudades crean a primera y a última hora del día son una fuente de inspiración para todos los que siempre tratamos de retratar las cosas desde un punto de vista diferente al que la inmensa mayoría del mundo está acostumbrado. Como os dije en una entrada de hace ya un tiempo, hay belleza en todo lo que nos rodea, y la luz es un factor decisivo para sacarla a relucir.

Soportales

Suelo emplear mucho el blanco y negro para centrarme en esos contrastes que realizan los rayos del sol y las sombras que proyectan los más diversos elementos arquitectónicos que hay por las calles. Pueden ser las columnas de la calle Mayor, una señal de tráfico, un semáforo… Todo es susceptible de proyectar una sombra curiosa que nada tiene que ver con la que aparecerá unos minutos después. Por eso a la hora de emplear la luz natural para hacer fotografías es tan importante aprovechar el instante, ya que esas mismas condiciones luminosas pueden no volver a repetirse nunca.

Sombras semaforescas

Todo es cuestión de luz

Además de con las sombras también podemos jugar con la incidencia de la luz sobre diversos elementos. Una simple valla metálica puede adquirir un aspecto de lo más interesante en función de la posición del sol y la luz ambiente que haya, de modo que deberíamos de intentar pasar por aquellos rincones que nos llamen la atención a diferentes horas del día.

Puntos

Las ciudades, los pueblos y los bosques están llenos de lugares pintorescos; y si sabemos mirar con los ojos adecuados nos sorprenderemos ante todos esos detalles y de cómo la luz puede potenciar su belleza si sabemos elegir el momento justo para captarla. Prueba de ellas son las imágenes que ilustran esta entrada y que han sido realizadas en esas horas del día en las que la luz es más favorable.

Dorado atardecer

Agujas

Passport

Banco soleado

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Contrastes urbanos

En muchas localidades uno se encuentra con contrastes urbanos muy marcados, ya que con caminar apenas un par de calles puedes pasar de dar con un enjambre de terrazas como éste…

Colmena

…a disfrutar de unas casas bajas con un encanto que las viviendas actuales no poseen.

Cuesta arriba (o cuesta abajo)

Los contrastes del progreso; tan bellos como sorprendentes.

¡À bientôt, Estela!

Hoy mi hermana regresó a Bruselas después de pasar una temporada en Alcalá. No tendrá tiempo de aburrirse porque vuelve allí para dar un curso intensivo de francés hasta principios de Septiembre, pero a algunos por aquí se nos hará rara su ausencia después de muchos ratos de charla en los últimos días.

Algo me dice que cuando Estela esté de nuevo por aquí habrán cambiado algunas cosas, empezando por el pequeño detalle de que su novio y ella ya le tienen echado el ojo a un piso y ya se empiezan a escuchar trompetas que anuncian la independencia. De todos modos, después de todo un año de Erasmus no es de extrañar que quiera hacerse su propio hueco en la vida porque al fin y al cabo es a lo que aspiramos todos.

Estela

¡Hasta pronto, Estela!  😉