Breve, extraño y curioso sueño el que tuve hace apenas un par de días, pues en él se mezclan los conceptos de televisión e Internet a partes iguales debido a mi presencia en el concurso «El juego de tu vida». No obstante, esta vez sí que sé de dónde viene este sueño, pues esa misma tarde vi un sketch de Que vida más triste donde se ridiculizaba dicho concurso y que, aunque apenas duró unos segundos, me hizo reír durante un buen rato al verlo junto a mi hermano.
Pues bien, el caso es que me encontraba sentado en la silla del programa dispuesto a responder a las preguntas que me hiciera la repelente presentadora Emma García sobre mi vida privada. Datos que se supone que pertenecen a mi exclusiva intimidad y que por nada del mundo quisiera que salieran a la luz.

Sin embargo, comienzan las preguntas y me sorprende ver que la primera de todas simplemente dice: «¿Es verdad que te gusta la fotografía?». Respondo con un escueto «sí», la voz en off del programa afirma sin titubeos que digo la verdad y acto seguido el público empieza a aplaudir y a llamarme valiente.
La siguiente cuestión quiere saber si he escrito una novela basada en mis desastres amorosos. A continuación enfocan al público y se ven multitud de caras de tensión… Yo me quedó dudando un segundo y respondo con otra respuesta afirmativa, logrando nuevamente gracias a ello el fervor de la multitud.
Las preguntas avanzan y me doy cuenta de que todas ellas versan sobre cosas que ya he tratado en mi propio blog, por lo que empiezo a cuestionarme el trabajo de los documentalistas del programa. Las rondas van avanzando y las preguntas, en lugar de tratar de sacar a la luz todo tipo de trapos sucios sobre mí, versan acerca de mis paseos por la ciudad, mi costumbre de fotografiar edificios, mi teléfono móvil… para llegar a una última pregunta que, con gran emoción y muchos redobles de tambor, dice simplemente: «¿Es verdad que una vez le diste la mano a Hideo Kojima?».
Sin terminar de creerme demasiado la sencillez de la pregunta respondo con un «sí, desde luego que sí» que la misteriosa voz en off interpreta como una mentira por mi parte; pero justo cuando el público gritaba al unísono «OHHHHHHH!» y la presentadora ponía cara de circunstancias saqué mi EeePC 701y mostré a cámara la fotografía que ilustraba el reportaje de aquella presentación de Metal Gear Solid 4.

Acto seguido la voz dijo con marcado acento metálico: «Lo siento, me he equivocado; nadie es perfecto, ni siquiera yo». Y entonces el público (por orden expresa del regidor) prorrumpió en sonoros aplausos para celebrar que me llevaba el premio de 30000 euros que Tele5 otorgaba a quien respondiera con sinceridad a todas las preguntas planteadas.
Desperté con una extraña sensación de irrealidad que se pasó en cuanto tomé consciencia de mí mismo y comprendí que aquel extraño concurso plagado de preguntas ya respondidas en este blog no era más que un sueño bastante tonto que al menos ha servido para redactar una nueva entrada del mismo. Cosas del subconsciente, supongo.
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