Review: Maglite Solitaire

A lo mejor muchos de vosotros (sobre todo los más jóvenes) dais por hecho que las linternas de bolsillo como las que suelo traer por aquí dan bastante luz y tienen una autonomía de varias horas en sus modos menos potentes; pero esta vez os voy a mostrar un modelo que apareció en 1988, que todavía está a la venta hoy en día y que viene a dar cuenta del tremendo avance que ha habido en el mundo de las linternas desde entonces. En el artículo de hoy le vamos a pegar un buen repaso a la Maglite Solitaire.

El cuerpo

El cuerpo de la Solitaire está fabricado en aluminio anodizado. Lo hoy disponible en varios colores, pero esta versión roja estaba de oferta y como en mi colección no tengo muchos modelos de este color me animé a hacerme con ella sin darle muchas vueltas. Sólo por el rato de entretenimiento de trastear con ella y escribir esta review ya mereció la pena su adquisición.

Tiene un aspecto muy estilizado, ya que acostumbrado a las proporciones de las linternas actuales que funcionan con una pila AAA, esta tiene más o menos el mismo diámetro pero es más larga. Además, el fino estriado vertical con el que cuenta tanto el cuerpo principal como la cabeza de la linterna contribuyen a esta sensación.

Las únicas inscripciones con las que cuenta la Maglite Solitaire se encuentran en la cabeza, consistiendo estas en el nombre de la marca y el modelo de linterna. No disponiendo de ningún tipo de número de serie o similar. Otra particularidad de este modelo es que se enciende aflojando su cabeza, cuando en la inmensa mayoría de linternas de esta categoría se hace apretándola. De hecho se hace raro al principio hasta que te acostumbras, porque yo al menos tiendo a apretarla para enceder y me encuentro con que la rosca ya no tiene más avance.

En la parte trasera contamos con un rebaje diseñado para colocar una anilla de llavero perfectamente realizado y con una terminación redondeada de las aristas. Además, como la base es plana podemos hacer tailstanding con ella, algo lógico por su «función vela», que consiste en que si desmontamos la cabeza, la bombilla queda pegada al cuerpo sin ningún tipo de lente o reflector con idea de que sirva como iluminación ambiental.

La pila que la alimenta se inserta por la parte trasera, desenroscando el extremo trasero (donde la anilla de llavero) lugar en el que, por cierto, va escondida una bombilla de repuesto que es otra función clásica de las Maglite en general. Tened en cuenta que es una bombilla de filamento, por lo que a diferencia de los LED puede que llegue el día que la veamos fundirse porque simplemente llegó al final de su vida útil.

Por cierto, no he comentado que tanto la rosca de la cabeza como la de la parte trasera incorporan sendas juntas tóricas de caucho que le dan estanqueidad para cumplir con la resistencia frente a salpicaduras. En cuanto a caídas, se supone que resiste impactos de hasta un metro de altura sin romperse, pero no estoy por la labor de comprobarlo.

En cuanto a dimensiones, la Solitaire tiene una longitud de 81 mm y un diámetro de 13 mm. El peso, con la pila que viene «de serie» es de 24 gramos, así que es bastante liviana para su clase. Y ya que estamos con cifras, comentar que la autonomía en su único modo de potencia disponible (2 lumens) es de unas 4 horas empleando una pila alcalina. No le metáis una batería de litio de tamaño equivalente porque sus 3 V fundirán la bombilla en menos tiempo de lo que tardáis en decir patata.

A diferencia de otras Maglite, en este caso nos encontramos ante una linterna totalmente cilíndrica; a diferencia de la mayoría de modelos del catálogo del fabricante que suelen contar con una cabeza de mayor diámetro que el cuerpo, dando la típica apariencia reconocible que todos hemos visto en las películas de policías o bomberos, que son los que sobre todo en EEUU usan las Maglite.

En el estuche se incluye, además de la propia linterna, una pila AAA para que podamos estrenarla de inmediato así como una cinta de nylon con un par de anillas de llavero en cada extremo siendo este complemento de dudosa calidad porque nada más tenerlo en las manos ya se me empezó a deshilachar. Si su fin es añadir la linterna a nuestro llavero no quiero ni pensar cómo estará al segundo día de batallar en nuestro bolsillo con llaves, monedas y demás enseres.

La luz

En esta ocasión la luz la emite una bombilla incandescente en lugar de un emisor LED, por lo que esta linterna no es comparable a ninguna otra de las que he traído hasta el momento al blog ni el intensidad ni en alcance. Su tinte es anaranjado, da apenas dos lumens y posee varios halos y coronas cuando aumbramos a una pared lisa. Eso sí, cuenta con un sistema que nos permite abrir y cerrar el haz de luz a voluntad, por si queremos alumbrar una zona más amplia o centrarnos en un punto en concreto (dentro de lo limitado que es el alcance de este modelo).

A día de hoy os pueden parecer unas prestaciones ridículas, pero es que esto es lo que teníamos antes de la aplicación del LED en linternas de pequeño tamaño. De hecho para conseguir intensidades lumínicas como las de los modelos actuales «de llavero» teníamos que irnos a los modelos de Maglite de mayor tamaño alimentados por varias pilas tipo D y que pesaban un quintal. En este sector, como veis, también se ha avanzado un montón.

Como en cualquier linterna de aquella época su funcionamiento se basa en algo tan poco eficiente como calentar mediante electricidad un hilo de material conductor hasta tal punto que se pone blanco (más allá del rojo) y eso es lo que origina la luz que produce. Os podéis imaginar que las pérdidas en forma de calor son la inmensa mayoría de la energía que le estamos metiendo a la bombilla; así que bienvenidos los LEDs y su tremenda eficiencia en este sentido.

El frontal cuenta con una lente transparente totalmente lisa y un reflector de tipo parabólico y como os decía hace unos párrafos, tiene la peculiaridad de que si desenroscamos totalmente la cabeza la linterna se convierte en una vela para crear una iluminación ambiental. Lo de llamarse vela, además, es muy acertado porque la tonalidad de la luz que arroja nos hace recordar a aquellos apagones en casa cuando éramos niños y durante unos minutos (a veces horas) teníamos que iluminarnos con velas. ¡Qué tiempos!

Las sensaciones

Caminar por casa a oscuras con la Solitaire es volver a mis inicios en el mundo de las linternas. Tenía (y todavía conservo) una muy muy similar pero de marca «nisu» con la que flipaba de pequeño. Aquello de poder ver en plena oscuridad era algo que me parecía fascinante y además así podía leer tebeos bajo las sábanas cuando mis padres me conminaban a irme a la cama siempre más pronto de lo que yo quisiera.

Ahora bien, tras haber probado muchos modelos LED de pequeño tamaño con los que incluso me podría ir al bosque por la noche y ver decenas de metros por delante de mi posición por si hay una cigüeña o un lobo feroz, jamás se me ocurriría ir con la Solitaire a esos parejes, ya que lo más probable es que acabaran encontrándome en el fondo de un barranco por haber puesto un pie donde no debía.

En la mano se me hace extraño agarrar una linterna tan alargada y, de hecho, tiendo a sujertarla como si fuera un lápiz en lugar de sostenerla entre el pulgar y el índice tal y como suelo hacer con todos los modelos de este estilo. Pero aun así el tacto es muy bueno porque los acabados son perfectos y el pulido que ha recibido hace que no notemos siquiera una línea del relieve del cuerpo diferente a otra.

Conclusión

Está claro que estamos ante un modelo que está todavía en el mercado por un mero valor sentimental más allá de cualquier practicidad. De hecho la marca comercializa la Solitarire LED que no es más que este mismo modelo pero equipado con un emisor LED que le da mucha más potencia y autonomía, pero que no tiene ese aire tan retro con su luz anaranjada y su alcance tan reducido.

Si sois unos locos de las linternas pequeñas como yo, está claro que es un modelo que debéis de tener en vuestra colección; y más si os encontráis una oferta tan tentadora como la que yo me encontré. Sin embargo, para un uso racional y práctico, no se os ocurra haceros con la Solitaire porque acabaréis aborreciéndola cuando además de apenas ver nada en plena oscuridad os quedéis sin pilas a las primeras de cambio.

De hecho es que cualquier modelo actual que podemos llevar en el llavero (como la Rovyvon Aurora A3x que llevo siempre encima) puesta al lado en su modo más bajo hace casi desaparecer la luz que emite la Solitaire como podéis apreciar en la foto que hay sobre este párrafo.

Más información

Página oficial de la Maglite Solitaire

Review: Rovyvon A9 Cu

Por mis manos han pasado ya modelos de Rovyvon fabricados en poliamida y en aluminio, pero como de un tiempo a esta parte me ha dado por el cobre me he hecho con un ejemplar que auna lo mejor del tamaño y las calidades de construcción de los modelos para llavero de esta marca con el metal de número atómico 28 que tanto nos fascina a los aficionados a las linternas: hoy vamos a analizar la Rovyvon A9 Cu.

El cuerpo

El cuerpo de la A9 está integramente fabricado en cobre mecanizado por CNC y su forma es la misma (salvo por un pequeño detalle que luego veremos) que el de la A3x. De hecho, el botón redondo y de pequeño tamaño, nos indica que pertenece a la segunda hornada de linternas para llavero de la marca; ya que aunque la primera para mi gusto tenía una interfaz de usuario mejor, cierto es que se ha mejorado mucho su mayor defecto, que no era otro que el acusado PWM en el modo Moonlight.

Como todas las Rovyvon, en la caja viene junto a un cable de carga microUSB, una anilla de llavero, una pinza reversible, una correa para la muñeca, un mini-manual de instrucciones que no os hará falta mirar después de leer este artículo y una tarjeta de garantía que nadie rellenará nunca.

A diferencia de las otras linternas de la marca y como suele ser habitual en las fabricadas en cobre, la A9 viene envuelta al vacío en un sobre de plástico transparente para evitar que se empiece a oxidar y que así sea el usuario quien decida cuándo empezará a envejecer. Un ritual que os mostré en un vídeo que grabé al estrenar la Olight i5T EOS Cu y que va mucho más allá del típico unboxing.

Como siempre os digo al hablar de los modelos hechos de este material, una vez que abrimos su sobre protector el cobre empezará a oscurecerse y por mucho que en el futuro tratemos de limpiarlo nunca volverá a tener el acabado brillante del primer día. Si queréis contemplarla eternamente en su esplendor original no os quedará más remedio que conservarla en su envase al vacío como si de salmón ahumado se tratase; pero esto es algo que yo nunca he considerado porque creo que una linterna es para usarla por muy bonita que sea.

Como ya mencioné en los primeros compases de la review, el cuerpo de la A9 es prácticamente idéntico al de la A3x. Y es que, en realidad, aparte del material del que está hecho lo único que los diferencia es la parte trasera; ya que además de ser algo más ancha, en la A9 han hecho un par de agujeros pasantes junto a la argolla para pasar la clásica anilla de llavero con el fin de colocar en ellos un par de viales de tritio. Opción que la propia Rovyvon ofrece al comprar la linterna en su página web al módico precio de 30 dólares el par, por cierto.

En cualquier caso, paso a comentar las dimensiones de la A9, que son de 57,3 mm de largo por 15,6 de diámetro. Lo que se incrementa bastante es el peso de la linterna, ya que son 40 gramos, unos cuantos por encima de la A3x por la mayor densidad del cobre con respecto al aluminio. Y eso es algo que se nota cuando sostenemos la linterna en la mano.

La batería interna (no accesible al usuario como en todas las Rovyvon) tiene 260 mAh de capacidad y es recargable en poco más de una hora por el puerto microUSB que hay en un lateral de la A9. Lo de la batería integrada es una ventaja para no depender de pilas, pero lo malo es que una vez que la batería «muera» con el paso de los años la linterna seguirá siendo igual de bonita pero no tendrá utilidad alguna. Por cierto, espero que a no mucho tardar la marca empiece a pasarse al puerto USB-C como ya están haciendo muchos otros fabricantes.

Este modelo cuenta con certificación IP65, lo que convierte a la linterna en resistente al polvo y a salpicaduras, de modo que mejor no sumergirla si la tenéis cierto aprecio porque es posible que no vuelva a lucir jamás. En cuanto a caídas, se supone que aguantará impactos desde 1 metro de altura sin romperse, pero dado que el cobre es un material algo más blando que el aluminio, el cuerpo se marcará en cuanto «aterrice» con cierta fuerza sobre alguna superficie sólida (todavía no he tenido la «suerte» de comprobarlo).

La luz

Aunque en Rovyvon siempre me suelo decantar por modelos con LED Cree XP-G3 debido a que ofrecen una potencia lumínica superior, en esta ocasión he escogido la opción del LED Nichia 219C para comprobar así por mi mismo su mayor fidelidad cromática. A cambio obtenemos un menor número de lumens, pero también ganamos un poco de autonomía.

Como en todos los modelos de la gama Aurora, tenemos un sólo emisor tras una lente TIR transparente que se encarga de distribuir el haz de luz de la forma que los diseñadores de la marca han creído más óptima. Luego en las impresiones lo comentaré más a fondo, pero siempre me ha gustado mucho cómo interpretan en Rovyvon este aspecto tan importante en cualquier linterna.

Os dejo a continuación el detalle de los modos disponibles:

  • Modo alto (450 lumens) 1,5 minutos –> (100 lumens) 90 minutos
  • Modo medio (260 lumens) 1,5 minutos –> (100 lumens) 120 minutos
  • Modo bajo (15 lumens) 10 horas
  • Modo ultrabajo (2 lumens) 32 horas

Al encender la linterna con un doble click el modo por defecto que se activará es aquel que hayamos usado durante más de 3 minutos seguidos anteriormente, y a partir de él iremos haciendo el ciclo entre los cuatro modos disponibles a base de clicks breves. Hay también un modo estroboscópico que se activa haciendo triple click, pero ese queda fuera de la rueda de modos normales y su sistema de memorización. En todos los casos, para apagar la linterna hay que hacer un click algo más prolongado.

Comentaros también que hay un atajo bastante útil para acceder al modo Alto consistente en mantener pulsado el botón, ya que mientras lo tengamos apretado la linterna estará luciendo a sus 450 lumens máximos. Ideal para lanzar una ráfaga potente que nos permita distinguir algo en la lejanía.

Las sensaciones

Lo primero que llama la atención al sostener la A9 en las manos es lo pesada que es para su tamaño en comparación con el resto de modelo de la marca fabricadas en aluminio o poliamida. Quizá por ese mayor peso también da una sensación de solidez y robustez más acusada que en modelos como la A3 o la A1.

También noto al tacto cómo la parte trasera es más compleja y de mayor grosor que en los modelos de los que deriva su diseño, ya que además de ser algo más ancha (útil para hacer tailstanding con ella) posee un par de taladros pasantes que no están en la A1 o en la A3 y que se pueden ver en algunas de las imágenes que ilustran este artículo.

Al pasar la yema de los dedos por la superficie metálica se nota un microrelieve (nanorelieve más bien, podríamos decir) que indica que este modelo está hecho mediante torneado CNC a partir de un bloque macizo de cobre. Es decir, que sobre una base se coloca un bloque de metal y una máquina va limando y limando el material moviendo un cabezal giratorio según las directrices de un modelo 3D hasta dejarlo con su forma final. No estoy seguro de cómo fabrican a sus hermanas de aluminio; pero estas no tienen ese ligerísimo relieve que presenta el modelo de cobre. Se me ocurre que tal vez el proceso sea el mismo pero el aluminio recibe un pulido final antes de la aplicación del anodizado que, por algún motivo, no se puede aplicar al cobre; aunque esto es algo que sólo la propia marca podría contarnos.

Al igual que en la Rovyvon A3 la tapa plástica que cubre el puerto de carga tiende a salirse de su sitio y a quedar «colgando», lo cual además de hacer feo hace que pueda entrar polvo al conector. Me va a tocar hacer como en su hermana de aluminio y ponerle un aro de goma elástica sobre la dichosa tapa para que así se quede en su sitio; aunque en este modelo va a romper por completo su estética.

En cuanto a la luz que emite, se nota que es algo más cálida que la de los modelos que llevan el LED Cree XP, pero gracias a la capacidad de la vista de adaptarse a las más diversas circunstancias esto es algo que sólo vamos a apreciar si ponemos una linterna de cada tipo encendidas una al lado de la otra.

Sí que es cierto que si vamos alternando los dos tipos de linternas, los colores se ven en la oscuridad con unos tonos algo más parecidos a los de la luz del día con esta A9, sin ese tono azulado que a veces aparece cuando usamos una linterna con LED Cree. Pero también os digo que la diferencia no es ni mucho menos radical y que a no ser que tengáis pensado pintar cuadros iluminándoos con una linterna es un poco indiferente elegir uno u otro tipo de emisor.

Si la ponemos frente a sus rivales vemos que en dimensiones anda más o menos a la par con la Olight i3E-Cu; si bien al funcionar esta con una pila AAA y tener un sólo modo de funcionamiento, sería más lógico compararla con la Nitecore Tini-Cu que aparece a su derecha en la imagen que tenéis a continuación pues se asemeja más por filosofía de uso y prestaciones.

Sea como sea, la intención no era otra que poner una junto a otra las cuatro linternas de cobre que poseo a día de hoy; y es que como ya os dije en las primeras líneas de esta review, en los últimos tiempos me ha dado fuerte por este metal de cautivador brillo anaranjado y no descarto ampliar más todavía la familia en un futuro.

Conclusión

La Aurora A9 Cu es un modelo del que podrás enamorarte por su estética, pero no por su practicidad. Si piensas llevar una Rovyvon a diario en tu llavero como yo hago, es mejor que te decantes por una A1 o una A3, que son mucho más ligeras y económicas, de modo que no te dolerá cuando se te raye con las llaves, se te caiga al suelo o se te manche de grasa. De hecho, aunque ya han pasado unos cuantos meses sigo siendo fiel a la A3x que uso a diario en varias ocasiones. Su anodizado sigue desgastándose día tras día, pero lo considero una consecuencia más del servicio que me da.

La A9 también la uso a menudo, pero más por casa: cuando estoy trasteando en el interior de mi CPU o si tengo que levantarme a media noche y no quiero despertar a mi pareja. Ahí sí valoro el tacto pesado del cobre y la agradable sensación que da en la mano, pero para llevar siempre encima prefiero algo más ligero y también más barato.

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Review: Olight Obulb

A primera vista la Obulb parece uno de esos proyectos creativos ideados durante las horas libres de algún ingeniero de la marca tanto por su filosofía de uso como por los detalles diferenciadores que posee. Sea como sea, esta última creación de Olight es un producto práctico, liviano y muy original que puede cumplir perfectamente tanto para uso personal como para regalar.

El cuerpo

A diferencia de todas las linternas que han pasado por aquí la Olight tiene forma de bola contando con una base plana para darle estabilidad. La semiesfera superior es de plástico blanco traslúcido que no permite ver su interior, que es precisamente donde se alojan los LEDs que producen la luz que emite este modelo.

Por su parte, la mitad inferior está forrada de goma (con el logo de la marca, el nombre del modelo y el número de serie escritos sobre su superficie) y en ella reside tanto la electrónica de control como el sistema de carga magnética y también la batería de polímeros de litio de 630 mAh que le otorga la autonomía necesaria para que este modelo cobre pleno sentido.

Esta base se une herméticamente con la semiesfera superior en un anillo de apariencia metálica del típico azul brillante tan presente en esta marca de linternas. Hablando de colores, la Obulb está disponible con la base en colores rojo, verde, naranja, gris, morado y rosa.

Las dimensiones de la Obulb son de 54 mm de anchura por 48 mm de altura, por lo que podemos decir que es sólo ligeramente más grande que una bola de golf para que así os hagáis una idea mental de lo que abulta. En cuanto al peso, es bastante liviana porque son apenas 55 gramos.

Ya os adelanto que no hay posibilidad de abrir la Obulb sin romperla y que todo lo que se puede tocar está en su base; y es que si le damos la vuelta lo primero que nos va a llamar la atención son los tres contactos metálicos de color dorado que no son otra cosa que su sistema de carga magnético. Como es lógico esto necesita de un cable de carga especial, que es el mismo que emplea la Baton 3 de la misma marca (referencia MCC 1A) y que se alimenta a través de un puerto USB.

Este cable de carga tiene una pequeña superficie transparente junto a la base que se acopla a la linterna que se iluminará en rojo mientras dure el proceso de recarga (el cual se realiza a razón de 5V y 0,65 A y dura unas dos horas en el caso de que la batería esté completamente agotada) y pasará a color verde una vez que esté totalmente llena de energía.

Aprovechando esa característica de carga magnética podemos colocar la Obulb sobre ciertas superficies metálicas de forma bastante firme. No la pondría en el capó de un coche circulando por la autopista pero sí que aguanta perfectamente en la puerta de un frigorífico o si le acoplamos un gancho metálico y la colgamos boca abajo de una cuerda (esto lo sugiere la propia Olight en las promos de este modelo para su uso en tiendas de campaña y similares) gracias a su bajo peso. Comentar que este modelo no cuenta con ningún tipo de anilla, anclaje o similar en el poder poner una correa directamente, dependiendo toda sujección de la mencionada base magnética.

Por último, el único botón de control con el que cuenta la Obulb también está en su base, aunque más que un botón es un área gracias a la cual podemos presionar en buena parte de la superficie central de la base, con lo cual nunca fallaremos una pulsación porque además tiene muy buen tacto. Luego hablaremos de la funcionalidad de este botón, pero de momento lo que quería es que viérais que todo lo que tiene esta linterna se encuentra en su cara inferior.

En cuanto a resistencia a los elementos, según la propia marca la Obulb aguanta caídas de hasta 1,5 metros de altura sin romperse y posee certificación IPX7, que la convierte en resistente a salpicaduras y, lo que es más, por su diseño podemos usarla a modo de «vela flotante» para montarnos un SPA en casa. Eso sí, nunca debemos ponerla a cargar sin secarla previamente, pues podríamos cortocircuitar los contactos del cargador quemándolo.

Como os decía antes, la linterna posee un imán en su base que sirve tanto para acoplar su cargador como para que la Obulb pueda fijarse sobre materiales ferromagnéticos; pero si por lo que sea tenemos la necesidad de ponerla muy habitualmente sobre una superficie en la que el imán no funcione, en la caja viene una «moneda» con adhesivo en una de sus caras que podremos pegar sólidamente en vídrio, madera, cemento… sobre la cual la linterna se queda pegada perfectamente. Eso sí, esta placa metálica circular es de un sólo uso, y una vez pegada si la queréis reutilizar tendréis que buscaros la vida para quitarla, retirar los restos de adhesivo y aplicar algo que le permita volver a fijarse con firmeza.

La luz

La luz que emite la Obulb es, en general, cálida y difusa. Muy buena para iluminación ambiental y suficiente para alumbrar suavemente una estancia a oscuras incluso en su modo más bajo. Hablando de modos, os describo los cuatro que tiene a continuación junto a sus autonomías:

  • Bajo (3,5 lumens): 56 horas
  • Alto (55 lumens): 3,5 horas
  • Rojo fijo (7 lumens): 7 horas
  • Rojo parpadeante (7 lumens): 30 horas

Los dos modos principales (Bajo y Alto) serán los que utilizaremos con mayor frecuencia, y en mi caso es el Bajo el que empleo la mayoría de las veces, ya que tengo la Obulb en la mesilla de noche y la utilizo como iluminación ambiental cuando, por ejemplo, le tengo que dar el biberón al niño y no quiero despertar a mi chica. Con esos 3,5 lumens y los ojos acostumbrados a la oscuridad tengo luz de sobra como para ver lo que estoy haciendo en toda la habitación y no tropezar con nada de camino a la cuna ni meterle al niño la tetina del biberón en un ojo. Además, la autonomía en este modo es de más de dos días seguidos, lo cual está más que bien y me permite despreocuparme de la carga durante bastante tiempo incluso si me la dejo encendida la mayor parte de la noche, que es lo que me suele pasar en muchas ocasiones.

En cuanto a los otros tres modos, el Alto está bien si la estancia a iluminar es muy grande (tipo salón) o tenemos que hacer alguna tarea que requiera algo de precisión visual, pero para el uso que yo le doy apenas lo empleo. No dudo que habrá quien le vea más ventajas a éste, pero no es mi caso.

Y el modo de iluminación roja es típico en tiendas de campaña y similares por dos motivos: no deslumbra y además no atrae a los mosquitos, así que tendrá su público. El modo parpadeante se supone que es para llamar la atención en caso de que queramos que nos vean en la oscuridad, pero ojo que aunque se ve bastante no os recomiento confiar vuestra vida a él en caso de que os quedéis tirados en la carretera; que no es una señal V16 homologada ni mucho menos.

El encendido de la linterna se realiza con una pulsación breve del botón de la base y para alternar cíclicamente entre los cuatro modos hay que mantener pulsado ese mismo botón estando la Obulb encendida. Por cierto, la linterna posee un modo de bloqueo que consiste en mantener pulsado el botón durante un par de segundos cuando la linterna está apagada, de modo que es útil para que no se nos encienda si la llevamos apretada en un bolso o similar. Comentar también que en todo caso el último modo empleado quedará en memoria y al volver a encender la Obulb será el que emplee.

Las sensaciones

Lo primero que entra por los ojos de la Obulb es, sin duda, su diseño molón. Entre su tamaño, la viveza de los colores de la base y el anillo azul de aspecto metálico hay que reconocer que los diseñadores de Olight han conseguido un producto que llama la atención nada más sacarlo de la caja.

Como podéis ver en la fotografía anterior, en la caja de la Obulb viene, además de la propia linterna, el cable de carga, la «moneda» adhesiva para superficies no metálicas (que va a juego con el color de la base) y un pequeño manual de instrucciones multiidioma que explica además de cómo cargar la linterna y demás, que no debemos usarla como juguete para mascotas o dársela a niños pequeños.

Al margen de consideraciones estéticas personales, el diseño de este modelo tiene una gran ventaja, y es que la luz que emite se expande uniformemente en todas direcciones, lo que la hace estupenda para iluminación ambiental de baja intensidad. Si la ubicamos en el centro de la estancia irradiará luz hacia todos los rincones de tal modo que no nos hará falta moverla para nada mientras hagamos uso de ella.

Aunque se supone que la Obulb está preparada para resistir caídas de hasta 1,5 metros de altura, hay un detalle que me transmite cierta intranquilidad a la hora de usar esta linterna, y es que ya me ha pasado alguna que otra vez que se me resbala de las manos por el tacto tal suave de la parte superior y me ha tocado cazarla al vuelo. Sé que en parte es culpa de mi torpeza y que si la agarrara por la base no pasaría esto, pero si me despierto en la madrugada y quiero encenderla mis dedos la agarran por donde primero tocan. No se me ha ido al suelo en ninguna ocasión, y si ocurriera en teoría debería de aguantar el tipo, pero quedáos con este detalle si no animáis a haceros con una y tened cuidado al agarrarla.

Si la ponemos junto a un par de linternas más tradicionales de la marca (i5T EOS CU y i3S EOS) podemos apreciar su reducido tamaño y la forma que posee que poco o nada tiene que ver con lo que hasta ahora ha pasado por este blog desde que me he puesto a hablar de linternas. Original es un rato, desde luego.

Conclusión

Estamos ante un modelo discreto y que sorprende por la cantidad de luz que ofrece cuando se emplea en las condiciones adecuadas (iluminación de interiores por la noche) y que son para las que se ha diseñado. Está claro que no es un producto pensado para llevarlo al campo y hacer una carrera nocturna alumbrando los senderos con él, pero en una mesilla de noche o en el borde de una bañera puede ser un buen compañero.

Lo bueno

  • Iluminación ambiental suave en un tamaño mínimo
  • Buena autonomía en modo Bajo
  • Base magnética
  • Flota en el agua

Lo malo

  • Batería no reemplazable
  • Cable de carga especial
  • Usabilidad bastante específica

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Review: Olight Baton 3

Guardo muy buenos recuerdos de la Olight S1 Baton porque fue la primera linterna «seria» que me compré. Hasta el momento tuve modelos de poca potencia que funcionaban con pilas alcalinas, pero esta fue la primera con la que me di cuenta de lo mucho que eran capaces de iluminar modelos más pequeños que un mechero con una batería de litio en su interior y un LED a modo de emisor.

La más reciente iteración de este modelo es la Olight Baton 3 que hoy vamos a repasar punto por punto y ver qué tal funciona en las tareas cotidianas; si bien sus 1200 lumens máximos en un cuerpo del tamaño del dedo pulgar son ya una buena carta de presentación.

El cuerpo

La Baton 3 posee un cuerpo cilíndrico fabricado en aluminio anodizado con detalles en un bonito azul cobalto (hay otra versión en color rojo con los detalles en dorado, pero a mí estéticamente me gusta mucho más esta) cuyas dimensiones son 63 mm de largo por 21 mm de diámetro máximo, contando con un peso de 53 gramos batería incluída.

Un detalle que me ha gustado mucho y que creo que es un paso adelante con respecto al modelo original de la saga es el texturizado de la zona de agarre de la linterna; ya que tiene un diseño que auna comodidad, firmeza y capacidad de disipación de calor. Éste consiste en una serie de «aletas» ligeramente puntiagudas que consiguen que la Baton 3 no se nos resbale de las manos aunque haga frío y/o vayamos con guantes y que además maximiza la superficie de contacto con el aire de forma que es capaz de disipar más eficazmente el calor generado en su interior cuando funciona en los modos más potentes.

En el bisel de la parte frontal aparece escrita la luminosidad máxima que alcanza el modelo así como una inscripción referida a la tonalidad de la luz emitida (entre 6000 y 7000 ºK). Más allá de tener los datos a la vista, es un detalle elegante ver lo cuidadosamente grabados que están los caracteres en una superficie tan estrecha, lo cual dice mucho de la precisión de construcción que logra Olight en su fábrica. La única pega que puedo sacarle es que su color no coincida plenamente con el de la pinza de sujección; algo más saturado.

Este bisel enmarca un reflector TIR transparente que es capaz de controlar muy bien la dispersión del haz de luz; si bien esto es algo de lo que hablaremos en el apartado correspondiente. No es tan bonito como esos reflectores texturizados que cada vez usan menos modelos pero hay que reconocer que son muy eficientes.

En la parte trasera tenemos un polo central y un anillo concéntrico que no son otra cosa que la interfaz de carga de la Baton 3. Y es que el encargado de recargar la batería interna de la linterna es un cargador USB de formato propietario que se adhiere magnéticamente a esta porque su diseño imantado nos permite conectar el cargador casi sin querer y además poder colocar la linterna de forma en ángulos imposibles sobre superficies férricas.

Cuando ponemos la linterna a cargar, un pequeño LED presente en el propio cargador se ilumina en color rojo para cambiar a verde cuando el proceso ha finalizado; cosa que lleva aproximadamente cuarenta minutos si la batería ha quedado muy descargada tras la última sesión. El indicador es muy elegante, pero veo que en situaciones de mucha luz (cargando la linterna a pleno sol) es apenas visible a no ser que hagamos sombra con las manos. De normal no es un problema porque solemos cargar estas cosas en interiores, pero debéis tenerlo en cuenta si, por ejemplo, os la lleváis a la montaña con algún powerbank para recargarla.

Como siempre ocurre con los cargadores de formato propietario, si lo perdéis os tocará comprar otro a la propia marca, ya que no es algo que se pueda comprar en la ferretería de la esquina. Es una desventaja, pero hay que reconocer que el cargador que trae la Baton 3 es una cosa muy cómoda y además tiene una corriente máxima de 1 amperio, que no está mal para una linterna de este tamaño.

La batería que incluye es una IMR16340 de 550 mAh y 3,7 V fabricada por la propia Olight, cuya principal diferencia con respecto a las habituales CR123A que suelen emplear este tipo de linternas es un anillo plástico en el polo positivo que le permite tener ambos polos en la misma cara (el positivo en el resalto central y el negativo en el anillo metálico circundante) simplificando así la carga para la electrónica situada en la cabeza de la linterna y evitando un cortocircuito interno en caso de que haya algún tipo de mal contacto en el interior.

Por cierto, en las instrucciones de la linterna indican claramente que no se puede usar ningún otro tipo de batería, ya que la alta corriente de descarga necesaria para el modo Turbo puede hacer pasar mal rato a una batería que tenga un factor de descarga bajo.

La pinza, siguiendo la tónica de otros modelos recientes de la marca como la i5T EOS Cu es «de ida y vuelta». Es decir, que por su diseño en S estrecha nos va a permitir colocar la linterna cabeza arriba o cabeza abajo sin tener que cambiar nada. Aunque no soy muy amigo de las pinzas, al menos esta parece estar sólidamente acoplada al cuerpo y si la engancho en el borde de un bolsillo o el tirante de una mochila no tengo la sensación de que se vaya a caer al más mínimo golpe que se lleve.

La Baton 3 tiene certificación IPX8 que la convierte en sumergible (pero sólo hasta 2 metros, que no es una linterna para buceo). Con respecto a las caídas, según Olight debería de soportar impactos desde metro y medio sin dañarse; aunque como de costumbre es una prueba que prefiero no hacer para no arriesgar la integridad del modelo sin necesidad.

Junto al cargador se incluye en la caja (además de una bonita funda de terciopelo con el logo de la marca grabado) una correa ajustable para la muñeca hecha de silicona. Visualmente es muy atractiva porque no es la típica cinta de tela, pero a la hora de ponerla y usarla es algo más rígida que, por ejemplo, la que venía con la S1 Baton que estaba fabricada en una especie de neopreno muy cómoda y funcional. También he de añadir que no soy muy fan de las correas de mano para las linternas y que en pocas ocasiones las utilizo; pero aun así creo que el elegido en esta ocasión no es el mejor material para este tipo de elemento. Eso sí, la gran ventaja es que es completamente resistente al agua y en caso de sumergirla se secará en un momento.

El único botón que posee la Baton 3 (rodeado también por un fino bisel de color azul y algo sobreelevado respecto a la superficie de la linterna) tiene un tacto blandito, un click definido y además posee un minúsculo LED en su centro que nos dirá el estado de la linterna durante su uso: si se ilumina en rojo unos segundos al encenderla y permanece apagada es que se encuentra bloqueda; pero si durante su uso permanece verde significa que la batería tiene más de un 60% de carga, en naranja que estamos entre un 60% y un 10%, y si se ilumina en rojo es que andamos escasos de energía y debemos ir buscando un modo de recargar.

Siguiendo con los detalles estéticos, comentar que en uno de los lados de la linterna tenemos grabado en color blanco el logo y el nombre de la marca, mientras que al otro podemos observar su denominación y número de serie. Si lo miráis muy de cerca os daréis cuenta de que no es simplemente pintura; sino que el aluminio ha recibido un proceso de rebaje, de unas micras de tal modo que las inscripciones no se borrarán fácilmente.

Por cierto, la versión que yo tengo no lo incluye, pero hay disponible un cargador tipo estuche de bolsillo con batería integrada de 3500 mAh en el que guardando la linterna en su interior esta se recarga automáticamente muy al estilo de los auriculares TWS que tan de moda están últimamente. Es un modo práctico de tener la linterna siempre al 100% especialmente en largas excursiones de montaña y lugares en general donde no hay acceso sencillo a un conector USB.

La luz

Según pasan los años vamos viendo cómo las linternas cada vez son capaces de sacar más luz a igualdad de tamaño y, de hecho, los 1200 lumens de pico que es capaz de arrojar este pequeño modelo de Olight es algo que hace no demasiado tiempo sólo estaba al alcance de modelos no de bolsillo como esta sino de mano.

A día de hoy desconozco la marca y el modelo del LED empleado en la Baton 3, pero sí he podido comprobar que el haz de luz se distribuye de forma potente y uniforme en un punto central y luego hay una zona ténue pero bastante amplia. Estamos por tanto ante una linterna más centrada en el alcance puro y duro que en rellenar de luz los alrededores; y esto es algo buscado a conciencia por la marca mediante el diseño de la lente TIR que podéis ver a continuación.

Con respecto a los modos, su potencia lumínica, alcance y autonomía, os lo resumo en la siguiente tabla:

  • Moonlight: 0,5 lumens (20 días)
  • Bajo: 12 lumens, 18 metros (33 horas)
  • Medio: 60 lumens, 38 metros (7,5 horas)
  • Alto: 300 lumens, 82 metros (95 minutos)
  • Turbo: 1200 lumens –> 300 lumens, 166 metros (1,5 minutos –> 75 minutos)

Tal y como os indico en la última línea, el modo Turbo no puede funcionar ilimitadamente para así proteger la linterna de las altas temperaturas que se generan en si interior; de modo que al cabo de un minuto comenzará a bajar su intensidad para pasados treinta segundos más situarse en los 300 lumens del modo Alto, el cual sí que puede funcionar sin parar hasta que se agote la batería.

El modo estroboscópico funciona a la máxima intensidad de la linterna, y lo hace a una frecuencia de 13 Hz por lo que se hace bastante visible y está bien si queremos hacernos notar en la lejanía y/o en la oscuridad.

Y ya que hablamos de frecuencias no quiero pasar por alto que la Baton 3 no presenta indicio alguno de PWM en ninguno de sus modos; ni tan siquiera en el Moonlight, que al ser de tan poca intensidad es habitual que muchos fabricantes lo implementen con una frecuencia de conmutación que llega a ser incluso molesto para la vista. Muy bien por Olight en este sentido, la verdad.

Por cierto, indicaros que al encender la linterna esta lo hará en el último modo que hayamos estado usando a excepción de los modos Turbo y Estroboscópico, que quedan fuera de la ruleta de modos «normales». Si cuando apagamos la linterna estábamos en uno de estos dos modos, al encederla de nuevo lo hará en el modo Alto y si han pasado más de 10 minuto lo hará en el Medio.

El cambio entre modos se realiza manteniendo pulsado el botón de la linterna, mientras que el encendido y apagado de la misma se hace con un click breve. Con ella apagada, pulsando durante un segundo encenderá en el modo Moonlight y seguimos manteniendo pulsado el botón aproximadamente un segundo más activaremos el bloqueo de la Baton 3; así que para volver a encenderla tendremos que mantener pulsado el botón un par de segundos. Para acceder al modo Turbo debemos hacer una doble pulsación sobre el botón y para acceder al estroboscópio haremos una triple pulsación.

Disponemos también de un par de temporizadores para el apagado automático de la linterna que se activan con la linterna encendida haciendo un doble click y luego manteniendo pulsado el botón. Cuando parpadea una vez significa que hemos activado el temporizador de 3 minutos, mientras que si seguimos manteniendo el botón al hacer dos parpadeos significará que hemos activado el temporizador largo de 9 minutos.

Las sensaciones

He de reconocer que la Baton 3 es uno de esos modelos que me gusta llevar en la mano aunque no la esté usando: el agarre es muy bueno, el diámetro es adecuado y la calidad de sus acabados hacen que tocarla con la yema de los dedos sea una delicia. Me gusta especialmente lo que han conseguido con el knurling del cuerpo, pues combina agarre, estética y disipación de calor en un diseño que considero todo un acierto. Además, el detalle de la pinza en color azul «abrazando» el cuerpo de la linterna me parece que queda muy elegante.

Cuando he abierto la linterna para sacar su batería y curiosear un poco sus interiores me he dado cuenta de que la rosca tiene un tacto estupendo y que además posee una junta tórica para garantizar su estanqueidad. A diferencia de otros modelos, la linterna no trae junta de recambio; pero es que al no tener que sacar prácticamente nunca la batería, esta no debería de estropearse con el tiempo.

Ese detalle del tacto de la rosca es más importante de lo que parece, pues Olight no tenía necesidad alguna de currarse tanto esa parte de la linterna que la mayoría de la gente sólo verá una vez en la vida (para extraer el plástico protector que se instala en fábrica sobre la batería para prevenir encendidos accidentales).

La base magnética es muy práctica, pues el imán tiene potencia suficiente para amarrar la linterna con firmeza y no andar temerosos de que se pueda caer. Es una prestación que he usado muchas veces en las linternas que la poseen, sobre todo a la hora de hacer algún trabajo menor a oscuras teniendo las manos libres como cambiar un enchufe, revisar el cableado de un cuadro eléctrico… No perdemos nada por tener un imán en la base y a cambio ganamos en prestaciones (además de la comodidad de la conexión del cargador, que nos permite olvidarnos de andar lidiando con clavijas y similares).

No me acaba de gustar del todo el emplazamiento del agujero para pasar la correa de mano, ya que si la colocamos en la posición prevista la linterna cuelga boca arriba y a la hora de volver a agarrarla para hacer uso de ella nos vemos obligados a girarla 180 grados en la mano. Entre esto y que el tacto de la correa de silicona no me acaba de gustar del todo, al final es una linterna que empleo con su pinza pero sin ningún tipo de agarre adicional.

Si la ponemos junto a la iniciadora de esta saga de linternas (la ya mencionada S1 Baton) podemos apreciar claramente sus similitudes en forma y dimensiones. Ahora bien, aquella funcionaba con una batería de litio recargable CR123A que teníamos que cargar externamente; por lo que la comodidad del modelo que hoy analizamos radica en buena medida en la facilidad de conseguir autonomía.

Como veis, las principales diferencias entre ambos modelos están en la foma de la pinza, el relieve de la zona de agarre, en que el cuerpo de la Baton 3 se desenrosca justo bajo el grabado con la marca (en la S1 se sacaba la batería por la tapa roscada inferior) y que la batería del modelo nuevo va con el polo positivo hacia la cabeza, ya que en la S1 iba insertada al revés.

En lo que a luminosidad se refiere, además de la mayor potencia máxima de la Baton 3 se nota que esta tiene una tonalidad ligeramente más cálida; lo que en teoría hará que los objetos iluminados por ella se vean con unos colores más parecidos a los que apreciamos a la luz de día. Pero vamos, como ya he dicho más veces, a no ser que vayamos a pintar cuadros alumbrándonos con una linterna no me parece una característica que deba hacernos decantar por uno u otro modelo puesto que nuestra vista se acaba acostumbrando a la temperatura de la luz del emisor.

A la hora de caminar por el campo los modos intermedios de la Baton 3 son más que suficientes para ver el camino que estamos recorriendo, quedando el modo Alto y, sobre todo, el modo Turbo para momentos puntuales en los que necesitamos ver algo en la lejanía.

En cuanto a las pruebas de funcionamiento en exteriores os dejo a continuación un par de imágenes. En la primera de ellas tenéis una vista del lugar donde ahora pruebo las linternas en el cual no hay iluminación de ningún tipo, y a continuación otra tomada desde el mismo lugar y condiciones pero con la linterna encendida en modo Turbo. Creo que es una buena manera de que veáis hasta donde puede llegar el potencial de este modelo.

Como podéis apreciar, el alcance es bastante grande (si la pista fuera recta llegaríamos a ver más metros, pero al girar hacia la izquierda perdemos la referencia visual) y las copas de los árboles que hay a unos 20 metros de distancia desde mi posición se ven con gran claridad.

Por cierto, sé que en las reviews publicadas en los últimos meses usaba siempre una arboleda como «pista de pruebas», pero recientemente descubrí este lugar a escasos 5 minutos de mi casa y me resulta mucho más cómodo que el anterior para acceder al mismo (al otro tardaba una media hora caminando en llegar y otro tanto para regresar).

Dentro de casa lo habitual es usar los modos Moonlight y Bajo para movernos a oscuras y como mucho el Medio si tenemos que buscar algo bajo un sofá o atinar con el cable HDMI detrás de la tele. Lo bueno es que en esos modos la automía es tan elevada que nos podemos olvidar de recargar en muchos días. En cualquier caso también os diré que para usar dentro de casa es más práctica una linterna con más capacidad de inundar de luz la estancia que de concentrarla en un haz estrecho.

En este caso no se trata de un modelo pensado para llevar en el llavero como otros más reducidos y ligeros; pero bien es verdad que en un bolsillo amplio apenas la vamos a notar ni por tamaño ni por peso. Ah, una cosa: no debéis cortocircuitar con algo metálico los contactos de carga de la Baton 3 porque aunque lleva una protección que evita el cortocircuito de la batería, sí que va a circular una pequeña corriente en esas circunstancias que hará que poco a poco vayamos perdiendo carga. Por tanto, bolsillo sí, pero mejor sin las llaves.

Conclusión

Olight ha vuelto a mejorar uno de sus modelos con mejor relación tamaño / prestaciones. La Baton S2R ya fue un buen avance sobre la S1 original por su capacidad de recargar la batería sin necesidad de sacarla de la linterna; pero en este caso sus prestaciones van un poco más allá y además se ha mejorado su superficie tanto a nivel técnico como práctico.

Su gran autonomía en sus modos intermedios, el trabajado modo Moonlight sin atisbo de PWM y la capacidad de lanzar ráfagas momentáneas de 1200 lumens la hacen una buena compañera de paseos por el monte al atardecer. En mi llavero tengo siempre una linterna de menor tamaño y prestaciones; pero cuando se haga de noche y me haga falta una iluminación consistente y fiable será la Baton 3 la que alumbre mi camino.

Actualización: Oferta flash 27-05-2021 a 29-05-2021

Hoy 27 de mayo de 2021 Olight, a través de su tienda oficial, ha lanzado unas ofertas especiales en muchos de sus modelos, incluyendo la Baton 3 en sus ediciones normal y premium. La promoción ha comenzado a las 10:00 y terminará el día 29 a las 2:00, por lo que la ventana de tiempo es limitada. ¡No lo dejéis pasar!

Más información

Código de descuento del 10% para los lectores del blog

Por cierto, comentaros que si en la tienda oficial de Olight utilizáis el código Luis10PereZ tendréis un 10% de descuento; si bien no es acumulable a otras promociones ni a la linterna X9R. Todo un detalle por parte de Olight que agradezco un montón y del que os podéis beneficiar si tenéis pensando comprar una linterna de la marca.

Review: Fenix E02R

Aun teniendo un modelo (la recién analizada E03R) que por su forma, tamaño y peso es perfecto para llevar junto a las llaves, en Fenix han decidido lanzar también un modelo de dimensiones diminutas y cuerpo cilíndrico siguiendo los cánones clásicos de este tipo de linternas tan prácticas: la E02R.

El cuerpo

Como ya habréis visto en la imagen anterior, estamos ante un modelo de forma cilíndrica, fabricado en aluminio anodizado 6061-T6 disponible en colores negro, marrón o azul, con unas dimensiones de 48 mm de largo por 15 mm de diámetro y un peso de apenas 15 gramos. De la alimentación eléctrica se encarga una batería interna de iones de litio con una capacidad de 120 mAh recargable a través de puerto microUSB.

Lo bueno es que este puerto queda oculto a la vista durante el normal uso de la linterna, ya que para acceder a él debemos desenroscar la cabeza y de ese modo podremos acceder al mismo. Con este diseño, el punto debil de muchas linternas de este tipo queda protegido de humedad y polvo gracias a la junta tórica que le da estanqueidad cuando la cabeza está en posición de apagado. La gran ventaja es que en este caso no hay posibilidad de desmontar la linterna en dos partes, ya que llega un punto en el que cabeza y cuerpo no siguen desenroscando y, por tanto, todo queda de una sola pieza y no perderemos ninguna de ellas.

Junto al propio puerto tenemos un pequeño LED que se iluminará en color rojo durante la carga de la linterna y en verde al finalizar la misma; algo que lleva aproximadamente una hora si tras el último uso hemos dejado la batería completamente agotada. Por tanto, aunque la autonomía no sea muy prolongada, al menos la recarga es realmente rápida. Mi única queja en este aspecto es que no se haya optado por emplear un puerto USB-C aunque sólo sea porque siempre vamos a acertar al instertar el conector.

Hablando de equipamiento, la E02R incluye en su caja además de la propia linterna, un cable de carga, una anilla de llavero, una junta tórica de recambio, un manual de instrucciones y una tarjeta de garantía. Lo habitual en las linternas de pequeño tamaño de la marca, vamos.

La mitad delantera del cuerpo (la cabeza; que en este modelo es algo más larga en comparación con otros similares) posee cinco ranuras longitudinales bastante anchas para mejorar el agarre y, sobre todo, facilitar su giro si tenemos las manos heladas o usamos guantes. Por su parte, la parte trasera tiene una zona de aproximadamente un centímetro con un grabado de finos anillos diseñada con la idea de que asiente mejor sobre nuestros dedos y no se nos resbale. Yo no la llamaría knurling como tal porque no tiene el típico patrón rugoso de otros muchos modelos, pero ahí está y algo ayuda a mejorar el agarre.

Por último, en la parte trasera tenemos el clásico rebaje en el que podemos colocar una anilla de llavero, una cadena, un paracord… Esta parte ha sido perfectamente torneada y por mucho que la miro no atisbo arista o imperfección alguna pese a ser una pieza con tantos recovecos que es complicada de ejecutar. La verdad es que los acabados son un aspecto en el que Fenix está destacando mucho últimamente, ya que también me pareció uno de los puntos fuertes de la E03R.

Lo malo del diseño de esa parte de la linterna es que la impide hacer tailstanding; ya que aunque es de forma plana es tan estrecha que no es capaz de permanecer en esa posición de forma estable. Por tanto, su diseño está pensado para llevarla en nuestro llavero de forma cómoda y eficaz, pero no para iluminar una estancia de forma estática apuntando hacia el techo.

No he mencionado antes que el aluminio del modelo que hoy analizamos recibe en su superficie un tratamiento de anodizado duro tipo III que la protegerá frente a roces; pero viviendo en un bolsillo apretado junto a llaves con aristas afiladas, monedas de cantos duros y demás cacharros que no paran de frotarse contra ella, poco a poco se irá limando dejando a la vista el aluminio desnudo como habéis podido ver en aquel artículo que mostraba como envejece una linterna de aluminio frente a otra de titanio.

Por cierto, al igual que en la E03R, en la parte frontal tenemos grabado el número de serie de la linterna así como una advertencia sobre la elevada temperatura que puede alcanzar esa parte del cuerpo. Como en aquella ocasión, os comentaré que la linterna no llega a quemar por mucho que usemos el modo Alto y, por tanto, la razón de ser de la advertencia debe de ser más por un tema legislativo que por un peligro de quemadura real.

La linterna cuenta con especificación IP68 de resistencia a los elementos, lo que la convierte en sumergible a dos metros de profundidad durante media hora y totalmente resistente al polvo. En cuanto a las caídas, debería soportar sin grandes destrozos «aterrizajes» desde 1 metro de altura.

En definitiva, estamos ante un modelo muy liviano y que apenas abulta, lo que hará que no nos moleste en el bolsillo en ningún momento y que además posee un cuidado diseño con una alta precisión de fabricación.

La luz

El LED que se encarga de proporcionar la luminosidad que da la E02R es un Cree XP-G2 S3, ofreciendo un haz regular y muy blanco, sin zonas irregulares, manchas de luz ni anillos exteriores; algo a lo que la lente TIR montada directamente sobre el emisor contribuye de forma decisiva.

Este tipo de linternas suelen tener uno o dos modos; y este último caso es el de la que hoy estamos analizando. Los dos modos disponibles, su alcance y sus respectivas autonomías son los que os detallo a continuación:

  • Bajo: 15 lumens, 13 metros (6 horas y media)
  • Alto: 200 lumens, 49 metros (25 minutos)

El cambio de modos se realiza de la siguiente manera: partiendo de la posición de apagado, si vamos enroscando la cabeza llegaremos a un punto en el que vemos que la linterna se enciende. En ese momento estamos en el modo Bajo de 15 lumens. Si seguimos enroscando un poco más pasaremos al modo Alto con sus 200 lumens. Para volver al modo Bajo desenroscamos ligeramente y si seguimos desenroscando apagaremos la linterna. Así de sencillo. Por tanto, en esta linterna no hace falta incluir ningún tipo de bloqueo; ya que por su modo de funcionamiento tenemos un bloqueo físico de por si.

En cualquier caso, lo que sí incluye esta linterna es un modo de regulación por temperatura el cual baja la potencia de emisión si detecta que la E02R se está calentando más de la cuenta. Estos sistemas de protección son en la actualidad muy necesarios puesto que en los últimos meses los fabricantes sacan cada vez más lúmens en modelos más pequeños, por lo que la disipación del calor es un tema clave para no afectar a la electrónica interna y/o la batería integrada.

En todo caso, estuve usando la linterna en exteriores en modo Alto continuamente hasta que se agotó la batería y no percibí bajadas de intensidad hasta que la batería empezó a flaquear; de modo que al menos en invierno y por la calle no parece que el sistema vaya a actuar demasiado. Tendré que repetir esta prueba en pleno mes de julio a ver qué pasa.

Como todos los modelos que van pasando por mis manos desde hace un tiempo, me llevé la E02R a la arboleda donde pruebo la iluminación que ofrece cada linterna en un entorno real y he de decir que en su modo Alto la pequeña Fenix alumbra un montón. Es una pena que la autonomía sea algo escasa en dicho modo (algo lógico debido al minúsculo tamaño de este modelo) porque como vais a poder ver a continuación podemos usarla para iluminar nuestro camino perfectamente y distinguir lo que nos espera bastantes metros por delante.

El haz en el modo Alto no es demasiado ancho pero sí lo suficiente como para alumbrar lo que tenemos delante y mantener a la vista los laterales del camino. Por su parte, el modo Bajo con sus 15 lumens nos servirá para alumbrar nuestros pies si vamos caminando a paso tranquilo por una zona de suelo muy regular y en buen estado, pero no esperéis ver con claridad mucho más allá.

Las sensaciones

La E02R es una de esas linternas que da gusto tener en la mano. Normalmente las precisiones y tolerancias de los procesos industriales de mecanizado son fijas y, por tanto, las imperfecciones se notan más en modelos de pequeño tamaño. Sin embargo, en los últimos modelos que Fenix está lanzando al mercado la realización física de la linterna es simplemente perfecta: no hay irregularidades, no se aprecian aristas de ningún tipo, no hay desajustes en las roscas… Como os digo, el nivel de precisión empleado en la factoría de la marca es sencillamente asombroso.

Además, en las últimas linternas de este tipo que han ido saliendo al mercado, tenemos un rendimiento lumínico espectacular. De hecho, la cantidad de lumens que ofrece una linterna más pequeña que vuestro pulgar está muy por encima de aquellas Maglite clásicas que pesaban un kilo y llevaban cuatro pilas tipo D para dar 80 lumens como máximo. Lo único bueno de aquellas en comparación es que las podíamos usar como arma arrojadiza o a modo de maza para abrir almendras en el campo.

Me gusta mucho lo pequeña que es la Fenix E02R y lo poco que se nota su presencia en nuestro bolsillo. Además, al tener formas muy redondeadas no la notaremos clavarse en nuestra pierna al sentarnos como sí ocurre con modelos de mayor tamaño. Digamos que las linternas que usan una pila AAA ya estarían fuera del límite de la inadvertencia que sí cumple el modelo que hoy estamos viendo.

Conclusión

Fenix a venido a pelear con su E02R a un sector de las linternas en el que hay multitud de contendientes. De hecho, que hayan pasado por aquí coincidiendo en filosofía de uso y forma constructiva tenemos cuatro modelos: Wuben G338, Trustfire Mini-07, Olight i1R 2 EOS y Trustfire Mini2; casi nada.

Como podéis apreciar en la fotografía que tenéis sobre estas líneas la E02R es unos milímetros más larga que sus rivales, pero también hay que reconocer que comparadas con la típica moneda que pongo, todas ellas son de un tamaño irrisorio. Lo malo de las tres que tenéis a la derecha es que en todos los casos se pueden desmontar en varias piezas y por tanto el riesgo de perder alguna de ellas siempre está presente.

En cualquier caso, por practicidad y prestaciones su mayor rival es la pequeña de las Olight, ya que esta tiene también esa característica que tanto me gusta de que la linterna no se divide en dos para acceder al puerto de carga, lo que nos puede ahorrar más de un disgusto tratándose de piezas de tan pequeño tamaño. Eso sí, la E02R tiene la ventaja de ofrecer 50 lumens más (200 frente a 150) y una autonomía superior en el modo Alto (25 minutos frente a 15).

En definitiva, un modelo muy recomendable que os sacará de muchos apuros sin notar que la llevamos encima y que destaca especialmente por el esmero que han puesto en su fabricación.

Más información

Review: Nitecore TIP SE

La Nitecore TIP2 me pareció un modelo sobrio, potente y funcional, así que la aparición de la TIP SE (una reencarnación del modelo original pero con doble LED) hizo que quisiera tenerla en mis manos y así poder probarla en profundidad. Además, esto me permite estar un paso más cerca de tener al menos una variante de cada uno de los modelos que componen la serie T de la marca.

El cuerpo

La TIP SE está compuesta por un cuerpo de aluminio anodizado fabricado por estampación de dos piezas que luego se atornillan entre si albergando en su interior tanto la batería como la electrónica de control. Está disponible en colores negro o gris y por el momento la marca no se ha animado a comercializar una edición en cobre como en el caso de la TIP original o la TINI. Por cierto, en esta ocasión he decidido innovar un poco y elegir el tono más claro; y es que en los últimos tiempos parece que me estoy empezando a aburrir del típico negro de la mayoría de las linternas.

Este modelo posee una forma bastante plana que de hecho es prácticamente igual a la de su antecesora a excepción del frontal. Esto es un punto a favor, ya que gran parte de la culpa de que no me ha haya hecho con una TIP es porque consideraba que la parte tubular que alojaba al emisor era bastante fea. Ahora esa zona tiene un acabado mucho más elegante, estando rematada por un marco negro de bordes suaves y achaflanados.

Rematando el frontal tenemos los dos LEDs gemelos frente a los cuales hay una lente TIR ovalada y de aspecto mate pero con una ventana circular frente a cada emisor, haciendo así que pensemos en unos ojos cuando miramos esa parte de la linterna. Su aspecto desde este punto de vista es muy similar a la TIP 2, pero en este caso al ser de forma oval da la impresión de ser mucho más ligera.

Los dos botones de control son de goma, con unas formas perfectamente cuadradas y de tacto preciso. Como en casi todas las Nitecore actuales, con uno de ellos apagaremos y encenderemos la linterna y con el otro cambiaremos de modo; aunque luego veremos que tienen alguna que otra utilidad adicional.

La linterna posee una batería interna de litio de 500 mAh que se recarga a través de un puerto USB-C que existe en uno de sus laterales. Celebro que Nitecore haya dado el salto a este tipo de conector que ya llevo tiempo diciendo que debería de convertirse en el estándar de carga de todos los dispositivos portátiles. Ah, según la marca por su propio diseño interno no necesita tapa de protección de forma que aunque se moje en teoría no hay problemas de que entre humedad al interior ni que haga algún tipo de cortocircuito (de hecho en las imágenes oficiales de la TIP SE esta aparece bajo la lluvia sin ningún tipo de tapa en el conector de carga).

Podemos ver que las dos caras principales de la linterna poseen una serie de rebajes enfrentados, los cuales son para fijar la pinza plástica que viene junto a ella. Al igual que en la TIP2 la encuentro algo endeble y no confiaría la vida de mi TIP SE a ella, pero se agradece el detalle para aquellos que quieran usarla con las manos libres colocándola en la visera de una gorra o en el tirante de una mochila. Además, si colocamos la pinza por la cara de los botones evitaremos su activación accidental, ya que no hay forma de bloquear la linterna «por software» como sí podíamos hacer por ejemplo en la Thumb. Siguiendo con la carcasa, los tornillos que fijan ambas caras son de tipo torx y tienen un tamaño microscópico.

Hablando de fijaciones, en la parte trasera cuenta con el típico doble herraje de lado a lado para colocar ahí una anilla de llavero o un paracord. Como de costumbre, Nitecore presume de que podemos colgar de ahí hasta 30 Kg de peso, lo cual da una idea de lo resistente que es pero no se me ocurre ninguna utilidad práctica a poder levantar una mesa de comedor atada a nuestra linterna EDC.

Por cierto, en la caja vienen dos anillas de llavero de diferentes tamaños además de un mosquetón pequeño, por lo que entre esto y la pinza que os decía antes seguro que encontráis la forma perfecta de llevar esta linterna a todos lados.

Según Nitecore la resistencia a los elementos viene dada por la certificación IP54, que es la misma que la TINI con la que he podido comprobar en mis propias carnes que no aguanta una ducha doméstica sin que le entre humedad al interior a través de los botones. Por tanto, no crucéis un río con ella en el bolsillo si no queréis desarmarla de urgencia antes de que cortocircuite algo por dentro. Lo máximo que aguanta es un chaparrón más o menos fuerte, de modo que mejor no pasar de ahí.

En cuanto a los golpes, se supone que aguantaría caídas de un metro sin dañarse; pero como de costumbre la realización de esa prueba os la dejo a vosotros.

La luz

El modelo que hoy analizamos recurre a dos LED Osram P8 para iluminar nuestro camino. No es mi opción favorita porque siempre sacan un cierto halo amarillento en la parte exterior del haz de luz, pero aún así esto es algo que sólo apreciaremos en paredes blancas lisas, no siendo un gran problema en el mundo real donde la iluminación la vamos a percibir de forma suave, homogénea y progresiva de interior a exterior. Es por tanto una linterna que tiende a inundar de luz nuestro alrededor más que a alcanzar grandes distancias.

La TIP SE posee cuatro modos de funcionamiento que de menor a mayor ofrecen las siguientes características:

  • Bajo: 1 lumen, 4 metros, 50 horas
  • Medio: 30 lumens, 18 metros, 8 horas
  • Alto: 180 lumens, 45 metros, 1 hora y 30 minutos
  • Turbo: 700 lumens, 90 metros, 15 minutos

Si queremos dejar fijo uno de los tres modos principales, debemos encender la linterna con el botón de encendido y cambiar entre Bajo – Medio – Alto mediante pulsaciones breves del botón de cambio (el de las cuatro rayas). La TIP SE tiene memoria de modo, lo que quiere decir que al volver a encenderla lo hará en el último modo que hayamos empleado.

Para acceder momentáneamente al modo Turbo con la linterna encendida lo que debemos hacer es mantener pulsado el botón de cambio de modo, de forma que mientras lo mantengamos así estará iluminando a 700 lumens volviendo al modo anterior en cuanto dejemos de pulsarlo.

Existen también un par de «accesos directos» con la linterna apagada: si mantenemos pulsado el botón de cambio de modo accederemos directamente al modo Turbo, pero si el que mantenemos pulsado es el botón de encendido al que accederemos directamente es al modo Bajo. Dos atajos muy útiles tanto para situaciones que requieren mucha luz en un instante determinado como en aquellas que nos queremos asegurar de que la linterna se enciende en el modo más bajo posible. En ambos casos la linterna permanecerá en el modo activado hasta que toquemos otro botón (cambio de modo para entrar en la rueda de «Bajo – Medio – Alto» o apagado para volver al mundo de la oscuridad).

Independientemente de todo lo anterior, la linterna tiene un control interno de temperatura de tal forma que si detecta mucho calor en su electrónica interna (cosa que en la práctica sólo va a ocurrir usando el modo Turbo) bajará la intensidad lumínica para mantenerse en unos márgenes de seguridad aceptables evitando así dañar la batería o la electrónica interna.

Para recargar la batería debemos de conectarle un cable USB-C a la linterna, momento en el que el LED rojo que hay bajo el botón de encendido se pondrá a parpadear y el proceso llevará algo menos de hora y media tras el cual pasará a verde. Comentar que mientras la estamos cargando es posible utilizar la linterna, de modo que podemos hacer con ella una especie de lámpara que nos vendrá muy bien dentro de una tienda de campaña o similar; aunque para esto hubiera venido bien incluir algún tipo de difusor para así crear una luz más ambiental.

Por cierto, no aprecio (al menos a simple vista o en la cámara) regulación por PWM en ninguno de sus modos. No digo que no la emplee, porque es posible que así sea al menos en el modo Bajo, pero de hacerlo la conmutación es de tan alta frecuencia que no soy capaz de notarla, así que bien por Nitecore; ya que en modelos como la TIKI era algo bastante molesto.

Las sensaciones

El tacto de la TIP SE me gusta mucho. Es suave, las terminaciones son muy buenas y además el frontal está perfectamente rematado gracias al marco de plástico que rodea a la lente TIR. Por su forma y dimensiones es una linterna que va perfectamente en el típico bolsillo pequeño para las monedas que suelen llevar los pantalones vaqueros y al no tener esquinas marcadas es muy cómoda de llevar en la mano.

La luz sorprende, por su intensidad y también por lo bien que se distribuye. El tinte amarillento de la zona externa que os comentaba hace unos párrafos sólo se distingue si apuntamos a una pared blanca, pero en el uso cotidiano lo que vamos a percibir es una capacidad de iluminar sorprendente para una linterna de este tamaño.

 

En mi habitual lugar de pruebas pude comprobar cómo la TIP SE aporta una buena iluminación, si bien en esas circunstancias el modo Bajo no tiene gran utilidad porque con un lumen nos alumbra poco más que los pies al caminar. El modo Medio ya es suficiente para vislumbrar unos metros si estamos dando un paseo a ritmo tranquilo y el Alto lo veo bien para correr o para terrenos accidentados.

El modo Turbo tiene su utilidad para alumbrar a lo lejos porque queremos ver hacia donde gira el camino o porque hemos visto algo «raro» en la lejanía y queremos asegurarnos de saber qué es antes de estar más cerca (zombies, osos polares, vendedores de romero…). La ráfaga de 700 lumens que pega la TIP SE es potente y nos permitirá inundar con luz todo nuestro entorno como muestra la foto que os pongo a continuación y que está hecha en completa oscuridad.

Como se puede apreciar, el haz de luz ilumina el camino claramente hasta bastantes metros más allá de nuestra posición pero también es capaz de arrojar luz hacia los lados distinguiendo los elementos que ahí se encuentran, siendo por tanto bastante útil para controlar nuestros alrededores mientras nos movemos en entornos oscuros.

Conclusión

La TIP SE es prima hermana de la TIP2. Perdemos el potente imán en la base de esta última, pero ganamos la carga por USB-C y un aspecto y tacto algo más estilizados. Por tanto, dentro de la propia marca yo os recomendaría haceros con una de las dos (excepto que, como en mi caso, sea por motivos de coleccionismo) ya que ocupan el mismo segmento y no le veo grandes ventajas a una sobre la otra.

Al margen de esto, como linterna «en solitario» me gusta mucho por la cantidad y calidad de luz que da, lo cómoda que es en la mano y lo bien implementada que está su interfaz de usuario. Sólo echo en falta algún modo de bloquear la linterna sin tener que recurrir a poner la pinza sobre los botones de control, pero aun así creo que es una muy buena linterna EDC.

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Review: Olight i5T EOS CU

Ya conocía la Olight i5T EOS puesto que suelo recorrer el mundillo linternero y estoy muy al tanto de lo que va saliendo sobre todo en formato pequeño que, como sabéis, es el que más me motiva. Y he de reconocer que se trata de un modelo que no había despertado mucho interés en mí, ya que al final no es más que una linterna cilíndrica alimentada por una pila AA que cuenta con dos modos de 15 y 300 lumens, clip desmontable e interruptor trasero. Nada emocionante, vaya.

Sin embargo, en una visita fugaz a una tienda especializada al norte de Madrid, me topé con la última unidad en stock de la edición en cobre (limitada a 18000 piezas y que actualmente ya no se fabrica) de modo que no me lo pensé dos veces y me hice con ella para así unirla a ese selecto club formado hasta hoy en mi caso por la Olight i3E-Cu EOS y la Nitecore TINI Cu.

El cuerpo

Al igual que en la i3E-Cu EOS, el cuerpo de la linterna está fabricado a base de cobre puro mecanizado. Es decir, que no es una pieza cilíndrica de cualquier material malucho con un fino recubrimiento de cobre; sino que todo el cuerpo está compuesto del famoso metal color salmón que, tras su llegada al mundo, empezará a variar su aspecto en función de las condiciones a las que se vea sometido.

Precisamente para que sea el usuario el que decida ese momento preciso, la linterna viene envuelta en una lámina de plástico a la que se le ha extraído todo el aire y en ella se ha incluido un sobre que contiene algún tipo de sustancia que previene la oxidación del metal. En vuestras manos queda la opción de dejarla eternamente ultraconservada al vacío (dan ganas de meterla en el congelador) o bien sacarla del blister y empezar a disfrutar de ella.

Una vez que tenemos la i5T en nuestras manos, observamos que sus dimensiones son de 95 mm de longitud por 18 mm de diámetro, parando la báscula en 105 gramos incluyendo la pila alcalina AA necesaria para su funcionamiento. Sí, tiene cierto sobrepeso; pero es algo habitual en todas las linternas de cobre en comparación con sus equivalentes de aluminio porque la densidad de este material es 8,9 gr/cm3 frente a los 2,7 gr/cm3 del aluminio; es decir, que es aproximadamente tres veces más pesado.

Como veis en las fotografías, el cuerpo posee una doble ranura helicoidal que además de ser bastante original recorre todo el cuerpo a modo de knurling, lo que consigue que el agarre sea tan cómodo como eficaz. Además, el tacto del cobre favorece este buen agarre, ya que suele ser más «pegajoso» que el siempre resbaladizo aluminio.

Podemos distinguir dos zonas con inscripciones directamente realizadas sobre el metal: el nombre de la marca grabado en la parte delantera del cuerpo así como el modelo, su número de serie y el logo CE grabados en la parte trasera. Por mi experiencia con la i3E-Cu os puedo decir que aunque de primeras las inscripciones se vean muy bien, cuando va pasando el tiempo cada vez se difuminan más hasta el punto de apenas poder distinguirlas a no ser que limpiemos la linterna a conciencia.

Todo el control de este modelo de Olight está centralizado en el único botón que esta posee; pero a diferencia de la gran mayoría que han pasado por aquí no está en un lateral del cuerpo sino en su parte trasera. Estamos, por tanto, ante una linterna de tipo tailswitch muy del estilo de las que salen en las películas de detectives incluyendo el típico click al pulsarlo. Por supuesto, por el diseño de esta parte no hay posibilidad de hacer tailstanding de ninguna manera.

Me llama la atención que la i5T no dispone de ningún modo de colocarle una correa al no disponer de oquedad o rebaje alguno en el cuerpo. Y me parece curioso porque en otros modelos de la marca sí que tenemos esa posibilidad, por lo que no sé por qué en este caso han decidido prescindir de esta opción. La única forma sería haciendo un lazo en el agujero superior que tiene la pinza que trae montada de serie; pero no está pensado para eso y ante un tirón fuerte la pinza se podría soltar del cuerpo acabando con la i5T en el duro suelo, por lo que yo lo descartaría.

Hablando de la pinza, esta no es de cobre; sino que está fabricada en latón oscurecido. De primeras tiene un tono algo más parduzco que el cuerpo de la linterna, pero dependiendo de cómo vaya envejeciendo tiene pinta de que los tonos se irán igualando con el paso del tiempo. No soy yo muy de pinzas en las linternas; pero reconozco que al quitársela (es desmontable, símplemente va a presión) la i5T queda un poco sosa y además consigue que mejore su agarre cuando la tienes en la mano. Aparte de esto, por su curioso diseño esta es reversible sin necesidad de moverla de la posición que veis en las fotos, ya que podemos engancharla en uno u otro sentido gracias a su doble curva superpuesta.

A modo de curiosidad, en este artículo voy a incluir un vídeo que he grabado sacando la linterna de su envoltorio al vacío para que veáis por vosotros mismos como es ese momento en el que «nace» una linterna de cobre; ya que a partir de ese preciso instante comienza a envejecer inexorablemente por el oxígeno que hay en el aire. Desde luego que no es ninguna maravilla de la técnica, pero me apetecía inmortalizar el momento y compartirlo con vosotros.

La parte trasera de la linterna, que es desenroscable porque es por ahí por donde se introduce la pila AA que utiliza, también está fabricada en cobre; tanto el exterior como la rosca interior, la cual posee una junta tórica de color rojo para asegurar su estanqueidad. Cuenta además con un estriado vertical muy marcado que nos permitirá girarla sin ningún problema.

El botón tiene un tacto duro que hará que no se nos encienda en el bolsillo de la chaqueta por accidente. Aun así, si vais a transportar la linterna en un sitio cerrado y apretado (bolso, mochila, bolsillo de vaquero, etc) lo más recomendable es sacarle la pila para evitar encendidos por accidente y encontrarnos sin autonomía cuando más falta nos haga.

En lo que a resistencia a los «accidentes» se refiere, Olight asegura que su linterna posee certificación IPX8 (lo que la convierte en sumergible) y que puede soportar caídas desde 1,5 metros de altura. Sea como sea, no os recomiendo que probéis la resistencia a los golpes porque el cobre es un material relativamente blando y se marcará en cuanto aterrice con cierta fuerza sobre una superficie sólida.

Por cierto, aunque hay gente que lo ha probado, Olight no recomienda usar baterías recargables de litio en este modelo, ya que podemos cargarnos el LED y/o su electrónica de control. Sólo pilas AA de 1,5 voltios ya sean alcalinas o recargables Ni-MH, tenedlo en cuenta.

La luz

Olight ha decidido equipar a la i5T con un LED Osram P9, que nos va a dar una luz algo más cálida de lo habitual; pero que también provoca que en la zona central del haz proyectado aparezca un anillo algo amarillo, siendo la corona exterior de un blanco bastante homogéneo. Aun así, esto es algo que sólo percibiremos si apuntamos a una pared blanca, porque en el mundo real la luz se distribuye bastante bien.

En cuanto a los modos de funcionamiento, la i5T posee sólo dos que se distribuyen de la siguiente forma:

  • Alto: 300 lumens (3 minutos) –> 150 lumens (25 minutos) –> 30 lumens (122 minutos)
  • Bajo: 15 lumens (20 horas)

Como podéis ver, el modo alto no es constante sino que tiene tres niveles que se van activando mediante un temporizador interno. Siendo una linterna que funciona mediante una pila alcalina esto no se ha hecho por evitar picos de temperatura (nunca va a representar un problema en la i5T) sino para prolongar la autonomía en la medida de lo posible.

La forma de cambiar entre ambos modos es mediante el uso del botón trasero. Por defecto la i5T siempre enciende en el modo bajo y para pasar al alto tendremos que apagar y volver a encender en menos de dos segundos; cosa que de primeras a veces cuesta un poco por el tacto duro del botón.

Además, ese tacto tan sólido hace que podamos usar la linterna de modo temporal símplemente manteniéndolo ligeramente apretado y si ya queremos dejarla encendida sólo tenemos que hacer algo más de fuerza para que se hunda un poco más y se enclave.

Por cierto, me llama mucho la atención que en esta linterna el modo alto no se enciende de forma instantánea; sino que lo realiza mediante una rampa de apenas décimas de segundo que hacen que percibamos ese cambio de intensidad de una forma gradual y muy agradable. Me parece un detalle elegante y original, la verdad.

Como en tantos otros modelos actuales, la i5T cuenta con un reflector TIR transparente para distribuir la luz emitida por el LED de una forma controlada y estudiada por los diseñadores de Olight. Como ya os he dicho muchas veces, no tienen el encanto de los reflectores de piel de naranja pero hay que reconocer que son más eficientes.

Las sensaciones

En comparación con las linternas que suelo emplear (EDC del tamaño más pequeño posible) la Olight i5T EOS CU se nota más grande y, sobre todo al ser de cobre, más pesada; pero esto también consigue que seamos capaces de agarrarla de forma sólida y segura.

Y aunque en cualquier linterna de este metal el agarre es muy bueno, en esta i5T lo es más todavía gracias a las ranuras helicoidales que recorren su cuerpo y a la forma prominente de la pinza que trae adosada. Además, estas ranuras quedan más protegidas del sudor de las manos y del roce del entorno, lo que hace que al final conserven un tono diferente al de la parte superficial, así que aunque al principio su aspecto es homogéneo y muy discreto, al cabo del tiempo acaban haciendo contraste.

Un detalle que no me ha gustado nada es que la pila venga de fábrica puesta dentro de la linterna. Es verdad que lleva un círculo de plástico que aisla el polo negativo del muelle de la parte posterior de la linterna y que antes de usarla debemos retirarlo; pero siendo una pila alcalina que puede ser propensa a fugas lo veo un riesgo que se podía haber evitado colocándola suelta en la caja como se suele hacer en la mayoría de los casos.

Hace unos meses se me sulfató una pila AAA dentro de una Fenix E01 y además de que tuve que hacer ingeniería de minas para sacarla de ahí (taladrar la pila, meterle un tornillo, echarle aceite, tirar con alicates…) al final el interior del cuerpo de la linterna se ha quedado lleno de sulfato y ahora si meto otra pila luego no sale con facilidad.

¿Por qué se ha metido una pila alcalina AA en el interior de una linterna de edición limitada fabricada en cobre que algunas personas querrán conservar eternamente en su funda al vacío? Pues no lo sé, pero es muy posible que con el paso de los años la pila se sulfate y acabe provocando daños en su interior tanto al cobre como a la placa electrónica que allí se encuentra.

Pero bueno, sea como sea, he de decir que el tacto de la linterna es exquisito; especialmente la rosca de la parte trasera que además de estar perfectamente torneada, al ser de perfil cuadrado es sólida y ajusta a la perfección. Algo a lo que contribuye el material de la linterna, pues en otros como el titanio el roce de metal contra metal tiene un tacto arenoso y no produce la agradable sensación que tenemos en esta Olight de cobre.

Usándola por mi pista de pruebas habitual pude ver que el haz se reparte muy bien y es muy homogéneo. Para dar una vuelta si estamos en completa oscuridad puede llegarnos con el modo Bajo porque al final la vista se acaba acostumbrando, pero por su alcance sólo nos servirá para suelos llanos en los que queremos tener controlado lo que pisamos y poco más. Para tener un alcance ya bastante digno debemos utilizar el modo Alto que con sus 300 lumens nos va a permitir ver las cosas a unos cuantos metros de distancia.

Os voy a dejar a continuación unas imágenes para que os hagáis una idea de lo que se veía sin iluminación y lo que podemos llegar a ver con la i5T en su modo Alto.

Llevo usándola ya unos días y veo que está empezando a oscurecerse ligeramente de tanto manosearla. Tal y como sospechaba, las ranuras helicoidales siguen teniendo más o menos su color original por estar menos expuestas y ya empiezan a contrastar con la parte más externa del cuerpo, logrando un acabado elegante y muy personal. Os dejo una foto a continuación, ya que el resto que ilustran este artículo están hechas el día que la saqué de la bolsa al vacío, pero esta es de unos diez días después.

Conclusión

No os voy a decir que os compréis esta versión de la i5T porque ya está descatalogada y no creo que vaya a ser fácil de encontrar a estas alturas. Pero más allá de tal o cual modelo, lo que sí os recomiendo es que os hagáis con algún modelo de cobre porque aunque al principio yo también pensaba que era una tontería, es estupendo ver cómo van cambiando de aspecto con el paso del tiempo y cómo el material tiene un tacto especial que no te proporciona ningún otro de los empleados para fabricar linternas.

Sin ir más lejos, al tener una conductividad térmica bastante alta, aunque al cogerla la notéis fría enseguida se va a calentar porque el calor de vuestras manos pasa con rapidez al cobre; y esto es algo que siempre me llama la atención cuando a lo mejor la he dejado en la guantera del coche o en el bolsillo de un abrigo a la intemperie.

En cuanto a la linterna como tal, por características no me llama mucho la atención, ya que como os decía al principio del artículo es una de tantas con forma cilíndrica, dos modos de funcionamiento, pila AA y botón trasero. Y es que para mí, la gracia de este modelo es el material del que está hecho, ya que por si sólo es capaz de convertir una linterna del «montón» en un ejemplar muy especial.

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Review: Nitecore Thumb

Dentro de la serie T de Nitecore la Thumb es, con diferencia, la que menos me atraía; pero recientemente la pusieron de oferta en Amazon a poco más de 20 euros y decidí hacerme con ella para comprobar por mí mismo sus virtudes y sus defectos además de por puro coleccionismo.

El cuerpo

La Thumb pertenece a la época de la Nitecore Tube y de hecho la podemos considerar su hermana mayor. Si la Tube era un modelo reducido, simple y con funcionalidad básica, la Thumb aún basándose en los mismos principios posee más potencia y más funciones como iremos viendo; aunque ya os adelanto que tampoco es que sea la panacea de las linternas EDC.

Su peso es de 25 gramos y sus dimensiones son de 74 x 24 x 16 mm que hacen que, comparada con los modelos que están saliendo al mercado hoy en día, en la mano se nota ligeramente grande pero no incómoda. Su simpleza es tal que no dispone de reflector ni lente TIR para sus dos emisores LED de 5 mm, por lo que su luz se dispersa en todas direcciones. Útil como iluminación ambiental pero poco práctica si necesitamos concentrar la luz en un elemento o zona determinada.

El cuerpo está fabricado en policarbonato negro, con una forma más o menos plana, los dos LEDs que os decía antes al descubierto en la parte frontal, una ventana transparente en la parte superior (tras la que incorpora dos LEDs rojos de baja potencia) y dos botones de control, siendo cada uno de ellos para los LED de cada color.

En un lateral lleva, tras una tapa de goma, el puerto de carga microUSB (la linterna no incluye cable, por lo que tendréis que usar uno de los cientos que tendréis por casa) para energizar su batería interna de litio no reemplazable de 220 mAh. Mientras cargamos la batería se encenderá un LED de color rojo que está justo en medio de los dos auxiliares, y es que no entiendo por qué no han usado uno de estos para notificar el proceso de carga en lugar de añadir otro. Cuando la carga finaliza (cosa que, incomprensiblemente para una batería de esta capacidad, lleva más de dos horas) dicho LED se iluminará en color verde para avisar de este hecho.

En la parte inferior incorpora una pinza plana de acero inoxidable bastante fuerte y que nos permitirá enganchar la linterna a nuestra ropa, a la visera de una gorra o a un fajo de billetes de 500 euros por poner tres ejemplos rápidos. En la parte posterior incorpora la ya habitual «asa» que muchos modelos de la marca implementan donde podemos colocar una de las dos anillas de llavero que trae la caja de la linterna. Por cierto, Nitecore asegura que esta sujección es capaz de soportar hasta 35 Kg, así que podéis usar la Thumb para colgar de ella un saco de cemento, una cajonera de Ikea o una batería de camión sin problema.

La característica más peculiar de la Thumb es que su cabeza es basculante 120 grados. Es decir, que si sostenemos la linterna normalmente podemos hacer que la luz salga hacia el frente o bien ir inclinando la parte frontal para que el haz de luz vaya apuntando hacia el cielo en mayor o menor medida hasta un máximo de 120 grados, con lo que en tal caso nos estaríamos iluminando la cara.

Esto es útil sobre todo combinándolo con la pinza que os dećia antes, ya que nos permitirá apuntar el haz de luz a nuestro gusto porque podremos colocar la linterna, por ejemplo, en el cinturón y girar su cabeza 90 grados para apuntar hacia el frente. En una linterna «normal» haciendo esto estaríamos apuntando el haz de luz hacia el cielo, pero con el giro de la cabeza podemos dirigirlo hacia donde nos convenga.

Lo que ocurre es que aunque es verdad que se nota el cambio de ángulo, al estar los LEDs al descubierto en general emiten una iluminación global y difusa que incluso molesta a nuestros ojos llevando la linterna en horizontal debido a que son visibles desde casi cualquier ángulo y por tanto deslumbran un poco.

Lo idóneo hubiera sido aplicar este sistema basculante a una linterna «de cabeza cerrada» como por ejemplo, dentro de la misma marca, la TIP2; si bien esto hubiera comprometido otros aspectos de ella como la robustez o la estanqueidad.

La luz

Habiendo hecho un trabajo tan bueno con la regulación de la Tube y sus «infinitos» niveles de brillo entre el Moonlight y los 45 lumens que llegaba a alcanzar no entiendo cómo han podido diseñar una interfaz tan mala para esta Thumb siendo coetáneas; y es que más allá de que el haz de luz de los LEDs principales sea poco direccional o que el tacto de la cabeza sea un poco blando, lo peor es la interfaz de usuario que se han marcado. Os cuento:

Con la linterna apagada un click en el botón de la parte delantera nos lleva directamente al modo Alto, otro al Medio, otro al Bajo y otro más al Parpadeante todos ellos referidos a los dos LEDs principales. Si la linterna está maś de 3 segundos en un modo, el siguiente click la apagará directamente.

En cuanto a los LEDs rojos auxiliares, partiendo de la posición de apagados, si hacemos un click en el botón de la parte trasera los encenderemos fijos, con otro click iremos al modo parpadeante (a una frecuencia más rápida que la de la luz principal) y con otro más la apagaremos. Igualmente, si pasan más de 3 segundos en el modo fijo, con el siguiente click los apagaremos.

Por cierto, los modos que posee y sus autonomías asociadas son los siguientes:

  • Alto: 85 lumens (45 minutos)
  • Medio: 30 lumens (2 horas 15 minutos)
  • Bajo: 2 lumens (22 horas)
  • Rojo: 0,25 lumens (13 horas)

Se nota un montón que este modelo ya tiene unos años (salió allá por 2016) porque no entiendo cómo no han diseñado una interfaz de usuario como la que llevan los modelos actuales con la que, por ejemplo, con un doble click (o un click prolongado) pasas directamente al modo Moonlight y atajos de ese tipo. Creo que hubiera sido mucho más últil que meter dos botones independientes completamente desaprovechados como le ocurre a esta Thumb en la que todo se controla a base de clicks sencillos y temporizadores internos. También hubiera sido buena cosa hacer como en la Tube que la linterna arrancara siempre en modo bajo y luego manteniendo pulsado el botón correspondiente se fuera incrementando la intensidad lumínica hasta el máximo posible; pero por lo que sea han decidido que no sea así.

Hay un modo de bloqueo y desbloqueo bastante simple que consiste en que si pulsamos los dos botones a la vez las luces auxiliares rojas emiten un breve parpadeo y ese es el indicativo de que ha cambiado el estado del bloqueo. Si estando bloqueda tocamos algún botón los LEDs rojos parpadearán un momento para indicarnos que debemos desbloquearla si queremos usarla. En cualquier caso, los botones tienen un tacto firme y están bastante enrasados, por lo que sería cuestión de mala suerte que se nos encendiera en el bolsillo; pero aun así está bien contar con la posibilidad del bloqueo para evitar sorpresas indeseadas.

Por cierto, se pueden emplear ambas luces a la vez en todas las combinaciones imaginables. Mucha utilidad no le veo, pero bueno, si somos capaces de acoplarla en vertical a una bicicleta nos permitiría ver algo hacia delante con los LED principales y que nos vean los que vengan por detrás haciendo uso del modo parpadeante de los LED rojos auxiliares.

En cuanto a resistencia al agua y al polvo, Nitecore certifica que la linterna es IP65 y sobre los impactos dicen que soporta caídas de hasta 1 metro sin romperse. Desde luego la prueba de la ducha la ha pasado teniendo cuidado de tener la tapa del puerto de carga bien cerrada, pero la de impactos no se la he hecho (ni ganas tengo, como suele ser habitual).

Las sensaciones

A diferencia de otros modelos como las Rovyvon A1 y A3x o la genial Nitecore TIKI, para mi gusto a la Thumb le falta solidez en su tacto. Y mucha culpa de esto la tiene la endeble bisagra que permite el giro de la cabeza. Metes la mano en el bolsillo del abrigo, vas pasando la linterna entre los dedos notando las rugosidades de los laterales, los botones, la ventanita de los LEDs auxiliares… y cuando llegas a la zona de la cabeza, zas, se gira y te saca por completo de la experiencia.

Sí, sé que tengo un punto de vista bastante peculiar sobre estas cosas, pero es que para mí la gracia de las pequeñas linternas no es sólo alumbrar con ellas sin más; sino que los elementos de diseño como la ausencia de aristas vivas, el uso de materiales agradables al tacto o la rigidez en todos sus elementos son para mí tan importantes como los lumens o la autonomía.

Considero al modelo que estamos viendo hoy como el abuelo de las actuales linternas para llavero de Nitecore. Si os paráis a pensarlo, muchos de sus elementos ya están ahí: la sujección universal trasera (para poner anilla de llavero, paracord, cadena…), doble LED, batería interna, tapa de goma para protección del puerto de carga, botón de control en goma, LEDs auxiliares… Como en todos los procesos industriales, a medida que han ido saliendo nuevos modelos todo ha ido mejorando de forma que ahora la luz está más controlada, la autonomía es más larga, la relación lumens/tamaño ha sido optimizada, los botones tienen más de una función dependiendo de el número y la duración de los clicks…

Es por eso que aunque la Thumb no estaba entre mis modelos favoritos de Nitecore, decidí aprovechar la oportunidad y hacerme con ella para ver la evolución de la serie T en perspectiva; pues además de conocer el presente es importante saber cómo hemos llegado hasta él.

Comentaros también que me llevé la Thumb a mi lugar de prueba habitual y allí pude confirmar que la luz que emite es práctica para alumbrar el camino que tenemos inmediatamente delante de nosotros pero poco más, ya que al no tener reflector ni lente TIR esta se dispersa hacia todos lados y no alumbra más allá de nuestras inmediaciones incluso en el modo más alto, que es lo que trata de mostrar la siguiente imagen.

Por su parte la luz roja es muy débil; tanto que en lugares abiertos no sirve prácticamente de nada (ni me molesté en hacer la foto porque sólo se veía la más completa oscuridad). Sin embargo dento de casa sí es un modo práctico para no molestar si queremos movernos a oscuras sin despertar a nadie. Y precisamente para ese fin la luz principal no sirve para nada, ya que al arrancar siempre en el modo Alto nos deslumbraremos a nosotros mismos y molestaremos a todo el que esté a 10 metros a la redonda. Por tanto, la veo bien para tenerla en la mesilla de noche y usar la luz roja en esas condiciones que os digo.

Conclusión

Cuando salieron la Tube y la Thumb prácticamente a la vez, recuerdo que la primera era el modelo básico de la gama mientras que esta que hoy hemos visto era el avanzado. Cuando miraba sus características flipaba en colores, pero me doy cuenta de que durante estos años la marca ha ido sacando modelos al mercado que se han merendado a la Thumb haciéndola sentir ahora mismo desfasada y antigua.

Si la he comprado ha sido por coleccionismo y por completar la serie T de la marca, pero si buscáis una buena linterna EDC cualquier otra de la mencionada serie (incluyendo la sorprendente TIKI) os dará mejor servicio. De hecho no creo que se mantenga mucho tiempo más en el catálogo de la marca porque en comparación con los modelos actuales de gama se ha quedado muy anticuada.

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Review: Fenix E03R

No hay manera. Siempre me prometo que será la última, que ni una más, que ya tengo bastantes… pero cada vez que alguna marca saca al mercado una linterna de pequeño tamaño acabo haciéndome con ella porque pienso que aunque sólo sea por el tiempo que paso probándola a fondo, haciéndole fotos desde todos los ángulos y escribiendo la review correspondiente ya merece la pena su adquisición.

La de hoy es la enésima linterna de este tipo (y no será la última porque de hecho ya viene otra de camino) sólo que esta además de un tamaño delicioso y un factor de forma algo diferente, también tiene alguna peculiaridad lumínica, así que sin más preámbulos vamos a echarle un vistazo a la Fenix E03R.

El cuerpo

Lo primero que llama la atención de la E03R es su empaquetado: un blister de cartón y plástico transparente en el que ya se vislumbra el minimalismo que prima en esta linterna. En su interior, además del propio modelo, una pequeña anilla de llavero, un cable de carga y algo de documentación. Nada más.

Eso sí, por mucho que os diga o muchas fotos que os ponga, no os podréis imaginar el minúsculo tamaño de esta linterna hasta que no tengáis su envoltorio en las manos. En serio, es realmente pequeña y yo me quedé muy sorprendido por este motivo la primera vez que la vi en persona.

Fabricada en aluminio torneado por CNC a partir de un bloque macizo y posteriormente recibiendo sobre su superficie un anodizado tipo III de un elegante tono gris oscuro, la E03R tiene un minúsculo tamaño de 47 x 24 x 12 mm y un peso de tan sólo 22 gramos. Su forma es rectangular, si bien tiene algunas oquedades en su carcasa que me resultan especialmente agradables al tacto y es que de hecho a veces símplemente llevo la linterna entre mis dedos mientras bajo a dar un paseo como si de un talismán se tratase.

La parte frontal es plana, con una lente TIR traslúcida tras la que podemos distinguir dos emisores LED; sólo que a diferencia de la Nitecore TIP2, en esta ocasión estos no van a ser gemelos; sino que uno va a ser el foco principal y el otro uno auxiliar de color rojo con idea de alumbrar en aquellas situaciones en las que no queremos molestar y/o pretendemos pasar desapercibidos.

En la parte trasera tenemos un hueco muy elaborado e integrado en la carcasa para poner una anilla (la caja incluye una de tamaño diminuto) y poder así añadir esta pequeña linterna a nuestras llaves. Desde luego por tamaño y peso no supondrá un lastre en el bolsillo. Eso sí, no disponemos de modo alguno de implementar algún tipo de pinza o similar, así que si sois de los que os gusta colocarla en una gorra para usarla en modo «manos libres» este modelo no es para vosotros.

El botón de control es de color cobre, enrasado con la cara superior de la carcasa, con una serie de círculos concéntricos para mejorar su tacto, y posee en el centro un pequeño indicador luminoso que será verde o rojo según lo que quiera decirnos. Me gusta por tamaño y por tacto, pero he de decir que el botón de la E03R está algo expuesto y pese al sistema de bloqueo del que luego hablaremos, tengo la impresión de que algún día me encontraré la linterna encendida por accidente al llevarla en el bolsillo de mis vaqueros junto a otros elementos.

Por su parte, la batería interna de 200 mAh se recarga mediante un puerto USB-C (a ver si de una vez se estandariza para cargar todo tipo de dispositivos portátiles) y el indicador luminoso del botón de la linterna se encenderá en color rojo durante el proceso pasando a verde cuando éste finalice; cosa que sucede tras aproximadamente hora y cuarto si la batería estaba completamente agotada.

El puerto de carga se encuentra situado en uno de los laterales de la linterna y está protegido por una tapa de goma que ha de permanecer cerrada para cumplir con la certificación IP66 que posee la linterna, ya que como se os quede abierta entrará agua al interior. Por cierto, en cuanto a caídas, debería de aguantar hasta 1 metro sin romperse nada según aseguran los diseñadores de Fenix.

Comentaros que no la he tirado al suelo, pero la prueba de pegarle un remojón en la ducha (asegurándome antes de que la tapa del puerto de carga estaba perfectamente cerrada) sí que la ha pasado sin problemas.

Para conocer la carga de la linterna sólo nos tenemos que fijar en el indicador que os decía antes cuando la encendemos, ya que según su estado nos estará diciendo en qué porcentaje se encuentra la batería:

  • Verde fijo: 100% – 70%
  • Verde parpadeante: 70% – 40%
  • Rojo fijo: 40% – 10%
  • Rojo parpadeante: 10% – 1%

Como ya habréis visto en las fotos, sobre el cuerpo de la linterna viene serigrafiado el número de serie y una señal de que tenemos que tener cuidado con la zona del emisor porque llega a calentarse bastante. Esto último he intentado comprobarlo manteniendo el modo Alto funcionando durante bastante tiempo y tampoco es para tanto, sobre todo después de haber probado modelos como la Imalent LD70 donde la temperatura pasados un par de minutos llega a ser extrema; así que aunque hayan puesto esa advertencia tampoco penséis que correis el riesgo de quedaros sin huellas dactilares.

Sin duda, lo mejor de este modelo de Fenix es su reducido tamaño y su forma tan compacta, pues al ser tan pequeña pasará absolutamente inadvertida en nuestro bolsillo junto a llaves, monedas y demás enseres que nos acompañan a todas partes.

La luz

La luz que emite el LED principal es muy blanca y disponemos de cuatro modos con las siguientes potencias y autonomías:

  • Eco: 5 lumens (18 horas)
  • Bajo: 30 lumens (3 horas)
  • Medio: 80 lumens (1 hora y 15 minutos)
  • Alto: 260 lumens (45 minutos)

En todo caso, en el modo más potente transcurridos unos 5 minutos el nivel de brillo bajará a 100 lumens. Además, a medida que la batería se va descargando esta irá cambiando al nivel inferior de luminosidad de forma automática hasta que al ocurrir esto en el modo Eco la linterna se apagará por agotamiento de energía y tendremos que recargarla para poder seguir usándola.

Por su parte, el LED rojo posee dos modos de uso:

  • Fijo: 4 lumens (5 horas y 30 minutos)
  • Baliza: 4 lumens

La idea del emisor de color rojo no es mala sobre el papel, ya que suele ser un tipo de iluminación que evita deslumbramientos y es bastante más discreta que una luz blanca. Sin embargo, el problema aquí es que se han pasado con la intensidad del modo Fijo y se han quedado cortos con el modo Baliza, haciendo que el primero llegue a molestar en plena oscuridad y el segundo no sea tan visible como en aquellas linternas en las que esta funcionalidad es más parecida a un flash potente que dura apenas una centésima de segundo que a un LED que simplemente se va enciendo y apagando a ritmo fijo como es el caso que hoy nos ocupa.

Además, siguiendo con el modo Baliza, por el diseño de la linterna la señal de alerta que emite sólo va a ser visible en una dirección; mientras que si alguien viene «de espaldas» a la linterna no va a ver el parpadeo, ya que la luz sólo se emite hacia delante.

Para hacer el cambio de modos la cosa es sencilla. Si la linterna está bloqueada la desbloquearemos con un doble click, tras lo cual parpadeará dos veces para indicárnoslo. Una pulsación de unos 0,5 segundos nos llevará al modo Eco y a partir de ahí a base de pulsaciones breves iremos recorriendo los modos Bajo, Medio y Alto en secuencia. Para pasar a usar el LED rojo tendremos que mantener pulsado el botón durante algo más de un segundo, lo que nos llevará al modo Fijo. Para pasar al parpadeante sólo hace falta realizar una breve pulsación.

En cualquiera de los modos, para apagar la linterna hay que mantener pulsado el botón durante medio segundo y posteriormente para bloquearla hacer un doble click.

Las sensaciones

Como os decía en los primeros compases del artículo, lo que más me gusta de esta linterna es sostenerla entre las yemas de mis dedos, ya que por mucho que juguetee con ella no percibo la más mínima arista o reborde molesto. Para lo pequeña que es tiene una precisión de fabricación alucinante; e igual de preciso es su botón que nos permite controlar el número de clicks a la perfección y además tiene un tacto delicioso con esos círculos concéntricos que me recuerdan a las ondas que se forman en un estanque cuando lanzas una piedra a lo lejos.

La iluminación es dispar: si bien con el LED normal conseguimos una iluminación muy blanca en su zona central seguida de una corona algo menos luminosa pero siendo ambas zonas perfectamente redondas y homogéneas, el LED rojo lanza un haz de luz algo irregular con una pequeña zona central muy intensa seguida de un par de coronas de brillo intermedio y luego una zona de penumbra rojiza de forma algo elipsoidal.

Lo de la luz roja no me importaría si fuera de muy escasa intensidad porque creo que sería un modo Moonlight estupendo; pero lo que ocurre es que han usado un emisor de demasiada potencia y hace que en completa oscuridad llegue incluso a molestar. En este caso menos es más, y es que unos cuantos lumens menos en el LED auxiliar hubieran venido muy bien.

Lo que sí que me gusta mucho es la implantación tanto del porcentaje restante de batería a base de parpadeos del indicador bicolor de estado como el sistema de bloqueo de la linterna confimado con un doble flash del LED principal. Se le coge el truco en cuestión de segundos y enseguida nos damos cuenta de que es algo realmente intuitivo.

Como linterna para llevar encima me parece estupenda por forma, dimensiones, peso y el funcionamiento de los modos; pero desde mi punto de vista el error ha sido implementar un LED rojo que en realidad no aporta gran cosa. Creo que hubiera sido mejor opción añadir un modo Moonlight del orden de 1 lumen al LED principal y si querían añadir un segundo emisor aprovechar para implementar uno con CRI alto, que si bien yo no le suelo sacar mucha utilidad, sé que hay gente que aboga por este tipo de iluminación más natural.

En campo abierto el modo Eco no nos va a servir de gran cosa porque con él apenas vamos a ver nada. Sin embargo, el modo Bajo ya nos va a permitir vislumbrar algo más; si bien para pasear en condiciones de baja luminosidad os recomiendo el modo Medio porque me parece que es el más equilibrado en cuanto a lumens y autonomía. El modo Alto impresiona por lo que alumbra para el tamaño de la linterna, pero realmente no es algo que nos permita distinguir un oso polar en medio de la tundra y lo que conseguiremos empleándolo continuamente es agotar la batería en tres cuartos de hora. Por tanto, mi consejo es que uséis el modo Medio de forma habitual salvo para alguna situación puntual que requiera más potencia.

Aun así, para que os hagáis una idea de cómo ilumina esta pequeña linterna en su modo Alto os dejo esta fotografía que hice una noche en la arboleda cerca de mi casa que de un tiempo a esta parte se ha convertido en mi particular pista de pruebas para las linternas que van pasando por mis manos. Como veis es más que suficiente para dar un paseo en completa oscuridad, que es como yo me encontraba en ese momento. Si necesitais iluminar toda la arboleda tendréis que buscar un modelo más potente, grande, pesado y caro.

Si pasamos al emisor rojo vemos que en este tipo de entorno totalmente oscuro no nos va a ser de gran utilidad; pero ya os digo que en casa de madrugada tiene demasiado brillo y en esas condiciones llega incluso a molestar a los ojos.

Conclusión

La Fenix E03R está en una categoría en la que tiene muchos rivales y además muchos de ellos han pasado por mis manos. El más directo seguramente sea la Nitecore TINI, ya que es la que más se aproxima por tamaño y prestaciones. No tiene el LED rojo adicional pero creo que es algo anecdótico que no usaremos más de un par de veces al principio para hacer la gracia y a partir de ahí la usaremos nada más que en sus cuatro modos principales. Si sois unos maniáticos de la simetría elegiréis la E03R sobre la TINI puesto que el modelo de Nitecore es lo más asimétrico que os podéis echar al bolsillo.

Otra que por forma también podría batirse con ella es la Nitecore TIP2; pero en este caso está por encima de la E03R en prestaciones y autonomía; pero también en tamaño y peso. En este modelo tenemos también dos LEDs pero como ya sabréis si habéis leído la review correspondiente lo hace para aumentar la intensidad lumínica y el alcance del haz de luz con respecto a su antecesora.

Podría incluir aquí más linternas de llavero como las Rovyvon Aurora A1 y A1x, la Wuben G338, la Trustfire Mini2 o la Olight i1R 2; pero dado que todas esas tienen formas redondas quería poner en perspectiva estos modelos de perfil más rectangular y a las que dentro de unos días se sumará un modelo más a mi colección y del que, por supuesto, os hablaré por aquí.

Lo bueno

  • Calidad de construcción impecable
  • Tamaño minúsculo
  • Carga a través de puerto USB-C
  • Sistema de bloqueo y consulta de batería muy sencillo

Lo malo

  • El LED rojo no tiene mucha utilidad
  • Se echa en falta un modo Moonlight en torno a 1 lumen

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Review: RS PRO Rechargeable USB Pocket Tool-Light

Un día estuve a punto de perder la Rovyvon Aurora A1 que hasta hace poco iba en mi llavero porque usándola en el trabajo casi se me cae a una arqueta. Tuve suerte y la pude agarrar al vuelo, pero por un instante la vi en el fondo de un pozo de cinco metros lleno de agua sucia. En ese momento decidí hacerme con una linterna específica para usar en mi trabajo aprovechando que uno de nuestros proveedores dispone de una amplia gama de dispositivos de iluminación, así que mi elección fue esta de la que hoy os voy a hablar y que desde entonces va en mi maletín a todos lados: la Rechargeable USB Pocket Tool-Light de RS PRO.

El cuerpo

El modelo que hoy nos ocupa tiene un aspecto bastante clásico, si bien hay un detalle que salta a la vista en cuanto la ves que se sale un poco de lo común; pero vamos primero con lo que es la linterna como tal y luego nos meteremos con los «complementos».

Como os decía, la linterna tiene un cuerpo cilíndrico fabricado en aluminio anodizado color negro a expeción de un bisel frontal del mismo material pero plateado, contando con un botón de control lateral hecho de goma traslúcida, batería interna de 3,7 V 650 mAh (no reemplazable por el usuario) recargable por puerto microUSB y un potente imán en la parte trasera para poder fijarla en ciertas superficies metálicas y de ese modo trabajar con las manos libres.

En cuanto a dimensiones, la longitud es de 94,5 mm y el diámetro de 26,5 mm. El peso se queda en 110 gramos, que es bastante alto para lo que estoy acostumbrado en las linternas que uso a modo personal, pero que no me parece excesivo puesto que estamos ante una herramienta de trabajo.

Lo único que viene en la caja además de la propia linterna es un cable microUSB para su carga, prescindiendo de clips, correas, fundas o similares. Lo que sí que acompaña a la linterna es una herramienta multifunción que va anclada directamente en el cuerpo y que nos permitirá trastear con pequeñas tuercas y tornillos hexagonales y con tornillos tanto de cabeza lisa como de estrella; si bien con bastantes limitaciones.

A la hora de iluminar, la Pocket-Light dispone de cinco modos de funcionamiento que se van recorriendo de forma cíclica a base de pulsaciones del único botón que posee:

  • Apagado
  • Alto: 600 lumens (50 minutos)
  • Bajo: 165 lumens (110 minutos)
  • Estroboscópico: 60 minutos
  • SOS: 80 minutos

La linterna posee un grabado en su frontal que nos advierte del peligro por alta temperatura de esa zona, pero como he podido comprobar en otras ocasiones es casi una cosa más de postureo que de riesgo real, ya que he tenido la linterna encendida en el modo alto durante un buen rato y tan sólo la notaba templada al tacto.

Por cierto, este modelo no posee ningún tipo de bloqueo para evitar encendidos accidentales, así que habrá que tener un poco de cuidado dónde la guardamos, ya que si va en una funda muy apretada junto a otros elementos es posible que cuando tengamos que echar mano de ella nos encontremos la batería agotada.

La linterna posee certificación IPx4, lo que la hace resistente a salpicaduras y poco más. En cuanto a las caídas, el fabricante no dice nada, aunque por otros modelos de construcción semejante que han pasado por mis manos apostaría a que aguanta hasta un metro de altura sin grandes destrozos más allá de algunos arañazos en el anodizado.

La luz

No dispongo de información técnica sobre el LED que emplea esta linterna, pero sí os puedo decir que la luz que emite es de un blanco bastante puro y que se concentra en la parte central del haz en parte por el reflector pulido con el que cuenta tras la lente lisa frontal la cual, por cierto, va a rosca y es desmontable. No hay por tanto lente TIR ni reflectores de piel de naranja; y de ahí que la distribución de la luz sea bastante desigual formando anillos pero, como os decía antes, concentrándola principalmente en la zona central.

Rodeando el punto central que os decía tenemos un halo amarillento y de forma más extrerior una corona donde la intensidad lumínica es menor y más allá de ella unos anillos concéntricos que dan paso a la oscuridad. Como veis, una mezcla de luces y sombras que a mí no me acaba de convencer del todo por sus múltiples discontinuidades.

Para mi gusto deslumbra un poco de más por ese potente punto central donde se concentra la mayor parte del haz luminoso, pero también es verdad que si la estamos usando para buscar algo en una oscura lejanía esta característica hace que pueda llegar más allá que una en la que la luz esté distribuida de un modo más uniforme.

No es, por tanto, una linterna con la que vayamos a obtener una calidad lumínica para tirar cohetes, pero sí que es cierto que los dos modos principales están bien dimensionados para la finalidad que va a tener: localizar algo en la oscuridad o avanzar en una instalación a oscuras para el modo Alto (600 lumens, 50 minutos) y trabajar sobre un equipo en condiciones de baja visibilidad usando el modo Bajo (165 lumens, 110 minutos).

Eso sí, comentar que hay una fuerte presencia de PWM tanto en el modo Alto como en el Bajo. Y encontrarlo en modos poco potentes no es raro por la propia concepción de la regulación mediante PWM; pero es que en este caso se nota bastante incluso en el Alto, lo cual me indica que el LED podría sacar más lumens si en dicho modo la corriente por el emisor fuera constante. Cosas de los diseñadores y del ahorro de costes, supongo, porque en modelos como las Trustfire Mini-07 y Mini-08, los modos más bajos tenían mucho PWM, pero en el más alto la emisión de luz era constante. Y es que, vuelvo a insistir, se trata de la primera linterna con la que me topo que emplea PWM en su modo más potente.

Las sensaciones

Por su diámetro y construcción se trata de una linterna que se nota muy sólida en la mano; aunque también algo pesada, algo a lo que contribuye el generoso imán de neodimio de su base. Se sujeta cómodamente y además la herramienta adjunta sirve de mosquetón por si queremos colgarla de alguna argolla o similar.

Lo peor de esta linterna (que también ocurre en muchos modelos enfocados al trabajo) es que los modos van avanzando secuencialmente y por tanto si estamos usando el modo Alto, para apagarla tendremos que pasar antes por el Bajo, el Estroboscópico y el SOS; lo cual a mí se me hace muy cansino en la mayoría de las ocasiones y nos hace parecer un foco de discoteca andante.

Por suerte (por la cantidad de veces que nos toca pulsarlo) el tacto del botón es bastante bueno y resulta agradable de presionar gracias al click definido que hace y la goma que lo recubre. A la hora de usarlo me recuerda mucho al que lleva la Olight S1 Baton y además tiene un LED bajo su superficie que se ilumina en verde o en rojo para señalar el estado de carga.

Lo que no me gusta nada es la idea de la herramienta multifunción acoplada al cuerpo de la linterna porque con ella puesta se hace muy incómoda de llevar encima y quitándola (hay que girar el anillo posterior hasta alinear una circunferencia que permite extraerla) queda un hueco en el cuerpo de la linterna tan antiestético como inútil.

Además, es que la herramienta no sirve apenas para nada, ya que aparte de estar fabricada en un aluminio bastante endeble, el destornillador plano es demasiado grueso y las «llaves exagonales» son sólo para tornillería M5 y M6, así que su uso está bastante limitado. El que veo algo más práctico es el destornillador Phillips, pues es de acero y es de un tamaño bastante habitual.

Conclusión

El que hoy analizamos no es un modelo ni especialmente cómodo de llevar siempre encima ni da una calidad de luz especialmente destacable; pero sí que está bien diseñada para ir en una caja de herramientas y servirnos de fuente de luminosa cuando nos toca trabajar en entornos oscuros.

Pese al marcado PWM, sus dos modos principales están bien dimensionados para el uso habitual de una linterna como esta. A los otros dos (estroboscópico y SOS) no les veo gran utilidad, y el problema es que tendremos que pasar por ellos cada vez que queramos apagar la linterna porque el acceso a ellos es siempre secuencial.

Por lo demás, se agradece la carga por USB (siempre es mucho más cómodo que las pilas) y el imán de la base para fijarla a superficies metálicas. Aun así, no pasará a la historia de las linternas porque tampoco ofrece mucho más que otras que hay a la venta en ferreterías y tiendas de bricolaje por su mismo precio.

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Review: Rovyvon Aurora A3x

Tras la comparativa entre la Rovyvon Aurora A1 y la A1x me quedé con ganas de probar una de estas linternas pero con cuerpo metálico en lugar de estar fabricado en poliamida. ¿Por qué? Pues por un motivo bien sencillo: al igual que hice con la Olight i3E-Cu EOS, además de redactar la review como tal quería ver qué tal iba envejeciendo en mi bolsillo una linterna con la misma forma que la A1 (mi formato ideal para linternas que van en el llavero) pero fabricada en el clásico aluminio anodizado.

Seguramente el hecho de que la A1 apenas se haya deteriorado durante los meses que ha ido dando tumbos junto a mis llaves en el bolsillo derecho del pantalón dice algo muy bueno de la poliamida como material base para este tipo de elementos y de hecho me encanta por su resistencia y ligereza; pero tenía ganas de ver la evolución de una linterna de aluminio en tales condiciones tal y como os mostré en aquel artículo que comparaba la resistencia del aluminio frente a la del titanio.

Y es que en él os comentaba que cuando veía una linterna tan desgastada como aquella Olight i3E EOS de color negro pensaba en lo mucho que su dueño habría disfrutado de ella, así que ahora poco a poco quiero ver cómo se va erosionando esta Rovyvon Aurora A3x que hoy os presento (estrenada el 5 de noviembre de 2020) y que os iré narrando en algunas actualizaciones que iré añadiendo al final de esta review.

El cuerpo

En primera instancia pensaba que la A3x (aunque en el cuerpo pone símplemente A3, al igual que ocurría con la A1x, que venía serigrafiada como A1) era un copia de la A1x en cuanto a forma y dimensiones del cuerpo; pero me equivocaba, ya que difiere ligeramente. En concreto la linterna que hoy nos ocupa mide 57,3 mm de largo por 15,6 de diámetro, pesando 19,5 gramos.

Esto representa un incremento de 3,3 mm a lo largo, 1,6 a lo ancho y un sobrepeso de 7,5 gramos con respecto a la A1; pero también un decremento de 3,2 mm a lo largo y es 2,7 gramos más ligera que la A1x. Por tanto, el molde de la A3x en realidad es único para ella, ya que aunque muy parecida físicamente no es igual que sus dos «primas».

Los acabados de la A3 son sencillamente perfectos: si en la A1 os comentaba que había algunas aristas en la poliamida que poco a poco con el tiempo se fueron puliendo por si solas con el roce del día a día, en el caso de la A3 según se saca de la caja vemos que todas las terminaciones son perfectas y no se aprecia fallo alguno en la aplicación del anodizado. Tratamioento superficial que, por cierto, no es negro (aunque en las fotos lo parezca) sino lo que la marca denomina «gris arma», que en esencia es un gris oscuro que para mi gusto queda muy elegante aunque también está disponible en un rojo muy molón. Ah, y en este caso el cuerpo es de una sola pieza, a diferencia de los modelos de poliamida que son dos mitades pegadas con mucha precisión pero que, observando con atención, se aprecia entre ellas una fina linea de unión.

Si seguimos mirando los detalles del cuerpo podemos ver que posee algunos ranurados para mejorar el agarre aunque en menor número que las dos versiones de la A1 y que una tapa de goma traslúcida protege el puerto de carga, que sigue siendo microUSB (por favor, ¡estandarización del USB-C para carga de pequeños dispositivos ya!).

La tapa de goma en esta ocasión no va tan ajustada ni enrasada como en las A1, por lo que en más de una ocasión he sacado la linterna del bolsillo y me he encontrado la tapa abierta. Esto es algo que no me hace mucha gracia porque al final el hueco del conector se irá llenando de polvo y pelusa y me tocará soplarlo de vez en cuando para que no acabe por provocar un mal contacto del cable de carga.

La parte trasera forma un hueco para pasar una anilla de llavero y por su forma plana (donde han grabado el nombre de  la marca y su página web; no como la horterada del «EDC Flashlight» de la A1x) permite hacer tailstanding aunque de forma un poco inestable, eso sí. En cuanto a la cabeza, a diferencia de las A1 es del mismo material y acabado que el resto de la linterna, de modo que es muy discreta.

Si hablamos de la resistencia a los elementos, Rovyvon asegura que este modelo tiene certificación IP65 y aguanta caídas de 1,5 metros como máximo. Os puedo decir que la linterna aguanta un remojón en la ducha sin problemas y que uno de los primeros días se me cayó a un suelo de hormigón desde el bolsillo y aunque no le pasó nada se marcó ligeramente la cabeza (el aluminio es más blando que el acero y se nota en este tipo de «accidentes»).

Por cierto, en la caja viene, además de la linterna, un cable de carga, una anilla de llavero un poco grande para mi gusto, una pinza metálica para acoplar al cuerpo por si la queremos fijar en alguna prenda así como una correa ajustable para la muñeca, una hoja de instrucciones y una tarjeta de garantía que nadie cumplimentará.

El único botón que posee la A3 es exactamente igual que el de la A1x, así que volveré a la comparación con una lenteja pardina para describir su tamaño. Igualmente, va forrado en goma traslúcida y hace función de indicador de carga, ya que parpadea en azul cuando estamos cargando su batería interna de 260 mAh y se queda fija en ese color cuando ha terminado el proceso, cosa que tarda aproximadamente una hora si hemos dejado la bateria casi sin carga.

Truco: si queréis saber si una linterna de la gama básica de Rovyvon (A1, A2, A3) es de la serie original o de las mejoradas (las ‘x’) sólo tenéis que fijaros en el botón. Si es ovalado es de las primeras remesas, mientras que si es rendondo, más pequeño y más plano pertenece a las series ‘x’.

De hecho esta A3 tiene más cosas en común con la A1x que con la A1 «a secas», ya que los modos de control son exactamente los mismos y se accede a ellos de la misma manera (para bien y para mal).

  • Modo alto (650 lumens) 1,5 minutos –> (100 lumens) 75 minutos
  • Modo medio (230 lumens) 1,5 minutos –> (100 lumens) 90 minutos
  • Modo bajo (20 lumens) 8 horas
  • Modo ultrabajo (2 lumens) 30 horas

Al encender la linterna con un doble click el modo por defecto que se activará es aquel que hayamos usado durante más de 3 minutos seguidos anteriormente, y a partir de él iremos haciendo el ciclo entre los cuatro modos disponibles a base de clicks breves. No es un sistema que me acabe de gustar mucho pero veo que en los modelos que está sacando últimamente Rovyvon es la firma que sus diseñadores han decidido implementar. Para apagar la linterna hay que hacer un click algo más prolongado.

Por cierto, tenemos también un modo estroboscópico que se activa haciendo triple click, pero ese queda fuera de la rueda de modos normales y su sistema de memorización. Yo no lo uso jamás, pero bueno, que sepáis que está ahí.

La principal diferencia de este modelo con respecto a sus hermanas A1 y A1x reside en que está fabricada íntegramente en aluminio 6063, lo que hace que en los modos de potencia más elevada no sólo sea la cabeza la que disipe el calor generado; sino que ahora éste se reparte por todo el cuerpo y, por tanto térmicamente, es más eficiente.

La luz

Como es habitual en mí, he elegido la versión con el LED Cree (versión XP-G3) por su mayor aprovechamiento de la energía de la batería para convertirla en luz blanca más allá de fidelidades cromáticas de las que hace gala la versión con emisor Nichia, ya que en este tipo de linternas considero que el factor tamaño/autonomía es lo más importante.

El reparto del haz de luz es bastante homogéneo y sin zonas irregulares como es habitual en la marca. A esto contribuye el reflector liso que incorpora y, sobre todo, la estudiada lente TIR que sella la parte frontal de la linterna junto al anillo exterior de la cabeza.

Una de las mejores cosas de la A3x es que no se aprecia en ninguno de sus modos (no siquiera en el más bajo) rastro de PWM. Como ya he dicho alguna vez, en el modo Moonlight de la A1 el parpadeo es de tan baja frecuencia que se aprecia a simple vista; pero esto es algo que ya corrigieron en la A1x y veo que en la A3x han debido de emplear el mismo controlador (algo que ya parecía claro viendo que los modos disponibles son exactamente los mismos).

Las sensaciones

Como con todas las Rovyvon, adoro la sensación de tener estas linternas en la mano. A veces la libero del llavero con el pequeño mosquetón que utilizo y simplemente la sostengo entre los dedos, paso la yema del pulgar por sus aristas… Me gusto mucho el tacto sólido de las linternas de esta marca y la forma que sus diseñadores han decidido darles.

Y si esto ya me gustaba en los modelos de poliamida con el aluminio es todavía mejor, ya que cuando la sacas del bolsillo del pantalón en invierno notas el calor del cuerpo que ha absorbido el metal; si la dejas en el coche, al cogerla percibes que está fría… Sensaciones que en el pasado nunca me planteaba, pero que desde que las descubrí con la Nitecore TIKI son un placer para mí y las busco en muchos de los modelos que pasan por mis manos (pero que no en todas encuentro, claro).

En cuanto a la iluminación como tal, pues como en las otras Rovyvon que poseo, me sigue pareciendo alucinante la cantidad de luz que sale de una linterna más pequeña que un dedo pulgar. Es algo realmente asombroso e inimaginable hace unos años, ya que la tecnología LED es una de que las que más rápido ha avanzado en los últimos tiempos.

De hecho, si os paráis a pensar un momento, hace poco más de una década casi todos usábamos bombillas de filamento y es entonces cuando empezaron a promocionar el uso de las bombillas de bajo consumo en el hogar, para pasar aproximadamente tres o cuatro años después a alabar las bondades de las bombillas LED que, ahora mismo, son un estándar en todos los hogares.

Y lo siguiente son los coches, pues hace seis o siete años las luces Full LED eran cosa de las berlinas tope de gama de las marcas más prestigiosas y ahora están disponibles hasta en los coches de segmento B de marcas generalistas, por lo que pinta que dentro de nada serán tan habituales como el aire acondicionado o el sistema multimedia.

Como os digo, lo del LED ha sido una revolución rápida y silenciosa que ha conquistado casi todos los campos de la iluminación y uno de los más beneficiados han sido las linternas, que han visto multiplicadas sus potencias lumínicas y sus autonomías (a esto también ha contribuido la popularización de las baterías de iones de litio, claro está).

Pero bueno, volvamos a la Rovyvon A3, que me estoy yendo por las ramas y no quiero alargarme mucho más, pues al fin y al cabo podríamos hacer un hiper-resumen diciendo que la linterna que hoy analizamos es muy similar a la A1x pero fabricada en aluminio en lugar de poliamida y acero inoxidable. Lo que pasa es que tampoco quería ser tan sintético y me gustaría contar alguna cosa más.

Comentaros también que probé la linterna en la que se ha convertido en mi pista de pruebas particular, que es una arboleda cercana a mi casa donde no hay farolas y por tanto a última hora de la tarde hay tal oscuridad que uno no se ve ni su propia mano aunque la tenga delante de la cara. Pues bien, en su modo Alto de 650 lumens esto lo que podemos ver:

Para ser una linterna de llavero el alcance y la distribución de la luz es bastante buena y de hecho podéis apreciar cómo no sólo se ve bien el camino de tierra del centro sino también los laterales de hierba (se ve un banco en la parte izquierda y una papelera a la derecha) así como la parte superior de los árboles hasta unos cuantos metros de distancia.

Conclusión

En Rovyvon siguen demostrando que tienen arte para hacer linternas. No sólo son modelos muy capaces en lo luminoso; sino que también tienen un aura especial que hace que quiera usarlas siempre que sea posible. Otras linternas de este tipo que he tenido iban en mi llavero y las sacaba cuando me hacían falta, pero en el caso de los modelos de la marca del león siempre que puedo me gusta usarlas y percibir su tacto en mis dedos incluso sin necesidad de encenderlas.

Como os decía, tras estas últimas líneas iré añadiendo cada cierto tiempo actualizaciones con fotografías macro que vayan dando cuenta cómo se va desgastando progresivamente el anodizado de la linterna y dejando a la vista el aluminio desnudo. Creo que puede ser una experiencia interesante que iremos viendo juntos.

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Actualización. 16-11-2020

Han pasado 11 días desde que estrené la linterna y en su superficie se empieza a apreciar el paso del tiempo en forma de leves arañazos. Aparte de las zonas de roce habituales con la anilla del llavero y el resto de elementos que van dando vueltas en mi bolsillo, en la cabeza se aprecia un «picotazo» fruto de una caída hace cosa de una semana sobre un suelo de hormigón. A simple vista la linterna sólo tiene roces muy ligeros en las aristas más expuestas, pero es que los objetivos macro son capaces de magnificar hasta el más minúsculo detalle.

Actualización. 29-11-2020

Aproximadamente dos semanas después de la última actualización subo tres fotografías que ilustran el proceso de desgaste del anodizado de la A3x. Como podéis ver, el aluminio empieza a ser bastante visible en las aristas más expuestas a los roces con llaves y monedas (la parte frontal y la anilla trasera) pero en general la linterna todavía presenta un aspecto bastante bueno.

Actualización. 05-01-2021

Tras algo más de un mes desde la última actualización y habiendo estado la A3x en mi bolsillo permanentemente os dejo con unas fotos de su estado actual en las que podréis apreciar cómo el desgaste de las zonas más expuestas al roce poco a poco va avanzando terreno. Eso sí, el funcionamiento de la linterna sigue siendo impecable.

Actualización. 16-06-2021

Han pasado seis meses desde la última actualización, durante los cuales la A3x no ha salido de mi bolsillo ningún día y, por tanto, han continuado los roces contra llaves, monedas y demás elementos que suele haber en los bolsillos de unos pantalones. Vamos a ver cómo ha evolucionado el desgaste de las zonas durante todo este tiempo pero también vais a poder apreciar la abrazadera de goma que tengo puesta sobre la tapa de carga para que esta no se abra.

Review: Imalent HR70

En los últimos años he probado multitud de linternas pero la de hoy es de un tipo que todavía no había pasado por mis manos, ya que se trata de un potente frontal que también se puede desmontar de su soporte para sostenerla en la mano, fijarla con el clip metálico que incluye o adherirla a ciertas superficies metálicas. Hoy le echaremos un vistazo en profundidad a la Imalent HR70.

El cuerpo

Si vemos la linterna de lejos no parece muy diferente de una de tantas otras que han pasado por aquí: cuerpo cilíndrico en aluminio color negro, tapa trasera roscada para alojar la batería, un sólo botón para controlar tanto el encendido y apagado como los diferentes modos disponibles… Sin embargo al verla con atención veremos que en esta caso la luz no sale por la parte delantera del «tubo» como en una linterna al uso, sino por un lateral.

Si vamos a las medidas, estas son de 103 mm de longitud, 26 mm de diámetro en su zona más gruesa (la fuente de luz) y tiene un peso con batería de 100 gramos. Como os digo, es más pequeña de lo que podríamos pensar viendo su potencia y creo que con una imagen os podréis hacer una idea.

En este caso nos encontramos ante una linterna con batería de ion-litio tipo 18650 de 3000 mAh de capacidad que se recarga a través de un puerto magnético consistente en dos círculos concéntricos justo detrás del emisor LED y al que va conectado un cable-cargador USB. Este punto, que en la recientemente analizada Imalent LD70 me parecía su principal pega, aquí no lo es tanto ya que si perdemos el cable siempre podemos recargar la batería en un cargador externo; pero aun así sigue siendo más complejo que si hubieran implementado un simple cable microUSB o, mejor aun, USB-C porque siempre tenemos alguno a mano.

En la caja se incluye además de la linterna con su batería dentro y el juego de cintas para la cabeza, el cable-cargador que os decía, un par de juntas de goma de recambio y el clip de sujección (bastante útil en este tipo de linternas como os comentaré más adelante).

El botón se encuentra sobre la cabeza de la linterna. En este caso es de goma, con algo de relieve y he de decir que tiene un tacto muy bueno, ya que los clicks son precisos y certeros. Junto a él se encuentran dos leds (uno verde y uno rojo) que nos indicarán el estado de la linterna y la batería como ahora os explicaré.

Como os digo, lo mejor de este botón es su tacto y su colocación, ya que accederemos a él con total facilidad y además no fallaremos en el cambio de modos o el encendido y apagado de la HR70; algo importante en una linterna que normalmente no va a ir en nuestra mano sino en nuestra cabeza y por tanto nos va a tocar buscar «a tientas» el botón.

Es importante en linternas potentes (y que por tanto se calientan bastante) el disponer de algún tipo de bloqueo que evite encendidos accidentales en bolsillos, mochilas y demás lugares «incontrolados». En el caso de la HR70 hay dos modos de hacer esto:

  • A nivel físico podemos girar media vuelta la cabeza de la linterna y de ese modo cortaremos el contacto entre el polo positivo de la batería y la cabeza. Evidentemente es el método más fiable (bueno, lo es maś todavía extraer la batería de la linterna directamente) pero tiene el inconveniente de que para volver a «reactivarla» tendremos que usar las dos manos, lo que no siempre es cómodo según la actividad que estemos realizando.
  • A nivel lógico, la solución es matener pulsado el botón durante unos 5 segundos, lo que provocará el parpadeo del LED rojo que hay junto a él indicando que la linterna está bloqueada. Para desbloquearla debemos realizar la misma operación.

Un elemento que me ha gustado mucho son las cintas para llevar la linterna en la cabeza. Son de un material suave, ajustables en todas sus dimensiones y además el sistema para sujetar la linterna es tan sencillo como firme: dos aros de goma en los que insertar la linterna de modo que quedará en horizontal con el LED desplazado a un lado y con los que podremos regular su inclinación con facilidad.

Es la primera vez que uso este sistema y he de reconocer que si se tensan medianamente las cintas en la cabeza, la linterna no se mueve aunque cambiemos la orientación de la cabeza con cierta brusquedad. Al principio probé a ir caminando y enseguida me sentí confiado, de modo que empecé a trotar un poco y vi que el conjuno se mantenía perfectamente en su sitio. Para ver dónde estaba el límite, aprovechando que estaba en una zona oscura y sin gente empecé a hacer un head-banging contenido y ahí es cuando empecé a notar que en cualquier momento la linterna podía salir volando pero, claro, no es una situación muy habitual a no ser que entrenemos con el Smells like teen spirit de Nirvana.

Por cierto, si hablamos del agarre en mano, he de decir que la HR70 posee un knurling en la parte cilíndrica de su cuerpo así como un ranurado en los laterales del emisor de luz que aunque está pensado para mejorar la disipación de calor (incrementa la superficie en contacto con el aire) también hace que la linterna no se nos resbale de las manos aunque estén húmedas y/o frías.

Por último, la linterna tiene certificación IPx8 (podríamos sumergirla un metro en agua sin problemas) y según el fabricante aguanta caídas de hasta 1,5 metros sin romperse. He probado a meter la linterna bajo la ducha y ha aguantado perfectamente, pero no he hecho pruebas de caídas ni voluntarias ni involuntarias.

La luz

La HR70 es una linterna más luminosa de lo que podríamos pensar a primera vista por sus contenidas dimensiones, y es que en su interior cuenta con un potente LED Cree XHP70.2 idéntico al que lleva la LD70, sólo que en esta ocasión «limitado» a un máximo de 3000 lumens (que no es precisamente poco).

El LED es de un tamaño considerable y está montado al fondo de un bonito reflector de piel de naranja que permite reflejar la luz de un modo suave y sin anillos o halos en la proyección del haz luminoso. Del exterior lo separa una lente lisa totalmente transparente encajada en un anillo color metálico que remata esa zona de la linterna.

Los modos de funcionamiento se estructuran del siguente modo:

  • Bajo: 30 lumens (50 horas)
  • Medio Bajo: 300 lumens (4 horas y 15 minutos)
  • Medio: 700 lumens (1 hora y 36 minutos)
  • Alto: 1500 lumens (3 minutos) –> 1000 lumens (69 minutos)
  • Turbo: 3000 lumens (1,5 minutos) –> 1000 lumens (66 minutos)

No observo rastro de PWM en ningún modo, y es que ya sabéis que a veces en los modos más bajos esto es algo muy evidente y, aunque estando quietos no sea muy visible, en una linterna que está hecha para usarla siempre en movimiento va a ser evidente y en muchas ocasiones molesto. Como os digo, no es el caso de la HR70 en la que la iluminación siempre es estable.

Al ser una linterna orientada a alumbrar el camino cuando estamos andando o corriendo por lugares poco iluminados, su haz está diseñado para concentrarse en la zona central. Esto da lugar a una luz muy potente y de bastante alcance pero la contrapartida es que las zonas circundantes quedarán en penumbra y por contraste a nuestros ojos les parecerán completamente negras.

Lo bueno es que el camino vamos a poder distinguirlo perfectamente. Si vamos caminando por un sendero sencillo en completa oscuridad el modo Bajo nos proporciona luminosidad más que suficiente, mientras que si vamos corriendo o el camino tiene algo de relieve es más recomendable el modo Medio, ya que nos va a revelar más detalles y además veremos lo que tenemos más adelante desde una distancia mayor y por tanto podremos anticipar nuestros movimientos.

Para que os hagáis una idea mejor de lo que podemos ver con la HR70 funcionando en el modo Medio de 700 lumens os dejo dos imágenes a continuación. En la primera de ellas podéis ver (o más bien no ver) la visibilidad que tenía en la zona donde estaba probando la linterna; mientras que en la otra tengo la linterna encendida en mi cabeza y gracias a ella puedo vislumbrar perfectamente unos cuantos metros del camino que estoy recorriendo.

Los modos más potentes los veo bien para usarlos puntualmente en situaciones donde necesitamos distinguir algo en la lejanía (un cartél, una bifurcación, un lobo siberiano…) para luego volver al uso normal de los dos modos más bajos. Salvo que los usemos en un descenso vertiginoso a toda velocidad por un bosque en mountain bike, que entonces mejor emplear todos los lumens posibles, como en la siguiente imagen tomada mientras tenía el modo Turbo activado con la linterna en mi mano izquierda.

Para conocer el estado de la batería sólo tenemos que consultar los dos LEDs que hay junto al botón mientras la estamos utilizando, ya que el de color verde va a estar encendido (podéis verlo en la imagen que hay sobre estas líneas) si la batería está bien de carga pasando a iluminarse el rojo si su tensión baja de los 3,2 voltios, lo que será la indicación de que nos va a tocar recargarla más pronto que tarde.

Me hubiera gustado que la HR70 incorporara un modo Moonlight de un lúmen de esos que me gusta tanto utilizar por casa de noche; pero también es verdad que en una linterna pensada para salir por el campo no tiene mucho sentido porque en realidad no nos sirve para ver casi ni nuestros pies. Eso sí, el modo Bajo de 30 lumens es demasiado potente para usar al levantarnos de la cama de madrugada porque alumbra tanto que vais a despertar hasta a los vecinos.

Las sensaciones

Era la primera vez que usaba un frontal y la experiencia fue muy instructiva porque gracias a la cambiante climatología de estas semanas de inicio del otoño pude comprobar que una linterna de este tipo no es colocarla en la cabeza mirando hacia delante y ya está; sino que hay que tener en cuenta algunos factores más.

Lo primero es que la ligereza en este tipo de modelos es muy importante, ya que si bien en una linterna que llevamos en la mano unos gramos de más no representan un problema, en algo que va a ir fijo a nuestra cabeza y sujeto a nuestros movimientos un exceso de peso se va a traducir en una inercia que vamos a notar a cada paso.

El diseño de la linterna y la forma de colocarla en las correas para la cabeza está diseñado para poder regular en un momento el ángulo del haz de luz con respecto al suelo. Y es que si colocamos la linterna muy horizontal y usamos los modos más potentes para así poder ver muy lejos, vamos a deslumbrar a todo el que se cruce con nosotros de modo que comenzaremos a escuchar insultos y palabras malsonantes hacia nuestra persona. Si estamos solos en medio del bosque no hay problema, pero si no es así mejor usar un modo con menos lumens y apuntar el haz ligeramente hacia el suelo con un simple gesto de rotación con nuestra mano.

El primer día que estuve haciendo pruebas con esta linterna me acerqué a una arboleda al anochecer cuando justo se estaba levantando algo de niebla, lo que me vino muy bien para comprobar algo: si en esas condiciones la fuente de luz está a la altura de tus ojos se refleja en las minúsculas gotas suspendidas en el aire y sólo ves un halo blanco. Es lo mismo que cuando vamos conduciendo y ponemos las largas: que ves menos que si vas con las luces de cruce y por esto los faros antiniebla van lo más pegados posible al suelo.

En estos casos es cuando el clip que incluye la HR70 tiene todo el sentido, porque lo que debemos hacer en estos casos es alejar la fuente de luz de nuestros ojos; así que una buena solución es colgar la linterna de nuestra cintura y así podremos ver mucho mejor. En serio, si vais con un frontal y os ocurre algo de esto probad lo que os digo y enseguida notaréis la diferencia.

Si la queremos usar en la mano, su forma en L nos obligará a girarla 90 grados hacia arriba lo que resulta algo más incómodo que con una linerna «clásica», pero aun así no es una cosa grave y es perfectamente usable. Además, la base magnética que tiene permite colocarla en ciertos elementos metálicos como el capó de un coche, un poste o el interior de un cuadro eléctrico si necesitamos que alumbre de manera fija. Es un imán de neodimio de tamaño generoso, por lo que en superficies de hierro o acero se pega con mucha fuerza y a mí me da la suficiente confianza como para probar cosas como las de la imagen que tenéis a continuación.

Conclusión

El mundo de las linternas frontales no lo había explorado todavía, y he de reconocer que me ha parecido muy útil cuando te da por hacer deporte en zonas sin iluminar o si necesitas una buena fuente de luz a la hora de trabajar que te ilumine justo donde estás mirando y además te permita tener las manos libres.

Uno de los mayores rivales de la linterna que hoy hemos visto está dentro de la propia marca, y no es otra que la ya mencionada LD70 con sus picos de 4000 lumens y su gran autonomía en los modos más bajos. Aun así, se trata de un modelo con un enfoque diferente y si necesitamos una linterna frontal la LD70 no es una alternativa viable, ya que no hay una forma fácil de llevarla fija porque no se puede acoplar a un sistema de correas ni incluye ningún tipo de pinza para sostenerla en el tirante de una mochila o en la ropa.

Por tanto, si sois aficionados al deporte en plena naturaleza, ahora que las tardes son cada vez más cortas la HR70 puede ser un buen complemento para encontrar el camino de vuelta a casa cuando se va el sol y de repente nos vemos envueltos de la más completa oscuidad.

Lo bueno

  • Versatilidad
  • Potencia lumínica
  • Sistema de correas simple y efectivo

Lo malo

  • Cable propietario
  • Algo incómoda de sostener si la usamos como linterna de mano

Más información

Review: Imalent LD70

En el último año de colegio mi profesor de matemáticas usaba un portatizas porque decía que sufría alergia al yeso, de modo que siempre le recuerdo llegando a clase y sacando aquel cilindro azul de su maletín para ponerse a escribir fórmulas en la pizarra.

No sé si tendrá que ver, pero cuando vi las primeras fotos de la Imalent LD70 no podía dejar de ver aquel portatizas que os digo: el tamaño, la forma, el volumen… Se hubiera quedado en una anécdota simpática si no hubiera visto también las características técnicas de este pequeño cañón de luz, ya que es capaz de lanzar por momentos 4000 lumens (sí, cuatro mil: un cuatro seguido de tres ceros) y al final eso es lo que me animó a hacerme con ella.

El cuerpo

La LD70 tiene un aspecto bastante futurista; especialmente si la adquirimos en uno de los tres colores alternativos al clásico negro como son azul eléctrico, dorado y verde militar, que es la que al final me he comprado. Estuve a punto de comprar la azul, pero he de reconocer que desde el primer momento la verde me hizo tilín y al final decidí seguir mi instinto. Creo que hice bien, porque en la mano es bien bonita y contrasta mucho con el negro de ciertas partes de su cuerpo, el azul del anillo externo de la lente frontal y el amarillo del propio LED.

La linterna es básicamente la fusión entre un octógono redondeado hasta el punto de ser casi un cilindro, está fabricada en aluminio y el color principal está aplicado mediante un anodizado que, como os decía, está disponible en cuatro colores principales. En cualquier caso, el «fondo» siempre es negro y lo que cambia es la capa exterior.

Tiene una longitud de 81 mm, un diámetro de 27 mm y un peso de 87 gramos, lo que la situa en la familia de las linternas EDC pero no de las que, como la Rovyvon Aurora A1 o la Nitecore Tiki pueden ir colgadas en nuestro llavero a todas horas sin que notemos que están ahí. En el caso de la LD70 su emplazamiento natural es una mochila o, como mínimo, un bolsillo amplio como en el caso de, por ejemplo, la Olight S1 Baton.

De hecho, Imalent incluye como complemento a este modelo una correa de muñeca con el nombre de la marca bordado en ella, lo que nos está indicando dos cosas: que la linterna no puede ir en un llavero y que está tan pulida (no tiene ningún tipo de knurling) que se nos puede resbalar de las manos si hace mucho frío y/o somos torpes. Lo bueno es que por obra y gracia de las aristas longitudinales de su cuerpo no rodará si la dejamos apoyada en una superficie inclinada.

Continuando con el repaso a la anatomía de esta linterna, el botón de encendido y apagado (y cambio de modos) está integrado en la parte trasera, pero no se trata del típico botón de las linternas tailcap que hace click-clack al accionarlo; sino que es más bien un botón electrónico de muy poco recorrido pero gran precisión.

Como continuación de la filosofía de diseño de este modelo de linterna el botón es de forma muy simple, de diámetro generoso y completamente plano, y he de decir que desde que tengo esta linterna no he fallado ni una sola vez en el número de clicks, que van entre uno y cuatro en función de lo que queramos hacer; así que parece que los diseñadores han clavado el tacto idóneo que ha de tener un pulsador de este tipo. Eso sí, para prevenir encendidos accidentales es importante bloquear la linterna (cuatro clicks seguidos para bloquear y desbloquear) si no la vamos a utilizar durante un tiempo, porque un sólo click provoca el encendido de la LD70 en el último modo empleado y, como luego veremos, puede llegar a calentarse bastante en los más potentes.

Al estar este botón enrasado con la cara trasera de la LD70 podremos hacer tailstanding sin ningún tipo de problema, cosa que se agradece en una linterna tan potente como esta porque nos va a permitir iluminar una estancia bastante grande de forma muy homogénea al rebotar la luz en el techo. También dispone de una hendidura a cada lado para poder colocar la correa que trae donde más cómodo nos resulte, si bien no podremos acomodar ahí una anilla de llavero.

En cuanto al frontal he de reconocer que me gusta mucho: si os fijáis, consiste en una serie de círculos concéntricos generados por el propio diseño «a capas» de la linterna que rodean un bonito reflector de piel de naranja que ayuda a repartir la luz que emite el generoso LED sobre el que gira todo el diseño de este modelo y una lente lisa frontal perfectamente transparente que sella el conjunto y le da un aire muy elegante.

Cerca del botón de encendido veremos dos contactos metálicos que no son otra cosa que el lugar donde se conecta el cable-cargador magnético que viene con la linterna y que representa uno de los principales problemas que le veo a este modelo de Imalent: si perdemos ese cable tendremos un problema. Cierto es que un puerto microUSB o USB-C hace que la linterna quede más expuesta a daños por humedad si se moja porque puede entrar agua al interior, pero mediante su uso puedo cargar una linterna en casi cualquier lugar porque cables de ese tipo los tengo por todas partes.

Sin embargo, al tener un cable propietario he de cargar con él en todo momento si quiero cargar la linterna en la oficina, en el coche, con un powerbank o en un McDonald’s y si por lo que sea lo pierdo o se rompe (cosa mucho más probable al vernos obligados a llevar el cable de acá para allá todo el día) me tocará comprar uno nuevo, el cual se vende en la web de la marca por unos 7 €.

De hecho, estoy pensando en hacerme con una LD10 que cuesta unos 30 € y así ya tengo dos cables de carga, pues ambas llevan el mismo sistema magnético; aunque también he de decir que el modelo que os digo no me atrae tanto como éste empezando por un motivo muy sencillo: sólo está disponible en color negro.

No lo he comentado todavía, pero a estas alturas de la review creo que ya lo tendréis claro; y es que la batería de la linterna es interna y no reemplazable por el usuario pese a que en realidad es una 18350 de 1100 mAh (dato aportado por la propia marca en sus especificaciones del modelo) cuya carga si la hemos dejado tiritando nos llevará una hora y media. Lo bueno es que si con el tiempo la batería se acaba cortocircuitando internamente o algo así, al menos al ser una linterna con un diseño bonito el pisapapeles en el que se habrá convertido quedará chulo en el escritorio.

Otro detalle molón de la Imalent LD70 es la minúscula pantalla OLED monocromática que lleva incorporada al extremo contrario de los contactos de carga. Mediante su uso podremos saber si la linterna está bloqueada o desbloqueada, el modo en que nos encontramos y, lo más importante, la tensión de la batería en todo momento (si la linterna está apagada y desbloqueada este dato podemos consultarlo con un triple click). Del mismo modo, mientras la estamos cargando muestra el símbolo de una pila con cinco segmentos que se van rellenando. Como os digo, la pantalla es pequeña y muy discreta, pero tiene bastante utilidad.

En términos globales la linterna no tiene un tamaño excesivo y no va a suponer una molestia en el bolsillo de una chaqueta ni llevándola en la mano durante mucho tiempo. Por cierto, en cuanto a resistencia a los elementos y a los golpes, el fabricante certifica que la LD70 es IPx8 y que podría soportar caídas desde 1,5 metros.

Hablemos ahora de los modos de la linterna, pues hay bastante que contar. Y es que a diferencia de la mayoría de modelos, esta se enciende con un sólo click y para cambiar entre los cuatro modos estándar (al más potente se accede de otra manera como enseguida os contaré) hay que mantener pulsado el botón.

Para apagarla en todos los casos se hace mediante un click simple y al volver a encenderla esta lo hará en el último que la hayamos usado (a excepción de los modos Turbo y Estroboscópico).

  • Bajo: 20 lumens (15 horas)
  • Medio-Bajo: 200 lumens (3,5 horas)
  • Medio: 900 lumens (45 minutos)
  • Alto: 2000 lumens (1,5 minutos) –> 900 lumens (39 minutos)
  • *Turbo: 4000 lumens (1 minuto) –> 900 lumens (38 minutos)

Como os decía antes, el modo Turbo no está comprendido en el ciclo de modos normales, y es que la forma de acceder a él es con una doble pulsación en el botón de la linterna. Posteriormente, otra doble pulsación pasará al modo Estroboscópico, que no es más que el modo de máxima potencia pero encendiendo y apagando la linterna a una frecuencia de aproximadamente 10 Hz en lugar de mantenerla constantemente encendida. Ideal para epilépticos, vaya.

Como en muchos modelos que cuentan con modos muy potentes, estos no son utilizables continuamente; sino que cuando los activamos se inicia un contador interno que cambia a un modo inferior cuando ha pasado un tiempo estipulado. Del mismo modo, si la electrónica de la linterna detecta que está alcanzando una temperatura interna «peligrosa» bajará la potencia lumínica y no nos dejará volver a los modos superiores hasta que se enfríe algunos grados.

La luz

La luz que emite este modelo de Imalent es bastante blanca, especialmente en los modos más luminosos. También noto que es una linterna más enfocada a iluminar una zona amplia con su amplio haz que a lanzar un «tubo» de luz que puede llegar muy lejos pero que fuera de su perímetro mantendrá todo a oscuras.

El LED encargado de esto es un Cree XHP70.2 bastante novedoso y que representa un paso adelante en el mundo de las linternas, ya que es capaz de sacar mucha más luz que sus antecesores y, por tanto, lograr prestaciones de linternas grandes en un formato de bolsillo.

Para que os hagáis una idea de lo que podemos esperar de este modelo, una noche me acerqué a una arboleda cercana a mi casa para probar los modos más potentes y me fijé en que al apuntar a lo lejos no era capaz de distinguir cosas que estaban muy distantes; pero a cambio podía ver a mi alrededor con mucha claridad gracias a que el haz se abre bastante al salir de la linterna y no tenemos esa sensación de ceguera periférica que ocurre con otros modelos más orientados a alcanzar grandes distancias.

Sobre estas líneas tenéis una de las pruebas que hice. En la primera imagen tenéis lo que se veía cuando estaba allí con la linterna apagada (era ya casi totalmente de noche) y en la segunda lo que podemos llegar a vislumbrar con la linterna funcionando en modo Turbo.

Me gustaría que os fijárais en cómo la luz se reparte también hacia los lados haciendo que no sólo el camino central esté iluminado, sino también los senderos laterales que discurren entre los árboles. Seguramente en un día claro llegaríamos a ver incluso a más distancia, pero en esos momentos se estaba empezando a formar algo de niebla y eso se nota en el aspecto blanquecino de la imagen. Aun así, estimo que en esas condiciones de niebla ligera podría distinguir a alguien que viniera andando a aproximadamente 100 metros de distancia.

Como os decía, ese es el modo de 4000 lumens de la linterna, que está pensado para ser empleado durante unos instantes para ver en la lejanía con algo de detalle y luego pasar a un modo más normal. Por ejemplo, para caminar tranquilamente tenemos el modo de 200 lumens con el que veremos nuestro entorno perfectamente incluso en completa oscuridad y con el que tendremos una duración de batería más que decente; aunque si queremos más chicha podemos pasar al modo de 900 lumens que emite un porrón de luz y que podremos mantener encendido continuamente durante tres cuartos de hora.

Aprovecharé para comentar que el modo de 20 lumens se queda un poco en tierra de nadie: son demasiados para andar por la casa a oscuras (ya sabéis que para eso considero ideal un modo Moonlight de aproximadamente 1 lumen) pero pocos para caminar por el campo; aunque lo bueno que tiene es que no muestra rastro de PWM. Lo veo bien para buscar algo a oscuras en el garaje o para leer en oscuridad sin quedarnos cegatos por el reflejo de una luz potente en el papel; pero como os digo creo que como modo más bajo es demasiado intenso.

ACTUALIZACIÓN: Aprovechando una noche clara y sin ápice de niable, volví al mismo sitio para repetir la fotografía que tenéis unos párrafos más arriba, así que os la dejo a continuación.

Las sensaciones

He de reconocer que aunque de primeras no me convencía mucho el hecho de que la LD70 no tuviera ningún tipo de textura rugosa en su superficie, he de reconocer que el agarre es bastante seguro gracias a las hendiduras que posee. Si además de eso hacemos uso de la correa para la muñeca que incluye, podremos utilizar este modelo sin miedo a que se nos vaya al suelo.

Más allá de esto, lo que más me gusta de este modelo de Imalent (aparte del mogollón de luz que suponen esas ráfagas de 4000 lumens) es su pantalla OLED con la que podemos ver en todo momento qué tensión tiene la batería. De hecho me parece una buena cosa observar cómo en los modos más bajos la tensión de la batería se mantiene más o menos constante pero cuando vamos a los dos más altos el voltaje cae de golpe varias décimas de voltio que luego se recuperan en buena medida al apagar, señal de que la gran cantidad de corriente que estamos extrayendo de la batería en esos momentos la acerca a su límite de rendimiento.

También me gusta mucho su tacto en la mano: aunque el diseño es diferente al resto de linternas habituales, al sostenerla se nota que es sólida y está muy bien ensamblada. La prueba de agitarla por si se nota algún componente suelto en su interior la pasa sin problemas y por mucha fuerza con la que la aprieto no consigo percibir movimiento o crujidos entre las piezas, y eso que por su forma constructiva (tipo «rollito de primavera») uno tiende a pensar que va a crujir o a flexar ligeramente.

Haciendo uso de sus modos más potentes, enseguida apreciaremos que la LD70 se calienta considerablemente. En los modos de 20 y 200 lumens es imperceptible y en el de 900 lumens notaremos que el cuerpo se templa pasados unos minutos; pero en los de 2000 y especialmente 4000 lumens si sostenemos la linterna aproximadamente un minuto con la mano desnuda comenzaremos a sentirnos incluso incómodos por la temperatura que alcanza la superficie metálica de la linterna.

Sé de gente que siente decepcionada con esta linterna porque los modos más potentes sólo se puedan mantener durante breves lapsos de tiempo, ya sea por la temperatura (si alcanza cierto nivel no nos dejará volver a los modos más potentes hasta que se enfríe) o porque la duración de la batería se resiente; pero es que estamos hablando de 4000 lumens en un aparato que es incluso algo más pequeño que la típica barra de pegamento Pritt.

Y claro, es que al cabo de un minuto de uso del modo más potente he llegado a medir en su superficie temperaturas que superaban los 56 grados y la batería se ha descargado casi un 20% durante ese tiempo; lo cual es perfectamente normal porque hasta que no la ves funcionar «en directo» no te haces una idea de la cantidad de luz que es capaz de emitir esta pequeña linterna.

Pero es que, insisto, esos 4000 lumens son para usar en un momento determinado y luego volver a los modos de 200 o 900 lumens, que proveen capacidad lumínica más que suficiente para los usos que podemos darle a una linterna como esta. Si os compráis un modelo de este tamaño pretendiendo iluminar constantemente a ese nivel tenéis dos opciones: esperar unos cuantos años a que la tecnología LED avance considerablente o haceros con una linterna capaz de dar picos de 20000 lumens en la que 4000 lumens será uno de los modos intermedios que podrá mantener sin problemas durante bastante tiempo; pero tened claro que ni va a abultar lo que esta ni va a costar 60 €.

Conclusión

No creo que haya ahora mismo en el mercado ningún modelo que supere a éste en relación «peso, volumen o precio / lumens máximos». Desde luego entre las que he probado hasta el momento podría tener como rivales a la ya mencionada Olight Baton S1 o a la Nitecore TIP2; pero ambos modelos no tienen nada que hacer en cuanto a luminosidad máxima y tampoco disponen de pantalla multifunción. La que sí posee este elemento (pero todavía no ha pasado por mis manos) es la Nitecore TUP, que comparte filosofías de uso y diseño con la LD70 pero su modo turbo se queda en «sólo» 1000 lumens.

Para ponerse a la altura en capacidad de iluminación tendríamos que irnos a una Thrunite TC20 o a una Fenix E35 V3.0 aunque ambos modelos tienen un diseño más clásico y además tampoco disponen de pantalla OLED; y es que la LD70 ahora mismo es un producto único en su segmento por diseño, tamaño y prestaciones y además no me parece que tenga un precio muy disparatado, de modo que me parece un modelo muy recomendable.

Lo bueno

  • Intensidad lumínica brutal en una linterna de este tamaño (aunque sólo durante breves lapsos de tiempo)
  • Calidad de construcción robusta y precisa
  • Diseño moderno y original
  • Pantalla OLED de gran utilidad

Lo malo

  • Cargador no estándar
  • Batería no reemplazable
  • No posee modo Moonlight

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Comparativa: Rovyvon Aurora A1 vs. A1x

En el reciente análisis de la Rovyvon Aurora A1x ya os comenté que estaba pensando en redactar una entrada comparando este modelo con su antecesora; y de hecho si os fijáis apenas hay referencias cruzadas entre ellas porque aunque comencé a escribir el artículo poniéndolas en contraste, borré casi todo lo que había escrito y volví a empezar escribiéndolo como un análisis independiente pero ya con la idea de estos párrafos que hoy comparto con vosotros.

Aunque para un comparativo como éste lo suyo sería resumir los datos en un tabla, he decido que mejor os voy a ir narrando punto por punto las semejanzas y diferencias entre los dos modelos a comparar, y así me puedo explayar un poco más (ya sabéis lo mucho que me cuesta ser breve cuando hablo de las cosas que me apasionan).

Externamente las dos linternas son muy similares, hasta el punto de que por separado podríamos pensar que tienen las mismas dimensiones. Sin embargo, puesta una al lado de la otra vamos a ver que la A1x ha crecido un poco con respecto a su hermana.

Concretamente, en la dimensión mayor la A1x es 5,5 mm más larga, mientras que en lo que a diámetro se refiere la A1x también es más grande por apenas 1,6 mm. En cuanto al peso, la A1x hace subir la báscula 4,8 gramos más que la A1; algo lógico porque su batería es 200 mAh mayor (330 contra 130) y por tanto el tiempo de carga también es ligeramente superior (90 minutos frente a 45).

El LED que equipan es el mismo (Cree XP-G3) aunque ambas poseen versiones con emisores Nichia de menor potencia pero mayor afinidad cromática; cosa que para la aplicación que yo le doy a este tipo de linternas se me queda en un un segundo plano. Valoro más la posibilidad de pegar un fogonazo rápido de bastantes lumens antes de percibir el RAL 5005 tal y como lo vería a la luz del día.

Hablando de potencia lumínica, la A1x vuelve a ganarle la partida a la A1 con sus 650 lumens frente a los 550 de la otra. Y no sólo eso, sino que también en la autonomía la A1x gana la partida por mucho, pues en el modo bajo de 20 lumens es capaz de mantenerse encendida durante 8 horas, mientras que la A1 a las 2,5 horas se apagará.

Hasta este punto la A1x gana por prestaciones, pero pierde por tamaño. Sé que la diferencia es escasa, pero cuando llevas la linterna junto a las llaves de casa en el bolsillo del pantalón sí que se nota ese leve incremento de tamaño. A ver, que a los dos días ya ni te acuerdas de que esta linterna es un poco más grande que la A1, pero aun así es un hecho.

Sin embargo, hay un aspecto radicalmente diferente entre las dos, que es la gestión de modos: en la A1 el proceso explicado rápidamente consistía en doble click para encender siempre en modo bajo y luego a base de clicks pasábamos a medio, alto y estroboscópico. Con un triple click activábamos directamente el modo ultrabajo (el 90% de veces que uso la linterna lo hago en ese modo) y manteniendo el botón presionado activábamos el modo alto.

En la A1x la cosa se complica, y es que no hay un modo de inicio por defecto: con un doble click activamos el modo que esté memorizado (lo que se logra usando un modo durante más de 3 minutos seguidos) y a base de clicks vamos haciendo ciclo entre ultrabajo, bajo, medio y alto. Con un triple click activamos directamente el modo estroboscópico y manteniendo pulsado activamos el modo alto directamente.

Pues bien, para el uso que yo hago de estas linternas el más cómodo para mí era el sistema de la A1, ya que sabía que con un triple click accedía directamente al modo Moonlight sabiendo que no iba a molestar a nadie ni me iba a cegar yo. Ahora mismo la A1x la tengo configurada para que se active el modo más bajo cuando la enciendo, pero si por lo que sea para alguna tarea necesito más luz durante un rato y al apagarla me olvido de reprogramar el modo ultrabajo, al volver a encenderla soltará una ráfaga de luz que no me esperaba (y además me caerá la bronca de mi novia por despertarla).

Un aspecto en el que la A1x ha mejorado enormemente es la implementación del PWM en los modos más bajos: en el modo moonlight de la A1 el PWM era de una frecuencia tan baja que se apreciaba a simple vista incluso con la linterna posada sobre la mesa; sólo había que mover un poco la mano delante de ella para comprobar que el parpadeo era evidente. Los modos bajo y medio también emplean PWM, pero al ser de una frecuencia mayor ya no era tan visible.

Pues bien, en la A1x han eliminado el PWM casi por completo; y es que aunque se usa en el modo moonlight el caso es que es inapreciable a simple vista incluso agitando la linterna con rapidez delante de los ojos, de modo que en ese aspecto los diseñadores de Rovyvon sí que han dado un paso adelante.

Por cierto, comentar que los botones de cada linterna son bastante diferentes, tanto en su forma como en su tacto. En el caso de la A1 es un botón ovalado de goma blanda que no tiene un click muy definido pero que aun así es preciso y fácil de activar. Por contra, en la A1x en botón es circular, de menor tamaño, recubierto de una goma algo más dura y con un tacto más definido a la hora de presionarlo. Yo, desde luego, prefería el de la A1 porque me resultaba más fácil dar con él a tientas y controlar el número y la cadencia de las pulsaciones que en el nuevo modelo

Hablemos ahora de lo que viene en la caja de la linterna: la A1x trae como extras un clip, una anilla de llavero, un cable de carga y el manual de instrucciones; mientras que la A1 añadía también una cadena por si nos la queríamos colgar del cuello. Supongo que en la marca se habrán dado cuenta de que era una flipada y han decidido prescindir de ella viendo que a nadie le dio por llevar sus linternas colgadas del cuello como si de un accesorio de moda se tratara.

Conclusiones

A modo de resumen diría que aunque la A1x ha supuesto un paso adelante en autonomía y también por la ausencia de PWM, ese ligero incremento en longitud y diámetro de la linterna la penalizan un poco a la hora de llevarla siempre junto a nuestras llaves. No es radicalmente más grande y está claro que algo había que sacrificar para implementar una batería de mayor capacidad, pero tras varias semanas con la A1x en el bolsillo he de reconocer que en ocasiones he echado de menos a su antecesora.

Por otra parte la nueva implementación de los modos de uso, desde mi punto de vista es un paso atrás por la variabilidad que supone la memorización de modo por defecto de aquel que utilicemos durante más de tres minutos seguidos. A mi modo de ver tal y como estaba implementado esto en la A1 era lo ideal, ya que siempre arrancábamos en el modo más bajo de los tres más habituales y luego teníamos acceso directo tanto al moonlight como al alto. En cuanto a la capacidad de iluminar, aunque en la práctica no hay grandes diferencias entre ambas, me quedaría con la A1x por esa ligeramente mayor concentración del haz de luz en la parte central.

En definitiva, si pudiera hacer una fusión de ambas linternas crearía un modelo con la autonomía y la ausencia de PWM de la A1x pero con las medidas, la implementación de los modos y el botón de la A1. Pero como todo no se puede tener, podría permitir que esa linterna personalizada tuviera las dimensiones de la A1x si gracias a ese sacrificio puedo mantener su batería de 330 mAh.

¡Nos leemos!

Review: Rovyvon Aurora A1x

La Aurora A1 de Rovyvon se ha convertido por derecho propio en mi compañera de llaves desde hace ya unos meses. Además de una construcción robusta y una portabilidad increíble, me gusta mucho el tacto de sus materiales y, sobre todo, los diversos modos que posee.

Tanto me ha gustado que ahora he decidido hacerme con el modelo que la sustituye que no es otro que la A1x, la cual sobre el papel ofrece mayor autonomía, interfaz de usuario mejorada y 100 lumens más de potencia lumínica; así que vamos a ir comentando punto por punto sus características principales.

El cuerpo

El cuerpo de la A1x está fabricado mayoritariamente de polimida, con una longitud total de 60,5 mm y un diámetro de 15,6 mm, contrando con un peso total de 16,8 gramos. Su forma es cilíndrica pero en la parte de poliamida posee diversos relieves para mejorar el agarre y la parte delantera (la cabeza) está fabricada en acero inoxidable totalmente pulido para ayudar a disipar el calor que emite el LED y dar más estabilidad a la hora de sostenerla en la mano.

Es curioso comprobar cómo la Rovyvon A1x no incluye esa ‘x’ en el nombre grabado en su cuerpo, y es que bastantes modelos tiene ya esta marca en el mercado como para encima ir añadiendo sufijos a cada evolución que saca. Como os digo, en «los papeles» se conoce como A1x pero en realidad sigue siendo la A1 porque lo que ha hecho ha sido sustituir al modelo original y así lo han querido reflejar los diseñadores en su cuerpo.

Hablando de nombres, denominaciones y serigrafías varias, observo que en la parte trasera (que es plana y permite hacer un tailstanding medianamente estable) han escrito «EDC Flashlight» a dos líneas, lo que me parece un poco hortera e innecesario, pues ya se ve que es una linterna que por su tamaño podemos llevar siempre encima.

Po cierto, la pequeña anilla que veis en las fotos se la he añadido yo, ya que así puedo llevar la linterna en mi llavero unida con un pequeño mosquetón que me permite liberarla rápidamente y así no tener que andar con las llaves colgando. En la caja de la linterna viene un anillo bastante más grande que éste, un clip metálico reversible, un cable de carga y el manual de usuario en papel.

El puerto microUSB de carga de la batería interna está situado en un lateral y es algo que en nada afecta a la ergonomía o funcionalidad de la A1x, ya que cuando la tapa está cerrada queda perfectamente enrasada con la superficie de la linterna. En cuanto a la batería, esta es de 330 mAh, tarda 90 minutos en cargarse por completo y nos proporcionará las siguientes autonomías:

  • Modo alto (650 lumens) 1,5 minutos –> (100 lumens) 75 minutos
  • Modo medio (230 lumens) 1,5 minutos –> (100 lumens) 90 minutos
  • Modo bajo (20 lumens) 8 horas
  • Modo ultrabajo (2 lumens) 30 horas

Como podéis ver, en los dos modos más altos tenemos una limitación que hace que al cabo de 90 segundos pasemos a una salida de «sólo» 100 lumens para evitar calentones en la electrónica y/o batería. Aún así, nada nos impide transcurrido ese tiempo apagarla y volver a unos de esos modos para utilizar todos los lumens que necesitemos. Eso sí, en el modo de 650 lumens la cabeza (de la linterna; no la nuestra) se pone a bastante temperatura al cabo de aproximadamente un minuto, así que ojo con cebarse porque ya sabéis que el calor no le sienta muy bien a las baterías de litio.

La luz

La A1x cuenta con un LED Cree XP-G3 capaz de emitir un máximo de 650 lumens (también existe una versión con un Nichia 219C de CRI >90 y 450 lumens) y observo que la zona central del haz de luz es sensiblemente más brillante que el perímetro exterior; por lo que gracias a ello ahora la luz que lanza llega algo más lejos. Es decir, que a la hora de usarla a su máxima potencia la zona a la que estamos apuntando resultará algo más brillante que los alrededores, lo cual creo que es una buena cosa en linternas de cierta potencia porque nos permitirá ver «más allá».

Cuando uso la A1x a plena potencia me gusta comprobar cómo la luz es muy blanca y capaz de inundar una estancia de tamaño medio hasta el punto de molestar a los ojos si estábamos en oscuridad. Como anécdota os contaré que un día en el trabajo un compañero estaba tratando de localizar una pieza en el fondo de un tubo de metal de un par de metros de largo y para ello estaba alumbrándose malamente con el móvil. Pues bien, cuando saqué la A1x y le pegué un fogonazo de luz al interior del tubo haciendo que todo refulgiera como el sol él pegó un salto y tildó a la minúscula linterna como «matahombres»; término que me hizo mogollón de gracia.

Algo que agradezco mucho en la A1x es que no presenta PWM a simple vista. Juraría que algo tiene, sobre todo en el modo más bajo, pero de haberlo es prácticamente indetectable, a diferencia de la A1 «a secas» donde el modo moonlight presenta un parpadeo de baja frecuencia que se percibe incluso con la linterna posada encima de la mesa.

Las sensaciones

La linterna en la mano se siente ligera, robusta y bien ajustada. Nada se mueve ni cruje; ni siquiera al sacudirla. Tiene aspecto de que nada le ocurrirá si se nos cae al suelo pero tengo una queja: el botón de de control lo encuentro demasiado pequeño. En este caso es redondo, del tamaño de una lenteja pardina y recubierto de un círculo de goma transparente, pero es que el click es tan leve y poco definido que a veces me cuesta distinguir si lo he pulsado o no. Ah, también sirve como testigo de carga, ya que parpadea en azul mientras estamos cargando la linterna y se queda fijo al terminar.

En esta linterna la implementación de los modos no es siempre la misma. Me explico: cuando encendemos la linterna con un doble click en su botón se activa el modo que estuviera memorizado; y eso se hace estando en alguno de los modos durante más de tres minutos. Es decir, que si estamos en el modo Alto durante más de tres minutos y apagamos la linterna, al encenderla volveremos a dicho modo y en él empezará el ciclo (cambiaremos entre escalones con pulsaciones breves en el botón de la linterna) que en este caso será «Alto – Ultrabajo – Bajo – Medio – Alto – Ultrabajo…».

Si estando por ejemplo en el modo Alto le damos un toque al botón pasaremos al modo Ultrabajo, y con otro toque más pasamos al Bajo. Si dicho modo está activado durante más de tres minutos ese pasará a ser ahora el modo de inicio y en él empezará el ciclo de modos a partir de entonces siguiendo el órden «Bajo – Medio – Alto – Ultrabajo – Bajo – Medio…».

Por tanto, si como me pasa a mí y os gusta que al encender la linterna esta lo haga en el modo menos luminoso de todos, tendréis que hacer que memorice el modo Ultrabajo y así al encenderla no os deslumbraréis ni a vosotros mismos ni al resto de la humanidad. Lo único que si cambiais de modo al usarla y lo mantenéis durante un rato, es posible que ese se guarde como modo incial y os sorprenda la próxima vez que encendáis la linterna.

Por otra parte, si con la linterna apagada mantenemos pulsado el botón activaremos directamente el modo alto que se mantendrá encendido mientras estemos pulsando el mencionado botón y luego está el modo el estroboscópico, que por suerte está fuera del ciclo de modos normales y se activa estando la linterna apagada y haciendo una triple pulsación en el pequeño botón. En cualquier caso, estando la linterna encendida para apagarla hay que mantener pulsado el botón de control durante algo más de un segundo.

A mí ese tipo de linternas me parecen la mejor opción en cuanto a la relación portabilidad/prestaciones. Ya hemos analizado alguna de un tamaño minúsculo (como la Walter Pro NL10, la Trustfire Mini-07 o la Olight i1R 2 EOS) y aunque es verdad que de esas literalmente nos olvidamos de que las llevamos encima, no es menos cierto que la potencia lumínica y, sobre todo, la autonomía se resienten un poco. Sin embargo, con este tipo de linternas que descubrí con la Nitecore Tiki tenemos un balance muy adecuado entre tamaño reducido, potencia luminosa más que suficiente y autonomía como para no tener que ir cargando todos los días la batería.

Del modelo que hoy estamos viendo me gusta que hayan eliminado el PWM porque cuando es muy acusado molesta bastante cuando estamos iluminando algo en movimiento y tenemos la sensación de estar viendo un vídeo que corre a pocos frames por segundo. En este modelo esto se ha eliminado casi por completo y eso es algo que quiero recalcar.

En cuanto a los materiales, habrá gente a la que no le guste, pero creo que la elección de la poliamida para el cuerpo es buena: es un material medianamente resistente al uso diario aunque no tanto a los arañazos profundos como el que he provocado al colocar la anilla posterior y que podéis ver en una de las fotos que ilustran esta entrada. En el día a día no vais a tener arañazos visibles con el roce con las llaves y/o las monedas que podáis llevar en el bolsillo, y lo que va a ocurrir más bien es que la textura microgranulosa de la linterna se va a ir suavizando y alisando en las zonas de mayor roce, haciendo que vuestra A1x vaya envejeciendo con vosotros.

Conclusión

Reconozco que he desarrollado una rápida afinidad por Rovyvon: hacen linternas con un diseño que me gusta mucho, prácticas, funcionales y, aunque esto es algo que veremos con el tiempo, fiables y resistentes.

El modelo que hoy hemos visto es ahora mismo el más sencillo de la marca, pero eso no quiere decir que ande corto de prestaciones: poner 650 lumens en la punta de tus dedos en un momento dado es una pasada; y aunque es verdad que gracias al aumento de capacidad de la batería tenemos una autonomía bastante decente, también he de decir que empieza a estar en el límite del concepto de linterna llavero de tal modo que si la engrosan o alargan un poco más ya tendría que ir suelta en un bolsillo, mochila o bolso.

De hecho tengo en mente preparar un artículo comparando la A1 y la A1x porque creo que puede ser interesante para comprobar si la introducción de las mejoras en el nuevo modelo ha sido un paso adelante o no. A ver si un día de estos me pongo con ello porque creo que puede ser interesante.

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