Ya conocía la Olight i5T EOS puesto que suelo recorrer el mundillo linternero y estoy muy al tanto de lo que va saliendo sobre todo en formato pequeño que, como sabéis, es el que más me motiva. Y he de reconocer que se trata de un modelo que no había despertado mucho interés en mí, ya que al final no es más que una linterna cilíndrica alimentada por una pila AA que cuenta con dos modos de 15 y 300 lumens, clip desmontable e interruptor trasero. Nada emocionante, vaya.
Sin embargo, en una visita fugaz a una tienda especializada al norte de Madrid, me topé con la última unidad en stock de la edición en cobre (limitada a 18000 piezas y que actualmente ya no se fabrica) de modo que no me lo pensé dos veces y me hice con ella para así unirla a ese selecto club formado hasta hoy en mi caso por la Olight i3E-Cu EOS y la Nitecore TINI Cu.
El cuerpo
Al igual que en la i3E-Cu EOS, el cuerpo de la linterna está fabricado a base de cobre puro mecanizado. Es decir, que no es una pieza cilíndrica de cualquier material malucho con un fino recubrimiento de cobre; sino que todo el cuerpo está compuesto del famoso metal color salmón que, tras su llegada al mundo, empezará a variar su aspecto en función de las condiciones a las que se vea sometido.
Precisamente para que sea el usuario el que decida ese momento preciso, la linterna viene envuelta en una lámina de plástico a la que se le ha extraído todo el aire y en ella se ha incluido un sobre que contiene algún tipo de sustancia que previene la oxidación del metal. En vuestras manos queda la opción de dejarla eternamente ultraconservada al vacío (dan ganas de meterla en el congelador) o bien sacarla del blister y empezar a disfrutar de ella.
Una vez que tenemos la i5T en nuestras manos, observamos que sus dimensiones son de 95 mm de longitud por 18 mm de diámetro, parando la báscula en 105 gramos incluyendo la pila alcalina AA necesaria para su funcionamiento. Sí, tiene cierto sobrepeso; pero es algo habitual en todas las linternas de cobre en comparación con sus equivalentes de aluminio porque la densidad de este material es 8,9 gr/cm3 frente a los 2,7 gr/cm3 del aluminio; es decir, que es aproximadamente tres veces más pesado.
Como veis en las fotografías, el cuerpo posee una doble ranura helicoidal que además de ser bastante original recorre todo el cuerpo a modo de knurling, lo que consigue que el agarre sea tan cómodo como eficaz. Además, el tacto del cobre favorece este buen agarre, ya que suele ser más «pegajoso» que el siempre resbaladizo aluminio.
Podemos distinguir dos zonas con inscripciones directamente realizadas sobre el metal: el nombre de la marca grabado en la parte delantera del cuerpo así como el modelo, su número de serie y el logo CE grabados en la parte trasera. Por mi experiencia con la i3E-Cu os puedo decir que aunque de primeras las inscripciones se vean muy bien, cuando va pasando el tiempo cada vez se difuminan más hasta el punto de apenas poder distinguirlas a no ser que limpiemos la linterna a conciencia.
Todo el control de este modelo de Olight está centralizado en el único botón que esta posee; pero a diferencia de la gran mayoría que han pasado por aquí no está en un lateral del cuerpo sino en su parte trasera. Estamos, por tanto, ante una linterna de tipo tailswitch muy del estilo de las que salen en las películas de detectives incluyendo el típico click al pulsarlo. Por supuesto, por el diseño de esta parte no hay posibilidad de hacer tailstanding de ninguna manera.
Me llama la atención que la i5T no dispone de ningún modo de colocarle una correa al no disponer de oquedad o rebaje alguno en el cuerpo. Y me parece curioso porque en otros modelos de la marca sí que tenemos esa posibilidad, por lo que no sé por qué en este caso han decidido prescindir de esta opción. La única forma sería haciendo un lazo en el agujero superior que tiene la pinza que trae montada de serie; pero no está pensado para eso y ante un tirón fuerte la pinza se podría soltar del cuerpo acabando con la i5T en el duro suelo, por lo que yo lo descartaría.
Hablando de la pinza, esta no es de cobre; sino que está fabricada en latón oscurecido. De primeras tiene un tono algo más parduzco que el cuerpo de la linterna, pero dependiendo de cómo vaya envejeciendo tiene pinta de que los tonos se irán igualando con el paso del tiempo. No soy yo muy de pinzas en las linternas; pero reconozco que al quitársela (es desmontable, símplemente va a presión) la i5T queda un poco sosa y además consigue que mejore su agarre cuando la tienes en la mano. Aparte de esto, por su curioso diseño esta es reversible sin necesidad de moverla de la posición que veis en las fotos, ya que podemos engancharla en uno u otro sentido gracias a su doble curva superpuesta.
A modo de curiosidad, en este artículo voy a incluir un vídeo que he grabado sacando la linterna de su envoltorio al vacío para que veáis por vosotros mismos como es ese momento en el que «nace» una linterna de cobre; ya que a partir de ese preciso instante comienza a envejecer inexorablemente por el oxígeno que hay en el aire. Desde luego que no es ninguna maravilla de la técnica, pero me apetecía inmortalizar el momento y compartirlo con vosotros.
La parte trasera de la linterna, que es desenroscable porque es por ahí por donde se introduce la pila AA que utiliza, también está fabricada en cobre; tanto el exterior como la rosca interior, la cual posee una junta tórica de color rojo para asegurar su estanqueidad. Cuenta además con un estriado vertical muy marcado que nos permitirá girarla sin ningún problema.
El botón tiene un tacto duro que hará que no se nos encienda en el bolsillo de la chaqueta por accidente. Aun así, si vais a transportar la linterna en un sitio cerrado y apretado (bolso, mochila, bolsillo de vaquero, etc) lo más recomendable es sacarle la pila para evitar encendidos por accidente y encontrarnos sin autonomía cuando más falta nos haga.
En lo que a resistencia a los «accidentes» se refiere, Olight asegura que su linterna posee certificación IPX8 (lo que la convierte en sumergible) y que puede soportar caídas desde 1,5 metros de altura. Sea como sea, no os recomiendo que probéis la resistencia a los golpes porque el cobre es un material relativamente blando y se marcará en cuanto aterrice con cierta fuerza sobre una superficie sólida.
Por cierto, aunque hay gente que lo ha probado, Olight no recomienda usar baterías recargables de litio en este modelo, ya que podemos cargarnos el LED y/o su electrónica de control. Sólo pilas AA de 1,5 voltios ya sean alcalinas o recargables Ni-MH, tenedlo en cuenta.
La luz
Olight ha decidido equipar a la i5T con un LED Osram P9, que nos va a dar una luz algo más cálida de lo habitual; pero que también provoca que en la zona central del haz proyectado aparezca un anillo algo amarillo, siendo la corona exterior de un blanco bastante homogéneo. Aun así, esto es algo que sólo percibiremos si apuntamos a una pared blanca, porque en el mundo real la luz se distribuye bastante bien.
En cuanto a los modos de funcionamiento, la i5T posee sólo dos que se distribuyen de la siguiente forma:
- Alto: 300 lumens (3 minutos) –> 150 lumens (25 minutos) –> 30 lumens (122 minutos)
- Bajo: 15 lumens (20 horas)
Como podéis ver, el modo alto no es constante sino que tiene tres niveles que se van activando mediante un temporizador interno. Siendo una linterna que funciona mediante una pila alcalina esto no se ha hecho por evitar picos de temperatura (nunca va a representar un problema en la i5T) sino para prolongar la autonomía en la medida de lo posible.
La forma de cambiar entre ambos modos es mediante el uso del botón trasero. Por defecto la i5T siempre enciende en el modo bajo y para pasar al alto tendremos que apagar y volver a encender en menos de dos segundos; cosa que de primeras a veces cuesta un poco por el tacto duro del botón.
Además, ese tacto tan sólido hace que podamos usar la linterna de modo temporal símplemente manteniéndolo ligeramente apretado y si ya queremos dejarla encendida sólo tenemos que hacer algo más de fuerza para que se hunda un poco más y se enclave.
Por cierto, me llama mucho la atención que en esta linterna el modo alto no se enciende de forma instantánea; sino que lo realiza mediante una rampa de apenas décimas de segundo que hacen que percibamos ese cambio de intensidad de una forma gradual y muy agradable. Me parece un detalle elegante y original, la verdad.
Como en tantos otros modelos actuales, la i5T cuenta con un reflector TIR transparente para distribuir la luz emitida por el LED de una forma controlada y estudiada por los diseñadores de Olight. Como ya os he dicho muchas veces, no tienen el encanto de los reflectores de piel de naranja pero hay que reconocer que son más eficientes.
Las sensaciones
En comparación con las linternas que suelo emplear (EDC del tamaño más pequeño posible) la Olight i5T EOS CU se nota más grande y, sobre todo al ser de cobre, más pesada; pero esto también consigue que seamos capaces de agarrarla de forma sólida y segura.
Y aunque en cualquier linterna de este metal el agarre es muy bueno, en esta i5T lo es más todavía gracias a las ranuras helicoidales que recorren su cuerpo y a la forma prominente de la pinza que trae adosada. Además, estas ranuras quedan más protegidas del sudor de las manos y del roce del entorno, lo que hace que al final conserven un tono diferente al de la parte superficial, así que aunque al principio su aspecto es homogéneo y muy discreto, al cabo del tiempo acaban haciendo contraste.
Un detalle que no me ha gustado nada es que la pila venga de fábrica puesta dentro de la linterna. Es verdad que lleva un círculo de plástico que aisla el polo negativo del muelle de la parte posterior de la linterna y que antes de usarla debemos retirarlo; pero siendo una pila alcalina que puede ser propensa a fugas lo veo un riesgo que se podía haber evitado colocándola suelta en la caja como se suele hacer en la mayoría de los casos.
Hace unos meses se me sulfató una pila AAA dentro de una Fenix E01 y además de que tuve que hacer ingeniería de minas para sacarla de ahí (taladrar la pila, meterle un tornillo, echarle aceite, tirar con alicates…) al final el interior del cuerpo de la linterna se ha quedado lleno de sulfato y ahora si meto otra pila luego no sale con facilidad.
¿Por qué se ha metido una pila alcalina AA en el interior de una linterna de edición limitada fabricada en cobre que algunas personas querrán conservar eternamente en su funda al vacío? Pues no lo sé, pero es muy posible que con el paso de los años la pila se sulfate y acabe provocando daños en su interior tanto al cobre como a la placa electrónica que allí se encuentra.
Pero bueno, sea como sea, he de decir que el tacto de la linterna es exquisito; especialmente la rosca de la parte trasera que además de estar perfectamente torneada, al ser de perfil cuadrado es sólida y ajusta a la perfección. Algo a lo que contribuye el material de la linterna, pues en otros como el titanio el roce de metal contra metal tiene un tacto arenoso y no produce la agradable sensación que tenemos en esta Olight de cobre.
Usándola por mi pista de pruebas habitual pude ver que el haz se reparte muy bien y es muy homogéneo. Para dar una vuelta si estamos en completa oscuridad puede llegarnos con el modo Bajo porque al final la vista se acaba acostumbrando, pero por su alcance sólo nos servirá para suelos llanos en los que queremos tener controlado lo que pisamos y poco más. Para tener un alcance ya bastante digno debemos utilizar el modo Alto que con sus 300 lumens nos va a permitir ver las cosas a unos cuantos metros de distancia.
Os voy a dejar a continuación unas imágenes para que os hagáis una idea de lo que se veía sin iluminación y lo que podemos llegar a ver con la i5T en su modo Alto.
Llevo usándola ya unos días y veo que está empezando a oscurecerse ligeramente de tanto manosearla. Tal y como sospechaba, las ranuras helicoidales siguen teniendo más o menos su color original por estar menos expuestas y ya empiezan a contrastar con la parte más externa del cuerpo, logrando un acabado elegante y muy personal. Os dejo una foto a continuación, ya que el resto que ilustran este artículo están hechas el día que la saqué de la bolsa al vacío, pero esta es de unos diez días después.
Conclusión
No os voy a decir que os compréis esta versión de la i5T porque ya está descatalogada y no creo que vaya a ser fácil de encontrar a estas alturas. Pero más allá de tal o cual modelo, lo que sí os recomiendo es que os hagáis con algún modelo de cobre porque aunque al principio yo también pensaba que era una tontería, es estupendo ver cómo van cambiando de aspecto con el paso del tiempo y cómo el material tiene un tacto especial que no te proporciona ningún otro de los empleados para fabricar linternas.
Sin ir más lejos, al tener una conductividad térmica bastante alta, aunque al cogerla la notéis fría enseguida se va a calentar porque el calor de vuestras manos pasa con rapidez al cobre; y esto es algo que siempre me llama la atención cuando a lo mejor la he dejado en la guantera del coche o en el bolsillo de un abrigo a la intemperie.
En cuanto a la linterna como tal, por características no me llama mucho la atención, ya que como os decía al principio del artículo es una de tantas con forma cilíndrica, dos modos de funcionamiento, pila AA y botón trasero. Y es que para mí, la gracia de este modelo es el material del que está hecho, ya que por si sólo es capaz de convertir una linterna del «montón» en un ejemplar muy especial.
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