Review: Nitecore TIP SE

La Nitecore TIP2 me pareció un modelo sobrio, potente y funcional, así que la aparición de la TIP SE (una reencarnación del modelo original pero con doble LED) hizo que quisiera tenerla en mis manos y así poder probarla en profundidad. Además, esto me permite estar un paso más cerca de tener al menos una variante de cada uno de los modelos que componen la serie T de la marca.

El cuerpo

La TIP SE está compuesta por un cuerpo de aluminio anodizado fabricado por estampación de dos piezas que luego se atornillan entre si albergando en su interior tanto la batería como la electrónica de control. Está disponible en colores negro o gris y por el momento la marca no se ha animado a comercializar una edición en cobre como en el caso de la TIP original o la TINI. Por cierto, en esta ocasión he decidido innovar un poco y elegir el tono más claro; y es que en los últimos tiempos parece que me estoy empezando a aburrir del típico negro de la mayoría de las linternas.

Este modelo posee una forma bastante plana que de hecho es prácticamente igual a la de su antecesora a excepción del frontal. Esto es un punto a favor, ya que gran parte de la culpa de que no me ha haya hecho con una TIP es porque consideraba que la parte tubular que alojaba al emisor era bastante fea. Ahora esa zona tiene un acabado mucho más elegante, estando rematada por un marco negro de bordes suaves y achaflanados.

Rematando el frontal tenemos los dos LEDs gemelos frente a los cuales hay una lente TIR ovalada y de aspecto mate pero con una ventana circular frente a cada emisor, haciendo así que pensemos en unos ojos cuando miramos esa parte de la linterna. Su aspecto desde este punto de vista es muy similar a la TIP 2, pero en este caso al ser de forma oval da la impresión de ser mucho más ligera.

Los dos botones de control son de goma, con unas formas perfectamente cuadradas y de tacto preciso. Como en casi todas las Nitecore actuales, con uno de ellos apagaremos y encenderemos la linterna y con el otro cambiaremos de modo; aunque luego veremos que tienen alguna que otra utilidad adicional.

La linterna posee una batería interna de litio de 500 mAh que se recarga a través de un puerto USB-C que existe en uno de sus laterales. Celebro que Nitecore haya dado el salto a este tipo de conector que ya llevo tiempo diciendo que debería de convertirse en el estándar de carga de todos los dispositivos portátiles. Ah, según la marca por su propio diseño interno no necesita tapa de protección de forma que aunque se moje en teoría no hay problemas de que entre humedad al interior ni que haga algún tipo de cortocircuito (de hecho en las imágenes oficiales de la TIP SE esta aparece bajo la lluvia sin ningún tipo de tapa en el conector de carga).

Podemos ver que las dos caras principales de la linterna poseen una serie de rebajes enfrentados, los cuales son para fijar la pinza plástica que viene junto a ella. Al igual que en la TIP2 la encuentro algo endeble y no confiaría la vida de mi TIP SE a ella, pero se agradece el detalle para aquellos que quieran usarla con las manos libres colocándola en la visera de una gorra o en el tirante de una mochila. Además, si colocamos la pinza por la cara de los botones evitaremos su activación accidental, ya que no hay forma de bloquear la linterna «por software» como sí podíamos hacer por ejemplo en la Thumb. Siguiendo con la carcasa, los tornillos que fijan ambas caras son de tipo torx y tienen un tamaño microscópico.

Hablando de fijaciones, en la parte trasera cuenta con el típico doble herraje de lado a lado para colocar ahí una anilla de llavero o un paracord. Como de costumbre, Nitecore presume de que podemos colgar de ahí hasta 30 Kg de peso, lo cual da una idea de lo resistente que es pero no se me ocurre ninguna utilidad práctica a poder levantar una mesa de comedor atada a nuestra linterna EDC.

Por cierto, en la caja vienen dos anillas de llavero de diferentes tamaños además de un mosquetón pequeño, por lo que entre esto y la pinza que os decía antes seguro que encontráis la forma perfecta de llevar esta linterna a todos lados.

Según Nitecore la resistencia a los elementos viene dada por la certificación IP54, que es la misma que la TINI con la que he podido comprobar en mis propias carnes que no aguanta una ducha doméstica sin que le entre humedad al interior a través de los botones. Por tanto, no crucéis un río con ella en el bolsillo si no queréis desarmarla de urgencia antes de que cortocircuite algo por dentro. Lo máximo que aguanta es un chaparrón más o menos fuerte, de modo que mejor no pasar de ahí.

En cuanto a los golpes, se supone que aguantaría caídas de un metro sin dañarse; pero como de costumbre la realización de esa prueba os la dejo a vosotros.

La luz

El modelo que hoy analizamos recurre a dos LED Osram P8 para iluminar nuestro camino. No es mi opción favorita porque siempre sacan un cierto halo amarillento en la parte exterior del haz de luz, pero aún así esto es algo que sólo apreciaremos en paredes blancas lisas, no siendo un gran problema en el mundo real donde la iluminación la vamos a percibir de forma suave, homogénea y progresiva de interior a exterior. Es por tanto una linterna que tiende a inundar de luz nuestro alrededor más que a alcanzar grandes distancias.

La TIP SE posee cuatro modos de funcionamiento que de menor a mayor ofrecen las siguientes características:

  • Bajo: 1 lumen, 4 metros, 50 horas
  • Medio: 30 lumens, 18 metros, 8 horas
  • Alto: 180 lumens, 45 metros, 1 hora y 30 minutos
  • Turbo: 700 lumens, 90 metros, 15 minutos

Si queremos dejar fijo uno de los tres modos principales, debemos encender la linterna con el botón de encendido y cambiar entre Bajo – Medio – Alto mediante pulsaciones breves del botón de cambio (el de las cuatro rayas). La TIP SE tiene memoria de modo, lo que quiere decir que al volver a encenderla lo hará en el último modo que hayamos empleado.

Para acceder momentáneamente al modo Turbo con la linterna encendida lo que debemos hacer es mantener pulsado el botón de cambio de modo, de forma que mientras lo mantengamos así estará iluminando a 700 lumens volviendo al modo anterior en cuanto dejemos de pulsarlo.

Existen también un par de «accesos directos» con la linterna apagada: si mantenemos pulsado el botón de cambio de modo accederemos directamente al modo Turbo, pero si el que mantenemos pulsado es el botón de encendido al que accederemos directamente es al modo Bajo. Dos atajos muy útiles tanto para situaciones que requieren mucha luz en un instante determinado como en aquellas que nos queremos asegurar de que la linterna se enciende en el modo más bajo posible. En ambos casos la linterna permanecerá en el modo activado hasta que toquemos otro botón (cambio de modo para entrar en la rueda de «Bajo – Medio – Alto» o apagado para volver al mundo de la oscuridad).

Independientemente de todo lo anterior, la linterna tiene un control interno de temperatura de tal forma que si detecta mucho calor en su electrónica interna (cosa que en la práctica sólo va a ocurrir usando el modo Turbo) bajará la intensidad lumínica para mantenerse en unos márgenes de seguridad aceptables evitando así dañar la batería o la electrónica interna.

Para recargar la batería debemos de conectarle un cable USB-C a la linterna, momento en el que el LED rojo que hay bajo el botón de encendido se pondrá a parpadear y el proceso llevará algo menos de hora y media tras el cual pasará a verde. Comentar que mientras la estamos cargando es posible utilizar la linterna, de modo que podemos hacer con ella una especie de lámpara que nos vendrá muy bien dentro de una tienda de campaña o similar; aunque para esto hubiera venido bien incluir algún tipo de difusor para así crear una luz más ambiental.

Por cierto, no aprecio (al menos a simple vista o en la cámara) regulación por PWM en ninguno de sus modos. No digo que no la emplee, porque es posible que así sea al menos en el modo Bajo, pero de hacerlo la conmutación es de tan alta frecuencia que no soy capaz de notarla, así que bien por Nitecore; ya que en modelos como la TIKI era algo bastante molesto.

Las sensaciones

El tacto de la TIP SE me gusta mucho. Es suave, las terminaciones son muy buenas y además el frontal está perfectamente rematado gracias al marco de plástico que rodea a la lente TIR. Por su forma y dimensiones es una linterna que va perfectamente en el típico bolsillo pequeño para las monedas que suelen llevar los pantalones vaqueros y al no tener esquinas marcadas es muy cómoda de llevar en la mano.

La luz sorprende, por su intensidad y también por lo bien que se distribuye. El tinte amarillento de la zona externa que os comentaba hace unos párrafos sólo se distingue si apuntamos a una pared blanca, pero en el uso cotidiano lo que vamos a percibir es una capacidad de iluminar sorprendente para una linterna de este tamaño.

 

En mi habitual lugar de pruebas pude comprobar cómo la TIP SE aporta una buena iluminación, si bien en esas circunstancias el modo Bajo no tiene gran utilidad porque con un lumen nos alumbra poco más que los pies al caminar. El modo Medio ya es suficiente para vislumbrar unos metros si estamos dando un paseo a ritmo tranquilo y el Alto lo veo bien para correr o para terrenos accidentados.

El modo Turbo tiene su utilidad para alumbrar a lo lejos porque queremos ver hacia donde gira el camino o porque hemos visto algo «raro» en la lejanía y queremos asegurarnos de saber qué es antes de estar más cerca (zombies, osos polares, vendedores de romero…). La ráfaga de 700 lumens que pega la TIP SE es potente y nos permitirá inundar con luz todo nuestro entorno como muestra la foto que os pongo a continuación y que está hecha en completa oscuridad.

Como se puede apreciar, el haz de luz ilumina el camino claramente hasta bastantes metros más allá de nuestra posición pero también es capaz de arrojar luz hacia los lados distinguiendo los elementos que ahí se encuentran, siendo por tanto bastante útil para controlar nuestros alrededores mientras nos movemos en entornos oscuros.

Conclusión

La TIP SE es prima hermana de la TIP2. Perdemos el potente imán en la base de esta última, pero ganamos la carga por USB-C y un aspecto y tacto algo más estilizados. Por tanto, dentro de la propia marca yo os recomendaría haceros con una de las dos (excepto que, como en mi caso, sea por motivos de coleccionismo) ya que ocupan el mismo segmento y no le veo grandes ventajas a una sobre la otra.

Al margen de esto, como linterna «en solitario» me gusta mucho por la cantidad y calidad de luz que da, lo cómoda que es en la mano y lo bien implementada que está su interfaz de usuario. Sólo echo en falta algún modo de bloquear la linterna sin tener que recurrir a poner la pinza sobre los botones de control, pero aun así creo que es una muy buena linterna EDC.

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Review: Nitecore Thumb

Dentro de la serie T de Nitecore la Thumb es, con diferencia, la que menos me atraía; pero recientemente la pusieron de oferta en Amazon a poco más de 20 euros y decidí hacerme con ella para comprobar por mí mismo sus virtudes y sus defectos además de por puro coleccionismo.

El cuerpo

La Thumb pertenece a la época de la Nitecore Tube y de hecho la podemos considerar su hermana mayor. Si la Tube era un modelo reducido, simple y con funcionalidad básica, la Thumb aún basándose en los mismos principios posee más potencia y más funciones como iremos viendo; aunque ya os adelanto que tampoco es que sea la panacea de las linternas EDC.

Su peso es de 25 gramos y sus dimensiones son de 74 x 24 x 16 mm que hacen que, comparada con los modelos que están saliendo al mercado hoy en día, en la mano se nota ligeramente grande pero no incómoda. Su simpleza es tal que no dispone de reflector ni lente TIR para sus dos emisores LED de 5 mm, por lo que su luz se dispersa en todas direcciones. Útil como iluminación ambiental pero poco práctica si necesitamos concentrar la luz en un elemento o zona determinada.

El cuerpo está fabricado en policarbonato negro, con una forma más o menos plana, los dos LEDs que os decía antes al descubierto en la parte frontal, una ventana transparente en la parte superior (tras la que incorpora dos LEDs rojos de baja potencia) y dos botones de control, siendo cada uno de ellos para los LED de cada color.

En un lateral lleva, tras una tapa de goma, el puerto de carga microUSB (la linterna no incluye cable, por lo que tendréis que usar uno de los cientos que tendréis por casa) para energizar su batería interna de litio no reemplazable de 220 mAh. Mientras cargamos la batería se encenderá un LED de color rojo que está justo en medio de los dos auxiliares, y es que no entiendo por qué no han usado uno de estos para notificar el proceso de carga en lugar de añadir otro. Cuando la carga finaliza (cosa que, incomprensiblemente para una batería de esta capacidad, lleva más de dos horas) dicho LED se iluminará en color verde para avisar de este hecho.

En la parte inferior incorpora una pinza plana de acero inoxidable bastante fuerte y que nos permitirá enganchar la linterna a nuestra ropa, a la visera de una gorra o a un fajo de billetes de 500 euros por poner tres ejemplos rápidos. En la parte posterior incorpora la ya habitual «asa» que muchos modelos de la marca implementan donde podemos colocar una de las dos anillas de llavero que trae la caja de la linterna. Por cierto, Nitecore asegura que esta sujección es capaz de soportar hasta 35 Kg, así que podéis usar la Thumb para colgar de ella un saco de cemento, una cajonera de Ikea o una batería de camión sin problema.

La característica más peculiar de la Thumb es que su cabeza es basculante 120 grados. Es decir, que si sostenemos la linterna normalmente podemos hacer que la luz salga hacia el frente o bien ir inclinando la parte frontal para que el haz de luz vaya apuntando hacia el cielo en mayor o menor medida hasta un máximo de 120 grados, con lo que en tal caso nos estaríamos iluminando la cara.

Esto es útil sobre todo combinándolo con la pinza que os dećia antes, ya que nos permitirá apuntar el haz de luz a nuestro gusto porque podremos colocar la linterna, por ejemplo, en el cinturón y girar su cabeza 90 grados para apuntar hacia el frente. En una linterna «normal» haciendo esto estaríamos apuntando el haz de luz hacia el cielo, pero con el giro de la cabeza podemos dirigirlo hacia donde nos convenga.

Lo que ocurre es que aunque es verdad que se nota el cambio de ángulo, al estar los LEDs al descubierto en general emiten una iluminación global y difusa que incluso molesta a nuestros ojos llevando la linterna en horizontal debido a que son visibles desde casi cualquier ángulo y por tanto deslumbran un poco.

Lo idóneo hubiera sido aplicar este sistema basculante a una linterna «de cabeza cerrada» como por ejemplo, dentro de la misma marca, la TIP2; si bien esto hubiera comprometido otros aspectos de ella como la robustez o la estanqueidad.

La luz

Habiendo hecho un trabajo tan bueno con la regulación de la Tube y sus «infinitos» niveles de brillo entre el Moonlight y los 45 lumens que llegaba a alcanzar no entiendo cómo han podido diseñar una interfaz tan mala para esta Thumb siendo coetáneas; y es que más allá de que el haz de luz de los LEDs principales sea poco direccional o que el tacto de la cabeza sea un poco blando, lo peor es la interfaz de usuario que se han marcado. Os cuento:

Con la linterna apagada un click en el botón de la parte delantera nos lleva directamente al modo Alto, otro al Medio, otro al Bajo y otro más al Parpadeante todos ellos referidos a los dos LEDs principales. Si la linterna está maś de 3 segundos en un modo, el siguiente click la apagará directamente.

En cuanto a los LEDs rojos auxiliares, partiendo de la posición de apagados, si hacemos un click en el botón de la parte trasera los encenderemos fijos, con otro click iremos al modo parpadeante (a una frecuencia más rápida que la de la luz principal) y con otro más la apagaremos. Igualmente, si pasan más de 3 segundos en el modo fijo, con el siguiente click los apagaremos.

Por cierto, los modos que posee y sus autonomías asociadas son los siguientes:

  • Alto: 85 lumens (45 minutos)
  • Medio: 30 lumens (2 horas 15 minutos)
  • Bajo: 2 lumens (22 horas)
  • Rojo: 0,25 lumens (13 horas)

Se nota un montón que este modelo ya tiene unos años (salió allá por 2016) porque no entiendo cómo no han diseñado una interfaz de usuario como la que llevan los modelos actuales con la que, por ejemplo, con un doble click (o un click prolongado) pasas directamente al modo Moonlight y atajos de ese tipo. Creo que hubiera sido mucho más últil que meter dos botones independientes completamente desaprovechados como le ocurre a esta Thumb en la que todo se controla a base de clicks sencillos y temporizadores internos. También hubiera sido buena cosa hacer como en la Tube que la linterna arrancara siempre en modo bajo y luego manteniendo pulsado el botón correspondiente se fuera incrementando la intensidad lumínica hasta el máximo posible; pero por lo que sea han decidido que no sea así.

Hay un modo de bloqueo y desbloqueo bastante simple que consiste en que si pulsamos los dos botones a la vez las luces auxiliares rojas emiten un breve parpadeo y ese es el indicativo de que ha cambiado el estado del bloqueo. Si estando bloqueda tocamos algún botón los LEDs rojos parpadearán un momento para indicarnos que debemos desbloquearla si queremos usarla. En cualquier caso, los botones tienen un tacto firme y están bastante enrasados, por lo que sería cuestión de mala suerte que se nos encendiera en el bolsillo; pero aun así está bien contar con la posibilidad del bloqueo para evitar sorpresas indeseadas.

Por cierto, se pueden emplear ambas luces a la vez en todas las combinaciones imaginables. Mucha utilidad no le veo, pero bueno, si somos capaces de acoplarla en vertical a una bicicleta nos permitiría ver algo hacia delante con los LED principales y que nos vean los que vengan por detrás haciendo uso del modo parpadeante de los LED rojos auxiliares.

En cuanto a resistencia al agua y al polvo, Nitecore certifica que la linterna es IP65 y sobre los impactos dicen que soporta caídas de hasta 1 metro sin romperse. Desde luego la prueba de la ducha la ha pasado teniendo cuidado de tener la tapa del puerto de carga bien cerrada, pero la de impactos no se la he hecho (ni ganas tengo, como suele ser habitual).

Las sensaciones

A diferencia de otros modelos como las Rovyvon A1 y A3x o la genial Nitecore TIKI, para mi gusto a la Thumb le falta solidez en su tacto. Y mucha culpa de esto la tiene la endeble bisagra que permite el giro de la cabeza. Metes la mano en el bolsillo del abrigo, vas pasando la linterna entre los dedos notando las rugosidades de los laterales, los botones, la ventanita de los LEDs auxiliares… y cuando llegas a la zona de la cabeza, zas, se gira y te saca por completo de la experiencia.

Sí, sé que tengo un punto de vista bastante peculiar sobre estas cosas, pero es que para mí la gracia de las pequeñas linternas no es sólo alumbrar con ellas sin más; sino que los elementos de diseño como la ausencia de aristas vivas, el uso de materiales agradables al tacto o la rigidez en todos sus elementos son para mí tan importantes como los lumens o la autonomía.

Considero al modelo que estamos viendo hoy como el abuelo de las actuales linternas para llavero de Nitecore. Si os paráis a pensarlo, muchos de sus elementos ya están ahí: la sujección universal trasera (para poner anilla de llavero, paracord, cadena…), doble LED, batería interna, tapa de goma para protección del puerto de carga, botón de control en goma, LEDs auxiliares… Como en todos los procesos industriales, a medida que han ido saliendo nuevos modelos todo ha ido mejorando de forma que ahora la luz está más controlada, la autonomía es más larga, la relación lumens/tamaño ha sido optimizada, los botones tienen más de una función dependiendo de el número y la duración de los clicks…

Es por eso que aunque la Thumb no estaba entre mis modelos favoritos de Nitecore, decidí aprovechar la oportunidad y hacerme con ella para ver la evolución de la serie T en perspectiva; pues además de conocer el presente es importante saber cómo hemos llegado hasta él.

Comentaros también que me llevé la Thumb a mi lugar de prueba habitual y allí pude confirmar que la luz que emite es práctica para alumbrar el camino que tenemos inmediatamente delante de nosotros pero poco más, ya que al no tener reflector ni lente TIR esta se dispersa hacia todos lados y no alumbra más allá de nuestras inmediaciones incluso en el modo más alto, que es lo que trata de mostrar la siguiente imagen.

Por su parte la luz roja es muy débil; tanto que en lugares abiertos no sirve prácticamente de nada (ni me molesté en hacer la foto porque sólo se veía la más completa oscuridad). Sin embargo dento de casa sí es un modo práctico para no molestar si queremos movernos a oscuras sin despertar a nadie. Y precisamente para ese fin la luz principal no sirve para nada, ya que al arrancar siempre en el modo Alto nos deslumbraremos a nosotros mismos y molestaremos a todo el que esté a 10 metros a la redonda. Por tanto, la veo bien para tenerla en la mesilla de noche y usar la luz roja en esas condiciones que os digo.

Conclusión

Cuando salieron la Tube y la Thumb prácticamente a la vez, recuerdo que la primera era el modelo básico de la gama mientras que esta que hoy hemos visto era el avanzado. Cuando miraba sus características flipaba en colores, pero me doy cuenta de que durante estos años la marca ha ido sacando modelos al mercado que se han merendado a la Thumb haciéndola sentir ahora mismo desfasada y antigua.

Si la he comprado ha sido por coleccionismo y por completar la serie T de la marca, pero si buscáis una buena linterna EDC cualquier otra de la mencionada serie (incluyendo la sorprendente TIKI) os dará mejor servicio. De hecho no creo que se mantenga mucho tiempo más en el catálogo de la marca porque en comparación con los modelos actuales de gama se ha quedado muy anticuada.

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Review: RovyVon Aurora A1

Tenía muchas ganas de hacerme con una linterna de RovyVon. No porque me vaya a ofrecer algo que no conozca ya; sino por probar otro modelo que siguiera la filosofía de mi admirada Nitecore TIKI. Dentro de la gama del fabricante chino he elegido la Aurora A1 porque es su modelo más sencillo, actualmente está de liquidación a 20 euros y creo que puede ir bien en el llavero del coche.

Lo bueno de la A1 es su combinación de resistencia, rapidez de recarga y potencia lumínica. Lo malo, tal vez, es que los acabados no están tan refinados como en otros modelos de la competencia como iremos viendo a lo largo de esta review.

El cuerpo

El cuerpo de la A1 está fabricado con un material poco habitual. La mayoría de las linternas son metálicas ya sea en aluminio, acero inoxidable o titanio. Luego hay modelos como la Nitecore TIKI cuyo cuerpo está hecho de policarbonato y el caso que hoy nos ocupa en el que la marca ha optado por la poliamida; dando lugar a un modelo ligero y en teoría muy resistente a golpes y arañazos, algo que el tiempo se encargará de confirmar o desmentir.

La cabeza está hecha de acero inoxidable para poder refrigerar la electrónica cuando hacemos uso del modo Alto, ya que éste hace a la electrónica generar altas temperaturas y de ser de material plástico el calor se acumularía en el interior, sentando fatal a los componentes y especialmente a la batería integrada. Me hubiera gustado ver una versión de la A1 íntegramente fabricada en poliamida porque sería el récord de la ligereza, pero para ello tendríamos que prescindir de los modos más potentes por lo que os decía hace un momento y seguro que la marca no está dispuesta a ello.

Por cierto, a modo de curiosidad, comentar que la poliamida de todo el cuerpo tiene un tacto rugoso a excepción de la cara superior donde pone «Aurora A1» que está completamente pulida. Menos mal que en RovyVon no les ha dado por pulir todo el cuerpo, porque me parece mucho más agradable (y resistente a los arañazos) el tacto de las zonas ásperas.

Las dimensiones de la linterna son de tan sólo 54 mm de largo por 14 mm de diámetro. El peso es de unos exiguos 12 gramos, que si no llega a ser por la cabeza de acero se quedaría en cifras de récord. Por descontado, el cuerpo no tiene partes desmontables a excepción de la tapa de goma que cubre el puerto microUSB de carga y de la cual RovyVon incluye una segunda unidad a modo de recambio. Todo un detalle.

Hablando de incluir cosas, además de la tapa de repuesto que os comentaba, en la caja viene una correa de muñeca, una cadena por si la queremos llevar al cuello, un cable de carga microUSB de unos 15 cm de longitud, un clip metálico, las instrucciones y una minúscula tarjeta de garantía. Echo en falta la inclusión de una anilla de llavero, pero no es problema porque en casa tengo decenas de ellas y, de hecho, en alguna foto veréis que le he añadido una.

Los acabados no son tan perfectos como en otras linternas. Es la primera RovyVon que tengo y por tanto no puedo saber si es una constante en toda la gama, sólo en este modelo por ser el más básico de todos o bien algo de esta unidad en concreto por pura mala suerte que haya podido tener. Sea como sea, lo que veo es que en la unión de las dos piezas de poliamida que conforman en cuerpo así como con la cabeza se aprecian ligeras rebabas que con el roce del día a día se suavizarán pero que nada más sacar la linterna de la caja enseguida saltan a la vista.

El único botón de la linterna es de goma traslúcida porque bajo su superficie se encuentran dos pequeños LEDs que se encargan de mostrar el estado de carga cuando tenemos la linterna conectada por microUSB: se ilumina en color rojo cuando está cargando y pasa a azul cuando el proceso ha finalizado. Con el cable conectado podremos utilizar la linterna, por lo que si empleáis uno de esos semirígidos junto a un powerbank podréis montaros una especie de lámpara portátil.

Por cierto, dicho botón tiene un tacto estupendo que hace que activemos y cambiemos entre los modos de funcionamiento con total precisión y sin fallar ni una sola vez, siendo esta una de las cosas que más me gustan de este modelo.

La batería interna y no reemplazable por el usuario de ninguna manera (al menos sin hacer un destrozo) es de polímeros de litio y cuenta con una capacidad de 130 mAh. Su tiempo de carga es de unos 45 minutos y lo que menos me gusta es que si agitamos la linterna en la mano notaremos cómo algo se mueve ligeramente en el interior siendo, con casi total seguridad, la batería. No es una cosa grave (como todos los defectos que presenta este modelo) pero ese leve movimiento puede hacer que al final se aflojen conexiones, se suelten cables… y un buen día la linterna dejará de funcionar sin explicación aparente.

En cuanto a resistencia a los elementos, RovyVon asegura que la linterna resiste caídas desde una altura máxima de 1,5 metros y que posee certificación IP65 lo que la haría resistente al polvo en cualquier caso y a chorros de agua potentes. Ahora bien, como siempre digo en este tipo de linternas, ojo con dejaros abierta la tapa del puerto del carga porque con una gota de agua que entre ahí ya la hemos liado.

La luz

El LED encargado de proporcionar la luz que arroja la Aurora A1 es un Cree XP-G3 S5 con una temperatura de color de 6500 ºK capaz de generar unos alucinantes 550 lumens. Hay una versión con LED Nichia 219C de mayor fidelidad cromática (neutral white lo llaman, con una temperatura de 4500 ºK) cuya potencia lumínica máxima es de «sólo» 350 lumens, pero el modelo que hoy nos ocupa es el más potente de los dos y realmente es flipante ver cómo una linterna de este tamaño puede generar tanta luz.

Sobre el LED tenemos una lente TIR muy habitual en este tipo de linternas pero me llama la atención que en su interior han quedado unas minúsculas burbujas en el material que conforma dicha lente producto de algún tipo de defecto de agitación durante el proceso de fabricación. Como ya os he comentado antes, son pequeños fallos que diferencian esta linterna de otras de la competencia aunque he de reconocer que no afectan a la calidad de la luz. Podéis apreciar estas pequeñas burbujas en la siguiente fotografía.

Sea como sea, es la primera vez que me encuentro con un defecto de este tipo en una lente TIR; y eso que tengo varias que las llevan costando la mitad que este modelo (la Olight i3E EOS o la Trustfire Mini2 por ejemplo).

Los modos de funcionamiento son cuatro más uno oculto (e inexplicablemente no documentado). Vamos a explicarlos uno por uno:

Si tenemos la linterna apagada y hacemos una doble pulsación esta se enciende en el modo Bajo, que dispone de 22 lumens y una autonomía de 150 minutos. Una breve pulsación nos llevará al Medio con sus 230 lumens y 55 minutos de autonomía. Si volvemos a pulsar iremos al modo Alto con sus sensacionales 550 lumens pero sólo durante un total de 38 minutos; y digo total porque no podemos estar indefinidamente en el modo alto, ya que a los dos minutos la linterna pasará automáticamente a emitir 65 lumens para evitar calentamientos internos.

Desde el modo Alto con una pulsación breve activaremos el modo Estroboscópico que, como de costumbre, no tengo pensado usar ni soy capaz de probar durante más de unos segundos sin que todo empiece a darme vueltas. Si pulsamos brevemente de nuevo volveremos al modo Bajo para, a base de pulsaciones cortas, seguir con la secuencia Medio-Alto-Estroboscópico-Bajo-Medio-Alto-Estroboscópico… Y así hasta que con una pulsación larga apaguemos la linterna o dejemos durante más de un minuto un modo fijo, en cuyo caso con la pulsación corta lo que haremos es apagar la linterna.

Existe también un modo Ultrabajo (no documentado) que se activa haciendo una triple pulsación con la linterna apagada y que se apagará con la siguiente pulsación sea del tipo que sea devolviendo la linterna al modo de reposo. Poniéndolo al lado de otros modelos de linternas calculo que debe rondar entre 2 y 3 lumens, por lo que aunque ilumina muy poco no se puede considerar un modo moonlight como tal porque para ello no deberíamos superar el lumen.

En cuanto al PWM el modo Alto, como es lógico, no muestra parpadeo alguno. Mientras que los modos Medio y Bajo presentan una frecuencia de PWM de unos 2500 Hz que consigue que apenas lo notemos en condiciones normales. Lo malo viene al activar el modo Ultrabajo, ya que su PWM es marcadísimo y haciendo comprobaciones veo que lo hace a una frecuencia de tan sólo 100 Hz, siendo claramente perceptible por el ojo al más mínimo movimiento de la linterna.

El haz de luz tiene una zona central más intensa que además presenta unos rebordes algo amarillentos. Fuera de esta zona del haz todavía tenemos luz, pero ya con una menor intensidad y fundiéndose a negro poco a poco, dando lugar a un haz general con dos zonas bastante diferenciadas; no como otros modelos similares que ofrecen una distribución más gradual.

Las sensaciones

Lo primero que sientes al sacar la A1 de su caja es el tacto rugoso de la poliamida y lo robusto que es su cuerpo. Tiene un aire un poco militar (a lo que contribuye que la versión que me he comprado es la de color gris) que a mí particularmente me gusta mucho y que me hace despreocuparme por su integridad física si la llevo en mi llavero junto al resto de elementos presentes en un bolsillo cualquiera.

Nadie puede negar que los parecidos entre los modelos de RovyVon (especialmente los Aurora A5 y A8) y la Nitecore TIKI son más que evidentes. No creo que esto sea una casualidad, y suena a un caso claro de espionaje industrial, porque no es normal que en un lapso de tiempo más o menos breve aparezcan en el mercado dos modelos que son prácticamente idénticos entre si. Fijaos en la foto que os dejo a continuación y no me digáis que no son casi gemelas. Bueno, y si veis los dos modelos que os decía hace un momento alucinaríais. Sólo os digo que esos tienen el cuerpo transparente y cuentan con LEDs auxiliares sobre el botón de control, así que os podéis imaginar el parecido.

El único botón es prácticamente igual y está situado en el mismo sitio, las cabezas de acero inoxidable son casi calcadas, la zona trasera para enganchar una anilla es muy parecida… Lo único radicalmente diferente es que la A1 permite colocarle un clip y en la TIKI no hay forma de hacerlo, pero por lo demás las similitudes son múltiples y evidentes.

¿Casualidad? No lo creo: Nitecore no hace declaraciones al respecto y RovyVon sólo dice que sus modelos no se basan en ningún tipo de colaboración con Nitecore; así que tiene pinta de que la cosa podría acabar en los tribunales porque a mis ojos es un plagio total y absoluto. De cualquier modo, investigando un poco resulta que el modelo de Nitecore apareció en el mercado nada menos que año y medio antes de que Nitecore presentara en sociedad a la TIKI. Ahí queda eso.

Dejo al margen ya la famosa polémica con la TIKI porque al final estos artículos van de analizar linternas y sólo quiero añadir que aunque me enteré del parecido razonable entre las dos marcas después de tener en mis manos el modelo de Nitecore, esto no le quita ni un ápice de la adoración que siento por este modelo que desde entonces ha venido conmigo a todas partes y que uso multitud de veces al día hasta el punto de que por las noches lo tengo a mano en la mesilla de noche y lo he empleado incluso como luz ambiental en esas circunstancias.

En otro orden de cosas, el clip que se incluye con la Aurora A1 es fuerte y nos permite llevar la linterna en el borde del bolsillo, en el cinturón o incluso colgada de la visera de una gorra si necesitamos alumbrar algo con las manos libres. De cualquier modo yo he optado por no usarlo porque, además de que creo que el lugar de una linterna de este tamaño está en un llavero, los clips que no van atornillados me dan siempre la sensación de que ante una tracción accidental se van a separar y acabaremos perdiendo la linterna.

Del resto de accesorios, la correa y el collar se han quedado en la caja desde el minuto uno porque entiendo que en una linterna tan pequeña no hace falta llevarla amarrada a la muñeca y porque usarla de colgante me parece un poco de flipados. Sí que me hubiera gustado que hubieran incluido una pequeña anilla para colgarla del llavero (como ya dije hace unos párrafos) porque creo que es el uso más lógico de una linterna de este formato.

Sea como sea, pese a sus pequeños fallos en los acabados estoy muy contento con la Aurora A1 porque me parece un modelo muy robusto y que por su sencillez creo que no me fallará en mucho tiempo. Falta ver qué pasa con esa holgura que detecto en su batería, pero al menos por sensaciones en la mano creo que estamos ante una linterna muy resistente. El tiempo me dirá si soy un buen pitoniso o no.

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Review: Nitecore TINI Cu

Recuerdo que os conté en la review de la Olight i3E-Cu EOS que había elegido ese modelo para iniciarme en el mundo de las linternas de cobre porque la otra opción que había barajado no me gustaba mucho. Pues bien, como nunca se puede decir de este agua no beberé un buen día surgió la oportunidad de conseguir una Nitecore TINI Cu y no me pude resistir, así que hoy le vamos a echar un vistazo a esta peculiar linterna de una marca que, como ya os he dicho alguna vez, suele arriesgar en sus diseños.

El cuerpo

La Nitecore TINI es una linterna con un formato diferente a las que os suelo traer por estas tierras pero que considero interesante mostrar por su concepto similar al de otros modelos como la potente TIP2. Cierto es que para estas cosas soy muy clásico, pero como de un tiempo a esta parte le estoy cogiendo el gustillo a las linternas con batería integrada estas ya no tienen por qué tener la forma cilíndrica que la clásica pila AA o AAA les obligaba a adoptar.

En este caso estamos ante un cuerpo cuyo chasis interno sirve de soporte a la placa de circuito y a la batería y sobre él van fijadas utilizando para ello unos tornillos Torx dos placas de cobre que son las que dan su personalísimo aspecto a esta edición que hoy estamos analizando.

No es una construcción tan sumamente sólida como la de la Olight a la que antes me refería porque en ese caso no toda la linterna es directamente de cobre ni es como la de la TIP2 torneada por CNC partiendo de un bloque macizo de aluminio; pero en la mano la linterna no cruje ni se mueve ningún elemento, que es lo importante.

La forma de la TINI no podemos definirla con precisión: en general tiene fisionomía rectangular como otras de la serie T de Nitecore, pero podemos ver que los bordes hacen chaflán, que en su parte frontal emerge una circunferencia para albergar el LED con su lente TIR y en uno de los laterales el puerto microUSB para recargar la batería interna. En el caso de la versión que hoy nos ocupa al estar hecha en cobre tiene un aspecto ligeramente steampunk pero en todo caso es bastante retro.

En lo que a los botones se refiere, la seríagrafía que tienen grabados en su superficie es transparente, haciendo que se vea a través de ellos el azul de la luz de carga o un cierto tono anaranjado cuando estamos usando la TINI en sus modos más potentes. Viendo sus grabados queda claro cual es el de encendido/apagado y cual el del cambio de modo, ¿no?

En la parte trasera tenemos un enganche para una anilla de llavero (la caja incluye un conjunto de anilla y mosquetón) que está anclado a la estructura interna de la linterna y por tanto tiene bastante resistencia; pero la contrapartida es que no podremos retirarlo, de manera que aunque no necesitemos hacer uno de él lo tendremos ahí nos guste o no. El enganche es realmente pequeño, pero por el lugar donde está no podremos poner la linterna en vertical para que la luz rebote en el techo iluminando así una estancia (el famoso tailstanding).

El bisel cromado (que en realidad es de plástico) que va recorriendo todo el contorno de la linterna no me gusta demasiado por dos motivos: no me apasionan los cromados en general y creo que será un auténtico imán para pequeños arañazos y desconchones. Estos son los detalles estéticos que hicieron que en su momento mi primera elección para una linterna de cobre fuera la i3E en lugar de la TINI.

Al igual que me pasa con la Nitecore TIKI, nunca se me ocurriría sumergir la linterna en agua viendo la tapa que protege el puerto microUSB. Es verdad que es complicado hacer totalmente estanco un aparato que necesita un puerto de carga cuya protección dificilmente va a poder ir más allá de una simple tapa de goma; pero es que éste es, desde mi punto de vista, uno de los mayores defectos de las linternas equipadas con una batería interna recargable. Si entra agua por el puerto y encendemos la linterna ya nos podemos despedir de ella, pues haremos cortocircuito en la placa interna fijo.

Por cierto, ya que lo preguntáis, el otro gran defecto de estos modelos que no necesitan pilas es que cuando la batería interna se deteriora hasta el punto de que ya ni es capaz de encender la linterna en el modo más bajo podéis empezar a buscar un nuevo modelo para reemplazarla, pues a partir de ese día sólo os servirá para dar color a la estantería donde la pongáis.

Pese a lo que os decía sobre la humedad y el puerto de carga, la TINI está certificada como IP54, lo que implica que puede entrar algo de polvo al interior pero sin que llegue a suponer una amenaza para su funcionamiento y que no debe mojarse más allá de un chorro de agua lanzado sin mucha fuerza (yo os recomiendo que no la mojéis más allá de una lluvia intensa, ya que la famosa tapa puede no estar perfectamente cerrada). También resiste caídas desde un altura máxima de 1,5 metros, pero siendo una linterna de cobre yo no haría muchas pruebas en ese sentido para no marcar el exterior, que estamos ante un metal blando, no lo olvidéis.

Por cierto, me resulta interesante el rebaje que hay en la zona de los dos botones de control, destinada a minimizar la pulsación accidental de los mismos en el caso de que la linterna vaya en uno de nuestros bolsillos pero también a que no se raye su superficie si dejamos la linterna con esa cara hacia abajo. Como curiosidad, en la bolsa hermética en la que viene la TINI Cu (al igual que todas las linternas de cobre para prevenir su envejecimiento prematuro) va colocada una tapa negra plástica sobre estos botones para que la presión del plástico al hacer el vacío no pulse los botones y se descargue la batería.

Os voy a contar una curiosidad, y es que con la TINI puesta en la posición de la foto que tenéis sobre este párrafo a mí particularmente me recuerda a un proyector de cine antiguo. Seguramente no me ocurriría con una de las versiones normales fabricadas en aluminio o en acero inoxidable, pero dado que esta versión fabricada en cobre tiene un aire bastante «retro» cada vez que la veo en esa posición me traslado años atrás en el tiempo y pienso en uno de esos aparatos de proyección gracias a los que hemos visto tantas y tantas películas en los cines.

Por la parte trasera tenemos grabado el nombre del modelo así como algunos símbolos relacionados con certificaciones de conformidad europea y gestión de residuos. Más allá de esto, lo que me gustaría comentar es que esta cara la linterna presenta algunos arañazos e imperfecciones como se puede ver en la foto anterior. No sé si es cosa de mi unidad o es por el proceso de grabado, pero es una pena porque por ejemplo la Olight i3E-Cu EOS venía absolutamente impoluta pese a estar también grabada en una zona y estar fabricada con el mismo material. Por supuesto, la linterna venía en su bolsa hermética sellada en fábrica, por lo que está claro que ya salió de allí en ese estado.

No hemos hablado todavía de dimensiones, y es que la TINI tiene un tamaño de 43 x 25 mm y un peso de 21 gramos. Más allá de los fríos números he de admitir que es más pequeña de lo había imaginado antes de tenerla en mi mano, y buena muestra de ello es la fotografía que os dejo a continuación en la que podéis compararla con la típica moneda de dos euros que todos conocéis.

La luz

Me resulta muy llamativo el frontal de la TINI por ser muy similar al de la Lumintop EDC01, realizado a base de minúsculos hexágonos como si de un panal de abejas se tratara. En su momento, cuando aún no tenía la linterna en mis manos y sólo la conocía por fotos, pensaba que consistía en un simple acabado mate, pero visto de cerca hay que reconocer que tiene un acabado muy trabajado.

La luz emitida tiene una intensidad máxima de 380 lumens, pero como en el caso de otras linternas de la marca esto sólo se da en el modo Turbo, el cual únicamente estará activado mientras mantengamos pulsado el botón de cambio de modo. Si queremos dejar un modo fijo, debemos encender la linterna con el botón de encendido y cambiar entre Bajo – Medio – Alto mediante pulsaciones breves del botón de cambio (el de las tres rayas).

El detalle de los modos disponibles y su autonomía según los datos oficiales de Nitecore es el siguiente:

  • Bajo: 1 lumen. 4 metros. 60 horas
  • Medio: 38 lumens. 19 metros. 4 horas
  • Alto: 145 lumens. 40 metros. 1 hora
  • Turbo: 380 lumens. 64 metros. 15 minutos

De todos modos, el funcionamiento de la interfaz con el usuario es exactamente igual que en la Nitecore TIP2 (incluso la forma de comprobar la carga de la batería o los modos Demo y Daily) de modo que os remito a la review de dicha linterna si queréis conocerlo a fondo para no tener que repetir palabra por palabra los mismos párrafos.

Las sensaciones

La TINI es una linterna peculiar, pero me reafirmo en que sus versiones normales no me gustan demasiado; sin embargo también tengo que reconocer que el cobre le va muy bien a su combinación de formas planas y curvas y el resultado final me resulta agradable. Es bonito comprobar cómo según el ángulo de incidencia de la luz sobre ella el tono del metal cambia desde un brillante claro a un naranja oscuro mate.

Sea como sea, no me convence del todo el tacto de sus botones porque si en la TIP2 estos eran sólidos y definidos, en este caso tienen un tacto más blando y no se nota tan claramente la activación de cada uno de ellos.

Del mismo modo, aunque ya lo he sacado a la luz en un apartado anterior, vuelvo a quejarme de lo poco que me gusta el marco cromado de la linterna. De siempre los cromados me han parecido un poco horteras y en este caso vuelvo a reafirmarme. Un acabado mate o directamente hecho en acero inoxidable (como la cabeza de la TIKI) quedaría mucho mejor que ese plástico con recubrimiento brillante que acabará arañado por todos lados.

El detalle de los tornillos también me parece que no está a la altura de este modelo, pues el ajuste de la carcasa de cobre bajo los mismos así como el hueco y/o los pequeños arañazos que quedan entre la cabeza y el rojizo metal dan sensación de un acabado imperfecto que otros modelos de esta misma serie T no denotan.

Voy a parar ya con las contras porque os estaréis llevando la impresión de que soy un cascarrabias. Si me he comprado la TINI en cobre es porque me parece un material extremadamente bonito para fabricar linternas y de ahí que aunque el modelo como tal ya sabía que no me iba a atraer demasiado, no me podía resistir a tenerlo en este metal que desde que toca el aire está en permanente cambio.

Por tanto, he de decir que lo que valoro en esta versión de la TINI es que por un lado tiene una capacidad de iluminar mucho y bien. Combina un modo Turbo potente para su tamaño con otros más bajos haciendo un mención especial a su modo de 1 lumen de gran autonomía (ya sabéis lo mucho que me gusta contar con un modo lo más tenue posible). Además, gracias a su lente frontal texturada es capaz de emitir luz de forma suave y uniforme, que siempre es un punto a favor.

Del mismo modo, sus formas irregulares (y hasta cierto punto caóticas) hacen que el cobre adquiera matices bellos bajo la luz del sol, de modo que a veces sostengo la linterna entre los dedos y simplemente la voy girando bajo la luz mientras observo esos matices que os digo.

Si, como suele ser habitual, la versión en cobre fuera bastante más cara que la normal puede que la hubiera dejado pasar; pero como fan de la serie T de Nitecore ya estaba barruntando hacía un tiempo el hacerme con una TINI si la veía a buen precio, pero lo que no me esperaba es que me iba a encontrar con esta versión prácticamente al mismo precio que las normales, de modo que en tal caso la elección estaba bien clara.

Conclusión

Con números en la mano la TINI es un modelo que tiene una relación lumens/tamaño difícilmente superable. Sin embargo, también te tienen que gustar sus peculiares formas para que quieras hacerte con ella por encima de otros modelos. Sin embargo, en esta versión hecha en cobre su extraña morfología juega a favor para crear un conjunto que, sobre todo recién estrenado, es bonito y además tiene pinta de que con el tiempo envejecerá bien (exceptuando ese puñetero marco cromado).

¡Hasta la próxima review!

Más información

Actualización 25-11-2020

Ojo con mojar mucho la Nitecore Tini. Con el paso del tiempo el cobre empezaba a presentar un aspecto muy envejecido y le quise dar un lavado con agua y jabón bajo el grifo tal y como ya he hecho alguna vez con la Olight i3E-Cu EOS y una vez enjuagada vi que empezó a encenderse y a apagarse sola.

Ante el temor a que el agua pudiera cortocircuitar la batería y liarse gorda le quité los tornillos de la carcasa frontal y vi que lo que había ocurrido es que se había colado algo de humedad bajo los botones y estos estaban haciendo contacto «a lo loco». Nada que un poco de secador de pelo no arreglara en dos minutos, vaya.

Sea como sea, ojo al mojar la Tini (en su día pasó la prueba de la ducha sin problema, pero visto lo visto no se la haría una segunda vez) porque os podéis llevar un disgusto. Para sacarle lustre mejor hacer «limpieza en seco» como en las tintorerías. Aun así, os dejo unas fotos de ella desmontada porque son bastante chulas.

Como podréis ver, la placa de la Tini no es una placa como tal, sino una lámina plástica flexible sobre la que van montados los componentes electrónicos que conforman la parte de alimentaicón y control de la linterna. Ligereza a más no poder, vaya.

Actualización 06-12-2020

He hecho la prueba de dejar la Nitecore TINI Cu a la intemperie (aunque protegida de la lluvia por lo que os contaba en la actualización anterior) para ver cómo cambiaba el aspecto del cobre, y he de decir que la cosa es muy radical. Os dejo unas imágenes a continuación para que podáis compararlas con las que hice el día que saqué la linterna de su envoltorio al vacío:

Review: Nitecore TIP2

De un tiempo a esta parte Nitecore se ha convertido por derecho propio en mi marca de linternas favorita, concretamente gracias a su serie T enfocada a instalarse en bolsillos, llaveros y similares. Sus diseños me parecen muy atractivos ya que, por lo general, son una combinación de tamaño reducido, prestaciones y versatilidad siendo la Tiki un claro ejemplo de ello. Tan prendado quedé de este modelo que he decidido hacerme con otro que nada tiene que ver ni en su forma ni en su filosofía de uso, pero que también ha atraído poderosamente mi atención desde que supe de su existencia hace ya unos meses: la Nitecore TIP2.

Para poneros en antecedentes os diré que estamos ante un modelo que pertenece a una serie de linternas de la marca Nitecore cuyos nombres precisamente comienzan por la letra T y a la cual, además de la Tiki que antes os decía, también pertenece la minimalista Tube que apareció por aquí hace un tiempo y otros modelos como la Thumb (antecesora de la Tiki y prima hermana de la Tube), la Tini o la TUP.

Todas ellas tienen en común diseños diferentes al de la típica linterna cilíndrica, batería de litio integrada, pulsadores de forma plana para su control y un tamaño reducido que las hace idóneas para llevar a todas partes. A día de hoy por encima de esta TIP2 sólo se encuentra la TUP dentro de esta gama que os digo, pero el caso es que esta última no me atrae tanto sobre todo por su diseño excesivamente cabezón, así que decidí hacerme con el modelo que hoy nos ocupa.

Como os podéis imaginar por el nombre de la linterna, hubo una antecesora llamada simplemente TIP y presentada en 2017 cuya diferencia principal es que cuenta con un sólo LED y su forma es más achaflanada por los bordes. Nunca me gustó demasiado, pero si algún día se me cruza la versión en cobre lo mismo me doy un capricho alegando locura transitoria.

El cuerpo

La TIP2 tiene unas medidas de 63 x 27 x 13 mm y un peso de 38 gramos; recordando a la típica pila de 9 voltios (formalmente llamada 6LR61) que todos conocemos. Su robustez es muy elevada porque su chasis está hecho a partir de un bloque de aluminio y llama la atención su doble LED en el frontal. Por cierto, a diferencia de otros modelos de la marca, la TIP2 sólo está disponible en color negro.

Por bucear un poco en la historia, la estética de esta linterna proviene de un modelo llamado Concept 2 que Nitecore presentó a mediados de 2018 y que rompió las formas y las prestaciones clásicas de las linternas que había en ese momento en busca de una manera diferente de hacer las cosas. Digamos que fue una prueba para ver qué tal acogía el mercado otra forma de entender las linternas y de ella derivan principalmente las actuales TM10K (un pequeño monstruo de 10000 lumens y precio estratosférico) y esta TIP2 que parece su hermana pequeña y que sale por unos 45 euros.

Hay otros modelos de la marca que también han heredado los pilares de diseño de la Concept 2, pero pertenecen a otras gamas más enfocadas hacia sectores como fuerzas de seguridad o exploradores y por tanto no me voy a meter ahí ya que, como sabéis, mi pasión son las pequeñas linternas que podemos llevar siempre encima casi sin darnos cuenta. Lo que viene siendo el concepto EDC, vaya.

Los rasgos iniciados por la Concept 2 son: chasis en forma de bloque de aluminio sólido, batería interna recargable, control activo por temperatura, monitorización del estado de la carga, manejo a base de botones… rasgos todos ellos presentes en la TIP2 como ahora iremos desgranando.

Un detalle que me gusta mucho (y que de momento es único de la TIP2) es que en la parte trasera posee una tapa que se acopla magnéticamente gracias a los dos potentes imanes de neodimio que lleva la linterna. En esa tapa es donde se coloca la anilla para el llavero, de modo que si queremos podemos llevar la linterna colgando de, por ejemplo, el tirante de una mochila y si necesitamos hacer uso de ella sólo tendremos que tirar con fuerza para que se desacople.

Si estáis pensando en que se puede caer sin darnos cuenta he de decir que a mí también me preocupaba eso al principio, pero en cuanto tratas de separar la tapa del cuerpo te das cuenta de que hay que hacer tanta fuerza que por accidente no se va a soltar nunca. Según la propia Nitecore podríamos colgar hasta 2,5 Kg de la anilla sin que se suelte, y yo les creo.

Por cierto, esos dos imanes (entre los cuales está el puerto microUSB para recargar la linterna) nos van a permitir fijar la TIP2 a ciertas superficies metálicas como postes de farolas, capós de coches, patas de bancos… Esto también lo incorporaba la Olight S1 Baton y es un añadido interesante cuya única desventaja es que si llevamos cosas sueltas de metal en los bolsillos a veces sacaremos la linterna y veremos que lleva pegada alguna pequeña moneda, una llave o un clip.

Como os decía antes, una de las características de la TIP2 es que está construida a partir de un bloque de aluminio macizo torneado por CNC, de modo que no os vais a encontrar aristas de ningún tipo, soldaduras mal acabadas ni cosas así. Su acabado general es simplemente perfecto. Además, el aluminio ayuda a disipar el calor generado en los LED (los cuales, por cierto, van montados sobre una placa de cobre por su mayor conductividad térmica) porque viendo la cantidad de luz que puede salir de algo tan pequeño la evacuación del calor es un factor que en Nitecore han tenido muy en cuenta.

En relación a esto aprovecharé para comentar que la linterna incorpora un control interno por temperatura, que quiere decir que va a regular la potencia de salida en función de la temperatura que detecta en su interior. Por tanto, en situaciones de mucho frío podremos extraer más potencia lumínica de forma continua que en si usamos la linterna en un lugar que esté, pongamos, a 35 grados. Vamos, que si la TIP2 detecta que la temperatura en su interior se está disparando, bajará los lumens para así mantenerse estable y no acabar dañando la batería o algún componente interno.

En cuanto al control de la carga, en modelos como la TUP o la TM10K disponemos de una pequeña pantalla OLED en la que se muestra el voltaje de la batería, el modo en el que estamos o incluso el tiempo de autonomía restante. En la TIP2 no disponemos de esto pero sí que al menos hay un minúsculo indicador LED entre los botones de control que nos indicará el estado de la carga de la siguiente manera cuando le damos un breve toque al botón de encendido:

  • Tres parpadeos: Entre el 50% y el 100% de carga
  • Dos parpadeos: Entre el 10% y el 50% de carga
  • Un parpadeo: Menos del 10% de carga
  • Parpadeo continuo cada tres segundos: Batería sin carga. La linterna no encenderá hasta que la recargues

La pantalla LED de los modelos superiores es una pasada y uno de los factores que me hicieron dudar seriamente entre comprarme la TUP o la TIP2; pero al menos en este modelo disponemos de un modo de saber en qué punto está la batería, no como en la Tiki donde no hay forma de conocer este dato (y se podría haber implementado con ayuda del LED azul de carga, que no se usa para nada más).

Por cierto, la batería interna de iones de litio tiene una capacidad de 500 mAh y se carga completamente en aproximadamente una hora y media, parpadeando durante el proceso el LED azul que os decía antes y quedándose fijo cuando finaliza. Ya os advierto que en la caja no viene ni cargador ni cable USB, por lo que tendréis que usar alguno de las varias docenas que tendréis por casa.

En lo que a accesorios se refiere, la linterna incluye dos elementos «de amarre»: una anilla de llavero tipo mosquetón y un clip lateral; ambos desacoplables. El resto de cosas que vienen en la caja son papeleo y nada más, ya que esta linterna no lleva ni juntas tóricas ni pilas.

Comentar que la TIP2 tiene certificación IP67, lo que la hace resistente al polvo en toda condición y a inmersiones en agua a una profundidad máxima de un metro durante 30 minutos. En cuanto a impactos, se supone que aguanta caídas desde hasta un metro de altura manteniendo su integridad física.

La luz

La TIP2 es la primera linterna que poseo que alumbra con más de un LED simultáneamente, ya que en su cabeza lucen en sus cuatro modos dos emisores Cree XP-G3 S3. Hasta el momento todas mis linternas iluminaban con un sólo LED, y en caso de tener más de uno (como la ya varias veces mencionada Tiki de la misma marca) sólo podía haber uno de ellos activo al mismo tiempo, así que esto es para mí una novedad.

Según Nitecore cada uno de ellos es capaz de proporcionar hasta 360 lumens y de ahí la potencia máxima total de 720 lumens que, como veremos enseguida, tiene truco porque el modo turbo no puede mantenerse continuamente ya que achicharraríamos la electrónica de la linterna (batería incluida) en poco tiempo.

De hecho el modo Turbo tiene dos limitaciones: sólo estará activo mientras estemos presionando el botón de Modo y sólo lucirá hasta que el control térmico integrado considere que ya está bien de tanto calor o hayamos agotado la batería al haber sumado unos 15 minutos de fogonazos. Por tanto, tendréis que «conformaros» con el modo Alto y sus 200 lumens durante la hora y cuarto que puede lucir si queréis usar la linterna de forma continua, que no es poca cosa para una linterna de este tamaño.

Los modos de iluminación (sin rastro de PWM en ninguno de ellos) y sus autonomías oficiales están distribuidos de la siguiente manera:

  • Bajo: 1 lumen, 3 metros, 55 horas
  • Medio: 30 lumens, 18 metros, 8 horas
  • Alto: 200 lumens, 48 metros, 1 hora 15 minutos
  • Turbo: 720 lumens, 93 metros, 15 minutos.

El potente modo Turbo tiene su ser en iluminar repentina y contundentemente algo que necesitemos vislumbrar en la lejanía (esto mismo ya lo dije en la Tiki) pero no es necesario alumbrar con tanta intensidad un paseo por la playa a medianoche a no ser que queramos que se nos presente la Guardia Civil pensando que están ante el desembarco de un alijo de contrabando.

La verdad es que lo de la batería integrada es un gustazo; y es que después de los quebraderos de cabeza que me dio la Olight S1 Baton con la tasa máxima de descarga de la CR123A que emplea empecé a cogerle el gusto a las linternas que incluyen una batería recargable interna, ya que esta se ha calculado para funcionar específicamente con cada modelo de linterna y así nos aseguramos la total ausencia de problemas relacionados con la alimentación eléctrica.

Lo único malo en este sentido es que este tipo de linternas, por su concepción, son de usar y tirar; ya que cuando la batería integrada llegue al final de su vida útil la linterna se convertirá en un bonito pisapapeles porque sencillamente no habrá forma de cambiarla. Igual algún manitas llegado el caso se atreve a meter alguna batería compatible (total, de perdidos al río) pero perderemos la estanqueidad y por mucho cuidado que pongamos las piezas nunca ajustarán igual que cuando era nueva.

Cada uno de los emisores de la TIP2 cuenta con una lente TIR (en realidad es una lente TIR rectangular que abarca todo el frontal de la linterna) lo que permite que el haz de luz esté bastante controlado. Es decir, que aunque haya dos LED emitiendo luz a la vez, al final no vamos a ver dos círculos de luz sino que las lentes buscan distribuirlos de tal modo que se genere una única zona lumínica circular, suave y difuminada. Como ya os dije hace tiempo, los reflectores son mucho más bonitos, pero la ventaja de las lentes TIR es que permiten a los diseñadores controlar la distribución de la luz de una forma muy precisa.

Por la forma rectangular de la linterna vamos a ver que los bordes más exteriores del haz de luz no son redondos sino cuadrados y dan una cierta tonalidad amarilla; y aunque de primeras llame mucho la atención porque estamos acostumbrados a linternas cilíndricas que generan un haz redondo, es lógico que la proyección tenga forma cuadrada en este caso. Sea como sea, la zona más intensa, como os decía antes, sí que forma un círculo completamente blanco.

Una última cosa a reseñar es que la linterna tiene dos modos de funcionamiento: el modo Daily y el modo Demo. Por defecto la linterna viene configurada en este último, que consiste en que se apagará pasados 30 segundos para evitar que nos la podamos dejar encendida. Como no le veo mucho sentido a este modo, nada más estrenarla la cambié al Daily, cosa que se realiza pulsando ambos botones con la linterna apagada, la cual parpadeará para confirmar su activación. Haciendo otra vez la operación volveremos al modo Demo.

Las sensaciones

La idea de hacerme con la TIP2 fue en parte, como os decía hace unos párrafos, porque quería seguir la senda de las baterías internas recargables y en parte porque su forma me recordaba a la mítica Cegasa azul y blanca con la que leía tebeos metido en mi cama cuando era pequeño. Su perfil cuadrado me parece muy original y además tener un modo moonlight que dura más de dos días, el sistema de enlace magnético con el llavero y la posibilidad de alumbrar (aunque sea durante poco tiempo) a 720 lumens me parecía una combinación muy interesante.

Cuando sacas la linterna de su caja lo primero que te llama la atención es su pequeño tamaño y a continuación su extrema robustez. En serio, es como un bloque metálico macizo que da la impresión de que le podría pasar un autobús por encima sin que le pasara absolutamente nada. No estoy por la labor de hacer pruebas de ese tipo, pero desde el minuto uno tengo claro que esta linterna puede vivir en el bolsillo de unos vaqueros apretados sin miedo a que cruja, se deforme o se estropee. El tiempo me dirá si tengo razón o no.

La parte frontal contribuye a esa comparación que os hacía con una pila de 9 voltios, ya que al tener dos LEDs estos parecen ser los polos de la mencionada pila. En realidad la TIP2 es ligeramente más larga y algo más estrecha que una de esas pilas, pero desde que la tuve en la mano esa fue mi sensación y en volumen total sí que ambos elementos andarán más o menos a la par.

Lo que se puede convertir en una odisea (sobre todo la primera vez) es quitar la tapa trasera, ya que entre la fuerza de los imanes y que de fábrica parece que la pintura se ha terminado de secar con la tapa ya puesta vais a tener que hacer mucho esfuerzo para poder quitarla. Una vez retirada y pasando la uña por la zona de unión entre linterna y tapa para dejarla limpia de impurezas la fuerza a realizar en sucesivas ocasiones ya es más normal y acorde a lo estipulado por la marca, pero la primera vez no se olvida.

Tras la tapa tenemos dos potentes imanes de neodimio y entre ellos un puerto microUSB sin otro fin que el de recargar su batería interna. Por cierto, en las instrucciones pone que antes del primer uso carguemos completamente la batería, de modo que buscaos un cable de ese tipo y dejadla conectada hasta que la luz azul que parpadea se quede fija; cosa que en esta primera ocasión no debería llevar más de media hora porque, al menos la mía, venía bastante cargada de fábrica.

Una pulsación larga sobre el botón de encendido encenderá los LED en el modo de 200 lumens, ya que por defecto la linterna viene así de fábrica. Con pulsaciones breves sobre el boton de cambio de modo (el de las tres rayitas) iremos cambiando cíclicamente entre Bajo – Medio – Alto y la linterna siempre recordará el modo en el que nos hemos quedado para encenderse de nuevo la próxima vez por mucho tiempo que haya pasado. Ah, no hay ningún modo de bloquear la linterna; lo más parecido es activar el modo Demo y de esa forma si se os enciende en el bolsillo a los 30 segundos se apagará por si sola.

Al modo Turbo se accede manteniendo pulsado el botón de cambio de modo, volviendo al estado anterior cuando levantemos el dedo. El arreón de luz que suelta es visible incluso en pleno día, ya que son 720 lumens y en una cosa tan pequeña impresiona. Como os digo, a mí me recuerda al flash externo de una cámara réflex cuando se dispara, ya que se trata de una luz muy blanca y además con una gran capacidad de relleno. Dentro de casa es a todas luces (nunca mejor dicho) excesivo, pero en campo abierto viene muy bien si queremos ver desde lejos si el sendero que estamos siguiendo se abre paso hacia un claro o se desvía hacia un espeso bosque lleno de lobos y plantas carnívoras.

La TIP2 en la mano es agradable de llevar. Su tacto inicialmente es bastante frío, pero si la empleamos en el modo Turbo enseguida veremos que tiende a calentarse. Esto no es ningún defecto, y de hecho está estudiado para que así sea, ya que ese calor que sentís es el que se genera en el interior y que se disipa hacia la superficie mediante el chasis de aluminio. Si no fuera así, la electrónica interna se llevaría un buen calentón y no digamos ya la batería, elemento siempre muy sensible a ese tipo de excesos.

En cuanto a los elementos de sujeción creo que el clip no está a la altura de la linterna. Se trata de un modelo de plástico que se acopla a los laterales de la TIP2 muy en la línea del que incluía la TIP original; y aunque la solución para ponerlo y quitarlo es rápida e ingeniosa, me da una sensación de fragilidad (tanto porque se pueda partir como porque creo que se puede soltar de la linterna) que no seré yo el que lo use. Sé que de clips de este tipo hechos de metal (como el que lleva la Olight S1 Baton) me puedo fiar totalmente, pero como os digo, he hecho la prueba de colgar la linterna del cinturón con el mencionado clip y mi impresión es que si le doy un golpe con algo al caminar la linterna va a salir volando.

De la anilla mosquetón no puedo decir nada malo salvo que es de un estilo que a mí particularmente no me hace mucho tilín. Si me da por usarlo (que no creo porque veo a este modelo más en el bolsillo de las monedas o en un apartado de una mochila) emplearé el de la Lumintop EDC01, ya que es mucho más robusto y estético.

En cuanto a modos, considero que el escalonamiento de las intensidades de iluminación es correcto; aunque echo en falta un modo Baliza para señalizar mi posición si me quedo a oscuras en una zona de tránsito de vehículos. Y hablando de modos, no quiero pasar por alto que me gusta especialmente el funcionamiento de los dos botones de control de la linterna, ya que además de ser sólidos tienen un tacto al presionarlos perfectamente definido y preciso.

Conclusión

Me gusta mucho la TIP2, pero no tanto como para que se convierta en mi linterna favorita. Dentro de casa no necesito tanta luz bajo ninguna circunstancia, aunque en campo abierto sí que le veo ventajas como disponer de una autonomía elevada, una calidad de construcción a toda prueba, la posibilidad de llevarla colgada siempre a mano y el hecho de saber que puedo pegar un buen fogonazo de luz si me hace falta.

Quiero decir con esto que dentro de la serie T el modelo más interesante a día de hoy me sigue pareciendo (por el uso que yo le doy a este tipo de linternas) la Tiki por su minúsculo peso y tamaño y también por sus múltiples funciones; pero aún así la TIP2 representa un buen compromiso entre potencia lumínica y dimensiones además de un diseño original dentro de una marca que ya de por si es valiente en ese sentido.

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Review: Nitecore TIKI

A estas alturas muchos sabréis de mi debilidad por los diseños miniaturizados en general y los de las linternas en particular. De hecho tengo algún modelo tan diminuto que se puede colocar en el llavero sin apenas notarlo; de modo que la aparición de la Nitecore TIKI supuso una agradable sorpresa para mí por aunar lo mejor de dos mundos y además añadir alguna funcionalidad extra que también considero bastante interesante.

El envoltorio de este modelo es sumamente sencillo: apenas un trozo de cartón amarillo y negro con un plástico transparente insertado en su parte central que nos deja ver tanto la propia linterna como la anilla de llavero que trae por si se la queremos acoplar en la zona trasera. En el empaquetado aparecen también unas resumidísimas instrucciones y si queremos profundizar más nos remiten directamente a la web del fabricante mediante un código QR.

Por cierto, me resulta curioso que en el propio envoltorio nos animen a probar la linterna, y por si la gente se pasa de la raya y la dejan seca el diseño del paquete permite abrir por la parte trasera la tapa de goma del puerto microUSB y recargarla de nuevo. No me parece nada bien porque lo mismo te llevas a casa una linterna con varios ciclos de carga y descarga sin saberlo; pero se ve que la idea es que los clientes la puedan probar en la tienda y al ver cómo brilla no sean capaces de resistirse a comprarla. Algo a lo que su precio de entre 15 y 25 euros también ayuda, desde luego.

A grandes rasgos, lo que la TIKI nos ofrece es lo siguiente:

  • Luz principal en cuatro intensidades diferentes mediante un LED frontal Osram P8 y lente TIR con los siguientes modos de funcionamiento y tiempos de autonomía:
    • Ultralow: 1 lumen, 40 horas
    • Low: 15 lumens, 4 horas
    • Medium: 60 lumens, 60 minutos
    • High: 300 lumens, 30 minutos
  • Luz ambiental (22 lumens, 90 minutos) y destellos (22 lumens, 20 horas, 1 Hz aprox) mediante un LED lateral con CRI 90 y temperatura de color de 4500K
  • Luz ultravioleta mediante un segundo LED lateral (365 nm, 500 mW, 45 minutos)
  • Batería interna de iones de litio 130 mW recargable por puerto microUSB. Tiempo de recarga completo de 80 minutos aprox.
  • Cuerpo en policarbonato resistente al agua y al polvo con certificación IP-66 y a impactos desde 1 metro
  • Cabezal en acero inoxidable para mejor disipación de calor y dar estabilidad en modo iluminación ambiental
  • Posibilidad de funcionamiento continuo mediante conexión a powerbank, adaptador USB o similar
  • Dimensiones de 55 x 14,7 mm y un peso de 12 gramos

El cuerpo

Como os decía antes, el cuerpo de la linterna es una mezcla de acero inoxidable en el cabezal y policarbonato semitransparente de textura ligeramente rugosa en el resto; lo que hace que podamos atisbar en su interior la placa de circuito impreso que la controla y la batería que lleva implementada al dorso de esta. Como fan que soy de los productos transparentes me parece una decisión muy acertada tanto en los estético como en lo funcional.

Y es que, además de que a mi parecer la TIKI tiene un aspecto moderno, su estudiado diseño tiene dos ventajas evidentes: el cuerpo semitransparente hace de difusor para los LED secundarios situados en el lateral y el mayor peso del cabezal metálico (deliciosamente bien torneado, por cierto) permite que la linterna se pueda mantener erguida y estable para poder ser utilizada como luz ambiental en una tienda de campaña o similar. Lo que no tiene esta linterna es ningún tipo de clip, de modo que no podremos engancharla con facilidad a una gorra para poder alumbrar algo manteniendo las manos libres salvo que la sujetemos con los dientes.

El peso es absolutamente irrisorio. No llega al extremo de la Tube con sus 10 gramos, pero son apenas 2 gramos más a cambio de unas prestaciones muy superiores; de modo que si al hueco de la parte trasera (que Nitecore asegura que soporta una tracción de hasta 30 Kg) le acoplamos un cordel, anilla o similar podamos colgarla de la cremallera de una mochila o incluirla en nuestro llavero sin que moleste para nada. Parece mentira que algo tan ligero y diminuto sea capaz de emitir 300 lumens durante media hora. En serio, es una pasada.

Por su parte, la interfaz con el usuario consiste en un sólo botón de pulsación firme y definida; solución cada vez más habitual frente a los típicos dos botones (encendido/apagado y cambio de modo) que hasta hora solían llevar este tipo de linternas con batería integrada.

La cosa consiste en que con la linterna apagada haciendo doble click se encenderá en su modo Ultralow. A partir de ahí, pulsaciones breves en el botón irán cambiando entre los modos haciendo el ciclo Low –> Medium –> High –> Ultralow –> Low –> Medium… Con la linterna encendida en cualquiera de sus modos una pulsación larga la apagará. Da igual el modo en el que apaguemos la linterna porque el ciclo siempre empezará en el Ultralow.

Si dejamos la TIKI fija en el modo High veremos que más o menos al cabo de un minuto la linterna baja automáticamente al modo Medium para no castigar la batería en exceso, lo cual prolongará la vida útil de la misma. De cualquier modo nada nos impide volver a cambiar al modo High cuantas veces nos haga falta, si bien notaremos que el cabezal empieza a calentarse si abusamos de dicho modo.

También podemos acceder directamente al modo High si mantenemos pulsado el botón, apagándose la linterna en cuanto lo soltemos (útil para alumbrar rápida y contundentemente un objeto).

Junto al mencionado botón, en el interior del cuerpo, podremos encontrar un pequeño LED azul que se ilumina durante la carga de la batería y se apagará al finalizar la misma. Por cierto, no hay forma de saber cómo está el nivel de carga en ningún momento y, de hecho, en las instrucciones pone que si la linterna se apaga o parpadea es que hay que recargar la batería; así de simple. Hubiera estado muy bien que cuando la batería estuviera en las últimas el LED azul de carga parpadeara alguna vez mientras estamos usando la linterna o algo así.

En cuanto a los modos auxiliares, la forma de acceder a ellos es hacer triple click con la linterna apagada y eso encenderá la luz ultravioleta. Luego a base de clicks breves recorreremos un ciclo consistente en Lectura –> Destellos –> Ultravioleta –> Lectura –> Destellos… Hasta que decidamos apagar la linterna con un click largo. Al igual que antes, el ciclo siempre comenzará en el modo Ultravioleta aunque la hayamos apagado en cualquiera de los otros dos.

Creo que ya os he comentado alguna vez lo mucho que me fascina ver cómo los diseñadores se exprimen el coco para sacar la máxima funcionalidad a un simple botón y éste es un buen ejemplo de ello. Sí, a lo mejor al principio te parece un lío, pero no hacen falta más de cinco minutos de práctica para acabar acostumbrándote a ello.

Comentar también que tenemos la posibilidad de emplear la linterna al tiempo que la cargamos, si bien os recomiendo que sólo hagáis uso de esta función en caso de necesidad y en el modo más bajo posible, ya que entre la carga y el uso la batería se podría recalentar bastante y eso siempre es malo de cara a su vida útil (puesto que va integrada no hay posibilidad de cambiarla; si se estropea la batería, la linterna quedará como un bonito adorno).

Por último, una cosa importante es que la linterna tiene especificación IP66, lo que quiere decir que no le va a entrar polvo al interior de ninguna manera pero en cuanto al agua la TIKI sólo soporta chorros fuertes de agua sin ser para nada sumergible. De hecho, si veis el ajuste de la tapa del puerto microUSB o la forma en la que está implementado el botón de la linterna no se os ocurriría sumergirla en agua porque estoy seguro que algo de humedad le entraría por cualquiera de esos dos puntos. Tenedlo en cuenta si queréis que la linterna os dure mucho tiempo.

La luz

La cantidad de luz que es capar de emitir esta minúscula linterna es digna de admiración; y es que nos encontramos ante otro sector más en el que las nuevas tecnologías son capaces de extraer cada vez mayor rendimiento. Se nota que las recientes hornadas de LEDs generan más lumens por vatio y eso se traduce en autonomías cada vez mayores y prestaciones de pico que antes sólo estaban al alcance de linternas mucho más grandes y costosas.

Ahora bien, he de decir una cosa que no me ha gustado tanto, y es que la TIKI tiene un acusado PWM en sus tres modos principales de menor potencia. Su frecuencia es de aproximadamente 650 Hz y si movéis la linterna delante de vuestros ojos lo vais a apreciar claramente. Por descontado, en el modo de 300 lumens y en los LED auxiliares no hay rastro de PWM (si no sabéis de qué va esto que estoy diciendo podéis echar un vistazo a este artículo). Sé que es algo muy habitual en linternas de pequeño tamaño, pero eso no quita que pueda llegar a ser molesto bajo ciertas circunstancias.

El tinte de la luz principal es un blanco ligeramente amarillento, pero no tanto como el de la iluminación ambiental del LED auxiliar correspondiente. Algo comprensible si tenemos en cuenta que la finalidad de este segundo emisor es dar una iluminación general con la que apreciar los colores de forma más natural; algo para lo cual hace falta un LED con un CRI mayor.

Me gusta mucho esta luz auxiliar que os digo. Creo que puede venir muy bien para esos casos en los que queremos iluminar una estancia pequeña o leer algo rápido a oscuras sin forzar la vista, por lo que la considero una adición de lo más práctica.

Por su parte, la funcionalidad del modo destellos de ese mismo LED auxiliar puede venirnos muy bien si por lo que sea tenemos que señalizar algo en plena oscuridad porque los flashazos (aproximadamente 1 por segundo) se ven desde bastante lejos. Pensad en que podéis colgarla de vuestra mochila si por lo que sea se os hace de noche y tenéis que caminar por el arcén de alguna carretera para que así los coches distingan desde la lejanía que hay algo allí.

Del mismo modo, el añadido de la luz ultravioleta a lo mejor de primeras no parece una cosa muy útil pero para mí, que soy un apasionado de aquello que, aunque invisible, podemos llegar a ver es un puntazo más que nada porque en mi mochila siempre llevo una Tube UV que ahora puedo dejar en casa. Os advierto que no es muy potente, pero para hacer brillar marcas ocultas en billetes o que resplandezcan ciertos tipos de minerales sirve.

Las sensaciones

He de reconocer que me encanta el simple hecho de sostener la TIKI entre mis dedos: sentir el frío del acero de su cabeza, el tacto levemente rugoso de su cuerpo, el hecho de que no tenga una sola arista afilada, observar los componentes internos… Es como un pequeño talismán que te ayuda a tener las manos entretenidas mientras andas con la cabeza ocupada en otra cosa o simplemente das un paseo sin rumbo. Podéis pensar en ella como una de esas worry stones muy típicas de filosofías zen y similares.

Como curiosidad os diré que si no colgáis nada de la anilla posterior del cuerpo, su centro de gravedad se encuentra a la altura del único botón que posee, y estoy seguro de que esto no es casualidad, ya que al hacerlo así vamos a tener la linterna equilibrada en nuestros dedos al agarrarla por donde sería más lógico hacerlo a efectos prácticos.

También me gusta comprobar cómo han tenido en cuenta que al poner la linterna en vertical para usarla como luz ambiental el mayor peso de la cabeza ayuda a mantenerla estable, y es que si esa zona estuviera hecha en polipropileno como el resto de la linterna esta se caería al más mínimo toque o vibración. Dos pequeños detalles que dan cuenta del esmero que han puesto en Nitecore a la hora de crear esta pequeña maravilla.

Una cosa más. Existe una versión de la TIKI con apellido LE que es igual salvo porque el cuerpo es más oscuro, el cabezal es de aluminio y sustituye los dos LED auxiliares por unos de color rojo y azul, lo que le permiten además de iluminar ambientalmente en cualquiera de esos dos tonos, emitir destellos alternativos entre ellos como si de un coche de policía estadounidense se tratara. Lo siento, pero para mí no hay comparación posible en cuanto a practicidad con respecto a la versión normal que hoy os muestro.

Conclusiones

Nada más saber de la existencia de la TIKI tuve claro que se iba a convertir en una de mis linternas favoritas. La Tube y la Wuben que ya he analizado en este blog me han acompañado durante meses y siempre me han sido de gran utilidad, demostrando que la mejor linterna es la que llevas siempre encima; pero el hecho de poder contar con hasta 300 lumens, un modo moonlight de 1 lumen, luz ultravioleta, luz ambiental difusa y baliza para emergencias me parece el combo definitivo hasta que salga al mercado algo de tamaño similar y capaz de dar todavía mayores prestaciones y rendimiento.

Mientras llega ese día será la TIKI la que me acompañe a todas partes, lo tengo clarísimo.

Más información

Review: Nitecore Tube

Dentro del amplio mundo de las linternas EDC (las de pequeño tamaño que podemos llevar siempre encima) hay un modelo que se sale un poco de lo común tanto por su forma como por ser recargable a través de USB.

Lo normal es que estas pequeñas linternas que os digo lleven una pila AAA y sean de forma cilíndrica con el cuerpo generalmente fabricado en aluminio como, por ejemplo, la Fenix E05 o la Olight i3E EOS. Sin embargo, la Nitecore Tube está hecha en policarbonato, posee una batería de litio y su forma es plana de tal modo que la podemos llevar en cualquier bolsillo sin que nos demos cuenta siquiera de su presencia.

Nitecore Tube

Hablando de dimensiones y peso, este modelo de Nitecore mide 56 x 21 x 8 mm y lleva la báscula hasta los 10 gramos, de modo que como podéis ver es todo un «peso pluma». En cuanto a precio, se suele encontrar entre 8 y 10 euros la unidad, así que estamos ante un modelo relativamente económico.

Como os comentaba al principio, una de las peculiaridades de esta linterna es que se recarga mediante un puerto microUSB de manera que seguro que siempre tenemos cerca algún cable al que engancharla durante poco más de una hora, que es el tiempo que tarda en cargarse si está totalmente vacía de energía. Por cierto, durante la carga de la batería permanece encendido un pequeño LED dentro del cuerpo de la linterna.

Nitecore Tube

Esta Nitecore Tube es la que empleé en mi entrada sobre la regulación por PWM para mostraros de una forma visual cómo se aprecia esta funcionalidad. Por tanto, ya sabéis que en el modo más bajo de potencia tiene una frecuencia de conmutación de unos 550 Hz (que es bastante visible al ojo humano), que en los modos intermedios la frecuencia es de unos 3000 Hz y que a si máxima potencia no se emplea PWM de tal modo que no hay rastro de parpadeo alguno.

Comentar que en el envase de la linterna (tan plano como ella misma) viene dos anillas metálicas: una de pequeño tamaño y otra más como la de un llavero estándar. En las fotos que acompañan a este artículo está puesta la anilla pequeña, por cierto.

Nitecore Tube

En cuanto a capacidad lumínica, no esperéis emplear una Tube para buscar supervivientes en la montaña convirtiendo la noche en día porque no es ni mucho menos su cometido. Más bien estará siempre en nuestro llavero a la espera de esas ocasiones en las que echamos de menos una luz que nos permita ver la cerradura de la puerta, orientarnos en la oscuridad durante un apagón, mirar esa ligera fuga de anticongelante debajo del coche…

El modo de menor potencia (1 lumen, 48 horas) es ideal para cuando nos levantamos de la cama en mitad de la noche y no queremos despertar a nuestra familia pero tampoco queremos dejarnos una canilla en la típica mesa baja del salón. Da una luz más que suficiente para ver por dónde nos estamos moviendo pero pasaremos totalmente inadvertidos para los durmientes de la casa. Eso sí, si sois epilépticos no mováis mucho la linterna delante de los ojos en ese modo de potencia por si acaso… Si la ponemos a máxima potencia emitirá 45 lumens durante una hora.

Nitecore Tube

Otra peculiaridad de esta pequeña linterna es que hay un fácil acceso a los modos mínimo (una púlsación) y máximo (pulsación doble) pero también tenemos disponibles «infinitos» modos intermedios entre los que vamos regulando dejando el botón de encendido pulsado y viendo cómo va cambiando la intensidad luminosa.

Por último, me gustaría comentar que al principio no daba un duro por la tapa de goma que cubre el puerto microUSB, pero pese a llevar mucho tiempo dando vueltas en mi bolsillo sigue aguantando en su sitio y cumpliendo su función. Se nota que la goma está algo más débil, pero no se ha roto ni se ha deformado como al principio me temía. Y lo mismo digo del botón de encendido, que pese a lo rozado que está sigue teniendo un tacto ejemplar.

Nitecore Tube

Nitecore Tube

Comentaros ya para finalizar que la linterna está disponible en varios colores y en mi caso particular tengo una transparente y una negra (que es la que hasta hace bien poco me acompañaba en mi llavero). Además de esto también hay una versión ultravioleta de la que otro día os hablaré; aunque antes creo que sacaré a relucir el modelo que desde hace cosa de un mes viene conmigo a todas partes sustituyendo a la Tube y con el que estoy muy contento.

Nitecore Tube

¡Nos leemos!