Cuando el viento sopla junto al mar suele hacerlo con fuerza. Dependiendo del lugar será un fenómeno más o menos frecuente; pero si éste se dirige hacia el horizonte hará que el ambiente se despeje de humedad y tengamos la oportunidad de fotografiar paisajes casi cristalinos.
Ese es el caso de la fotografía que tenéis sobre estas líneas tomada el sábado 1 de diciembre de 2012. Recuerdo que aquella mañana soplaba un fuerte viento proveniente de las montañas del interior de la provincia y el puerto de Castellón, visto a través de mi teleobjetivo, parecía estar ahí mismo por lo bien que se distinguían sus grúas, las naves indutriales, las chimeneas de la refinería…
Lo habitual por aquellas tierras era que una ligera bruma marina mantuviera el paisaje lejano en una especie de visión etérea y borrosa por culpa de la interacción del aire húmedo con los rayos de luz que llegan hasta el sensor de la cámara y por eso días como éste que os muestro son tan propicios para la fotografía de paisaje.
En Madrid el aire es mucho más seco, pero el problema es que hay cosas peores en suspensión. Puestos a ver borroso, prefiero que sea por culpa de las moléculas de H2O; pero aunque nos envenene lentamente Madrid siempre será ese Madrid que adoro.
Vaya, no tenia ni idea que dependiendo de donde sople el viento la atmósfera esta más o menos limpia (a la cama no te iras sin saber una cosa más).
Me gustaMe gusta