Recuerdos de Oropesa (XX)

Cuando el viento sopla junto al mar suele hacerlo con fuerza. Dependiendo del lugar será un fenómeno más o menos frecuente; pero si éste se dirige hacia el horizonte hará que el ambiente se despeje de humedad y tengamos la oportunidad de fotografiar paisajes casi cristalinos.

Un día claro

Ese es el caso de la fotografía que tenéis sobre estas líneas tomada el sábado 1 de diciembre de 2012. Recuerdo que aquella mañana soplaba un fuerte viento proveniente de las montañas del interior de la provincia y el puerto de Castellón, visto a través de mi teleobjetivo, parecía estar ahí mismo por lo bien que se distinguían sus grúas, las naves indutriales, las chimeneas de la refinería…

Lo habitual por aquellas tierras era que una ligera bruma marina mantuviera el paisaje lejano en una especie de visión etérea y borrosa por culpa de la interacción del aire húmedo con los rayos de luz que llegan hasta el sensor de la cámara y por eso días como éste que os muestro son tan propicios para la fotografía de paisaje.

En Madrid el aire es mucho más seco, pero el problema es que hay cosas peores en suspensión. Puestos a ver borroso, prefiero que sea por culpa de las moléculas de H2O; pero aunque nos envenene lentamente Madrid siempre será ese Madrid que adoro.

Rincones: Cudillero (Asturias)

El pueblo costero de Cudillero era una de las visitas obligadas durante nuestra estancia en Asturias. De hecho, las dos primeras noches las pasamos en Oviedo para así estar relativamente cerca de ese lugar y aprovechar el tiempo visitando sus pintorescos rincones.

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Cudillero se sitúa en la falda de una montaña, de tal modo que recorrer sus calles hará que acabemos con unas considerables agujetas si, como nosotros, optáis por dejar el coche fuera del casco urbano (aparcar es una labor muy complicada; especialmente en épocas de afluencia turística) y recorréis a pie sus múltiples recovecos.

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A los pies del pueblo nos encontraremos con el puerto de Cudillero, el cual se abre al mar dando lugar a la más típica estampa del lugar. En cualquier caso, aparte de la calle principal del puerto (llena de tiendas, cafeterías y restaurantes) recomiendo dar una vuelta por los muelles y subir a un curioso mirador en forma de torreón desde el que podremos disfrutar de unas estupendas vistas.

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Una de las cosas que más nos llamó la atención de Cudillero es el sonido de las gaviotas. Unas aves que están constantemente dando vueltas por todo el pueblo y que ya están tan acostumbradas a la gente que con un objetivo de 200 mm puedes lograr unos primeros planos bastante resultones.

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Por cierto, comentar que el tiempo nos acompañó bastante ese día, ya que aunque es cierto que estaba considerablemente nublado, en tierras asturianas (y en todo el Norte en general) el hecho de que no llueva ya se puede considerar todo un éxito en lo que a la meteorología se refiere.

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Como os decía al principio de esta entrada, los dos teníamos muchas ganas de visitar Cudillero y una vez recorridos sus rincones se trata de una excursión que os recomiendo totalmente.

En cualquier caso, éste es sólo uno de los muchos lugares pintorescos que tuvimos ocasión de visitar durante nuestras vacaciones en tierras asturianas. ¡En la próxima entrada más rincones de esta bonita región de España!.

El pasado de Oropesa en postales (VIII)

Con la de hoy, y coincidiendo precisamente con el final de año, quería poner un punto y seguido a estas entradas que nos muestran el aspecto de Oropesa del mar tiempo atrás con ayuda de postales que he encontrado por mi casa. Y digo punto y seguido porque aunque la idea ha sido un éxito tanto para vosotros como lectores como para mí mismo a la hora de escribirlas, por el momento me he quedado sin más material gráfico que mostraros, de modo que ahora comienza una búsqueda por mi parte en la que espero recopilar más postales para poder compartirlas en un futuro por aquí.

Como no podía ser de otro modo, vamos a echar un vistazo a dos imágenes de la zona de la playa de La concha, pues ya sabéis que este ha sido durante toda mi vida el lugar donde he pasado mis vacaciones de verano.

Avenida de Columbretes. 1995

Avenida de Columbretes. 1995

En la primera de las postales podemos ver la avenida de Columbretes desde un punto de vista elevado. En ella aparece en primer plano el hotel Neptuno a la derecha y la plaza de París a la izquierda (ya con su actual configuración). Podemos ver que en la acera ya desde entonces (y mucho antes) aparcaban los autocares que traían a los turistas a esta zona de Oropesa y que en aquellos años lo de la «zona azul» todavía ni se les pasaba por la cabeza a los concejales del ayuntamiento. La tienda pintada de color blanco en los bajos del edificio de de fachada marrón claro era una de aquellas novedosas tiendas de veinte duros y actualmente un negocio de alquiler de bicicletas que ha surgido a raíz de la popularidad de la vía verde.

La urbanización Oromar aparece completamente terminada y detrás de ella se ve con claridad el supermercado del camping Torepaquita donde mis padres hacían la compra todas las tardes por aquella época. Hoy en día ese supermercado ha desaparecido y en su lugar hay una urbanización de doce pisos con piscina en la azotea.

Comentar también que discurriendo en paralelo a la propia avenida podéis ver un canal de aguas pluviales que hoy en día está tapado con una rejilla metálica. Actualmente no se concibe que una estructura de este tipo esté expuesta a que pueda caer en su interior cualquier persona que camine despistada por la calle (aunque recuerdo que estaba delimitado por una pequeña barandilla metálica) pero en aquellos años la seguridad no era un concepto tan tenido en cuenta como lo es ahora en cualquier infraestructura pública o privada.

Sea como sea os diré que ese canal de aguas pluviales se construyó para evitar las inundaciones de la avenida de columbretes en época de lluvias torrenciales (la famosa «gota fría» del mes de septiembre) porque cada vez que ocurría se inundaban locales comerciales, trasteros y garajes. El canal no evitó esto por completo porque cuando llueve mucho y el agua se pone a nivel no hay canal que la encauce; pero al menos hizo que el desastre no ocurriera con la frecuencia de antaño porque para que se salga de ahí tiene que caer mucha agua en muy poco tiempo.

En cualquier caso, yo, que trabajo en el mundo de las aguas, se muy bien que cuando el agua busca su camino no hay canal ni dique que la pare porque de un modo u otro acaba fluyendo por su cauce natural; y precisamente la avenida de Columbretes es la continuación de una rambla que baja desde la montaña y que actualmente podéis ver entre el pueblo y los campos de los que os hablaba en la entrada anterior. Del mismo modo, el río Chinchilla es un río aparentemente seco que recoge el agua que cae por las montañas que hay detrás de Oropesa y cuando allí hay tormentas fuertes su cauce puede crecer espectacularmente en cuestión de minutos.

Vamos a ver ahora la segunda imagen, que corresponde también a la playa de La concha y en la que podemos ver una vista muy parecida a la que se puede observar hoy desde lo alto del hotel Neptuno (que es desde donde parece estar hecha esta postal).

Plaza de París y playa de la concha. 1995

Plaza de París y playa de la concha. 1995

Como podéis ver, pese a estar en 1995 el paseo todavía tenía las piedras blancas y las losas rojizas de los años 80. No tardarían mucho en levantarlo por completo durante un invierno y sustituir esas piedras por un muro completo de color marrón así como cambiar el suelo por las baldosas blancas y azules que podemos ver hoy en día; pero básicamente su apariencia era la misma que tenía a finales de los 70.

En zonas más alejadas podemos ver que el puerto deportivo también estaba ya terminado y por la montaña empezaban a surgir ya multitud de chalets; si bien todavía se edificarían muchos más durante los diez años siguientes.

A modo de curiosidad, encima de la montaña que hay sobre el puerto deportivo, en la misma zona que fue afectada hace unos años por un voraz incendio forestal, existe hoy en día un radar de movimientos migratorios de aves y que podéis ver si os detenéis en el conocido mirador de El balcó.

Por lo demás, podemos apreciar que en la playa ya están presentes los famosos patines de colores, que las papeleras seguían siendo todas azules, que las sombrillas de alquiler estaban todas dispuestas a acoger a multitud de turistas y que las palmeras del paseo ya iban tomando altura.

Un litoral el que se ve en esta última imagen más parecido ya a lo que nos encontraremos hoy en día si pasáis por Oropesa del mar; y es que gracias a las postales que tenía por mi casa vosotros habéis podido ver cómo era esta localidad hace unos cuantos años y yo he disfrutado recordando lugares y anécdotas de cuando no era más que un niño.

Como os decía al principio de este artículo, a partir de ahora trataré de buscar más material gráfico con el que seguir con esta serie de entradas que tanto he disfrutado; de modo que espero sorprenderos dentro de algún tiempo con más vistas de la Oropesa que conocí siendo apenas un niño o que incluso ni siquiera llegué a conocer.

¡Un saludo y gracias por leerme!

El pasado de Oropesa en postales (VII)

Las de hoy son dos postales que, como todas las demás, muestran a Oropesa del mar; pero en esta ocasión no lo hacen desde sus costas sino desde lugares algo más elevados.

Torre de la iglesia parroquial. Aprox 1990

Torre de la iglesia parroquial. Aprox 1990

La primera de ellas está hecha en la explanada del castillo del pueblo y en ella se puede ver en primer término la torre de la iglesia parroquial. Por los edificios que aparecen en la imagen (o más bien por la abundante vegetación que todavía se aprecia) podemos fechar la fotografía hacia 1990.

Como os digo, en esta imagen podéis apreciar que todavía faltaban muchos edificios por construir hasta configurar el actual paisaje urbano de Oropesa y es que, como ya os dije en una entrada anterior, antes del boom de Oropesa como lugar turístico de vacaciones existía una clara separación entre lo que es el pueblo y la zona de la costa. Esta delimitación consiste en toda esa franja de campos y arboledas que rodea a las pequeñas casas del núcleo urbano de la que actualmente poca cosa queda.

Si os fijáis bien podréis distinguir la montañeta de San José prácticamente despejada de chalets así como la ausencia casi total de edificaciones en la avenida de Columbretes. Por otra parte, comentar también que esa espesa arboleda que se ve en la parte derecha de la postal hoy en día son hileras de chalets; los cuales están inacabados en algunos casos porque el estallido de la burbuja inmobiliaria les pilló mientras colocaban los ladrillos. En cualquier caso, vamos a observar un poco mejor esa zona con ayuda de la siguiente imagen.

Vista aérea del pueblo de Oropesa. 1996

Vista aérea del pueblo de Oropesa. 1996

En la segunda postal vemos una panorámica de Oropesa que no sé bien si está captada desde un avión o directamente desde las montañas que hay hacia el interior y que separan Oropesa y Cabanes.

Fijándonos en la parte derecha de la imagen podéis ver que en 1996 seguía habiendo una gran cantidad de tierras de cultivo en las inmediaciones de Oropesa, aunque a día de hoy toda esa extensión de terreno ha visto florecer los chalets adosados a los que me refería antes y entre los cuales todavía se puede encontrar algún pequeño campo de almendros que resiste estoicamente al invasor.

Tengo muy buenos recuerdos de aquellos campos, pues discurrían entre ellos multitud de caminos de tierra que recorría tarde tras tarde con mi bicicleta de montaña. Cada día trataba de buscar un nuevo rincón, una senda que me llevara un poco más lejos, un poco más alto… y así, poco a poco, acabé por conocer esa zona de Oropesa como la palma de mi mano.

Hoy en día todo aquello está irreconocible si los recuerdos de uno viven todavía en aquella época; pero por suerte aun quedan rincones que no han cambiado en estos últimos 20 años y a veces, cuando tengo ocasión, me acerco a ellos para recordar aquellos largos paseos en bici bajo el sol.

El pasado de Oropesa en postales (VI)

Os traigo hoy una postal de Oropesa que si bien no es demasiado adecuada para observar en ella las huellas del paso del tiempo sí que es curiosa tanto por su diseño gráfico como por ser de finales de los años 70.

Playas de la concha y morro de gos. Finales años 70

Playas de la concha y morro de gos. Finales años 70

Obviando la parte izquierda de la imagen, donde unos winsurfistas y una hilera de banderas pretenden darle un aire cool a la postal, vamos a centrarnos en las dos mini-fotografías que tenemos en la parte derecha, las cuales pertenecen a la playa de La concha y a Morro de gos.

La superior retrata la playa en la que vivo actualmente pero está hecha a finales de los años 70. Desgraciadamente no hay fechas en casi ninguna de las postales que tengo, de modo que el año en el que está disparada la fotografía lo tengo que deducir a partir de los edificios que están construidos y detalles por el estilo.

Si os fijáis bien en ella veréis que hay pocas edificaciones en comparación con otras postales de años venideros y que en la playa no hay demasiada gente pese a que debe de estar hecha en pleno verano y en las horas centrales del día. Al fondo tenemos dos de los edificios más característicos del paisaje urbanístico de esta zona de Oropesa como son el edificio 2000 y el Grimaca.

Aprovecho para comentar que cuando era pequeño recuerdo ver el lateral del edificio 2000 con su nombre escrito en letras inmensas y pensar en coches voladores, gente con escafandras y demás arquetipos de la ciencia-ficción barata; pero el caso es que al final el año 2000 llegó y todo siguió más o menos igual que antes.

En otro orden de cosas, en primer plano tenemos unas rocas que ya aparecieron en las dos postales nocturnas de la entrada anterior pero de las que no hablé, de modo que aprovecharé la ocasión para comentar que por aquellos tiempos se podían encontrar allí pequeños cangrejos que mi hermano se encargaba de meter en un cubo y volver a soltarlos al final de la mañana. Hoy en día la arena ha avanzado unos metros y las rocas suelen estar secas la mayor parte del tiempo (la construcción de puertos con sus diques y espigones suele variar ligeramente la orografía de las playas cercanas debido a la influencia sobre las corrientes de agua y su arrastre de sedimentos) pero en los años 80 era habitual que se encontraran prácticamente sumergidas y de ahí que habitaran en ellas pequeños cangrejos, moluscos y otras especies marinas.

Por lo demás, llama la atención la pinada tan verde que asoma por la parte izquierda de la imagen, ya que hoy en día existe ahí un gran edificio de apartamentos y apenas han quedado unos pocos árboles en la zona ajardinada del mismo.

Centrándonos ya en la mini-fotografía de la parte inferior (correspondiente a Morro de gos) lo que tenemos es la montañeta de San José, donde hoy en día la maleza crece sin control en las zonas donde no se han construido chalets. La zona de prado que tenéis en primer término está ocupada actualmente por el paseo que comunica las dos playas por la zona de los acantilados, ya que antes de su construcción para ir de una playa a otra no quedaba más remedio que adentrarnos «campo a través» por la citada montañeta o bien ir por la calle Teruel que conecta las dos playas que aparecen en la postal. Por cierto, no sé vosotros, pero yo a dicho paseo lo conozco con el nombre de La muralla china.

En cuanto a las edificaciones que se pueden observar, podéis ver que apenas hay edificios en la parte de la playa más cercana al fotógrafo mientras que se empieza a ver una mayor densidad de bloques de apartamentos en las inmediaciones del hotel Koral (incluyendo el mítico «Edificio Rana»). Me imagino que esto es debido a que en aquellos tiempos existía un paso a nivel sobre la vía del tren a esa altura de la costa (justo donde hoy se encuentra un paso subterráneo) y, por tanto, era más sencillo ir del pueblo a esa zona de morro de gos siguiendo la Avenida del mar que llevaba al citado hotel Koral que a otras más apartadas y de peor acceso.

Por lo demás, comparando esta vista con una imagen más actual sorprende ver que Marina D’or no era por aquel entonces ni siquiera un proyecto y que en la playa no hay prácticamente gente ni en la arena ni en el agua; y es que el rápido desarrollo urbanístico que aconteció en la década de los 90 en todo el Mediterráneo en general cambió el perfil urbano de una forma radical.

El pasado de Oropesa en postales (V)

Como ya os dije en la entrada anterior, hoy volvemos a la playa de La Concha; si bien en esta ocasión la vamos a ver desde el punto de vista contrario al de la tercera entrega de esta serie.

Playa de la concha desde "el balcó". Aprox 1985

Playa de la concha desde «el balcó». Aprox 1985

En esta primera imagen, tomada por el día a diferencia de las otras dos que veremos posteriormente, se puede observar que la urbanización Oromar aparece con uno de sus edificios en obras, de modo que podemos fechar la imagen hacia 1985. Además, en ella se puede apreciar la ausencia del puerto deportivo (en ese momento faltaban aproximadamente siete años para su construcción) lo que también nos da una buena pista para situar la instantánea en su época.

Gracias a que la fotografía está hecha desde el balcó podéis distinguir claramente los dos chalets de los que os hablé cuando el otro día mirábamos la playa de La Concha desde su otro extremo: tanto el que está engarzado en el peñasco que hay sobre el mar como el que fue propiedad de Luis García Berlanga y que se encuentra situado en las inmediaciones de la vía férrea. Comentar a modo de curiosidad que en esta época el chalet de Berlanga estaba pintado de color blanco mientras que en la actualidad su tono es naranja oscuro.

La línea de la costa es muy similar a lo que se puede observar a día de hoy desde allí, si bien se echan en falta algunos edificios en las inmediaciones de las torres «Las Vegas», ya que en la postal de ahí arriba todavía se aprecia mucha vegetación en esa zona. Del mismo modo, se hace raro no ver la carretera que pasa junto al puerto y que a continuación sube por la montaña para dar acceso a los numerosos chalets que con los años fueron floreciendo en sus faldas.

Ya os comenté que esta parte de Oropesa era entonces inaccesible y hasta que no se llevó a cabo la construcción del puerto deportivo de la localidad todo aquello era considerado playa salvaje como hoy en día lo es La Renegá. De hecho, a modo de curiosidad os diré que se aprovechó la orografía del terreno para darle forma al puerto en la medida de lo posible, ya que el espigón principal se sitúa precisamente sobre ese primer saliente que se ve en la postal.

Playa de la concha desde "el balcó" por la noche. Aprox 1985

Playa de la concha desde «el balcó» por la noche. Aprox 1985

Playa de la concha. Aprox 1985

Playa de la concha. Aprox 1985

Las otras dos postales que os muestro hoy están tomadas por la noche (o más bien en la blue hour) y aunque datan aproximadamente de la misma fecha que la primera, en ellas podemos ver la localidad cuando tienen todas sus luces encendidas y su característico reflejo sobre la superficie del mar. Daos cuenta de que la primera de las dos está hecha prácticamente desde el mismo lugar que la diurna.

Sé que no son las mejores imágenes para apreciar detalles, pero quería compartirlas con vosotros porque es una buena prueba de que la fotografía nocturna es algo que siempre me ha llamado la atención. Es cierto que no la practico muy a menudo porque nunca he sido muy amigo del trípode, pero reconozco que a veces me lío la manta a la cabeza y busco algún buen paisaje que retratar cuando el sol ha hecho mutis por el foro.

Paseo en barco por la costa de Oropesa

A través de Twitter me enteré de que los martes y los jueves se organizan a las 18:00 y a las 19:30 dos recorridos en barco que parten del puerto deportivo de Oropesa para dar la vuelta al final de Marina d’or y regresar al punto de partida. Tres cuartos de hora de paseo a siete euros por cabeza durante los que podremos ver Oropesa del Mar desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados.

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Como ya supondréis, en cuanto me enteré de este asunto pensé en embarcar junto a mi cámara, de modo que las que os ofrezco en esta entrada son las vistas de esta localidad que podemos disfrutar desde la cubierta de la embarcación así como algunos detalles de la propia embarcación que captaron mi atención por algún motivo.

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

He de decir que si bien el recorrido es pintoresco, yo hubiera cambiado el tramo de la playa de Morro de Gos por el de la Renegá, pues el paisaje es mucho más bonito (edificios contra playa salvaje), de modo que el recorrido ideal para mí hubiera sido salir del puerto, dar la vuelta en el inicio de morro de gos, avanzar hasta el límite con Benicassim y volver al puerto deportivo; si bien esto implica dos cambios de sentido en lugar de uno.

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Paseo en barco por la costa de Oropesa

Y poco más que añadir, pues hoy más que nunca las imágenes hablan por si mismas.

¡Nos leemos!

Fotos en el puerto deportivo de Oropesa

El puerto deportivo de Oropesa es uno de los lugares a los que suelo acudir cuando me apetece pasar un rato relajado haciendo fotografías.

A buen puerto

Natación sincronizada

Además de la tranquilidad que siempre transmiten los barcos meciéndose suavemente en los muelles; el hecho de contar con una zona en la que se dan cita pavos reales, gatos, gallinas y patos entre otros animales es algo que siempre da lugar a imágenes pintorescas.

Atando cabos

He ido a este puerto decenas de veces; pero cada vez que paso por allí con la cámara siempre traigo alguna foto que me gustaría compartir con vosotros; y de ahí la finalidad de esta entrada. Ya os dije que Agosto sería un mes con pocos artículos en el blog; pero ya veis que un rato de vez en cuando sí que he sacado para salir a hacer unas fotillos.

Posado

Levando anclas

¡Nos leemos!

Peñíscola desde el castillo del Papa Luna

Hace unos días estuve en Peñíscola con mi chica y allí, como es tradición, visitamos el famoso castillo del Papa Luna; que además de ser sorprendente por sus dimensiones y estado de conservación, también tiene unas vistas espectaculares desde su parte superior.

Podemos dirigir la vista en dirección Sur y contemplar el puerto de la localidad así como el límite del litoral mediterráneo (Oropesa del Mar estaría en aquella zona del fondo que ya apenas se distingue por culpa de las nubes que había aquel día; pero en un día claro desde Oropesa se puede ver la elevación en la que se encuentra el castillo).

Peñíscola desde el castillo del papa Luna

Si rotamos la vista 180 grados podremos ver la playa de Peñíscola y esa montaña plagada de pequeños chalets tan típica de estas tierras levantinas.

Peñíscola desde el castillo del papa Luna

Una vez que haya pasado el verano tengo idea de ir recorriendo rincones mucho menos conocidos de la geografía castellonense; pero este breve paseo por Peñíscola fue un buen aperitivo para abrir mi «apetito de excursionista».

Thanks for reading!  ^__^

Gallinas que se van por las ramas (literalmente)

Gente que se vaya por las ramas he conocido bastante; pero que lo hagan las gallinas (y además literalmente) ya es bastante más raro.

¡Gallinas en los árboles!

Si os dais una vuelta por el puerto deportivo de Oropesa del Mar podréis ver con vuestros propios ojos a estas gallinas de costumbres ciertamente atípicas.

Nueva ruta entre Oropesa y Benicassim atravesando un túnel abandonado

Me encantan las iniciativas como esta: nada más llegar a Oropesa me encuentro con que han abierto una ruta de “senderismo” (lo entrecomillo porque de sendero tiene poco) entre Oropesa del Mar y Benicassim aprovechando el túnel abandonado de la antigua vía férrea de modo que ahora se puede disfrutar de un agradable paseo entre ambas localidades que, por supuesto, no tardé en experimentar por mí mismo.

Cruzando el puente

Aquella vía original cayó en desuso hace no mucho tiempo porque representaba un auténtico embudo para los trenes que recorren la costa mediterránea, ya que era el único tramo de sentido único en todo el litoral, obligando a los trenes a esperar en las estaciones de Benicassim y Oropesa a que éste quedara libre para poder reanudar la marcha.

Ahora corre paralelo a él un tramo de doble vía que ha solucionado el problema haciendo que el antiguo trazado quedara anulado. Un trazado por el que ya se podía caminar desde que fue sustituido por el nuevo (de hecho hace tres años intenté atravesar el túnel abandonado y salí por patas ante la cantidad de murciélagos que habitaban dentro de él) pero que no estaba para nada adaptado a ello (vamos, que estaba dejado de la mano de dios). Además de la fauna alada de las tinieblas, las vías se oxidaban al sol sobre un lecho de piedras sueltas, en el puente había agujeros por los que cabía una persona, el túnel estaba lleno de goteras…

Excursión a la Torre de la Cordá (II)

Aunque la ruta está prácticamente terminada, su acceso está cerrado porque falta por instalar la iluminación en el propio túnel, que al tener una longitud de unos 600 metros, en su parte central la falta de visibilidad es total (no ves ni tus propias manos) por lo que se hacen necesarias unas luminarias que, aunque ahora mismo están colocadas, todavía no han entrado en funcionamiento.

De cualquier modo, la gente ya recorre la nueva ruta tanto a pie como en bicicleta con ayuda de linternas; y es que el innegable encanto de caminar a escasos metros de acantilados vírgenes, poder llegar a playas casi desiertas y tocar con las manos la hasta ahora casi inaccesible Torre de la Cordá han convertido ya a “la ruta del túnel” en todo un éxito para los paseantes de estas dos localidades que ahora están comunicadas de una forma muy original: por el viejo túnel del tren.

Os dejo con algunas fotografías más de la excursión que realicé con mi hermano. ¡Y que conste que no será la última!

Excursión a la Torre de la Cordá (III)

Excursión a la Torre de la Cordá (V)

Excursión a la Torre de la Cordá (IV)

Excursión a la Torre de la Cordá (I)

Actualización 06-08-2009: La iluminación del túnel ha entrado en funcionamiento el día 5 de Agosto, y el aspecto del túnel en la actualidad es el que muestra la siguiente fotografía tomada ese mismo día.

Túnel iluminado (¡por fin!)

¿Verdad que parece la Batcueva? 😛

Paisajes (II)

Tres fotografías de Peñíscola; un bonito lugar que, al no quedar demasiado lejos de Oropesa del Mar, ya he visitado en alguna que otra ocasión. Estas imágenes en concreto son de la última vez que estuve allí: hace tres veranos cuando una tarde hicimos una excursión mi hermana, su novio, mi hermano y yo.

Casas en Peñiscola

Peñiscola desde las alturas

El puerto de Peñiscola

La soledad del socorrista

Al hilo de lo que comentaba el otro día sobre los socorristas de la Cruz Roja, me encontré en una mañana de mal tiempo con una estampa bastante curiosa; y es que el encargado de velar por la seguridad de la gente que va a bañarse en la cala que hay junto al puerto deportivo de Oropesa del Mar se topó esa jornada con la arena completamente vacía y nada que hacer, así que se dedicó a dar paseos de un lado a otro con la esperanza de que apareciera alguien que al menos le entretuviera un rato.

La soledad del socorrista

Decidí titularla “La soledad del socorrista” porque la verdad es que daba un poco de pena ver al pobre chaval ahí tan aburrido. Espero que al menos tuviera algo de música a mano o algo para entretenerse un rato.

Atascos por tierra y mar

Atascos y más atascos; parece mentira que puedan caber tantos coches en tan poco espacio. Y es curioso comprobar que además de los atascos en tierra también debe haberlos en el mar, porque si echamos un vistazo al estado del puerto deportivo de Oropesa del Mar vemos que no queda ni una plaza libre.

Agobio de barcos

No entiendo de embarcaciones, pero el sentido común me dice que si el puerto está así de lleno habrá tortas por conseguir un amarre; y el problema es que si en la ciudad no encuentras sitio en un parking habrá otro más o menos cerca; pero si el puerto de tu localidad de veraneo está lleno… ¿dónde dejas tu barco?

Tal vez debería preguntar al dueño de algún barquito en plena búsqueda de amarre libre, pero en tal caso supongo que me arriesgaría a tener bastantes papeletas para que se le pusiera tan mala leche como al típico conductor de coche en busca de un lugar donde dejar su querido vehículo para ir a cenar y la pagara conmigo. Creo que prefiero quedarme con la duda eternamente, no vaya a ser que se baje y me pegue con el gato, pero… un momento: ¡los barcos no necesitan gato!

Agobio de coches

¿Facilidades para los bañistas? (va a ser que no…)

Muelle sumergido

Curiosa estampa la que me encontré en el puerto deportivo de Oropesa del Mar hace un par de semanas: estaban de obras metiendo una canalización y se ve que alguien metió más peso del permitido sobre el muelle y creó una rampa directamente hacia el agua.

No sé si lo habrán reparado ya, pero estuvo así unos cuantos días y cuando volví a Alcalá todavía seguía así.