Tenía ganas de hacerme con un Tello desde que se presentó, ya que buscaba algo sencillo de manejar y que me permitiera hacer algunas fotos aéreas sin muchas complicaciones. En su día (hará unos tres años) tuve un mini-drone que me costó menos de 50 euros pero era bastante inestable y al no disponer de visión directa a través de la cámara era muy complicado manejarlo en cuanto se alejaba un poco además de que las fotos eran poco definidas, desenfocadas y con una cierta dominante azul. Sin embargo, este modelo del que hoy os hablo guarda un buen compromiso entre calidad y precio aunque también tiene sus carencias y limitaciones como iremos viendo a lo largo de este artículo.
¿Qué nos ofrece el Tello?
El Tello básico (drone en color blanco, una batería, un juego de hélices de repuesto y la herramienta para desmontar las mismas) cuesta oficialmente 99€ pero de vez en cuando salen ofertas en Amazon en las que el precio es menor. Sin ir más lejos a mí me salió por 73,55€ cuando me hice con él. Luego hay packs con más accesorios como un mando bluetooth, baterías adicionales, carcasas de colores… pero si lo que queremos es «echar a volar» y ver si nos gusta el tema, la opción más simple puede ser un buen punto de partida.
El Ryze Tello es un drone con un peso aproximado de 86 gramos, una autonomía de unos 13 minutos, una envergadura de 15 cm de lado a lado contando los protectores de las hélices, velocidad máxima de 28 Km/h, conectividad WiFi y una cámara estabilizada electrónicamente con focal f/2.2 y ángulo de visión de 82º capaz de captar fotos a 5 Mpixels y vídeos a 720p/30 fps. Lo bueno es que con la batería cargada sólo nos va a hacer falta un teléfono móvil para utilizarlo, ya que se controla y configura con una aplicación específica para este modelo sin necesidad de nada más.
Una de las peculiaridades del drone que hoy nos ocupa es que no necesita (ni puede albergar) ningún tipo de memoria interna para almacenar las fotos y los vídeos que hagamos durante nuestros vuelos porque se transmiten directamente a nuestro teléfono; lo cual es bueno y malo al mismo tiempo.
Lo positivo es la inmediatez, ya que según pulsamos el botón de disparo la foto ya está en nuestro móvil y podemos editarla, compartirla, subirla a Google Fotos… Con las fotos funciona bastante bien, y dependiendo de la distancia a la que se encuentre el drone la descarga será inmediata o tardará un par de segundos. Sin embargo, en el caso de los vídeos, en cuanto nos alejemos un poco del drone veremos que la imagen da pequeños saltos y tirones porque el flujo de datos que se transmite a nuestro móvil (o tablet) a través del WiFi no es todo lo estable que debería.
Por tanto, pese a que el fabricante está tratando de mejorar este aspecto en las diferentes actualizaciones de firmware que ha ido poniendo a disposición de los usuarios, se trata de un modelo que veo más orientado a las fotografías que al vídeo. En mi caso no es un gran problema porque mi idea era centrarme principalmente en las imágenes estáticas (no tengo arte para el vídeo, las cosas como son) pero debéis tenerlo en cuenta si vuestras prioridades son otras.
Y hablando de las imágenes, tened en cuenta que la cámara que lleva este drone va fija en la parte frontal, de tal modo que la perspectiva es siempre la misma. No es como en drones de gama alta cuyas cámaras van en una estructura que rota en los tres ejes y, por tanto, son capaces de grabar planos picados y similares.
No quiero pasar por alto que el Tello está fabricado por Ryze (una empresa china que se estrenó en 2017 precisamente con este producto) pero que cuenta con la colaboración de DJI en cuanto a ciertos componentes internos dedicados al vuelo y de Intel en la CPU. No quiere esto decir que el Tello sea un Phantom 4 en miniatura ni mucho menos, pero sí que cuenta con algunos detalles técnicos de drones de gama más alta. Ya sabéis, la progresiva popularización de la electrónica de consumo que hace que lo que hoy sólo se encuentra en el modelo tope de gama al día siguiente lo lleva de serie hasta el más económico (esto es un clásico en el mundo del automóvil).
La conectividad, como os comentaba antes, es a través de WiFi. El drone al encenderlo crea una red sin clave de ningún tipo a la que debemos conectar nuestro móvil y a continuación iniciar la aplicación de Tello, la cual nos permitirá controlar y configurar el cacharrín. Precisamente por su modo de funcionamiento, debemos tener en cuenta que no podremos alejar mucho el drone de nuestra posición física. De hecho Ryze declara una distancia máxima de manejo de 100 metros, la cual se reduce considerablemente en cuanto hay interferencias radioeléctricas en la zona donde estemos volando.
En relación a esto, os recomiendo que evitéis zonas con aparatos de potencia como transformadores, líneas de alta tensión, variadores de frecuencia, motores grandes, etc. porque el Tello se puede volver literalmente loco. De hecho un día me lo llevé al trabajo para ver si podía fotografiar una zona con unos equipos que de otro modo son inaccesibles y cuando estaba por allí arriba la comunicación se bloqueó y el drone se quedó «zombie» hasta tal punto que tuve que esperar a que se agotara la batería y aterrizara sólo porque no había manera de recuperar el control. Es la única vez que me ha pasado algo así y estoy seguro de que tuvo que ver con la intensa actividad electromagnética de la sala donde me encontraba.
Otra cosa a tener en cuenta es que el drone tiene un «techo virtual» que no podemos superar. En las primeras versiones de firmware era de 10 metros, pero en sus últimas revisiones podemos configurar ese límite de altura máxima entre 2 y 30 metros, que ya es considerable para un drone tan pequeño como este (haceos a la idea de que sería más o menos como subir hasta un décimo piso). Os dejo a continuación una fotografía tomada a una altura de unos 15 metros, que representa la mitad de la altitud máxima alcanzable por el Tello.
Hablando de alturas, tenéis que tener cuidado con el viento, ya que el Tello, como todos los drones de su tamaño, es bastante sensible al mismo y se tambaleará bastante en caso de rachas incluso no muy fuertes; cosa que suele ser más notable cuanto más altura alcanzamos.
De hecho, si tenéis pensado grabar vídeos, a no ser que lo hagáis en un día totalmente calmado vais a ver que el estabilizador electrónico de la cámara no es capaz de cancelar todos los vaivenes del aparato para mantenerse quieto en el aire. Además, si sopla algo más que una ligera brisa veréis que poco a poco se va desplazando llevado por la corriente pese a los esfuerzos por mantenerse quieto inclinándose en la dirección contraria al viento para tratar de compensar el movimiento.
Una cosa que me llama mucho la atención es que el Tello emplea un curioso sistema para mantener su posición durante el vuelo, ya que en su panza posee un sistema infrarrojo capaz de medir la distancia a la que se encuentra con respecto al suelo así como una pequeña cámara para tener una referencia visual del lugar sobre el que está para así detectar movimientos de desplazamiento y compensarlos si no le estamos ordenando que se mueva del sitio. Como es lógico al ser un sistema óptico necesita buena luz para funcionar bien, apareciendo un aviso en la pantalla del móvil si el drone no ve las cosas con la claridad necesaria. También cuenta con un barómetro interno, aunque sus datos no son accesibles directamente por el usuario y no tengo muy claro cuál es su función.
El manejo como tal es extremadamente simple. Para despegar sólo hay que pulsar un botón de la aplicación, confirmar que deseamos iniciar el vuelo y entonces el drone se situará a aproximadamente metro y medio del suelo en una posición totalmente estable (a no ser que haya viento, como os decía antes). A partir de ahí podemos manejarlo en altura, giro en ambos sentidos sobre el eje vertical y desplazamientos horizontales en las cuatro direcciones con dos controles táctiles «analógicos» mientras observamos en la pantalla del móvil en todo momento lo que ve la cámara frontal del Tello, haciendo que sea un modelo tremendamente sencillo de utilizar.
En cualquier caso, hay dos modos (o más bien velocidades) de uso: el lento y el rápido. La diferencia es que en uno la velocidad máxima es de 14 km/h y en el otro de 28 km/h; algo que viene dado por la inclinación del drone con respecto al plano horizonal cuando pulsamos el acelerador a tope. Son 9 grados en el caso del modo lento y 25 en el modo rápido y de ahí la diferencia en la velocidad de desplazamiento horizontal. Por supuesto, si no estáis acostumbrados a este tipo de aparatos voladores os recomiendo empezar en el modo lento y no cambiar al rápido hasta que no tengáis una buena soltura con los movimientos del drone, ya que la diferencia entre ambos es notable.
Como os comentaba en las especificaciones técnicas, la autonomía de vuelo es de unos 13 minutos como máximo, los cuales se pasan en un suspiro. Yo ya me he hecho con una segundatercera cuarta batería y no descarto hacerme con otra más si veo que mis ansias aéreas siguen sin verse colmadas en cada sesión. Eso sí, tened en cuenta que la batería se carga dentro del propio drone mientras lo alimentamos a través de un cable microUSB, proceso que lleva aproximadamente una hora y media si se encuentra completamente descargada.
Si tenéis varias baterías enseguida os daréis cuenta de que os vendrá bien un cargador externo múltiple como los muchos que venden ya en tiendas online específicamente para este modelo (de hecho yo tengo uno para poder cargar 3 baterías simultáneamente). Por cierto, no he comentado que las baterías son de ion-litio, 3.8 V, 1100 mAh y tienen un peso de 26 gramos.
Hay un detalle que no me acaba de convencer del todo, y es que los motores del Tello llevan escobillas, lo que implica que con el uso van sufriendo cierto desgaste que nos llevará a su arreglo o sustitución en algún momento. El fabricante dice que sus motores tienen una vida útil de 40 horas bajo condiciones de uso extremas que van mucho más allá del uso normal que le damos los que nos compramos un drone de este tipo, pero sea como sea, si un vuelo dura 12 minutos se supone que cuando llevemos unos 200 vuelos realizados podríamos empezar a toparnos con problemas en los motores.
En este sentido los motores sin escobillas (brushless) son mucho más fiables, ya que no hay contacto mecánico para la transmisión de electricidad al devanado; sino que esta se realiza mediante campos magnéticos generados internamente. Aun así, tampoco penséis que los motores que lleva van a durar dos telediarios porque por ejemplo los taladros suelen llevar motores con escobillas y aguantan años y años de duro trabajo; pero habrá que comprobar la fiabilidad del Tello en ese aspecto a medio plazo, que es la característica que sobre el papel menos me ha convencido de este modelo de drone.
En otro orden de cosas comentar que el drone trae montados unos protectores plásticos para las hélices que harán que estas no se estropeen con el típico golpe contra una esquina o que nos arañen un dedo si nos despistamos y acercamos la mano demasiado en vuelo. Del mismo modo, el Tello trae unas patas de goma que le ayudarán a posarse sobre las superficies sin golpear a la hora de aterrizar. Estas patas son fijas, pero los protectores de las hélices los podéis retirar y descontar así unos 3 gramos del peso total; aunque la mayor ventaja de no llevarlos puestos es que mejora algo la estabilidad del drone cuando hay algo de viento.
Hablando de aterrizajes, este es uno de los aspectos más sencillos del Tello. A la hora de finalizar el vuelo, si pulsamos el botón de aterrizar el drone bajará lentamente en vertical hasta posarse suavemente en el suelo o en la palma de nuestra mano; si bien durante el descenso tendremos control sobre sus movimientos por si necesitamos corregir la zona de contacto con el suelo (bien porque haya charcos, hierba alta, piedras…).
Como ya estáis viendo, se trata de un modelo a prueba de torpes y manazas; más todavía si tenemos en cuenta que en caso de que la batería se esté agotando aterrizará sólo, que si la intensidad de la señal baja o detecta viento nos avisará mediante un mensaje en pantalla y que si nos llegamos a desconectar también aterrizará por si mismo… pero eso no quiere decir que no podamos lucirnos al usarlo, ya que posee una serie de modos automáticos que se activan con la pulsación de un botón consistentes en dar volteretas en el aire, subir y bajar en la vertical como si de un muelle se tratara, iniciar el vuelo lanzando el drone al aire, grabar un vídeo rodeando un punto fijo, hacer una toma panorámica de 360 grados… Elementos que se podrían hacer de manera manual con habilidad pero que están ahí para facilitarnos la vida y hacernos creer que estamos hechos unos profesionales del vuelo acrobático.
Otras leyes (aparte de la gravedad)
Por cierto, tema importante: la legislación. Lo primero de todo, tened en cuenta que el desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento; y os advierto que hay un reglamento muy claro para el vuelo de este tipo de aparatos, si bien se suavizan bastante en el caso de modelos como el Tello.
Digamos, a modo muy resumido, que con drones de hasta 2 Kg de peso podemos volar teniendo el aparato en zonas despejadas, teniéndolo siempre a la vista, hasta un máximo de 120 metros de altura y que debemos evitar volar directamente sobre personas, en zonas de vuelos de poca altura (parapentes, planeadores, globos aerostáticos…) y a menos de 8 Km de cualquier aeropuerto, aeródromo, helipuerto, etc. Recordad también que seréis responsables directos de cualquier daño que pueda ocasionar vuestro drone y, por tanto, os tocará responder económica y penalmente en tal caso. En el caso de drones de menos de 250 gramos (como es el caso del Tello) se permite volar en zonas urbanas siempre que no superemos los 20 metros de altura.
Por tanto, lo mejor para no tener problemas es que estando a más de 8 Km de un aeropuerto os vayáis a una zona lo más despoblada posible y allí hagáis vuestras peripecias usando siempre el sentido común, ya que por poner un ejemplo, me parecería una temeridad volar con el drone por encima de una autopista; ya que en caso de que caiga sobre la vía podéis causar un grave accidente.
En cualquier caso, os dejo un enlace que seguro os resulta de utilidad para aclarar cualquier duda que os pueda surgir con respecto a estos temas legislativos relacionados con el vuelo recreativo de drones en España. Echadle un vistazo porque es importante tener claro todo esto para no meternos en problemas.
La cámara
Vamos a echar un vistazo ahora a la cámara del drone. Como ya os dije se trata de una sencilla cámara con apertura f/2.2 y focal 1.98 mm la cual posee un ángulo de visión de 82 grados, que ya es un angular bastante majo. No llega a la amplitud de miras de una GoPro, pero para un producto como éste anda bastante bien. Por cierto, no es un ojo de pez, así que las líneas rectas lo siguen siendo en las imágenes que captamos.
Vamos a hacer una cosa: os voy a dejar a continuación con una imagen que hice en una mañana muy clara subiendo el drone a la máxima altitud posible (30 metros sobre el suelo) para luego analizar algunas zonas de la misma sin aplicar ningún tipo de reescalado y analizar así el detalle que es capaz de captar en esas condiciones.
A nivel general la imagen me sorprende por su buen nivel de detalle, si bien he de decir que la luz era especialmente propicia para ello en ese momento. A la ausencia de viento (el drone está estable en el aire evitando trepidaciones) se une que el día estaba realmente claro, lo que hace que todo se vea con mayor nitidez. Veamos ahora algunas zonas interesantes:
Éste es el centro de la imagen, que es donde los objetivos sacan lo mejor de si. Si os fijáis en el coche que está ahí aparcado, desde 30 metros de altura y con el objetivo angular del drone se puede distinguir la marca que es (por la forma de la parrilla) así como la forma y color de los asientos delanteros. También se aprecia buen nivel de detalle en los arbustos que conforman la vegetación de las aceras y además la tonalidad de todos los elementos es bastante real.
Si nos fijamos ahora en la esquina superior izquierda, que se corresponde con el fondo de la imagen, sí que se aprecia una notable pérdida de calidad. El pueblo que se ve en la imagen es Colmenar Viejo (a unos 6 Km en linea recta desde donde está hecha la foto) y las montañas del fondo son la sierra de Madrid. Puesto que es una zona captada por una de las esquinas del objetivo y además se trata de elementos muy lejanos (hay más aire entre la cámara y el motivo, lo cual provoca pérdida de nitidez) la calidad percibida es menor pero aun así no es ni mucho menos un borrón.
En la parte derecha de la imagen aparecen estas casas, las cuales con tantas líneas rectas serían candidatas ideales para apreciar en ellas deformaciones y aberraciones cromáticas. Sin embargo, no es así y además se perciben con una buena nitidez, especialmente para ser una cámara integrada en un drone de menos de 100 euros.
Por último, la zona de los columpios me parece muy representativa, ya que al estar el sol bastante bajo se aprecian perfectamente las sombras proyectadas, lo que me permite ver dos cosas: una es que la cámara gestiona bastante bien las zonas con claroscuros y otra es que el nivel de detalle es suficiente como para apreciar el relieve de la arena e incluso las sombras proyectadas por los elementos más pequeños (como esas cuerdas en forma de cuadrícula).
En definitiva, creo que el Tello posee una cámara que sorprende por su calidad en un drone de gama baja como el que tenemos entre manos. Eso sí, como os decía, es de vital importancia que la iluminación sea la adecuada para conseguir buena imágenes; ya que en el mundo de la fotografía todo es cuestión de luz.
Autonomía de vuelo
En cuanto a la autonomía del Tello, haciendo mis propias pruebas he podido comprobar que, efectivamente, el tiempo de vuelo con una batería totalmente cargada es de unos 12 minutos y que la zona delantera de la parte inferior del aparato es la que más se calienta durante su funcionamiento. Los motores también cogen algo de temperatura, como es lógico, pero puesto que las hélices lanzan un buen chorro de aire hacia abajo estos se refrigeran perfectamente.
Os dejo a continuación con un par de imágenes captadas con mi querida Flir One en las que podéis ver la distribución de calor del Tello tras unos 10 minutos volando tanto por su cara superior como por la inferior y confirmar que, efectivamente, lo que más se calienta es el módulo electrónico situado en la panza del aparato, que se pone a unos 40 grados estando la temperatura ambiente a 19.
También he podido constatar que en caso de batería muy baja el Tello aterriza sólo, aunque lo hace de una manera ligeramente diferente a como lo haría si lo hacemos posarse en el suelo con el control destinado a tal efecto: bajará de altura hasta quedarse a apenas un palmo de la superficie y ahí estará unos 10 segundos para, a continuación, bajar hasta tocar tierra y ahí es cuando parará los motores. Supongo que esto se hace para que si el drone va a aterrizar sobre una superficie poco adecuada (un charco, por ejemplo) nos de tiempo a posarlo en la mano o desviarlo hacia un lado.
El software de control
Hablemos un poco ahora de la aplicación oficial para controlar este pequeño drone, ya que mi impresión es la de un software fácil de usar y muy intuitivo. Todos los iconos son lo suficientemente explicativos y lo que voy a hacer es dejaros a continuación una serie de capturas de pantalla de mi propio móvil para que veáis cómo es la interfaz de usuario mientras usamos el Tello.
Como habéis podido comprobar en las capturas, a excepción de las pantallas de opciones estaremos visualizando en todo momento en segundo plano lo que la cámara del drone está viendo, lo que viene muy bien para tener sensación de control todo el tiempo y no temer que un despiste tonto se cargue una hélice o podamos perder el aparato por meternos en una zona indebida mientras pensábamos qué botón tocar para hacer un giro en el aire.
A mí la aplicación particularmente me gusta mucho por su sencillez y su claridad; y sobre todo porque con ella y el propio drone ya tenemos todo el material que nos va a hacer falta para echar a volar. Eso sí, no quiero pasar por algo que un día me encontré con la desagradable sorpresa de que usando un teléfono Nexus 4 la aplicación parecía ir bien, pero al llegar a casa me encontré con que las fotografías se habían grabado correctamente mientras que la totalidad de los vídeos consistían en archivos de apenas unos bytes que como podéis imaginar no contenían información alguna.
Y me dio mucha rabia, porque había unos cuantos captados el día de la primera foto hecha a 30 metros de altura que estoy seguro hubieran sido curiosos de ver. Por el contrario, en mi habitual Xiaomi Mi A1 la totalidad de las fotografías y los vídeos se almacenan siempre correctamente.
Imágenes de ejemplo
En este apartado de la review voy a ir colocando algunas imágenes que vaya haciendo con el Tello para que así tengáis algunos ejemplos prácticos de lo que es capaz de hacer este pequeño drone. Si veo que la cosa se alarga mucho iré borrando algunas para dejar sólo una pequeña selección más o menos representativa, pero la idea es que sea una sección que vaya cambiando y evolucionando con el tiempo.
Puntos positivos
Sencillez de manejo
Relación calidad/precio
La calidad de las fotografías captadas por su cámara
Recambios y accesorios de bajo coste y fáciles de encontrar
Puntos negativos
Está por ver la durabilidad de los motores a largo plazo
Alcance WiFi algo limitado, sobre todo en zonas urbanas por la presencia de interferencias (NOTA: esto mejora sustancialmente empleando un repetidor WiFi)
Imposible sacarlo a volar con viento.Si veis bailar las copas de los árboles mejor dejad el Tello en la mochila
Baja calidad de vídeo, sobre todo por los microcortes y tirones debidos a la transmisión en tiempo real
Conclusiones
En definitiva, estamos ante un drone que ya ha cosechado gran éxito en los meses que lleva a la venta y que en mi opinión merece bastante la pena como introducción a este tipo de aparatos.
Espero que os haya quedado claro que no está diseñado para acometer vuelos extremos ni para captar imágenes imposibles como algunos modelos que cuestan diez veces más; pero si nos hace ilusión grabar nuestras propias imágenes desde puntos de vista inusuales o queremos hacernos con un drone que podamos manejar con facilidad y sin temor a perderlo o estamparlo creo que el Tello puede ser un buen candidato a convertirse en nuestro fiel compañero de aventuras.
Actualización 07/02/2019: Un complemento más que recomendable
Introduzco este breve anexo a la review para comentar que la experiencia con el Tello mejora todavía más si empleamos un repetidor WiFi. Esto se basa en que en lugar de conectarnos directamente con nuestro teléfono al drone, lo que haremos es enlazar el repetidor (alimentado con una batería externa) con la red WiFi que genera el Tello y a continuación conectar nuestro móvil al repetidor. En mi caso empleo el Mi WiFi 2 de Xiaomi, pero me imagino que valdrá cualquier otro similar.
De este modo, la señal emitida por el Tello, por débil que sea, es recogida por el repetidor y reenviada con más potencia a nuestro móvil, de tal modo que así aumenta tanto el alcance del drone como la velocidad de transmisión de la señal de vídeo así como las imágenes que captemos durante el vuelo (que os recuerdo que se transmiten en tiempo real al dispositivo móvil que estemos usando para controlarlo). Desde que uso el repetidor he notado también más precisión en el control de los movimientos del drone, menos retardos y ausencia de cortes en la señal, lo cual ayuda a la hora de volar con él.
En definitiva, una adquisición más que recomendable si queréis mejorar vuestra experiencia con el Tello a costa de sacrificar algo la portabilidad, ya que esto nos obliga a llevar encima tanto el repetidor WiFi como una batería externa con la que alimentarlo.
Actualización 13/03/2019: Recuperando la pasión por la fotografía
Después de muchos vuelos quería añadir un par de párrafos a la review para comentar algunas sensaciones. Veréis, el Ryze Tello ha conseguido algo que llevaba tiempo buscando y que casi creí perdido: disfrutar de la fotografía.
Hace ya unos años que el salir con la réflex a hacer fotos como solía hacer cuando vivía en Oropesa me da mucha pereza y no lo disfruto como entonces. Sin embargo, usando el Tello vuelvo a sentir esa especie de ansiedad por buscar la iluminación precisa, el ángulo adecuado, un rincón inexplorado… Gracias a ello a no ser que vea que va a ser un día de mucho viento, suelo llevarlo en mi mochila para poder hacer un alto en el camino en algún momento y disparar algunas fotos.
Y la cosa es que cuando estoy volando el pequeño Tello y estoy pensando desde dónde hacer la foto, dónde está colocado el sol para buscar la mejor iluminación, que no haya un árbol en los alrededores contra el que me pueda estrellar… me siento tan entretenido que cualquier preocupación que me ronde la cabeza simplemente se la lleva el viento durante esos minutos; y creedme que eso es algo que vale mucho.
En definitiva, que cada día estoy más contento con la compra del Tello y disfruto más haciéndolo volar y retratando los sitios que visito desde un punto de vista diferente y que no podría alcanzar de ninguna otra manera.
Actualización 18/04/2019: Cuenta de Instagram y divagaciones sobre el Spark
Hace ahora algo más de tres meses que tengo este pequeño drone y he de decir que aunque me estoy planteando el salto a un Spark, el Tello no para de darme satisfacciones. Si el Tello tuviera cámara orientable en el eje vertical sería perfecto, puesto que al ser de orientación fija al final hace que todas las imágenes que captas tengan más o menos el mismo ángulo; pero esto tampoco es que sea un gran problema porque hace que tu galería de imágenes tenga un aspecto muy heterogéneo.
Hablando de fotos, comentar que hace un par de meses me hice una cuenta de Instagram bajo el nombre de luiperdrone en la que voy subiendo las mejores fotos que hago con el Tello y que poco a poco va ganando seguidores. Como os digo, se trata de una cuenta en la que únicamente subo fotografías hechas con drones, y como de momento sólo tengo un Tello todas las imágenes que hay en la galería a día de hoy las he captado con él.
Como os decía antes, si me estoy planteando la opción de un Spark es porque echo de menos una cámara orientable y una mayor distancia de vuelo, aunque dado que el modelo actual tiene ya dos años de vida no me extrañaría que en breve presentaran a su sucesor.
De hecho, si hay algo que me tira para atrás del Spark es que al fin y al cabo no tiene mucha más autonomía por batería que el Tello (unos 15 minutos en el mejor de los casos) y ya puestos a pedir me gustaría algo que fuera igual de discreto pero que llegue a unos 20 minutos seguidos en el aire. Y sí, sé que modelos como el Mavic Air o el Mavic 2 llegan y superan esta cifra, pero para mí la discreción es importante y todo lo que sea más grande que un Spark me parece que llama mucho la atención.
Del mismo modo, un Spark pesa unos 300 gramos, lo que lo saca del grupo de drones que podemos usar en ciudades y creo que eso sería algo que me limitaría bastante, ya que viendo mi galería podéis ver que la inmensa mayoría de mis imágenes están captadas en entornos urbanos.
En definitiva, si DJI presenta un Spark 2 con un peso inferior a 250 gramos, cámara montada en gimbal y una autonomía de vuelo de unos 20 minutos me haré con él porque sería mi drone ideal para esas fotos que suelo hacer. De momento hay un evento programado para el día 23, así que ya os contaré, pero mientras tanto seguiré volando el Tello mientras el viento lo permita.
Actualización 20/04/2019: Los complementos del Tello
Recuerdo que en el primer vuelo que hice con el Tello sólo llevaba el drone en la mano y mi teléfono móvil, nada más. Sin embargo, poco a poco empiezas a documentarte y ves que con un repetidor WiFi tienes más alcance y estabilidad de señal, que con una batería el tiempo de vuelo enseguida se termina y quieres una segunda, y una tercera… Y claro, al final te ves con unos cuantos cacharros encima cada vez que quieres salir a volar un rato.
Como ejemplo, aquí os dejo una fotografía del mis elementos básicos de vuelo. Es decir, lo mínimo que me llevo cuando salgo a hacer fotos con el Tello: teléfono móvil, drone, repetidor WiFi, powerbank para el repetidor y cuatro baterías. Todo esto, a excepción del móvil, dentro de una funda acolchada en la que también va un juego de hélices de repuesto, un cable microusb, un cable especial para poder cargar una batería sobre la marcha, una gamuza de limpieza por si la lente del drone se ensucia…
Por cierto, lo que veis sobre la carcasa del drone es cinta adhesiva reflectante, ya que quería personalizar de alguna manera el mío y además me sirve para que destaque si cae por accidente en alguna zona sombría con la ayuda de una linterna LED que siempre me acompaña a todas partes. Por cierto, hay otra pequeña tira que he colocado en la parte trasera, justo bajo el hueco de la batería para que así se pueda ver desde el mayor número de ángulos posible.
No sé si lo he comentado alguna vez por aquí, pero siento auténtica devoción por las Raspberry Pi hasta el punto que considero que es lo mejor que le ha ocurrido a la informática y a la electrónica a nivel de usuario en los últimos años.
Dispongo desde hace tiempo de una Raspberry Pi 3, así como de un par de Raspberry Pi Zero (una de ellas la uso como reproductor multimedia) y en mis manos tengo ya una de las primeras Raspberry Pi Zero W que se han distribuido, pues la pedí el mismo día de su presentación y me llegó desde UK poco después.
Lo que ocurre es que aunque esa misma noche ya estuve instalando Raspbian y trasteando con ella un buen rato, no ha sido hasta hoy cuando he cogido la cámara y el objetivo macro con la idea de hacer unas fotografías que pudieran transmitir la belleza que yo siempre le encuentro a este tipo de cosas.
Aunque esta nueva integrante de la familia Raspberry Pi es muy similar a la Zero «a secas» tanto físicamente como en potencia, la W de su apellido viene de que integra tecnología Wireless como ya hizo anteriormente su hermana mayor (la Raspberry Pi 3).
El reto principal era el integrar la conectividad inalámbrica en una placa electrónica de tan reducidas dimensiones y a la vez ya superpoblada de diminutos componentes electrónicos.
Descartada la idea de colocar una antena WiFi al uso (la de la Raspberry Pi 3 es pequeña pero demasiado voluminosa para una placa tan minúscula) la gente de la Raspberry Pi Foundation se estrujó los sesos y decidió emplear una tecnología licenciada por la empresa Proant que es tan genial como simple: la antena es un triángulo cuidadosamente esculpido en la propia placa en cuyo interior resuenan las ondas de radio que son captadas por dos microscópicos condensadores situados en su vértice.
Como amante que soy de las soluciones sencillas y los tamaños reducidos, contemplar ese destello de genialidad que es la antena de la Raspberry Pi Zero W me hace pensar en todas las cosas maravillosas que en el mundo de la tecnología nos van a asombrar durante los próximos años.
Por cierto, espero que hayáis disfrutado de las fotografías. Hacía tiempo que no agarraba la cámara y la verdad es que he disfrutado bastante buscando la mejor perspectiva para apreciar los detalles que tanto abundan en estas miniaturas tecnológicas.
A poco que me conozcáis sabréis que adoro la familia de dispositivos Nexus fabricados bajo las directrices de Google. A día de hoy poseo un smartphone Nexus 4, una tablet Nexus 7 (2012) y un recientemente adquirido Nexus Player.
El Nexus 4 ha sido mi teléfono habitual desde que lo compré hace ya un par de años directamente a Google y desde entonces no me ha dado más que alegrías y satisfacciones… hasta hace poco. Todo iba muy bien hasta que hace ya unos meses llegó vía OTA la actualización a Android 5.1 la cual nos trajo a multitud de usuarios de este teléfono (y me consta que a los del Nexus 5 también) un importante fallo que a día de hoy todavía no ha sido corregido. De hecho, desde hace algún tiempo vengo usando un Motorola Moto G de 2ª generación por culpa del dichoso bug que ahora os detallaré.
En esencia la cosa consiste en que si estamos conectados a una red WiFi durante un tiempo más o menos prolongado (casa, oficina, etc) y salimos de su alcance, el teléfono no es capaz de conectarse por si mismo a la red de datos de nuestro proveedor de telefonía quedándonos por tanto aislados en lo que a conectividad de datos se refiere (llamadas y SMS funcionan con normalidad, eso sí). Esto se nota en que en el icono de cobertura de red aparece un signo de exclamación en lugar del modo de conexión pertinente (3G, H+, E, G…) pero si no sacamos el teléfono del bolsillo no nos percataremos del tema.
Las consecuencias para el usuario son que cuando éste sale de casa o de la oficina no va a recibir correos, mensajes instantáneos, actualizaciones de twitter ni ningún tipo de información hasta que no reinicie la conexión de datos. Y, claro, cuando hacemos esto nos llegan de golpe y porrazo todas los notificaciones correspondientes a todo aquello que no nos ha llegado mientras estábamos sin conexión (esperemos que no fuera nada urgente).
Por cierto, ya aprovecho para comentaros que para volver a conectarnos a la red de datos podemos hacer cualquiera de estas tres cosas:
Activar y desactivar el modo avión
Reiniciar el teléfono
Entrar a la configuración de los APN (opciones – uso de datos – ajustes avanzados – APN)
Sea como sea, esto no es de recibo, ya que el usuario no tiene por qué estar preocupándose de si entra o sale del alcance de las redes WiFi que tenga configuradas en su teléfono. Se supone que si llevamos el móvil encima estamos contactados al mundo. Y el caso es que pese a que los usuarios ya vamos por la actualización a la versión de Android 5.1.1 el famoso bug sigue ahí por el momento sin que Google haya dicho ni una palabra del asunto.
Os aseguro que me causa un verdadero cabreo salir de casa, al cabo de una hora sacar el teléfono del bolsillo y descubrir el puñetero signo de exclamación (!) que hasta la aparición de este molesto bug siempre asociaba a la saga de videojuegos «Metal Gear Solid».
Os dejo a continuación dos enlaces a sendos hilos de foros en los que se habla del tema para que veáis que no es una cosa de dos o tres usuarios; sino que es un problema bastante extendido y generalizado entre los poseedores de los Nexus 4 y 5.
No soy experto en programación de móviles ni mucho menos, pero entiendo que si el problema surge a partir de la actualización 5.1 es por algún cambio realizado en el módulo de radio correspondiente a esta versión y los programadores deberían de ser capaces de saber «por dónde van los tiros» gracias a la cantidad de información que los usuarios estamos aportando. Además, al ser un problema tan extendido entre los Nexus 4 y 5 debería de ser motivo suficiente para que Google se pusiera manos a la obra y arreglara este error que tantas críticas le está suponiendo de un tiempo a esta parte.
Por descontado, lo único que pretendo con este artículo pretendo aportar mi granito de arena para hacer presión a los encargados del desarrollo del sistema operativo de los móviles Nexus; no vaya a ser que por ser las versiones 4 y 5 unos dispositivos con algún tiempo ya en el mercado los dejen olvidados y supongan que vamos a renovar unos terminales que, por lo demás, funcionan estupendamente.
De hecho, los rumores que corren sobre los próximos teléfonos de la familia Nexus los hacen sumamente apetecibles; pero tengo supeditada la adquisición de uno de ellos a que Google corrija este error del que hoy os hablo, ya que no hacerlo me generaría una gran desconfianza en la marca y su atención a los usuarios.
Los que conocéis un poco mis gustos sabéis que tengo debilidad por los diseños minimalistas y, en especial, por todas esas revisiones de gadgets que consisten básicamente en una miniaturización de la versión original de los mismos. Casos como los iPod nano y shuffle, las GameBoy Pocket y Micro, la Wii Mini y, como no, las sucesivas revisiones «slim» de la familia de sobremesa de Playstation (PS-One, PS2 slim y PS3 slim»y super-slim) siempre me han llamado mucho la atención y antes o después han acabado en mis manos.
Reconozco que muchas veces la compra de estos modelos se debe más a un impulso irracional que a una decisión meditada y madurada; pero es que cuando tienes delante de ti uno de estos aparatos y ves que su tamaño con respecto al original es tan reducido, al menos en mi caso no puedo evitar sentir una especial atracción por ellos.
Una compañera casi invisible para la tele del salón
El caso que hoy nos ocupa trata de la subida al carro de las microconsolas por parte de Sony que, viendo el éxito de crítica de OUYA y algunas otras competidoras no tan conocidas, ha querido introducir una de sus máquinas en nuestros salones pese a que las actuales máquinas de sobremesa ya no son patrimonio exclusivo de los aposentos de los pequeños de la casa. Además, ahora mismo podéis adquirir esta pequeña máquina en la web de una conocida cadena de tiendas de videojuegos por 55 €, algo que potencia ese impuso de querer hacerte con una la primera vez que la ves en vivo.
La idea de Playstation TV es la de expandir y complementar la experiencia que nos ofrecen el resto de videoconsolas de Sony ya sea continuando nuestra partida de PS4 en otro televisor de la casa a través de streaming, conectándonos a otra consola de sobremesa para acceder a contenido multimedia o ejecutar nativamente juegos de PS Vita, PSP o PSX sentados en el sofá.
Lo primero que llama la atención de Playstation TV son sus reducidísimas dimensiones, ya que esta mide apenas 65 x 105 x 13 mm, que viene a ser lo que abulta una baraja española normal y corriente. En cuanto al peso, son 110 gramos, por lo que también podemos comprarlo con el mazo de cartas anteriormente mencionado. Para que os hagáis una idea, podéis meter la consola en el bolsillo de una camisa y apenas notaréis que la lleváis encima.
El caso es que cuando desprecinté su caja de cartón azul y empecé a sacar los manuales, la caja que contiene los códigos de descarga de los tres juegos que vienen de regalo, el cable HDMI, el cargador… llegué a un punto en el que pensé que se habían olvidado de meter la máquina; pero no fue así y al fondo del todo, tras una solapa de cartón, estaba ella cuidadosamente envuelta en ese papel blanco-grisáceo que protege a todas las consolas de Sony hasta donde abarcan mis recuerdos.
La primera impresión al sostener la consola en la mano es de asombro: tiene el grosor justo para poder dar cabida a los puertos que posee y su peso extremadamente ligero nos hace pensar que estamos ante una especie de disco duro multimedia portátil o similar. Cierto es que el material del que está fabricada no es muy «noble» (100% plástico) pero su apariencia sobria le da un punto de elegancia muy particular.
Ya más en detalle podemos que ver la consola tiene un frontal en color negro brillante completamente liso a excepción del nombre de la marca y un discreto LED de color blanco que nos indicará si la Playstation TV está funcionando o no. En la parte posterior tenemos una hilera de puertos consistente en alimentación, Ethernet, HDMI, USB, tarjeta de memoria y el botón de encendido/apagado encastrados en el mismo plástico brillante que encontramos en el frontal.
Los juegos de PS Vita se introducen por una ranura a tal efecto situada en un lateral de la consola y que está tapada por una discreta solapa de plástico negro mate. El único elemento que me falta para terminar de describiros la máquina es el famoso logo de Playstation el cual se encuentra grabado en su cara superior.
En cuanto a los elementos que no se ven a simple vista, comentaros que Playstation TV cuenta con un micro ARM Cortex A9, chip gráfico PowerVR de 4 núcleos, 512 MB de RAM, 128 MB de memoria de vídeo y 1 GB de memoria de almacenamiento, quedando esta última anulada si utilizamos una tarjeta externa (formato propietario de Sony que se paga a precio de cojón de pato, he de recordaros).
Por cierto, adelantaros que dicha tarjeta os va a hacer falta sí o sí, ya que con sólo descargar los tres juegos que vienen de regalo con la máquina ya la tendremos prácticamente llena y en cuanto se nos descargue una actualización de algún título o bajemos contenido de la Playstation Store vamos a tener que hacer malabarismos para no empezar a recibir avisos por falta de espacio de almacenamiento.
Hablando de internet, la consola se conecta a la red a través de Ethernet (cable RJ45 de toda la vida) o bien empleando tecnología WiFi, por lo que no deberíamos de tener problemas de conectividad en ningún caso. Sea como sea os recuerdo que la conexión por cable siempre es más recomendable que el WiFi en caso de un uso intensivo de internet como vídeo en streaming, juego en red y similares por ser esta más estable.
Portabilidad vs funcionalidad
No nos engañemos: Playstation TV no es otra cosa que una PS Vita sin pantalla, sin batería y sin ningún tipo de control táctil o físico más allá del botón de encendido. Quiere esto decir que la consola es muy bonita pero que por si sola no es más que una mera caja de plástico con bordes redondeados y visto así el tamaño, aunque minúsculo, tampoco debería de sorprendernos tanto. Si la PS Vita no necesita ningún tipo de ventilador tampoco le hará falta a su «versión de sobremesa», de modo que todo su hardware puede integrarse en una pequeña placa electrónica sin mucha dificultad.
El caso es que si queremos jugar con la Playstation TV necesitamos las siguientes cosas además de la consola como tal:
Adaptador de corriente (incluído con la consola. Compuesto de cable de alimentación y bloque de alimentación a 5 Vcc)
Televisión con entrada HDMI
Cable HDMI (incluido con la consola)
Mando de PS3 ó PS4 con cable USB para realizar la primera sincronización y cargarlo
Si no tenemos a mano cualquiera de estas cosas la consola será un bonito cacharro que enseñar a los amigos para que alucinen con sus dimensiones, pero nada más, de modo que a efectos prácticos la máquina ocupa más que lo que sus reducidas dimensiones podrían hacernos pensar a priori.
Por cierto, es una lástima que la consola no pueda ser alimentada a través de un puerto USB, ya que como hoy en día todas las televisiones disponen de al menos uno de ellos, hubiera sido genial para no depender del adaptador de corriente. Digo esto porque en el caso de PS Vita, la alimentación se toma de un puerto USB normal y corriente, de modo que si tenemos uno a mano (ordenador, cargador universal USB, batería portátil…) podremos recargar la consola y así ganar autonomía.
En cualquier caso, dado que Playstation TV no dispone de batería interna para funcionar, si la enchufáramos a un USB incapaz de dar la corriente necesaria (y dado que su consumo máximo es de 1,6 amperios no muchos puertos USB serán capaces de darla) la consola simplemente no encendería. Comentaros que en los aparatos con batería, en general, el cargador va cargando la batería y el aparato en si utiliza la energía almacenada en esta sin tomarla directamente del cargador, de modo que la corriente máxima que éste pueda dar no es un factor crítico para su funcionamiento.
Sistema operativo
En lo que respecta al software del sistema, éste es el mismo de PS Vita pero con alguna ligera modificación. Este sistema operativo en la portátil de Sony funciona estupendamente porque está diseñado con una pantalla táctil como interfaz de usuario, pero en el caso de Playstation TV se maneja con el mando de una de sus hermanas mayores y hay cosas que o bien no se pueden hacer o se realizan mediante extrañas combinaciones de botones.
Al igual que en PS Vita contamos con un modo de suspensión de forma que podemos dejar la consola en espera en cualquier momento con un simple toque del botón de encendido o una pulsación larga del botón PS del mando y así retomar la partida más delante.
Cierto es que la consola apenas tarda unos segundos en arrancar, pero no siempre podemos grabar la partida cuando nos venga bien y en caso de una interrupción repentina no perderemos nuestro avance. Eso sí, si desenchufáis el cargador o se va la luz mientras la consola está en suspensión esta se apagará al instante y perderemos lo que hayamos avanzado desde la última vez que grabamos la partida.
Sea como sea, también tengo la impresión de que el sistema va, en general, algo más fluido en PS Vita que en Playstation TV. Puede que sea sólo sensación mía porque no tengo un dato numérico (benchmark) que compare el rendimiento de ambas máquinas; pero como os decía, mi sensación es que todo se mueve de forma algo más fluida en la portátil de Sony. Algo que, de ser así, podría deberse a la electrónica encargada de pasar al puerto HDMI toda la información gráfica que en la PS Vita va internamente a la pantalla ahorrando así un «intermediario».
La resolución de vídeo que da esta pequeña máquina es de 480p, 720p o 1080i (seleccionable en las opciones de sistema) de modo que si tenéis un televisor FullHD no vais a poder sacarle todo el partido que os gustaría. En cualquier caso, dado que los juegos de PS Vita (que ahora mismo son los que más resolución sacan por pantalla de los ejecutados nativamente por Playstation TV) están hechos para dar una salida de 960 x 544 pixels no ibais a notar un aumento de la nitidez ni aunque pudiéramos seleccionar un modo con resolución 4K.
Además, en comparación con PS Vita perderemos calidad de imagen, ya que la pantalla de la Vita original es de gran calidad y gracias a su tecnología OLED los dientes de sierra, píxels y degradados de color quedan muy disimulados y apenas se aprecian. Sin embargo, cuando vemos estos mismos juegos en la tele del salón parece que nos hemos dejado algo de calidad de imagen por el camino.
Comentar también que Playstation TV viene con las herramientas habituales del sistema operativo de PS Vita como la lista de amigos, los mensajes, el correo electrónico o el navegador de internet. Dicho navegador está muy capado debido a la poca capacidad de memoria disponible y a lo lento y tortuoso que es escribir cualquier cosa con el teclado virtual y el mando, pero ahí está por si tenemos que consultar alguna cosa y no queremos levantarnos del sofá.
Los juegos
En lo que a juegos se refiere, he de decir que la Playstation TV parece hecha para los «retrogamers» que crecimos con la primera PSX. Me explico: hasta que se inaugure el sistema de juego «en la nube» llamado Playstation Now que nos permitirá jugar a títulos de PS2, PS3 y PS4 en diversas máquinas de la compañía (parece ser que incluso en televisores Bravia) en la Playstation TV podemos jugar a títulos digitales de PSX, PSP, PS Vita (estos últimos también en formato físico) y haciendo streaming desde nuestra PS4 en esta pequeña máquina.
De todos modos, Sony siempre ha sido una compañía que ha anunciado cosas a bombo y platillo que luego se han quedado en nada (todavía recuerdo aquello de que podríamos utilizar la PSP como retrovisor en Gran Turismo 5) y la implantación de PS Now en Europa así como el verdadero alcance de sus características es algo que todavía está por ver y que hasta que no vea con mis propios ojos no me creeré del todo.
Bueno, la teoría está muy bien, pero en cuanto nos pongamos a trastear con los juegos de PS Vita vamos a comprobar con desilusión que muchos de ellos no son compatibles. En mi caso, de ocho juegos en tarjeta que poseo me funcionan tres (Need for Speed Most Wanted, Final Fantasy X HD y God of War Collection). Entre los que no funcionan están Metal Gear Solid Collection, Everybody’s Golf o Lumines; y de los descargados digitalmente más de lo mismo. De los que tengo algo más de la mitad no funcionan, como es el caso del recientemente relanzado Jet Set Radio; si bien otros como Final Horizon o Hotline Miami lo hacen correctamente.
Como os digo, a nivel de compatibilidad con títulos de PS Vita la cosa anda justita (se habla de que funcionan en torno al 40% y en mi caso, efectivamente, rondo ese porcentaje). Sony dice que irán haciendo compatibles algunos juegos mediante parches, pero a día de hoy, los que inicialmente eran incompatibles tampoco lo son con las actualizaciones disponibles hasta ahora. Vuelvo a recordar aquello de las promesas incumplidas de la saga Playstation a lo largo de sus diferentes encarnaciones.
Dado que el hardware interno de Vita y TV es el mismo, lo que hace que unos juegos funcionen en Playstation TV o no es el uso de la interfaz táctil y/o las cámaras de la consola. Crucetas y botones podemos emularlos empleando el mando de PS3 o PS4 sin ningún problema, pero dado que PS Vita posee dos superficies táctiles, aquellos títulos que hacen un uso intensivo de ellas posiblemente no funcionarán en Playstation TV y así nos lo indicarán cuando vayamos a ejecutarlos (si bien, permite instalarlos y actualizarlos haciéndonos creer que van a funcionar). Lo mismo ocurre con los juegos que utilicen la cámara de PS Vita, ya que Playstation TV no incorpora ninguna ni tenemos la posibilidad de conectar una a través del puerto USB.
Cierto es que mediante la pulsación de L3 podemos acceder a un puntero táctil virtual que emula los toques en la pantalla y el panel trasero de la PS Vita, pero aunque es una solución válida para selecciones de menús y similares (Caso de OllieOllie, por ejemplo) no podemos basar la jugabilidad de un título tan complejo a nivel de control táctil como Touch my Katamari en un simple puntero virtual.
Sin embargo, los títulos de PSX y de PSP son otro cantar y funcionan prácticamente todos (las pocas excepciones a esto las he encontrado en los Final Fantasy V, VI, VIII y IX de PSX y no me explico el por qué) puesto que los controles de ambas consolas se pueden emular al 100% con un mando de PS3 o PS4. Es por ello, que a día de hoy la Playstation TV es una perfecta candidata para recordarnos nuestra época de jugones de finales de los 90 y, para mí, esa es una de sus grandes bazas.
De hecho en la que tengo yo en mi casa desde hace unos días, salvo alguna excepción puntual como el FFX, sólo tengo instalados en ella juegos como Metal Gear Solid, Castlevania Symphony of the Night, International Track & Field, Silent Hill (sí, soy muy fan de los juegos de Konami de aquella época), Tomb Raider, Destruction Derby, Tekken o Ridge Racer entre otros.
En la Playstation Store (cuyo aspecto y funcionalidad es exactamente igual que en PS Vita) tenéis una amplia variedad de juegos de aquella época cuyos precios suelen oscilar entre 5 y 10 euros, de modo que entre el precio de la consola, una tarjeta de memoria de 8 GB (realmente para este tipo de juegos no os hace falta mucha más capacidad) y tres o cuatro juegos para ir pasando el rato, podéis montaros unas sesiones jugonas en plan «revival» por relativamente poco dinero y sin ocupar apenas espacio en vuestra casa.
Además, si ya tenemos una cuenta de PSN podemos hacer uso de ella en nuestra Playstation TV de tal modo que podemos descargar todo lo que hayamos comprado antes y disfrutar de las ventajas de servicios como PS Plus y similares.
Por cierto, comentaros que en la aplicación de los trofeos podéis consultar tanto los que hayáis conseguido localmente en la Playstation TV como el total de vuestra cuenta de PSN tal y como podéis observar en la captura que os dejo a continuación.
Multimedia
Pese a que el sistema operativo cuenta «de serie» con aplicaciones para reproducción de vídeos, música y fotos, podéis ir olvidándoos de usar el puerto USB para ello. De hecho el puerto USB sólo sirve para cargar el mando de PS3/PS4 y sincronizarlo la primera vez que lo utilicemos. Hubiera sido genial poder conectar un disco duro externo a la consola y reproducir en ella directamente vídeos, música y fotografías convirtiendo a Playstation TV en la mejor amiga de la tele del salón; pero no es así (y es una lástima, de verdad).
Por tanto, para la reproducción de contenido multimedia hay que tener una PS3, PS4 o un PC conectado a la misma red local que Playstation TV y dejar que ese dispositivo haga de «servidor» alojando ahí lo que queramos reproducir en el televisor del salón mediante nuestra diminuta consola y el habitual «Gestor de contenido» que nos permitirá pasar los archivos desde el otro dispositivo a la memoria de Playstation TV. Vamos, que no merece la pena montar tal lío para algo tan simple que podremos hacer con casi cualquier otro dispositivo que tengamos por casa.
Sin ir más lejos, para poder pasar al PC las capturas de pantalla que ilustran este artículo he tenido que pasarlas por red local a la PS3 y desde ella grabarlas en un pendrive USB que finalmente he conectado al ordenador para poder trastear con las dichosas imágenes. ¡Y yo que pensaba que las iba a poder grabar en el pendrive directamente desde la Playstation TV!
Conclusiones
Todavía hay que ver hacia donde evolucionará esta máquina (y eso si evoluciona, porque dado el poco éxito que está teniendo no sería de extrañar que dentro de un tiempo desapareciera del mapa) pero a día de hoy yo le encuentro un uso interesante como estación de juegos de PSX y para aquellos títulos compatibles de PS Vita y PSP que queramos jugar en la comodidad del sofá y la pantalla grande del salón.
De cualquier modo, no es una consola recomendable para todo el mundo, ya que muchos de los que se esperen una máquina para disfrutar de un amplio catálogo se sentirán frustrados al ver las muchas limitaciones de la máquina a día de hoy. Y si al menos el USB fuera capaz de reproducir contenido multimedia tendríamos un elegante reproductor para el salón de casa, pero no es así volviéndonos a dejar con la sensación de que estamos ante un aparato bastante capado por software que, si Sony hubiera querido, podría dar mucho más de si.
En cualquier caso, si Playstation TV costara un dineral a lo mejor no le vería el punto; pero por los 59 euros que cuesta ahora mismo esta diminuta máquina es difícil resistirse. Aun así, debéis recordar que si no tenéis una PS3 o PS4 en casa os tocará comprar un mando, que también cuestan una pasta (como la dichosa tarjeta de memoria que nos tocará comprar antes o después).
Lo mejor
Tamaño muy reducido
Podemos emplear nuestra cuenta de PSN con todo lo que ello implica
Cuando se lance Playstation Now podremos utilizarlo en esta máquina (o al menos eso es lo que Sony promete)
La consola se puede encontrar ahora mismo por 59 €
Lo peor
Necesitaremos un mando de PS3 ó PS4 para poder cualquier función de la consola
Gran parte de los juegos de PS Vita son incompatibles con Playstation TV
El puerto USB sólo sirve para cargar y sincronizar los mandos
Al tener sólo 1 GB de almacenamiento interno tendremos que adquirir una tarjeta de memoria
La calidad de imagen de los juegos se resiente en comparación con PS Vita
Como no sólo de fotografía vive el hombre, hoy os contaré que llevaba meses siguiéndole la pista a la microconsola OUYA y que por fin me he hecho con ella. En mi andadura por los videojuegos, que comenzó allá por 1987 con un ZX Spectrum +2, he jugado a cientos de títulos y por mis manos han pasado decenas de máquinas de todo tipo y condición. Sin embargo, desde hace unos años pocas cosas de este mundillo han conseguido captar mi atención como lo ha hecho esta pequeña máquina a la que hoy me gustaría dedicar unos párrafos.
Además de sus diminutas dimensiones, lo más llamativo de OUYA es que fue financiada a través de una plataforma de crowfunding, siendo todo un éxito y recaudando varias veces la cantidad inicial que el desarrollador necesitaba para echar a andar el proyecto. Del mismo modo, otra cosa que la diferencia de las consolas «al uso» es que cualquier persona con conocimientos de programación puede crear aplicaciones para ella y prueba de esto que os digo es la cantidad de software de desarrolladores independientes existe para OUYA a día de hoy.
Indicaros que la consola está disponible en España desde finales de marzo del presente año y que tiene un precio oficial de 99 €. Ahora mismo, si os hacéis con ella en la cadena de tiendas Game (que es donde la compré yo) os regalarán un vale de 10 € para descargaros juegos y aplicaciones en la tienda online de OUYA. Ignoro si en otras tiendas también regalan ese vale o es una promoción exclusiva de Game.
DISEÑO
He de reconocer que el diseño de OUYA me encanta por minimalista, sobrio y elegante. Se trata de un cubo metálico gris mate de 7,5 cm de arista con las esquinas redondeadas en su parte inferior y cuya cara superior posee un único botón de encendido y apagado. En el frontal está grabado el nombre de la consola y en el propio botón de encendido (que se ilumina con un LED blanco cuando la máquina está funcionando) aparece el logo de esta. Un aspecto sencillo, sin estridencias y tremendamente zen que a mí particularmente me parece delicioso.
En la parte trasera se encuentran los conectores para audio/vídeo (HDMI), datos (USB, microUSB y Ethernet) y alimentación eléctrica. Si levantamos la consola para mirarla por debajo veremos una pequeña rejilla circular que sirve para tomar aire fresco del exterior y así refrigerar sus componentes electrónicos internos que se reducen a una minúscula placa electrónica con un disipador de calor sobre el integrado principal y un pequeño ventilador sobre éste. Si os pica la curiosidad, podéis ver al detalle cómo es internamente esta máquina en el despiece publicado por Ifixit hace unos meses.
Si bien la consola como tal me encanta (recuerdo que el primer día que la tuve en la mano no podía dejar de mirarla desde todos sus ángulos) el mando es un poco el «patito feo» del conjunto: aunque su diseño recuerda al de los mandos de la familia Xbox, pronto comprobaremos que su construcción y su tacto no son tan refinados como el de estos.
Para empezar, el mando necesita dos pilas AA para funcionar, situándose estas en las zonas laterales del mismo, de tal modo que hay que levantar la carcasa magnética que hay a cada lado para poder insertarlas. Esto es una de las mayores pegas que le encontré a Wii en su momento; aunque reconozco que llevo ya bastantes horas de uso de la OUYA y todavía no he tenido que cambiarlas, de modo que parecen tener una buena autonomía. Sigue sin convencerme el uso de pilas en un mando de videoconsola a estas alturas de la película; pero al menos parece que con OUYA no voy a tener que invertir mis ahorros en acciones de Duracell.
Deciros a grandes rasgos sobre el mando que éste posee dos «setas» analógicas, una cruceta digital, cuatro botones de disparo, cuatro gatillos en su parte posterior, un botón de sincronismo con la consola y una zona táctil por la que podemos deslizar nuestro dedo para controlar un cursor en pantalla. Su conexión es a través de bluetooth, no dispone de vibración ni de acelerómetros y podemos conectar un máximo de cuatro mandos a la videoconsola simultaneamente.
El transformador de corriente es un poco grande si estamos habituados a los que vienen con los móviles o las consolas portátiles. Comentar que da 12 Vcc a su salida y que la consola conectada a un vatímetro no ha consumido más de 7 W siempre y cuando no tengamos conectado un disco duro USB a su parte posterior, en cuyo caso el consumo aumenta ligeramente en función del dispositivo conectado.
Comentar también que en la caja de la consola se incluye un cable HDMI, ya que es un detalle no muy habitual incluso en consolas que triplican el precio de esta OUYA. No es una maravilla ni es demasiado largo, pero nos puede sacar del apuro si no tenemos uno a mano.
Por cierto, si os gusta leer los manuales de los gadgets electrónicos que compráis con OUYA lo lleváis claro, porque lo único que se incluye es una página impresa con los tres pasos que hay que dar para encender la consola por primera vez.
Y ya que hablamos del primer arranque, lo único que podréis hacer en ese momento es conectar la consola a Internet para que ella misma se ponga a descargar el último firmware disponible e instalarlo. Un proceso que en teoría se podría hacer a través de WiFi perfectamente pero por mi experiencia (y la de muchas otras personas) es recomendable hacerlo a través de cable Ethernet si no queréis desesperaros en el intento.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
El hardware de Ouya va acorde al precio de la máquina, y es que básicamente lleva componentes muy similares a los que vais a encontrar en cualquier tablet o smartphone de gama media. Tened en cuenta que se trata de una consola que funciona con Android 4.1, que está diseñada exclusivamente para ejecutar juegos y material audiovisual y que ni siquiera cuenta con pantalla propia, de modo que ese precio de 99€ tampoco es que sea un milagro de la naturaleza.
Metiéndonos en datos más técnicos, el corazón de esta pequeña máquina es un chip Nvidia Tegra 3 (modelo T33) con 1 GB de memoria RAM tipo DDR3 y 8 GB de memoria ROM para almacenamiento de datos y aplicaciones. Su salida HDMI es capaz de enviar 1920 x 1080 pixels a la TV y además del puerto Ethernet cuenta con conexiones inalámbricas mediante WiFi y Bluetooth.
Si queremos ampliar esos 8 GB de capacidad de almacenamiento tendremos que emplear el puerto USB situado en la parte trasera, en el cual podréis conectar un pendrive o un disco duro externo. Si además de para jugar tenéis pensado emplear la OUYA como reproductor multimedia os recomiendo que invirtais en un almacenamiento amplio (preferiblemente de tipo flash por el tema del consumo) y lo dejéis siempre conectado a la consola.
En funcionamiento la consola es muy sigilosa. Al ser el ventilador la única parte móvil de esta, sólo apreciaremos un leve zumbido cuando éste entra en acción debido a que la temperatura en el interior de la máquina ha subido del valor prefijado por el fabricante. Por cierto, me gustaría comentar que no he tenido ningún tipo de problema debido a sobrecalentamientos o similares hasta el momento. Digo esto porque una vez leí en el foro de OUYA que un usuario se quejaba de que al cabo de unos minutos de uso la consola se bloqueaba y no se podía ni tocar el cuerpo de la misma de lo caliente que estaba. Cuando días después puso una fotografía de su OUYA resulta que el tío no había quitado los plásticos transparentes que protegen las entradas y salidas de aire de la consola y de ahí que se calentara de aquella manera. Por tanto, si la consola alcanza una temperatura muy elevada está claro que se bloqueará; pero por lo que he podido comprobar, con un uso normal no hay problemas de este tipo.
El único pero que le pongo a OUYA en funcionamiento es el escaso rango de alcance del WiFi integrado. A no ser que estemos en la misma habitación donde tengamos situado el router, la conexión a Internet se convierte en algo lento, tedioso y con continuos cortes. Con un cable Ethernet todo va como la seda; pero eso penaliza la movilidad de la consola.
FUNCIONALIDAD
Si alguno de los presentes está leyendo este artículo buscando una comparación con las actuales consolas de sobremesa puede dejar de leer y buscar por otro rincón de Internet, ya que aquí no lo encontrará. La filosofía de OUYA es muy diferente a la de Xbox One, PS4 o WiiU, ya que para empezar, a excepción de Final Fantasy III, no encontrará en la tienda de aplicaciones títulos de renombre ni de compañías conocidas; siendo casi todos ellos de pequeños desarrolladores independientes en los que prima la imaginación por encima de los aspectos técnicos.
Si sois unos primerizos en el mundillo de los videojuegos, seguramente OUYA no es vuestra consola, ya que exceptuando algunos títulos punteros como Shadowgun, la mayoría son aventuras gráficas, remakes de juegos clásicos (hay una versión de Another World realmente espectacular), puzzles y arcades muy simplones. Y digo esto porque a día de hoy la gente espera de las consolas unos gráficos hiperrealistas, sonido multicanal, árboles modelados con varios millones de polígonos… y esto es algo que en OUYA no vais a encontrar (al menos de momento).
Los que, como yo, más apreciarán las bondades de esta pequeña máquina son los que crecieron con ordenadores de 8 bits en los que las bandas sonoras de los videojuegos consistían en poco más que un pi-po-pi-pi-po repetido hasta la saciedad y un muñeco creado con una docena de pixels que saltaba y se agachaba según se le acercaban unos cuadrados de colores que, se suponía, eran las balas enemigas.
Para esas personas OUYA representa una vuelta a los orígenes y a la esencia misma de los videojuegos. Los que ya estamos cansados de ver siempre lo mismo, de que la jugabilidad se diluya en los datos técnicos y de que todos los años las grandes firmas saquen títulos basados en los mismos patrones vemos en OUYA un soplo de aire fresco en el que la gente puede crear sus propios títulos y distribuirlos a través de internet.
TÍTULOS DISPONIBLES
Los títulos de OUYA se adquieren a través de la tienda online de la consola. Muy al estilo de las tiendas de aplicaciones de Android e iOS, aunque con un aspecto muy simplificado. A día de hoy tenéis 775 títulos disponibles para esta minúscula consola, si bien poco a poco esta cifra va aumentando.
Algo que gusta mucho en la filosofía de OUYA es que en teoría todo título disponible es gratuito o al menos tiene una demo para probarlo antes de decidirnos a comprar la versión completa. Aun así, en la práctica hay algunos títulos (pocos, eso sí) que no disponen de esa versión de evaluación y, por tanto, si queremos jugarlos tendremos que soltar la pasta correspondiente.
En cuanto a los precios de los juegos, la gran mayoría se mueve entre 1 euro y 5 euros. Hay unos cuantos que son completamente gratuitos y algunos que cuestan unos 15 euros; pero en general son precios bastante asequibles. Eso sí, el principal problema de esto es que aunque la consola funciona bajo Android 4.1 sólo puede ejecutar los juegos comprados en su propia tienda online, no existiendo posibilidad de cross-buying. Es decir, que si ya habíamos pagado por jugar a Shadowgun en nuestra tablet o móvil Android, nos va a tocar volver a pasar por caja si queremos tenerlo en OUYA.
Comentar también que hay disponibles unos cuantos títulos multijugador; pero no penséis que detrás de OUYA hay una comunidad de usuarios tipo Xbox Live o Playstation Network. En este caso tenemos que volver a la metodología clásica (época del Quake 3 y similares) de abrir una partida dentro del propio juego y esperar a que otros jugadores se unan a ella, dependiendo este protocolo de cómo lo haya implementado el programador del título de turno.
Además de los videojuegos, OUYA juega en dos campos más. Por un lado el multimedia, y es que hay disponibles aplicaciones para reproducción de audio y vídeo tan buenas como XBOX Media Center o mi adorado VLC. Esto hace que ese pequeño cubo que podemos colocar junto a la TV del salón sin que desentone se convierta en un reproductor de películas y discos que podemos manejar cómodamente sentados en el sofá.
Por otro lado tenemos disponibles para OUYA emuladores para casi todas las consolas de 8 y 16 bits además de Playstation y Dreamcast. Precisamente gracias a este último estoy rejugando a esa de arte llamada Shenmue casi como en la máquina original. He de reconocer que hay algunos fallos gráficos cuando aparecen texturas superpuestas y tirones puntuales en algunas secuencias con gran carga poligonal; pero para aquellos que disfrutamos con Dreamcast, el emulador Reicast es una muy agradable sorpresa que además funciona realmente bien.
VEREDICTO
Para finalizar este análisis, voy a recalcar la idea que he intentado transmitiros a lo largo de todos los párrafos anteriores: OUYA no está en la órbita de las consolas que venden en los centros comerciales. Se trata de una especie de experimento dirigido a un público algo peculiar y que ya empieza a estar algo quemado de la fórmula habitual de los videojuegos que se ha ido repitiendo una y otra vez en la última década.
Si veis a OUYA desde esa perspectiva os encantará, la disfrutaréis y perdonaréis sus múltiples fallos. Sin embargo, si seguís empeñados en buscar en OUYA una máquina de bajo coste a la que jugar a los FIFA, Gran Turismo, Call of Duty, Los Sims, Need for Speed y similares, no tardará en acabar cogiendo polvo en alguna estantería.
Lo Mejor
Diseño fantástico
Precio (99 €)
Emuladores y remakes clásicos
Juegos de bajo precio y con posibilidad de prueba
Lo Peor
Conexión por WiFi muy lenta
Mando a pilas y de tacto algo tosco
Bastantes títulos de dudosa calidad
Tienda de aplicaciones propia sin posibilidad de cross-buying
Algunos de vosotros sabréis que llevo metido en mayor o menor medida dentro del mundillo de los videojuegos desde 1987; año en el que me regalaron un ZX Spectrum +2 que estrené con el genial Kane.
Como podréis imaginar, a lo largo de más de dos décadas han pasado por mis manos cientos de títulos de lo más variopinto; pero precisamente por ese motivo desde hace aproximadamente tres años empecé a apartarme casi por completo de todo esto, ya que tenía la sensación de haberlo visto todo. De hecho, desde aproximadamente 2005 sólo me llamaban la atención los videojuegos que se salían un poco de lo común; y así a bote pronto se me vienen a la cabeza los siguientes títulos:
¿Y qué es lo que tienen en común estos videojuegos que se habían convertido en los únicos que me parecían atractivos? Pues ni más ni menos que la unión entre el mundo real y el virtual. Si os dais cuenta, la mayoría de ellos son juegos que tienen en común que acciones que transcurren en el mundo real tienen repercusión en el mundo de fantasía que plantea el título: en Boktai recargábamos energía poniendo el cartucho al sol, en M.G.S.P.O. íbamos reclutando soldados conectándonos a los puntos de acceso WiFi que nos íbamos encontrando por la calle, en Animal Crossing toda la dinámica del pueblo variaba en función de la fecha y la hora reales en las que estuviéramos jugando…
En la presentación de Wii
Dado que los juegos al uso no me llamaban la atención ni lo más mínimo, recuerdo que compré la Wii en su lanzamiento esperanzado ante un nuevo modo de entender los videojuegos por parte de la compañía japonesa; pero al final lo único que se ha hecho en la mayoría de los casos es meter «a cascoporro» el tema de la detección de movimiento en títulos que no necesitarían hacer uso de dicha característica. El problema es que el invento de Nintendo vendió bastante y abrió el mercado de las videoconsolas a un público más general; por lo que el resto de fabricantes también se han apuntado a esta nueva filosofía y ahora casi todo consiste en bailar y hacer el indio delante del televisor.
Reconozco que la Wii ha sido una de mis mayores decepciones en lo que a videojuegos se refiere y pocos meses después de comprarla ya estaba criando polvo en una estantería. A partir de ese momento mi desconexión con el mundo del videojuego fue prácticamente total; sólo rota por alguna esporádica partida a alguno de los juegos que antes os mencionaba, lo que probaba en las presentaciones que cubría para ultimONivel y poco más.
En la presentación de PS3
Sin embargo, mi corazoncito de videojugón volvió a latir con la salida de 3DS y por eso me hice con ella poco tiempo después de que aterrizara en las tiendas. Al margen del tema de la visualización en tres dimensiones de la pantalla superior, lo que más me llama la atención es la idea de la conectividad permanente de la consola y las posibilidades que esto ofrece: en casa la máquina está todo el tiempo conectada a Internet mediante el router inalámbrico que también da acceso a la red a mis portátiles, ipod touch y demás cacharros; pero lo más curioso es el modo de interactuar con el mundo cuando sales a la calle con la 3DS en el bolsillo y el WiFi activado.
Cuando te cruzas con otra persona que lleva una consola igual en el bolsillo se produce un intercambio de datos en lo que Nintendo denomina Streetpass de tal modo que tu Mii (personaje virtual que representa a uno mismo) aparece en la 3DS de esa persona y viceversa. Luego, con los Miis que vamos «coleccionando» podemos participar en una serie de juegos y cosas por el estilo. Es decir, que una vez más los mundos real y virtual se entrelazan; cosa que a mí particularmente me parece muy interesante.
Tiene bastante gracia eso de llegar a casa y al abrir la consola encontrarte con el Mii de una persona con la que te has cruzado en algún momento. Además, si tenemos en cuenta que la otra persona habrá experimentado la misma sensación, la cosa resulta de lo más curiosa.
Obviamente, mi Mii se llama luipermom, y dado que es el nick que he usado desde hace años en Internet (además del blog, Flickr o Twitter, también me llamo así en los foros de EOL o en ultimONivel por ejemplo) me haría bastante ilusión aparecer un día en la consola de alguien al que le sonara mi nick y dijera «¡ostras, me he cruzado con luiper!». Llamadlo vanidad si queréis; pero es como si cuando estuve en Barcelona me hubiera aparecido en la consola el Mii de cualquiera de los integrantes de ultimONivel. Para mí hubiera sido un puntazo.
Huracan134, Fukuy y yo
Pero bueno, más allá de este apunte personal, lo que quería decir es que me parece que la idea de los Miis «intercambiables» es una idea atractiva que tendrá más éxito a medida que aumenten las ventas de la 3DS. De cualquier modo, recuerdo que en los primeros días de tener la consola no me cruzaba absolutamente con nadie y de un tiempo a esta parte, cada vez que me acerco a Castellón vuelvo a casa con el led verde de notificación encendido y en mi plaza Mii ya «viven» más de 30 personajes virtuales. Por supuesto, en estos días navideños de visitas por Madrid y paseos por Alcalá de Henares, me he hecho ya con unos cuantos Miis y rara es la vez que no bajo a la calle que no regreso con uno o dos nuevos fichajes.
Si la consola sigue el éxito que tuvo DS, con el tiempo iremos a algún lugar concurrido y volveremos con decenas de Miis (hoy en día eso ocurre en las kedadas que, por ejemplo, suele realizar el comando 3DS en diferentes lugares de Madrid) animando si cabe todavía más a la gente a echarse la consola al bolsillo cuando bajen a dar una vuelta.
Además, Streetpass no se limita sólo al intercambio de personajes virtuales, ya que si nos cruzamos con otra persona que tenga un juego que nosotros también tengamos puede enviarnos automáticamente récords, oponentes fantasmas, desafíos… que también descubriremos cuando lleguemos a casa y «despertemos» a la consola.
Sea como sea, todo esto me parece una idea original y que se sale del patrón tan repetitivo en el que han entrado los videojuegos en general y que a mí particularmente no me convence nada. Espero que 3DS continúe con ese aire de innovación y que tanto la consola como los títulos que vayan saliendo para ella hagan uso de características innovadoras que no se limiten a la interacción usuario-máquina; sino que aporten un soplo de aire fresco para los que llevamos muchos años en esto.
Bruselas me espera. En apenas unas horas aterrizaré en el aeropuerto de Charleroi y allí comenzará el periplo por tierras centroeuropeas que me llevará junto a a mis hermanos y Joe a pasar cuatro días completos recorriendo ciudades de arriba a abajo, haciendo fotos y conociendo lugares que hasta ahora no había pisado.
Ha sido un viaje lárgamente planeado, pues la idea surgió ya en verano cuando mi hermana anunció que se iba a Bélgica para cursar el último año de su carrera, perfeccionar los idiomas y de paso ampliar un poco sus ya de por si amplias miras. No se puede quejar, pues además de que se lo está pasando estupendamente (no hay noche sin su fiesta Erasmus correspondiente) parece que el estudio va bien y todo apunta a que volverá en verano con todo aprobado, dando así por finalizada su carrera de Publicidad y Relaciones Públicas.
He de reconocer que no estoy muy contento con el tiempo que está haciendo. Cuando hizo tan malo en Navidades, pensé que para finales de Febrero la cosa mejoraría ostensiblemente; pero ya habréis visto que desde el pasado fin de semana apenas hemos visto el sol y la cosa no tiene pinta de que vaya a cambiar demasiado. Además, si aquí no hace muy buen tiempo os podéis imaginar que en la zona de Europa comprendida entre Francia y Alemania no es que vaya a haber un clima tropical precisamente, así que habrá que abrigarse bien.
Como ya os he dicho en alguna ocasión, mi intención para los próximos días es, sobre todo, hacer fotografías de aquello que me llame la atención. Durante los últimos meses me he dado cuenta de que mis imágenes han mejorado bastante, así que considero este viaje como una especie de «examen» para comprobar si fuera de mi entorno también soy capaz de captar la esencia de los lugares por los que paso.
La verdad es que no sé cómo saldrán las cosas, pero lo más normal es que vayan bien. Nosotros lo llevamos todo planificado y preparado, pero que luego el tiempo sea horrible, que el avión se retrase seis horas o que pillemos todos la gripe A (o B o C) ya es cuestión de suerte y son cosas que ni siquiera sería lógico plantearse.
En principio vamos a visitar, aparte de la propia ciudad de Bruselas (Bélgica), las localidades de Brujas (también en Bélgica), Amsterdam (Holanda) y Colonia (Alemania); por lo que el viaje y las oportunidades para hacer fotografías son, a priori, bastante amplias. De todos modos, esa es la idea inicial que llevamos, pero siempre hay que contar con que los planes pueden modificarse en función de otras variables con las que no contamos. En todo caso, vayamos donde vayamos, trataré de llevar siempre encima mi habitual curiosidad por lo que me rodea y las ganas de retratar aquello que capte mi atención.
En cuanto al blog, no tengo pensado actualizar esto para nada hasta el próximo día 23; pero se me ha ocurrido llevarme mi iPod Touch y gracias a él poder estar al tanto del e-mail así como actualizar mi cuenta de Twitter para dar cuenta de mis andanzas por el centro de Europa a todo aquel que le interese saber de mí durante esos días.
Precisamente para facilitaros esa tarea, puesto que esta entrada será la que esté en la portada del blog durante estos próximos días, os voy a dejar a continuación una imagen en la que podréis leer la última actualización de mi Twitter. Si queréis ver un histórico de lo que he ido escribiendo podéis hacer click directamente sobre ella y os llevará a mi canal donde figuran todas las actualizaciones.
En cualquier caso, os advierto que la web que aloja este servicio a veces está caída, de modo que también tenéis en la parte superior de la columna derecha un widget que muestra las últimas actualizaciones de mi Twitter y que permanecerá ahí durante los días del viaje.
De todos modos, tened en cuenta que para conectarme a Internet y actualizar Twitter voy a depender de las redes WiFi que me vaya encontrando por ahí. En la casa de mi hermana no hay problema porque tiene conexión inalámbrica, pero en medio de una ciudad no sé si las redes inalámbricas a disposición del público escasearán tanto como aquí. En cualquier caso, si se os ofrece algo, me podéis mandar un correo y aunque sea en un rato antes de irme a dormir os responderé.
Bueno, pues poco más que añadir. Sólo me queda daros las gracias por aguantar los rollos que os he soltado durante estos días previos al viaje y prometeros que a la vuelta os contaré lo que haya sucedido por allí acompañando las palabras con un montón de fotos.
Aunque existen desde hace bastantes años, de un tiempo a esta parte están tomando gran protagonismo una serie de dispositivos informáticos de reducido peso y tamaño pero con prestaciones similares a los modelos de sobremesa a la hora de navegar por internet o usar programas ofimáticos. Desde sus comienzos hasta ahora se ha avanzado mucho en el campo de la informática portátil, pero al fin y al cabo lo que seguimos viendo en un aparato de estas características es una pantalla y un teclado con disposición horizontal.
Seguro que más de uno de vosotros recuerda de la época de los primeros microprocesadores Pentium aquellos modelos miniaturizados comercializados por Toshiba bajo la denominación de Libretto y ante los que babeaba sólo con ver una imagen en los anuncios de las revistas (¡qué tiempos!)
Evidentemente incluso los modelos actuales con menos prestaciones se meriendan literalmente a aquellos primeros Libretto, pero no es menos cierto que el espíritu y la razón de ser de los ultraportátiles que ahora empiezan a ser una opción a tener en cuenta ya estaba presente en modelos como el que podéis ver en la foto anterior.
Cierto es que desde hace años hay PDAs que disponen de estas funcionalidades (de hecho yo dispongo de una Palm Tungsten E de la que en su momento hice una extensa review) pero sus prestaciones por lo general están muy limitadas y habitualmente la entrada de texto se hace mediante un teclado virtual en pantalla, haciendo de esto una tarea lenta y pesada.
Sin embargo, como os comentaba hace un par de párrafos, la gente ha encontrado un punto intermedio bastante bien balanceado entre la portabilidad de una PDA y las prestaciones de un ordenador portátil normal y corriente. Hoy en día hay en el mercado internacional algunas opciones a tener en cuenta, pero tal vez la más exitosa en estos momento sea el Asus 701 por su relación precio / tamaño / prestaciones. Además de que por méritos propios es una opción bastante válida nos vamos a encontrar con la situación de que en nuestro territorio es prácticamente la única a tener en cuenta ahora mismo, pues ya sabéis que en esto de la electrónica «la piel de toro» está a la cola de Europa (no digamos ya del mundo) y mientras en otros países ya está a la venta el modelo 901 (y hay disponibles más modelos parecidos de otras marcas) aquí acaba de salir el anterior.
¿QUÉ ME PUEDE OFRECER UN ULTRAPORTÁTIL?
Si seguís mis aventuras y desventuras a través de este blog, sabréis que desde hace años dispongo de un ordenador portátil que me permite realizar tanto tareas de «blogueo» como la redacción de los artículos para ultimONivel y las tareas propias del desarrollo del proyecto de fin de carrera en el que estoy enfrascado desde hace unos meses.
El caso es que más de una vez he dicho que el término «ordenador portátil» es bastante relativo: si consideramos un portátil como un equipo que podemos transportar de un lugar a otro sin necesitar una furgoneta estoy completamente de acuerdo (un ordenador portátil es un equipo ideal para llevar a nuestro lugar de vacaciones por ejemplo) pero como término que se refiera a que podemos trabajar con él en movimiento no puedo estar más en contra.
Un portátil «normal» pesa entre dos y tres kilos, se calienta bastante y por sus dimensiones es imposible utilizarlo en espacios reducidos como un autobús o la silla de una sala de conferencias. En las distintas presentaciones a las que asisto como redactor de ultimONivel siempre me llevo un bolígrafo y un cuaderno para tomar notas y a veces mi PDA si el reportaje corre prisa y quiero ir preparando algunas cosas en el trayecto de vuelta a casa, pero por nada del mundo me llevaría el portátil debido a que sencillamente sería lo más incómodo del mundo a la hora de escribir directamente en él.
Lo de la PDA no es mala idea, pero como dije en la introducción están diseñadas para tomar notas muy breves y a una velocidad muy baja. No son aptas para tomar multitud de ideas al vuelo, hacer citas de frases textuales o redactar complejos y extensos escritos. En esos casos el papel y el bolígrafo son las mejores armas acompañadas de una grabadora para luego en casa descifrar cada punto de una conversación.
Sin embargo, un ultraportátil sí que es útil en esos casos, y os lo voy a tratar de mostrar con un ejemplo práctico: en una presentación llegas a tu asiento y sacas un cacharro que abulta como un cuaderno de tamaño mediano pero que tiene teclado QWERTY «real» para escribir con comodidad. En él llevas las notas de prensa previas a la presentación y que te dan pistas sobre lo que se va a tratar en el evento. En cualquier momento puedes consultar la biografía del invitado o cualquier otra cosa que te haya proporcionado la compañía encargada de la presentación. Podría decir que también te puedes conectar a Internet a través de alguna red WiFi abierta que haya en la zona, pero decir eso en España es demasiado arriesgado, pues ya sabemos que no hay demasiados hot-spots de tipo abierto por estas tierras y no creo yo que vaya a dar la casualidad de que justo en el lugar donde nos encontramos haya uno (la Ley de Murphy es poderosa).
Durante el acto puedes ir tomando notas rápidamente con el procesador de textos de todo lo que ocurre, e incluso con la grabadora de sonidos ir grabando todo el acto para que luego te ayuda a la hora de pulir el reportaje en casa. Es cierto que la pantalla de 7″ no es la ideal para trabajos gráficos minuciosos y detallistas, pero para escribir unos cuantos párrafos con Open Office va más que bien.
Finaliza la presentación y vas de camino a casa en el tren o el autobús. Sentado en tu estrecho asiento durante el trayecto puedes seguir retocando el reportaje que estás escribiendo o también tienes la posibilidad de ir descargando las fotografías de la cámara para ir seleccionando las que han quedado mejor. Es un trabajo que siempre me toca hacer en casa y que me da bastante rabia, pues se tarda un rato que se podría dedicar a la publicación el artículo en si o a pulir algunos detalles del mismo. Evidentemente esto también se puede hacer con un portátil de tamaño normal, pero lo más seguro es que por la poca distancia que tienes con respecto al asiento de enfrente te tuvieras que comer la pantalla y ya de paso darle codazos al tío del asiento de al lado cada vez que pulses el tabulador.
ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DEL ASUS EEE 701 4G
Centrándonos en el 701 podemos enumerar sus características técnicas una por una acompañadas de una breve explicación:
Procesador Intel Celeron-M ULV 353: el microprocesador del equipo es capaz de correr a 900 MHz, pero por defecto viene limitado a 630 MHz para limitar el consumo y el calor generado.
Memoria RAM de 512 MB en un SO-DIMM DDR2 400 reemplazable por el usuario.
Disco duro SSD de 4 GB: un sistema de almacenamiento basado en memoria flash y que por lo tanto es resistente a sacudidas, golpes, polvo y demás elementos agresivos con los discos duros «al uso». No es reemplazable por el usuario.
Pantalla de 7 pulgadas (18 cm en diagonal) con resolución de 800 x 480 píxels y retroiluminación LED: su tamaño viene a ser el de la pantalla con la que suelen venir equipados los reproductores portátiles de DVDs. La densidad de píxels es de 133 ppp.
Batería de 4400 MAh: el fabricante asegura que ofrece una autonomía de 3’5 horas.
Chipset Mobile Intel 910GML Express Northbridge.
Tarjeta gráfica Intel GMA 900 con memoria compartida.
Sistema operativo Xandros: una distribución de GNU/Linux que ha sido adaptada a este pequeño aparato para ofrecer una buena velocidad de ejecución. De serie incluye multitud de aplicaciónes como Mozilla Firefox, Mozilla Thunderbird, Pidgin, Skype, reproductores de audio y vídeo, la suite Open Office al completo, adobe Reader… También podemos elegir el Eee con Windows XP instalado, pero pagando un sobrepecio de unos 30€ y notando en general una cierta merma de prestaciones en el uso diario.
Conectividad mediante Ethernet LAN 10/100 y 802.11b/g (WiFi).
Tres puertos USB 2.0
Lector de tarjetas SD/MMC: compatible con tarjetas SDHC de hasta 32 GB.
Conector VGA D-SUB para monitor externo: capaz de dar señal a una resolución máxima de 1600 x 1280
Webcam incorporada de 640 x 480 píxels de resolución a 30 FPS: colocada sobre la pantalla para ser empleada en videoconferencias.
Micrófono y altavoces incorporados en la carcasa: aunque dispone de conectores para ambos elementos en un lateral de la carcasa.
Peso: 920 gramos.
Dimensiones: 22’5 x 16’4 x 2’15~3’5 cm.
Disponible en colores blanco o negro.
Precio: 299€.
DESEMPAQUETANDO EL ASUS EEE 701
Tras gastarse los 299€ que cuesta (precio oficial en España de la versión con Linux) abrir la caja del Eee es una constante sucesión de caras de sorpresa y exclamaciones varias. La primera vez que tienes el ordenador en las manos te das cuenta de que no abulta absolutamente nada y sobre todo que su peso es extremadamente liviano: sus 920 gramos batería incluida parecen muchos menos acostumbrado al peso de mi habitual portátil con pantalla de 15″ (2700 gramos justos pesa el condenado).
El adaptador de corriente llama mucho la atención por ser más parecido al de un teléfono móvil que al de un ordenador portátil. La longitud del cable es de unos dos metros y lleva el típico velcro para recoger la longitud sobrante.
Un detalle que me ha gustado MUCHO es que viene de regalo una funda de tela para el ordenador. Cuando venía a casa con la caja debajo del brazo empezaba a pensar en que me iba a ser complicado encontrar una funda para un portátil de 7″ y me hacía a la idea de que tendría que recurrir a eBay o algo así. Sin embargo al abrir la caja y encontrarme la funda (que está hecha con un tejido parecido al neopreno y ajusta a la perfección) me llevé una buena alegría. Por lo demás, dentro de la caja vienen también un par de CDs, una guía rápida, un manual de usuario, una tarjeta de garantía y la batería envasada por separado del ordenador.
Comentar también que el teclado es realmente minúsculo y no apto para dedos muy grandes, pues nos podemos encontrar pulsando cuatro teclas a la vez. Especialmente la tecla ESC y las teclas de función son de un tamaño reducido a la mínima expresión.
IMPRESIONES BASADAS EN EL USO DIARIO
Nada más pulsar el botón de encendido el ordenador arranca casi instantáneamente sin rastro de ruido mecánico alguno gracias al disco duro SSD. Se hace muy extraño pensar que podemos emplear el portátil en condiciones de vibración fuerte sin riesgo para la integridad de nuestros datos, y es que el disco SSD ha sido una de las razones más poderosas que me han hecho decidirme por este modelo y no otros de mayor capacidad.
En apenas 15 segundos tenemos el ordenador listo para comenzar a ser utilizado en un entorno gráfico vistoso pero que enseguida recuerda a un VTech de esos que venden en Alcampo para los niños. Lo importante de este ordenador son las aplicaciones con las que cuenta, pero es verdad que el sistema operativo da la sensación de ser un poco de juguete. De todos modos luego sobrevolaremos con calma esos terrenos pantanosos…
El touchpad es absolutamente minimalista (más o menos del tamaño de la pantalla de un iPod nano) y lo primero que debemos hacer es elevar su sensibilidad en un buen porcentaje, pues de lo contrario tendremos que «rascar» varias veces a lo largo de toda su superficie si queremos cruzar toda la pantalla con el puntero. Es echarle un par de minutos al correspondiente apartado de configuración, pero gracias a ello ganaremos muchos enteros en comodidad de uso. Lo que no me ha gustado nada son los dos botones de dicho touchpad, pues van bastante duros de accionar y además la superficie es tan pequeña que hay que atinar bastante si no queremos hacer un par de intentos antes de lograr nuestro objetivo.
Pese a lo que su pequeño tamaño pudiera indicar el Eee 701 se caliente bastante al utilizarlo. A los pocos minutos de arrancar el sistema vamos a notar cómo las teclas y la parte inferior del equipo comienzan a desprender calor. Esto se debe a que por un lado existen ranuras de ventilación en la parte inferior de la carcasa del ordenador y a que bajo las teclas se encuentra una rejilla metálica por la que sale el aire caliente generado por los componentes embutidos en el escaso espacio interior.
No es una estufa pero sí que se nota la temperatura en las piernas si lo apoyamos sobre ellas, sobre todo en días calurosos como estos que estamos teniendo. De momento no he podido probarlo en un entorno más fresco, pero sí que hay que destacar que el ordenador es absolutamente silencioso: el ventilador con el que está equipado para evacuar el aire caliente del interior es de pequeño tamaño y apenas emite un leve silbido inapreciable a nada de ruido que haya en el entorno de uso.
No sé si la cosa irá mejorando con el tiempo, pero en las primeras cargas me he encontrado con que la batería no tiene una autonomía demasiado larga: no me he puesto a cronometrar con exactitud lo que tarda en pasar del 100% de carga a apagarse por falta de energía, pero calculo que ronda las tres horas empleando el WiFi, con el volumen de sonido al 1/3, el brillo de la pantalla a la mitad y haciendo un uso no muy intensivo del ordenador (internet y trasteo por los menús principalmente). Cierto es que la autonomía parece más o menos decente, pero los usuarios europeos estamos perdiendo tiempo de uso sin conectar a la corriente gracias a que Asus ha equipado nuestros Eee 701 con unas baterías de 4400 mAh, siendo en otros países de 5200 mAh. Una merma que no consigo explicarme demasiado bien pero que hace que no podamos despreocuparnos del cargador durante demasiado tiempo.
Hablando de la batería no pasaré por alto que al menos el tiempo de carga es más o menos breve: entre hora y media y dos horas será lo que tarde en alcanzar su nivel máximo siempre que no estemos utilizando el mismo tiempo el ordenador, pues en ese caso la carga será bastante más lenta.
El alcance del WiFi es bastante bueno; más o menos como en cualquier portátil actual con dicha tecnología integrada. El programa para la conexión a redes inalámbricas es realmente simple y no debería darnos ningun problema. Eso sí, comentar que en mi caso no pude conectarme a ninguna red Wi-Fi hasta que actualicé el sistema mediante la utilidad que Asus ha integrado en el SO.
Respecto al almacenamiento, que nadie crea que los 4 GB de disco duro están completamente a nuestra disposición, porque el sistema operativo y otra serie de elementos que los ingenieros que han diseñado el 701 han tenido a bien colocar en la memoria fija del dispositivo nos dejan unos exiguos 1.3 GB a nuestra disposición.
Cierto es que podemos almacenar datos en pendrives, tarjetas de memoria SD/MMC (el Eee trae un lector integrado del que luego os hablaré) y discos duros externos; pero hemos de tener en cuenta que el espacio en el disco duro es muy limitado y que por lo tanto hay hábitos que debemos cambiar a la hora de trabajar con el Eee: se acabó el almacenar gigas de música y vídeos en el disco duro. Lo que deberíamos hacer es o bien trabajar siempre con una tarjeta de memoria de generosa capacidad introducida en la ranura destinada a tal efecto o guardar los archivos «de uso» en el disco duro y todo lo demás en unidades externas.
Como os decía al inicio de este largo análisis, los ultraportátiles no están hechos para todos los públicos y hay que saber bien a lo que uno se enfrenta cuando le pone las manos encima a uno de estos aparatos. Estos pequeños ordenadores están hechos para trabajar con una serie de documentos o navegar por internet, pero no son centros multimedia ni grandes almacenes de archivos. Lo ideal es emplear este tipo de máquinas como «segundo ordenador» para no tener que renunciar a la comodidad y versatilidad de un PC allá donde estemos. De cualquier modo, los vídeos que he probado en él se ven de manera correcta y con bastante fluidez (el formato probado ha sido WMV a 640×480 y 2.1 Mb/s de compresión) aunque estoy pendiente de probar alguno codificado en H264, que suele ser el códec que más recursos necesita para ser descomprimido.
Un feo detalle por parte de Asus es la pegatina que recubre la tapa inferior de la carcasa y que da acceso a ciertos componentes del ordenador: lo más útil que se encuentra bajo dicha tapa es la memoria RAM del sistema, que es de 512 MB de serie y que podemos ampliar sustituyéndola con un SO-DIMM DDR2 667 de 1 GB como máximo, pues si ponemos 2 GB (máximo reconocible por hardware) habrá que recompilar el kernel del SO para que la reconozca.
La operación de ampliación de memoria no tiene complicación alguna, pero en Asus han colocado la mencionada pegatina para que, si metemos mano al ordenador, nos queremos sin garantía. Y es cierto que la filosofía del Asus EEE 701 es «funciona, así que no toques nada» pero de cara a los usuarios experimentados (que son un buen porcentaje de los que han comprado un Eee) no estaría de más un poco más de flexibilidad.
Lo peor del Asus Eee 701 es, como ya apunté hace un rato, el sistema operativo: el Eee funciona con una distribución de GNU/Linux llamada Xandros que lleva ya tiempo en el mercado para PCs. Lo que ha hecho Asus ha sido tomar dicha distribución y modificarla para que funcione sin demasiados problemas en este ultraportátil. Es verdad que no da problemas y que todo va más o menos bien, pero os aseguro que a veces uno tiene la sensación de manejar un ordenador de juguete: las aplicaciones son las de cualquier ordenador de sobremesa y no hay queja en ese aspecto, pero los menús a base de pestañas son de lo peor que he visto.
Una vez más vuelvo a reconocer que estoy de acuerdo con el público del Eee pueda ser gente que no entiende demasiado de informática, pero de verdad que cuando alguien que sabe un poco del tema maneja este ordenador tiene la impresión de que le están llamando tonto.
Si el sistema sobre el que se ejecuta todo es Linux, no sé a cuanto de qué tienen que meterle por encima una capa que lo «Windowsea» (¡toma palabro!) hasta el más mínimo detalle: las ventanas son iguales que en XP, la barra de tareas es casi igual, los accesorios se llaman de la misma manera, no hay posibilidad de tener varios escritorios, para desmontar las unidades hay que dar a un icono llamado «desconectar hardware con seguridad»… y así decenas de detalles que dan la sensación de que los creadores del SO se avergüenzan de Linux y quieren hacer creer a toda costa a la gente que están ante un Windows XP un poco recortado.
Linux antes era un poco tosco, algo complicado para gente sin conocimientos, pero de unos años a esta parte las distribuciones se han dulcificado mucho y a la hora de manejarlas no hoy mucha diferencia con respecto a los sistemas de Microsoft. Sólo hay que acostumbrarse a ciertas cosas que son diferentes como la forma de actualizar los programas mediante el uso de repositorios y poco más, por lo que no entiendo esa fiebre de esconder Linux bajo una capa de pintura roja, verde, azul y amarilla.
Por suerte hay un modo (no documentado por Asus, claro) mediante el que se puede poner el escritorio original de Xandros en el Eee. Sin embargo este análisis está realizado íntegramente con el sistema operativo que la máquina trae «de serie», pues me gustaría dar un punto de vista válido para cualquier usuario y no sólo a los «manitas». Si queréis emplear el llamado escritorio avanzado podéis echar un vistazo a los artículos de esta sección del Wiki de EeeUser.
Una de las cosas que a priori me daba más «miedo» a la hora de utilizar el Eee en el día a día era el tamaño de la pantalla. Ya sabía que era pequeña y que su resolución de 800 x 480 impondría algunas trabas a la hora de hacer ciertas cosas, pero una vez más me he dado cuenta de que cambiando ligeramente el modo de trabajo con respecto a un PC «normal» con el Eee se puede hacer prácticamente de todo (bueno, manejar un programa de CAD puede ser un infierno, pero para tareas habituales no hay grandes problemas).
Navegar por internet no supone un gran problema, aunque es recomendable instalar algún tema minimalista en Firefox (os recomiendo Littlefox) y trabajar en modo «pantalla completa», al que se conmuta con F11. La mayoría de las páginas se verán bien a la resolución nativa de la pantalla, aunque vamos a tener que usar el scroll más de lo habitual, claro está. De ahí la importancia que comentaba antes de que debemos invertir algunos minutos en ajustar a nuestro gusto la sensibilidad del touchpad del equipo. A la hora de trabajar con procesadores de textos, hojas de cálculo y demás programas ofimáticos nos vamos a encontrar más de lo mismo: no demasiados problemas más allá del uso intensivo del scroll.
Donde sí que vamos a tener algún problema más va a ser a la hora de ver PDFs en pantalla, pues al ser tan achatada si optamos por ver los documentos de forma que su anchura sea la de la pantalla, apenas vamos a ver una franja, y en el caso de catálogos y documentos estructurados en marcos nos vamos a volver locos yendo arriba y abajo. Es un problema muy parecido al que nos surgirá creando documentos en Open Office, pero por lo general estos son textos que se leen de arriba a abajo sin más, pero como os digo, la estrechez vertical de la pantalla puede ser un poco perjudicial bajo ciertas condiciones.
Los altavoces integrados en la carcasa no se escuchan mal para un ordenador del tamaño del Eee. No son precisamente unos Harman-Kardon de gama alta, pero al menos se escuchan con nitidez gracias a que están colocados justo enfrente de nuestros oídos. De todos modos, siempre podremos conectar unos auriculares en la salida destinada a tal efecto y escuchar a través de ellos el sonido del ordenador si no queremos molestar a la gente que tengamos por los alrededores. La calidad de audio a través de los mismos no es espectacular, pero cumple de sobra con su cometido, ya que no vamos a tener almacenados en el Eee archivos de audio en formato FLAC. Eso sí, mejor utilizar auriculares de baja impedancia porque por lo general se escuchan más altos y por lo tanto consumiremos menos batería al no tener que subir mucho el volumen.
Por su parte, el micrófono integrado cumple con su papel pero no puede ser usado para aplicaciones «profesionales» por estar embutido directamente bajo el touchpad del ordenador. En el caso de que estemos grabando audio y pulsemos algún botón del dispositivo escucharemos un sonoro «clack» en el audio resultante. Para grabar sonido ambiente o tomar notas de voz vale perfectamente, pero si queremos hacer las cosas bien un micrófono externo es muy recomendable.
Todavía no he comentado nada de la carcasa externa, pero bueno, ese es tal vez el aspecto menos relevante del Eee. Para mi gusto es bonita (al menos en la versión blanco perlado que he elegido yo) si bien parece algo delicada en cuanto a arañazos y marcas. Es verdad que gracias al disco SSD el sistema es (casi) inmune a golpes y caídas, pero la carcasa sí que es delicada y por lo tanto algo de cuidado hemos de poner en el uso del equipo. Se agradece el detalle de la funda que trae «de serie» para evitar rozaduras y demás indeseables elementos antiestéticos.
La conexión de dispositivos USB no tiene ninguna complicación: las pruebas con pendrives y tarjetas de memoria siempre han ido correctamente y lo que sí debemos tener en cuenta es que SIEMPRE hay que desconectar los dispositivos con el icono correspondiente en la barra de tareas (en Windows es importante, pero en Linux lo es todavía más).
El minúsculo teclado también nos desesperará los primeros días debido a que tendremos que «aprender» a escribir de nuevo. Al ser las teclas tan pequeñas cuesta coger agilidad a la hora de redactar párrafos y de vez en cuando es recomendable releer el texto para asegurarse de que hemos escrito todo correctamente. En este teclado tal vez es más recomendable escribir con dos dedos a emplear avanzadas técnicas de mecanografía multidactilar.
El lector de tarjetas SD / MMC es un gran invento: nos permite introducir una memoria del tamaño de un sello, y que al soportar la especificación SDHC nos dará un espacio de almacenamiento adicional de varios gigas. Además, una vez introducida, la tarjeta queda «al ras» de la carcasa y no nos molestará lo más mínimo en el uso del ordenador.
En el momento de introducir la tarjeta esta se montará como si fuera un disco duro y podremos guardar en ella archivos y documentos del mismo modo que hacemos con el disco SSD. Claro, seguro que (como me ocurrió a mí) enseguida habréis pensado en haceros con una tarjeta de 16 GB, dejarla fija en el lector y esquivar así las limitaciones de espacio que os comentaba al hablar del peculiar disco duro que monta esta máquina. La idea es buena y perfectamente factible, pero tenemos el inconveniente de que cada vez que arranquemos el sistema se nos abrirá el diálogo que nos pregunta con qué programa queremos explorar el contenido de dicha tarjeta, lo que es una lata. Posiblemente este inconveniente tenga una sencilla solución realizable por software, pero yo hasta el momento he sido incapaz de dar con ella.
La webcam que el Eee trae incorporada en la parte superior del marco de la pantalla cumple su papel dignamente si la iluminación de la estancia es lo suficientemente brillante; en caso contrario el granulado será evidente y los colores muy poco naturales. No hay aquí lámparas infrarrojas para ayudar a iluminar la cara del sujeto ni virguería técnica alguna, pues la cámara es de lo más sencilla (comparable con la que traen de serie muchos teléfonos móviles) y simplemente nos permitirá capturar tanto pequeños vídeos como fotogramas sueltos además de emplearla en programas de mensajería instantánea. Destacar que cuando está activada un pequeño LED de color verde nos avisará de su estado.
En fin, supongo que os podría contar bastantes más detalles sobre esta maquina, pero todavía tengo muchas cosas que experimentar, mucho uso que darle y sobre todo todavía tengo que escribir bastantes textos en él, pero tras unos días de uso intensivo (sin ir más lejos la mayor parte de este análisis está escrito en el Eee) me siento lo suficientemente «autorizado» como para tener la certeza de haber realizado un análisis en condiciones.
De todos modos, os comento que con el tiempo iré actualizando esta entrada de tal modo que vaya reflejando un poco cómo van evolucionando las cosas con este ultraportátil. Me gustaría ampliar su memoria a 1 GB, ver cómo se comporta la batería tras unos cuantos ciclos de carga / descarga y adquirir destreza con el teclado para que no me lleve tanto tiempo escribir un texto largo. De hecho, ya voy notando que voy más rápido y no cometo tantos errores como al principio, pero aun así todavía queda un largo camino por recorrer hasta que sea capaz de manejar este Asus Eee 701 con la misma facilidad que mi veterano Toshiba Satellite A50.
Espero que este extenso análisis haya servido tanto para entretener a los amigos de la tecnología (buscando ese fin siempre intento adjuntar tantas fotografías como puedo) como para ayudar a clarificar las cosas entre aquellos que estén indecisos ante su adquisición o no. Ya os decía hace poco que lo mejor de los blogs es que sus autores cuentan sus experiencias de cada día sin patrocinios ni presiones editoriales de ningún tipo, por lo que en ocasiones son de más ayuda que otros artículos más técnicos hallados en otros medios.
Y no; por si a estas alturas os lo estáis preguntando, no seré yo quien vaya a dictar un veredicto universal sobre si os debéis comprar el Asus Eee PC 701 o no. Si hago unas reviews tan extensas es precisamente para plantear las cosas como son; con sus pros y sus contras, de tal modo que al final seáis vosotros mismos los que, con los datos en la mano, os deis cuenta si el aparato os puede ser útil o no. Yo, a título personal, os puedo decir que estoy bastante contento con la máquina de Asus pese a que tiene sus limitaciones con respecto a un portátil «normal», pero soy muy consciente de que este ordenador a más de una persona le parecerá una frivolidad. Ya se sabe que todo es relativo, y sólo el conocimiento de las cosas será el que nos permita decidir con libertad.
PRIMERA ACTUALIZACIÓN ( 23 de Junio de 2008 )
Tras haber experimentado un poco más a fondo con el Asus Eee PC 701 os voy a comentar algunas conclusiones que he sacado:
– Siguiendo los pasos del wiki de EeeUser he pasado a emplear el escritorio avanzado, el cual «libera» casi todo el potencial de Linux mucho más allá que el sistema VTech que el Asus trae originalmente. El escritorio avanzado nos ofrece una distribución con una apariencia similar a la de cualquier ordenador de sobremesa y elimina la apariencia «juguetil» de los menús con pestañas del Eee.
– Con el escritorio avanzado el ordenador tardará unos segundos más en arrancar (de 15 pasa a 20, por lo que la ralentización no es excesiva). Muy al contrario de lo que pudiera pensarse a primera vista, el sistema con el escritorio avanzado activado va más suelto que con el escritorio simple. Esto se debe a que el escritorio simple lo que hace es meter una capa extra sobre el Xandros original que pretende facilitar las cosas y hacerse pasar por una versión descafeinada de Windows XP, disminuyendo ligeramente el rendimiento de todo el sistema.
– Una vez probado el escritorio avanzado no creo que nadie se vuelva al sencillo; pero por si acaso se conserva la posibilidad de conmutar entre uno y otro tal y como se comenta en el wiki que os enlazaba antes.
– La mayor pega del cambio al escritorio avanzado es la merma en seguridad del sistema debido a que desde ese instante no se nos va a pedir nuestra contaseña en el arranque ni en prácticamente ninguna operación de mantenimiento del S.O. Consultando con una persona experta en Linux conseguimos (modificando ficheros del sistema) que pidiera la contaseña en las tareas de mantenimiento (como es lógico y habitual en Linux) pero descubrimos con sorpresa que el ordenador se quedaba bloqueado en el arranque del entorno gráfico debido a que este se ejecuta en modo superusuario por defecto. Una decisión dificilmente comprensible pero que no tenemos opción de cambiar.
– Otra cosa que he hecho ha sido ampliar la memoria RAM del sistema hasta 1GB. La operación (como ya apuntaba en la review) no reviste más dificultad que la de abrir la tapa inferior del Eee, «despinchar» el módulo que viene de serie e instalar el nuevo. En mi caso ha sido un Kingston SO-DIMM DDR2 667 que no me ha dado el más mínimo problema ni de instalación ni de funcionamiento.
– Asus asegura (esto me lo han comentado los trabajadores de PC BOX, poseedores cada uno de ellos de un Eee como el aquí analizado) que la garantía del equipo permanece intacta incluso en el caso de que arranquemos la pegatina que viene sobre uno de los tornillos de la tapa del equipo. Es un punto sobre el que me he asegurado bastante porque no quisiera que dentro de unos meses tuviera que hacer uso del servicio técnico y que me llevara la sorpresa de que por cambiar un simple SO-DIMM me tuviera que comer el equipo con patatas. Eso sí, en caso de que cambiando el módulo hicéramos algún destrozo, como es lógico sí que nos quedaremos sin garantía.
– El Firefox que viene instalado por defecto se bloquea si vemos vídeos de youtube o contenidos similares a pantalla completa durante un buen rato y a continuación pulsamos el botón de volver atrás. Supongo que será cosa del plug-in de flash instalado por defecto, porque en ninguna otra ocasión se me ha colgado (habiéndole dado bastante caña estos días) y en la situación antes descrita el cuelgue está asegurado. Para salir del apuro podemos pulsar ctrl + alt + supr y matar el proceso del Firefox.
– Hay bastante diferencia en cuanto a consumo energético entre usar el WiFi y tenerlo desactivado. Recomiendo desactivarlo si no vamos a hacer uso de él, pues ganaramos unos cuantos minutos de autonomía. Por ejemplo escribir textos con Open Office es una actividad con la que el consumo de batería es relativamente bajo si dejamos desactivada la comunicación inalámbrica, mientras que con la misma activada el nivel de batería bajará bastante más deprisa.
– Por último, os dejo con algunas capturas que he hecho del escritorio avanzado para que podáis ver las diferencias con respecto al simple:
Escritorio
Centro de control de KDE
Gestor de paquetes Synaptic
Reloj mundial KDE
Menú del sistema
Explorador de archivos
Lanzador rápido de aplicaciones
SEGUNDA ACTUALIZACIÓN ( 28 de Junio de 2008 )
– A través del procedimiento explicado en el siguiente hilo del Foro AsusE3 he podido comprobar que aunque mi batería está etiquetada como de 4400 mAh en realidad tiene una capacidad de 5200 mAh. No sé a qué se debe esta extraña política, pero viendo los resultados de los usuarios se deduce que si en la pegatina pone que la batería es de 4400 puede que sea de esa capacidad o de 5200 (este es mi caso) mientras que si en la pegatina dice que es de 5200 será de dicha capacidad, pues si fuera de menos nos estarían engañando.
TERCERA ACTUALIZACIÓN ( 2 de Julio de 2008 )
En relación a los tiempos de duración de la batería del Eee 701 he realizado dos tests (con el WiFi activado y desactivado) para comprobar su autonomía. Las condiciones de los mismos y sus resultados los detallo a continuación:
Información general de la batería aplicable a los dos tests:
Pegatina batería: 4400 mAh
Capacidad reportada por Linux: 5200 mAh
Condiciones del primer test:
Sistema operativo: Xandros (Escritorio avanzado).
WiFi: ON.
Brillo pantalla: 50 % (retroiluminación encendida durante todo el test).
Sonido: Mute.
No se ejecutó ninguna aplicación durante la ejecución del test.
Temperatura ambiente durante el test: 30ºC.
Nº cargas de la batería en el momento del test: 12
Resultados del primer test:
Aviso del 20% de batería restante: 2 horas 11 minutos.
Aviso de apagado en 3 minutos: 2 horas 30 minutos.
Apagado automático: 2 horas 42 minutos.
Condiciones del segundo test:
Sistema operativo: Xandros (Escritorio avanzado).
WiFi: OFF.
Brillo pantalla: 50 % (retroiluminación encendida durante todo el test).
Sonido: Mute.
No se ejecutó ninguna aplicación durante la ejecución del test.
Temperatura ambiente durante el test: 30ºC.
Nº cargas de la batería en el momento del test: 15
Resultados del segundo test:
Aviso del 20% de batería restante: 2 horas 39 minutos.
Aviso de apagado en 3 minutos: 3 horas 00 minutos.
Apagado automático: 3 horas 10 minutos.
CUARTA ACTUALIZACIÓN ( 8 de Julio de 2008 )
– Tras bastantes horas de uso desde su compra puedo decir que… ¡ya me he acostumbrado al teclado! Es verdad que en el portátil «grande» redacto más deprisa y sin errores, pero he alcanzado un punto con el Eee en el que escribo medianamente rápido y no tengo que borrar demasiados caracteres. En principio pensé que jamás me acostumbraría a unas teclas tan pequeñas, pero al final todo es cuestión de práctica.
– La carcasa del Eee se calienta bastante (hasta el punto de hacernos sudar bastante las manos) si lo usameos en entornos calurosos con aire quieto. Si no estamos bajo los auspicios de un aire acondicionado el aire de un simple ventilador sirve para que el exterior del ordenador se refrigere bastante. Lógico; al ser tan pequeño tiene muy poca «inercia térmica» y cualquier cambio externo afecta bastante (para bien o para mal) a su temperatura.
– Otra foto más (esta con un ligero toque «retro»):
QUINTA ACTUALIZACIÓN ( 16 de Julio de 2008 )
Hoy he descubierto una característica no documentada (al menos yo no la he visto por ningún lado) del Asus Eee PC 701 que consiste en que si tenemos el ordenador conectado a la corriente y hay algo cargando por USB, aunque apaguemos el sistema el dispositivo conectado seguirá alimentado sin interrumpir su carga.
A todos nos ha ocurrido alguna vez poner a cargar el MP3 por USB, apagar el ordenador (o suspenderlo) y que la corriente se cortara de golpe y porrazo dejándonos con cara de tontos. Pues bien, como os digo, esto no nos volverá a ocurrir si tenemos el ordenador conectado a la corriente eléctrica. Eso sí, en el caso de estar empleando únicamente la batería esta característica no se activará para evitar que podamos descargar la batería del ordenador prematuramente y sin control.
SEXTA ACTUALIZACIÓN ( 25 de Julio de 2008 )
Os comento que he realizado otro test de duración de la batería en las mismas condiciones que el anterior para ver cómo había variado este parámetro tras los múltiples ciclos de carga y descarga que he ido realizando con el uso diario del equipo.
LLevo ya más de un mes empleando el Eee a diario (la verdad es que últimamente lo utilizo más que el ordenador «grande» por su tremenda portabilidad) y me he llevado la sorpresa de que la duración de la batería permanece prácticamente invariable: bajo las mismas condiciones en las que la batería aguantó tres horas y diez minutos, esta vez el Asus EeePC 701 ha aguantado tres horas y once minutos.
Eso sí, también me he dado cuenta de que Open Office (al menos la aplicación «Writer») consume bastante batería, pues la autonomía se reduce notablemente cuando estoy bastante tiempo dándole a las teclas. Supongo que el corrector ortográfico, que está siempre ejecutándose en segundo plano, tendrá bastante que ver en esto. Probaré a desactivarlo a ver qué tal.
También he de comentar que, como es lógico, la autonomía del equipo se reduce considerablemente al conectar un disco duro externo de 2.5″ alimentado por USB. No debemos tomar por costumbre conectar un dispositivo de este tipo si no estamos conectados a la corriente, puesto que nos podemos quedar sin batería antes de lo previsto. En el caso de que queramos ver una película o escuchar música que no nos quepa en el disco duro SSD interno es mejor emplear una tarjeta de memoria o un pendrive, puesto que al no ser dispositivos mecánicos consumen bastante menos energía que el mencionado disco duro externo.
SÉPTIMA ACTUALIZACIÓN ( 26 de Julio de 2008 )
En respuesta a una consulta que Iker dejó en los comentarios de esta entrada os voy a mostrar una serie de imágenes en las que os muestro algunas tareas habituales que realizo con el Asus EeePC 701 para que veáis cómo afectan las dimensiones de la pantalla a nuestras acciones de cada día.
La Wikipedia en el Eee 701. Es muy útil emplear el modo de pantalla compeleta (F11) para poder aprovechar todo lo posible el espacio de trabajo.
Parte de mi galería de Flickr en la pantalla del Asus. El scroll hay que emplearlo continuamente.
Este mismo artículo visto en el Eee. La mayoría de los blogs se ven correctamente.
Pidgin; el cliente de mensajería instantánea que viene preinstalado. Funciona muy bien y sin muchos agobios gracias a que las conversaciones se abren en distintas pestañas dentro de una misma ventana.
He añadido algunos RSS de prueba a Thunderbird (los miro en el ordenador grande) para que veáis que debido a lo que ocupa la aplicación nos queda un minúsculo espacio para leer el cuerpo de los mensajes.
Open Office Writer; el procesador de textos que viene por defecto y que cumple perfectamente con su cometido. Casi el 100% de los artículos de este blog de un tiempo a esta parte los escribo en Writer para luego pasarlos a la web; así que a mí me va perfecto.
Colección de fotografías. Se pueden ver en miniaturas, pero es más cómodo dejar el puntero encima de una fotografía para que se abra un pop-up con información.
Viendo un PDF en Adobe Reader. Se ve muy bien, pero hay que hacer scroll constantemente.
El gestor de paquetes Synaptic. Pasa un poco como en Thunderbird para leer los mensajes; el espacio que tenemos nos hará manejar las barras de desplazamiento todo el tiempo.
El centro de control de KDE. En este caso el apartado encargado de cambiar la distribución de teclado. Volvemos a contar con un espacio bastante reducido apareciendo, como de costumbre, las barras de desplazamiento.
Por cierto, un pequeño apunte: a veces veremos con desagrado que las ventanas ocupan más que la propia pantalla y por lo tanto se nos quedan algunas zonas fuera de nuestra visión. Para mover la ventana debemos hacer click en cualquier punto de ella al tiempo que pulsamos ALT. De ese modo el cursor cambiará a un cruce de flechas y podremos desplazarla a nuestro antojo.
OCTAVA ACTUALIZACIÓN ( 28 de Julio de 2008 )
Compruebo con alegría que mis expectativas sobre el Asus EeePC 701 se están cumpliendo con creces. Actualmente todos los artículos de este blog los estoy escribiendo en él y todas las labores relacionadas con internet que suelo realizar en el portátil «grande» las puedo realizar sin ningún problema aquí también.
Puestos a pedir me gustaría que Asus cuidara un poco más los repositorios que han montado para tener actualizada esta versión de Xandros, pues aparte de que hay muy poco material me he encontrado con numerosos errores de programas que en teoría están pero cuando Synaptic los intenta descargar resulta que en realidad no están disponibles (es el caso de GIMP sin ir más lejos). Del mismo modo me gustaría contar con una versión de Firefox 3 que pudiera instalar sin tener que hacer apaños raros, pues aunque hay tutoriales en internet sobre el tema, no me inspiran demasiada confianza.
NOVENA ACTUALIZACIÓN ( 13 de Agosto de 2008 )
Al final me he armado de paciencia y he descargado los 20 megabytes que ocupa la aplicación Google Earth para Linux con la conexión de 56 Kb que tengo en el apartamento de la playa. Al menos os puedo adelantar que el resultado ha merecido la pena y el programa funciona bastante bien, pero hay que hacer una serie de matizaciones previas porque me ha costado un poco poder hacerlo funcionar correctamente. Vamos a ello:
Por una parte el programa se instala un poco chapuceramente en el sistema de tal modo que se crea una carpeta en el directorio «home» y un acceso en el escritorio como si de un programa de Windows se tratara. No es grave porque en breve comenzaré a probar otros sistemas operativos en el Eee y me tocará borrar Xandros por completo, pero no estaría mal que la instalación fuera algo más elegante que un simple instalador que no sabemos muy bien lo que está haciendo en el sistema.
Bien, el programa está instalado y procedemos a ejecutarlo obteniendo una velocidad absolutamente inhumana hasta el punto de hacerlo completamente inmanejable porque el simple hecho de presionar un botón puede llevar varios segundos hasta obtener una respuesta. Aunque el programa requeriría de un ordenador más potente para funcionar de manera óptima, se supone que no debería ir tan lento en este pequeño ordenador, así que algo no cuadra.
Pues bien, me puse a investigar un poco sobre el tema y rápidamente encontré una solución en el Wiki de EeeUser ( http://wiki.eeeuser.com/howto:fixgoogleearthspeed ) que puso fin a todos mis problemas: todo se debe a una función gráfica que hay en el ejecutable del programa que no se lleva bien con los drivers de pantalla del Asus Eee, de modo que en el propio Wiki han colgado un nuevo ejecutable que debemos copiar sobre el original y darle permisos de ejecución a continuación para que todo se mueva a una velocidad más aceptable. Ahora bien, debemos desactivar también la opción «atmósfera» en el menú «Ver» del propio programa para que la cosa vaya fluida (al menos en la versión 4.2; en las anteriores puede que no estuviera esta opción), pues dicha opción requiere de complejos cálculos que ralentizarán enormemente la renderización de los gráficos en pantalla.
Una vez hecho todo esto ya tendremos un programa completamente funcional del que os pongo a continuación unas capturas. Eso sí, os comento que debido a la resolución de la pantalla (800 x 480) debéis emplearlo a pantalla completa (F11) y ocultar la barra lateral izquierda si queréis «volar» por el mundo con comodidad. Yo ya estaba encantado con el programa desde hace tiempo, pero ahora además me lo puedo llevar a todas partes y en el caso de no contar con una red WiFi cerca siempre podemos ver lo que hay en el archivo de caché (lo que hayamos visitado recientemente, vaya). Caché que, eso sí, ha de ser reducido a una fracción de su valor original, pues por defecto son 2000 MB y no está el pequeño de los Asus para tantas alegrías. Yo lo tengo fijado a 150 MB y me va más que bien. Por cierto, si habéis ampliado la memoria del Eee al menos a 1GB notaréis más soltura a la hora de mover Google Earth.
Nuestro pequeño mundo
La Puerta del Sol de Madrid
El litoral de Oropesa del Mar (mapas de baja resolución en esa zona 😦 )
La puerta de Alcalá en Madrid
El coliseo de Roma
DÉCIMA ACTUALIZACIÓN ( 16 de Agosto de 2008 )
Hoy me gustaría comentaros dos cosas sobre el Asus Eee 701; una más o menos técnica y otra meramente personal. Vamos a ello:
– No he señalado en la review que la versión Linux del Eee viene con una partición oculta a los ojos del usuario que contiene la imagen original del sistema operativo para que podamos restaurarlo en caso de problemas. Este proceso se haría arrancando el ordenador con la tecla F9 pulsada, lo que nos presentará un menú en pantalla con la opción de dejar el sistema tal y como venía al abrir la caja por primera vez.
Es cierto que esta «partición oculta» resta espacio de almacenamiento al Eee y podríamos eliminarla para disponer de él; y más sabiendo que en el CD que viene con el ordenador se incluye una imagen del Xandros para restaurarla desde una unidad lectora externa o incluso desde un pendrive, pero tener esa partición con la imagen del SO hace que podamos llevarnos el ordenador a cualquier parte sin tener que cargar con nada más que el propio ordenador, el cargador y la funda; ni discos de rescate ni pendrives ni historias, lo cual es bastante cómodo.
– Por otro lado me gustaría hablar sobre la «usabilidad» del Eee 701. A lo largo de este verano he tenido ocasión de utilizarlo en diversas circunstancias y me gustaría compartir la experiencia con vosotros, pues creo que puede ser interesante.
Lo primero es decir que efectivamente el Eee es ultraportátil. Cabe en cualquier bolso de tamaño medio y el peso no hará que se nos vaya doblando el espinazo a los cinco minutos, cosa que se agradece pues al cargar con un portátil grande uno se empieza a acordar de la madre del diseñador a los pocos minutos. El brillo de la pantalla al máximo es suficiente como para al menos ver algo en condiciones de mucha luminosidad. Aunque bajo el sol directo no seremos capaces de distinguir casi nada la estrategia es buscar una sombra para poder usar el portátil en condiciones (y de paso no tener mucho calor).
En mi caso particular he empleado el Eee para dar «clases de Open Office» a una amiga en los jardines de la Torre del Rey y mostrarle el programa «Google Earth» con los datos que tenía almacenados en la caché del disco duro así como también para llevarlo a un par de restaurantes y mostrar algunos vídeos y fotografías a amigos de por aquí que no conocían la existencia de este blog ni de los proyectos «Alcalá de Henares ayer y hoy» y «Oropesa del Mar ayer y hoy». En ambos casos el Eee se ha mostrado muy versatil, ha cosechado comentarios muy positivos por parte de la gente (especialmente de las chicas, que se han mostrado encantadas con el diseño del Asus) y todos han coincidido en destacar que la pantalla se ve de maravilla. Al ser de pequeño tamaño se puede poner en una esquina libre de la mesa y con el volumen al máximo es suficiente como para que todos los presentes puedan escuchar el audio del vídeo de turno si el entorno no es demasiado ruidoso. La verdad es que me ha venido genial para estas tareas de «promoción», pues de otro modo sólo habría podido mostrar el material en mi móvil y la cosa hubiera quedado muy deslucida.
Con respecto a las capacidades WiFi, aunque son las estándares de cualquier portátil actual, en la playa no he podido conectarme a ninguna red de este tipo porque sencillamente no hay prácticamente ninguna por estas tierras. Hay gente que me ha preguntado si podría usar el Eee 701 para navegar por internet y consultar el e-mail en cualquier sitio; y a esa pregunta he de responder con un rotundo «SÍ», pero claro, si estuviéramos en un mundo ideal en el que las redes WiFi abiertas abundaran y tuviéramos cobertura en casi cualquier lugar (léase Japón; pues allí hay centenares de redes WiFi sin clave a disposición del público). Si estamos en un lugar con cobertura WiFi y conseguimos conectar con ella podremos navegar y ver el correo perfectamente (comprobado en Alcalá de Henares) pero si el lugar en el que estamos es un desierto en cuanto a señales inalámbricas obviamente no habrá nada que hacer.
Por lo tanto, el ordenador es capaz de conectarse a cualquier red WiFi abierta sin problemas, pero el caso es encontrar alguna de esas redes en nuestra geografía; cosa bastante complicada fuera de las grandes ciudades. Eso sí, en cuanto a portabilidad el ordenador no tiene rival salvo una PDA, pero ya os comenté al principio de la review que hay cosas para las que las PDAs no están diseñadas y en las que el Eee les da unas cuantas vueltas.
¿Mi definición del Asus Eee PC 701? Un ordenador ultraportátil orientado a internet y ofimática. La esencia de lo que debería ser un portátil; porque para todo lo demás ya tenemos los ordenadores «grandes», ¿no? 😉
UNDÉCIMA ACTUALIZACIÓN ( 25 de Agosto de 2008 )
Cansado de la nula actualización de los repositorios del Xandros que viene de serie con el Eee y pensando en la cantidad de cosas que me estaba perdiendo por emplear un sistema operativo tan “capado” empecé a informarme sobre otras opciones que podría instalar en este pequeño ordenador.
Tras descartar versiones específicas para el Eee (suelen ser proyectos que al final se quedan abandonados) buscaba alguna distribución estándar que contara con un amplio soporte de la comunidad del software libre. Mi elección al final fue Debian por ser una distro muy personalizable, mantenida a diario y sobre todo porque es la que empleo en mi portátil grande (junto con Windows XP). He de reconocer que desde que lo instalé en el Toshiba estoy encantado con Debian y reconozco que lo único que me “ata a Windows» ahora mismo es iTunes y sus estadísticas de canciones. Cuando me de por liarme la manta a la cabeza formatearé completamente el disco duro del Toshiba y me quedaré nada más que con Debian, pues cada día me gusta más y me desenvuelvo mejor con él.
La versión de Debian para el Eee, como os decía, es genérica con todas las ventajas que esto conlleva; pero lo que es específico para el pequeño de los Asus es el instalador. Tenéis toda la información sobre el proyecto en el siguiente wiki: http://wiki.debian.org/DebianEeePC (incluso con traducción al castellano)
Lo que sí os comentaré es que dicho instalador es bastante intuitivo y si sabéis un poco sobre sistemas operativos no tendréis demasiadas dificultades para tener Debian funcionando en el EeePC a los pocos minutos. En cualquier caso, yo preferí cubrirme las espaldas y le pedí ayuda a mi hermano para este proceso, pues lleva bastante más tiempo que yo en el mundillo de GNU / Linux y prefería que me fuera guiando a través de los distintos pasos de la instalación.
Con lo que debéis tener cuidado es con el tamaño de la instalación, pues si os liáis a instalar paquetes os podréis encontrar con que se os llene el disco duro y os toque volver a realizar todos los pasos. Recordad que tenéis 4GB de disco duro, y en mi caso particular después de instalar el sistema con escritorio Xfce, Open Office, Google Earth (que en esta ocasión funciona sin problemas de incompatibilidades) Povray, Iceweasel 3 (que no es otra cosa que Firefox 3) y alguna que otra utilidad más cuento con algo más de 1GB libres para almacenar datos en el disco SSD destacando también que he creado una partición de swap de 512MB.
Una vez todo instalado y configurado (de nuevo os recomiendo encarecidamente la visita a DebianEeePC porque ahí están resueltas casi todas las dudas que os puedan surgir) manejar Debian es como cualquier otro sistema operativo, y el hecho de tener una capacidad de actualización casi diaria es un gustazo. Las actualizaciones de lo que tengamos instalado se hacen a través de Aptitude o Synaptic y tras unos minutos de uso enseguida nos pondremos a buscar software de nuestro interés.
Nuevo Test de Batería
Una vez instalado Debian opté por hacer un test de batería en las mismas condiciones que los anteriores (sistema en reposo, volumen en mute, WiFi apagado, retroiluminación a la mitad con la pantalla encendida todo el tiempo) para ver si el cambio de S.O. conllevaba alguna modificación en la autonomía y me llevé la sorpresa de que el tiempo de batería se estiró hasta las 3 horas y 26 minutos; aproximadamente un cuarto de hora más que en las dos pruebas anteriores.
En definitiva, he de reconocer que estoy encantado con el nuevo sistema operativo: si el cambio al escritorio completo de Xandros ya fue un paso adelante, esta nueva evolución es todo un salto con respecto a lo anterior. El hecho de tener un sistema con el respaldo de una inmensa comunidad como es Debian le da a uno mucha confianza y la tranquilidad de que cualquier fallo será subsanado en pocas horas.
¡Ya os hablaré con más calma de él en una futura actualización! 😉
DUODÉCIMA ACTUALIZACIÓN ( 30 de Agosto de 2008 )
Os comento que he subido un vídeo a youtube en el que podéis ver Debian ejecutándose en mi Asus Eee PC 701 4G. Muestro el arranque del sistema y la ejecución de Iceweasel 3, Google Earth, Open Office Writer y Aptitude. ¡Espero que os resulte interesante!
DECIMOTERCERA ACTUALIZACIÓN ( 18 de Enero de 2009 )
Veo que sois muchos los que llegáis a este artículo buscando información para compraros un Asus 701 o bien porque lo acabáis de estrenar y queréis conocer sus posibilidades. Debido a ello he decidido grabar un breve vídeo en el que muestro cómo cambiar la memoria RAM a este ordenador para aumentar su rendimiento. Espero que os sea útil.
NOTA I: Una vez colocado el nuevo módulo de memoria no hay que configurar nada en el ordenador, puesto que éste la detecta automáticamente.
NOTA II: es importante comentar que el tamaño máximo de memoria RAM admitido por el EEE 701 es de 1 Gb empleando el Xandros que viene originalmente y 2 GB con el resto de sistemas operativos (Debian, Ubuntu, Windows XP…) porque es lo máximo que soporta el propio ordenador por lo tanto no compréis un módulo de más capacidad porque os va a dar problemas.
DECIMOCUARTA ACTUALIZACIÓN ( 19 de Enero de 2009 )
Aprovecho para comentaros brevemente que los que necesitéis los drivers para Windows de los distintos componentes del ordenador los podéis encontrar actualizados en la propia web de Asus; concretamente en ESTE ENLACE. Debéis elegir el sistema WinXP en el cuadro que sale y enseguida veréis todas las categorías de descarga.
DECIMOQUINTA ACTUALIZACIÓN ( 25 de Enero de 2009 )
Por lo que voy viendo en los múltiples comentarios de la entrada, algunos de vosotros me pedís que narre un poco cómo uso el Eee 701 en el día a día. Pues bien, para que la explicación sea más descriptiva he grabado el siguiente vídeo en el que muestro algunas de las cosas que empleo cada día como puede ser la visualización de fotografías, vídeos, edición de documentos e imágenes así como uso de internet. Es un vídeo muy en la línea del que hay en la duodécima actualización, pero que en este caso muestra otros programas y algunos usos más «lúdicos» del equipo.
NOTA: debido al algoritmo de compresión que emplea Youtube el vídeo no se ve muy nítido que digamos y en esta ocasión (no sé en qué se basa) no existe la posibilidad de activar una versión a más resolución como la que se encuentra en otros vídeos que yo mismo he subido en el pasado. Investigaré sobre el tema…
DECIMOSEXTA ACTUALIZACIÓN ( 1 de Febrero de 2009 )
Cinco meses después de haber comprobado la duración de la batería en el ordenador me he animado a hacer un nuevo test con el WiFi desactivado para comprobar si el uso diario que hago del EeePC 701 ha afectado a este delicado componente de los portátiles.
Información general de la batería:
Pegatina batería: 4400 mAh
Capacidad reportada por Linux: 5200 mAh
Condiciones del test:
Sistema operativo: GNU / Linux Debian.
WiFi: OFF.
Brillo pantalla: 50 % (retroiluminación encendida durante todo el test).
Sonido: Mute.
No se ejecutó ninguna aplicación durante la ejecución del test.
Temperatura ambiente durante el test: 22ºC.
Resultados del test:
Aviso del 20% de batería restante: 2 horas 24 minutos.
Aviso de apagado en 3 minutos: 2 horas 45 minutos.
Apagado automático: 3 horas 5 minutos.
Teniendo en cuenta que en el test realizado el 25 de Agosto el ordenador se apagó tras 3 horas y 26 minutos, se puede decir que la batería ha perdido algo de capacidad en estos últimos meses. La pérdida por el momento no es demasiado evidente, pero tendré que estar atento por si la cosa empeora en los próximos meses. Ya haré otro test dentro de un tiempo para ver cómo evoluciona el tema.
DECIMOSÉPTIMA ACTUALIZACIÓN ( 17 de Febrero de 2009 )
La semana pasada dejé el Eee 701 suspendido (tapa bajada) mientras estaba conectado a la corriente. Llegó la hora de ir a la cama y lo desenchufé, sin darme cuenta de que no estaba apagado sino suspendido. La sorpresa vino cuando tras 17 horas abrí el ordenador y me encontré la batería al 40% de su capacidad.
Pensé que no se podía haber descargado tanto la batería al estar suspendido, pues mi Toshiba se ha pasado un par de días en ese estado y la batería no bajó demasiado; de modo que decidí realizar ayer una segunda prueba: cargué la batería al 100%, suspendí el ordenador y así lo tuve durante 13 horas, tras las cuales me encontré la batería al 60%, demostrando que lo de la otra vez no fue casualidad y que el consumo en modo suspendido es bastante alto.
Echando unas simples cuentas vemos que la tasa de descarga es de aproximadamente un 3% por cada hora, lo que implica que si dejamos el ordenador suspendido durante algo más de 30 horas es posible que al tratar de «despertarlo» nos lo encontremos sin batería y que por lo tanto hayamos perdido la información no almacenada previamente.
En fin, que merece más la pena apagar el ordenador y volver a encenderlo que andar haciendo uso del modo suspendido si el cacharrín va a estar varias horas inactivo y alimentado sólo con la batería.
DECIMOCTAVA ACTUALIZACIÓN ( 22 de Mayo de 2009 )
Hoy he decidido hacer un nuevo test de batería al pequeño Asus EeePC 701 aprovechando que el ordenador está a punto de cumplir un año. Durante este tiempo lo he usado prácticamente todos los días dándome un montón de satisfacciones y una «movilidad informática» a la que antes no estaba acostumbrado.
Pero bueno, centrémonos en el test, porque esta vez es algo diferente a los anteriores. Lo que pretendía era medir la duración de la batería del Eee 701 en condiciones de «uso real», de modo que cargué la batería al 100%, desconecté el cargador y comencé a usar el ordenador como cualquier día (en los anteriores test de batería el ordenador estuvo inactivo) hasta que la batería se vaciara por completo.
Las condiciones de funcionamiento del ordenador durante el test han sido las habituales: WiFi activado, brillo de la pantalla al 50% y volumen de sonido al mínimo. Mi actividad durante el tiempo que ha durado la prueba ha consistido en redactar un par de entradas para el blog, casi media hora viendo vídeos en Youtube, edición de textos en Open Office, lectura de un par de manuales de instrucciones en PDF… en definitiva, un uso de lo más habitual para un ordenador doméstico.
Pues bien, el ordenador ha dado un aviso crítico de apagado inmediato (a falta de un 2% de batería para vaciarse por completo) cuando llevaba exactamente 2 horas y 46 minutos de funcionamiento continuo; lo que me parece una autonomía bastante decente para un ordenador de apenas 1 Kg de peso y cuya batería lleva un año de constantes ciclos de carga y descarga.
DECIMONOVENA ACTUALIZACIÓN ( 1 de Septiembre de 2009 )
Nuevo test de batería realizado en las mismas condiciones de retroiluminación, funcionamiento, WiFi y demás factores que puedan influir en el consumo de energía que en la anterior actualización.
Después de poco menos de un año y medio de uso constante del pequeño Asus la batería ha aguantado alimentando al portátil durante 2 horas y 45 minutos, lo que representa apenas un minuto menos que el resultado del test anterior y demuestra que con el paso del tiempo la autonomía que proporciona este elemento permanece prácticamente constante.
Yo no sé si esto es muy normal, pero en mi casa a ciertas horas del día se llegan a captar hasta 28 redes Wi-Fi con lo que esto implica en términos de interferencias y contaminación electromagnética. De hecho, de vez en cuando mi hermano revisa los canales disponibles para ver cuál es el que tiene menos dispositivos transmitiendo para tratar de evitar que interfieran, pero aun así a veces es sencillamente imposible encontrar un canal libre.
Y como decía al principio, no sé si es muy normal que se capten tantas redes Wi-Fi, pero lo que sí sé es que hace un par de años apenas había tres o cuatro en esta zona y ahora estamos casi en la treintena de redes, de modo que si la progresión sigue así me temo que dentro de unos años va a haber tal cantidad de interferencias que el rendimiento del Wi-Fi va a caer bastante.
En fin, os dejo con un par de capturas (pinchando sobre ellas se ven a tamaño natural) de mi ordenador y del de mi hermano para que veáis con vuestros propios ojos a lo que me refiero.