Madrid de mis amores

Ha pasado ya más de un año desde mi regreso a Madrid: la ciudad que ha sido mi cuna y mi casa durante casi toda mi vida y por la que siento un apego muy especial. Me siento contento y afortunado de haber podido volver a estas tierras; pero sobre todo tengo la sensación de que ahora veo Madrid desde la perspectiva del que la ha echado de menos en la lejanía.

Madrid

Mentiría si dijera que no estuve a gusto en Oropesa del Mar, porque la experiencia de vivir allí durante más de dos años me ha dado alas tanto en lo personal como en lo profesional. Durante ese tiempo aprendí a organizar una casa, a valorar el tiempo libre, a echar de menos a la gente que quiero, a ser totalmente independiente… y en cuanto al trabajo se refiere, lo más satisfactorio para mí fue llevar el control de una planta industrial y dirigir a un equipo humano unido y sólido que espero que nadie desmonte ahora que otra persona es su responsable.

Sin embargo, siempre eché de menos Madrid. Cuando durante esa época de mi vida venía los fines de semana y paseaba con mi novia, siempre decía lo mismo: «Ahora es cuando más cuenta me doy de lo bonito que es Madrid». Por eso, cuando la empresa me ofreció la posibilidad de regresar no tuve que pensármelo mucho: eso significaba estar todos los días cerca de mi gente, volver a pasear por las calles que me han visto crecer y, en definitiva, ser más feliz.

Un rincón a la sombra

Sólo lo sentí por la gente que conocí en Oropesa y de la que no me pude despedir por lo apresurado de mi regreso: el panadero del pueblo, los porteros de la urbanización, Paco el fotógrafo, los camareros de la heladería La Jijonenca, los dueños de Doña Resu, gente relacionada de un modo u otro con mi trabajo… Cuando vuelva por allí y me los cruce aprovecharé la ocasión para disculparme; pero creo que pasará una larga temporada hasta que vuelva a aparecer por aquellos rincones porque, aunque hace ya tiempo de mi regreso, el cuerpo todavía me pide «descansar» de Oropesa. Aun así, creo que en general se habrán alegrado por mí, porque ellos sabían que en mi mente siempre estuvo la idea de volver a Madrid algún día.

Jadines de Sabatini (Madrid)

Madrid es vida y alegría, es gente por todos sus rincones, es tráfico y es polución, es el Retiro y el Palacio Real, es Malasaña y es Chamberí, es el Thissen, el Rastro, las cuatro torres y las corralas de Lavapiés. Madrid son ambulancias sonando en la lejanía, es la Plaza Mayor y el Mc Donalds de Callao, es el Metro entrando en la estación, es una terraza en la Castellana o un autobús descubierto en Colón. Es Cibeles y Neptuno, la M-30 y la Gran Vía, la estación de las Delicias, un enjambre de taxis, una tienda de antigüedades, un malabarista en un semáforo, un bocadillo de calamares.

En barca por el lago del Retiro

Todo eso siempre estuvo ahí, pero es de un tiempo a esta parte cuando he empezado a valorarlo como se merece. Madrid, como toda gran ciudad, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas; pero Madrid siempre será ese Madrid al que odias cuando estás en él pero añoras cuando estás lejos tal y como cantaba Joaquín Sabina.

Palacio de cristal

¡Nos vemos por Madrid!

Un año en Oropesa

Por estas fechas se cumple un año desde que me vine a vivir a Oropesa del mar. Parece mentira, pero ya han pasado doce meses desde que en el puente de mayo de 2011 cogí mis bártulos y dejé la ciudad que ha sido mi casa durante prácticamente toda mi vida.

Un vistazo al mar

Se dice pronto; pero ya he pasado aquí mi cumpleaños, el día de la hispanidad, la festividad de los Reyes Magos, las cuatro estaciones, las fiestas locales, la mayoría de competiciones deportivas que se disputan por temporadas… Y, aunque sean cada cuatro años, también unas elecciones generales.

Un año en el que considero que he crecido mucho en lo personal y en lo laboral, ya que saber compaginar trabajo, tiempo libre y tareas domésticas es todo un arte en el que a día de hoy me defiendo bastante bien. Gracias a la independencia de la que disfruto me estoy convirtiendo en un pequeño Arguiñano y además he aprendido a organizarme mucho mejor que cuando vivía en Alcalá.

Sigilo

Como os podréis imaginar, gestionar todo esto yo sólo tiene una contrapartida que es la ausencia casi total de tiempo libre. Algo que se nota en el ritmo de actualizaciones del blog, pues durante los últimos meses no he podido publicar tanto material por aquí como hubiera deseado. Lo que ocurre es que, como bien comprenderéis, si tengo que racionar el tiempo de ocio del que dispongo, obviamente prefiero coger la cámara y salir a hacer fotos durante un par de horas antes que sentarme al teclado, pues bastante tiempo me paso ya delante del ordenador en la oficina como para seguir en casa en el mismo plan.

Sea como sea, he de reconocer que estoy contento con la vida que llevo. Cierto es que la gente a la que quiero está un poco lejos de aquí y que a veces me siento como un bombero esperando a que suene la alarma para salir a sofocar un incendio; pero mi trabajo me gusta, me motiva y me hace sacar lo mejor de mí y, además de todo eso, el bajar a la calle una mañana de Febrero y disfrutar del mar en completa soledad es un auténtico placer que compensa los días aciagos que acechan cuando a todos os da por venir aquí a la vez.

Paraisos cercanos (Benicassim)

Siempre he pensado que lo que hacemos hoy va marcando el camino hacia el futuro; y estoy seguro de que todo el esfuerzo invertido y todas las enseñanzas que estoy sacando de esta experiencia me servirán para seguir mirando al mañana con optimismo tanto en el aspecto personal como en el profesional.

Ser feliz es lo mínimo a lo que uno ha de aspirar en la vida, y para eso has de ponerle humildad, ganas e ilusión a cada uno de tus actos.

¡Gracias por leerme!

Haciendo balance del 2011

El 2011 terminará dentro de unas horas y, como de costumbre, creo es una buena ocasión para echar la vista atrás y ver qué ha pasado durante los últimos doce meses para así afrontar el nuevo año con perspectiva.

That's me!

En otras ocasiones he desglosado el año por meses; pero en esta ocasión voy a hacer una disección más global en la que la secuencia de los acontecimientos no es tan importante como la conclusión a la que me gustaría llegar, de modo que me gustaría empezar esta historia hablando del que hasta hace poco ha sido mi lugar de residencia.

Alcalá de Henares

Alcalá es la ciudad donde está mi casa, el sitio en el que he crecido y donde reside mi familia y mis mejores amigos. No pasa un día en el que no me acuerde de Alcalá y siempre que tengo ocasión de volver me gusta perderme por sus rincones y encontrarme con toda esa gente que me ha visto a lo largo de todos estos años.

La ciudad de los chapiteles

Sin embargo, pese al cariño que le tengo a mi ciudad, 2011 ha sido el año en el que me he ido a vivir a Oropesa del Mar. Un lugar donde tengo un trabajo que me apasiona, una vida que construyo con mis propias manos y un escenario idóneo para la fotografía que tanto me gusta practicar. A lo mejor algunos de vosotros está pensando que vivir en un lugar de playa donde en invierno no te cruzas con nadie por la calle debe de ser algo insoportable; pero ya os adelanto que yo allí estoy encantado y que lo único malo de es que estoy a 450 Km de la gente a la que quiero.

Contrastes del amanecer

Vida personal

Reconozco que esta nueva vida que ahora llevo me ha hecho crecer como persona, me ha dado mucha libertad, me está enseñando unas cuantas cosas y me está haciendo madurar mucho. Si siempre he sido alguien que concede especial importancia a los pequeños detalles, a lo largo de los últimos meses ese rasgo mío se ha acentuado todavía más; y es que cuando sales un domingo a las ocho de la mañana a dar una vuelta en completa soledad, un amanecer en tonos pastel, una flor desafiando a los acantilados o un gato que te mira con curiosidad desde su escondrijo son cosas que te llenan bastante.

Gato en éxtasis

Y es verdad que hay días en los que es duro llegar a casa y que sólo te espere una pila de platos por fregar; pero eso también hace que los fines de semana en los que puedo escaparme a Alcalá o vienen a visitarme mi chica o mi familia a Oropesa los disfrute con una especial intensidad. De todos modos, como os decía en el párrafo anterior, estoy contento con esta vida que llevo porque siento como si en lo personal hubiera avanzado varios años en tan sólo ocho meses.

Marcos torcidos

Blog

En lo que al blog se refiere, 2011 ha sido un periodo de tiempo en el que han disminuido considerablemente las horas que invierto en este rincón de Internet. Cierto es que sigo publicando artículos con cierta regularidad y que de vez en cuando me siento a responder las dudas que vais planteando en los comentarios; pero hay muchos días en los que no me puedo permitir dedicarle ni un minuto a esto que, al fin y al cabo, no deja de ser una afición como otra cualquiera.

El caso es que entre semana ando siempre liado con temas laborales, y una vez que llega el fin de semana me gusta aprovechar el tiempo libre para hacer fotos, pasear, salir a dar una vuelta en bicicleta… cosas que no impliquen estar delante de un ordenador y me permitan disfrutar un poco de la vida al aire libre.

Tierras altas

Fotografía

Fotográficamente hablando este año ha sido muy continuista: apenas me he comprado nuevos componentes para mi equipo (aunque sí que llegó recientemente la Olympus E-PL1) y lo que he hecho en buena medida es visitar lugares de mi entorno para retratarlos de la mejor manera posible. De cara al año que comenzará en breve me gustaría ampliar horizontes un poco y visitar lugares algo más lejanos que creo que pueden tener un encanto especial. Lo más seguro es que con la llegada de la primavera aproveche algunos fines de semana para moverme por lugares de la provincia con un encanto especial y crear algunas entradas que, como siempre, podréis ir leyendo por aquí.

Por los campos

De cualquier modo, si me siento a ver las fotos que he hecho desde el pasado mes de Enero sí que noto una cierta evolución a lo mejor no tanto a nivel técnico como compositivo; y es que como siempre digo, el mejor consejo para mejorar como fotógrafo es, precisamente, tratar de hacer todas las fotografías posibles y disfrutar al máximo de cada una de ellas. Puede que parezca que el resultado final es lo más importante en una imaegn; pero nunca hay que olvidar que para los que no nos dedicamos profesionalmente a esto es muy importante disfrutar del camino.

The time goes by

Trabajo

En lo laboral, como os decía antes, estoy contento y orgulloso de la tarea que realizo en Oropesa desde que en el mes de Mayo me mudé allí: me gusta mucho lo que hago y además tengo la suerte de contar con un equipo de personas realmente excepcional. En principio no se prevén demasiados cambios de aquí al otoño en este sentido; pero para entonces llegaré a una bifurcación en la que mi vida puede dar un nuevo golpe de timón, aunque para eso todavía falta bastante tiempo y hasta entonces lo único que me preocupa es seguir haciendo bien las cosas.

Agua

Videojuegos

El año que ahora termina ha supuesto para mí un nuevo acercamiento al mundillo del videojuego gracias a la 3DS. No repetiré lo que comenté hace apenas unos días en la entrada que ensalzaba las virtudes de esta consola portátil, pero sí insistiré en que la veo como un soplo de aire fresco en un mercado que considero bastante estancado desde hace tiempo. Obviamente esto es algo que ocupa un papel muy secundario en mi vida; pero creo que la compra de la última portátil de Nintendo ha sido un acierto pese a que mis partidas a Mario Kart, Tetris y similares sean algo bastante esporádico.

A estas alturas tengo claro que nunca volveré a involucrarme en el mundo de los videojuegos tanto como en mi época de redactor de ultimONivel porque mis prioridades en la vida han cambiado mucho desde entonces, pero reconozco que es agradable volver a sorprenderse con algún título que se sale un poco de lo común teniendo en cuenta que llevaba completamente apartado de todo esto desde hace ya un tiempo. Seguramente a lo largo de 2012 volváis a leer alguna entrada sobre esta temática porque es algo sobre lo que me apetece escribir.

Nintendo 3DS

2012

Termina por tanto 2011, que ha sido un año muy intenso y lleno de alegrías del que no me puedo quejar ni lo más mínimo en lo personal ni en lo profesional. Ahora llegará 2012 y aunque sin dudarlo firmaría porque fuera igual que el año que ahora agoniza, en el fondo todos queremos ir siempre a más y yo espero que para cuando hayan pasado sus 366 días (recordad que es bisiesto) pueda volver a mirar hacia atrás y contaros que, pese a que el listón estaba alto, las cosas han ido todavía a mejor.

Horizontes

Cierto es que en estos tiempos la situación económica es complicada, que hay mucha gente que está pasando apuros, que las hipotecas suben y los sueldos bajan… Y está claro que esas cosas yo no las puedo cambiar; pero lo que sí puedo hacer desde este humilde rincón de Internet es ofreceros una dosis de optimismo y, con mis párrafos y mis fotos, haceros pasar un rato entretenido. Al fin y al cabo, la finalidad de este blog no es otra que divertirnos y compartir conocimientos. Eso es lo que he hecho durante este 2011 y lo que seguiré haciendo a lo largo del 2012.

I think it's gonna be a long long time

¡FELIZ AÑO NUEVO!

On the run

Vivir en una localidad costera donde fuera de temporada apenas hay gente es la mejor manera de darte cuenta de que las ciudades están gobernadas por las prisas, los atascos y el minutero del reloj.

On the run

Oropesa del Mar es todavía a estas alturas del año un lugar en el que puedes ir a hacer la compra y estar tú sólo en el supermercado, pasear por la playa a las ocho de la tarde y no cruzarte con nadie pese a que ya hace el suficiente calor como para ir con los pies metidos en el agua, conducir relajadamente para ir a cualquier lugar, poner la música en casa y subir el volumen hasta que retumben las paredes porque sencillamente no hay vecinos a los que molestar…

Muchos de nosotros entendemos el estés de la ciudad como algo natural; pero en realidad es todo lo contrario. Y si bien no es menos cierto que en breve llegará como cada año el mes de Julio con sus hordas de veraneantes y los restaurantes llenos a rebosar; aquí de momento sólo se respira paz y tranquilidad.

Hora de la siesta

Haciendo balance del 2010

Como cada tarde del 31 de diciembre, llega el momento de echar la vista atrás y hacer balance de los últimos doce meses en una costumbre que viene ya de lejos y que considero imprescindible para afrontar el nuevo año con perspectiva.

Enero de 1987

Un año para recordar

He de admitir que 2010 ha sido el mejor año de mi vida en todos los aspectos: laboralmente las cosas han ido francamente bien y en lo personal el año comenzó con un viaje por Bruselas y alrededores que me dio una perspectiva muy interesante. Durante aquellos cuatro días, además de visitar lugares fantásticos, me conocí mejor a mí mismo y afiancé todavía más mi idea de que la felicidad reside en las pequeñas cosas. Como os digo, aquel viaje lo aproveché al 100% y prueba de ello es que de él vienen recuerdos a mi memoria prácticamente a diario.

A medida que fue pasando el año prosiguieron las buenas sensaciones por unas cosas o por otras (vacaciones, amigos, cafés…) y ya casi terminando el 2010 sentimentalmente también me llevé una buena alegría conociendo a una persona maravillosa con la que me encanta compartir el tiempo y junto a la que me siento plenamente feliz.

La fotografía

En temas fotográficos, si miro mi evolución a lo largo del año me doy cuenta de que he aprendido y he mejorado mucho durante los últimos doce meses. En este momento me siento fotográficamente completo y con el equipo del que actualmente dispongo puedo plasmar las cosas desde mi particular punto de vista sin echar grandes cosas en falta. La llegada de la D300 supuso un buen impulso a mis aspiraciones fotográficas; algo a lo que también contribuyeron decisivamente los diferentes objetivos que han ido llegando a mis manos y a los que cada día saco más partido.

Prohibido...

Sin embargo, más allá de las cámaras y los objetivos que pueda tener, lo que más me gusta es ver que día a día se me ocurren nuevas ideas para hacer fotografías y gracias a ello cada vez que salgo a la calle de safari fotográfico disfruto como un auténtico niño.

El blog

Y en cuanto al blog, pues no podría estar más contento: vuestra afluencia sigue al alza, compruebo que los artículos de fotografía son apreciados y valorados, mucha gente enlaza a este rincón de Internet en foros y en otros blogs… Si bien tengo la espinita clavada de llevar tiempo sin responder a los comentarios pendientes y el hecho de que tengo una buena colección de consultas realizadas por email a la espera de contestación (pido perdón por ello). Quisiera poder llevar todo eso al día, pero en los últimos meses dispongo de tan poco tiempo libre que si saco un rato para el blog lo invierto en crear nuevos artículos. Sea como sea, espero encontrar una solución a esto en breve plazo de tiempo porque ya os digo que para mí es el único «pero» relacionado con el blog.

Dell Inspiron Mini 10

El futuro

No soy adivino y por lo tanto no tengo ni la menor idea de cómo será este 2011 que comienza en apenas unas horas; pero sí que os puedo decir que en No sé ni cómo te atreves seguiréis encontrando nuevos contenidos porque por mucho trabajo que tenga siempre sacaré unos minutos para hablaros de alguna técnica fotográfica, contaros alguna historia cotidiana o mostraros alguna imagen de la que me sienta orgulloso. Además, si todo sigue los cauces previstos, durante este 2011 habrá muchas vivencias que contaros de un tipo que siempre le pone ganas e ilusión a todo lo que hace.

Tonos pastel

Muchas gracias por vuestras visitas (mañana os daré algunas cifras tanto del mes de diciembre como del 2010 al completo), estrenad el año en buena compañía, sed constantes en todo lo que hagáis y empeñaos en ser felices todos los días de vuestra vida.

Después de todo esto ya sólo me queda desearos…

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!

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Selección de artículos publicados durante 2010

Puesto que estamos a punto de cerrar el año, creo que puede ser un buen momento para remontarnos al pasado 1 de Enero e ir recopilando algunos de los artículos más representativos que han aparecido en el blog a lo largo de los últimos doce meses para así ver el 2010 en perspectiva.

Del mismo modo, he decidido incluir otras tantas imágenes para también dar cuenta de forma visual de aquellas cosas que he ido captando a través de la cámara en los últimos tiempos; sobre todo porque, como vais a ver a lo largo del artículo, ha sido un año en el que la fotografía ha tenido un papel protagonista.

Enero

Se veía venir que 2010 iba a ser un año muy fotográfico porque comenzó con una excursión fotográfica por Redueña. Del mismo modo, el día de Reyes aproveché para dar una vuelta con mi cámara por algunas calles de Madrid y apenas un par de días después llegó a mis manos el Nikon 55-200 VR seguido poco después de una Nikon EM de 1979. También hubo sesión fotográfica cuando el 11 de Enero nevó con fuerza sobre Alcalá. Precisamente hablando de Alcalá, a finales de mes se me ocurrió una breve entrada sobre la calle Mayor que tuvo bastante éxito entre vosotros.

Siluetas alcalaínas

Febrero

Durante este mes decidí hacer público que abandonaba definitivamente el equipo de ultimONivel porque mis obligaciones laborales y mi progresiva desconexión del mundo de los videojuegos me habían llevado a un punto en el que no me sentía capaz de aportar gran cosa a la web. A otro paseo por Madrid (en esta ocasión tras una tarde de lluvia) le siguió la compra de mi actual netbook y a continuación emprendí un viaje por Europa de cinco días que me llevó a visitar Bruselas, Colonia, AmsterdamBrujas. Además, durante aquellos días el blog alcanzó el medio millón de visitas.

Viaje a Bruselas, Colonia, Amsterdam y Brujas (Feb. 2010)

Marzo

Marzo comenzó con un artículo sobre macro económico que ahorró dinero a bastante gente y continuó con tres entradas consecutivas mostrando el aspecto de las cosas antes, durante y después de la lluvia. A mediados de mes redacté una de las entradas que es culpable en buena medida de la popularización del blog en los últimos meses y que trata sobre el eterno dilema Nikon vs. Canon. Del mismo modo, durante esos días publiqué otra que versaba sobre cómo podíamos mejorar la nitidez de nuestras fotografías y que por lo que he podido ver en los comentarios os ha sido de utilidad a muchos de vosotros.

Visión doble

Abril

La llegada de la primavera trajo algo de inspiración fotográfica y un artículo sobre el derecheo del histograma. Una reseña del siempre acogedor Buddy Holly’s junto con las fotos de las jornadas de la casa de Castilla-León en las que hubo juegos tradicionales, teatro y bailes así como una tarde volando aviones con Joe cerraron un mes en el que el sol y el color hicieron acto de presencia después de un invierno especialmente frío.

Miradas

Mayo

El buen tiempo y las horas de luz del mes de Mayo propiciaron excursiones como mi segunda subida a la torre de Santa María en la cual hice una foto que emplearon como portada para la revista del colegio de administradores de fincas de Madrid. Del mismo modo, una fotografía que realicé en unos trigales apareció en el tiempo de TVE y en cuanto a artículos técnicos escribí uno sobre la profundidad de campo y su relación con la apertura, completando así un mes de lo más fotográfico.

Volando aviones cerca de Camarma

Junio

El mes comenzó con una nueva sesión de pilotaje de aviones RC de la que salieron unas cuantas imágenes muy coloridas y siguió con una kedada motera en la plaza de Cervantes a la cual me acerqué con mi cámara. Durante esos días también llegó mi fiel Nikon 16-85 VR que me ha dado muchas alegrías desde entonces. Finalmente, la última semana de Junio la pasé de vacaciones en tierras oropesinas donde disfruté de un tiempo espectacular y una tranquilidad que en ese momento era una completa novedad para mí.

Verano azul

Julio

El siempre caluroso mes de Julio empezó con una sencilla explicación sobre el funcionamiento de una EDAR y siguió con una disertación sobre las novedosas cámaras EVIL. De cualquier modo, fotográficamente hablando, lo más importante del mes fue la llegada de la D300 a mis manos y mis primeras impresiones con ella; momento a partir del cual se abrió ante mí todo un mundo de nuevas posibilidades creativas.

Cardo de las alturas

Agosto

Con la cantidad de horas de luz que hay en agosto era inevitable dedicar una entrada a la importancia de la iluminación en la fotografía de exteriores; pero tal vez lo más divertido del mes fueron mis excursiones fotográficas a Villar del Olmo, Fuentes de la Alcarria, Brihuega y Torija.  En lo técnico, disfruté mucho explicándoos la importancia de las protección eléctricas que todos tenemos en casa y mostrando la primera imagen del enorme Nikon 80-200 f/2.8 nada más llegar a mis manos.

Ferias y Fiestas Alcalá 2010

Septiembre

En este mes que marca el fin del verano y la vuelta a las clases llegó la review del Nikon 80-200 f/2.8 que os presenté a finales de agosto así como una serie de entradas mostrándoos los resultados en diversas situaciones como en un desfile de gigantes y cabezudosun partido de fútbol. En cuanto a los aspectos técnicos de la fotografía, lo más destacado fue la entrada sobre la siempre eficaz regla de los tercios.

Indicios del otoño

Octubre

A primeros de mes se me ocurrió redactar un artículo que hablaba sobre lo bien que se adaptan los teleobjetivos de apertura generosa al género del retrato; y unos días después redacté una breve reseña con motivo del tercer aniversario del  blog donde podíamos ver unas cifras realmente sorprendentes. Por lo demás, durante esos días los candados y las cadenas fueron una buena fuente de inspiración para mis imágenes y también tuve ocasión de hacer unas fotos a un compañero de trabajo que en sus horas libres juega en un equipo de fútbol. Por último, el mes se cerró con la compra de mi actual cámara compacta en el Corte Inglés aprovechando una jugosa promoción.

Apmomp (retrato de medio cuerpo)

Noviembre

Pasé casi todo el mes de Noviembre en Oropesa del Mar; pero esto no impidió que hubiera algunas entradas de interés como aquella en la que ponía de manifiesto la belleza del lugar gracias a la soledad y la tranquilidad que reinaba por allí o aquellas en las que retrataba los amaneceres y atardeceres que se divisaban cada día. En cualquier caso, una de las anécdotas más curiosas fue la protagonizada por una familia que tras pedirme una foto me invitó a comer con ellos en su propia casa.

Sol de otoño

Diciembre

Durante los días que llevamos del mes de diciembre he escrito alguna cosa que, por las cifras de visitas y vuestros comentarios, parece ser de vuestro interés. En concreto me refiero a los artículos sobre la ciudad fantasma de Torre la Sal, la review de mi lector de libros electrónicos y lo de no publicar en Internet fotos de vuestras llaves. En cuanto a lo técnico, espero que el artículo sobre la poca importancia de los megapixels vaya calando poco a poco entre vosotros y para cerrar el año he optado por hablar de tres elementos que siempre son una fuente de inspiración para mí a la hora de hacer fotografías.

Paseo matutino

Un año de lo más productivo

Como veis, 2010 ha sido un año muy productivo en lo que al blog se refiere. Sin embargo no es éste el momento de ponernos a hacer balance porque eso es algo que reservo para la tarde del día 31. Lo que hoy pretendía era simplemente ir haciendo un repaso mes a mes de lo que ha dado de si el año para poder ver en conjunto todo lo que ha acontecido a lo largo y ancho del mismo.

Un saludo y muchas gracias por vuestro tiempo.

Cosas que sólo suceden en los pueblos

Hay cosas que nunca sucederían en las ciudades; y la que me ocurrió hace unos días en las cercanías de Oropesa es una de ellas:

Era un domingo después de comer, y viendo que hacía un día estupendo para hacer fotografías me acerqué por segunda vez al balcó para captar desde allí algunas imágenes pintorescas del lugar. Uno de esos días de viento en los que la atmósfera está tan limpia que la vista alcanza decenas de kilómetros. De hecho, incluso en algunas fotografías que hice se llega a apreciar con claridad la localidad de Peñíscola, que está a aproximadamente 45 Km en línea recta desde donde yo estaba.

Vistas desde el balcó

Una vez allí arriba y tras hacer unas cuantas fotografías pensé que ya que había salido de casa podría aprovechar la tarde acercándome a Torre la Sal; un minúsculo pueblo pesquero formado por apenas una veintena de casas bajas a la orilla de una pequeña playa con abundantes formaciones rocosas. Es un lugar por el que no parecen haber pasado las últimas dos o tres décadas, pues conserva buena parte de su esencia familiar y acogedora. En definitiva, un buen lugar para dar un paseo y captar algunas imágenes.

Pues bien, estaba caminando por la acera que hay entre las casas y la playa cuando unas animadas voces me sacaron de mis pensamientos: se escuchaba a un grupo de personas en el porche de una de las casas en la típica sobremesa mediterránea que se alarga hasta bien entrada la tarde. Y el caso es que según pasaba delante de la vivienda en cuestión una chica se asomó entre unas cortinas y me dijo: «oye, ¿nos puedes hacer una foto?».

En ese momento no supe qué contestar porque no tenía claro si la cosa iba de broma o en serio, de modo que ante mi cara de asombro añadió: «Es que nos hemos juntado la familia y nos gustaría tener una foto de recuerdo pero no tenemos cámara, ¿nos la puedes hacer tú?». Y el caso es que me pareció algo raro, pero al fin y al cabo tenía toda la lógica del mundo, de modo que accedí a hacerles el favor.

Torre la Sal

Al pasar al porche me encontré a una decena de personas sentadas en torno a una mesa sobre la cual descansaban los restos de una paella, un par de botellas de vino y unos cuantos vasos de té todavía vacíos. De inmediato empezaron a decir «¡Hombre, ya tenemos fotógrafo!» y cosas así, de modo que les indiqué que se juntaran un poco para ver si podía meterlos a todos en la misma imagen (menos mal que en la mochila llevaba el 16-85 VR, porque con el 50mm que llevaba montado en la cámara en ese momento hubiera sido imposible dado las escasas dimensiones del lugar) y me puse manos a la obra.

Hice un par de pruebas y a la tercera fue la vencida, de modo que pedí alguna dirección de correo donde enviar la fotografía y uno de los integrantes de la comilona me facilitó la suya. Sin embargo, lejos de terminar ahí la cosa, me sorprendió que aquellas personas que acababa de conocer me invitaron a sentarme en su mesa y me ofrecieron su comida y su bebida. Yo ya había comido en mi casa (y mucho además) de modo que decliné la invitación; aunque sí me apunté al té que estaban preparando en ese momento. Sacaron una silla más del interior de la casa, se apretaron un poco y allí, como uno más de la familia, empecé a charlar con ellos y a preguntar algunas cosas sobre el pueblo y las montañas cercanas.

Aquella gente vivía todo el año allí, y enseguida se ofrecieron a acompañarme si un día me animaba a hacer alguna excursión por la zona; algo de lo que tomé buena nota porque en un futuro tengo pensado recorrer éste y otros rincones de la provincia acompañado de mi cámara en un proyecto de futuro del que todavía no os he dicho nada pero cuyos rasgos principales ya tengo en la cabeza.

Torre la Sal

Sea como sea, mi mayor sorpresa llegó a la hora de despedirme, pues el cabeza de familia me dio las gracias por la foto y por haberme sentado con ellos a compartir anécdotas por un rato para decirme a continuación: «Nosotros nos juntamos aquí a comer todos los domingos, así que si un día te quieres venir estaremos encantados y serás uno más de la familia». Sorprendido por aquello me despedí con gratitud y me encaminé hacia mi coche, que estaba aparcado a pocos metros del paseo que se ve en la fotografía que tenéis sobre este párrafo.

Mientras regresaba a casa pensaba en aquella frase y lo que implicaba: una familia te pide que les hagas una foto y como agradecimiento te sientan a su mesa y te invitan a que formes parte de ellos por un rato el día que te apetezca. Yo no sé si en Madrid o en cualquier otra gran ciudad ocurren este tipo de cosas, pero me da que no. Estoy seguro de que esto es algo que sólo pasa en esos pueblos tranquilos y humildes donde sus vecinos todavía creen en las personas.

La Oropesa más solitaria que he conocido nunca

Hola a todos/as:

Como ya habréis podido comprobar, estos días no tengo demasiado tiempo de actualizar el blog. De cualquier modo, me gustaría comentar que estoy disfrutando mucho de lo que estoy haciendo aquí, que el tiempo está siendo impresionante (lástima que entre semana no pueda sacar un rato para dar un paseo por la playa) y que los fines de semana estoy aprovechando para sacar la cámara y hacer algunas fotos de un lugar que ahora mismo transmite paz y sosiego.

Playa de la concha

Sin ir más lejos, las imágenes que ilustran esta breve entrada han sido tomadas durante estos dos últimos fines de semana y dan buena cuenta de lo que se puede uno encontrar por aquí en esta época del año: una soledad casi absoluta y puestas de sol impresionantes. Os aseguro que un simple paseo por sus calles al caer el sol es una auténtica terapia relajante que le deja a uno completamente nuevo.

Atardecer

De todos modos, aunque se hace un poco rara la sensación de no ver apenas a nadie por las calles, no os podéis imaginar lo mucho que valoro la tranquilidad que reina a cualquier hora (algo muy diferente al habitual colapso de Agosto en cualquier sitio de playa). A ver si puedo ir sacando un rato de vez en cuando para ir escribiendo algunos artículos, porque la verdad es que el entorno es muy «inspirador» y tengo ya en mi libreta unas cuantas ideas que se me han ocurrido a lo largo de estos diez días que llevo por aquí.

Sol de otoño

¡Un saludo desde tierras castellonenses!  😉

La virtud de la paciencia

Hay gente que no lleva nada bien las esperas por breves que sean. Se trata de esas personas que todos hemos visto alguna vez y que se caracterizan porque en la consulta del médico están dando paseos de esquina a esquina constantemente, en el supermercado se lanzan en pos de ser los primeros de la fila de la caja que acaban de abrir y a la hora de conducir circulan a escasos centímetros del parachoques del vehículo que les precede.

La espera eterna

A mí, sin embargo, las esperas nunca me han supuesto ningún problema: de hecho me gusta llegar a los sitios con tiempo para, una vez allí, dedicarme a observar el entorno y recrearme en algunos detalles. Cuando quedo con alguien a una hora determinada y se retrasa un rato en la mayoría de las ocasiones viene pidiéndome perdón por la tardanza; y aunque sé que mi habitual «no te preocupes, a mí no me importa esperar» le suena a forma políticamente correcta de aceptar sus disculpas, en realidad le estoy diciendo una verdad como una catedral. Para mí, una espera no es una pérdida de tiempo; sino una ocasión perfecta para detenerse por un rato, mirar alrededor y aprender todo lo posible.

Esto mismo aplicado a una escala mayor representa mi propia filosofía de vida según la cual lo importante no es tomar atajos para llegar a los sitios lo antes posible; sino elegir un itinerario que te permita contemplar paisajes desconocidos de los que poder disfrutar y aprender al mismo tiempo. Precisamente, la carretera por la que circulo desde hace meses me sigue enseñando cosas sorprendentes cada día, pero en la lejanía veo un pueblo costero en el que voy a hospedarme durante unos días para empezar a trazar mi futuro más inmediato.

Carreteras

Al fin y al cabo, las carreteras menos transitadas son las que llevan a los lugares más bellos.

M-230, Km 3

La vida es una carretera de montaña en la que nunca se sabe lo que vendrá detrás de cada curva. En ocasiones una placa de hielo nos pillará desprevenidos y nos dará un buen susto; pero otras veces tendremos ante nuestros ojos un paisaje de ensueño que merecerá la pena contemplar.

Sea como sea, mi filosofía de vida consiste en no tomar atajos, circular a la velocidad adecuada e ir con los ojos bien abiertos para aprender todo lo posible durante el trayecto. De ese modo, cuando uno llega a su destino lo hace con una sonrisa en la cara y la sensación de que cada kilómetro ha merecido la pena.

Los silencios del amanecer

Hay gente que pone cara rara cuando digo que tengo por costumbre madrugar los fines de semana y dar una vuelta por las calles de Alcalá. Muchas veces voy con mi cámara en busca de imágenes que reflejen la tranquilidad de los rincones por los que paso, pero mi mayor motivación está en el silencio que se respira cuando un sábado o un domingo el sol acaba de salir por el horizonte.

El trasluz del amanecer

Si doy una vuelta por la tarde es posible que me lleve algo de música para animar mi caminata; pero a primera hora de la mañana el verdadero placer está en escuchar mis propios pasos retumbando en el asfalto, en disfrutar del canto de los pájaros que parecen extrañarse de la presencia de alguien a esas horas, en sobresaltarme con el crujido de algunas persianas levantándose poco después del despertar de sus dueños…

En esas circunstancias es cuando más disfruto de la ciudad, porque durante toda la semana estoy tan acostumbrado a los atascos, las prisas y el bullicio que, en realidad, los silencios del amanecer hacen que Alcalá parezca un lugar mucho más pequeño de lo que en realidad es.

Indicios del otoño

Dando una vuelta el sábado a primera hora por la plaza de Cervantes no pude evitar fijarme en que las primeras hojas secas comenzaban a hacer acto de presencia sobre las aceras.

Indicios del otoño

Un año más el otoño vuelve a dar indicios de su llegada presagio de que dentro de unas semanas una alfombra marrón cubrirá todos los rincones de la ciudad convirtiéndose en diversión para los niños, fuente de inspiración para fotógrafos y la peor pesadilla de los barrenderos.

La rubia de la mesa del fondo

Dejé la cámara en la mesa, apuré el último sorbo de mi té rojo y me puse en pie. En aquel local abarrotado nadie pareció extrañarse por aquello a excepción de mi hermana y su novio.

¿Te apetece un té?

-¿Cómo que no me atrevo? Pues fijaos bien, porque igual os lleváis una sorpresa.

Saqué de mi cartera un pequeño rectángulo de cartulina y me lo guardé en el bolsillo de la camisa mientras salía con cierta torpeza del estrecho hueco que había entre el asiento y la mesa. Frente a mí, mis dos acompañantes me miraban con una mueca muy particular mezcla de sorpresa e incredulidad.

A la vista de cualquiera no aparentaba estar nervioso, pero confieso que por dentro me estaba empezando a arrepentir de haber tomado aquella precipitada decisión. Suelo pensar mis actos al menos una vez (a veces incluso más de dos) pero en esta ocasión actué movido por un impulso que no sabía muy bien dónde me llevaría y ya era demasiado tarde para echarse atrás.

Abotoné los puños de mi camisa que hasta ese momento había estado remangada y comencé a recorrer los escasos metros que me separaban de la mesa que ocupaba aquella chica rubia de ojos muy pintados y sus amigas. Al tercer paso se percató de mi presencia y posó su mirada suavemente sobre mí como quien observa casi sin moverse a un gato callejero para que no salga corriendo; algo que me hizo plantearme por un instante dar la vuelta y abortar aquella tontería. Sin embargo seguí adelante y una vez plantado junto a su silla comencé a improvisar un monólogo del que no tenía muy claro que fuera a obtener algo positivo.

-Hola -dije tratando de parecer seguro de mí mismo-. Verás, es que me he dado cuenta de que hemos cruzado la mirada un par de veces y cuando se lo he comentado a mi hermana y a su novio me han retado a que me acercara y te dijera algo. En un primer momento había pensado en preguntarte cualquier cosa intrascendente y volver a mi asiento sin más, pero ya que me he lanzado a la piscina quería darte esta tarjeta porque una vez metido en este fregado sé que puede salir algo interesante de la experiencia y me gustaría que lo leyeras.

Tarjeta de presentación blog

-Ah, claro -continué-. Primero te tendría que haber dicho que me gusta escribir relatos cortos de vez en cuando, pero como siempre he sido un poco negado a la hora de enfrentarme al reto de la hoja en blanco se me ha ocurrido aprovechar esta extraña situación para redactar algo cuando llegue a casa y me siente delante del teclado. Y oye, supongo que estarás pensando que soy el típico pesado que debería de haberse quedado sentadito en su sitio, pero bueno, como me conozco sé que no podía quedarme de brazos cruzados sin más porque en el fondo más vale arrepentirse de algo que has hecho que arrep…

Una ligera sonrisa empezó a esbozarse en sus labios y cuando me di cuenta detuve en seco mis palabras. Tanto ella como sus compañeras de mesa me miraban con expresión divertida, pero eso es algo con lo que ya contaba desde el momento en que se me pasó por la cabeza llevar a cabo aquella pequeña locura. Sin embargo, lejos de molestarse aquella chica comenzó a hablar y dijo algo que me sorprendió muchísimo:

-Bueno, hay que admitir un poco pirado sí que estás; pero te estaba mirando porque te he reconocido en cuanto te he visto con la cámara. Eres Luis y sigo tu blog desde hace unos meses. Lo encontré buscando fotos de la estatua de Cervantes para ilustrar un trabajo de la universidad y a partir de ahí empecé a leer todo lo que escribes. Además, sé que vienes mucho al VIPS y como nosotras cenamos aquí a menudo ya había pensado que antes o después acabaríamos encontrándonos.

Admito que aquello era lo último que podía esperar y me quedé bastante desconcertado: aquella chica era una de esas personas que se pasan de vez en cuando por mi blog y leen mis pequeñas aventuras de cada día. Por las estadísticas que publico cada mes veo que hay bastante gente que lo hace, pero en contadas ocasiones puedes ponerle voz y rostro a esas visitas casi siempre anónimas. Sin embargo, pese a lo sorprendido que me encontraba logré recomponerme con relativa rapidez y sacar de la chistera una respuesta más o menos ingeniosa para aquella extraña situación:

-Vaya, pues sí que está cogiendo fama el dichoso blog. Al final voy a tener que venir a tomar un té con gafas de sol para pasar desapercibido -dije mientras me rascaba la barbilla con mi dedo índice y ponía cara de circunstancias.

Aquello pareció hacerle gracia porque se rió abiertamente y a continuación me invitó a que me sentara a su lado, de modo que acepté su ofrecimiento y estuvimos charlando unos minutos sobre Alcalá y algunos artículos del blog, sorprendiéndome muy gratamente por la cantidad de detalles de diversas entradas que recordaba; sobre todo de aquellas que ilustran con fotografías diferentes rincones de la ciudad. Así, me enteré de que se llamaba Sandra, que había estado hace cinco o seis años pasando un par de semanas en Oropesa del Mar, que tenía una Canon 450D y que me había visto hace unos días haciendo fotos a los rosales de la plaza de Cervantes.

-Bueno, en cualquier caso guárdate la tarjetita. Aunque ya conozcas el blog es un recuerdo simpático de este encuentro.

-Muchas gracias -me dijo al tiempo que la miraba con curiosidad por ambas caras-. Seguro que mañana escribes un relato o algo así de esto, ¿verdad?

-Sí, eso seguro. Ya veo que me conoces bien -dije entre risas-. No sé si será mañana o dentro de unos días porque últimamente no tengo tanto tiempo para escribir; pero como te decía antes, estas cosas son siempre las que me dan la chispa para desarrollar mis relatos y mis historias. Si te pasas dentro de una semana por el blog seguro que te encuentras una entrada que te resulta familiar.

-Vale, estaré atenta. Y gracias por la tarjeta, es muy original.

Nos dimos dos besos a modo de despedida y solté un alegre «hasta luego» a las tres acompañantes de Sandra antes de levantarme y dirigirme de regreso hacia mi mesa. Mientras me acercaba las caras alucinadas de Estela y Joe pedían información sobre lo que había sucedido con la rubia de la mesa del fondo.

-No os lo vais a creer… -dije nada más sentarme.

Quilmes

Apacible soledad

Se me hizo raro ver mi urbanización de toda la vida casi en completa soledad durante la semana que pasé recientemente en Oropesa del Mar. Habituado al barullo vacacional de los meses de Julio y Agosto la sensación al sentarme en el jardín después de comer y no escuchar absolutamente nada a mi alrededor fue toda una novedad para mí.

Rodeado

Prueba de ello es esta imagen que capté en unos de esos momentos de tranquilidad que os comento y que muestra el ambiente reinante durante aquellos días.

¡Cómo me gusta descubrir ese tipo de sensaciones!  ^__^

Tiempo libre y labores blogueras

Aunque hace unas semanas ya os comenté algo sobre esto, quisiera hacer hincapié sobre un aspecto del blog que me gustaría que tuvierais en cuenta: desde hace algo más de un mes he comenzado a trabajar también por las tardes; de modo que de lunes a viernes salgo de casa sobre las ocho, vuelvo a mediodía apenas para comer y descansar media horita, vuelvo a la depuradora y ya regreso definitivamente a casa con el tiempo justo para darme un breve paseo y pegarme una ducha antes de cenar.

Cruce de caminos

Debido a esta ampliación de funciones, mi tiempo libre se ha visto drásticamente reducido; y de ahí que no actualice el blog tan a menudo como antes. Y es verdad que sigo manteniendo una cierta regularidad a la hora de publicar contenidos por aquí, de tal modo que no dejo pasar más de un par de días sin sacar alguna nueva entrada, pero tened en cuenta que el poco tiempo libre del que ahora dispongo he de repartirlo entre todas las actividades que, como cualquier persona, suelo practicar de forma habitual: salir a hacer fotos, leer algún libro, ver a los amigos, escuchar música, ir de compras, estar con la familia, tomar un café, pasear sin rumbo, responder correos pendientes… y, por supuesto, también sigo ideando y escribiendo nuevos contenidos para el blog.

Digo esto porque soy consciente de que a veces se me acumulan unos cuantos comentarios por responder y que algunos de vosotros os impacientáis si habéis planteado alguna consulta y veis que no obtenéis respuesta por mi parte en tres o cuatro días. Entiendo que antes respondía a los comentarios que dejáis prácticamente a diario y tal vez os sintáis molestos con ese retraso que os comento; pero os aseguro que después de estar todo el día en la oficina batallando con mil y una historias no me apetece demasiado seguir mirando una pantalla de ordenador en casa y siempre procuro hacer cosas que no tengan que ver con ello.

Capirote

De todos modos, el tema de los comentarios y los correos lo tengo muy controlado y no se me escapa ni uno, por lo que antes o después obtendréis respuesta por mi parte. Normalmente suelo aprovechar los fines de semana para este tipo de cosas; pero hay algunos en los que apenas paro por casa porque cuando ahora tengo auténtico tiempo libre me gusta invertirlo fuera de cualquier espacio cerrado. Aun así, a partir de ahora voy a tratar de que no se amontonen demasiados comentarios sin responder porque llevándolos más al día al final saldremos ganando todos.

¡Gracias por vuestra comprensión!  ^__^