Patio de vecinos

Hoy os presento un experimento fotográfico que mezcla una extraña especie arbórea, unas cuantas palomas, una pizca de suerte y una buena ración de post-proceso al que finalmente he decido llamar «Patio de vecinos».

Patio de vecinos

Viendo ese extraño arbusto con varias palomas colocadas azarosamente en sus ramas no tardé en ponerme la cámara a la altura de los ojos, elegir una apertura intermedia y pulsar el disparador hasta la mitad de su recorrido. En principio las aves estaban completamente quitas y ajenas a mí; pero en el momento en el que la cámara emitió el habitual «bip» confirmando el enfoque algunas de ellas movieron sus cuellos en busca de aquel extraño sonido y una en concreto comenzó a agitar sus alas para salir volando de allí.

Ese fugaz instante fue el que mi cámara captó; y una vez en casa, jugando con los colores y el viñeteo, di al final con esta extraña composición que al menos se sale un poco de mis fotografías habituales. Y es que tan importante como captar las cosas con las que uno se siente más a gusto es experimentar y jugar un poco con conceptos nuevos que nos abran nuevos horizontes fotográficos.

Bajo las vías

Ya conocéis esa fijación mía por las cosas que convergen en un punto de fuga a la hora de hacer fotografías. Es algo que me ha acompañado desde siempre y que no puedo evitar allá donde vaya.

Pues bien; uno de esos lugares es un túnel peatonal que cruza bajo las vías del tren muy cerca de la estación de Oropesa del Mar; y precisamente dando una vuelta por allí hace unos días con mi cámara en la mano es cuando se me ocurrió captar esta imagen a la que posteriormente apliqué un proceso cruzado para darle un aire más irreal:

El túnel

Puede ser una hilera de cipreses, un montón de coches en un atasco o un desfile militar; pero las cosas que se encuentran dispuestas en hilera siempre consiguen que fije mi atención (y el visor de mi cámara) sobre ellas. De hecho, ya tengo la siguiente imagen de este tipo compuesta en mi cabeza; así que ahora sólo tengo que ir hasta allí y apretar el disparador.

El telémetro electrónico: un buen aliado para el enfoque manual

El telémetro electrónico es una gran ayuda a la hora de utilizar el enfoque manual en nuestras cámaras réflex al tiempo que representa un elemento que mucha gente desconoce y al que se puede sacar bastante partido si sabemos hacer uso del mismo.

Paseantes de la calle Mayor

La cosa es tan simple que se puede explicar en apenas dos líneas; pero ya que estamos intentaré ahondar un poco más en ello. De hecho, lo que corresponde a tan pomposo nombre no es más que un pequeño punto de color verde que se ilumina en la esquina inferior izquierda del visor en las réflex Nikon (en la inferior derecha en las fabricadas por Canon) cuando el motivo situado bajo la zona de enfoque seleccionada aparece completamente nítido. Por cierto, aprovecho para comentar que en modo manual tan sólo podemos seleccionar un área de enfoque de todas las que la cámara tenga disponibles.

Visor de una Nikon D300 con todos los indicadores activados. El telémetro electrónico está marcado con (1) en la esquina inferior izquierda

En los modelos más profesionales de cámaras ese punto verde del que os hablaba viene acompañado de una flecha en cada sentido que indica la dirección en la que habrá que girar el anillo de enfoque para que el motivo seleccionado aparezca nítido en el encuadre. De ese modo será más rápido enfocar manualmente porque no corremos el riesgo de empeorar la situación desenfocando más todavía la imagen si giramos el anillo en sentido contrario; pero el caso es que la utilidad del telémetro electrónico ya sea en una D3s o en una humilde D40 es la misma: ayudarnos a enfocar en modo manual.

Debemos tener en cuenta que los sensores de enfoque funcionan mejor cuanta más luz llegue hasta su superficie; y debido a ello, las propias instrucciones de la cámara nos indican que para el uso del telémetro electrónico hemos de emplear objetivos cuya apertura máxima sea de al menos f/5.6, lo que engloba a la práctica totalidad de ópticas Nikon comercializadas en las últimas décadas ya que por lo general esa apertura corresponde a la máxima distancia focal los zoom más básicos de la marca japonesa.

Mi hermana tomando un café en el Buddy Holly's

Como os decía al principio de este artículo, el telémetro electrónico (también hay gente que lo llama «confirmación de enfoque») puede resultar de gran ayuda a la hora de enfocar en modo manual ópticas antiguas que carecen de autofocus ya sea porque nuestra cámara no posee motor interno o porque directamente se trata de una óptica que no posee ningún tipo de enfoque automático como es el caso de mi querido ojo de pez Falcon 8mm f/3.5.

Sobre todo en cámaras de formato DX equipadas con un visor de pequeño tamaño y sin ningún tipo de pantalla partida de enfoque (como la que tiene mi Nikon EM de 1979) puede ser un aliado inestimable a la hora de conseguir un enfoque preciso y jugar con la profundidad de campo, ya que a la hora de emplear las aperturas más grandes es realmente complicado afinar el enfoque mirando simplemente por el visor.

Columnas

Sin ir más lejos, se trata de una situación que experimenté muchas veces en el pasado con mi anterior D40 y el Nikkor AF 50mm f/1.8D, ya que al no ser un objetivo de tipo AF-S había que enfocarlo forzosamente a mano en esa cámara. Estoy seguro de que el enfoque en la siguiente fotografía no hubiera sido tan preciso de no haber sido por la colaboración del telémetro electrónico.

Detalles complutenses (I)

Como ya habréis visto alguna vez en esta serie de artículos sobre fotografía, hay pequeños detalles en las cámaras que nos hacen la vida un poco más fácil y a veces, ya sea por ignorancia o por pereza, no hacemos uso de ellos haciendo que nuestras fotos no luzcan tan bien como podrían. Os aseguro que con dedicarle cinco minutos a probar alguna de estas características, bajo ciertas circunstancias vuestras imágenes ganarán unos cuantos puntos, ya lo veréis.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

A las puertas de la primavera

Después de un invierno en el que no ha parado de llover, la naturaleza empieza a mostrar ahora su cara más hermosa. Y no sólo porque el sol haga acto de presencia cada vez durante más horas bañándolo todo de luz y calor; sino porque los tonos que han adquirido en apenas unos días los paisajes que rodean Alcalá hacen presagiar que la primavera está a punto de aparecer y que lo hará con una fuerza inusitada.

Ponerle puertas al campo

Indicios de primavera II

Henares

Indicios de primavera I

Indicios de primavera III

Después de la lluvia

Después de la lluvia tenemos la oportunidad de disfrutar del colorido que la naturaleza adquiere durante unas horas. Después, el sol se encargará de secar todo y devolver a las cosas sus colores algo más apagados; pero mientras la hierba y los árboles están todavía mojados la riqueza cromática es sencillamente espectacular.

Y es precisamente esto lo que he intentado retratar en estas imágenes que, junto con las dos entradas anteriores, intentan demostrar que incluso en los días de lluvia y mal tiempo se pueden conseguir fotografías realmente bonitas pese a la negrura de los cielos.

Después de la lluvia

Después de la lluvia

Después de la lluvia

He de confesar que hasta hace poco yo también odiaba los días de lluvia y, por lo general, trataba de no salir a la calle en ellos a no ser que fuera imprescindible. Sin embargo, gracias a una conversación con Joe el día de la excursión a Brujas me di cuenta de que al ser el clima un factor sobre el que no podemos influir de ningún modo, lo mejor es adaptarse a las circunstancias de cada momento. A partir de ese momento, mis ganas de salir a la calle a dar una vuelta y/o hacer fotos no dependen de si hace sol o si está lloviendo; ya que en tal caso un buen chubasquero junto con mis botas nuevas me permiten ponerle al mal tiempo buena cara.

Keep walking!

Ya sé que sólo son 67 LEDs estratégicamente colocados, pero esos pequeños detalles presentes en cada rincón de la ciudad son los que me animan a salir a su encuentro cámara en mano. La inspiración aparece en cualquier momento; incluso cuando estás cruzando una calle…

Keep walking!

De acuerdo, me uno al retoque fotográfico creativo

¡Vaya tela! No sé cuántos años declarándome enemigo del retoque fotográfico y ahora, en apenas un par de semanas, empiezo a hacer fotos en RAW, descubro Adobe Lightroom y alucino con los resultados que se pueden obtener teniendo un poco de maña y paciencia.

Cierto es que si la imagen capturada originalmente no es buena no hay nada que hacer, y de ahí la importancia de la sensibilidad y los conocimientos técnicos subyacientes detrás de toda buena fotografía; pero no es menos cierto que estos programas son una herramienta alucinante para transmitir sensaciones y sentimientos a quienes se quedan mirando detenidamente las imágenes… ¿y no es eso acaso lo que busco en todo lo que hago?

A continuación cuatro ejemplos rápidos que he generado «jugando» un poco con la saturación selectiva de los colores. Otro día os doy una charla sobre el formato RAW y sus ventajas / desventajas 😉

Azul

Azul

Verde

Verde

Rojo

Rojo

Amarillo

Amarillo