Recuerdos de Oropesa (XI)

Hay un término en fotografía que se aplica a aquellas imágenes captadas al emplear una exposición larga en el periodo de tiempo durante el que a simple vista parece que ya es de noche pero en realidad todavía queda bastante luz en el cielo. Esto se denomina blue hour y viendo la siguiente fotografía entenderéis perfectamente el por qué de ese nombre.

Blue hour

Cuando disparé esta fotografía eran casi las ocho de la tarde de un 12 de enero, por lo que la oscuridad era casi total. De hecho, recuerdo que donde estaba situado (un monte cercano al mirador de Torre Colomera) apenas podía ver mi mano si estiraba el brazo, lo que os dará una idea de la luz ambiental que había disponible.

Sin embargo, al plantar la cámara sobre el trípode y dejar abierto el diafragma durante medio minuto a f/11 y con ISO 200, en la pantalla de la cámara apareció esa infinidad de puntos luminosos y un cielo con un precioso degradado de azul oscuro a naranja salpicado de pequeñas nubes. Milagros de la capacidad de recolectar fotones del sensor de la cámara.

Para situaros un poco , comentar que lo que tenéis en primer término son diversos chalets de la urbanización Torre Bellver (perteneciente al término municipal de Oropesa del Mar) y que más al fondo se puede distinguir perfectamente la amplia bahía que comienza en Benicassim y muere en las inmediaciones del puerto de Castellón.

¿Por qué no empleé una apertura mayor para así captar más luz? Pues porque entonces la profundidad de campo se vería reducida y todas esas luces del fondo serían apenas un borrón. Digamos que lo que tenéis aquí es una aplicación de la distancia hiperfocal sólo que en horario nocturno; de modo que se imponen diafragmas bastante cerrados para maximizar los elementos que permanecen enfocados en la composición.

«Efectivamente, es la hora azul», pensé, y con la satisfacción de haber conseguido la fotografía que había previsualizado en mi cabeza días atrás marche hacia casa a cenar.

Torre Bellver by night

Hacía bastante tiempo que no salía a hacer fotografías nocturnas. Si mal no recuerdo, la última vez fue hace cosa de un año en Torre la sal y desde entonces el trípode (ese elemento por el que tan poco afecto siento) ha estado guardado en un armario de mi casa.

Sin embargo, no sé muy bien por qué, la otra noche me entraron ganas de hacer una foto a medianoche, de modo que cogí el coche y me acerqué a un paraje entre Oropesa y Benicassim dispuesto a captar con mi cámara la poca luz que había.

Torrebellver by night

Lo que veis en primer plano son las casas de una lujosa zona de urbanizaciones pertenecientes todavía a Oropesa y ya al fondo se extiende todo el litoral de Benicassim y Castellón, que seguiría más allá del margen izquierdo del encuadre.

Ya aprovechando la temática de la entrada, me gustaría comentar que contrariamente a lo que alguno podría pensar, para las fotografías nocturnas debemos emplear la sensibilidad ISO más baja posible, ya que al haber predominio de todos negros el ruido sería muy evidente si empleamos ISOs muy altos. Recomiendo leeros un par de artículos (uno y dos) que publiqué hace tiempo si no tenéis muy claro lo de la relación entre exposición, ruido y sensibilidad en la fotografía digital.

Por lo demás, la cosa no consiste más que en plantar el trípode en un lugar donde no moleste, poner la exposición en modo manual, encuadrar a nuestro gusto, enfocar a algún elemento medianamente visible, hacer un par de pruebas hasta dar con la exposición correcta (en este caso es ISO 200, 30″ y f/13), disparar la foto definitiva haciendo uso del temporizador de la cámara para evitar vibraciones y… ¡Voilà, c’est fini!

Dibujando en el aire con la luz

Hay gente que piensa que fotografías como la que os voy a enseñar a continuación son retoques hechos con Photoshop, pero nada más lejos de la realidad, pues no es ni más ni menos que el saber captar la realidad con una cierta perspectiva creativa.

Para hacer este tipo de imágenes sólo necesitamos una cámara relativamente sencilla (esta está hecha con la Canon Powershot A75 que poseía hace unos años y que hace poco regalé a mi padre) pero que tenga modo manual, un trípode (es imposible mantener la cámara completamente firme por muy buen pulso que tengamos), un poco de oscuridad y una fuente de luz.

Dibujando en el aire

Lo que veis en la imagen no es más que Joe dando vueltas a una linterna que tenía en la mano. Yo planté la cámara en el trípode y realicé una exposición de quince segundos de tal modo que llegara suficiente luz al sensor de la cámara como para que se pudieran apreciar los detalles del terreno y el fondo. Si os fijáis un poco en la fotografía (especialmente si pulsáis en el icono de la lupa y la veis a mayor tamaño) veréis que tiene bastante ruido, pero es que eso es algo típico en exposiciones largas sobre todo si la cámara no es de alta gama.

Lo que más me gusta de esta imagen es el reflejo de la luz a los pies de Joe y la cara de sorpresa de éste, que parece estar observando otra dimensión a través del anillo luminoso que él mismo ha creado y que ahora mismo me hace pensar en Portal. También destaca bastante en el paisaje la ya conocida antena del Cerro del Viso y el coche aparcado en las cercanías de la misma.

Bueno, espero que os haya gustado esta sencilla entrada sobre fotografía creativa; aunque la imagen ya tiene cuatro años recuerdo bien que la noche en la que la capté me lo pasé como un enano descubriendo este tipo de técnicas.