Keep walking!

Ya sé que sólo son 67 LEDs estratégicamente colocados, pero esos pequeños detalles presentes en cada rincón de la ciudad son los que me animan a salir a su encuentro cámara en mano. La inspiración aparece en cualquier momento; incluso cuando estás cruzando una calle…

Keep walking!

Un sonrisa en medio del tráfico

Esta mañana volvía en mi coche del trabajo cuando me detuve en un semáforo en la entrada de mi barrio. Normalmente conecto mi iPod Classic a la radio del coche y escucho la música que más me gusta, pero hoy me sentía un poco perezoso y decidí dejar el reproductor en el bolsillo para así sintonizar alguna emisora del dial.

Opté por Kiss FM, que suele emitir algunos éxitos que nunca pasan de moda. Sonó una canción de Police, otra de Celtas Cortos… y justo cuando estaba detenido en el semáforo que os decía los altavoces del coche reproducían «Cómo hablar» de Amaral; una canción que conocía bien por haberla escuchado ya en multitud de ocasiones.

atasco

El caso es que estaba allí detenido justo ante la línea blanca pintada en el asfalto y con el sol dándome de frente en la cara, por lo que opté por desviar la mirada hacia la derecha mientras esperaba a que el semáforo cambiara de color y así pudiera reanudar mi marcha hacia casa. Sin embargo, lejos de encontrarme con un sucio camión o algún anónimo vehículo, pegado a la puerta del copiloto de mi vehículo se encontraba un Citroen Saxo de color azul oscuro; y dentro de él una chica rubia y no muy alta que movía los labios como si estuviera hablando con alguien que, desde luego, no se encontraba en el interior de aquel coche.

Enseguida pensé que estaría hablando por teléfono con un manos libres, pero cuando me di cuenta de que el movimiento de su boca estaba perfectamente acompasado con lo que yo escuchaba por la radio entendí que los dos teníamos sintonizada la misma emisora. No sé, me pareció algo muy curioso y en parte bonito; uno de esos pequeños detalles que te alegran el día. Había tenido una mañana de trabajo bastante intensa y encima me había dejado en la oficina unos papeles a los que quería echar un vistazo esta misma tarde, pero en medio del caos del tráfico, con el sol dándome de lleno en los ojos y atosigado por el calor del mediodía me sorprendí esbozando una sonrisa al encontrarme con aquel mágico sincronismo propiciado por una emisora de radio.

Ella nunca se dio cuenta de aquello; pero el conductor que tenía pegado a mi parachoques trasero se impacientó cuando pasaron dos segundos y yo todavía no me había percatado de que el semáforo ya estaba en verde. Ante el sonido de su claxon metí la primera marcha y me escabullí entre el tráfico despidiéndome mentalmente de aquella chica que por un rato se sintió como la propia Eva en medio de un concierto.

amaral