Ya estamos metidos de lleno en la primavera. Es verdad que gracias al cambio de hora de la semana pasada al levantarse hace bastante frío; pero cuando el sol comienza a calentar hay que reconocer que en la calle se está de lujo. Y bien que me alegro por ello, porque esta es posiblemente la época del año que más me gusta al ver que cada día los campos están más verdes y vamos más ligeros de ropa.

Gracias al buen tiempo reinante en estas fechas y a que por fin he dejado atrás unos días de trabajo francamente estresantes, parece que vuelve la inspiración perdida. En los días anteriores muchas veces me iba a la calle a hacer fotos y volvía a casa con apenas una docena de imágenes que acababan todas descartadas porque sencillamente me daba la impresión de que ninguna de ellas contaba algo de interés.
En las últimas semanas también me he dado cuenta de que en multitud de ocasiones me sentaba al ordenador con intención de escribir algo y no salía absolutamente nada: escribía un renglón… lo borraba… dos renglones más… borraba uno… borraba el otro… y al final pasaba del tema esperando a un momento más creativo. En definitiva, una falta total de inspiración que me resultaba bastante extraña, ya que por lo general todos los días se me ocurren varias cosas sobre las que escribir de tal modo que incluso algunas de ellas las guardo como borradores para emplearlas más adelante.
Pero el caso es que anteayer, entre que era el primer día «tranquilo» en la oficina desde hace ya un tiempo y que el sol calentaba con fuerza a media tarde, comencé a darme cuenta de que yendo con la cámara por la calle se me ocurrieron mil cosas que fotografiar del mismo modo que nuevos temas para el blog acudieron a mi cabeza en varias ocasiones. Digamos que volvieron las sensaciones habituales, y la verdad es que lo celebro, porque llevaba una temporada en la que mi creatividad estaba francamente bajo mínimos.

De hecho, estoy preparando un artículo sobre fotografía que sacaré dentro de poco y que aunque no tiene una utilidad práctica demasiado elevada, sí que me parece que es muy ilustrativo acerca de cómo funcionan las cámaras digitales y el modo en el que capturan los datos.
¡Nos leemos!
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