La tarjeta gráfica más cara no siempre es la mejor opción

En la fase de planificación de mi nuevo ordenador de sobremesa estuve mirando muchos modelos de tarjetas gráficas, lo que me hizo darme cuenta de una cosa: tener la última gráfica tope de gama del mercado conlleva un elevado coste que no estoy seguro de que merezca la pena acometer.

Esto es algo que me gustaría ir desgranando a lo largo de este artículo y para ello empezaré usando una tabla en la que os muestro los datos del «estudio de mercado» que hice en el mes de diciembre para luego ir viendo todo de un modo mucho más visual.

Como podéis ver en la primera fila, la tarjeta gráfica de mi anterior ordenador (una AMD Radeon HD6540) daba unos miserables 199 puntos en el test de rendimiento que la gente de Passmark realiza a todos los modelos que incluyen en su base de datos. Obviamente la opción de quedarme con ella estaba completamente descartada desde el momento que me planteé usar el ordenador para jugar a cualquier cosa aparecida en los últimos diez años y, por tanto, a partir de ahí se abría un amplio abanico de posibilidades.

Si os ha tocado el euromillones está claro: iréis a por una RTX 3090 (o dos, configuradas en modo SLI) y santas pascuas. Sin embargo, al común de los mortales nos toca buscar un punto de equilibrio entre precio y prestaciones; algo que también nos tocará hacer al comprar un coche, una casa o un teléfono móvil.

Ordenando los modelos por rendimiento puro y duro en una gráfica de barras podemos ver que el incremento de potencia es prácticamente lineal entre las diferente tarjetas de las últimas cuatro generaciones de Nvidia (GTX 10, GTX 16, RTX 20 y RTX 30) por lo que a no ser que haya un cambio de paradigma muy radical en la concepción de las futuras tarjetas gráficas casi podremos calcular cuánto van a rendir los modelos de la marca que van a aparecer durante los próximos meses. Mi apuesta es que una hipotética serie RTX 40 saldrá de aquí a un año y sus rendimientos andarán entre los 25000 y 30000 puntos según se posicione el modelo dentro de la gama. Y, salvo sorpresa, no creo que me vaya a desviar mucho; el tiempo lo dirá.

El compromiso entre precio y aumento de prestaciones

Vamos ahora a hacer un pequeño estudio de costes y rendimiento en los siguientes párrafos para tratar de que veáis la idea principal de este artículo de una forma práctica.

Mi tarjeta actual es una GTX 1060 3GB, que ronda los 10000 puntos y esto representa un rendimiento 50 veces mayor que la Radeon HD6540 que tenía mi antiguo ordenador (aproximadamente un 5000% más de rendimiento) y por ella tendremos que pagar unos 200 euros.

Si quiero saltar al que ahora mismo es el modelo más básico de la serie RTX 30 tendré que irme a una 3060 Ti, que tiene un rendimiento de unos 20000 puntos, que es el doble que mi tarjeta actual (100% más de rendimiento que la GTX 1060 3GB). Sin embargo, para dar el salto tendré que aflojar unos 480 euros según estuve viendo hace un par de meses.

Supongamos que me vengo un poco arriba y decido que voy a pegar el salto a una RTX 3080, que saca una puntuación de 24000 puntos, lo que representa un 20% más que la 3060 Ti pero para ello ya tengo que gastarme unos 1000 euros.

Y en el caso extremo de que se me vaya por completo la cabeza y me quiera ir al tope de gama actual, la RTX 3090, voy a tener un rendimiento ligeramente por encima de los 25000 puntos (un 5% más que la 3080) pero para hacerme con una voy a tener que soltar la friolera de 2000 euros. Este caso es el más extremo del ejemplo y representa muy bien lo que os decía al principio: que tener lo último de lo último sólo representa un 5% más de rendimiento sobre el modelo inmediatamente inferior pero también implica un sobrecoste de 1000 euros con respecto a éste.

Antes vistéis antes una gráfica en la que ordenaba los modelos por su rendimiento teórico, y ahora vamos a verlas en el mismo órden, pero lo que muestro en esta ocasión es su precio aproximado de primera mano en tiendas de España.

Algo que llama la atención en esta imagen es que los modelos de las últimas series acabados en 80 salen por unos 1000 euros, representando estos el tope de gama de cada generación. Sin embargo, aunque ahora el tope de gama de las RTX 30 es la 3090 y eso se nota también en su disparatado precio de venta, la 3080 sigue en esa línea de flotación de los 1000 euros. Si os fijáis, las tarjetas acabadas en 70 suelen rondar los 500 euros, de tal modo que parece claro que Nvidia tiene estipulado que cada subida de escalón dentro de una misma serie implica una duplicación de su precio. Lo que pasa es que esto no conlleva ni mucho menos una subida de prestaciones en la misma proporción.

La virtud está en el punto medio

La magia sucede cuando combinamos ambas tablas para obtener un ratio que nos indica cuántos puntos de rendimiento sacamos por cada euro invertido en la tarjeta gráfica; y en este caso vamos a ver que, en general, los extremos son los que menos interesan para un usuario medio como puedo ser yo. Los modelos de la parte baja son económicos pero tienen poco rendimiento; mientras que los de la parte alta tienen mucho rendimiento pero a medida que nos vamos hacia la derecha el precio se dispara y por tanto el ratio cae.

Por tanto, una vez más, tenemos que tener muy claro qué es lo que necesitamos. Una RTX 2060 sería un modelo que nos permitiría a día de hoy mover cualquier juego actual en FullHD por poco más de 400 euros, por lo que sería un poco absurdo gastarnos los 2000 eurazos de una 3090 si no vamos a emplear un monitor 4K que nos permita mover los juegos a esa resolución (son 4 veces más pixels que la resolución FullHD, y eso requiere un montón de potencia de proceso adicional).

Del mismo modo, no debemos dejar de lado que el microprocesador, la memoria RAM o incluso el disco duro también nos van a limitar a la hora de mover los juegos con soltura porque no todo es cuestión de tarjeta gráfica. Y es que supongo que a nadie se le ocurrirá montar una RTX 3080 en un Celeron, con 2 GB de RAM DDR3 y un disco duro mecánico de 5400 RPM; porque en ese caso la gráfica renderizará un fotograma en pantalla para luego estar un buen rato esperando a que el resto de los componentes (que irán absolutamente asfixiados) sean capaces de mandar a la tarjeta gráfica los datos del siguiente, por lo que no aprovecharemos para nada el potencial que esta podría ofrecer y podríamos haber puesto una tarjeta mucho más barata obteniendo unas prestaciones prácticamente iguales.

En definitiva, mis dos recomendaciones a la hora de elegir una nueva tarjeta gráfica es que penséis si os merece la pena pagar un fuerte incremento de precio por apenas un poco más de rendimiento y que compréis algo acorde a vuestro hardware para poder sacarle todo el partido a vuestra nueva adquisición.

Pensad que a lo mejor merece más la pena gastar 1000 euros cada dos años que 2000 cada cuatro porque, al fin y al cabo, el salto de rendimiento entre modelos intergeneracionales similares es mayor que el siguiente escalón dentro de la misma serie. Además, una tarjeta recién sacada al mercado siempre va a recibir más atenciones por parte del fabricante que un modelo de una gama que ya va a ser descatalogada y para la que como mucho sacarán alguna actualización de drivers puntual.

En cualquier caso, todo esto estaría muy bien si todos los modelos que hemos visto a lo largo del artículo estuvieran plenamente disponibles; pero la realidad es que por diversos motivos actualmente la escasez de tarjetas gráficas en el mercado es brutal y las pocas que salen a la venta que no sean de gama baja duran literalmente segundos en stock.

En mi caso particular, una RTX 3060 Ti podría ser una muy buena opción y es a lo que apunto en un futuro; pero dado que en los próximos meses va a ser prácticamente imposible hacerse con una, como os decía antes he conseguido una GTX 1060 3GB de segunda mano que me está dando muy buen resultado con todo lo que estoy jugando actualmente en mi recién estrenado PC (Ryzen 5 3500X, MB B450, 16 GB RAM DDR4 3000, SSD M.2).

¡Nos leemos!

Actualización 25-02-2021

Ahora que ha salido oficialmente la RTX 3060 (de la que no hay stock en ningún sitio, tal y como se esperaba) os pongo una tabla con las puntuaciones de GPU Passmark de toda la gama GTX y RTX de Nvidia, pues es una forma muy visual de ver cómo han ido evolucionando los diferentes modelos. En las columnas están las diferentes series que han ido apareciendo y en las filas la gama a la que pertenece cada modelo.

Review: medidor láser DeWalt DW030

Hace unos días, en una visita a una conocida cadena de tiendas de bricolaje, vi algo en la línea de cajas que mi cerebro no tardó ni dos segundos en querer comprar. Siendo un amante de los aparatos de medida, era extraño que todavía no tuviera un medidor de distancias por láser; y este que hoy os presento, con un tamaño tan minúsculo, tenía que ser mío.

Quería hacer una breve reseña de este medidor porque para mi gusto tiene alguna característica que lo hace muy atractivo y a lo mejor a alguno de vosotros le pasa como a mí y le parece un buen «autoregalo». Además, me da que es bastante novedoso, ya que era la primera vez que lo veía en una tienda y normalmente me suelo fijar en este tipo de cosas.

Veréis, los medidores láser que hay en el mercado suelen ser del tamaño de una caja grande de cerillas de cocina, pesan en torno a 150 gramos y suelen funcionar con un par de pilas AA o AAA. Sus rangos de medida andan sobre los 30 ó 40 metros (aunque los hay de más) y en muchas ocasiones disponen de funciones de cálculo de áreas y volúmenes, las cuales consisten en tomar medidas consecutivas del ancho, del largo y de la altura del recinto a acotar y el aparato hace la multiplicación por nosotros para danos el área o el volumen resultante.

Este modelo de DeWalt sin embargo es mucho más simple que todo eso: su minúsculo cuerpo sólo tiene un botón que nos va a servir para encender, medir, cambiar de unidades y apagarlo; así que la simpleza es extrema. El DW030 mide 62 x 32 x 17 mm y tiene un peso de 31 gramos. Os pongo a continuación una fotografía en la que podéis ver este modelo junto a un Bosch que estaréis hartos de ver, ya que es uno de los modelos más vendidos de este tipo de aparatos.

Además, el aparato del que hoy os hablo sólo sirve para una cosa: medir distancias en línea recta. Lo apoyamos en la pared desde donde queremos medir, pulsamos una vez el botón para encender el láser, dirigimos el haz de luz a la superficie hasta la cual queremos conocer la distancia y pulsamos una segunda vez para que el aparato haga la medición propiamente dicha quedando fija en pantalla.

Si queremos cambiar las unidades de medida (por defecto viene en metros) debemos mantener pulsado el botón durante tres segundos. Si queremos apagar el aparato debemos mantener pulsado el botón durante cinco segundos. Eso es todo.

De su alimentación se encarga una batería interna de litio que se recarga a través de un puerto microUSB, algo que no lleva más de una hora y que nos dará bastante autonomía. Yo llevo unos días usándolo a menudo para probarlo en todo tipo de situaciones y todavía marca 2/3 de carga de batería, así que en ese aspecto se defiende bastante bien.

El rango máximo de medición es de 9 metros, lo cual es bastante menos que los modelos a los que me refería al principio de esta entrada, pero suficiente si queremos montar unos muebles en casa, medir las cotas interiores de nuestro coche o ver la distancia que hay entre las columnas del garaje. Si necesitáis medir el ancho de un campo de fútbol tendréis que ir a modelos más prestacionales.

La resolución de la medida es en milímetros y el fabricante declara un error máximo de +-6 mm en 9 metros, lo que en términos porcentuales es un +-0,066%. Por cierto, el rango mínimo de medida es de unos 16 centímetros y por debajo de esa distancia el DW030 no es capaz de medir.

Como ya os imaginaréis la ventaja de este modelo es su tremenda portabilidad, ya que por su tamaño cabe en cualquier bolsillo (incluso en el típico de las monedas de los pantalones vaqueros) así como la recarga de su batería por microUSB porque siempre tendremos cerca un cargador de este tipo.

Como todos los distanciómetros láser, en interiores funciona muy bien pero en exteriores a plena luz del sol a veces no es capaz de «ver» correctamente la superficie a la que queremos medir y da valores extraños (o directamente no mide). También ocurren errores cuando pretendemos medir la distancia a una superficie transparente como por ejemplo la altura hasta el agua de un tanque o un cristal. Si tenéis que medir en exteriores es mejor esperar a que estemos en sombra, porque ya os digo que con el sol en todo lo alto a veces nos podemos volver un poco locos.

Por cierto, una cosa curiosa que he podido comprobar es que si medís la distancia hasta un espejo el valor que vais a ver en pantalla es el doble del que hay realmente.

En cuanto al vil metal, a mí me ha costado poco menos de 30 euros y en Amazon lo he visto por 33, así que parece claro que ahí anda el precio de este modelo. Realmente por ese dinero hay modelos con más prestaciones, pero desde luego no tienen el tamaño ni la ligereza de este DeWalt, que es lo que me llevó a comprarlo. La caja incluye además del medidor, una correa para la muñeca y un cable microUSB para cargarlo además de un par de panfletos con instrucciones de uso y seguridad.

Y ya está. Como veis ha sido una review realmente breve pero es que en realidad no hay mucho más que contar. Espero que al menos os haya resultado entretenida.

¡Nos leemos!

Review: patinete eléctrico Xiaomi Mijia M365

Le tenía echado el ojo al patinete eléctrico de Xiaomi desde incluso antes de su lanzamiento en China, ya que me parecía un dispositivo práctico, bonito, moderno e ideal para los apasionados de la electrónica como yo. En mi mente la idea de tener uno de estos patinetes eléctricos cobraba fuerza, pero me tiraba para atrás lo poco acostumbrados que estamos en España a estas cosas viendo que incluso la gente mira con extrañeza a aquellos que van a trabajar en bicicleta.

Sin embargo todo esto cambió este pasado verano en un viaje con mi novia a París, ya que en sus calles me harté de ver a gente que iba y venía en estos aparatos. Jóvenes, mayores, gente de compras, ejecutivos de traje con portátil a cuestas… En ese momento me di cuenta de que aquello era una revolución en ciernes y que yo quería formar parte de ella sin importar que los demás me miraran con gesto raro.

Con esa premisa empecé a buscar por Madrid algún Mijia M365; y aunque de importación no salían demasiado caros me daba miedo que lo pararan en aduanas (la caja es muy grande) y al final la broma me saliera mucho más cara de lo esperado. El caso es que mirando en anuncios de segunda mano al final di con uno a buen precio y me hice con él sin darle muchas vueltas al asunto porque estaba más que convencido desde hacía unos días. Por fin, ya tenía mi Xiaomi.

Cuando lo recogí vi que la batería estaba casi totalmente cargada, así me dirigí directamente al parque Juan Carlos I, donde hice mis primeros kilómetros con un scooter eléctrico y me di cuenta de que la sensación de desplazarse con un vehículo que no hace ruido ni quema zumo de dinosaurio es fantástica y que subido en él eres el centro de atención de niños y mayores. Los niños alucinan: te señalan, gritan, corren detrás de ti, les dicen a sus padres que quieren uno de esos… Y los mayores por su parte hacen comentarios  que van desde el típico «¡hala, cómo mola!» hasta algún «parece un taca-taca» o «la gente es que ya ni se molesta en caminar».

Recuerdo aquella tarde de sábado recorriendo el anillo ciclista del parque, adelantando a las bicicletas en las subidas, yendo por los caminos de tierra y pudiendo alcanzar sin esfuerzo cualquier rincón del recinto en pocos minutos y me viene a la cabeza el subidón mental que llevaba porque no hacía más que pensar «esto es flipante, es flipante…». Estaba seguro de que había hecho una compra que de alguna manera iba a cambiar mi concepto de los desplazamientos por las ciudades.

Pero bueno, el caso es que después de tres meses usando prácticamente a diario el Mijia M365 y tras unos 300 Km recorridos sobre él tengo claro que el futuro es eléctrico y que de aquí a unos años vamos a ver un avance en el sector del transporte impulsado por este tipo de energía que cambiará radicalmente el sistema de movilidad actual basado en su mayor parte en combustibles fósiles.

Podríamos sentarnos a debatir sobre la prohibición de la circulación de vehículos de combustión en las ciudades y jamás llegaríamos a un consenso; y por eso lo que hoy pretendo no es más que hacer un análisis de un patinete eléctrico que consigue sacarte más que una sonrisa cuando vas sobre él y que creo sinceramente que es uno de los primeros esbozos de un cambio de mentalidad urbana en ciernes.

Datos técnicos

No me extenderé mucho en este apartado porque los datos técnicos los podéis encontrar a nada que hagáis una búsqueda en Google. Pretendo centrar la review en sensaciones y experiencias, pero aun así aquí tenéis algunos de los fríos números que da el fabricante mezclados con algunos detalles que he visto yo:

  • Autonomía: 30 Km
  • Velocidad máxima: 25 Km/h
  • Batería: 30 celdas litio LG 18650 en formato 3P10S. 7800 mA/h @ 36 Vcc. 1,5 Kg
  • Motor: Tipo brushless integrado en la rueda delantera. 250 W con picos de hasta 500 W
  • Subida de pendientes: hasta 14% aprox.
  • Sistema de frenado: frenada regenerativa (KERS) en la rueda delantera con e-ABS y freno de disco en la trasera
  • Luces: frontal blanca y trasera roja fijas. Luz de freno parpadeante cuando actúa el freno de disco. Catadióptrico trasero
  • Conectividad con app de la marca a través de Bluetooth
  • Material principal: aluminio
  • Dimensiones: 1080x430x1140 mm (extendido). 1080x430x490 mm (plegado).
  • Altura de la tabla con respecto al suelo: 15 cm
  • Peso: 12,5 Kg
  • Capacidad máxima de carga: 100 Kg
  • Colores disponibles: negro y blanco
  • PVP en España: 349 euros

Experiencia de uso, consejos y advertencias

Mi intención en estos párrafos es tratar de transmitiros las sensaciones que me ofrece este patinete durante su uso. Quiero centrarme en qué se me pasa por la cabeza, que echo en falta y también en comentaros algunas cosas importantes de cara a su manejo y su mantenimiento; así que espero que el esfuerzo de escribir todo esto os sirva para guiaros en la compra o no de este gadget y al mismo tiempo para ayudaros a resolver los problemas que os puedan ir surgiendo con el tiempo.

Lo primero que noté al verlo en directo es que su aspecto dista mucho de ser un juguete. El patinete está hecho de aluminio de muy buena calidad, con un grosor de las paredes considerable que le da un tacto sólido como una roca y unas soldaduras perfectamente ejecutadas que contribuyen a la rigidez general del conjunto. Es verdad que esto hace que pese un poco más de lo que me gustaría, pero la robustez del patinete es indudable y no vamos a notar flexiones raras en los materiales ni nada parecido. Del mismo modo, la pintura que se ha usado en este modelo tiene un tacto áspero y que aguanta bien los roces del día a día así como también parecen de lo más resistentes las zonas de goma blanda (puños y tabla) que son los puntos de contacto con el usuario.

Como os decía, a día de hoy llevo ya unos 300 Km recorridos con el patinete y todavía me sorprende la fuerza que tiene cuando en el modo de funcionamiento estándar pulsas el acelerador a fondo y vas a poca velocidad. De hecho las primeras veces agarraba con mucha fuerza el manillar porque me daba la sensación de que se me podía escurrir si me sudaban las manos (no olvidemos que lo compré a finales de agosto). La aceleración no es como en un coche o una moto en la que esta depende del régimen de revoluciones en el que estemos, sino que en un vehículo eléctrico el par está disponible desde el primer momento y es prácticamente lineal.

Una peculiaridad de este modelo es que desde parado el patinete no se mueve aunque pulsemos el acelerador que tenemos junto al puño derecho; ya que el «arranque» consiste en subirse en él, darle un impulso inicial con el pie y a partir de ahí ya el acelerador comenzará a actuar. No nos hará falta volver a poner un pie en el suelo a no ser que nos detengamos, pero el arreón incial hay que dárselo por seguridad. Por cierto, que se enciende y se apaga con una pulsación larga sobre el único botón que hay en el centro del manillar.

Para que os hagáis un poco una idea de cómo nos deplazamos sobre el patinete os voy a poner a continuación un breve vídeo que grabé en el campus de ciencias de la UAH en la que trato de captar el movimiento el patinete a través de una serie de tomas rápidas.

Y hablando de aceleración, disponemos de dos modos de funcionamiento en el Mijia: el modo normal y el modo ECO. Se cambia entre modos dando una doble pulsación al botón del manillar y la diferencia entre ambos es la velocidad máxima (18 Km/h en el ECO) y la aceleración, que es considerablemente más suave en el modo ahorrativo. Yo, habitualmente, uso el modo ECO porque maximiza la duración de la batería; pero aun así alguna vez si veo que voy sobrado de batería cambio un rato al modo normal y me doy alguna alegría. Cuando estamos en el modo ECO el LED inferior de los cuatro que hay en el manillar se ilumina en color verde; mientras que si estamos en modo normal este LED será blanco como el resto.

Estos LEDs sirven para conocer en todo momento la carga de la batería, teniendo ocho estados intermedios: con la batería al 100% están encendidas de forma fija las cuatro, cuando está al 88% comienza a parpadear la superior, cuando llegamos al 75% se apaga la luz superior quedando fijas las tres inferiores… Y así hasta que cuando nos queda un 12% parpadea la luz inferior apagándose esta (y todo el patinete) si la carga de la batería llega al 0%.

Me gusta mucho el relieve tanto de la tabla del patinete como de los puños, pues es resistente y bastante antideslizante. Hasta el momento no he pegado ningún resbalón ni se me ha escapado la mano del manillar incluso al pasar sobre algún bache yendo rápido, así que cumplen su cometido bastante bien y tiene pinta de que el relieve no se desgasta con facilidad porque incluso en los puños (zona de contacto permanente) el aspecto es prácticamente como el del primer día.

Las ruedas agarran bastante bien. Si habéis probado patinetes con ruedas de poliuretano sabréis que los giros a veces son un poco un acto de fe y en mojado es mejor no ir ni en línea recta. En el caso del Xiaomi las ruedas tienen dibujo y agarran muy bien; sobre todo en seco. En mojado no he hecho mucho el animal porque a mi edad no me apetece partirme la crisma, pero he girado con cierta alegría y frenado con todas mis ganas sin irme al suelo. Eso sí, lo que os sugiero es que tengáis cuidado al acelerar fuerte, pues en zonas húmedas o con tierra si llevamos el peso hacia atrás la rueda delantera derrapa que da gusto y yo particularmente ya me di un susto un día en el parque Juan Carlos I. No me fui al suelo, pero falto poco porque al acelerar girando un poco sobre tierra la rueda delantera empezó a derrapar y el patinete se me fue de lado; si bien fui capaz de sacar el pie a tiempo y la cosa no pasó de ahí.

Algo que debéis tener siempre presente es que el motor no está completamente sellado frente a la humedad, de modo que no os metáis en charcos muy profundos porque si entra agua entre el neumático y la llanta delantera (no debería, pero puede pasar si sumergís la rueda más allá del grosor del caucho) el líquido elemento podría llegar al interior del motor provocando un desastre. Ah, eso sí, en mojado los guardabarros que lleva el patinete hacen que no nos salpique ni una gota de agua, así que en ese sentido un 10 para Xiaomi.

Por cierto, ojo al bajar bordillos altos porque aunque tiene bastante altura libre al suelo, como la plataforma es muy larga podemos pegarle un rascón a la tapa inferior, la cual es de plástico y se marcará. Como orientación, podéis pasar sin problemas por los típicos rebajes de las pasos de peatones y cosas así; pero si vais a bajar un bordillo «al uso» es mejor bajar y tirar del manillar hacia arriba al sortearlo, porque además del rascón que os comentaba, al no llevar ningún tipo de suspensión el golpe contra el suelo es fuerte y más adelante veremos que ese tipo de sacudidas no le van a sentar bien a la parte eléctrica del bicho.

Ya que estamos, vamos a hablar de la batería, porque es uno de los puntos principales (si no el que más) del patinete: la batería se recarga en un enchufe estándar con el cargador que viene con el patinete y normalmente tardará en ello un máximo de cinco horas (siempre en función de cómo haya quedado de carga en el último viaje).

Sea como sea, al igual que en un coche, el estilo de conducción va a ser una factor muy importante de cara a la autonomía. Xiaomí dice que el patinete puede recorrer 30 Km con una sola carga, pero por mi experiencia os puedo asegurar que no es fácil sacarle más de 20 Km en realidad. Ojo, 20 Km está más que bien, pero para homologar esos 30 Km han debido usar a un niño de 25 Kg dando vueltas a una pista hecha de teflón. Vamos, lo mismo que los fabricantes de coches y sus medias de consumo inalcanzables en el mundo real.

Lo fundamental para maximizar la autonomía es controlar las aceleraciones: la corriente que absorbe el motor se dispara durante las aceleraciones fuertes, y eso hace que la autonomía baje muchos kilómetros. Lo mismo ocurre en subidas prolongadas y cuando hay mucho viento en contra. Y es verdad que tenemos un sistema de recuperación de energía que actúa en las bajadas y en las frenadas inyectando corriente a la batería; pero aun así lo que vamos a recuperar en estas situaciones es mucho menos que lo que consumiremos en el uso habitual. Es decir, por poner un ejemplo numérico, que si gastamos un 50% de la batería al subir una pendiente muy larga, no recargaremos más de un 15% al bajarla después, de modo que el balance de energía no nos beneficia.

El cargador es como el de un portátil (tanto en apariencia como en dimensiones) y entrega una potencia de unos 70 W/h. Cuando queremos recargar la batería del patinete primero debemos abrir la tapa de goma roja que tenéis en la fotografía de ahí arriba y conectar el cargador, el cual encenderá un LED rojo en su cuerpo. Si el patinete está encendido los LED del manillar se irán iluminando y la luz trasera se irá enciendiendo y apagando con suavidad de una forma bastante hipnótica. Sea como sea, si no queréis tener ese juego de luces a la vista (por la noche parece una feria) lo mejor es cargarlo con el patinete apagado y cuando haya terminado la carga el LED del cargador se pondrá de color verde y ya está.

Por cierto, es muy importante cerrar bien la tapa cuando desconectemos el cargador porque si nos vamos a la calle con la tapa abierta se nos puede colar polvo (malo) dentro del conector de alimentación o si el suelo está mojado, agua (mucho peor). Advertidos quedáis.

Volviendo a la experiencia de uso como tal, me gustaría contaros que lo que hago yo cuando quiero batir mi récord personal de autonomía es usar el modo ECO con el control de velocidad activado a una velocidad de entre 10 y 12 Km/h y tratar de circular por rutas que sean lo más planas posibles y, si es posible, que no me obliguen a parar y reanudar muchas veces la marcha (para esto los carriles bici son idóneos). En esas situaciones veréis que las luces que indican la autonomía restante de la batería bajan muy despacio incitándonos a llegar un poco más lejos; si bien hemos de tener en cuenta que si el recorrido que estamos haciendo es lineal luego hay que volver, así que mi consejo es que como muy tarde cuando el indicador marque 50% (cuando el tercer LED del manillar deje de parpadear y sólo queden fijos los dos inferiores) vayáis dando la vuelta si no queréis usar «tracción animal» al final del recorrido.

Y precisamente como de lo que se trata es de evitar la exigencia de corriente para maximizar la carga de la batería, una cosa muy recomendable es ayudar al patinete a coger velocidad usando el pie como un patinete de los de toda la vida. Por el mismo motivo también es recomendable darle una ayudita en subidas fuertes.

Con respecto a la batería tened presente una cosa que por desgracia os va a pasar antes o después: la batería está compuesta de una serie de celdas de litio tipo 18650 (10 grupos en serie de 3 celdas en paralelo cada uno) cuyos contactos metálicos no van soldados; sino que son unas láminas que hacen presión sobre los extremos de las celdas y esos contactos con las vibraciones van a ir cogiendo holgura y os va a tocar desmontar la batería para soldar esas patillas y que así no den más la lata.

Dependiendo de qué patillas se aflojen podéis notar que perdéis autonomía de golpe o incluso que se apague el patinete y se niegue a arrancar de nuevo e incluso que tampoco cargue. Como os digo, es un problema muy común que os va a ocurrir con las vibraciones del uso diario como el relieve de las aceras, pequeños bordillos, piedrecitas… Podéis tener más o menos cuidado y el defecto tardará en aparecer; pero siento deciros que antes o después se manifestará a no ser que Xiaomi le de un toque a LG y en los nuevos modelos estas patillas vengan ya soldadas (cosa que, de momento, parece ser que no es así).

A mí me ocurrió más o menos a las dos semanas de empezar a usarlo y en cuanto me puse a buscar el tema en Google vi que a mucha gente le había ocurrido y que había varios tutoriales explicando cómo detectar y arreglar el tema, así que al final de este artículo os dejaré algún enlace que os puede ser de utilidad. Si sois manitas y controláis un poco de electrónica no tengáis miedo porque la cosa no es complicada; pero si no es el caso mejor que vayáis localizando a alguien que sepa de estos temas para que os eche una mano llegado el caso.

Algo que sirve de gran ayuda para controlar si la batería está dando problemas es acceder a la información de la misma en la app de Xiaomi llamada «Mi Home» y consultar ahí el voltaje de las celdas. En teoría todas deberían estar más o menos igual, pero si veis que alguna(s) está(n) mucho más altas o más bajas que las otras tendréis el problema que os digo con las patillas. Para que os hagáis una idea, a la hora de recargar la batería, el cargador corta corriente cuando una de las celdas alcanza los 4,2 voltios y deja de extraer corriente de una de ellas cuando baja de 3,2 voltios. Por tanto, los voltajes deberían de estar entre ambos valores en función de la carga de la batería y con las 10 celdas presentando más o menos el mismo valor. Os pongo a continuación unas capturas sacadas de la aplicación que os decía para que veáis lo que podemos monitorizar en ella:

Por ejemplo, cuando a mí me empezó a ocurrir el problema de la batería, me daba cuenta de que a lo mejor iba con la batería al 50% y de repente se me ponía a parpadear el último LED; señal de que andas ya por debajo del 12%. Si en ese momento miraba la tensión de las celdas veía que la 2 y la 9 estaban marcando menos de dos voltios, lo que hacía que la tensión total de la batería cayera en picado. Como os decía, al tratarse de un mal contacto eléctrico, con soldar las patillas y reforzar la presión en las zonas de contacto el problema desapareció y a día de hoy (toco madera) no ha vuelto a reproducirse. Si os fijáis en la última de las tres capturas veréis que aun así esas dos celdas me marcan unas centésimas de voltio menos, y aunque no es relevante de cara a la autonomía, creo que es consecuencia del mal contacto que durante un tiempo estuvieron haciendo durante las cargas y descargas.

Otra cosa que os va a pasar también antes o después es que vais a pinchar alguna rueda, ya que el patinete originalmente lleva cámaras de aire de muy poca calidad. Ya no es sólo que en cuanto paséis sobre algo puntiagudo traspasará la cubierta de goma y pinchará la cámara; es que por lo visto incluso con el uso normal al final a estas cámaras les acaban saliendo poros y pierden el aire; sobre todo sin van algo bajas de presión.

Para remediar esto hay dos opciones: por un lado comprar cámaras mejores y añadir una banda de kevlar antipinchazos como suelen hacer los ciclistas de carretera y por otro radicalizarse comprando ruedas macizas.

Las cámaras que lleva son para ruedas de 8,5 x 2″, que es una medida un poco rara pero que la marca Continental fabrica y comercializa. Eso sí, cambiarlas no es tan fácil como en una bicicleta, ya que el ser de tan poco diámetro no salen de la llanta con la facilidad que lo hacen en una bicicleta de ruedas grandes.

La opción de la rueda maciza parece mejor porque la cambias una vez y ya es (casi) para siempre; pero al ser más pesada y de caucho toda ella perdemos autonomía y capacidad de aceleración y además vamos a sufrir muchas más vibraciones cuando circulemos sobre suelos irregulares (sí, haciendo que aparezca antes el problema de la batería que antes os comentaba).

Cuando compré el patinete ya venía con la rueda trasera maciza y la delantera con cámara cambiada y banda de kevlar porque el usuario anterior había sufrido varios pinchazos y la verdad es que no he tenido el más mínimo problema en todo este tiempo, más allá de que cuando pillo baches se nota que la parte de atrás del patinete rebota más que la delantera. Tras los 300 Km que le he hecho al patinete la rueda trasera tiene el mismo relieve que cuando lo estrené, de modo que no parece sufrir demasiado con el paso de los kilómetros.

Con las ruedas originales, al llevar aire en su interior, se notan menos las irregularidades del terreno y es en lo que Xiaomi se escuda para no haber implementado algún tipo de sistema de suspensión. De cualquier modo, hay en el mercado algún modelo de otra marca que pese a llevar el mismo tipo de neumáticos sí que incluye suspensión, ganando en comodidad; por lo que en ese sentido hubiera sido de agradecer que Xiaomi hubiera incluido una horquilla con un par de centímetros de amortiguación (no haría falta mucho más) e incluso algún tipo de balancín con un pequeño muelle/elastómero en la parte trasera.

En cuanto a la plataforma, es decir, la superficie sobre la que van apoyados nuestros pies he de decir que es de buen tamaño y si tenemos un número de zapatilla no demasiado grande (yo tengo un 42) podemos llevar los dos pies de forma cómoda. En mi caso el derecho lo suelo llevar detrás en paralelo al sentido de la marcha y del izquierdo ligeramente cruzado hacia el interior y apoyando la punta de los dedos en la barra diagonal que une dicha plataforma con la barra de dirección.

Os comentaba antes que tenemos disponible un control de velocidad de crucero, así que os voy a contar un par de cosas sobre él. Lo primero es que se utiliza activando primero la opción en la app para móvil «Mi Home» con el patinete conectado por bluetooth y una vez que nos aseguramos de que está activa hay que hacer lo siguiente: cuando vamos en movimiento debemos dejar pulsado el acelerador en la misma posición durante 5 segundos de modo que cuando escuchemos un pitido ya podemos soltarlo y el Mijia mantendrá la velocidad constante.

En realidad no es en un control de velocidad sino de potencia; ya que con él activado si subimos una pendiente el patinete baja su velocidad aun teniendo reserva de potencia disponible al igual que si descendemos la aumenta. Como os decía, no mantiene constante la velocidad como tal sino la corriente entregada al motor; pero aun así es de gran ayuda a la hora de circular con el patinete y nos evitará tener que ir con el acelerador pulsado constantemente, lo cual es un descanso para nuestro dedo pulgar derecho. Por cierto, el control se desactiva al más mínimo toque al acelerador o al freno y si hacéis un alto en el camino la pata que tiene en un lateral hace que no haga falta buscar un sitio donde apoyar nuestra montura.

Ya que estamos, aprovecho para deciros que el patinete es capaz de superar cuestas más o menos empinadas (hasta un 14% según el fabricante) pero sólo en el modo normal. En el modo ECO, en cuanto el terreno pica hacia arriba unos grados el patinete va perdiendo velocidad y os va a tocar darle algún empujoncito con el pie. Es el precio a pagar por intentar tener la mayor autonomía posible.

Ahora bien, en llano, la velocidad máxima del patinete es de 25 Km/h en el modo normal (18 en el ECO) y os aseguro que cuando la alcanzáis tendréis la sensación de estar yendo bastante rápido. Tened en cuenta que vamos circulando sobre dos ruedas canijas y totalmente expuestos al aire, por lo que el pensamiento de «cómo se me cruce algo el piñazo va a ser de los gordos» se os pasará por la cabeza más de una vez; aunque es verdad que el tema del frenado está resuelto con muy buena nota.

El freno trasero es de disco, y es una de las cosas que más me gustan de este modelo de Xiaomi. Va accionado por cable, frena con contundencia y en muy poco espacio. Sólo tenemos que tenerlo bien regulado y tener cuidado de no golpear la pinza de freno o el disco para que no se mueva de su posición. Si se nos gastan las pastillas o el disco es más o menos fácil de encontrar porque son componentes estándar de bicicleta (disco de 110 mm y pastillas Clarks tipo CMD-5/7/12).

La pinza de freno está, según vamos en el sentido de la marcha, en el lado izquierdo; de modo que debéis ser cuidadosos al bajaros del patinete en marcha como por ejemplo para subir un bordillo porque al tirar del manillar si el patinete se inclina hacia nuestro lado podéis golpear la pinza de freno bien contra el propio bordillo (me paso una vez y se descolocó, quedando la rueda trasera bloqueada por la pastilla de freno) o bien contra la pierna haciéndoos daño (también me ha pasado alguna que otra vez). Si la pinza se descoloca no os asustéis, ya que se recoloca aflojando los dos tornillos que hay en la parte superior de esta y centrándola de nuevo con respecto al disco de freno. Lo de la pierna se pasa sólo al rato.

Aprovecho para contaros una manía que me viene de mis tiempos de mountain biker y que sigo usando en cada medio de transporte que lleve manillar y manetas de freno: siempre llevo el dedo índice apoyado en la(s) maneta(s) de modo que si tengo que frenar con urgencia ese escaso medio segundo que tardo en mover el dedo del manillar a la maneta puede ser la diferencia entre darme un golpe o quedarme a centímetros de dármelo. Podéis comprobar esto en el vídeo que os puse antes, pues hay un breve plano en el que se aprecia.

El freno delantero (eléctrico) actúa de dos maneras: cuando el patinete alcanza más velocidad de la que debería llevar por lo que dicta el acelerador la rueda delantera ejerce un par de frenado que genera electricidad que va a la batería recargando esta (es lo que ocurre en las bajadas o en las deceleraciones). Del mismo modo, llevemos la velocidad que llevemos, si pulsamos la maneta de freno el motor delantero también ejercerá ese par resistente que os decía antes frenando el patinete.

Mi consejo es que ajustéis el freno trasero para que entre en acción después del delantero. Es decir, que si pulsamos ligeramente la maneta será el freno delantero el que actúe, recargando algo la batería además. Si la situación requiere una frenada más potente, al pulsar algo más la maneta entrará el freno trasero que no regenera energía pero detiene el patín en nada de espacio actuando más como un freno «de emergencia» que otra cosa. Además, al hacerlo así gastaréis menos las pastillas de freno, que siempre es un poco engorroso cambiarlas.

Por cierto, me encanta el detalle de los rápidos destellos de la luz de freno cuando pulsamos la maneta de freno porque si llevamos a alguien detrás le va a llamar la atención y no se va a chocar contra nosotros. La detección de esta pulsación es a través de un sensor hall situado dentro de la maneta del freno.

Hablando de luces, con una pulsación del botón del manillar apagaremos y encenderemos la iluminación del patinete. Ambas luces van de la mano, siendo un foco frontal LED de color blanco que alumbra bastante (probad a circular por una zona oscura de noche) y una luz trasera de posición en forma de 0 de lo más resultona.

Más cosas: si sois tan maníaticos de los ruidos como yo lo soy os gustará saber que el patinete apenas hace ningún sonido más que el del siseo del motor al circular, pero yo me he encontrado con «grillos» en la zona de plegado, los cuales se pueden arreglar con una gota de grasa bien extendida por las zonas metálicas en contacto (podéis verlo porque al abrir la bisagra se nota que rozan por el acabado que presentan) o mejor aun, colocando una fina lámina de teflón recortada con la forma de la pieza. Sé que es un mal menor, pero si os pone nerviosos escuchar un ñi-ñi-ñi al pasar por zonas bacheadas podéis solucionarlo en cinco minutos y sin manchar nada.

Una cosa que echo en falta en este patinete es contar con una pantalla LCD en la que pudiera ver los tres parámetros principales: batería restante, velocidad y kilometraje. Son datos que la app de Xiaomi nos da, pero no hay manera de circular con el móvil en la mano y el manillar no está tan sobrado de espacio como para poner un soporte para móvil. Muchos otros patinetes eléctricos llevan este tipo de pantallas, así que me da en la nariz que si Xiaomi saca una segunda versión de este M365 la incorporará porque, al margen de los problemas mecánicos ya comentados, creo que es algo muy mejorable.

Algo que me gusta mucho de este patinete que se puede desmontar con herramientas estándar. Con un juego de llaves Allen y otro de llaves Torx podéis llegar hasta el último rincón y arreglar cualquier problema que se pueda plantear. Algo que, desde mi punto de vista, se agradece porque no hace falta hacer apaños raros o contar con herramientas especiales para ponernos manos a la obra.

Os comentaba antes que el freno delantero tiene ABS; y el caso es que así es. Por muy fuerte que frenemos la rueda delantera va a estar en todo momento bajo control. La trasera puede llegar a derrapar si apretamos muy fuerte la maneta porque al final es un freno de disco mecánico sin ninguna electrónica que lo gobierne; pero en el caso de la rueda delantera, si el sistema que controla el patinete detecta que la rueda se ha bloqueado disminuye el par de frenado para que la rueda pueda seguir girando y así mantengamos el control. Es una pena que no se haya implementado un control de tracción para evitar situaciones de patinaje de la rueda delantera al acelerar en casos como el que os comentaba antes, pero no es así.

Creo que aun no os he dicho cómo es el sistema de plegado del patinete. La cosa consiste en que mediante una leva presente en la parte baja de la barra del manillar podemos doblar esta y ponerla horizontal de tal modo que el timbre queda enganchado en un resalto que tiene el guardabarros trasero y nos sea más sencillo transportarlo. De todos modos, el patinete pesa más de 12 Kg y a no ser que seamos unos forzudos si lo llevamos así por la calle enseguida nos empezarán a doler los brazos. Tampoco lo veo práctico para llevarlo en un autobús o en el cercanías porque pesa y abulta más de la cuenta. No olvidéis que tiene algo más de un metro de largo y el manillar son unos 40 cm de ancho, que no es poco.

Por cierto, hay una cosa que me llama mucho la atención y es cómo se calientan las ruedas con el uso (vamos con la parte friki de la review). Fijaos en las siguientes fotografías hechas con mi cámara termográfica en las que podéis ver que la rueda delantera se calienta entera por tener en su interior el motor eléctrico ya que la circulación de corriente genera calor por su propia naturaleza (en verano, tras una buena sesión dándole caña, nos podemos asustar al tocar la superficie del motor). Sin embargo, la rueda trasera también coge cierta temperatura, pero en este caso es simplemente por el efecto de la fricción entre la rueda y el pavimento y eso se nota en que sólo es esa zona de la rueda la que coge temperatura. Curioso, ¿verdad?

Precisamente por esto es por lo que debemos de llevar los neumáticos hinchados a entre 3 y 3,5 bar de presión, ya que si los llevamos más flojos aumentará el rozamiento y además podemos pinchar por pellizco de la cámara si pasamos sobre un resalto o pisamos una piedra grande. Tened en cuenta que ese calor que se genera en la superficie de las ruedas no es más que energía de la batería transformada en energía térmica (un tema que me apasiona y sobre el que algún día escribiré un artículo) y que por tanto no hemos aprovechado en avanzar.

Hay un tema que, desde mi punto de vista también es importante, y es el aspecto legislativo a la hora de circular con él. En resumidas cuentas, y para no liaros mucho, os diré que como norma general no podréis circular con él por la calzada, siendo su ámbito los carriles bici y las aceras (en este último caso circulando a una velocidad que no represente un peligro para los peatones). Eso sí, cada municipio tiene potestad para legislar al respecto, de modo que si tenéis pensado comprar uno y no queréis tener líos mi consejo es que os acerquéis al ayuntamiento y preguntéis por el tema, ya que puede que haya algún tipo de ordenanza municipal o similar que limite el uso de este tipo de patinetes.

En todo caso, si no circuláis por la calzada y aplicáis el sentido común no deberíais tener ningún problema con la ley, ya que lo que siempre se intenta es que no haya líos entre los distintos usuarios de las vías urbanas sean del tipo que sean. Es decir, que si la policía local os ve circulando con el patinete por la acera a una velocidad tranquila y con cuidado sería raro que os dijeran algo; pero si os ven haciendo slalom entre los peatones a la máxima velocidad que da el patinete no os extrañe que os caiga una multa por poner el peligro a los que os rodean.

Como os decía al principio de esta review, el patinete eléctrico de Xiaomi es uno de los primeros modelos de una revolución que cada vez está más cerca. Yo tengo claro que el futuro de la movilidad en las ciudades es eléctrico, y de aquí a unos años vamos a vivir una expansión del coche propulsado por baterías para los trayectos largos y de los vehículos como este Mijia M365 para esos pequeños trayectos del día a día que a pie nos llevarían mucho tiempo pero que con un patinete eléctrico podríamos realizar de forma rápida y cómoda.

Cierto es que hasta que no pase un tiempo cada vez que salgamos con él a la calle vamos a ser el centro de atención allá por donde circulemos; pero eso es algo que debería daros igual. En mi caso, cuando voy circulando con este vehículo me invade una sensación de felicidad que no sabría muy bien describiros; pero que creo que proviene de una mezcla de satisfacción y diversión mezcladas a partes iguales.

Por último, me gustaría comentaros algo que creo que es bastante revelador; y es que desde hace unos días el patinete lo tiene mi novia porque conseguí convencerla para lo usara para ir a trabajar (tarda 20 minutos caminando) y desde el primer día que lo utilizó me dijo que le encanta y que le vaya buscando uno para ella. Y ya veréis como al final creará tendencia en su oficina; tiempo al tiempo.

Lo mejor

  • La sensación de libertad al circular con un vehículo que no contamina, que recargarlo cuesta apenas unos céntimos de euro y que nos permite llegar a cualquier punto de la ciudad sin esfuerzo.
  • La calidad de construcción, acabados y tacto en general.
  • Los frenos tienen un rendimiento impresionante

Lo peor

  • Los problemas de batería y pinchazos, que pueden acabar con el patinete arrinconado si no estamos dispuestos a remangarnos, desmontarlo y ponerle solución.
  • Se echa en falta una pantalla LCD en la que ver el porcentaje de la batería, la velocidad actual, el kilometraje…
  • Sus 12,5 Kg y su tamaño son demasiado elevados como para cargar con él de manera habitual por la calle o en transporte público

Conclusión

Si bien estamos ante un gadget que a mí personalmente me encanta y que estoy convencido de que creará escuela; hay que ser realistas y reconocer que los problemas que hemos visto en los párrafos anteriores no lo hacen aconsejable para todo el mundo. Por suerte, ahora que Xiaomi va a comercializarlo oficialmente en nuestro país tendremos servicio post-venta y, me imagino, que mayor facilidad para conseguir recambios; pero aun así los problemas de batería y de pinchazos seguirán ocurriendo a los usuarios.

Yo os lo recomiendo totalmente si no os asusta el tema que de que un día os encontréis con que el patinete se niega a cargar y os toque soldar la batería o que si pinchamos haya que pedir cámaras de repuesto a través de ebay o Amazon. Cuando recorremos la ciudad sobre él la sensación que otorga compensa con creces todas las pegas, pero tened en cuenta que no es ni mucho menos perfecto y que modelos posteriores seguramente corregirán algunos de sus fallos.

*Actualización 27/01/2018: Por fin llegan unidades a las tiendas españolas

Han llegado unidades a la tienda Xiaomi de La Vaguada y por fin he podido comprar el patinete de mi novia (lo que implica que he recuperado el mío) así que me gustaría comentaros algunos detalles que nos han parecido interesantes:

Lo primero es deciros que la caja donde viene el patinete pesa 18,1 Kg y abulta una barbaridad. Tanto que en el maletero de mi Opel Corsa D no entraba ni de casualidad, así que la metí en los asientos traseros y allí le sobraban apenas diez centímetros a lo ancho con respecto a las puertas. Os dejo un par de fotos para ilustraros esto que os digo.

Lo que más nos ha llamado la atención es que el patinete que hemos comprado hoy viene con un juego de cámaras y de cubiertas de repuesto. Las cubiertas que vienen montadas de fábrica tienen un perfil más redondeado que las que lleva el mío, mientras que las del juego de reserva son más cuadradas y me da la sensación de que son como las que tengo yo montadas.

Cuando juntemos los dos patinetes para hacer alguna ruta ya os pondré algunas fotos de esto que os digo. Espero que las cubiertas redondeadas, además de tener menos rozamiento y por tanto consumir menos energía de la batería, estén más reforzadas contra los tediosos pinchazos.

Por lo demás, el patinete es exactamente igual a excepción del cable que sale por la parte derecha del manillar, siendo negro en mi M365 y gris en el de mi novia. Lo que sí me ha comentado en los primeros kilómetros de uso es que el suyo, posiblemente por las cubiertas de perfil más redondeado, es más nervioso a la hora de girar y que tiene más fuerza al acelerar y subir cuestas.

No sé si esto último será también porque su batería es capaz de entregar algo más de corriente que la mía o porque al ser mis ruedas más pesadas (maciza detrás y con cámara más gruesa y banda de kevlar delante) se nota en las inercias.

Ya escribiré alguna actualización más a medida que vayamos usando los patinetes juntos y así podamos intercambiar opiniones entre el modelo actualmente a la venta y el que tengo yo.

*Actualización 10/02/2018: He publicado una nueva entrada titulada Un repaso al patinete eléctrico de Xiaomi después de 1000 Km en la que tras recorrer esa distancia analizo cómo ha ido envejeciendo el patinete y explico algunas cosas que me han ido pasando con él. Creo que el artículo puede ser de utilidad tanto a los que están pensando en comprarse este modelo como a los que ya lo tienen y buscan algo más de información.

Enlaces útiles

Review: OUYA

Como no sólo de fotografía vive el hombre, hoy os contaré que llevaba meses siguiéndole la pista a la microconsola OUYA y que por fin me he hecho con ella. En mi andadura por los videojuegos, que comenzó allá por 1987 con un ZX Spectrum +2, he jugado a cientos de títulos y por mis manos han pasado decenas de máquinas de todo tipo y condición. Sin embargo, desde hace unos años pocas cosas de este mundillo han conseguido captar mi atención como lo ha hecho esta pequeña máquina a la que hoy me gustaría dedicar unos párrafos.

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Además de sus diminutas dimensiones, lo más llamativo de OUYA es que fue financiada a través de una plataforma de crowfunding, siendo todo un éxito y recaudando varias veces la cantidad inicial que el desarrollador necesitaba para echar a andar el proyecto. Del mismo modo, otra cosa que la diferencia de las consolas «al uso» es que cualquier persona con conocimientos de programación puede crear aplicaciones para ella y prueba de esto que os digo es la cantidad de software de desarrolladores independientes existe para OUYA a día de hoy.

Indicaros que la consola está disponible en España desde finales de marzo del presente año y que tiene un precio oficial de 99 €. Ahora mismo, si os hacéis con ella en la cadena de tiendas Game (que es donde la compré yo) os regalarán un vale de 10 € para descargaros juegos y aplicaciones en la tienda online de OUYA. Ignoro si en otras tiendas también regalan ese vale o es una promoción exclusiva de Game.

DISEÑO

He de reconocer que el diseño de OUYA me encanta por minimalista, sobrio y elegante. Se trata de un cubo metálico gris mate de 7,5 cm de arista con las esquinas redondeadas en su parte inferior y cuya cara superior posee un único botón de encendido y apagado. En el frontal está grabado el nombre de la consola y en el propio botón de encendido (que se ilumina con un LED blanco cuando la máquina está funcionando) aparece el logo de esta. Un aspecto sencillo, sin estridencias y tremendamente zen que a mí particularmente me parece delicioso.

OUYA II

En la parte trasera se encuentran los conectores para audio/vídeo (HDMI), datos (USB, microUSB y Ethernet) y alimentación eléctrica. Si levantamos la consola para mirarla por debajo veremos una pequeña rejilla circular que sirve para tomar aire fresco del exterior y así refrigerar sus componentes electrónicos internos que se reducen a una minúscula placa electrónica con un disipador de calor sobre el integrado principal y un pequeño ventilador sobre éste. Si os pica la curiosidad, podéis ver al detalle cómo es internamente esta máquina en el despiece publicado por Ifixit hace unos meses.

Si bien la consola como tal me encanta (recuerdo que el primer día que la tuve en la mano no podía dejar de mirarla desde todos sus ángulos) el mando es un poco el «patito feo» del conjunto: aunque su diseño recuerda al de los mandos de la familia Xbox, pronto comprobaremos que su construcción y su tacto no son tan refinados como el de estos.

Para empezar, el mando necesita dos pilas AA para funcionar, situándose estas en las zonas laterales del mismo, de tal modo que hay que levantar la carcasa magnética que hay a cada lado para poder insertarlas. Esto es una de las mayores pegas que le encontré a Wii en su momento; aunque reconozco que llevo ya bastantes horas de uso de la OUYA y todavía no he tenido que cambiarlas, de modo que parecen tener una buena autonomía. Sigue sin convencerme el uso de pilas en un mando de videoconsola a estas alturas de la película; pero al menos parece que con OUYA no voy a tener que invertir mis ahorros en acciones de Duracell.

OUYA IV

Deciros a grandes rasgos sobre el mando que éste posee dos «setas» analógicas, una cruceta digital, cuatro botones de disparo, cuatro gatillos en su parte posterior, un botón de sincronismo con la consola y una zona táctil por la que podemos deslizar nuestro dedo para controlar un cursor en pantalla. Su conexión es a través de bluetooth, no dispone de vibración ni de acelerómetros y podemos conectar un máximo de cuatro mandos a la videoconsola simultaneamente.

El transformador de corriente es un poco grande si estamos habituados a los que vienen con los móviles o las consolas portátiles. Comentar que da 12 Vcc a su salida y que la consola conectada a un vatímetro no ha consumido más de 7 W siempre y cuando no tengamos conectado un disco duro USB a su parte posterior, en cuyo caso el consumo aumenta ligeramente en función del dispositivo conectado.

Comentar también que en la caja de la consola se incluye un cable HDMI, ya que es un detalle no muy habitual incluso en consolas que triplican el precio de esta OUYA. No es una maravilla ni es demasiado largo, pero nos puede sacar del apuro si no tenemos uno a mano.

Por cierto, si os gusta leer los manuales de los gadgets electrónicos que compráis con OUYA lo lleváis claro, porque lo único que se incluye es una página impresa con los tres pasos que hay que dar para encender la consola por primera vez.

Y ya que hablamos del primer arranque, lo único que podréis hacer en ese momento es conectar la consola a Internet para que ella misma se ponga a descargar el último firmware disponible e instalarlo. Un proceso que en teoría se podría hacer a través de WiFi perfectamente pero por mi experiencia (y la de muchas otras personas) es recomendable hacerlo a través de cable Ethernet si no queréis desesperaros en el intento.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

El hardware de Ouya va acorde al precio de la máquina, y es que básicamente lleva componentes muy similares a los que vais a encontrar en cualquier tablet o smartphone de gama media. Tened en cuenta que se trata de una consola que funciona con Android 4.1, que está diseñada exclusivamente para ejecutar juegos y material audiovisual y que ni siquiera cuenta con pantalla propia, de modo que ese precio de 99€ tampoco es que sea un milagro de la naturaleza.

Metiéndonos en datos más técnicos, el corazón de esta pequeña máquina es un chip Nvidia Tegra 3 (modelo T33) con 1 GB de memoria RAM tipo DDR3 y 8 GB de memoria ROM para almacenamiento de datos y aplicaciones. Su salida HDMI es capaz de enviar 1920 x 1080 pixels a la TV y además del puerto Ethernet cuenta con conexiones inalámbricas mediante WiFi y Bluetooth.

OUYA V

Si queremos ampliar esos 8 GB de capacidad de almacenamiento tendremos que emplear el puerto USB situado en la parte trasera, en el cual podréis conectar un pendrive o un disco duro externo. Si además de para jugar tenéis pensado emplear la OUYA como reproductor multimedia os recomiendo que invirtais en un almacenamiento amplio (preferiblemente de tipo flash por el tema del consumo) y lo dejéis siempre conectado a la consola.

En funcionamiento la consola es muy sigilosa. Al ser el ventilador la única parte móvil de esta, sólo apreciaremos un leve zumbido cuando éste entra en acción debido a que la temperatura en el interior de la máquina ha subido del valor prefijado por el fabricante. Por cierto, me gustaría comentar que no he tenido ningún tipo de problema debido a sobrecalentamientos o similares hasta el momento. Digo esto porque una vez leí en el foro de OUYA que un usuario se quejaba de que al cabo de unos minutos de uso la consola se bloqueaba y no se podía ni tocar el cuerpo de la misma de lo caliente que estaba. Cuando días después puso una fotografía de su OUYA resulta que el tío no había quitado los plásticos transparentes que protegen las entradas y salidas de aire de la consola y de ahí que se calentara de aquella manera. Por tanto, si la consola alcanza una temperatura muy elevada está claro que se bloqueará; pero por lo que he podido comprobar, con un uso normal no hay problemas de este tipo.

El único pero que le pongo a OUYA en funcionamiento es el escaso rango de alcance del WiFi integrado. A no ser que estemos en la misma habitación donde tengamos situado el router, la conexión a Internet se convierte en algo lento, tedioso y con continuos cortes. Con un cable Ethernet todo va como la seda; pero eso penaliza la movilidad de la consola.

FUNCIONALIDAD

Si alguno de los presentes está leyendo este artículo buscando una comparación con las actuales consolas de sobremesa puede dejar de leer y buscar por otro rincón de Internet, ya que aquí no lo encontrará. La filosofía de OUYA es muy diferente a la de Xbox One, PS4 o WiiU, ya que para empezar, a excepción de Final Fantasy III, no encontrará en la tienda de aplicaciones títulos de renombre ni de compañías conocidas; siendo casi todos ellos de pequeños desarrolladores independientes en los que prima la imaginación por encima de los aspectos técnicos.

Si sois unos primerizos en el mundillo de los videojuegos, seguramente OUYA no es vuestra consola, ya que exceptuando algunos títulos punteros como Shadowgun, la mayoría son aventuras gráficas, remakes de juegos clásicos (hay una versión de Another World realmente espectacular), puzzles y arcades muy simplones. Y digo esto porque a día de hoy la gente espera de las consolas unos gráficos hiperrealistas, sonido multicanal, árboles modelados con varios millones de polígonos… y esto es algo que en OUYA no vais a encontrar (al menos de momento).

OUYA III

Los que, como yo, más apreciarán las bondades de esta pequeña máquina son los que crecieron con ordenadores de 8 bits en los que las bandas sonoras de los videojuegos consistían en poco más que un pi-po-pi-pi-po repetido hasta la saciedad y un muñeco creado con una docena de pixels que saltaba y se agachaba según se le acercaban unos cuadrados de colores que, se suponía, eran las balas enemigas.

Para esas personas OUYA representa una vuelta a los orígenes y a la esencia misma de los videojuegos. Los que ya estamos cansados de ver siempre lo mismo, de que la jugabilidad se diluya en los datos técnicos y de que todos los años las grandes firmas saquen títulos basados en los mismos patrones vemos en OUYA un soplo de aire fresco en el que la gente puede crear sus propios títulos y distribuirlos a través de internet.

TÍTULOS DISPONIBLES

Los títulos de OUYA se adquieren a través de la tienda online de la consola. Muy al estilo de las tiendas de aplicaciones de Android e iOS, aunque con un aspecto muy simplificado. A día de hoy tenéis 775 títulos disponibles para esta minúscula consola, si bien poco a poco esta cifra va aumentando.

Algo que gusta mucho en la filosofía de OUYA es que en teoría todo título disponible es gratuito o al menos tiene una demo para probarlo antes de decidirnos a comprar la versión completa. Aun así, en la práctica hay algunos títulos (pocos, eso sí) que no disponen de esa versión de evaluación y, por tanto, si queremos jugarlos tendremos que soltar la pasta correspondiente.

En cuanto a los precios de los juegos, la gran mayoría se mueve entre 1 euro y 5 euros. Hay unos cuantos que son completamente gratuitos y algunos que cuestan unos 15 euros; pero en general son precios bastante asequibles. Eso sí, el principal problema de esto es que aunque la consola funciona bajo Android 4.1 sólo puede ejecutar los juegos comprados en su propia tienda online, no existiendo posibilidad de cross-buying. Es decir, que si ya habíamos pagado por jugar a Shadowgun en nuestra tablet o móvil Android, nos va a tocar volver a pasar por caja si queremos tenerlo en OUYA.

ouya

Comentar también que hay disponibles unos cuantos títulos multijugador; pero no penséis que detrás de OUYA hay una comunidad de usuarios tipo Xbox Live o Playstation Network. En este caso tenemos que volver a la metodología clásica (época del Quake 3 y similares) de abrir una partida dentro del propio juego y esperar a que otros jugadores se unan a ella, dependiendo este protocolo de cómo lo haya implementado el programador del título de turno.

Además de los videojuegos, OUYA juega en dos campos más. Por un lado el multimedia, y es que hay disponibles aplicaciones para reproducción de audio y vídeo tan buenas como XBOX Media Center o mi adorado VLC. Esto hace que ese pequeño cubo que podemos colocar junto a la TV del salón sin que desentone se convierta en un reproductor de películas y discos que podemos manejar cómodamente sentados en el sofá.

Por otro lado tenemos disponibles para OUYA emuladores para casi todas las consolas de 8 y 16 bits además de Playstation y Dreamcast. Precisamente gracias a este último estoy rejugando a esa de arte llamada Shenmue casi como en la máquina original. He de reconocer que hay algunos fallos gráficos cuando aparecen texturas superpuestas y tirones puntuales en algunas secuencias con gran carga poligonal; pero para aquellos que disfrutamos con Dreamcast, el emulador Reicast es una muy agradable sorpresa que además funciona realmente bien.

VEREDICTO

Para finalizar este análisis, voy a recalcar la idea que he intentado transmitiros a lo largo de todos los párrafos anteriores: OUYA no está en la órbita de las consolas que venden en los centros comerciales. Se trata de una especie de experimento dirigido a un público algo peculiar y que ya empieza a estar algo quemado de la fórmula habitual de los videojuegos que se ha ido repitiendo una y otra vez en la última década.

Si veis a OUYA desde esa perspectiva os encantará, la disfrutaréis y perdonaréis sus múltiples fallos. Sin embargo, si seguís empeñados en buscar en OUYA una máquina de bajo coste a la que jugar a los FIFA, Gran Turismo, Call of Duty, Los Sims, Need for Speed y similares, no tardará en acabar cogiendo polvo en alguna estantería.

OUYA I

Lo Mejor

  • Diseño fantástico
  • Precio (99 €)
  • Emuladores y remakes clásicos
  • Juegos de bajo precio y con posibilidad de prueba

Lo Peor

  • Conexión por WiFi muy lenta
  • Mando a pilas y de tacto algo tosco
  • Bastantes títulos de dudosa calidad
  • Tienda de aplicaciones propia sin posibilidad de cross-buying

Conducir un kart: diversión en estado puro

Uno de mis divertimentos favoritos en Oropesa del mar (y que practico casi siempre que viene alguna visita) es el karting. Tenemos en Oropesa una pista situada en el lateral de la N-340 en la que puedes competir y hacer todas las chaladuras que jamás harías con tu coche: tomar curvas derrapando, frenar a muerte en el último metro de las rectas, circular a centímetros del kart que te precede… De modo que cualquier excusa es buena para ir un rato allí a quemar adrenalina.

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

El fin de semana pasado estuvieron por aquí mi hermana y su novio, y dado que no era la primera vez que nos acercábamos por allí (saben de sobra lo divertido que es) nos dejamos caer de nuevo por Marlon Kart; sólo que esta vez en dos días consecutivos para disputar otras tantas mangas de las que Estela dejó constancia en forma de las fotografías que ilustran esta entrada.

Por cierto, el objetivo empleado en todas ellas es el Nikon 55-200 VR; y a la vista de los resultados creo que hubiera venido muy bien una óptica que alcanzara 300 o incluso 400 mm de focal. Todo se andará.

1ª ronda: Sábado 31 de Marzo. 10:30

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

Marlon Kart (Ronda 1: 31/03/2012)

2ª ronda: Domingo 1 de Abril

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Marlon Kart (Ronda 2: 01/04/2012)

Por si os planteáis acercaros por la pista a dar unas vueltas, os comento que ocho minutos corriendo con los super-karts (la categoría más recomendable para vivir emociones fuertes) cuesta 20 euros por persona y, por supuesto, os proporcionan casco. En la categoría intermedia os cobrarán 15 euros por el mismo tiempo; pero son motores de menor potencia y yo creo que no merece la pena por esos escasos cinco euros de diferencia.

En cualquier caso, os dejo un enlace a la página oficial del circuito donde podéis encontrar toda la información que podáis necesitar.

Es verdad que lo de los karts puede parecer caro (y de hecho lo es) pero si salís a la pista con ganas de divertiros os aseguro que nada más bajaros del bólido ya estaréis deseando volver a poneros el casco y salir disparados a enlazar curvas. Eso sí, las agujetas en los antebrazos al día siguiente son de órdago, advertidos estáis.

Por cierto, como podéis ver en las imágenes, la primera ronda la gané yo y la segunda Joe, de modo que el desempate lo disputaremos la próxima vez que se deje caer por aquí. ¡Espero que sea pronto!

Hoy la memoria RAM es 6000 veces más barata que en 1994

Aunque mi primer ordenador fue un ZX Spectrum +2, el PC llegó a mi vida allá por 1994 en forma de 486 DX2-66 con 8 MB de RAM y 420 MB de disco duro.

Recuerdo que aquel ordenador venía de serie con 4 MB de RAM que era lo habitual por aquellos tiempos; pero a la hora de configurarlo decidí aumentar la memoria otros 4 «megas» más por los que me cobraron la friolera de 19900 pesetas (120 euros al cambio actualmente).

Os comento esto porque ayer mismo compré un par de módulos de memoria DDR3 de 4 GB cada uno para mi nuevo ordenador de sobremesa de tal modo que ahora mismo dispongo de un total de 16 GB de memoria que ayudarán a que las aplicaciones de fotografía que suelo utilizar funcionen de forma fluida durante años. Aprovecho para apuntar que estos 8 GB «extras» me han costado 39 euros.

Familia de condensadores

El caso es que si ponemos las cosas en perspectiva y tenemos en cuenta que cuando hice la ampliación de memoria al 486 el mega de memoria RAM cotizaba a 30 euros, si hubieran existido unos hipotéticos módulos de 4 GB de RAM por aquella época y hubiera comprado un par de ellos, hubiera tenido que desembolsar aproximadamente 245000 euros (algo más de cuarenta millones de las antiguas pesetas); es decir, que actualmente la memoria RAM es unas 6300 veces más barata que hace diecisiete años. Casi nada.

Unas sencillas cuentas que nos dan una idea del ritmo vertiginoso al que avanza el mercado de la electrónica de consumo.

Los problemas de pasarse a Full Frame

Hace tiempo estuvimos hablando de los dos tamaños de sensor en las cámaras réflex digitales (al menos en lo que a Nikon se refiere, aunque esta distinción también se da en Canon o en Sony por ejemplo). En general, los modelos tope de gama de estas marcas son los que van equipados con sensores de tamaño completo (también denominados Full Frame o directamente FF) que tienen las mismas dimensiones que un negativo fotográfico de 35mm, mientras que las inferiores llevan sensores de tipo APS-C que poseen unas medidas más reducidas como podéis apreciar en la siguiente imagen.

Sensores Full Frame y APS-C

Pues bien, ya sabemos que el mundo de la electrónica de consumo siempre va de arriba a abajo, y poco a poco los modelos de cámaras equipadas con sensores de tamaño completo se van extendiendo por las gamas de los fabricantes. En el caso de Nikon, ya no sólo las D3, D3s y D3x van equipadas con estos sensores, sino que la D700 también lo lleva, siendo bastante más barata (aunque lo mejor sería decir «menos cara») que sus hermanas mayores.

Algo más que una simple diferencia de precio

Como os digo, si vemos el catálogo completo de Nikon vamos a ver que la diferencia de precio entre una D300s (el tope de gama actual en sensor DX) y una D700 (que en esencia es una D300 con sensor FX) no es demasiado elevada; o al menos es lo suficientemente reducida como para hacernos dudar si no merecerá la pena dar directamente el salto a Full Frame. En concreto, la primera sale por unos 1300 euros y la segunda por aproximadamente 2000. Y aunque esos setecientos euros son una pasta se miren por donde se miren, hay muchos usuarios que aplican lo de «caballo grande ande o no ande» y acaban optando por la D700 sin saber muy bien qué es lo que buscan en una cámara.

Los sensores Full Frame tienen mayor rango dinámico, mejoran la relación señal / ruido a sensibilidades elevadas, tienen una definición muy buena, los angulares mantienen intacta su distancia focal… pero también llevan aparejadas una serie de desventajas en las que algunas personas no pensaron cuando se deshicieron de su cámara APS-C para pasarse al sensor FF.

Estamos de acuerdo en que la diferencia de precio entre una cámara APS-C tope de gama y una FF tal vez no sea demasiado elevada; pero el verdadero gasto vendrá a la hora de «calzar» dicha cámara con las ópticas adecuadas: en términos generales las ópticas para FF son mucho más caras que en APS-C, pesan y abultan mucho más y, lo que es peor, nos va a dar la sensación de que no nos acercan lo suficiente al motivo a fotografiar.

El factor de recorte

Técnicamente, al no haber factor de recorte, un objetivo de 200mm en una cámara Full Frame es un 200mm, no hay más. En APS-C ese 200mm cerraría su ángulo de visión para dar el equivalente a un 300mm en Nikon (1,5x) o 320mm en Canon (1,6x); algo que adoran los amantes de los animales salvajes y las competiciones deportivas. Sin embargo, en FF para «acercarnos» al sujeto como en nuestra anterior cámara APS-C tendremos que comprar un 300mm «de verdad» con las consecuencias que esto implica para el bolsillo y la espalda.

Vamos a ver esto empleando como ejemplo dos teleobjetivos fijos con características técnicas similares (AF-S, VR y f/2.8) montados sobre cámaras Nikon:

Teleobjetivo Nikkor 300 mm f/2.8 ED-IF AF-S VR

  • Dimensiones: 268 x 124 mm
  • Peso: 2850 gr
  • Precio aproximado: 5000 euros

Teleobjetivo Nikkor 400 mm f/2.8 G ED AF-S VR

  • Dimensiones: 368 x 159 mm
  • Peso: 4620 gr
  • Precio aproximado: 8000 euros

Como podéis ver, el teleobjetivo de 400mm pesa y cuesta prácticamente el doble que el de 300mm y además es 10 cm más largo. Y la cosa es que en términos de ángulo de visión, el 300mm montado sobre una cámara DX equivaldrá a un 450mm, por lo que ni siquiera con el 400mm montado en nuestra cámara FX podremos acercarnos tanto al motivo a fotografiar. Esto va a dar lugar al síndrome «no estoy lo bastante cerca» que ha afectado a numerosos usuarios que han dado el salto a Full Frame y se han encontrado con un 200mm se queda corto para fotografiar ese gorrión que saldrá volando si damos un paso más.

Además, hay otro «problema» añadido: la gente que pretende encontrar un objetivo todoterreno para FF como los 18-200 que hay en formato APS-C con los que se puede ir a pasar el día con la cámara a cuestas sin mayor problema lo llevan claro. Para conseguir esas distancias focales en FF apenas hay opciones; y de hecho casi lo único que hay en ese sentido es el Canon EF 28-300mm f/3.5-5.6L IS USM que cuesta 2500 euros, pesa 1,7 Kg y es un mostrenco que abulta como un 70-200 f/2.8. Vamos, ideal para ir de excursión a la montaña con la cámara colgada del cuello.

Los objetivos de focal variable para cámaras con sensor de 35mm rara vez alcanzan relaciones de zoom más allá de 3x o como mucho 4x. Ópticas como 14-24 (1,7x), 35-70 (2x), 24-85 (3,5x) ó 70-300 (4,3x) son lo habitual; mientras que en DX es muy común encontrar en el mercado zooms de rango focal 18-135 (7,5x), 18-200 (11,1x) e incluso un 18-270 (15x) fabricado por Tamron.

Conclusión

No hay duda de que una cámara Full Frame da una calidad de imagen impresionante, pero eso no quiere decir que las cámaras con sensor APS-C no tengan su público. De hecho, en el caso de que os gusten las fotografías de naturaleza así como retratar eventos en los que no nos queda más remedio que estar alejados del sujeto principal (partidos de tenis, mítines políticos, aviones despegando…) tenéis en el factor de recorte a un buen aliado, ya que para conseguir distancias focales semejantes en una cámara Full Frame vais a necesitar dos cosas: ser millonarios y estar bastante fuertes.

Evidentemente no seré yo el que os desaconseje la compra de una cámara FF «porque sí», ya que son una verdadera maravilla visual y allá cada uno lo que haga con su dinero; pero sí que os diré que meditéis muy bien si realmente le vais a poder sacar todo el partido posible. Tened en cuenta que en el mundillo de las cámaras réflex son las ópticas y no la cámara las que marcan el límite entre las fotografías que podréis o no podréis hacer; y en Full Frame el dinero que hay que pagar por elevar ese límite aumenta considerablemente.

Guantes para fotografía por 2,45 euros

Las temperaturas han caído en picado estos días. Es algo que pude constatar por mí mismo cuando el pasado Lunes bajé a la calle a las nueve de la mañana con la cámara en la mano y pocos minutos después tenía los dedos casi insensibles y con un ligero hormigueo.

A la sombra

Sí; reconozco que eché en falta unos guantes. Pero claro, no muchos guantes sirven para fotografía: los de lana o de material acrílico harán que la cámara se nos escurra de las manos con facilidad y los típicos de nieve son tan gruesos que será muy complicado manejar cualquier control e incluso apretar el disparador. También tenemos la opción de los mitones, que son unos guantes con los que las puntas de los dedos quedan al aire; pero no son muy recomendables con temperaturas muy bajas porque al final son casi como no llevar nada. Tal vez unos de piel sean una buena opción porque abrigan más y proporcionan agarre, pero hay que tener en cuenta que son delicados y no conviene darles mucho trote si queremos que se conserven en buen estado…

Para paliar esto, Lowepro tiene unos guantes en su catálogo que se adaptan perfectamente a estas situaciones, pues se trata de un modelo de material sintético cuyas palmas están recubiertas de unos puntos de goma que nos permitirán agarrar la cámara con seguridad a la vez que mantendremos el suficiente tacto como para manejar los controles de la misma sin problemas.

¿Cuál es el inconveniente? Pues que los dichosos guantes tienen un precio de casi 40 eurazos. Por suerte estas cosas no son exclusivas de la fotografía; sino que son empleados desde hace tiempo en actividades como la pesca o la caza para el manejo de los aparejos asociados a estas especialidades. De hecho hace unos años vi guantes como estos en las extintas tiendas Ventisca, pero desgraciadamente nunca me dio por hacerme con unos.

El caso es que si no queréis gastaros una pasta en los guantes de Lowepro tenéis una opción mucho más económica pero casi igual de funcional; y es que precisamente ayer por la mañana me acerqué a la tienda Decathlon de Alcalá de Henares en busca de algunos guantes que pudieran servirme para la cámara de fotos y me lleve la sorpresa de encontrarme unos con las mismas características de los Lowepro pero de una marca propia de Decathlon, por lo que su precio era mucho más bajo: concretamente 2,45 €. ¡¡Por lo que cuestan los Lowepro te puedes comprar quince pares de estos!!

Esta claro que por la diferencia de precio alguna diferencia habrá entre unos y otros; pero si vamos a lo práctico (una actitud siempre recomendable) podemos hacernos con dos pares de guantes de Decathlon y gastarnos los más de treinta euros restantes en hacer una excursión en la que hacer fotografías inolvidables.

Por supuesto, los estuve probando un rato y me dejaron bastante contento: las manos permanecen calientes, la cámara se sujeta sin problemas (aunque siempre conviene recordar la importancia de colocarse la correa al cuello o enrollada en la muñeca para evitar disgustos) y se pueden accionar con facilidad incluso los controles más pequeños sin ninguna dificultad.

Por cierto, si os queréis hacer con unos os comento que en Decathlon no están en la sección de ropa de montaña (donde suelen estar la inmensa mayoría de guantes) sino en la sección de caza y pesca. Cuando fui ayer quedaban muy pocos pares, pero supongo que repondrán en breve, pues no se trata de una oferta sino que lo que me costaron a mí es su precio de venta habitual. Por cierto, son de talla única, ya que son elásticos.

En definitiva, si estáis buscando unos guantes para que no se os queden las manos heladas cuando vayáis de safari fotográfico en invierno creo que estos de Decathlon pueden ser una opción interesante sobre todo por su buena relación calidad / precio.

Review: iPod Touch 3ª generación (8 GB)

Tras usar durante infinidad de tiempo mi iPod Nano de tercera generación (que ahora emplea mi hermana en su aventura Erasmus por Bruselas) y el Classic de sexta generación, llevo unos días pegado a un iPod Touch de tercera generación con una capacidad de 8 GB que viene conmigo a todas partes. Desde que este modelo del icónico reproductor musical apareciera en el mercado allá por el 2007 siempre me han llamado mucho la atención, de modo que cuando el otro día ofrecían en el foro de Elotrolado.net uno apenas desprecintado por sólo 110 euros no me lo pensé mucho antes de aceptar.

iPod Touch 3ª gen (8 GB)

¿Qué tiene de particular un iPod Touch?

El iPod Touch es un gadget que mezcla la reproducción de música, vídeo y podcasts con otras características más avanzadas como la conectividad inalámbrica, navegación por Internet, gestión del correo electrónico, integración con Google Maps… así como la posibilidad de instalar las aplicaciones disponibles en la App Store de Apple. De todos modos, una definición muy empleada para hacernos una idea del concepto básico de este aparato es que se trata de «un iPhone sin phone».

Nada más abrir la caja del iPod Touch uno se encuentra en la mano con un aparato muy ligero y sobre todo muy esbelto: es tan fino y suave en los bordes que parece que se va a deslizar entre nuestros dedos. Del mismo modo, la cubierta trasera es del mismo material y estilo habitual en los reproductores de la firma de la manzana: acero cromado que se raya con mirarlo. De hecho, tras unos días de uso y sabiendo lo cuidadoso que soy con mis cosas, empiezan ya a aparecer en ella las típicas marcas que con el tiempo dejarán esta superficie prácticamente mate; que es como está ahora esa parte de mi iPod Classic.

En todo caso, me niego a emplear ningún tipo de funda en mis aparatos: pagamos una pasta por un teléfono un poco más delgado que el anterior o por un MP3 que podamos llevar en el pantalón sin notarlo y le cascamos una gruesa funda de silicona que multiplica su volumen por dos y hace que sacar el gadget del bolsillo se convierta en un sufrimiento. Yo lo siento por los arañazos de la cubierta trasera, pero no veréis un gadget de mi propiedad envuelto en una fea funda de silicona; aunque sí que es verdad que ya procuro que en el bolsillo donde va el iPod o teléfono de turno no haya ninguna otra cosa (llaves, monedas…). Y es cierto que hubo una época en la que compré un par de fundas para mi iPod Nano e incluso hice una comparativa entre ambas; pero sopesando los pros y los contras al final opté por llevarlo «a pelo» en el bolsillo.

iPod Touch 3ª gen (8 GB)

Como os decía el reproductor es realmente delgado: bastante más que el iPod Classic y más o menos en la línea de grosor del iPod Nano de tercera generación. Sus medidas en concreto son 110 × 61 × 8 mm. En cuanto al peso, se queda en 115 gramos. El reproductor, visto desde arriba es un poco más alto que un Classic, pero en su delgadez es donde reside su gran ventaja en cuanto a la portabilidad del mismo.

iPod Touch 3ª gen (8 GB)

La filosofía Touch

La filosofía del iPod Touch es muy diferente a la de los reproductores más clásicos de la marca de la manzana equipados con la típica rueda táctil. En este caso, el aparato sólo tiene tres botones físicos: un botón de inicio bajo la pantalla, otro de bloqueo en el borde superior y un pulsador doble en el lateral que sirve para subir y bajar el volumen sin tener que andar trasteando con la pantalla. En la parte inferior se puede encontrar el típico conector para sincronizar y cargar los iPod así como el jack estándar de 3,5mm para conectar los auriculares.

Por lo demás, todo el manejo del iPod Touch se basa en el empleo de la pantalla multitáctil de 3.5 pulgadas y resolución de 320 x 480 píxels. Pulsando sobre sus iconos arrancaremos las aplicaciones que nos permitirán escuchar música, ver vídeos, navegar por Internet, acceder a la tienda virtual de Apple, consultar el e-mail, acceder a Google Maps, mirar las cotizaciones de la bolsa, la previsión meteorológica… y todo lo que podamos imaginar mediante la instalación de aplicaciones externas como luego veremos.

iPod Touch 3ª gen (8 GB)

Actualmente el iPod Touch se comercializa en 3 tamaños: 8 GB, 32 GB y 64 GB; si bien el más pequeño no es más que uno de segunda generación con firmware actualizado a la última versión; y de ahí su bajo precio (oficialmente cuesta 179 euros; mientras que las versiones de mayor capacidad se van a los 269 y 359 euros respectivamente). Exceptuando algún detalle, la funcionalidad es la misma, por lo que todo aquello que os comente sobre el modelo básico se puede extrapolar a los dos modelos superiores.

En cualquier caso, no es la capacidad de almacenamiento lo que más me llama la atención del iPod Touch; sino el conjunto de todas sus características. Para llevar encima toda mi música y mis podcasts ya tengo los 80 GB del iPod Classic, por lo que el Touch lo tengo para emplear sus caracterísiticas multimedia y llevar una selección de unos veinte discos que me puede apetecer escuchar en cierto momento. Selección que voy cambiando de vez en cuando en función de mis gustos musicales o los álbumes que más esté escuchando en una época determinada. Más o menos lo mismo que hacía cuando el iPod Nano era mi único reproductor portátil.

La importancia del Wi-Fi

Sobre el papel, el Touch promete muchas cosas que hay que coger un poco con pinzas: si estamos bajo una red Wi-Fi a la que podamos conectarnos disfrutaremos de todas sus funciones, pero fuera de su cobertura la funcionalidad del Touch queda un poco mermada. Podemos arrancar la aplicación del correo (compatible con la mayoría de las cuentas POP3 e IMAP, por cierto) y escribir un borrador estemos donde estemos; pero no podremos mandarlo hasta que nos conectemos a una red Wi-Fi. Del mismo modo, Google Maps también toma los datos de Internet, por lo que sin conexión a la red de redes no podremos consultar ningún dato. Si necesitáis consultar todas estas cosas estéis donde estéis, vuestras necesidades van más enfocadas a un iPhone o similar; es decir, un dispositivo que se conecte a Internet mediante la red de telefonía móvil, pues así no dependeréis de encontrar una red Wi-Fi abierta; algo que en España todavía no es tan común como en EEUU o Japón.

iPod Touch 3ª gen (8 GB)

Como estáis viendo, la conexión Wi-Fi es el eje central de todas las funciones de conectividad del iPod Touch, por lo que siempre estaremos limitados a encontrar una red inalámbrica a la que conectarnos si queremos aprovechar todo su potencial. En caso contrario, el iPod Touch es un reproductor multimedia fantástico que además cuenta con una gran autonomía; pero no podremos disfrutar del resto de sus características al 100%.

De todos modos, para no alargar demasiado este artículo os voy a enumerar algunas características del Touch que me han gustado especialmente para luego puntualizar otras que no me han hecho demasiada gracia. Creo que será mejor hacerlo así, porque si voy enumerando características párrafo tras párrafo esto puede acabar siendo el artículo de nunca acabar; y lo que quiero es dar una visión muy general del Touch con sus pros y sus contras.

Cosas que me gustan del iPod Touch

+ Conectividad Wi-Fi: soy un enamorado de la conectividad inalámbrica. El primer dispositivo Wi-Fi que entró en mi casa fue mi portatil Toshiba hace ya unos cinco años; y desde entonces cada vez hay más cosas que se conectan de este modo a Internet. Si un ordenador está fijo en un lugar de la casa soy el primero que lo conecta por cable porque es más rápido e inmune a interferencias; pero para dispositivos móviles el Wi-Fi es lo mejor que les ha podido pasar.

+ E-mail: la aplicación que gestiona el e-mail funciona estupendamente. Es rápida, fácil de usar y muy funcional. Me gusta mucho poder escribir un mail en cualquier lugar con facilidad y comodidad. Si tengo conexión a Internet lo puedo mandar en ese preciso instante; pero si no, se almacena y se envía en cuanto me conecte a una red Wi-Fi.

+ Google Maps: una de las aplicaciones más útiles que existen. Es raro el día que no uso Google Maps en mi ordenador para localizar alguna dirección, por lo que su inclusión en el iPod Touch me parece todo un acierto por si necesitamos encontrar algún lugar «sobre la marcha». Por cierto, me parece impresionante que tengamos disponible el modo Google Street View.

+ Precisión de la pantalla: el teclado (y en general todo lo que se maneja en pantalla) tiene una precisión envidiable, y lo mejor es que no hay que usar ningún tipo de lápiz táctil para ello. Usaremos los dedos para manejar todos y cada uno de los aspectos del aparato y veremos que su precisión es grande. Y no creáis que hay presionar mucho; un sutil toque con la yema del dedo basta para que el Touch se entere de nuestras intenciones.

+ Navegador integrado: el Touch viene con el navegador Safari integrado y funciona muy bien. No tiene soporte para Flash, pero en general las páginas web cargan con rapidez y uno se puede mover con soltura por ellas. Me encanta que con un doble click sobre una parte de la web se hace un zoom para pasar a ocupar todo el ancho de la pantalla. Si ponemos el Touch en horizontal el navegador se adapta a dicho formato.

+ Aplicaciones externas: la posibilidad de instalar cualquier aplicación desarrollada para el iPod Touch aumenta las posibilidades del aparato. Las hay enfocadas a todo tipo de cosas; desde una que nos permitirá estar al tanto de las misiones de la NASA o consultar el plano del Metro hasta otras tan frívolas como convertir el Touch en una espada de Star Wars o en un nivel de burbuja. Del mismo modo, también hay gran cantidad de juegos disponibles, siendo algunos de ellos técnicamente bastante buenos. Aunque muchas aplicaciones son de pago, hay también un buen número de ellas que son completamente gratuitas (de hecho todas las que aparecen en la siguiente captura lo son).

Las aplicaciones que tengo instaladas en el momento de escribir este artículo. La de la NASA se está descargando en este instante

Aplicación de Metro de Madrid (¡muy útil, currada y encima gratuita!)

El juego Racing GTI (carreras en 3D)

Dentro de su sencillez, Labyrinth 3D tiene unas físicas impresionantes

Cosas que no me gustan del iPod Touch

– Autonomía de la batería: si bien la autonomía como reproductor de MP3 es excelente (la marca dice que una carga completa nos dará 36 horas de audio), esta se reducirá considerablemente si empezamos a trastear con todas las funciones multimedia, Wi-Fi y demás hasta el punto de que si lo usamos intensivamente tendremos que ponerlo a cargar prácticamente todos los días.

– Agarre: hay que tener cuidado al coger el iPod Touch para que no se nos resbale de las manos. Sus bordes son muy finos y están tan pulidos que a veces me da la sensación de que el aparato se puede resbalar e ir al suelo. No se me ha caído ni una vez, pero al sacarlo del bolsillo siempre voy con mucho cuidado para no llevarme un susto.

– Sistema de localización: puede que en grandes ciudades como Madrid o Barcelona sea más preciso; y cuando lo pruebe por allí actualizaré este punto con algún comentario al respecto. Sin embargo, mis tests por Alcalá de Henares han sido decepcionantes: al no tener GPS integrado (el iPhone sí lo tiene) la localización del aparato se basa únicamente en la identificación de las redes Wi-Fi que haya en el alcance del aparato (si es que las hay), las cuales tendrán que estar dadas de alta en una base de datos que relaciona el identificador de la red como sus coordenadas geográficas. En un mundo ideal la idea funcionaría; pero la realidad es que las pocas veces que el sistema me ha posicionado he obtenido márgenes de error de varios kilómetros, llegando al extremo en una ocasión de situarme directamente sobre Castelldefels (Barcelona) cuando en realidad estaba en pleno centro de Alcalá.

Trucos y consejos de uso

· Para ahorrar batería os recomiendo desactivar el push para las aplicaciones que hagan uso del mismo (como el gestor de e-mail). Lo del push consiste en que si está activado, el iPod estará constantemente conectado a Internet por si llega un correo de modo que os lo notificará al instante; pero claro, eso implica un gasto de batería considerable y tampoco creo que pase nada si tardamos un cuarto de hora en recibir un e-mail.

En mi caso, lo que hago es desactivar el push y ajustar un intervalo de comprobación del mail de 30 minutos. De este modo, si la pantalla del iPod está activa (trasteamos por sus menús con el Wi-Fi encendido) se estará comprobando el e-mail constantemente; pero en el momento que la pantalla se apague, el Wi-Fi sólo se conectará cada media hora para ver si hay correos nuevos en el servidor y a continuación se volverá a apagar.

· En el momento que encendamos la pantalla, si había algún correo nuevo aparecerá una cifra junto al icono del mail para indicar dicha situación. Del mismo modo, los correos que hayamos redactado sin conexión y que tengamos almacenados en la bandeja de salida se mandarán en cuanto el iPod se conecte a Internet.

Pantalla de inicio del iPod Touch. ¡Tengo un e-mail sin leer!

· En Google Maps se queda en caché lo último que hayamos visto en el mapa. Por tanto, si no tenemos claro que en el sitio al que vayamos a ir pueda haber una red Wi-Fi disponible puede ser una buena idea visitar esa localización cuando tengamos conexión a Internet para que así la tengamos en la caché y la podamos consultar una vez allí.

· Podéis hacer una captura de pantalla del iPod Touch en cualquier momento pulsando al mismo tiempo el botón central y el de bloqueo. Así es como he sacado las capturas que ilustran este artículo.

Capturas varias

Para finalizar, os dejo con algunas capturas acompañas de algún breve comentario de cosas que se han quedado «en el tintero» a lo largo del artículo pero que no quiero dejar pasar por alto.

Aplicación de Youtube integrada en el Touch. En ella podemos ver vídeos igual que en el PC de casa (pero tenemos que estar conectados a una red Wi-Fi, claro)

Calculadora científica (en vertical se simplifica)

En la mayoría de las aplicaciones, si colocamos el Touch en horizontal el teclado adopta esta disposición para escribir con más comodidad

Aplicación para ver las cotizaciones de la bolsa. ¡Vaya día para los inversores!

Podemos navegar entre nuestros discos a golpe de dedo

Los controles del iPod durante la reproducción (esto se puede "minimizar" y seguir haciendo otras cosas mientras escuchamos música)

Podemos visitar la App Store desde el propio iPod Touch

Y lo mismo con la iTunes Store por si queremos comprar música directamente desde el reproductor

La aplicación de predicción meteorológica. Hasta el momento ha acertado en sus predicciones

Conclusiones

Podemos resumir todo lo visto anteriormente diciendo que el iPod Touch es un dispositivo capaz de cubrir unas cuantas necesidades en un aparato que apenas se nota en el bolsillo. Sin embargo, la mayoría de sus funciones dependen de que podamos estar conectados a una red Wi-Fi; por lo que el Touch será más útil cuantas más redes de este tipo haya en el entorno por el que nos movamos. En medio del campo el iPod Touch es un fantástico reproductor de música, podcasts y vídeo que también hará funciones de bloc de notas; pero poco más.

Sin embargo, en medio de una gran ciudad, con muchas posibilidades de conectarnos a una red Wi-Fi abierta, el iPod Touch se convierte en un pequeño ordenador que nos va a permitir navegar por Internet, consultar el correo y hacer prácticamente todo lo que podemos hacer con el ordenador de casa (salvando las distancias, claro está).

La conectividad a Internet es la clave del Touch; pero… ¿no es precisamente ese el futuro de la informática? De hecho, Google con su Chrome OS plantea algo similar: un sistema operativo para ordenadores personales que necesita Internet para funcionar al 100% y que sin esa conexión no es capaz más que de ejecutar algunas funciones básicas. Está claro que Internet no es nada sin la informática; pero en un futuro cercano la informática tampoco será nada sin Internet.

Recomendaciones a la hora de comprar una cámara digital

Aprovechando que se acercan las Navidades y que uno de los regalos estrella de estas fechas suelen ser las cámaras digitales, me gustaría hoy hacer un pequeño repaso a los tres tipos más habituales de cámaras que podemos encontrar en las tiendas.

Cierto es que en comercios especializados podemos encontrar todavía cámaras de carrete, cámaras de medio formato y cosas así pero, como os digo, hoy me gustaría centrarme en lo más habitual: las típicas cámaras que podemos encontrar en cualquier centro comercial y que son lo que la inmensa mayoría de la gente buscará en las próximas semanas.

Cámaras compactas

Son las más vendidas con diferencia desde la popularización de las cámaras digitales. En los últimos tiempos han avanzado las ventas de los otros dos tipos de cámaras que luego veremos; pero a día de hoy las compactas son las que más rápidamente vuelan de las estanterías de las tiendas. Además, todas ellas graban vídeo, lo que puede ser un aliciente para algunos usuarios.

Una cámara compacta no abulta mucho más que un paquete de cigarrillos y gracias a ello podemos llevarla en el bolsillo de una chaqueta o en un pequeño bolso sin que apenas notemos que está ahí. En los últimos modelos se prescinde de cualquier visor óptico de tal modo que el encuadre de la fotografía lo realizaremos utilizando la pantalla trasera de la cámara, que suele tener un tamaño de unas tres pulgadas en diagonal.

Por lo general poseen un zoom óptico de entre tres y cuatro aumentos y de un tiempo a esta parte se están poniendo de moda los objetivos angulares para poder realizar fotos de grupo en las que quepa todo el mundo en la imagen. De todos modos, no esperéis milagros en estas cámaras, pues sus ópticas no suelen ser demasiado luminosas y a veces podemos ver deformaciones en las imágenes debido al compromiso entre tamaño y calidad.

Una cámara compacta no tiene rival para llevarla encima y hacer fotografías de todo lo que se nos cruce por delante. Yo mismo tengo una Sony Cybershot DSC-P200 que viene conmigo cuando no llevo la réflex encima y, desde luego, no tengo pensado desprenderme de ella pese a que tiene sus limitaciones porque me resulta muy práctica para ciertas situaciones.

Las desventajas de las compactas vienen derivadas precisamente de su pequeño tamaño: el sensor es mucho más pequeño que el de una réflex y eso hace que las imágenes presenten un ruido bastante importante en cuanto subimos la sensibilidad ISO (la densidad de píxels es tremenda) y no es posible realizar desenfoques acusados con ellas por la construcción de sus ópticas.

Una compacta básica nos puede costar poco más de 100 euros, mientras que una de gama media superará los 200; por lo que el desembolso no es demasiado grande en términos generales.

Cámaras bridge

Una bridge es una cámara que se encuentra a medio camino entre una compacta y una réflex. Llevan un objetivo único con un zoom bastante potente (suelen rondar los doce o quince aumentos; pero hay modelos que llegan a los veinte) y para albergarlo poseen un cuerpo algo más aparatoso que recuerda en cierto modo al de las réflex por su forma.

El enfoque también se realiza con ayuda de la pantalla situada en la parte trasera (que puede ser basculante) y en los modelos más recientes se han incorporado sistemas de estabilización para ayudar a que las imágenes queden nítidas disparando a las distancias focales más largas. Últimamente también se ha puesto de moda el incluir la posibilidad de disparar en formato RAW con las posibilidades de post-proceso que esto ofrece.

La gran ventaja de las bridge es que ofrecen un zoom muy potente en un cuerpo más o menos pequeño y ligero. Algo que agradecerán los excursionistas (de campo o de ciudad) que no quieren cargar con un equipo muy pesado y buscan la polivalencia de un equipo que les permita pasar de teleobjetivo a angular en un momento y sin andar cambiando de objetivo. Al igual que las compactas, todas ellas (al menos que yo sepa) son capaces de grabar vídeo.

Los problemas de las bridge vienen dados principalmente porque el sensor no es mucho más grande que el de una compacta (los problemas de ruido siguen presentes en cuanto subimos la sensibilidad ISO) y el amplio rango del zoom hace que se presenten defectos ópticos en algunas distancias focales como pérdidas de nitidez en la posición de teleobjetivo y distorsión de barril usando el angular.

Las cámaras bridge son algo más caras que las compactas de gama equivalente, costando una bastante básica en torno a los 250 euros y las de gama media sobre los 400.

Cámaras réflex

De las réflex no os contaré gran cosa, pues casi todos los artículos de esta sección del blog están basados en este tipo de cámaras y a estas alturas ya tendréis una idea hecha de qué nos pueden ofrecer. En cualquier caso, a nivel de funcionamiento os remitiré a una entrada en la que explicaba en pocos párrafos cómo funciona una réflex.

Las cámaras réflex siempre tienen ópticas intercambiables, y ahí es donde reside la potencia de estas. Lo habitual es que con la cámara venga un objetivo «de kit», que suele tener unas características bastante normalitas. Suelen ser modelos con una distancia focal de 18 a 55 mm y apertura rondando f/4 que, si bien en la distancia más corta puede cumplir con soltura, enseguida veremos que se nos va quedar muy justo para acercarnos a los detalles lejanos, por lo que enseguida pensaremos en hacernos con un teleobjetivo.

Por cierto, de un tiempo a esta parte, la práctica totalidad de los modelos de réflex que salen al mercado son capaces de grabar vídeo. No puedo decir que lo hagantodas porque por ejemplo la reciente Nikon D3000 no posee esta característica; pero sí que es algo que antes era impensable y ahora es de lo más habitual. Y todo esto por la adopción del sistema Live View, que no es otra cosa que la posibilidad de enfocar y componer las fotografías empleando la pantalla de la cámara. Claro, una vez que la imagen se visualiza en una pantalla digital, el grabarla en una tarjeta de memoria es algo trivial, y de ahí la adopción general de la grabación de vídeo.

De todos modos, en las cámaras réflex la diferencia de calidad en las imágenes la marca el objetivo que llevemos acoplado, por lo que conviene optar por un cuerpo no demasiado caro y así poder comprar una óptica acorde con nuestras necesidades más adelante. Yo recomiendo empezar con la óptica del kit y, una vez que veamos qué es lo que más nos gusta hacer, optar por un objetivo acorde con ello. Tal vez sea el macro, la fotografía de aves o los paisajes; y en cada uno de estos casos necesitaremos ópticas diferentes.

En cuanto a precios, las cámaras réflex más sencillas (Nikon D3000, Canon 1000D…) suelen costar unos 500 euros y vienen acompañadas de un objetivo básico. Si nos vamos a la gama media (Nikon D90, Canon 450D) tendremos que hacernos a la idea de que el coste se nos irá a los 900 euros aproximadamente por un conjunto de cuerpo más objetivo básico.

Conclusiones

Como veis, cada tipo de cámara tiene sus potenciales usuarios: las compactas están orientadas a personas que quieren tener un recuerdo visual de los sitios a los que van sin complicarse mucho la vida. Las bridge están un escalón por encima y vendrán bien a usuarios que busquen polivalencia en un aparato que ni pese ni abulte demasiado. Por su parte, las cámaras réflex están enfocadas (nunca mejor dicho) a aquellos usuarios que buscan creatividad y calidad en sus imágenes sin importarles el mayor gasto que suponen estos equipos así como las dimensiones o el peso del conjunto.

La familia Nikon sigue creciendo

En cuanto al coste de una cámara, tened en cuenta que comprando una compacta o una bridge poco más tendréis que gastar a no ser que queráis comprar un trípode, una funda o algo así. Sin embargo, la compra de una cámara réflex es sólo la punta de iceberg, ya que poco a poco acabarán cayendo objetivos, flashes, filtros, bolsas de transporte y otros elementos que superarán con creces el coste inicial del equipo. De hecho, cualquier objetivo Nikon o Canon de gama media-alta (no hablemos ya de las ópticas más punteras) seguramente os costará más que el propio cuerpo de la cámara y, por supuesto, más que cualquier compacta o bridge que podáis ver en la tienda. De todos modos, otras marcas como Sigma, Tamron o Tokina fabrican objetivos compatibles con todas las marcas que os permitirán ahorrar algo de dinero.

Consejos generales

– Para mi gusto es mejor que las cámaras empleen una batería recargable de Li-ion. Las pilas son cosa del pasado y duran bastante poco en comparación con las baterías más recientes. En mi D40 puedo hacer más de 700 fotos (apenas uso el flash, eso sí) antes de tener que recargarla.

– Aseguraos de que la cámara emplee tarjetas SD. Podéis ver lo que cuesta una tarjeta de 2 GB en ese formato y luego buscar el equivalente en XD o en Memory Stick y entenderéis por qué lo digo.

La tarjeta en su estado original

– El estabilizador es muy recomendable para fotos en condiciones de poca iluminación. Si es electrónico lo que hará es subir la sensibilidad ISO para disminuir el tiempo de exposición, mientras que si es óptico lo que se hará es mover algún elemento dentro de la cámara para contrarrestar el temblor de nuestras manos.

– Aunque todo es cuestión de gustos, yo os recomiendo optar por una marca de fotografía «de toda la vida» como Nikon, Canon, Fuji, Olympus… Son marcas que llevan muchos años haciendo cámaras de fotos y saben bien cómo hacer un producto de calidad. No soy amigo de emitir «juicios universales», pero reconozco que en las cámaras compactas Canon es, probablemente, la que mejores modelos fabrica.

– A la hora de comprar una compacta o una bridge lo más importante es la óptica. Aseguraos de que los parámetros de rango focal y luminosidad se adecuan a lo que estáis buscando porque no podremos cambiarla.

Mi set de herramientas

– En las cámaras réflex los objetivos suelen ser compatibles entre los diferentes cuerpos de una misma marca. De todos modos, informaos bien de esos temas porque, por ejemplo, en los últimos cuerpos de Nikon de gama baja (D40, D40x, D60, D3000, D5000) los objetivos AF no son capaces de enfocar automáticamente y tendremos que hacerlo a mano. Del mismo modo, un objetivo DX viñeteará en una cámara FX si no usamos el modo de recorte. Podéis echar un vistazo a las dos entradas que he referenciado en este párrafo para más información sobre estos conceptos.

– Si vais a comprar vuestra primera réflex tened en cuenta que en cuanto os hagáis con un flash y un par de objetivos ya estaréis casados con esa marca para toda vuestra vida. Todas las marcas que tienen cámaras réflex en el mercado dan una calidad más o menos similar, ya que el responsable último de la fotografía es el que aprieta el disparador; pero tened por seguro que lo que os compréis para una marca no servirá para otras, así que pensad bien la decisión porque es más importante de lo que parece. Si queréis cambiar de marca pasados unos años os va a tocar vender todo vuestro equipo y comenzar de cero otra vez.

– En cualquier caso, comprad aquello que os resulte más práctico y con lo que creáis que os vais a sentir más a gusto. Al fin y al cabo, lo más importante no es la cámara, sino la persona que presiona el disparador; de modo que el mejor consejo es que una vez que tengáis la cámara en vuestras manos la uséis mucho y así veréis como cada vez vais haciendo mejores fotografías.

Domingo por la mañana

¡Un saludo y gracias por leerme!

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Filtros Kenko MC Protector: calidad a buen precio

La utilidad original de los filtros UV consistía en evitar que la radiación ultravioleta afectara a las imágenes cuando las cámaras analógicas dominaban el mundo. El ojo humano es incapaz de ver esa radiación, pero en la película fotográfica podía aparecer en forma de neblina bajo ciertas situaciones como paisajes de a pleno sol o fotografías realizadas a gran altitud.

Sin embargo, pese a que las cámaras digitales poseen en su interior elementos que evitan que la radiación ultravioleta llegue hasta el sensor, los filtros UV se siguen vendiendo por millones debido a que muchos los empleamos a modo de protección para la lente frontal de los objetivos.

Broken UV filter

Imagen de Vincent Laforet

Pues bien, sabiendo que la utilidad de los filtros UV hoy en día se limita únicamente a la protección de la óptica de la cámara, ¿por qué no simplificar las cosas y hacer un filtro que sirva únicamente para este fin dejando de lado el bloqueo de la radiación ultravioleta?

Algo así se le debió ocurrir al departamento de I+D de Kenko, que hace no mucho tiempo presentó unos filtros denominados Protector que, como su propio nombre indica, han sido diseñados para proteger los objetivos de nuestras cámaras digitales de la suciedad así como de posibles impactos producidos por elementos externos.

kenko_mc_protector

Kenko es una filial de la japonesa Tokina al igual que Hoya (marca muy conocida en el mundillo de la fotografía por sus filtros) hasta tal punto que ambas compañías comparten el mismo material para fabricar estos elementos. De hecho, incluso los tratamientos antireflejos que emplean son los mismos: el conocido como HMC en Hoya y simplemente MC en Kenko.

Ya os comenté que para evitar flares y reflejos en las fotografías es importante emplear filtros con tratamiento antireflejos multi-capa, y por eso decidí hacerme con un «MC protector» de 52mm para probar qué tal iban estos filtros y ver si merecían la pena.

Compré el filtro en una tienda de eBay llamada Surrey Photographic Supplies, donde dentro de la variedad de filtros que poseen hay un apartado dedicado a estos Kenko MC protector disponibles en varios diámetros. Me salió por 12 euros al cambio y en ocho días lo tenía en casa; mucho más barato que los más de veinte euros que cuestan en las dos tiendas físicas donde los he visto. Tal vez, si pides sólo uno la cosa merezca la pena relativamente; pero en caso de pedir varios el ahorro es notable.

Grosores de filtros UV

Hoya HMC a la izquierda. Kenko MC Protector a la derecha.

El aro metálico del filtro es más estrecho que un Hoya HMC (7 mm contra 5 del Kenko MC protector), por lo que apenas se nota que va puesto en la cámara y evita problemas de viñeteo en las focales más cortas. El tacto del filtro es sólido y va roscado en su parte frontal de tal modo que podemos acoplarle otro filtro (aunque no es algo muy recomendable) o un parasol a rosca.

En cuanto al cristal, al mirar una bombilla reflejada en él se produce el mismo efecto que en el Hoya HMC por el tratamiento antireflejos (de hecho ya os dije que Hoya y Kenko emplean el mismo vidrio para fabricar los filtros): se atenua bastante y se ve de distinto color en función del ángulo de visualización como vimos en la entrada que antes os comentaba sobre los recubrimientos antireflejos.

De todos modos, podemos volver a hacer la prueba de colocar un par de filtros delante de una ventana y ver cómo se refleja la luz del sol sobre ellos para ver comprobar que nada tiene que ver el filtro Hama sin tratamiento antireflejos con el Kenko MC Protector.

Reflejos en filtros UV

Kenko MC Protector a la izquierda. Hama UV a la derecha.

En definitiva, y para no alargar más esta entrada, estoy muy contento con este modelo de filtro. De hecho, he pedido un par más para colocarlos en mis tres objetivos más habituales: el 35mm f/1.8, el 18-55 VR y el 55-200 (por desgracia, al Falcon 8mm fisheye f/3.5 no se le pueden poner filtros).

Si buscáis un filtro para proteger vuestros objetivos, que tenga una cierta calidad y que no os salga demasiado caro, los Kenko MC Protector pueden ser una opción a tener muy en cuenta por encima de otras marcas de calidad similar pero en las que se paga un extra por llevar impreso en su aro un nombre de prestigio.

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Los coleccionables son un timo

Acabo de ver en TV el anuncio de un coleccionable (uno de tantos que salen a la venta en estas épocas de depresiones post-vacacionales) que consiste en montar una enorme maqueta del Titanic. Si ya de por si no le encuentro la gracia a tener semejante mostrenco metido en la habitación (y no hablemos ya de montarlo pieza a pieza y pintarlo) hay dos cosas que me han llamado poderosamente la atención.

titanic

1. El coleccionable se publica a un ritmo semanal y consta de 100 entregas. Si tenemos en cuenta que un año tiene 52 semanas, un rápido cálculo nos dice que hasta que tengamos el barco terminado tendrán que pasar dos largos años. Es decir, que en el mejor de los casos tendréis todas las piezas del barco en vuestro poder para Septiembre de 2011; casi nada.

2. Sin embargo, ese problema no es problema si lo comparamos con el coste económico que acarreará el dichoso barco: si os fijáis en la letra pequeña del anuncio veréis que aunque la primera entrega se anuncie a un precio de 1 euro, la segunda costará 3,99 y las 98 restantes saldrán a 6,99 eurazos. Coged la calculadora y calculad: 1 + 3,99 + (98 x 6,99) = 691,01

¡¡Setecientos euros por una maqueta que tendremos que montar nosotros mismos a lo largos de dos años!!

IMPORTANTE: Justo antes de publicar la entrada el anuncio ha vuelto a aparecer en TV y al ver que era de la editorial Salvat me he metido en su página web en busca de más información. Pues bien, resulta que la cosa es todavía peor que lo que nos cuentan en televisión, ya que si uno se mete en la sección «más información» de dicho coleccionable se encuentra con lo siguiente:

FAQ – PREGUNTAS FRECUENTES

Preguntas sobre la colección

– ¿Cuántas entregas tiene la colección?
La colección tiene un mínimo de 100 entregas, cada una está compuesta por un fascículo y las piezas de montaje.

– ¿Cada cuánto aparece una nueva entrega a la venta?
La colección es semanal, por lo que recibirá un envío cada mes compuesto por 4 entregas.

– ¿Cuánto cuesta cada entrega?
Cada entrega cuesta 6,99€, excepto la nº 1 y la nº 2 que tiene un precio especial de 1€ y 3,99€ respectivamente.

– ¿Cómo se encuaderna la obra?
La obra se encuaderna con 4 tapas archivadoras que aparecen a la venta junto con las entregas 7, 26, 51 y 76. El precio de cada una es de 6,50€.

Resumiendo: que si a la editorial le da la gana pueden alargar el número de entregas hasta el infinito y más allá; pero en ningún caso serán menos de cien. Además, por si los 691,01 euros que nos costarían los teóricos cien fascículos fueran poco dinero, hay que sumar cuatro tapas archivadoras de 6,50 euros cada una, lo que eleva la suma total a 717,01 euros (y siempre suponiendo que no decidan fraccionar más la colección y meter cuarenta fascículos más «porque yo lo valgo»).

Por cierto, ¿os hacéis idea del pedazo de maqueta que podéis comprar si vais a una tienda especializada con 700 euros en el bolsillo?

Bueno, y que quede claro que quien dice la colección esta del Titanic dice cualquier otra; porque cada vez que uno se pone a echar cuentas de lo que cuesta al final cualquier coleccionable se da cuenta de que es de todo menos rentable. Hacía ya tiempo que quería hablar del tema de los fascículos, y el anuncio de hace un rato me ha dado la excusa perfecta para ponerme manos al teclado.

Game & Watch: los abuelos de la Nintendo DS

Ya sé que, de momento, los videojuegos han quedado atrás en mi vida; pero hoy me he encontrado algo muy curioso y de lo que ya no me acordaba entre unas revistas antiguas de informática, así que no quisiera dejar de compartirlo con vosotros. Se trata de un fanzine sobre videojuegos clásicos llamado Retrogames del que poseo un número que me mandaron de regalo al comprar una rara edición de GameBoy de la que os hablaré en otro momento.

Retrogames trata, como su propio nombre indica, de sistemas clásicos, y en este número de 2001 se comentaba la historia de Nintendo haciendo un especial hincapié en unas máquinas que de pequeño siempre miré desde lejos con deseo y de las que acabé teniendo años más tarde un par de modelos: las Game & Watch.

Zelda y Mine Sweeper (abiertas)

Las Game & Watch son las primeras consolas portátiles que sacó Nintendo al mercado; pero no penséis que tienen algo que ver con los artilugios que nos podemos encontrar actualmente en el mercado. Estas máquinas adoptaban diversas formas y controles para adaptarse del mejor modo posible al único juego que albergaban en su memoria y funcionaban con un par de pilas de botón. No había cartuchos que cambiar; simplemente se tenía una consola diferente por juego y se acabó (una auténtica aberración para la economía familiar).

Por otra parte, en la pantalla de las Game & Watch no había ningún tipo de color (sólo los que estaban dibujados en el fondo del cristal líquido) y los «gráficos» consistían en simples sprites monocromos predefinidos (como los números de los antiguos relojes Casio, vaya). El caso es que por muy simples que fueran, ese tipo de máquinas a mí me parecían una auténtica maravilla como ya os comenté en una entrada de hace unos cuantos meses.

Evidentemente a alguien en la gran N se le encendió una bombillita en la cabeza años más tarde y cuando diseñaron un hardware común con un sistema de cartuchos intercambiables nació la hoy ya vetusta GameBoy, que representaba un mundo a años luz del que nos descubrieron estos armatostes de plástico y metal que a día de hoy siguen siendo absolutamente deliciosos para algunos de nosotros. Del mismo modo, el equipo de ingenieros que ideó la evolución de la GameBoy, que no es otra cosa que la actual Nintendo DS, se inspiró en las formas de algunas de estas máquinas portátiles (en concreto de las de tipo Multi Screen) para diseñar la estética de la consola de dos pantallas que tantas alegrías a dado a la empresa japonesa.

Pero vamos a dejar la GameBoy y la DS para otro día porque daría para escribir cinco artículos como este. Volvamos a las Game & Watch y centrémonos un poco en los diferentes modelos que nos podíamos encontrar en las tiendas (yo recuerdo haberlas visto mil veces en las vitrinas de El Corte Inglés) y que se vendieron por millones a lo largo y ancho del mundo.

Para no alargar demasiado mis habituales parrafadas os he escaneado (pinchad en la imagen para verla a gran tamaño) la página del fanzine en la que aparecen los diversos modelos comercializados por la compañía nipona así como una serie de datos interesantes como la fecha de lanzamiento, el valos aproximado en libras allá por el año 2001 y una aproximación de las unidades comercializadas de cada una de ellas. La página es completamente autoexplicativa y en la columna de la derecha tenéis cualquier aclaración que podáis necesitar a la hora de consultar dicha tabla.

Tabla para valorar económicamente en 2001 las diferentes Game & Watch comercializadas por Nintendo

Tabla valoración Game & Watch (2001)

Como podéis ver, hay un total de 66 Game & Watch y ocho relojes que no son otra cosa que versiones en miniatura de los mismos juegos de algunas Game & Watch (yo los hubiera llamado Watch & Game). Tenemos desde máquinas de reducido tamaño que caben en un bolsillo hasta otras que  había que poner sobre una mesa y jugar con un joystick que tenía integrado (recuerdo que un amigo de la playa tenía la de Popeye y siempre le estaba pidiendo que me dejara echar una partida). De cualquier modo, podéis consultar más comodamente el listado de títulos de Game & Watch en este artículo de la Wikipedia inglesa, pero sin valoraciones económicas ni ese regusto añejo de la tabla directamente escaneada del fanzine 😛 .

No obstante, pese a tener ya más de dos décadas, las Game & Watch nunca han pasado de moda porque Nintendo sigue haciendo mención a ellas en numerosos videojuegos actuales (sin ir más lejos, uno de los luchadores del Super Smash Bros Brawl para Wii es un muñeco de cristal líquido llamado «Mr. Game & Watch») y ha llegado a editar en edición limitadísima un videojuego para Nintendo DS que no es más que la continuación de una serie de remakes creados hace tiempo ya para GameBoy llamada «Game & Watch Gallery».

En lo que a mí respecta, un buen día conseguí un par de modelos en bastante buen estado. Ya había pasado la época de las Game & Watch y no sentía aquel deseo de hacerme con alguna de ellas como cuando tenía mi Spectrum, pero cuando las vi en la vitrina de un Cash Converters a un precio muy tentador, no pude evitar que volvieran un montón de recuerdos a mi mente y unos minutos después salía de la tienda con las Game & Watch de Zelda y Bomb Sweeper en la mano.

Zelda y Mine Sweeper (cerradas)

Por otra parte, hace unos meses en un Carrefour vi por escasos 6 euros una especie de remake de la Game & Watch de Zelda que me llamó especialmente la atención por su escaso tamaño y por ser un producto oficial de Nintendo. Evidentemente la minúscula máquina se vino para mi casa y pasó a fomar parte de mi mini-colección de Game & Watches.

G&W remake (Zelda)

Por cierto, no puedo terminar este artículo sin comentar que en su momento hubo en mi casa otra Game & Watch más: a mi hermano le regalaron unos familiares por su primera comunión el modelo Mario Cement Factory, pero desgraciadamente meses después ese modelo fue aplastado por la pata de una silla debido a un desgraciado accidente. Es una pena porque desde hace tiempo tanto él como yo somos muy cuidadosos con todo lo que tenemos; pero mientras que ese es un rasgo presente en mí desde que nací, no se puede decir lo mismo de  mi hermano, que cuando era pequeño arrasó con todos mis comics de Francisco Ibañez (tebeos los llamábamos entonces) y mi extensa colección de Playmobils y Masters del Universo.

¡Uf, menuda parrafada! Y todo por culpa de esa Retrogames oculta entre revistas en el fondo de un maletero :mrgreen:

¡Xbox 360 baja de precio a partir de este viernes!

He estado hace escasamente un par de horas en la presentación de Ninja Gaiden 2 y en breve tendréis las impresiones en ultimONivel, pero os quiero dar ya mismo la noticia de que la consola Xbox 360 baja de precio haciendo buenos los rumores de las últimas semanas. Tenéis los nuevos precios en la nota manuscrita de mi PDA que tomé en ese momento 😉

NOTA: aunque ya lo veis en la imagen,  os comento que los nuevos precios entrarán en vigor a partir del Viernes 14 de Marzo