Rincones: Vistas nocturnas desde la azotea del Círculo de Bellas Artes (Madrid)

Si hace unos días os presentaba unas fotografías de Madrid tomadas desde una perspectiva algo más elevada de lo habitual, hoy me gustaría compartir con vosotros otras imágenes que, si bien están hechas desde una altura similar, esta vez tienen la peculiaridad de estar captadas rondando la medianoche.

Madrid 29/08/2014

El lugar desde donde están hechas las fotografías que ilustran esta entrada no es otro que la azotea de la sexta planta del Círculo de Bellas Artes. Un pintoresco lugar al que podemos acceder por tres euros a cualquier hora del día y que durante los fines de semana se convierte en uno de los locales más pijos cool de Madrid.

Madrid 29/08/2014

Al margen del precio de las copas y la fauna que pulula por este lugar a ciertas horas de la noche, lo cierto es que la azotea del Círculo de Bellas Artes siempre es un buen lugar desde el que observar Madrid. Desde aquí, tenemos una perspectiva fantástica de la capital y de algunos de sus edificios más emblemáticos.

Madrid 29/08/2014

Para tocar también un poco el tema técnico, os diré que las fotografías están hechas a pulso con mi fiel Nikon D300 empleando un objetivo fijo AF-S Nikkor 35mm F/1.8 G. Como algunos ya sabréis, se trata de mi óptica favorita para «todo uso» porque es ligera, luminosa y aporta un punto de vista muy natural.

Madrid 29/08/2014

¡Hasta las próximas fotos!

Siete días haciendo fotos con una Nikon D40 y un 35mm

Durante la semana pasada estuve haciendo un sencillo experimento fotográfico: saqué de su caja la Nikon D40, cargué la batería, le monté mi AF-S 35mm f/1.8 y con este ligero conjunto que parece casi de juguete en comparación con mi habitual D300 me lancé a retratar todo aquello que me llamara la atención tanto en Madrid como en Alcalá de Henares.

Calle de Alcalá

Y es que aunque los objetivos de focal variable (zooms) son muy útiles y polivalentes; no es menos cierto que una focal fija nos obliga a movernos, buscar encuadres diferentes, jugar con los desenfoques que posibilita su generosa apertura… y por eso me gustan tanto. Una vuelta a los principios de la fotografía en los que las cámaras y las ópticas tenían un papel secundario y el fotógrafo tenía que ingeniárselas con lo que su equipo pudiera ofrecerle.

Luz

Fruto de estos siete días de «régimen forzoso de 35mm» son las imágenes que ilustran esta entrada y que hoy quería compartir con vosotros a modo de resultado de la experiencia; ya que he sacado algunas conclusiones de todo ello y a mí particularmente me ha venido muy bien para reforzar mi concepto de la fotografía.

Mr. Quijote

La gran evasión

Ergonomía

Llevar este «combo» de cámara y objetivo que suma apenas 760 gramos hace que no nos cansemos aunque lo llevemos en la mano durante casi todo el día y de paso estaremos listos para capturar todo lo que se cruce por delante de nosotros sin llamar la atención de la gente. Ya os decía en una entrada de hace unos días que de nada sirve salir a hacer fotos llevamos la cámara metida en una mochila; de modo que aunque yo me siento bastante cómodo con mi D300 más el objetivo que lleve montado (siempre que no sea el 80-200 f/2.8, claro) reconozco que la sensación de llevar la D40 y el 35mm es casi como la de una compacta hipervitaminada.

Eso sí, aunque a la hora de transportarla esa ligereza viene muy bien, cuando se trata de agarrar la cámara para hacer fotografías la ergonomía de la D300 se echa muchísimo en falta porque en el caso de la D40 hay que cogerla casi con la yema de los dedos mientras que la otra prácticamente se «abraza» con las manos.

Misterio

¡Oh, cielos!

un intruso en Serrano

A nivel técnico

Reconozco que lo que más he echado de menos durante estos días ha sido la cantidad de controles externos que tiene mi D300; y es que para algo tan simple como cambiar el modo de medición o de enfoque en la D40 hay que meterse en el menú de la cámara mientras que en las cámaras «grandes» se hace girando un dial. En cuanto a la calidad de imagen se nota de que la D300 tiene más rango dinámico que la D40 porque en esta última enseguida se queman los cielos; pero aun así la D40 es una réflex con todas las de la ley y la verdad es que estoy muy contento con algunas de las imágenes que he obtenido durante estos días.

Desde luego, no seré yo el que vuelva a la D40 teniendo una D300 porque las prestaciones de esta última cada día me sorprenden más; pero reconozco que esta pequeña cámara puede ser una buena opción bajo ciertas circunstancias en las que deseemos ir ligeros de peso y/o pasar desapercibidos con nuestro equipo fotográfico.

Nubes y campos

La sustituta

Un viaje al pasado

En definitiva, estos siete días acompañado de mi veterana D40 y el siempre eficaz 35mm f/1.8 (que además es una focal que da un ángulo de visión muy natural montado en una cámara con sensor APS-C) me han devuelto un poco a mis orígenes fotográficos cuando a finales de los ochenta retrataba mi mundo con aquella primera cámara de carrete en la que el único ajuste que podía cambiar era el que indicaba si el día estaba nublado o soleado para así emplear una de las dos velocidades de disparo disponibles. Por no tener no tenía enfoque ni apertura, ya que todo era fijo; pero aun así es un cacharro con el que hice un montón de fotos de las que me sentí muy orgulloso en su momento.

Un rincón para descansar

Y es que aunque siempre andamos preocupados por megapíxels, nitidez, distancias hiperfocales, formatos de sensor y demás historias, durante estos días he recordado una vez más que al final esta bendita afición consiste en coger la cámara y salir a la calle a pasar un buen rato. Si nos olvidamos de eso entonces estamos perdiendo el tiempo.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Tipos de planos en fotografía en función del ángulo de visión

Siempre os digo que el estilo empleado a la hora de retratar las cosas que nos rodean es, por lo general, algo propio de cada individuo y que define nuestra personalidad como fotógrafos. Sin embargo, hay cosas que siguen una serie de normas y precisamente por eso vamos a poder clasificar los tipos de planos en seis categorías en función del ángulo que la cámara toma con respecto al suelo:

1. Plano normal ( → )

La cámara se sitúa a la altura de los ojos y mira en dirección paralela al suelo dando lugar a un plano que emula la visión que solemos tener cuando caminamos por la calle, por lo que resulta muy natural especialmente si lo combinamos con distancias focales medias.

Estático y dinámico

Ferias y Fiestas Alcalá 2010

Puerta al futuro

Miradas (III)

Playa de la concha

Apeadero

2. Plano picado ( \ )

En este caso el punto de vista del fotógrafo se sitúa por encima del motivo a retratar y se apunta hacia el suelo tal y como hace la persona que aparece en la siguiente imagen:

Mercado medieval 2009

Esto da lugar a imágenes en las que el sujeto principal adquiere un papel secundario, inferior e incluso hasta cierto punto caricaturesco. En el caso de paisajes y demás, nos ayuda a ver la planta del lugar en toda su dimensión si combinamos este tipo de plano con un objetivo angular.

Werlisa club 35

Alcalá Magna a vista pez

Patio Santo Tomás de Villanueva (II)

3. Plano contrapicado ( / )

Como ya os podéis imaginar, se trata del caso inverso al anterior. Para hacer un contrapicado debemos colocar la cámara de modo que tengamos un punto de vista ligeramente bajo y hacer que el ángulo de visión de la cámara apunte hacia arriba en mayor o menor medida como hace el hombre con sombrero que aparece en la imagen que tenéis a continuación:

El cazador cazado mientras cazaba a otro cazador

En estos planos se engrandece el sujeto principal de la imagen dando sensación de poder e importancia al tiempo que la perspectiva resultante siempre es sorprendente. En caso de emplear un angular tendremos ocasión de meter el suelo en el encuadre potenciando la sensación de amplitud general; y si empleamos un teleobjetivo aislaremos el motivo del fondo remarcando su importancia.

Jump! (they say)

Torija

Oteando la ciudad

Alta tensión

4. Plano cenital ( ↓ )

En plano cenital es un caso especial de picado en el cual la cámara apunta directamente hacia el suelo. Como podréis suponer, no es un plano que se emplee a menudo en fotografía porque ángulos tan radicales dan lugar a imágenes extrañas que no siempre funcionan. Aun así, puede ser un recurso creativo muy interesante bajo ciertas condiciones.

Cruce de caminos

My bicycle (II)

Tenis de altura

5. Plano nadir ( ↑ )

El plano nadir es el caso contrario al anterior, ya que en este caso la cámara apunta directamente hacia el cielo, por lo que lo podemos considerar un contrapicado radical. Al igual que antes, no es un plano para utilizar muy habitualmente, pero en ciertos casos se trata de un recurso visual muy interesante. En mi caso, siempre que veo una escalera no puedo evitar disparar usando esta perspectiva tan particular.

Vertigo 2

Suelas

Torre de la Iglesia de Santa María La Mayor

6. Plano aberrante o plano holandés ( ◊ )

Se trata de un plano un tanto «especial», ya que lo importante aquí no es si el ángulo de la cámara es normal, picado o contrapicado; sino que vamos a inclinar la cámara una considerable cantidad de grados hacia un lado o hacia otro dando lugar a una sensación de inestabilidad en la imagen.

Pasarela cervantina

Bancos y más bancos

La torre de la magistral

Entrada de la sede de la Cruz Roja

Edificio España

30

Hasta aquí este repaso a los tipos de planos en función del ángulo que adquiera la cámara a la hora de disparar. Como os decía al principio de este artículo, hay infinitas maneras de retratar una misma cosa, pero la perspectiva empleada siempre consistirá en alguna variación de estos seis casos que hemos visto hoy.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Haciendo balance del 2010

Como cada tarde del 31 de diciembre, llega el momento de echar la vista atrás y hacer balance de los últimos doce meses en una costumbre que viene ya de lejos y que considero imprescindible para afrontar el nuevo año con perspectiva.

Enero de 1987

Un año para recordar

He de admitir que 2010 ha sido el mejor año de mi vida en todos los aspectos: laboralmente las cosas han ido francamente bien y en lo personal el año comenzó con un viaje por Bruselas y alrededores que me dio una perspectiva muy interesante. Durante aquellos cuatro días, además de visitar lugares fantásticos, me conocí mejor a mí mismo y afiancé todavía más mi idea de que la felicidad reside en las pequeñas cosas. Como os digo, aquel viaje lo aproveché al 100% y prueba de ello es que de él vienen recuerdos a mi memoria prácticamente a diario.

A medida que fue pasando el año prosiguieron las buenas sensaciones por unas cosas o por otras (vacaciones, amigos, cafés…) y ya casi terminando el 2010 sentimentalmente también me llevé una buena alegría conociendo a una persona maravillosa con la que me encanta compartir el tiempo y junto a la que me siento plenamente feliz.

La fotografía

En temas fotográficos, si miro mi evolución a lo largo del año me doy cuenta de que he aprendido y he mejorado mucho durante los últimos doce meses. En este momento me siento fotográficamente completo y con el equipo del que actualmente dispongo puedo plasmar las cosas desde mi particular punto de vista sin echar grandes cosas en falta. La llegada de la D300 supuso un buen impulso a mis aspiraciones fotográficas; algo a lo que también contribuyeron decisivamente los diferentes objetivos que han ido llegando a mis manos y a los que cada día saco más partido.

Prohibido...

Sin embargo, más allá de las cámaras y los objetivos que pueda tener, lo que más me gusta es ver que día a día se me ocurren nuevas ideas para hacer fotografías y gracias a ello cada vez que salgo a la calle de safari fotográfico disfruto como un auténtico niño.

El blog

Y en cuanto al blog, pues no podría estar más contento: vuestra afluencia sigue al alza, compruebo que los artículos de fotografía son apreciados y valorados, mucha gente enlaza a este rincón de Internet en foros y en otros blogs… Si bien tengo la espinita clavada de llevar tiempo sin responder a los comentarios pendientes y el hecho de que tengo una buena colección de consultas realizadas por email a la espera de contestación (pido perdón por ello). Quisiera poder llevar todo eso al día, pero en los últimos meses dispongo de tan poco tiempo libre que si saco un rato para el blog lo invierto en crear nuevos artículos. Sea como sea, espero encontrar una solución a esto en breve plazo de tiempo porque ya os digo que para mí es el único «pero» relacionado con el blog.

Dell Inspiron Mini 10

El futuro

No soy adivino y por lo tanto no tengo ni la menor idea de cómo será este 2011 que comienza en apenas unas horas; pero sí que os puedo decir que en No sé ni cómo te atreves seguiréis encontrando nuevos contenidos porque por mucho trabajo que tenga siempre sacaré unos minutos para hablaros de alguna técnica fotográfica, contaros alguna historia cotidiana o mostraros alguna imagen de la que me sienta orgulloso. Además, si todo sigue los cauces previstos, durante este 2011 habrá muchas vivencias que contaros de un tipo que siempre le pone ganas e ilusión a todo lo que hace.

Tonos pastel

Muchas gracias por vuestras visitas (mañana os daré algunas cifras tanto del mes de diciembre como del 2010 al completo), estrenad el año en buena compañía, sed constantes en todo lo que hagáis y empeñaos en ser felices todos los días de vuestra vida.

Después de todo esto ya sólo me queda desearos…

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!

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Fuentes de inspiración (mis pequeñas obsesiones fotográficas)

Uno de los aspectos que más me gusta de la fotografía es, sin duda, el hecho de que si coges a diez fotógrafos y les dices que capten una misma escena obtendrás diez fotografías diferentes porque cada persona ve el mundo a través de la cámara de una forma personal e intransferible que tiene que ver con la personalidad y las pequeñas manías, costumbres y obsesiones de cada uno.

Repeticiones, lineas y curvas

Si me pongo a repasar las imágenes que he ido captando en los últimos años veo claramente que tengo tres inquietudes principales a la hora de apretar el disparador: los elementos que se repiten a intervalos regulares, las líneas de fuga y las curvas. Y precisamente sobre esos tres elementos quería basar este artículo, ya que me gustaría analizar por qué me parecen visualmente atractivos y qué es lo que suelo hacer para expresar esas pequeñas obsesiones en una fotografía; así que vamos a ir viéndolos uno por uno.

Elementos que se repiten a intervalos regulares

Es muy común salir a dar un paseo y encontrarnos con elementos que se repiten en el espacio a intervalos regulares. Pueden ser las farolas de una calle, una arboleda, postes de alta tensión, los adoquines de una acera… y cada vez que me encuentro con una de estas escenas trato de situarme con mi cámara de tal modo que la sucesión trace una diagonal o una línea cruzada en el encuadre y de cierta sensación de profundidad.

Enchufe

Una vez que nos gusta lo que vemos a través del visor ya sólo es cuestión de jugar con la profundidad de campo (razón por la cual casi siempre disparo en el modo semiautomático de prioridad a la apertura) decidiendo si lo que queremos es que toda la hilera de elementos aparezca nítida o sólo lo hagan los dos o tres primeros desenfocando el resto para mostrar en la imagen la regularidad de la sucesión.

Parking en línea

Aunque con excepciones, para realizar este tipo de fotografías suelo optar por emplear las capacidades de desenfoque que se obtienen al emplear distancias focales largas y/o aperturas grandes, por lo que un teleobjetivo es una buena herramienta para este tipo de imágenes.

Por cierto, yo diría que mi manía de fijarme en estas cosas viene del cuadro «División cúbica del espacio» de M.C. Escher, pues la primera vez que lo vi me impresionó tanto que se quedó grabado a fuego en mi subconsciente.

Líneas de fuga

Este concepto está muy ligado al anterior, ya que el concepto es el mismo sólo que esta vez no hay un número de elementos que parecen tender a infinito; sino que el motivo a retratar suele ser una calle o similar que es continuo. En este caso de lo que se trata es de mostrar cómo un elemento recto (una carretera, hileras de árboles paralelas, líneas pintadas en el suelo…) parecen converger en un punto situado en el infinito.

Volando aviones en las cercanías del cerro del viso

Para este tipo de imágenes nos interesa conseguir la mayor profundidad de campo posible, pues lo que queremos es que las líneas de fuga queden lo más marcadas posible, buscando por tanto tener enfocado tanto el primer plano como el fondo. Como ya sabéis, para conseguir este lo ideal es emplear distancias focales cortas y/o aperturas pequeñas; por lo que un angular sería una óptica muy apropiada para estas fotografías.

Libreros a ras de suelo

Las líneas de fuga siempre son un buen recurso para mostrar una calle desierta o un camino que se pierde en un bosque. Todo es cuestión de conocer las posibilidades que nos brinda nuestra cámara y utilizarlas para mostrar las cosas desde nuestra particular perspectiva.

Soportales

En el caso de este tipo de imágenes, creo que me atraen porque de pequeño lugares como la calle Mayor me parecían infinitos y atravesarlos a pie era para mí un viaje digno de Marco Polo; por lo que la sensación de profundidad de campo que busco siempre en estas fotografías puede que tenga su origen en esto que os digo.

Curvas

Otra cosa que me llama mucho la atención cuando me doy un paseo con la cámara en la mano son las curvas, pues son elementos que en una fotografía son capaces de guiar la mirada y ese «poder» que tienen me parece algo muy interesante. Una curva amplia con ayuda de un teleobjetivo se puede convertir en una ‘S’ que, trazada en diagonal a lo largo del encuadre, siempre da una composición armoniosa que llama la atención del espectador; y precisamente eso es algo que se repite en muchas de mis imágenes.

S

Las curvas siempre son muy vistosas en fotografía porque suponen un fuerte contraste con la rectitud de los bordes de la imagen, por lo que  son un recurso que bien empleado puede hacernos conseguir imágenes visualmente atractivas.

Curvas

Además, como podéis ver en las tres imágenes que ilustran este apartado, encontrar líneas curvas en nuestro entorno es muchas veces cuestión de perspectiva. Puede ocurrir que de primeras nos parezca que todo lo que nos rodea es rectilíneo; pero si miramos con los ojos adecuados encontraremos todo un mundo de formas con las que podremos jugar a nuestro antojo.

Rodadas

Lo de intentar esta especie de cuadratura del círculo en algunas de mis fotografías puede provenir de mi fascinación por la variación de la perspectiva en función de la distancia focal empleada, ya que jugando con dicho parámetro podemos hacer que una curva sea más o menos cerrada dependiendo de cómo la encuadremos y eso es algo que siempre me ha llamado poderosamente la atención.

Combinaciones varias

Aunque en esta entrada he tratado mis tres elementos compositivos favoritos por separado, en realidad muchas veces se dan dos de ellos (o incluso los tres) en la misma fotografía. Por ejemplo, cuando veo una calle desierta me fijo tanto en los elementos que se repiten a lo largo de la misma como en las líneas de fuga que a veces incluso esos mismos elementos dibujan en la distancia.

Dragones

En cualquier caso, estos tres elementos que os comento puede que a vosotros no os llamen la atención en absoluto porque, volviendo a lo que os decía al inicio del artículo, la forma de ver el mundo de cada persona a través de la cámara es personal e intransferible; y precisamente ahí es donde reside la magia de la fotografía.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Nunca publiquéis en Internet una foto de vuestras llaves

No sé si es que yo soy demasiado precavido o que hay gente que tiene mucha confianza en la bondad del ser humano; pero el caso es que a mí jamás se me ocurría colgar una foto de mis llaves en Internet.

Lo que define a una llave son dos cosas: el modelo y su dentado. Si dos llaves son de modelos diferentes sencillamente una no encajará en la cerradura de la otra; pero si las dos pertenecen al mismo modelo lo único que las diferenciará es el relieve de las mismas, que teóricamente es único para cada cerradura debido a su principio de funcionamiento que podréis ver con claridad en la siguiente animación:

Pues bien, debido a la elevada resolución de las cámaras actuales y que gracias a la «globalidad» de Internet es posible que alguien pueda saber dónde vivimos, la acción de colocar a la vista de cualquiera una imagen de las llaves de nuestra casa es poco menos que una temeridad. Me explico:

Una simple búsqueda en Flickr de las palabras «key» o «llave» devuelve cientos de resultados entre los que hay unas cuantas imágenes en las que se distingue la forma de alguna llave con una claridad asombrosa. Y claro, ya os estaréis imaginando que si una persona conoce vuestra dirección postal, tiene en su poder una de esas fotografías y sabe manejar una copiadora de llaves no le resultará excesivamente complicado clonar ese pequeño trozo de metal que da acceso a vuestra vivienda.

Llaves

Fotografía publicada por el usuario kenwood en Flickr

Poco importa que la llave se vea desde un lateral o desde cualquier otro punto de vista porque mientras se distingan sus dientes, con un algoritmo de corrección de perspectiva (como el que incorpora cualquier programa de retoque fotográfico) el proceso de recomponer un perfil a partir de una vista oblicua es algo completamente trivial tal y como podéis apreciar en el siguiente ejemplo que os he preparado en apenas unos segundos:

Refresco

Por supuesto, no pretendo alarmaros con esto y, de hecho, si me conocéis un poco sabréis que siempre intento dar a conocer este tipo de cosas porque creo que lo mejor para ir tranquilo por la vida es estar informado. Sin embargo, si tenéis colgada por ahí alguna imagen en la que se distingan con claridad vuestras llaves (tal vez para mostrar un llavero que os hayan regalado) yo particularmente os recomiendo que la retiréis o que al menos añadáis un rectángulo opaco sobre el filo de la llave para evitar posibles disgustos porque, como dice un conocido refrán, más vale prevenir que curar.

Defishing: linealizando un ojo de pez

De un tiempo a esta parte he descubierto una nueva utilidad para mi objetivo ojo de pez que consiste en la posibilidad de linealizar las fotografías tomadas con él mediante un sencillo plug-in para el editor libre de imágenes GIMP; de modo que en este artículo voy a intentar mostraros lo sencillo que es obtener imágenes que parecen hechas con un ultra-gran angular a partir de esas imágenes tan curvadas que tomamos con nuestro fisheye.

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Ojo de pez vs. ultra-gran angular

Como ya sabréis a estas alturas, las fotografías tomadas con un ojo de pez tienen la particularidad de que las líneas rectas se curvan a medida que se acercan a los extremos del encuadre. Este fenómeno que da lugar a las deformaciones y perspectivas extrañas típicas de este tipo de objetivos puede «deshacerse» por software de tal modo que la imagen resultante parezca tomada por una óptica de tipo rectilíneo (es decir, que en teoría no deforma las líneas rectas en ninguna zona de la fotografía) a costa de perder algunos grados de campo visual y algo de nitidez en los extremos con respecto a la imagen inicial.

Una vez realizado el proceso de linealización de la imagen tendréis una fotografía con ese aspecto tan característico de los angulares extremos que «disparan» las líneas que hay cerca de los bordes para dar una apariencia alargada a las cosas y que puede resultar muy útil para mostrar nuestro entorno desde un punto de vista muy distinto al que estamos acostumbrados.

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El plugin para GIMP

Aunque existen diversas soluciones destinadas a tal fin, he optado por emplear una de coste cero que consiste en un plugin gratuito perteneciente al conjunto de las Panorama Tools programado para el conocido editor libre de imágenes GIMP. Dicho plugin permite tratar las imágenes para corregir deformaciones y demás aspectos geométricos que, llevados al extremo, es lo que necesitamos para linealizar nuestro ojo de pez.

La instalación del plug-in no reviste ninguna complicación, y en entornos Windows tan sólo consiste en copiar el archivo pano12.dll (disponible en la web de Jim Watters) en el directorio windows/system y el fichero PanTools.exe (que podéis descargar de la página oficial de las Panorama Tools) en la carpeta de plug-ins del propio GIMP.

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Configurando los parámetros

Una vez instalado el plugin tan sólo tenemos que configurar los parámetros necesarios para ajustar la conversión de las imágenes y a partir de ahí hacer pruebas y más pruebas para ver qué fotografías se adaptan mejor al proceso de defished. En concreto, empleando el objetivo Falcon 8mm fisheye f/3.5 en una cámara Nikon con sensor APS-C (os recuerdo que esta óptica no sirve para sensores de tamaño completo) he encontrado que las opciones del filtro situado en «filtros -> panorama tools -> remap» ha de configurarse con los siguientes parámetros para que la imagen final no tenga deformaciones visibles:

Configuración para fisheye diagonal en Nikon APS-C

Obviamente, los ángulos de 147 y 94 grados en horizontal y vertical respectivamente están calculados para un ojo de pez que de 180 grados en diagonal. En caso de emplear este ojo de pez en una cámara Canon con sensor APS-C, debido a su factor de recorte ligeramente superior a Nikon (1.6 contra 1.5) vamos a obtener exactamente 167 grados en diagonal, así que los valores de HFOV y VFOV deberían ser ajustados ligeramente por debajo de los aquí mostrados para ajustarse al punto de vista algo más «adelantado» que impone el menor tamaño de sensor.

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Un aspecto importante es que estos dos ángulos necesarios para realizar la transformación de la fotografía serán diferentes si la imagen está recortada, ya que en este caso no estamos alcanzando al ángulo teórico en diagonal; sino un valor considerablemente inferior, de modo que en el caso de aplicar los parámetros habituales estaremos provocando deformaciones indeseadas en la imagen resultante. Si el recorte es de apenas unos pixels apenas será apreciable; pero en caso de una reducción considerable sí que debemos recalcular los datos de los ángulos. En cualquier caso, recomiendo encarecidamente no recortar la fotografía si vamos a aplicar posteriormente el proceso de defishing.

Una vez ajustados los ángulos sólo tendremos que pulsar el botón OK para que comience el proceso de transformación que, tras unos segundos, resultará en una imagen libre de distorsiones.

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¿Qué perdemos con el defishing?

Evidentemente, si este proceso fuera perfecto los objetivos angulares extremos no se venderían porque la gente se compraría un ojo de pez y según el tratamiento posterior lo usaría como tal o como una óptica rectilínea. Lo que ocurre es que a la hora de aplicar el proceso que hemos visto hay dos grandes desventajas que no se nos presentarían empleando un ultra-gran angular «real»:

1. El ángulo de visión se estrecha. Puesto que los bordes de la imagen capturada con un ojo de pez son curvos, estos se van a eliminar porque el proceso a grandes rasgos consiste en «estirar» hacia el exterior las cuatro esquinas de la imagen. Este estiramiento es más intenso cuanto más nos acercamos a dichas esquinas, y de ahí que no sea recomendable situar el motivo principal de la fotografía cerca de los límites del encuadre.

2. Los bordes de la imagen resultante tendrán una considerable pérdida de nitidez debido al estiramiento del que hablábamos hace un momento. Otro motivo más por el que no es recomendable situar en sus proximidades los elementos principales de la fotografía.

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Observaciones finales

A la hora de aplicar este proceso de linealización que hemos visto hoy, en algunos casos el efecto se nota más que en otros pero el plugin he realizado siempre su trabajo correctamente y ha dado lugar a imágenes bastante decentes que parecen tomadas con ópticas de distancia focal muy inferior a los habituales 18mm de los objetivos con las que suelen venir equipadas «de serie» las cámaras réflex.

En cualquier caso, los resultados han sido especialmente buenos gracias al uso del ojo de pez Falcon al que me refería antes, ya que al estar diseñado para dar una proyección estereográfica la deformación de las imágenes es perfectamente proporcional al ángulo entre los elementos que forman la imagen. Algo que en el resto de los modelos no se cumple dando lugar a deformaciones difícilmente corregibles a la hora de linealizar.

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Por tanto, si tenéis en mente realizar este tipo de fotografías muy a menudo os haré dos puntualizaciones muy breves.

  • No nos engañemos: para hacer este tipo de fotografías lo ideal sería emplear un ultra-gran angular «auténtico» por los inconvenientes anteriormente mencionados. Un Sigma 10-20 se puede encontrar en el mercado por unos 400 euros y con él no habrá ninguna necesidad de tener que andar retocando las imágenes después de hacerlas. Digamos que esto que hoy os comento es una solución de compromiso y de bajo coste.
  • Aun así, en el caso de querer comprar un ojo de pez para aplicar esta técnica de linealización, el modelo más recomendable es el mencionado Falcon 8mm (que se puede encontrar bajo muchas otras denominaciones) por la ausencia casi total de deformaciones no deseadas en la imagen final que presenta gracias a su diseño interno. Lo irónico del asunto es que el Falcon es el ojo de pez para réflex más barato que hay en el mercado, costando del orden de 200 euros en las tiendas de eBay que lo suelen comercializar.

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No me cabe duda de que más tarde o más temprano me haré con algún ultra-gran angular por el atractivo juego que estos dan a la hora de trastear con las proporciones lejos-cerca; pero mientras tanto, si necesitamos una fotografía de este tipo y tenemos un ojo de pez a mano, la opción del defishing por software puede ser una opción válida y, lo mejor de todo, completamente gratuita.

Más información (en inglés)

Sarah Thompson

Rusty’s blog

Tecniphoto

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Fotografías que reflejan estados de ánimo

Aunque ya os adelanté el otro día que tenía la sensación de haber dejado atrás una época un poco «oscura», he de reconocer que estos días de vacaciones me han sentado estupendamente y me reafirman en esa idea. La semana anterior fue bastante aciaga por una serie de acontecimientos tanto en lo personal como en lo profesional que dejaron mi ánimo un poco tocado; pero tras estos días de buen tiempo en los que la cabeza me pedía que me dedicara tiempo a mí mismo, me siento de nuevo con las pilas cargadas (y hasta parece que vuelvo a tener fe en la especie humana  ^__^ ).

Que la salud de una compañera de trabajo de un vuelco de la noche a la mañana te afecta, que te encuentres por la vida con gente capaz de hacer las cosas con una premeditación nunca vista también te afecta… pero estos días de sol y fotos han sido mano de santo, en serio. Buena prueba de ello son las imágenes que hoy me gustaría compartir con vosotros.

Los colores de la primavera

Curvas de metal

La torre de la magistral

Perfiles cervantinos

A ver qué hizo el Madrid...

Verde y azul

Empiezan a florecer las terracitas

Red tower

La presa del río Henares detrás de la ciudad deportiva El Val

Sucesión oxidada

Detalles

Además, en estos días de relax he aprovechado también para esbozar un par de artículos técnicos sobre fotografía (aparte del que trata sobre el derecheo del histograma) que creo pueden tener una buena acogida entre vosotros; así que poco a poco iré «puliéndolos» para publicarlos lo antes posible.

Por lo demás, pido perdón a todo aquel que esperaba algo de mí estos días: no he mirado el correo ni los comentarios del blog porque quería desconectar de todo brevemente y acabo de ver que tengo algunas cosas pendientes. A lo largo de la tarde de hoy iré poniéndome al día; pero espero que entendáis que mi desaparición temporal obedecía a la necesidad de ver las cosas con un poco de perspectiva. Algo que me ha venido realmente bien.

¡Un saludo y gracias por estar ahí!

Día de inspiración fotográfica

¿Recordáis aquel artículo en el que comentaba la importancia de «sentir» las fotografías que hacemos? Pues bien, hoy ha sido uno de esos pocos días en los que se junta la llegada de la bendita inspiración y la actitud de salir a la calle con los ojos bien abiertos, de tal modo que mi largo paseo de esta tarde ha dado lugar a una serie de fotografías de las que me gustaría destacar especialmente dos que he hecho con mi querido ojo de pez:

Prisionera del viento

Prisionera del viento

Caminando por el nuevo recinto ferial me fijé en que en la inmensa valla metálica que rodea el perímetro había una hoja solitaria que se había quedado atrapada por culpa del viento. Pensé que podría ser una bonita metáfora de la soledad si conseguía plasmar la enormidad de la verja y retrataba a la hoja justo en el centro del encuadre, pero como estaba unos 20 o 30 cm por encima de la línea de mis ojos al final tuve que ponerme a hacer equilibrios con un pie en un banco y el otro en un pegote de cemento que sirve de soporte para el poste que se ve a la izquierda. Obviamente me hubiera venido muy bien (y en la siguiente fotografía todavía más) que mi cámara tuviera Live View y una pantalla abatible como la que lleva la Nikon D5000; pero como no dispongo de tal cosa tengo que apañármelas como sea para poder encuadrar la imagen a través del visor.

Adoquines

Adoquines

En este caso, la toma de esta imagen fue bastante menos discreta. Concretamente me puse a hacer una fotografía lo más simétrica posible (suelo huir de la simetría; pero hoy hice una excepción) en el centro de la calle Mayor a la altura de lo que hasta hace poco era «La Amstelería» y que ahora van a reconvertir en «La Española». Lo que ocurre es que encuadrara como encuadrara pensaba: «Es la misma fotografía de siempre», de modo que pensé que tal vez podría aprovechar que la calle es peatonal y la integridad física de los paseantes está a salvo para buscar un nuevo punto de vista.

Y el caso es que fui agachándome cada vez más hasta que me di cuenta de que si quería algo original tenía que bajar mi ángulo de visión más todavía, así que ni corto ni perezoso opté por tumbarme directamente sobre los adoquines consiguiendo así la perspectiva que se ve en la fotografía final. Me imagino que alguna de las personas que pasaban por allí se extrañaría un poco al ver a un tío tumbado boca abajo en medio de la calle haciendo fotos, y es verdad que algún otro día no hubiera «dado el cante» de esa manera; pero la verdad es que hoy es uno de esos días en los que te sientes creativo y te importa un bledo lo que piense el resto de la gente.

Bueno, pues ya sabéis: si un día veis por Alcalá a un tipo haciendo el mono con una cámara en las manos es muy posible que sea yo tratando de captar alguna imagen medianamente original. ¡No os asustéis!  😛

Abandono definitivamente el equipo de ultimONivel

Puede que a algunos de vosotros esto no os pille por sorpresa, ya que en los últimos meses apenas he redactado un análisis y dos reportajes para ultimONivel y es algo que se veía venir porque llevaba un tiempo bastante «desaparecido»; pero después de estar dándole vueltas al tema durante las últimas fechas he tomado la decisión de dejar oficialmente el equipo de redactores y colaboradores de la web dado que ahora mismo no me veo capacitado para aportar nada interesante a un proyecto del que he formado parte durante tres largos e intensos años.

Sé que ya hubo una ocasión a finales de 2008 en la que anuncié mi salida del equipo por motivos parecidos a los que hoy os voy a exponer; pero el caso es que al final me lo pensé mejor y volví a mis labores como redactor. Sin embargo, desde aquello no he vuelto a ser el mismo y no he sido capaz de mantener un ritmo de publicación ni remotamente parecido al de mis épocas más prolíficas, lo que me da a entender que tenía razón en aquello que planteaba hace algo más de un año.

Esto que ahora os estoy contando es algo muy meditado, absolutamente firme y que saben los miembros del equipo desde hace un par de días comprendiéndolo al 100% debido a que se trata de una decisión fundamentada en una serie de principios que tengo bastante claros y que ahora os resumiré un poco. Como os digo, es algo que para mí tiene toda la lógica del mundo; pero de cualquier modo se agradece enormemente la comprensión del resto del equipo.

Pues bien, en términos generales la cosa es que no creo que sea útil para la web tener como colaborador (no digamos ya como redactor) a una persona que ahora mismo está completamente fuera de la órbita del mundo del videojuego. Veo que de unos meses a esta parte desconozco por completo las últimas novedades que han salido al mercado y que el único medio especializado en estos temas que consulto es ultimONivel más que nada por las vinculaciones personales que me unen a ello. Preguntadme por cualquier tema de fotografía y seguro que os puedo responder algo coherente; pero si por ejemplo queréis saber cuál será el próximo título de Capcom os diré que no tengo ni la menor idea. Y que conste que esto es algo de lo que ya me di cuenta hace unos meses y que me llevó a adoptar un cambio de rol en la web.

Echando un poco la vista atrás me doy cuenta de que este cambio de perspectiva se inició según terminaba mi etapa universitaria: durante los años de clases, prácticas, laboratorios y demás, al llegar a casa me apetecía mucho ponerme a los mandos de la consola y echarle horas a algún título que me tuviera entretenido sin preocuparme mucho de lo que deparara el futuro.

Sin embargo, cuando aprobé la última asignatura de la carrera y entré a trabajar en Komatsu, comencé a preocuparme por otro tipo de cosas. Seguía disfrutando con los videojuegos, pero no tanto como antes debido a que al entrar en el mercado laboral ciertas cosas empezaron a cambiar en mi modo de ver el mundo. Al fin y al cabo, nuestra forma de ser viene determinada por las circunstancias que nos rodean; y las mías habían variado mucho en los últimos tiempos.

Y así, poco a poco llegué a la situación actual en la que los videojuegos no me llaman en absoluto la atención debido a que en mi tiempo libre lo que más me llena es salir a la calle a caminar y hacer fotos, conocer gente y escribir historias personales, relatos o artículos sobre fotografía en este blog.

Sea como sea, después de todo lo vivido durante estos años en relación con los videojuegos en general y con ultimONivel en particular, aunque ahora mismo lo veo como algo remoto, es posible que en el futuro me vuelva a picar el gusanillo y retome un poco esta afición por los videojuegos que empezó cuando tenía siete años; pero si hoy por hoy dispongo de un rato libre, he de reconocer que la opción de agarrar una videoconsola es una de las últimas de mi lista. Además, una de las cosas que más me gustaba de mi labor en ON era la asistencia a presentaciones y eventos varios; pero además de que el ambiente en estos actos se ha enrarecido un poco de un tiempo a esta parte, por incompatibilidad de horarios me es imposible cubrir nada de esto en la actualidad.

Durante el tiempo que he formado parte del equipo de redacción he escrito un centenar de artículos que ahí quedarán como testigo de mi paso por la web; pero si miro en mi interior me doy cuenta de que en esta etapa de mi vida no me siento capaz de escribir con propiedad sobre un tema por el que he perdido todo el interés que tenía en épocas pasadas.

De todos modos, no quiero finalizar esta entrada sin dejar claro que los amigos hechos en ON perduran en el tiempo del mismo modo que seguiré pasando asiduamente por el foro como hasta ahora. En ese sentido nada va a cambiar, porque más allá de ser redactor, colaborador o un simple forero más, el espíritu y la ilusión que fundaron ese proyecto permanecen intactos esté donde esté cada uno de nosotros.

Mucha suerte a todos los miembros pasados, presentes y futuros de una comunidad de amantes de los videojuegos que no tiene comparación con ningún otro rincón de Internet.

Por último, y como homenaje a todo este tiempo como miembro del ON Team, aquí dejo el avatar que hasta hoy he llevado en el foro de esa maravillosa familia que es ultimONivel para tenerlo siempre a mano y no olvidar al carismático Manny Calavera que mucha gente identifica conmigo. A partir de ahora mi imagen tendrá más que ver con la fotografía que con los videojuegos, pero el protagonista de Grim Fandango siempre estará en mi recuerdo.

El centro de Alcalá a vista de pez (2ª parte)

Después de la primera tanda de fotografías del centro de Alcalá retratado con una óptica de tipo ojo de pez, hoy os dejo con cuatro imágenes más que muestran otros tantos rincones de una forma un tanto inusual. Por lo que he podido comprobar, en general son fotografías que os han llamado la atención, de modo que tomo buena nota de ello porque estoy seguro de que en el futuro se me ocurrirán otros lugares pintorescos que plasmar de esta manera.

El centro de Alcalá a vista de pez

Confluencia de las calles Santa Úrsula, Escritorios, Gallo y Carmen Calzado

El centro de Alcalá a vista de pez

De frente, la calle Cardenal Cisneros. A la derecha, inicio de la calle Mayor desde la Plaza de Santos Niños

El centro de Alcalá a vista de pez

Casa natal de Cervantes

El centro de Alcalá a vista de pez

La calle Mayor desde la plaza de Santos Niños

El centro de Alcalá a vista de pez (1ª parte)

Me encanta dar un paseo por el centro de la ciudad y observarla desde todos los puntos de vista posibles. No sólo ya mirando hacia arriba o hacia abajo, sino buscando perspectivas extrañas y deformaciones arquitectónicamente imposibles. Es por eso que hace unas semanas salí a caminar por las calles de Alcalá sin más compañía que mi ojo de pez montado en la cámara, de tal modo que retratara lo que retratara tendría que ser forzosamente a través de esta peculiar óptica, dando lugar a un mundo irreal donde las rectas se convierten en curvas y las distancias cortas se convierten en grandes espacios vacíos.

El centro de Alcalá a vista de pez

Calle Mayor

El centro de Alcalá a vista de pez

Explanada del Palacio Arzobispal

El centro de Alcalá a vista de pez

Oratorio de San Felipe Neri

El centro de Alcalá a vista de pez

Plaza de los Irlandeses

El centro de Alcalá a vista de pez

Plaza de Cervantes

Lo que hoy os ofrezco es la primera parte de las imágenes que salieron de aquel «experimento» que, como veis, muestran ciertos rincones de Alcalá vistos de una manera muy original. Por supuesto, dentro de unos días os mostraré algunas imágenes más en una segunda parte.

Variación de la perspectiva en función de la distancia focal

En las dos entradas que hablaban sobre teleobjetivos y angulares así como en aquella en la que repasaba los diferentes tipos de ópticas que se emplean en fotografía os comentaba que según la distancia focal empleada se tienden a comprimir o expandir los planos de la imagen en el eje Z del espacio. Pues bien, para que la explicación sea un poco más visual, he decidido realizar una serie de fotografías en las que se puede apreciar claramente este efecto.

Para ello empleé una extraña escultura que existe en el paseo de Morro de Gos de Oropesa del Mar cuya forma alargada a base de arcos hace que se pueda apreciar perfectamente esto que os digo si se fotografía frontalmente. En todo caso, me gustaría señalar que la compresión de los planos con el aumento de la distancia focal no es tal (obviamente nada cambia de lugar al hacer zoom con nuestro objetivo) sino que no es más que un efecto óptico debido a la variación del ángulo de visión con el que la cámara capta la escena.

La extraña escultura vista desde un lateral

La extraña escultura usada como ejemplo

La fuerza de la costumbre

Los humanos estamos acostumbrados a verlo todo con un ángulo de visión fijo (se supone que de unos 45 grados) y cuando estamos mirando una fotografía tendemos a pensar que está hecha con ese mismo ángulo de visión básicamente por la fuerza de la costumbre. Sin embargo, en caso de que la escena esté captada con un objetivo angular o con un teleobjetivo, la relación de la amplitud de los planos en el espacio con respecto a la distancia a la que los vemos variará con respecto a lo que nosotros acostumbramos a ver, y de ahí el efecto óptico que os comentaba.

Es algo un poco complejo de explicar con palabras, y por eso se me ocurrió hacer las fotografías de ejemplo; pero básicamente consiste en que si pudiéramos estrechar a voluntad nuestro ángulo de visión tendríamos la sensación de que el fondo se acerca al primer plano y justo lo contrario si pudiéramos ensancharlo.

Pasando a la práctica

Bueno, lo que he hecho en las fotografías ha sido tratar de mantener el plano del frontal de la escultura que os decía antes más o menos fijo e ir acercándome a él de tal modo que aunque variara mi distancia a él fuera compensando esa variación con la distancia focal del objetivo. Cuanto más me acercaba, menos distancia focal; y así lo hice en cinco pasos empleando distancias focales sobre sensor DX de 175, 105, 55, 35 y 18 mm representados en otras tantas fotografías.

175mm

175mm

105mm

105mm

55mm

55mm

35mm

35mm

18mm

18mm

¿Veis cómo a medida que voy reduciendo la distancia focal los arcos que conforman la escultura parecen estar más lejanos entre si al igual que la palmera y las sillas que se ven al fondo?

En fin, espero que el «experimento» os haya resultado curioso y os haya ayudado a entender por qué al usar un teleobjetivo todo parece estar más cercano y al emplear un angular el fondo de la fotografía parece estar mucho más lejos de lo que ven nuestros ojos.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Seres humanos vistos al microscopio

Por favor, dejad de pensar por unos segundos en el mundo que estamos acostumbrados a ver. Mirad por un momento la siguiente fotografía que hice en Galicia hace tres años e imaginad que las rocas que hay en ella son en realidad esas pequeñas piedrecitas que hay siempre en la orilla del mar. Ahora fijaos en la gente que aparece en ella y comparadla con las piedras que os digo… Si dejáis volar la imaginación brevemente tal vez podáis ver las cosas desde un punto de vista original e imaginar un mundo de seres microscópicos que toman el sol y se bañan como nosotros. Hombres y mujeres formando pequeñas colonias y que no son más que pequeños puntos en el borde de un océano infinito que se extiende ante sus ojos.

Playa para liliputienses

Me parece fascinante la posibilidad que nos brinda la fotografía de percibir las cosas cotidianas como nunca antes las habíamos imaginado. No sé por qué no os había mostrado antes esta imagen, pues creo que es una de las más curiosas que he hecho hasta la fecha, pero al fin y al cabo dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, ¿no es así?  😉

Pequeñas grandes decisiones

A lo mejor no nos paramos a pensarlo habitualmente, pero de vez en cuando uno se da cuenta de que al fin y al cabo nuestras vidas se van creando a partir de las pequeñas acciones de cada día. Una tarde cualquiera te dan un folleto con la historia de una fortificación y piensas en hacer un amplio reportaje sobre el tema; preparando la documentación del mismo empiezas a hablar con la persona que está al cuidado del lugar, al final te haces amigo suyo y acabas cenando en animada charla el día que comienza sus vacaciones. Es un pequeño milagro surgido a partir de una simple casualidad, y eso es muy grande porque uno se plantea cosas como: ¿qué hubiera estado haciendo estas tardes si no me hubiera pasado por allí aquel día?

Parking nocturno

La vida da muchas vueltas, eso lo tengo bien claro desde que era pequeño; pero lo que nunca me deja de sorprender es que a las personas más interesantes nos las vamos encontrando de las maneras más curiosas e inesperadas. Así me pasó con Joe, con Javier, con Sonia… y ahora también con Patricia y su amiga Nycolle; lo que me hace ver una vez más que tener una mente abierta y predispuesta a conocer gente hace que de vez en cuando te lleves sorpresas de lo más agradables.

Puede que la pizza no fuera gran cosa, pero al menos estuvimos de charla todo el tiempo y eso siempre deja un buen recuerdo. Echaré de menos las charlas a los pies de la Torre del Rey, pero estoy seguro de que nos volveremos a ver pronto en algún lugar del tiempo.