El pasado de Oropesa en postales (II)

La playa de La Concha de Oropesa del mar es el lugar donde he pasado todos los veranos de mi vida y mi actual lugar de residencia. Por ello, cuando veía postales con ese motivo solía comprarlas y de ahí que hoy os pueda presentar una de ellas especialmente antigua y que a mí particularmente me parece una delicia.

Playa de la concha. Años 70

Playa de La Concha. Años 70

He de decir que aunque no soy capaz de precisar la fecha exacta en la que se capturó esta instantánea, por los elementos que aparecen en ella y los edificios que había construidos creo que se trata de principios de la década de los 70.

Vamos a fijarnos en unos cuantos detalles que aparecen en la fotografía, siendo el primero de ellos esa escalera para bajar a las rocas que aparece en la parte inferior izquierda. Actualmente existe ahí una rampa de piedra que ya estaba construida cuando mis padres descubrieron Oropesa en el año 1979 y también en ese año estaba ya asfaltada la explanada que se ve junto a la escalera y que actualmente es la carretera que discurre por los acantilados que veíamos en la primera entrada de esta serie.

Si os fijáis en el fondo de la fotografía, concretamente en la parte izquierda, podréis ver el pueblo de Oropesa con la torre de la iglesia parroquial y las ruinas del castillo en la parte superior. Actualmente muchas de las casas se han reformado de tal modo que se ha perdido esa homogeneidad de casas blancas que había hace tres o cuatro décadas y que daban a Oropesa ese aire tan rural que hoy en día se ha perdido. De todos modos, hoy en día el pueblo no se ve desde este punto porque las urbanizaciones que a finales de los 70 y principios de los 80 empezaron a levantarse en el litoral han tapado la vista de la postal; pero si os dais una vuelta por allí veréis que la decoración de las casas del pueblo es ahora mucho más variada.

En la orilla de la playa se ven los patines «clásicos» que incluso recuerdo de mis primeros años en Oropesa. Con el tiempo fueron sustituidos por otros de mayor envergadura y vivos colores; pero aquellos de un blanco puro que eran poco más que dos canoas unidas por una estructura central tienen un regusto clásico que se ha perdido en la actualidad.

Otra cosa que me llama mucho la atención son las lanchas motoras y las barcas que hay sobre la arena de la playa. Eran tiempos en los que no existía el puerto deportivo (que se construyó en 1992) y en los que no había leyes que prohibieran «estacionar» tu embarcación en la propia playa; algo muy habitual para aquellas personas que no tenían un remolque con el que llevar su barca hasta su casa. Actualmente podéis ver barcas en la arena en lugares como Torre la sal, pero ni en la playa de La Concha ni en Morro de Gos veréis una sola de ellas pese a ser algo que me gusta mucho por lo pintoresco que resulta.

Si os fijáis en la parte derecha de la imagen veréis una terraza que estuvo allí hasta principios de los 90, que no es otra que el bar Neptuno, el cual dio paso a un hotel con idéntica denominación. En aquella terraza recuerdo jugar al ping-pon con mi padre y mi abuelo, pedir raciones de gambas y caracoles así como «pintar» cuadros con ayuda de una máquina que daba vueltas a un lienzo sobre el que echabas pinturas de colores que se expandían caprichosamente por su superficie. El hotel no tiene ni la mitad de encanto que aquel chiringuito, pero cuando llegó el boom del turismo a este rincón del Mediterráneo mucha gente se subió al carro tan rápido que de un verano a otro la costa cambiaba notablemente su fisionomía.

El hotel Palmavera (ese gran edificio de toldos naranjas que tenéis en la parte central de la imagen) sigue tal cual a día de hoy y frente a él se adivina lo que después se llamó la Plaza de París. Recuerdo que cuando se inauguró dicha plaza mucha gente acudía allí para sentarse en sus bancos a la sombra de los sauces; pero con los años el lugar se ha ido descuidando y hoy en día su aspecto es bastante desangelado.

Por lo demás, otros detalles en los que podemos fijarnos son los coches de la época, las farolas, la cantidad de vegetación que con el tiempo fue reemplaza por cemento y asfalto… Pequeños cambios que no saltan tanto a la vista pero que también nos dan una idea de cómo van cambiando las ciudades con el paso de los años.

En cualquier caso, me gustaría despedirme por hoy añadiendo que la finalidad de estas entradas no es echar la vista atrás y pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor; sino el conocer la Oropesa que un día fue y que ya nunca volverá. Siempre he pensado que conocer el pasado da un punto de vista muy interesante para entender el presente y anticipar el futuro, de modo que ese es mi propósito al compartir con vosotros estas viejas postales.

Haciendo balance del 2010

Como cada tarde del 31 de diciembre, llega el momento de echar la vista atrás y hacer balance de los últimos doce meses en una costumbre que viene ya de lejos y que considero imprescindible para afrontar el nuevo año con perspectiva.

Enero de 1987

Un año para recordar

He de admitir que 2010 ha sido el mejor año de mi vida en todos los aspectos: laboralmente las cosas han ido francamente bien y en lo personal el año comenzó con un viaje por Bruselas y alrededores que me dio una perspectiva muy interesante. Durante aquellos cuatro días, además de visitar lugares fantásticos, me conocí mejor a mí mismo y afiancé todavía más mi idea de que la felicidad reside en las pequeñas cosas. Como os digo, aquel viaje lo aproveché al 100% y prueba de ello es que de él vienen recuerdos a mi memoria prácticamente a diario.

A medida que fue pasando el año prosiguieron las buenas sensaciones por unas cosas o por otras (vacaciones, amigos, cafés…) y ya casi terminando el 2010 sentimentalmente también me llevé una buena alegría conociendo a una persona maravillosa con la que me encanta compartir el tiempo y junto a la que me siento plenamente feliz.

La fotografía

En temas fotográficos, si miro mi evolución a lo largo del año me doy cuenta de que he aprendido y he mejorado mucho durante los últimos doce meses. En este momento me siento fotográficamente completo y con el equipo del que actualmente dispongo puedo plasmar las cosas desde mi particular punto de vista sin echar grandes cosas en falta. La llegada de la D300 supuso un buen impulso a mis aspiraciones fotográficas; algo a lo que también contribuyeron decisivamente los diferentes objetivos que han ido llegando a mis manos y a los que cada día saco más partido.

Prohibido...

Sin embargo, más allá de las cámaras y los objetivos que pueda tener, lo que más me gusta es ver que día a día se me ocurren nuevas ideas para hacer fotografías y gracias a ello cada vez que salgo a la calle de safari fotográfico disfruto como un auténtico niño.

El blog

Y en cuanto al blog, pues no podría estar más contento: vuestra afluencia sigue al alza, compruebo que los artículos de fotografía son apreciados y valorados, mucha gente enlaza a este rincón de Internet en foros y en otros blogs… Si bien tengo la espinita clavada de llevar tiempo sin responder a los comentarios pendientes y el hecho de que tengo una buena colección de consultas realizadas por email a la espera de contestación (pido perdón por ello). Quisiera poder llevar todo eso al día, pero en los últimos meses dispongo de tan poco tiempo libre que si saco un rato para el blog lo invierto en crear nuevos artículos. Sea como sea, espero encontrar una solución a esto en breve plazo de tiempo porque ya os digo que para mí es el único «pero» relacionado con el blog.

Dell Inspiron Mini 10

El futuro

No soy adivino y por lo tanto no tengo ni la menor idea de cómo será este 2011 que comienza en apenas unas horas; pero sí que os puedo decir que en No sé ni cómo te atreves seguiréis encontrando nuevos contenidos porque por mucho trabajo que tenga siempre sacaré unos minutos para hablaros de alguna técnica fotográfica, contaros alguna historia cotidiana o mostraros alguna imagen de la que me sienta orgulloso. Además, si todo sigue los cauces previstos, durante este 2011 habrá muchas vivencias que contaros de un tipo que siempre le pone ganas e ilusión a todo lo que hace.

Tonos pastel

Muchas gracias por vuestras visitas (mañana os daré algunas cifras tanto del mes de diciembre como del 2010 al completo), estrenad el año en buena compañía, sed constantes en todo lo que hagáis y empeñaos en ser felices todos los días de vuestra vida.

Después de todo esto ya sólo me queda desearos…

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!

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Tres años de atrevimientos

El pasado Martes este blog cumplió tres años de edad; y aunque hasta hoy no he podido sentarme delante del ordenador para redactar estas líneas es un detalle que no quería dejar pasar por alto. Tres largos años que han pasado volando y que comenzaron con una entrada a mediados de Octubre de 2007 en la que os daba la bienvenida a todos los que quisierais acompañarme en este viaje y durante los cuales este rincón de internet ha sido visitado por mucha más gente de la que hubiera podido imaginar en aquellos momentos.

Miradas

No es ni mucho menos mi intención soltaros un rollazo tremendo sobre el pasado, el presente y el futuro porque no es el artículo ni el momento adecuados y porque para ese tipo de cosas están las entradas englobadas en la categoría filosofía barata. Sólo quería agradeceros en estas líneas el tiempo que invertís en pasar por aquí y aseguraros que, esté donde esté y haga lo que haga, no pienso cambiar las directrices de este blog. Del mismo modo, me gustaría sintetizar vuestro seguimiento en cinco datos muy concretos generados a lo largo y ancho de estos 1096 días juntos:

  • 831517 visitas
  • 8644 comentarios
  • 1565 entradas publicadas
  • 228 suscripciones por RSS
  • 49 suscripciones por email

A modo de curiosidad os puedo decir que tras todo este tiempo la portada del blog tiene un total de 247018 visitas; mientras que en lo que a entradas se refiere la más vista es la de la review del Asus EeePC 701 con 29722 visualizaciones seguida muy de cerca por el índice de fotografía con 27055 y en tercer lugar está aquella entrada que hablaba sobre los mitos y leyendas de las baterías de Li-ion con un total de 13632 visitas. En general, como es lógico, los artículos más vistos son aquellos de tipo práctico o bien que tratan de dar respuestas sencillas a problemas y dudas cotidianas, de modo que no descuidaré ese aspecto.

Lechuza (perfil)

Para finalizar, y volviendo a la intención inicial de esta entrada, quisiera daros las gracias a todos por vuestro tiempo tanto si sois seguidores habituales de este humilde rincón de Internet como si habéis llegado hasta aquí por los caprichos de Google. Al fin y al cabo soy yo el que escribe cada palabra que aparece por aquí, pero sois vosotros los que las leéis y las enriquecéis con vuestros comentarios de modo que, en realidad, esto lo construimos entre todos.

Detalles de la Alcalá que nunca conocí

Si habéis pasado alguna vez por la sección del blog titulada Alcalá de Henares ayer y hoy sabréis que no hace tantos años se podían ver en la ciudad carromatos tirados por caballos que se usaban para repartir tinajas de vino o cualquier otra mercancía por los comercios de la época. Se podría decir que eran los antecesores de las actuales furgonetas de transporte; y aunque os pueda parecer algo lejano y remoto, dando una vuelta con los ojos bien abiertos por la calle Mayor podréis encontrar algunos detalles que prueban esto que os digo.

Columnas y dragones

Yo llegué aquí en 1984, por lo que la ciudad ya tenía un aspecto bastante similar al actual. Es verdad que se han remodelado muchas cosas en los últimos años y que algunas zonas concretas están irreconocibles, pero a mediados de los ochenta los niños ya no jugaban en las calles porque los coches eran los dueños del asfalto y la plaza de Cervantes tenía un aspecto prácticamente igual al de hoy. Por suerte o por desgracia, por aquellos años Alcalá había dejado de ser la pequeña y tranquila localidad llena de huertas en el extrarradio porque a finales de los setenta experimentó un rápido crecimiento en su población así como una considerable industrialización.

Aparcamiento de caballos

Sin embargo, cuando descubro algún pequeño detalle que me traslada directamente a esa Alcalá de hace varias décadas (como esa anilla oxidada donde el jinete podía atar a su caballo mientras jugaba una partida de cartas en el bar de turno) no puedo evitar esbozar una sonrisa y pensar que tengo suerte de vivir en una ciudad llena de rincones especiales.

Abandono definitivamente el equipo de ultimONivel

Puede que a algunos de vosotros esto no os pille por sorpresa, ya que en los últimos meses apenas he redactado un análisis y dos reportajes para ultimONivel y es algo que se veía venir porque llevaba un tiempo bastante «desaparecido»; pero después de estar dándole vueltas al tema durante las últimas fechas he tomado la decisión de dejar oficialmente el equipo de redactores y colaboradores de la web dado que ahora mismo no me veo capacitado para aportar nada interesante a un proyecto del que he formado parte durante tres largos e intensos años.

Sé que ya hubo una ocasión a finales de 2008 en la que anuncié mi salida del equipo por motivos parecidos a los que hoy os voy a exponer; pero el caso es que al final me lo pensé mejor y volví a mis labores como redactor. Sin embargo, desde aquello no he vuelto a ser el mismo y no he sido capaz de mantener un ritmo de publicación ni remotamente parecido al de mis épocas más prolíficas, lo que me da a entender que tenía razón en aquello que planteaba hace algo más de un año.

Esto que ahora os estoy contando es algo muy meditado, absolutamente firme y que saben los miembros del equipo desde hace un par de días comprendiéndolo al 100% debido a que se trata de una decisión fundamentada en una serie de principios que tengo bastante claros y que ahora os resumiré un poco. Como os digo, es algo que para mí tiene toda la lógica del mundo; pero de cualquier modo se agradece enormemente la comprensión del resto del equipo.

Pues bien, en términos generales la cosa es que no creo que sea útil para la web tener como colaborador (no digamos ya como redactor) a una persona que ahora mismo está completamente fuera de la órbita del mundo del videojuego. Veo que de unos meses a esta parte desconozco por completo las últimas novedades que han salido al mercado y que el único medio especializado en estos temas que consulto es ultimONivel más que nada por las vinculaciones personales que me unen a ello. Preguntadme por cualquier tema de fotografía y seguro que os puedo responder algo coherente; pero si por ejemplo queréis saber cuál será el próximo título de Capcom os diré que no tengo ni la menor idea. Y que conste que esto es algo de lo que ya me di cuenta hace unos meses y que me llevó a adoptar un cambio de rol en la web.

Echando un poco la vista atrás me doy cuenta de que este cambio de perspectiva se inició según terminaba mi etapa universitaria: durante los años de clases, prácticas, laboratorios y demás, al llegar a casa me apetecía mucho ponerme a los mandos de la consola y echarle horas a algún título que me tuviera entretenido sin preocuparme mucho de lo que deparara el futuro.

Sin embargo, cuando aprobé la última asignatura de la carrera y entré a trabajar en Komatsu, comencé a preocuparme por otro tipo de cosas. Seguía disfrutando con los videojuegos, pero no tanto como antes debido a que al entrar en el mercado laboral ciertas cosas empezaron a cambiar en mi modo de ver el mundo. Al fin y al cabo, nuestra forma de ser viene determinada por las circunstancias que nos rodean; y las mías habían variado mucho en los últimos tiempos.

Y así, poco a poco llegué a la situación actual en la que los videojuegos no me llaman en absoluto la atención debido a que en mi tiempo libre lo que más me llena es salir a la calle a caminar y hacer fotos, conocer gente y escribir historias personales, relatos o artículos sobre fotografía en este blog.

Sea como sea, después de todo lo vivido durante estos años en relación con los videojuegos en general y con ultimONivel en particular, aunque ahora mismo lo veo como algo remoto, es posible que en el futuro me vuelva a picar el gusanillo y retome un poco esta afición por los videojuegos que empezó cuando tenía siete años; pero si hoy por hoy dispongo de un rato libre, he de reconocer que la opción de agarrar una videoconsola es una de las últimas de mi lista. Además, una de las cosas que más me gustaba de mi labor en ON era la asistencia a presentaciones y eventos varios; pero además de que el ambiente en estos actos se ha enrarecido un poco de un tiempo a esta parte, por incompatibilidad de horarios me es imposible cubrir nada de esto en la actualidad.

Durante el tiempo que he formado parte del equipo de redacción he escrito un centenar de artículos que ahí quedarán como testigo de mi paso por la web; pero si miro en mi interior me doy cuenta de que en esta etapa de mi vida no me siento capaz de escribir con propiedad sobre un tema por el que he perdido todo el interés que tenía en épocas pasadas.

De todos modos, no quiero finalizar esta entrada sin dejar claro que los amigos hechos en ON perduran en el tiempo del mismo modo que seguiré pasando asiduamente por el foro como hasta ahora. En ese sentido nada va a cambiar, porque más allá de ser redactor, colaborador o un simple forero más, el espíritu y la ilusión que fundaron ese proyecto permanecen intactos esté donde esté cada uno de nosotros.

Mucha suerte a todos los miembros pasados, presentes y futuros de una comunidad de amantes de los videojuegos que no tiene comparación con ningún otro rincón de Internet.

Por último, y como homenaje a todo este tiempo como miembro del ON Team, aquí dejo el avatar que hasta hoy he llevado en el foro de esa maravillosa familia que es ultimONivel para tenerlo siempre a mano y no olvidar al carismático Manny Calavera que mucha gente identifica conmigo. A partir de ahora mi imagen tendrá más que ver con la fotografía que con los videojuegos, pero el protagonista de Grim Fandango siempre estará en mi recuerdo.

¿Por qué escribo? ¿Para qué escribo? ¿Para quién escribo?

Las tres cuestiones que planteo en el título de esta entrada son algo que todo blogger debería preguntarse alguna vez. Pienso firmemente que todo lo que hacemos tiene un fin y un sentido; que nunca hacemos algo “porque sí” por muy descabellado que pueda parecer. Por eso mismo hoy he decidido sentarme a hacer una reflexión para poder ahondar en estas tres importantes preguntas y ofreceros mis propias respuestas:

¿Por qué escribo?

Escribo porque siempre lo he hecho; es algo natural en mí. Recuerdo los años del instituto en los que plasmaba mis reflexiones en papel por puro placer y se las pasaba a mi amigo Joe para que me diera su punto de vista. A veces eran auténticas “idas de olla” y en ocasiones trataban temas mucho más serios, pero vistas detenidamente no eran muy diferentes a las cosas que se pueden encontrar por aquí.

Dientes de sierra

Sin embargo, todos aquellos textos están ahora guardados en carpetas bajo libros y apuntes de la universidad en un maletero del que no sé si volverán a salir alguna vez. Aquellas reflexiones que tantas horas me llevaron escribir sólo las vieron los ojos de Joe aparte de los míos, y la verdad es que ahora lo pienso y me da un poco de pena.

Precisamente por ello cuando creé mi primer blog sentí que tenía un rinconcito propio en el que escribir mis pensamientos y que cualquier persona podría leerlos. Puede que no fueran demasiados los interesados en saber de mis cosas, pero seguro que serían más de dos y además ahí quedarían para siempre por si a alguien en el futuro las encontraba de pura casualidad. Poco a poco aquel pequeño rincón fue creciendo y un día sentí la necesidad de buscar nuevos retos, de modo que creé un segundo blog totalmente continuista con el anterior y que no es otro que en el que os encontráis ahora mismo.

Entonces, a modo de resumen se podría decir que escribo para que mis pensamientos, emociones, reflexiones y sentimientos no se pierdan en el tiempo ni en una oscura caja de cartón y también para que cualquier persona pueda encontrarlos en el futuro y sentirse identificada con ellos.

¿Para qué escribo?

No es lo mismo el por qué que el para qué, ya que si bien lo primero indica el origen de las cosas, lo segundo tiene que ver con la meta que se busca, de modo que vamos a mirar hacia el futuro para buscar el sentido a todo esto a través de dos razones principales:

La primera es que escribo para tener una especie de “archivo” en el que tener almacenados todos los recuerdos de mi vida. Sería genial ponerse a releer todo esto dentro de muchos años y recordar cosas que creía completamente olvidadas. Ya dije hace tiempo en una entrada de este mismo blog que escribo porque no me fío de mi memoria; y lo cierto es que así es, pues a veces me he puesto a repasar alguna de las primeras entradas publicadas y me he encontrado con pequeños detalles que ya no recordaba.

Hojas resecas

La segunda tiene que ver con la necesidad vital de trascender; y es que todos llegamos a un punto de nuestras vidas en el que queremos hacer algo por lo que se nos recuerde. Hay gente que lo hace plantando un árbol, otras personas crean una fundación de algún tipo… Hay mil y una maneras de trascender, pero a mí el cuerpo me pedía hacerlo a través de la escritura y la fotografía.

Es cierto que mis artículos en ultimONnivel me permitían llegar a la gente de un modo bastante directo y que me permitía expresarme como quería (he de reconocer que jamás tuve ningún tipo de censura en la web dijera lo que dijera en mis análisis y reportajes) pero me veía limitado porque sólo escribía sobre una temática que cada vez sentía más lejana. Lo que realmente quería era abarcar todos los campos posibles, pues ya desde pequeño nunca quise encasillarme en nada y consideré que era mejor saber un poco de todo que mucho de una cosa y nada del resto. Por eso llegué a un punto en el que me llenaba más escribir cualquier pequeña reflexión personal en este blog que redactar un extenso artículo sobre el último lanzamiento de la industria del ocio digital.

Evidentemente, cuando hace unos meses mi tiempo libre empezó a escasear tuve que elegir, y sin dudarlo demasiado opté por cuidar de este rincón dejando el tema de los videojuegos exclusivamente a la gente de ultimONivel que está mucho más metida en todo ese mundillo.

Por tanto, puedo afirmar que escribo para llegar a la gente de tal modo que lean algo mío y se sientan identificados con ello o les sirva de distracción / guía / ayuda / consejo a la hora de hacer alguna cosa. No es que quiera ser un gurú espiritual ni nada por el estilo; pero sí que me alegra un montón leer comentarios de personas que muestran su agradecimiento por lo bien que les ha venido una review a la hora de comprarse un móvil o porque alguno de mis textos les ha hecho pasar un rato agradable y despreocupado. Ese es para mí el más grande de los premios a las horas que invierto en este blog cada semana.

¿Para quién escribo?

Después de todo lo que os he contado hasta este punto creo que la respuesta es obvia y, como en el caso anterior, tiene dos puntos principales:

Por una parte escribo para mí mismo: para no olvidar nada de lo que vivo y para que me sirva de espejo en el que reflejarme en el futuro. Dicen que quien olvida su pasado está condenado a repetirlo, así que puesto que aquí están plasmados mis éxitos y mis fracasos, creo que será un buen referente por si llegan tiempos de “desorientación vital”.

Farol

Y claro, también escribo para vosotros: para entreteneros, para serviros de utilidad y para compartir lo que vivo, lo que siento y lo que veo todos los días. Puede que mi vida no de para grandes aventuras, pero salir a la calle y observar todas esas pequeñas cosas que nos rodean ya es en si algo muy grande y es lo que siempre os intento contar aquí.

Por lo tanto este blog depende de dos cosas: de vosotros y de mí. Día a día compruebo como siempre estáis al pie del cañón, así que podéis tener la certeza de yo tampoco os fallaré.

¡Un saludo y mil gracias por estar ahí siempre! 🙂

Alcalá de Henares ayer y hoy (22) [vídeo resumen]

Hoy no hay nuevas fotografías, pero no os asustéis: el motivo es que tras una temporada en la que no he tenido tiempo de sacar nuevas imágenes he decidido dar un pequeño parón de unos días y así ir recopilando nuevo material para ofreceros en futuras entregas.

Lo que ocurre es que os comenté el pasado Jueves que para hoy os esperaba una sorpresa y aquí la tenéis: he creado un sencillo vídeo con las fotografías que conforman esta primera parte de las entradas de la serie «Alcalá de Henares ayer y hoy» de tal modo que se haga más ameno y más rápido el ver los cambios que han sucedido en la ciudad durante las últimas décadas. Espero que os guste 🙂

¡Un saludo!