Consejos para hacer fotos con un ojo de pez

El ojo de pez es, probablemente, el tipo de objetivo más difícil de manejar a la hora de componer nuestras fotografías. Su casi infinita profundidad de campo, el amplísimo ángulo de visión que abarca y las deformaciones que produce hacen que tengamos que emplearnos a fondo si queremos obtener buenos resultados.

Obras magistrales

Obviamente, las primeras fotografías que hagamos con él nos parecerán espectaculares por el simple hecho de cambiar radicalmente la percepción visual del mundo que nos rodea; pero si no afinamos la técnica podemos caer en la repetitividad y el aburrimiento a las primeras de cambio.

1. Profundidad de campo

La escasa distancia focal de los ojos de pez consigue que tengamos una profundidad de campo (PDC) casi infinita a cualquier apertura. Esto implica que todo lo que metamos en el encuadre aparecerá nítido y en ningún caso vamos a poder destacar un elemento sobre los demás desenfocando el fondo como solemos hacer con los retratos.

Por tanto, la única manera de hacer que un elemento destaque por encima del resto usando un ojo de pez consiste en echarnos literalmente encima de él para que así ocupe la mayor parte del encuadre y de ese modo se convierta en el protagonista de la escena como en el ejemplo que tenéis a continuación.

Prohibido sobre prohibido

2. Ángulo de visión

Un ojo de pez tiene un ángulo de visión tan amplio (180 grados en diagonal los más habituales) que no siempre es fácil conseguir que no se cuele nada que no queramos en la imagen. En multitud de ocasiones comprobaremos cómo aparece en los bordes del encuadre una pata del trípode, la correa de la cámara, nuestra sombra o incluso nuestros propios pies. Por lo tanto, lo mejor es asegurarnos bien antes de dar la toma por buena que no hay ningún elemento indeseable en nuestra fotografía, ya que luego mala solución tiene a no ser que seamos unos manitas del Photoshop (que no es mi caso, por cierto).

Aunque por otra parte, también puede que sea esto precisamente lo que andamos buscando como me ocurrió a mí al hacer esta fotografía:

En mi propio encuadre

3. Distorsión óptica

La característica más llamativa de los ojos de pez es que distorsionan la imagen de tal manera que las líneas tienden a curvarse más a medida que nos alejamos del centro de la imagen. Por tanto, si cruzamos el encuadre con dos líneas rectas (una vertical y otra horizontal) por su parte central vamos a ver que no se aprecia deformación alguna en ellas. Sin embargo, en cuando empecemos a desplazarlas hacia los bordes del encuadre estas se curvarán más cuanto más nos alejemos del centro tal y como se puede ver en la siguiente imagen:

Ya no me asomo a la reja

Visto esto, en el caso de querer retratar un paisaje con un ojo de pez podemos optar por colocar el horizonte en el centro del encuadre de tal modo que aparezca recto o bien desplazarlo hacia la parte superior o inferior de tal modo que se curve más o menos en función del efecto buscado.

Aun así, si queréis conseguir paisajes resultones yo os recomiendo que le echéis un poco de creatividad al asunto y coloquéis el horizonte en ángulo; algo que dará lugar a paisajes extraños donde ni las líneas horizontales ni las verticales tendrán proporción alguna unas con otras (los edificios se curvarán como si fueran de gelatina).

Acantilados

Lo que no suele funcionar demasiado bien con los ojos de pez son las formas redondeadas. Doblar una curva puede dar lugar a dos cosas en función de su forma y la posición que ocupe en el encuadre: que se convierta en un churro o que se enderece hasta casi formar una recta. Sea como sea, aunque como en todo hay excepciones, ya os digo que los ojos de pez dan mejores resultados cuando retratamos elementos formados principalmente por líneas rectas.

Poco adecuado para retratos formales

A estas alturas del artículo y teniendo en cuenta todo esto que os he comentado, ya os estaréis imaginando que un ojo de pez no es recomendable para retratos más o menos formales, ya que los resultados siempre son extraños (cabeza grande, piernas cortas…) como podéis apreciar en el siguiente ejemplo (donde, por cierto, se han colado mis pies en el encuadre):

Review Falcon 8mm fisheye f/3.5

Obviamente, si estamos buscando algún tipo de efecto visual como los que hemos visto anteriormente, podéis usar el ojo de pez para lo que se os ocurra; pero en general no son adecuados para emplearlos con personas a no ser que las situemos en el centro del encuadre.

¡Arre caballito!

Aplicaciones recomendadas

En todo caso el ojo de pez tiene dos usos que para mí son de lo más interesantes: interiores y paisajes. Precisamente las dos aplicaciones principales de los angulares; y es que un ojo de pez no es más que una focal muy corta (angular extremo) a la que no se le han corregido las distorsiones que presenta. Vamos a ver por separado ambas aplicaciones:

Interiores

Gracias a la amplitud del ángulo de visión de un ojo de pez podemos conseguir abarcar casi toda una estancia en una sola fotografía sin provocar grandes distorsiones si sabemos colocarnos en el sitio adecuado. Este tipo de imágenes sitúan al espectador en el centro de la acción y le hacen partícipe de la escena. Tenéis algunos ejemplos a continuación:

Colegio de Málaga a vista de pez

Detrás del volante

Terraza de la escuela politécnica

Paisajes

En el caso de los paisajes, la gracia del asunto consiste en la deformación de los elementos de la escena, ya que toda línea recta que quede más o menos cercana a los bordes de la imagen se curvará de tal modo que siempre capta la atención del espectador. Además, todo patrón geométrico en forma de ventanas, baldosas, etc que ocupe buena parte del encuadre quedará deformado de forma irregular según la posición que ocupe en la imagen. Tenéis unos ejemplos de esto que os digo a continuación:

Paseo del Henares

El centro de Alcalá a vista de pez

Jump! (they say)

Nueva Alcalá a vista de pez
Resumiendo

Como veis, las posibilidades que brinda un ojo de pez son muchas y variadas si somos conscientes de sus características así como sus puntos fuertes y débiles.

Si sabemos componer adecuadamente con él podremos conseguir imágenes muy atractivas que captarán poderosamente la atención del espectador; pero si nos limitamos a hacer la típica foto simétrica en la que la mayor parte del encuadre aparece vacío nos cansaremos rápidamente de él y nuestro flamante fisheye acabará en el cajón de los trastos.

Prisionera del viento

Más información

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Corrección de defectos ópticos con Lightroom 3

Los que me conocéis o habéis seguido un poco la evolución de este blog sabréis que desde hace tiempo Lightroom es todo lo que necesito para el procesado de las fotografías que disparo desde que salen de la tarjeta de memoria hasta que las subo a mi Flickr. Me parece una solución completísima tanto para las operaciones de procesado como tal sobre los ficheros RAW como para la clasificación y organización de los mismos; y de ahí que siempre que alguien me pregunta sobre qué software utilizar le recomiende esta opción de Adobe.

El refresco del dragón

Pues bien, en la versión 3 (que lleva ya unos meses a la venta) una de las novedades más jugosas es la incorporación de una función de corrección de defectos ópticos de forma automática siempre que el conjunto de cámara y objetivo empleado para hacer la fotografía esté en la base de datos del programa (en caso contrario tenemos la opción de hacerlo manualmente). Una base que sigue ampliándose poco a poco hasta el punto de que ya abarca a la mayoría de mis ópticas y que si queréis consultar podéis mirar en el blog oficial de Adobe Lightroom donde se han ido comentando las ópticas y cámaras que se han añadido en cada revisión lanzada (actualmente está disponible la 3.3).

¿Qué defectos corrige Lightroom 3?

Los defectos corregidos de manera automática por Lightroom son el viñeteo, las aberraciones cromáticas y las distorsiones ópticas; precisamente los tres tipos de defectos que hemos visto en otros tantos artículos del blog.

Estas correcciones se llevan a cabo sin más que activar la opción correspondiente a la hora de procesar una fotografía determinada; pero no penséis que están hechas «a capón» porque por ejemplo, como ya os dije en el artículo correspondiente, la distorsión geométrica en objetivos de focal variable varía en función de la distancia empleada; y ya que esta información se graba en los datos EXIF de la imagen, Lightroom hace uso de ella para que la corrección sea precisa y al final obtengamos líneas rectas en todo el encuadre. De hecho, si tenemos un ojo de pez Nikon podemos linealizar la imagen resultante de forma totalmente automática.

Lo mismo ocurre con el viñeteo (que también varía en función de la distancia focal y la apertura empleada) así como las aberraciones cromáticas, por lo que empleando Lightroom 3 podremos disparar con cierta tranquilidad sabiendo que en post-procesado podemos corregir estos defectos que os comento sin demasiadas complicaciones.

Sea como sea, el programa siempre nos da la opción de variar la cantidad de aplicación de cada uno de los tres parámetros según nuestros gustos, porque tal vez para un retrato nos interese mantener un cierto oscurecimiento en las esquinas que siempre centra la atención del espectador en la zona central de la imagen. Esto se realiza mediante los tres controles deslizantes que se pueden apreciar en la captura de pantalla anterior.

Un ejemplo sencillo

A modo de ejemplo, os ofrezco un ejemplo un poco extremo realizado con mi Nikkor AF-S 16-85 f/3.5-5.6 VR en el que disparé a la mínima distancia focal y máxima apertura de forma perpendicular a una pared de ladrillos con objeto de dejar patente tanto la distorsión de barril como el viñeteo producido.

Nikon AF-S 16-85 VR @ 16mm f/3.5 (sin corrección por software)

Una vez procesada la imagen en Lightroom 3 el resultado es similar a haber realizado la fotografía con un objetivo de mayor calidad al no quedar apenas rastro de defectos ópticos como se puede apreciar en la siguiente imagen.

Nikon AF-S 16-85 VR @ 16mm f/3.5 (corregido por software)

¿Y si mi objetivo no aparece en Lightroom 3?

Si por lo que sea determinado objetivo no está todavía incluido en la base de datos del programa, siempre podéis echar mano de la corrección manual de los parámetros antes descritos para mejorar mediante postprocesado el rendimiento del mismo aunque, como comprenderéis, lo más cómodo es contar con una óptica soportada por el programa para que con un simple click nos olvidemos de los dichosos defectos ópticos y que además las correcciones se adapten a la focal (si es que el objetivo es de tipo zoom) y la apertura empleadas en cada fotografía.

Siempre es mejor partir de una buena base

Obviamente siempre es mejor emplear un objetivo que no introduzca ningún tipo de defecto óptico en nuestras imágenes, porque en fotografía cuando mejor sea «la base» mejores resultados obtendremos al final. Sin embargo, no debemos ignorar la opción que nos da Lightroom de mejorar la calidad de nuestras ópticas sin más que hacer un click de ratón.

Aparcamiento

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Tres rincones de Alcalá a vista de pez

Hacia tiempo que no montaba mi ojo de pez en la cámara y me iba a dar una vuelta por la ciudad para captar sus rincones desde ese punto de vista tan especial que da una óptica con un campo de visión de 180º. Una distorsión de la realidad mediante la cual el entorno parece rodearnos por completo y hacernos sentir en el mismo centro del universo.

Obras magistrales

Como ya os he dicho alguna vez, no se trata de un objetivo para usar todos los días; pero si sabes reservarte para uno de esos «momentos de inspiración» los resultados pueden tan bellos como llamativos. De hecho, un lunes por la mañana no se me ocurriría salir a pasear con él porque sé que no lograría gran cosa; pero una soleada tarde de domingo puede ser de lo más creativa cuando se juntan una serie de factores.

Trinitarios

Las tres imágenes que ilustran esta entrada son producto de un simple paseo por el centro de Alcalá con la mente bien despierta y los ojos abiertos de par en par. De ese modo, el hecho de buscar el punto de vista deseado y plasmarlo en una imagen se convierte en el acto más simple que existe.

Fuente de la plaza de San Diego

Espero que os hayan gustado las fotografías; sobre todo a los que tenéis la suerte de vivir en Alcalá, pues reconoceréis al instante los lugares aquí retratados.

¡Nos vemos por las calles!   😉

Apacible soledad

Se me hizo raro ver mi urbanización de toda la vida casi en completa soledad durante la semana que pasé recientemente en Oropesa del Mar. Habituado al barullo vacacional de los meses de Julio y Agosto la sensación al sentarme en el jardín después de comer y no escuchar absolutamente nada a mi alrededor fue toda una novedad para mí.

Rodeado

Prueba de ello es esta imagen que capté en unos de esos momentos de tranquilidad que os comento y que muestra el ambiente reinante durante aquellos días.

¡Cómo me gusta descubrir ese tipo de sensaciones!  ^__^

Elementos cotidianos desde perspectivas diferentes

Cuando has pasado una y mil veces por el mismo lugar se hace necesario ver las cosas desde un nuevo punto de vista para conseguir que te vuelvan a llamar la atención como su fuera la primera vez; así que el otro día cogí la cámara y me propuse retratar algunos rincones de mi urbanización desde perspectivas más o menos originales, siendo estas cuatro imágenes el resultado de ello:

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Por cierto, ya arreglé mis problemas con Flickr. Resulta que me daba error al subirlas por un conflicto entre el uploader y el antivirus AVG. Gracias a ello ahora puedo ir subiendo cada día las imágenes que voy capturando; aunque ni de lejos me da tiempo a ir mostrándolas todas por aquí. A mi regreso a Alcalá ya os mostraré la mayoría de ellas en alguna que otra entrada que redactaré allí con más calma.

Y bueno, deciros también que quiero pediros perdón por no haber respondido a vuestros comentarios desde que llegué. Durante esta semana sólo toco el ordenador el rato necesario para publicar las fotografías y escribir algo por aquí de vez en cuando porque al fin y al cabo… ¡Estoy de vacaciones!  😛

De todos modos, tras mi regreso pondré todo el día; no os preocupéis  😉

Defishing: linealizando un ojo de pez

De un tiempo a esta parte he descubierto una nueva utilidad para mi objetivo ojo de pez que consiste en la posibilidad de linealizar las fotografías tomadas con él mediante un sencillo plug-in para el editor libre de imágenes GIMP; de modo que en este artículo voy a intentar mostraros lo sencillo que es obtener imágenes que parecen hechas con un ultra-gran angular a partir de esas imágenes tan curvadas que tomamos con nuestro fisheye.

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Ojo de pez vs. ultra-gran angular

Como ya sabréis a estas alturas, las fotografías tomadas con un ojo de pez tienen la particularidad de que las líneas rectas se curvan a medida que se acercan a los extremos del encuadre. Este fenómeno que da lugar a las deformaciones y perspectivas extrañas típicas de este tipo de objetivos puede «deshacerse» por software de tal modo que la imagen resultante parezca tomada por una óptica de tipo rectilíneo (es decir, que en teoría no deforma las líneas rectas en ninguna zona de la fotografía) a costa de perder algunos grados de campo visual y algo de nitidez en los extremos con respecto a la imagen inicial.

Una vez realizado el proceso de linealización de la imagen tendréis una fotografía con ese aspecto tan característico de los angulares extremos que «disparan» las líneas que hay cerca de los bordes para dar una apariencia alargada a las cosas y que puede resultar muy útil para mostrar nuestro entorno desde un punto de vista muy distinto al que estamos acostumbrados.

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El plugin para GIMP

Aunque existen diversas soluciones destinadas a tal fin, he optado por emplear una de coste cero que consiste en un plugin gratuito perteneciente al conjunto de las Panorama Tools programado para el conocido editor libre de imágenes GIMP. Dicho plugin permite tratar las imágenes para corregir deformaciones y demás aspectos geométricos que, llevados al extremo, es lo que necesitamos para linealizar nuestro ojo de pez.

La instalación del plug-in no reviste ninguna complicación, y en entornos Windows tan sólo consiste en copiar el archivo pano12.dll (disponible en la web de Jim Watters) en el directorio windows/system y el fichero PanTools.exe (que podéis descargar de la página oficial de las Panorama Tools) en la carpeta de plug-ins del propio GIMP.

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Configurando los parámetros

Una vez instalado el plugin tan sólo tenemos que configurar los parámetros necesarios para ajustar la conversión de las imágenes y a partir de ahí hacer pruebas y más pruebas para ver qué fotografías se adaptan mejor al proceso de defished. En concreto, empleando el objetivo Falcon 8mm fisheye f/3.5 en una cámara Nikon con sensor APS-C (os recuerdo que esta óptica no sirve para sensores de tamaño completo) he encontrado que las opciones del filtro situado en «filtros -> panorama tools -> remap» ha de configurarse con los siguientes parámetros para que la imagen final no tenga deformaciones visibles:

Configuración para fisheye diagonal en Nikon APS-C

Obviamente, los ángulos de 147 y 94 grados en horizontal y vertical respectivamente están calculados para un ojo de pez que de 180 grados en diagonal. En caso de emplear este ojo de pez en una cámara Canon con sensor APS-C, debido a su factor de recorte ligeramente superior a Nikon (1.6 contra 1.5) vamos a obtener exactamente 167 grados en diagonal, así que los valores de HFOV y VFOV deberían ser ajustados ligeramente por debajo de los aquí mostrados para ajustarse al punto de vista algo más «adelantado» que impone el menor tamaño de sensor.

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Un aspecto importante es que estos dos ángulos necesarios para realizar la transformación de la fotografía serán diferentes si la imagen está recortada, ya que en este caso no estamos alcanzando al ángulo teórico en diagonal; sino un valor considerablemente inferior, de modo que en el caso de aplicar los parámetros habituales estaremos provocando deformaciones indeseadas en la imagen resultante. Si el recorte es de apenas unos pixels apenas será apreciable; pero en caso de una reducción considerable sí que debemos recalcular los datos de los ángulos. En cualquier caso, recomiendo encarecidamente no recortar la fotografía si vamos a aplicar posteriormente el proceso de defishing.

Una vez ajustados los ángulos sólo tendremos que pulsar el botón OK para que comience el proceso de transformación que, tras unos segundos, resultará en una imagen libre de distorsiones.

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¿Qué perdemos con el defishing?

Evidentemente, si este proceso fuera perfecto los objetivos angulares extremos no se venderían porque la gente se compraría un ojo de pez y según el tratamiento posterior lo usaría como tal o como una óptica rectilínea. Lo que ocurre es que a la hora de aplicar el proceso que hemos visto hay dos grandes desventajas que no se nos presentarían empleando un ultra-gran angular «real»:

1. El ángulo de visión se estrecha. Puesto que los bordes de la imagen capturada con un ojo de pez son curvos, estos se van a eliminar porque el proceso a grandes rasgos consiste en «estirar» hacia el exterior las cuatro esquinas de la imagen. Este estiramiento es más intenso cuanto más nos acercamos a dichas esquinas, y de ahí que no sea recomendable situar el motivo principal de la fotografía cerca de los límites del encuadre.

2. Los bordes de la imagen resultante tendrán una considerable pérdida de nitidez debido al estiramiento del que hablábamos hace un momento. Otro motivo más por el que no es recomendable situar en sus proximidades los elementos principales de la fotografía.

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Observaciones finales

A la hora de aplicar este proceso de linealización que hemos visto hoy, en algunos casos el efecto se nota más que en otros pero el plugin he realizado siempre su trabajo correctamente y ha dado lugar a imágenes bastante decentes que parecen tomadas con ópticas de distancia focal muy inferior a los habituales 18mm de los objetivos con las que suelen venir equipadas «de serie» las cámaras réflex.

En cualquier caso, los resultados han sido especialmente buenos gracias al uso del ojo de pez Falcon al que me refería antes, ya que al estar diseñado para dar una proyección estereográfica la deformación de las imágenes es perfectamente proporcional al ángulo entre los elementos que forman la imagen. Algo que en el resto de los modelos no se cumple dando lugar a deformaciones difícilmente corregibles a la hora de linealizar.

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Por tanto, si tenéis en mente realizar este tipo de fotografías muy a menudo os haré dos puntualizaciones muy breves.

  • No nos engañemos: para hacer este tipo de fotografías lo ideal sería emplear un ultra-gran angular «auténtico» por los inconvenientes anteriormente mencionados. Un Sigma 10-20 se puede encontrar en el mercado por unos 400 euros y con él no habrá ninguna necesidad de tener que andar retocando las imágenes después de hacerlas. Digamos que esto que hoy os comento es una solución de compromiso y de bajo coste.
  • Aun así, en el caso de querer comprar un ojo de pez para aplicar esta técnica de linealización, el modelo más recomendable es el mencionado Falcon 8mm (que se puede encontrar bajo muchas otras denominaciones) por la ausencia casi total de deformaciones no deseadas en la imagen final que presenta gracias a su diseño interno. Lo irónico del asunto es que el Falcon es el ojo de pez para réflex más barato que hay en el mercado, costando del orden de 200 euros en las tiendas de eBay que lo suelen comercializar.

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No me cabe duda de que más tarde o más temprano me haré con algún ultra-gran angular por el atractivo juego que estos dan a la hora de trastear con las proporciones lejos-cerca; pero mientras tanto, si necesitamos una fotografía de este tipo y tenemos un ojo de pez a mano, la opción del defishing por software puede ser una opción válida y, lo mejor de todo, completamente gratuita.

Más información (en inglés)

Sarah Thompson

Rusty’s blog

Tecniphoto

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Rincones complutenses a vista de pez

Puesto que las imágenes que suelo publicar en el blog tomadas con mi ojo de pez suelen gustaros bastante, hoy me gustaría compartir con vosotros una breve serie que realicé el mismo día que estuve retratando el hospital de Antezana con esta misma óptica.

Por cierto, aprovecho para comentaros que tal vez esta semana hayáis notado una cierta brevedad en las entradas publicadas; siendo nada más que la consecuencia de unos días de trabajo muy intensos. De todos modos, a partir de mañana y hasta el próximo martes estaré de vacaciones; así que será habitual verme con la cámara por las calles de Alcalá y alumbrando algún artículo extenso por aquí.

Y ya sin más os dejo con las fotos que os decía esperando que os gusten.

¡Muchas gracias por leerme!  😉

Escamas de piedra

Plaza de san Diego

La puerta de la universidad

Contrapicado extremo de la puerta del colegio de San Ildefonso

Iglesia magistral

Iglesia magistral y plaza de los santos niños

Visiones curvadas

Calle del padre Lecanda

Amplitud de miras

Convento de las Bernardas

Soportales en la plaza de Cervantes

Soportales en la parte Norte de la plaza de Cervantes

El hospital de Antezana a vista de pez

En plena calle Mayor, junto a la casa de Cervantes, se encuentra un lugar no tan conocido como otros ilustres rincones de Alcalá y que representa un auténtico oasis de paz donde uno puede sentir que el tiempo se detiene por unos instantes.

Se trata del hospital de Antezana; más conocido como «el hospitalillo». Fundado en 1483 representa el hospital en activo más antiguo de Europa, pues desde entonces cuenta con una docena de camas para poder atender a otros tantos enfermos sin recursos. Como os digo, disfrutar por unos minutos del silencio de su patio interior típicamente castellano es transportarse a épocas pasadas donde la gente se sentía feliz tan sólo con sentarse un rato al sol.

Por cierto, como dato curioso os comentaré que en hace muuuuchos años trabajaron en el hospitalillo personas que han pasado a la historia como el padre del mismísimo Miguel de Cervantes (fue cirujano) o San Ignacio de Loyola que fue enfermero y cocinero en 1526 y 1527; dando una idea de la importancia de este lugar.

Y precisamente pensando hace unos días en ese patio tan especial, creí oportuno acercarme el pasado fin de semana por allí a hacer unas fotografías para así tratar de captar la magia del lugar. Por supuesto, fui lo más discreto y silencioso posible para no molestar a la gente que hay allí; algo que os pido que hagáis también si os animáis a acercaros a visitar este lugar tan especial.

Bueno, no quiero aburriros más con palabrería; así que os dejo con las imágenes esperando que os sorprendan y os gusten:

Hospital de Antezana (I)

La zona de entrada del hospital

Hospital de Antezana (II)

El patio interior con su característico pozo

Hospital de Antezana (III)

Un contrapicado del patio

Hospital de Antezana (IV)

La escalera que sube al segundo piso, donde están las habitaciones de los enfermos

¡Saludos complutenses!

Día de inspiración fotográfica

¿Recordáis aquel artículo en el que comentaba la importancia de «sentir» las fotografías que hacemos? Pues bien, hoy ha sido uno de esos pocos días en los que se junta la llegada de la bendita inspiración y la actitud de salir a la calle con los ojos bien abiertos, de tal modo que mi largo paseo de esta tarde ha dado lugar a una serie de fotografías de las que me gustaría destacar especialmente dos que he hecho con mi querido ojo de pez:

Prisionera del viento

Prisionera del viento

Caminando por el nuevo recinto ferial me fijé en que en la inmensa valla metálica que rodea el perímetro había una hoja solitaria que se había quedado atrapada por culpa del viento. Pensé que podría ser una bonita metáfora de la soledad si conseguía plasmar la enormidad de la verja y retrataba a la hoja justo en el centro del encuadre, pero como estaba unos 20 o 30 cm por encima de la línea de mis ojos al final tuve que ponerme a hacer equilibrios con un pie en un banco y el otro en un pegote de cemento que sirve de soporte para el poste que se ve a la izquierda. Obviamente me hubiera venido muy bien (y en la siguiente fotografía todavía más) que mi cámara tuviera Live View y una pantalla abatible como la que lleva la Nikon D5000; pero como no dispongo de tal cosa tengo que apañármelas como sea para poder encuadrar la imagen a través del visor.

Adoquines

Adoquines

En este caso, la toma de esta imagen fue bastante menos discreta. Concretamente me puse a hacer una fotografía lo más simétrica posible (suelo huir de la simetría; pero hoy hice una excepción) en el centro de la calle Mayor a la altura de lo que hasta hace poco era «La Amstelería» y que ahora van a reconvertir en «La Española». Lo que ocurre es que encuadrara como encuadrara pensaba: «Es la misma fotografía de siempre», de modo que pensé que tal vez podría aprovechar que la calle es peatonal y la integridad física de los paseantes está a salvo para buscar un nuevo punto de vista.

Y el caso es que fui agachándome cada vez más hasta que me di cuenta de que si quería algo original tenía que bajar mi ángulo de visión más todavía, así que ni corto ni perezoso opté por tumbarme directamente sobre los adoquines consiguiendo así la perspectiva que se ve en la fotografía final. Me imagino que alguna de las personas que pasaban por allí se extrañaría un poco al ver a un tío tumbado boca abajo en medio de la calle haciendo fotos, y es verdad que algún otro día no hubiera «dado el cante» de esa manera; pero la verdad es que hoy es uno de esos días en los que te sientes creativo y te importa un bledo lo que piense el resto de la gente.

Bueno, pues ya sabéis: si un día veis por Alcalá a un tipo haciendo el mono con una cámara en las manos es muy posible que sea yo tratando de captar alguna imagen medianamente original. ¡No os asustéis!  😛

El colegio de Málaga a vista de pez

Si habéis estudiado filosofía y letras en Alcalá de Henares conocéis el edificio sobre el que va a versar la entrada de hoy, pues no es otro que el llamado «Colegio de Málaga» cuyo interior esconde un montón de rincones bellos y sorprendentes al mismo tiempo. Como buen antiguo convento que es, las cúpulas, las torres, las escaleras y las vigas de madera son una constante a través de sus estancias; de modo que he pensado que podría ser interesante retratar este lugar a través del original punto de vista de un ojo de pez.

Colegio de Málaga a vista de pez

Colegio de Málaga a vista de pez

Colegio de Málaga a vista de pez

Colegio de Málaga a vista de pez

Colegio de Málaga a vista de pez

Ya sabéis que tengo debilidad por mostraros a través de la fotografía los rincones de la ciudad que me ha visto crecer, y aunque no cursé mi carrera en este centro, sí que me gusta darme de vez en cuando una vuelta por sus pasillos.

Nueva Alcalá a vista de pez

Nueva Alcalá a vista de pez

Me fascina la capacidad de los objetivos ojo de pez (fisheye en inglés) para transformar las escenas más habituales en extraños paisajes escherianos. Intento no usarlo demasiado para que así las imágenes obtenidas no dejen de sorprenderme; pero de vez en cuando me gusta salir a dar una vuelta llevando nada más que la cámara con él montado para así forzarme a retratar las cosas a través de él.

Nueva Alcalá a vista de pez

Precisamente, cuando el pasado fin de semana estaba de regreso en mi barrio después de haber hecho unas fotos de la plaza de Cervantes, miré hacia arriba y pensé que podría ser curioso el efecto de los edificios de doce plantas llevados a los extremos del encuadre de tal forma que sus líneas rectas se convertirían en acusadas curvas que parecen converger sobre la cabeza.

Nueva Alcalá a vista de pez

Dicho y hecho: apuntando hacia el cielo me puse a retratar los edificios, dando como resultado las imágenes que ilustran la entrada. ¿Verdad que parecen sacadas de una pesadilla?

Pasando el día de Reyes en Madrid

Cuando uno deja de ser un niño lo de los Reyes Magos se convierte en algo un poco rutinario: colonia, un jersey, una cartera, un pantalón, dinero en efectivo… Sin embargo, como os decía ayer, las mañanas del 6 de Enero siempre tienen algo de especial; así que cada año intento que no sea una jornada festiva cualquiera.

Hoy he pasado el día en Madrid y, como ya os imaginaréis, me he llevado la cámara con la intención de hacer unas cuantas fotografías, pues de un tiempo a esta parte intento aprovechar todas mis excursiones fuera de Alcalá para retratar los lugares por los que voy pasando, así que al igual que hice el día de Año Nuevo, os voy a ofrecer las imágenes captadas en la capital durante esta mañana.

Metro de Cartagena

Caminando recorrí los aledaños de la plaza de las Ventas, las calles de Alcalá, Francisco Silvela, Avenida de América, Cartagena… Dos horas de paseo bajo el sol (se echaba de menos) que cundieron mucho y me permitieron aplacar un poco mis ansias de hacer fotografías; pues en estas últimas semanas no cojo la cámara todo lo que quisiera por culpa de las incesantes lluvias.

Y ya sin más, os dejo con las imágenes comentándoos de paso que algunas de ellas aparecerán en la review que publicaré en breve por aquí de un objetivo Nikon 55-200 VR que he estrenado hace apenas unos días y con el que estoy encantado.

La calle de Alcalá

Fuentecentrismo

Casas de estilo modernista junto a Ventas

Sólo en el asfalto

Torrespaña (A.K.A. El pirulí)

Día de Reyes

Francisco Silvela

Lluvia permanente

Al acecho

Sólo ante el peligro

Concentración de señales

Torres blancas

Mahou

Cartagena

Escaleras y farolas

Verde

Subida tenebrosa

De lado a lado de la calle

Alcayata destructora

Farolillo

Detalles

Por cierto, tenéis todas las imágenes disponibles como presentación en este enlace.

*Otros paseos fotográficos por Madrid:

El centro de Alcalá a vista de pez (2ª parte)

Después de la primera tanda de fotografías del centro de Alcalá retratado con una óptica de tipo ojo de pez, hoy os dejo con cuatro imágenes más que muestran otros tantos rincones de una forma un tanto inusual. Por lo que he podido comprobar, en general son fotografías que os han llamado la atención, de modo que tomo buena nota de ello porque estoy seguro de que en el futuro se me ocurrirán otros lugares pintorescos que plasmar de esta manera.

El centro de Alcalá a vista de pez

Confluencia de las calles Santa Úrsula, Escritorios, Gallo y Carmen Calzado

El centro de Alcalá a vista de pez

De frente, la calle Cardenal Cisneros. A la derecha, inicio de la calle Mayor desde la Plaza de Santos Niños

El centro de Alcalá a vista de pez

Casa natal de Cervantes

El centro de Alcalá a vista de pez

La calle Mayor desde la plaza de Santos Niños

El centro de Alcalá a vista de pez (1ª parte)

Me encanta dar un paseo por el centro de la ciudad y observarla desde todos los puntos de vista posibles. No sólo ya mirando hacia arriba o hacia abajo, sino buscando perspectivas extrañas y deformaciones arquitectónicamente imposibles. Es por eso que hace unas semanas salí a caminar por las calles de Alcalá sin más compañía que mi ojo de pez montado en la cámara, de tal modo que retratara lo que retratara tendría que ser forzosamente a través de esta peculiar óptica, dando lugar a un mundo irreal donde las rectas se convierten en curvas y las distancias cortas se convierten en grandes espacios vacíos.

El centro de Alcalá a vista de pez

Calle Mayor

El centro de Alcalá a vista de pez

Explanada del Palacio Arzobispal

El centro de Alcalá a vista de pez

Oratorio de San Felipe Neri

El centro de Alcalá a vista de pez

Plaza de los Irlandeses

El centro de Alcalá a vista de pez

Plaza de Cervantes

Lo que hoy os ofrezco es la primera parte de las imágenes que salieron de aquel «experimento» que, como veis, muestran ciertos rincones de Alcalá vistos de una manera muy original. Por supuesto, dentro de unos días os mostraré algunas imágenes más en una segunda parte.

Lugares abandonados (23): calle de la Merced número 6

Lo habitual en estas entradas sobre lugares abandonados es observar los edificios desde fuera. Sin embargo hoy vamos a asomar el objetivo de la cámara por la puerta de una vivienda que tiempo atrás comenzó a restaurarse como tantos otros edificios del centro de Alcalá, pero que lleva ya muchos meses en estado de abandono total. Me imagino que como en otras ocasiones, las cuentas no cuadrarían y se tomó la decisión de parar por completo la obra para permanecer así hasta hoy.

Edificio en la calle de la Merced

En este caso se trata de una vivienda de dos plantas situada en el número 6 de la calle de la Merced (perpendicular a la calle Empecinado) a la que nos vamos a asomar tímidamente con ayuda de un objetivo ojo de pez y así descubrir un lugar del que apenas quedan las vigas y donde el sol entra con tal facilidad que la vegetación ha crecido como si de un jardín se tratara. Además, también podemos ver que en la soledad de lo que fue un hogar hay vallas, apuntalamientos, un cubo, una carretilla… Señales inequívocas de que un día allí hubo gente tratando de devolver a esta casa su esplendor de tiempos pasados.

Edificio abandonado en la calle de la Merced (interior)

Desconozco si en un futuro se retomarán los trabajos de restauración en este lugar, pero hay que reconocer que a día de hoy el lugar tiene una extraña y estática belleza en su interior. Algo que, visto desde fuera, ni siquiera se llega a atisbar.

NOTA: la grúa que se ve en la primera imagen no pertenece a esta obra; sino a otra que se está ejecutando un par de calles más atrás. El efecto óptico de la proximidad entre ambos elementos se debe a la gran profundidad de campo obtenida al disparar con un angular.