Sobre el cierre del colegio Zulema

Recientemente me encontré con la triste noticia del próximo cierre del que fue mi colegio en los años 80 y en el que cursé ocho años de EGB: el Zulema. Y aunque reconozco que mi primera reacción fue de incredulidad y tristeza, hoy me gustaría contaros el caso más pausadamente y reflexionar durante unos minutos sobre ello.

El baby-boom de los 80

Tengo claro que yo fui uno más de los niños del baby-boom de aquella época; y es que éramos tantos los chavales nacidos en torno a 1980 que todo se nos fue quedando pequeño en Nueva Alcalá según íbamos creciendo: cuando estábamos en edad escolar faltaban colegios, cuando llegamos al instituto hubo que ampliar el existente y construir uno nuevo, cuando cumplimos los 18 las autoescuelas florecieron por doquier y los bares de «la zona» estaban todos los fines de semana hasta la bandera…

Sin embargo, han pasado los años y la situación ha cambiado radicalmente: muchos nos hemos ido del barrio y ahora lo que más abunda allí son los padres de todos nosotros. Personas que ahora tienen entre cincuenta y sesenta años, de modo que la demanda de colegios, institutos, autoescuelas y bares de copas ha caído radicalmente y así seguirá hasta que el barrio poco a poco se vuelva a poblar de parejas jóvenes que tengan hijos y vuelvan a completar el imparable ciclo de la vida.

El cierre del Zulema

¿Quiere esto decir que el cierre del colegio Zulema está justificado? Obviamente no; y de hecho estoy convencido de que si no fuera por la actual situación económica nadie en el ayuntamiento o en la Comunidad de Madrid se plantearía siquiera el cierre de un centro de enseñanza. Sin embargo, está claro que alguien pensó que se podría ahorrar dinero haciendo un «donde caben dos caben tres» en los colegios de Nueva Alcalá y al final el Zulema es el que se ha llevado la palma.

La idea es meter a todos los niños del Zulema (todavía no se ha hablado de qué pasará con los profesores, que es algo que también preocupa) en el vecino colegio Henares; si bien parece ser que no es tan fácil la cosa como se pinta, ya que por lo visto en este centro no es que sobre precisamente mucho aforo y seguramente el curso que viene habrá problemas de espacio en las aulas si la cosa sigue adelante.

En pie de guerra

Como es lógico, ante esta perspectiva los padres de los alumnos no han tardado en ponerse en pie de guerra (con protestas y manifestaciones casi a diario) ya no sólo por el hecho de tener que trasladar a sus hijos a otro centro con lo que esto conlleva en cuanto a adaptación al nuevo colegio, nuevos compañeros, nuevos profesores… sino también porque temen que la calidad de la enseñanza recibida se degrade en mayor o menor medida debido a la saturación de las aulas. Del mismo modo, muchos de ellos comentan que de los dos colegios fusionados el Zulema es el que cuenta con mayores y mejores instalaciones, lo que contribuye aun más a la incomprensión general del asunto.

Pero no sólo son los padres los que se oponen al cierre del colegio, ya que a este movimiento se han sumado los comerciantes de la zona que ven cómo con el cierre del centro se esfumará buena parte de sus ingresos: los padres que dejan al niño en el colegio y hacen la compra o se toman una cerveza en el bar de la esquina, la papelería a escasos 30 metros de la puerta principal en la que todos los chavales compran material escolar, los frutos secos que venden bollos y chucherías a los chavales…

Obviamente el cierre de un colegio no es colgar un letrero en la puerta y llevarse a todo el mundo cuatro calles más abajo. El cierre del Zulema significará el fin de muchos de los comercios de una zona que bastante abandono ha sufrido ya en los últimos años, pues recuerdo que cuando era pequeño esa parte del barrio era un auténtico hervidero de tiendas y hoy en día sobreviven tan sólo media docena de ellas gracias al movimiento de personas que hay en las horas de entrada y salida del colegio.

Soluciones alternativas

No me dedico a la política y por tanto no soy ningún experto en macro-economía ni nada que se le parezca. Sin embargo, siempre aplico el sentido común a todo lo que hago; y aunque con los números en la mano parece que el cierre de un colegio en un barrio donde hay muchos menos niños que hace dos décadas podría estar justificado, nunca hay que olvidar que la educación es uno de los pilares sobre los que se asienta la sociedad y es algo que no podemos permitirnos descuidar.

Seguramente habrá otros gastos asociados al centro que se podrían reducir o bien se podrían destinar algunas partidas presupuestarias a mantener abierto el colegio manteniendo así a los alumnos en sus pupitres. La solución del cierre debería de ser la última en ser llevada a cabo tanto por el perjuicio directo a padres y alumnos como por la mala imagen que se da del sistema educativo español en general; aunque por lo que se ha comentado durante los últimos días parece que la decisión está más que tomada y en septiembre el Zulema no abrirá sus puertas.

El lado sentimental

Al margen de todo lo comentado en los párrafos anteriores también me gustaría hablar un poco sobre el aspecto «sentimental» de esta noticia; y es que no puedo dejar al margen el hecho de que el Zulema fue mi colegio tal y como os decía al principio de esta entrada.

Allí cursé toda la EGB, que si bien sólo asienta una serie de conocimientos básicos para todo lo que vendrá después, no es menos cierto que lo más importante que se aprende a esas edades son los conceptos como la amistad, el respeto a los profesores, el trato con los demás, el interés por aprender…

Desgraciadamente no he tenido con el colegio Zulema la misma relación que con el que fue mi instituto; pero sí que me he encontrado alguna vez con profesores que me dieron clase allí y eso es algo siempre hace ilusión. Sobre todo cuando te das cuenta de que se acuerdan de ti y que incluso recuerdan alguna anécdota concreta de un día en clase que tú ya habías borrado de tu memoria hace años.

Recuerdo los horarios de clase por aquella época: de 9 a 12 y de 15 a 17. Unas horas de entrada y salida que a cualquier padre le hacían ir de cabeza y que con los años se cambiaron por un horario continuado más acorde a los tiempos actuales en los que los dos progenitores han de trabajar para poder sacar adelante una familia y una hipoteca.

Me acuerdo también del frío que hacía en los vestuarios del gimnasio a primera hora de la mañana en invierno, de las clases de pretecnología, de cómo jugábamos en los recreos con cualquier cosa que recordara vagamente a un balón, de los días de lluvia en los que nos quedábamos en clase, del primer examen de mi vida (que no me dio tiempo a terminar y quise llevarme a casa), de la inauguración de radio-zulema donde emitieron un programa sobre U2 que hicimos entre un amigo y yo, del aterrador despacho del jefe de estudios, del primer día de clase del nuevo curso, del «Zulemón», de algún compañero que ya de pequeño apuntaba maneras, de algún profesor con el que hoy me gustaría sentarme a charlar sobre la vida, del conserje abriendo las puertas cinco minutos antes de que sonara la campana, de mi madre esperándome todos los días junto al mismo árbol, del camino a mi casa tapizado de hojas amarillas, de las tardes viendo Campeones y Bola de Dragón delante de un tazón de leche y un cuaderno lleno de cuentas… Muchos recuerdos de cosas que han marcado mi infancia y, en general, que me han hecho ser como soy actualmente.

La importancia de la educación temprana

Puede que no pensemos mucho en ello, pero todo aquello que vivimos cuando tenemos tan pocos años queda tan grabado en nuestro interior que nos acompañará toda la vida. Por eso la educación temprana es tan importante y por eso no se debería recortar ni un euro en ella ni tomarla a la ligera.

Sé que es difícil, pero espero que haya una solución de última hora para que el curso que viene el Zulema siga acogiendo nuevos alumnos. Si así fuera, todos esos recuerdos que guardo en mi memoria podrán seguir siendo los recuerdos de los niños de esta generación y de las que vengan después.

Los eternos problemas de aparcamiento en Nueva Alcalá

Yo no sé si la construcción de los dos aparcamientos subterráneos en Nueva Alcalá (uno bajo el centro comercial y otro en el paseo de Pastrana) conseguirá aliviar uno de los principales problema de del barrio (ojalá que sí); pero de momento este es el aspecto que presenta cualquiera de sus rincones:

¿Problemas de aparcamiento?

Por la mañana se puede aparcar con relativa facilidad, pero a partir de las seis de la tarde o en fin de semana yo ya ni me molesto en intentarlo. De todos modos, hay gente que vendería su alma al diablo con tal de no caminar más de diez metros hasta el portal de su casa.

Lugares abandonados (29): el quiosco de Dani

En pleno paseo de Pastrana se encuentra todavía un quiosco de prensa que pese a llevar ya cerca de tres años cerrado, el tiempo todavía no parece haber hecho mella en él. Aun con la presencia de pintadas en sus paredes y la progresiva decoloración de sus toldos, si uno pasa por allí sin saber que el negocio ya no funciona podría pensar que sus dueños simplemente se han tomado unos días de vacaciones.

El quiosco de Dani

Se trata de «el quiosco de Dani», que en tiempos pasados (antes de la popularización de Internet y la consecuente caída de ventas de la prensa escrita) daba a sus dueños unos beneficios suficientes como para vivir desahogadamente; aunque también representaba una cierta esclavitud al tratarse de un negocio que sólo cerraba tres días al año y tenía horario continuado de ocho de la mañana a nueve de la noche.

Recuerdo las largas tardes que pasaba allí hablando de videojuegos con el propio Dani. Todo comenzó en la época en la que me compré la Playstation 2 cuando salió allá por el año 2000, ya que al comprar una revista sobre la misma me preguntó qué tal estaba la consola. A partir de ahí era de lo más frecuente que me pasara por el quiosco y estuviera allí un par de horas de charla al salir de la universidad.

Con el tiempo llegaron negras previsiones de futuro para los quioscos (propiciadas porque ahora la gente tenía toda la información a su alcance en Internet) y Dani comenzó a ver que había que hacer planes alternativos, de modo que comenzó a trabajar como conductor de camión en una empresa de transporte al tiempo que mantenía el quiosco en sus días libres, quedando en manos de su hermana los días que le tocaba trabajar.

Tras unos meses así y viendo que la crisis de la prensa escrita era algo que no tenía vuelta atrás un día me dijo que vendía el quiosco, y apenas una semana después pasé por allí delante y me encontré con la persiana metálica bajada y un cartel con un número de teléfono en un lateral que decía «Se vende quiosco. Preguntar por el señor Castillo» y que actualmente sigue ahí. Como es lógico, no hay nadie interesado en reflotar un negocio condenado a muerte.

Retratando el Henares

El río Henares ejerce en mí un curioso magnetismo. Muchas veces he bajado a dar una vuelta sin rumbo aparente y casi sin darme cuenta he acabado caminando cerca de sus orillas escuchando el suave rumor del agua y disfrutando de sus rincones. Es algo muy relajante y que, por supuesto, intento retratar siempre que puedo.

La última vez que estuve cerca del río fue el pasado fin de semana, y viendo que por efecto de las últimas lluvias bajaba bastante crecido, intenté acercarme lo máximo posible a la pequeña caída que agua que hay detrás del barrio de Nueva Alcalá para tratar de captar algunas imágenes que ahora os ofrezco por aquí:

Retratando el Henares

Retratando el Henares

Retratando el Henares

Retratando el Henares

Retratando el Henares

Retratando el Henares

Así da gusto

Así sí

Por suerte no todos los botelloneros son de los que dejan los parques llenos de basura, y reconozco que esta tarde me he llevado una pequeña alegría al ver esta escena junto al parque Manuel Azaña.

Nueva Alcalá a vista de pez

Nueva Alcalá a vista de pez

Me fascina la capacidad de los objetivos ojo de pez (fisheye en inglés) para transformar las escenas más habituales en extraños paisajes escherianos. Intento no usarlo demasiado para que así las imágenes obtenidas no dejen de sorprenderme; pero de vez en cuando me gusta salir a dar una vuelta llevando nada más que la cámara con él montado para así forzarme a retratar las cosas a través de él.

Nueva Alcalá a vista de pez

Precisamente, cuando el pasado fin de semana estaba de regreso en mi barrio después de haber hecho unas fotos de la plaza de Cervantes, miré hacia arriba y pensé que podría ser curioso el efecto de los edificios de doce plantas llevados a los extremos del encuadre de tal forma que sus líneas rectas se convertirían en acusadas curvas que parecen converger sobre la cabeza.

Nueva Alcalá a vista de pez

Dicho y hecho: apuntando hacia el cielo me puse a retratar los edificios, dando como resultado las imágenes que ilustran la entrada. ¿Verdad que parecen sacadas de una pesadilla?

Sesión de fotos tras la nevada de anoche

Cuando ayer a estas horas mi calle se empezó a cubrir de nieve supuse que por la mañana ir a trabajar sería un pequeño gran infierno. Después de la nevada del año pasado que paralizó por completo la ciudad, me imaginé que pasaría dos horas metido en el coche atascado en una fila de coches infinita y sin saber muy bien si llegaría a mi puesto de trabajo o me tendría que dar la vuelta a medio camino como en aquel aciago 9 de Enero de 2009.

Comienza la nevada

El caso es que la nieve cayó durante la noche, pero las consecuencias no fueron graves. Es cierto que parte de la carretera estaba helada y que en algunas calles de la ciudad era complicado caminar sin pegar algún que otro resbalón; pero al final llegué a la depuradora más o menos a la hora de siempre.

La jornada laboral pasó con rapidez, ya que parecía que todos teníamos anécdotas relacionadas con el frío y las nevadas. Y por fin, al regresar a casa, apenas un rato después de comer cogí la cámara para salir a dar una vuelta dispuesto a captar imágenes curiosas cerca de mi barrio junto a mi hermano. Lo estuve maquinando durante el rato del café de media mañana y he de reconocer que el resultado no me decepcionó en absoluto.

Posando, que es gerundio

De común acuerdo optamos por acercarnos a un campo que hay en la parte trasera del barrio de Nueva Alcalá, donde había varios niños tirándose bolas de nieve y también algún que otro pirado más con una cámara de fotos dispuesto a llevarse un recuerdo de esta blanca jornada. Hay que reconocer que la nevada del año pasado fue bastante más espectacular, pero de cualquier modo ver completamente helado el mismo lugar que hace unos meses os mostraba lleno de vida y color es algo realmente curioso.

Campos nevados

Lo mejor de ir acompañado por mi hermano es que yo aparezco en una secuencia de tres fotografías (algo que no es habitual porque siempre soy yo el que está detrás del visor) y él me sirvió como modelo para realizar alguna toma curiosa con ayuda de mi objetivo ojo de pez. Del mismo modo, además de la réflex digital, me llevé mi recién llegada Nikon EM (de la que en breve publicaré unas primeras impresiones) para disparar un par de fotografías de paisaje y ver los resultados cuando termine el carrete que llevo puesto en ella estos días y lo lleve a revelar.

Bueno, sin darle más vueltas al asunto os dejo con las imágenes de la jornada, ya que son mucho más descriptivas que todo lo que yo pueda escribir aquí.

¡Espero que os gusten!

Jump! (they say)

Nikon EM in the snow

Nikon EM in the snow

Nikon EM in the snow

Estamos rodeadas!

Paseo sobre la nieve

Campos nevados

Fotos polares

Campos nevados

Una calle de Nueva Alcalá

Recuerdos de la infancia: el parque Manuel Azaña

Hoy me apetece hacer un poco de memoria, así que os hablaré de un parque cerca de mi casa que construyeron en 1987 y que supuso una pequeña revolución en la fisonomía de esta zona de la ciudad por sus novedosas formas: el parque Manuel Azaña.

Si cierro los ojos y me traslado a finales de la década de los ochenta o principios de los noventa, recuerdo tenuemente una gran montaña de tierra en la que los niños jugábamos a subirla y bajarla sin descanso (poniéndonos la ropa hecha un asco, claro). También me acuerdo de una estructura de cemento en forma de laberinto situada en el centro de una especie de castillo donde jugábamos con pistolas de fogueo y lanzándonos petardos como si fueran cartuchos de dinamita… Una original construcción que tiempo después fue desmantelada por razones de seguridad. Seguro que los que ahora rondan la treintena y pasaron su infancia en los barrios de Nueva Alcalá y Tabla Pintora saben de lo que estoy hablando.

Parque Manuel Azaña a finales de los 80

Parque Manuel Azaña a finales de los 80. Pinchando sobre la imagen accederéis a versiones de más resolución y notas informativas de cada elemento.

Por cierto, para situaros un poco os comentaré que esa fábrica de ladrillos que se ve en la parte superior derecha de la imagen es donde actualmente está emplazado el local del supermercado Champion de Ronda Fiscal que lleva cerrado varios años. Del mismo modo, en ese solar que se ve en la esquina superior izquierda hoy podéis ver un bonito parque donde el otro día hice un par de fotos.

Una cosa bastante curiosa es que por aquella época surcaban el parque Manuel Azaña una serie de canales de aproximadamente medio metro de ancho por los que corría agua y que en invierno se congelaban de tal modo que, si no pesabas mucho, hasta podías ponerte en pie sobre ellos. Canales que no tardaron en convertirse en una acumulación de suciedad y también en el destino de algún que otro niño al que sus amigos hacían la trastada de turno en pleno invierno, de modo que el ayuntamiento decidió enterrarlos para evitar cualquier posible problema.

Es una pena que no tenga más fotografías del parque por aquellas épocas (la que tenéis ahí arriba es todo lo que he podido encontrar), pero lo que sí puedo hacer es ofreceros unas imágenes que capté el otro día en el auditorio que forma parte del parque desde el primer día y que actualmente sigue en pie con el mismo aspecto que entonces (bueno, la estatua de Azaña se ha trasladado a una glorieta cercana y el lugar está lleno de pintadas; pero básicamente se encuentra como en mis recuerdos).

En este auditorio se han realizado mítines electorales, funciones de teatro, conciertos, campañas benéficas… y eso que es un horno en verano, un congelador en invierno y una incomodidad durante todo el año. Sin embargo, aunque el lugar es feo con ganas, es una de las pocas cosas que quedan del proyecto original, por lo que cada vez que paso cerca de este sitio me acuerdo de todas las tardes pasadas allí trotando entre sus gradas.

Auditorio Manuel Azaña

Auditorio Manuel Azaña

Auditorio Manuel Azaña

Auditorio Manuel Azaña

Auditorio Manuel Azaña

Hoy en día el parque Manuel Azaña no es más que una extensión de tierra con arbustos anexa al auditorio donde no se ven muchos niños que digamos y por la que no es muy recomendable pasar de madrugada. Sin embargo, dando una vuelta por allí no puedo evitar recordar aquellos años de mi infancia en los que mis únicas preocupaciones al salir del colegio era ver un rato la televisión y salir a jugar con mis amigos.

En aquellas épocas, caer rodando por una ladera de tierra o acabar metido hasta las rodillas en un riachuelo de agua helada no representaba ningún problema y, qué queréis que os diga: aquí seguimos todos, así que tampoco parece que fuera algo tan peligroso, ¿no?

Dirección de e-mail para los afectados por el parking de Nueva Alcalá

¿Recordáis lo que os conté hace un tiempo sobre el aparcamiento subterráneo de Nueva Alcalá cuya obra lleva varios meses parada? Pues bien, aunque me gustaría daros buenas noticias, no puedo hacerlo porque pese a que ha habido algunos avances que ahora comentaremos, a día de hoy la cosa sigue exactamente igual que en la fotografía que tomé hace un par de meses.

Aparcamiento en Nueva Alcalá

Dando una vuelta por la zona del aparcamiento, he observado que hay algunos operarios en la obra sacando contenedores de material, por lo que entiendo que los rumores que había escuchado sobre que la obra se iba a retomar en breve deben de ser ciertos. Del mismo modo, parece ser que la empresa encargada de la construcción del parking subterráneo ha enviado una carta a los afectados en la que comunica que las plazas se entregarán «lo antes posible» (cosa que habrá que coger «con pinzas» teniendo en cuenta que hasta ahora los plazos previstos no se han ido cumpliendo ni de lejos).

Reconozco que no soy uno de los afectados por este tema, pero hoy escribo esta entrada porque se trata de una situación que me parece tremendamente injusta y porque me habéis demostrado en multitud de ocasiones que sois bastantes los alcalainos que leéis este blog. Por eso me gustaría comentaros que si os habéis visto afectados por este desagradable asunto (habéis pagado una cierta cantidad de dinero por una plaza de garaje que ahora mismo sólo es un agujero lleno de agua sucia) tenéis a vuestra disposición una dirección de e-mail tras la que está María Jesús: una de las afectadas por la paralización de las obras del aparcamiento y que está llevando el tema a los medios de comunicación como muestran los dos ejemplos siguientes:

Diario Digital del Henares

Diario de Alcalá

María Jesús también ha expuesto el problema en los micrófonos de Onda Cero así como en el conocido informativo Madrid Directo; lo que da una idea de su nivel de concienciación con este asunto. Por eso mismo, cuando hace unos días se puso en contacto conmigo para pedirme que le echara una mano para difundir su causa no dudé ni un segundo en contribuir en la medida de mis posibilidades.

Os recuerdo que en estas cosas es bueno unir esfuerzos evitando así que cada persona actue por cuenta propia, por lo que os recomiendo que mandéis un correo a la propia María Jesús en parkingnuevaalcala@hotmail.com y os informéis de cómo está la situación del aparcamiento y qué medidas podéis tomar para tratar de solucionar esta situación.

Si sois alguno de los afectados por esa obra paralizada que no parece tener fin, os deseo la mejor de las suertes; pero como en la vida la suerte sin esfuerzo no sirve de nada, os animo a que hagáis frente común contra este abuso.

Actualización 11 de Diciembre de 2009: Después de dar una vuelta por la zona de la obra (hacía una semana que no pasaba por allí) he modificado un par de párrafos para comentar algunas novedades.

Aquellos aterradores tubos verdes

La respiración del suelo

Cuando era pequeño estos tubos nos infundían un gran temor a todos los niños del barrio. El simple hecho de pasar cerca de ellos disparaba la imaginación y nos hacían pensar en historias de cavernas subterráneas llenas de murciélagos hambrientos y criaturas que se arrastran por un suelo húmedo que nunca había visto la luz del sol.

Además, si aguzabas el oído podías escuchar un susurro que provenía de Dios sabe dónde cuando te acercabas a ellos. Algo parecido al aliento de un dragón furioso que una noche saldría de allí y nos achicharraría a todos. Si aquellos misteriosos tubos fueran un elemento estático y silencioso podría asumirse incluso que podría ser una extraña escultura; pero la perpetua actividad en su interior era una prueba irrefutable de que bajo aquel jardín había algo que ninguno de nosotros conocía.

El día que me enteré de que no eran más que el respiradero de un aparcamiento subterráneo me sentí aliviado, pero desde ese preciso instante los aterradores tubos de color verde perdieron todo su atractivo y pasaron a ser un elemento más del paisaje urbano.

Caos circulatorio en Nueva Alcalá por la construcción del parking subterráneo del paseo de Pastrana

*Última actualización: 11 de Diciembre de 2009

¿Recordáis aquella historia sobre el aparcamiento subterráneo que se quedó a medio construir en el barrio de Nueva Alcalá? Pues bien, lejos de solucionarse el problema (la situación a día de hoy sigue exactamente igual) hay ahora un colapso circulatorio brutal en el barrio por culpa de un nuevo parking que ha comenzado a construirse en el Paseo de Pastrana.

Paseo otoñal

Este apacible paseo ya es historia

Este nuevo aparcamiento subterráneo se anunció hace ya unos años, pero no se había vuelto a decir ni una palabra del tema. Personalmente, después del fiasco del aparcamiento del centro comercial pensé que no se llevaría a cabo; pero de buenas a primeras, en la tarde del Miércoles 25 de Noviembre unos operarios vallaron una gran zona en el lateral del barrio y colgaron carteles indicando que allí iban a tener lugar las obras del aparcamiento subterráneo «Paseo de Pastrana».

Para que os situéis os voy a poner un pequeño esquema:

En rojo las zonas afectadas por las obras de los aparcamientos

Las obras del nuevo parking son las que quedan a la izquierda de la imagen, y la zona afectada por la obra abandonada desde hace meses del aparcamiento del centro comercial sería el recuadro rojo de la parte inferior. Por supuesto, todas las plazas de aparcamiento en superficie que había en estos lugares han sido anuladas; y aunque en el caso del parking abandonado se habilitó una zona provisional para que no hubiera problemas, en esta nueva obra no he visto todavía tal posibilidad (y lo veo poco probable dado su emplazamiento).

Caos circulatorio en Nueva Alcalá

Entrada a Nueva Alcalá por Río Tajuña bloqueada desde hace meses por la obra abandonada del aparcamiento subterráneo del centro comercial

Caos circulatorio en Nueva Alcalá

Desde el Paseo de Pastrana ya no se puede entrar a Nueva Alcalá

Sea como sea, durante el primer día en el que ha estado cerrado al tráfico en esta zona, el problema circulatorio en el barrio ha sido tremendo: en este momento sólo hay un modo de entrar a la parte Sur del barrio de Nueva Alcalá: la calle Entrepeñas. Del mismo modo, por la parte superior hay dos opciones, pero desde ellas sólo se accede a la parte Norte y al lateral Este, por lo que todo el que viva por la zona inferior está abocado a tomar la calle Entrepeñas que, como ya supondréis ha estado atestada de vehículos durante casi todo el tiempo.

Caos circulatorio en Nueva Alcalá

El acceso desde el Norte a la calle Entrepeñas también está cerrado. Sólo se puede acceder a ella desde el Sur

Si sólo fuera eso el problema no sería grave, ya que con un poco de paciencia se acabaría entrando en el barrio y santas pascuas. Lo malo es que debido al corte de calles recién efectuado, todo el tráfico de salida también se ve obligado a converger en una única vía de salida de tal modo que se forma un atasco que atraviesa todo el barrio y afecta a todas sus calles, que se saturan de coches continuamente.

Mirad, os voy a colocar el mismo mapa de antes, pero esta vez con unas flechas cutres y unas zonas marcadas con colores para que os hagáis una idea de cómo fluye ahora el tráfico (bueno, lo de «fluir» es un decir):

Calles por las que discurre el tráfico ahora en Nueva Alcalá

Como veis, el punto más «conflictivo» de entrada está en la calle Entrepeñas (marcada en azul claro) y el atasco de salida se forma en la calle Río Salado que os marco en color morado en la parte superior. Pero claro, la arteria principal del barrio, que es la calle Río Manzanares (en color naranja) es justo el nexo de unión entre la entrada y la salida de Nueva Alcalá, y por ella han de circular por narices prácticamente todos los vehículos que tengan entrar y la totalidad de los que pretendan salir. La flecha gris marca el recorrido que pueden hacer los vehículos que entren por la entrada Norte, que es de sentido único.

Tabla pintora

Calle Río Manzanares sin tráfico hace unos meses

Obviamente, la situación sería mucho mejor si la obra del parking del centro comercial se hubiera terminado en el plazo previsto, ya que la calle convertida desde hace meses en un inmenso agujero lleno de agua sucia era una vía de doble dirección por la que se podía entrar y salir de la parte Sur del barrio. Yo entiendo que la construcción de un parking subterráneo redunda en beneficio de todos los vecinos y que durante la ejecución de la obra hay que aguantar una serie de molestias; pero lo que no veo lógico es hacer las cosas sin ningún tipo de planificación sobre todo sabiendo que en Nueva Alcalá siempre ha habido atascos a la hora de salir a mediodía y a última hora de la tarde.

Estoy seguro de que los vecinos del barrio no tardarán en hacerse oír en los periódicos locales y demás si no se busca una solución a esto, pues hoy no se hablaba de otra cosa en cualquier rincón de Nueva Alcalá. Los vecinos ya estábamos resignados a soportar bastante tráfico a ciertas horas, pero esto ya es pasarse; y por eso mismo escribo esta entrada: para que podáis ver con vuestros propios ojos la gran chapuza que se ha hecho al ejecutar una obra de consideración sin haber tenido en cuenta algún tipo de solución provisional para no provocar un caos circulatorio que, de no ponerle remedio, durará bastantes meses.

Caos circulatorio en Nueva Alcalá

Colapso circulatorio en pleno centro del barrio. El atasco se extiende por todas y cada una de las calles de Nueva Alcalá

Y todos tocamos madera para que esta obra no se quede parada a medio hacer como ha ocurrido en el parking del centro comercial; porque entonces esto sería ya el desastre perpetuo.

Os mantendré informados de cómo van transcurriendo las cosas actualizando esta misma entrada. ¡Ojalá sea para dar buenas noticias!

27 de Noviembre de 2009

Aunque veo que se han puesto unos agentes de la policía local en la salida del barrio, los atascos han seguido siendo constantes entre las 13 y las 15 así como a partir de las 18 horas. De hecho, esta mañana me di una vuelta por las calles de Nueva Alcalá y capté un par de imágenes para que os hagáis una idea de cómo está el tema.

Caos circulatorio en Nueva Alcalá

Calle Río Manzanares desde el cruce con la calle Bolarque. El coche azul sale de la calle Río Alagón, a la que nos dirigiremos a continuación.

Caos circulatorio en Nueva Alcalá

Calle Río Alagón atascada de coches a la una de la tarde. Hay incluso un coche de la policía local en medio del tráfico.

2 de Diciembre de 2009

Después de una semana de atascos el ayuntamiento ha movido ficha y ha hecho que un tramo del lateral de Paseo de Pastrana que antes era una entrada al barrio por su parte Norte sea ahora de doble dirección. De este modo el flujo de vehículos se reparte a la hora de salir y parece que los atascos han menguado bastante.

4 de Diciembre de 2009

Fotografía de la salida provisional de nueva Alcalá por el lateral del paseo de Pastrana. Ahora los coches pueden salir de Río Manzanares por Río Alberche y acceder directamente a Ronda Fiscal. (Mapa de situación)

Solución provisional al caos circulatorio en Nueva Alcalá

11 de Diciembre de 2009

Se está procediendo a levantar todo el asfalto y las aceras de la parte central del paseo de Pastrana como se puede apreciar en la siguiente fotografía.

Parking del Paseo de Pastrana

Lugares abandonados (21): el aparcamiento de Nueva Alcalá

Dejadme que hoy os cuente una historia:

Erase una vez un centro comercial de principios de los 80 cuyos propietarios (los dueños de las tiendas que lo conformaban) decidieron remozar su aspecto avejentado y darle así un nuevo aire al lugar. La cosa fue bien y el lugar rejuveneció unos cuantos años, así que los tenderos, viendo que tenían buena mano para esas cosas, decidieron ir un poco más allá.

Verde

Nada le sentaría mejor al centro comercial que la construcción de un parking subterráneo con 600 plazas para los vecinos del barrio. Una obra cuyo capital de arranque pondrían los propios comerciantes y el resto los sufridos vecinos de Nueva Alcalá que pasaban por auténticos calvarios cada vez que llegaban a casa pasadas las siete de la tarde y tenían que dar vueltas y más vueltas para poder dejar sus coches en algún lugar.

Comenzó la construcción del aparcamiento y se dio un teléfono de contacto al que, como es lógico, muchos vecinos llamaron interesados por las plazas. Pero una cosa es la necesidad, y otra muy diferente ser tonto, porque pagar más de 24000 euros por una  plaza de garaje suena un poco excesivo teniendo en cuenta que la mayor parte de coches que se veían por esas calles costaban menos de esa cantidad.

¿Qué ocurrió? Que apenas se vendieron plazas. La obra siguió adelante durante un tiempo, pero las cuentas no cuadraban. La gente que había reservado una plaza tuvo que pagar un porcentaje del precio final por adelantado, pero al ser estos muchos menos de los esperados, el capital para la ejecución del proyecto pronto pasó a números rojos y la obra se paralizó.

Parking provisional (ya veremos hasta cuándo)

Aparcamiento en Nueva Alcalá

Aparcamiento en Nueva Alcalá

Eso ocurrió hace ya varios meses, y ahora la parte trasera del centro comercial está hecha un desastre, la gente del barrio sigue aparcando en el descampado de tierra que se habilitó provisionalmente para suplir las plazas ocupadas por la obra y aquellos que adelantaron el dinero para poder tener la plaza de garaje que les permitiría aparcar con comodidad se encuentran ahora sin plaza y sin dinero.

De hecho, la inauguración del aparcamiento debió tener lugar el pasado mes de Junio (aunque fue retrasada posteriormente a Septiembre), pero a día de hoy lo único que hay allí es un gigantesco agujero abandonado lleno de agua sucia y hierros oxidados; y no sé por qué, pero me da a mí que esto va para largo…

Aparcamiento en Nueva Alcalá

Aparcamiento en Nueva Alcalá

Campos cerca de Nueva Alcalá

Hay algo de Alcalá de Henares que fascina a los que vivimos allí, y es que si estás en pleno centro de la ciudad y te pones a caminar, no tardarás en llegar a algún punto en el que estarás rodeado de naturaleza.

Sin ir más lejos, bordeando los barrios de Tabla Pintora y Nueva Alcalá discurre un paseo de cemento rojo paralelo al río que desemboca en unos campos por los que a cualquier del día uno se puede dar una vuelta sin escuchar el ruido del tráfico ni el bullicio de la ciudad.

Alcalá es una ciudad de doscientos mil habitantes en la que el asfalto y la naturaleza conviven armoniosamente. Y para dar buena cuenta de ello os ofrezco la siguiente serie de fotografías tomadas hace un par de meses en los campos que hay junto a la ribera del Henares a su paso por Nueva Alcalá.

Nueva alcalá desde el río Henares

Campos por los que no ha pasado el tiempo

Campo, cielo y nubes (I)

Campo, cielo y nubes (II)

Campo, cielo y nubes (III)

Por cosas como esta nunca aparco junto a un contenedor de basura

Ya os dije hace poco que siempre hay algún idiota; aunque esta vez yo diría que siempre hay algún gilipollas, porque hay que serlo (y mucho) para entretenerse en quemar no ya una papelera, sino unos contenedores de basura. No sé qué será lo próximo: ¿pegarle fuego a un bloque de viviendas tal vez?

A este paso ya me creo cualquier cosa, porque está claro que la estupidez de algunos indivíduos se acerca mucho a infinito. Además, el hecho de que de pronto haya varios incendios de este tipo por la misma zona me hace pensar que puede ser algún tipo de «moda» entre ciertos seres que pretenden hacerse llamar personas.

Contenedores quemados (todavía huelen a quemado)

Los contenedores han sido sustituidos por otros, pero quedan las cenizas en la calle y el olor a quemado

Varias veces he llegado por la tarde a casa con el coche y había un sitio junto a unos contenedores de basura; pero desde que tengo carnet de conducir (hace ya once años) sigo una norma propia que dice que jamás aparcaré junto a un contenedor de basura aunque sea el único hueco de todo el barrio.

¿Y por qué? Pues porque el disgusto del dueño del Rover que estaba aparcado junto a los contenedores incendiados ha debido ser de los grandes cuando viera su coche de esta guisa. Y menos mal que lo único que se ha quemado es la parte trasera del coche, que si llega a arder entero podíamos haber tenido un susto gordo suponiendo que estaría lleno de gasolina. En serio, prefiero aparcar un poco más lejos y darme un paseo hasta casa a llevarme un cabreo del treinta y tres la mañana que menos me lo espere.

El coche que estaba aparcado junto a los contenedores quemados

Ya decía yo que ayer de madrugada, cuando estaba metido en la cama, me pareció escuchar a lo lejos sirenas de bomberos…