Siete fotografías de un fin de semana soleado

Hay días que uno podría estar en medio del gran cañón del Colorado y no conseguir hacer ni una fotografía. Sin embargo para compensar esto y que no nos deprimamos hay otros días en los que allí donde miras ves imágenes atractivas y, por suerte para mí, el pasado fin de semana no tuve un día inspirado sino dos como os comenté en la entrada de hace un par de días.

Por tanto, y para dar un poco de luz a estos días tan nublados que nos esperan, me gustaría compartir con vosotros siete imágenes captadas en distintos momentos del pasado fin de semana y que me proporcionaron unas cuantas horas de disfrute mientras pateaba la ciudad en su búsqueda. ¡Espero que os gusten!

La paloma curiosa

Perdidas por Alcalá

Tulipán amarillo

Tejados

Añoranza

Catalina de Aragón

Hojas al sol

Por cierto, comentar que todas las imágenes que ilustran esta entrada (así como la anterior) han sido tomadas con el objetivo Nikon 55-200 VR montado en mi habitual D40.

Pasando el día de Reyes en Madrid

Cuando uno deja de ser un niño lo de los Reyes Magos se convierte en algo un poco rutinario: colonia, un jersey, una cartera, un pantalón, dinero en efectivo… Sin embargo, como os decía ayer, las mañanas del 6 de Enero siempre tienen algo de especial; así que cada año intento que no sea una jornada festiva cualquiera.

Hoy he pasado el día en Madrid y, como ya os imaginaréis, me he llevado la cámara con la intención de hacer unas cuantas fotografías, pues de un tiempo a esta parte intento aprovechar todas mis excursiones fuera de Alcalá para retratar los lugares por los que voy pasando, así que al igual que hice el día de Año Nuevo, os voy a ofrecer las imágenes captadas en la capital durante esta mañana.

Metro de Cartagena

Caminando recorrí los aledaños de la plaza de las Ventas, las calles de Alcalá, Francisco Silvela, Avenida de América, Cartagena… Dos horas de paseo bajo el sol (se echaba de menos) que cundieron mucho y me permitieron aplacar un poco mis ansias de hacer fotografías; pues en estas últimas semanas no cojo la cámara todo lo que quisiera por culpa de las incesantes lluvias.

Y ya sin más, os dejo con las imágenes comentándoos de paso que algunas de ellas aparecerán en la review que publicaré en breve por aquí de un objetivo Nikon 55-200 VR que he estrenado hace apenas unos días y con el que estoy encantado.

La calle de Alcalá

Fuentecentrismo

Casas de estilo modernista junto a Ventas

Sólo en el asfalto

Torrespaña (A.K.A. El pirulí)

Día de Reyes

Francisco Silvela

Lluvia permanente

Al acecho

Sólo ante el peligro

Concentración de señales

Torres blancas

Mahou

Cartagena

Escaleras y farolas

Verde

Subida tenebrosa

De lado a lado de la calle

Alcayata destructora

Farolillo

Detalles

Por cierto, tenéis todas las imágenes disponibles como presentación en este enlace.

*Otros paseos fotográficos por Madrid:

Primer cumple-reflex

Hoy hace exactamente un año que me compré mi primera (y por el momento única) cámara réflex. Anteriormente tuve cámaras compactas de carrete para luego adentrarme tímidamente en el mundillo digital a través de cuatro modelos diferentes que podéis ver en el rincón sobre fotografía del blog hasta que me hice con mi humilde Nikon D40 exactamente el 22 de Diciembre del año pasado (y no fue porque me tocara la lotería precisamente).

En los meses posteriores fueron llegando diferentes ópticas que fueron haciendo compañía al solitario 18-55 que venía en la caja; y con todas ellas disfruté (y disfruto) yendo a un lado y a otro en busca de nuevos puntos de vista que plasmar en forma de imágenes.

Como dato curioso os puedo comentar que durante estos 365 días he disparado un total de 13048 fotografías, lo que da una media de… Un momento; no puede ser… ¡¡ 250 fotos a la semana !! Madre mía, ¡pero si hasta yo mismo me sorprendo al echar las cuentas! No pensé que la cosa fuera para tanto, pero me acabo de dar cuenta de que me paso el día con el dedo pegado al disparador.

Sin embargo, más allá de los fríos números, que no son más que un indicativo imparcial para medir las cosas, lo que más he notado es que en estos últimos meses he aprendido un montón de conceptos sobre este arte que tanto me apasiona. Con las cámaras anteriores empecé a asimilar cosas como la variación de la apertura, el tiempo de exposición, la sensibilidad ISO… pero no ha sido hasta la llegada de la réflex cuando he empezado a disfrutar de verdad de la fotografía.

Luces, sombras, siluetas y reflejos (versión en vertical)

Precisamente por eso siempre intento transmitir esos conocimientos que voy adquiriendo a través de los artículos de este blog. De hecho, un aspecto que me gusta mucho de la fotografía es que siempre hay una cierta camaradería entre todos los aficionados, de tal modo que nunca se duda ni un segundo a la hora de compartir técnicas, secretos e impresiones.

Tengo claro que mi afición por la fotografía no es algo pasajero, pues son muchos años ya detrás de la cámara y creo que es algo que me acompañará siempre. Sea como sea, me alegro enormemente de haber decidido dar el salto a réflex hace ahora un año, porque en estos doce meses he aprendido y he disfrutado más haciendo fotos que durante todos los años anteriores.

Recordad: todos los rincones tienen una historia que contar y un lado amable que retratar, así que el secreto es ir por la calle con los sentidos bien despiertos.

Un remanso de paz

De paseo por Madrid con la D40

Ayer pasé casi todo el día por Madrid en la típica visita familiar del día de Reyes, así que para aprovechar los tiempos muertos que siempre existen antes y después de comer me llevé mi recién comprada Nikon D40 para seguir aprendiendo a manejarla un poco. Pese a ser usuario de cámaras compactas y bridge desde hace ya unos años, he de reconocer que con la reflex estoy usando “a mano” cosas que antes solía dejar al capricho de los automatismos como la compensación de la exposición o el bloqueo de enfoque.

La adoración torera de las patinadoras explosivas

Curioso punto de vista de la famosa estatua de los toreros en la puerta de la Plaza de Las Ventas. Las piernas de las patinadoras (gran horterada) que anuncian el circo americano parecen ser veneradas por el torero que es sacado a hombros por la puerta grande.

Me gusta la sensación de control que te da una cámara reflex. Pese a que en mis “cacharros” anteriores siempre he intentado usar modos semiautomáticos e incluso totalmente manuales, la verdad es que la comodidad y la intuición que te da el dial de control de esta cámara son otro mundo. Puede parecer un poco liado manejar los controles de una reflex al principio, pero poco a poco vamos a ir viendo que a medida que vamos haciendo fotografías empezamos a manejar los botones como si lleváramos toda la vida haciéndolo y empezamos a hacer uso de ellos en cuanto vemos que la situación lo requiere.

Está claro que uno no se compra una reflex para disparar en modo automático; para eso ya están las compactas point and shoot, y de hecho conservo mi Sony DSC P200 para tal fin. La D40 no es una cámara para llevar encima a todas horas porque pesa y abulta varias veces más que la máquina de Sony; pero esas pequeñas cámaras de apuntar y disparar sí que pueden cubrir una importante necesidad: la reflex es la mejor compañía para cuando vas expresamente a hacer fotografías, pero no es la típica cámara que te llevarías a un cumpleaños o a la oficina “por si ves algo curioso”.

Bueno, que empiezo a irme por las ramas, el caso es que he estado trasteando con la cámara en interiores y exteriores, y la verdad es que me he dado cuenta de que me voy soltando con ella con bastante facilidad. No quedé nada contento con las imágenes que saqué hace un par de semanas en mi excursión al Cerro del Viso, pero de las que hice ayer sí que hay alguna de la que me empiezo a sentir más o menos orgulloso.

Informártica callejera

No sé si esto es a lo que se refieren cuando dicen que la informática está ahora al alcance de todo el mundo...

Como os digo, aunque durante las primeras horas de uso sentía la D40 como un elemento extraño, poco a poco me voy dando cuenta de sus bondades y me voy sintiendo más cómodo con su manejo y su tacto: el gran angular (18mm en formato APS-C, que equivale a un 27mm en full frame) viene genial para fotografías de interiores, el flash es bastante decente para lo que estoy acostumbrado (aunque soy consciente de que es una cerilla comparado con un sistema externo), el tacto de los controles es sólido y preciso…

Lo que más me gusta a la hora de disparar con la cámara es el control de la exposición con el exposímetro, que no es más que una barrita horizontal en el visor que nos indica en todo momento si la fotografía está bien o mal expuesta; algo que podremos modificar de varias maneras como os comenté el pasado verano en aquella entrada que hablaba sobre cuatro conceptos básicos sobre fotografía. Es verdad que mis tres últimas cámaras fotográficas tenían modo de exposición manual, pero para variar los parámetros de la imagen había que entrar en el menú, pulsar combinaciones de botones… de tal modo que el tema era muy poco intuitivo. Un día os hablaré de cómo se controla la exposición en una reflex, porque a decir verdad es lo más fácil del mundo.

Bombillas sin luz

Bombillas sin luz

En fin, como os digo estoy bastante contento con la nueva cámara y espero que de aquí a un tiempo pueda sentirme completamente familiarizado con ella. De momento algunas de las imágenes que capté ayer no han quedado muy mal (ejemplo de ello son las tres que ilustran esta entrada) y para ser el segundo día que saco la cámara a la calle creo que no es un mal resultado  😛

Excursión fotográfica por el cerro del viso

Cuando me fui a trabajar el Viernes pasado decidí a última hora llevarme conmigo mi nueva cámara de fotos. No sabía ni siquiera si al final la usaría para algo esa mañana, así que cuando llegué a la oficina la guardé en el cajón de mi escritorio y empecé con mi faena habitual.

Al final entre pitos y flautas la mañana se me pasó volando y la cámara ni siquiera había salido de su funda, así que ni corto ni perezoso, al salir por la puerta de Komatsu en lugar de dirigirme a mi casa cogí la carretera que sube por el monte Gurugú y me presenté en lo alto del cerro del viso; un lugar que ya ha aparecido más de una vez por este blog por ser un lugar desde donde se divisa una fantástica vista de los alrededores de Alcalá.

Fue una pena que el día no estuviera todo lo claro que estaba a primera hora de la mañana (algo que se explica porque apenas tres horas después se formaron unas nubes de tormenta tremendas, y es que se notaba el aire estaba muy cargado de humedad) y debido a ello el cielo ha salido en las fotos con ese brillo azulado sobreexpuesto que tanto odio (todavía estoy familiarizándome con la cámara; la próxima vez no me sucederá). Pero bueno, al fin y al cabo estaba allí para probar por primera vez en campo abierto la D40, así que apagué el motor del coche, me colgué la cámara al cuello y me lancé a dar vueltas por el monte.

El cerro del viso

Esa meseta que veis al fondo es el cerro del viso. Para llegar a ella hay que coger una estrecha carretera que en su parte final está llena de baches, pero una vez arriba la vista merece la pena

Carretera del cerro del viso

La carretera que os decía antes en la parte donde está en buen estado. Otro día que vuelva haré fotos de los baches que hay en su tramo final de subida

Zona militar junto al cerro del viso

Esto es un tramo a mitad de la subida. Puede que no parezca mucha altura, pero ya veréis en las fotografías que hice desde arriba que las vistas son una pasada (y eso que el día no estaba demasiado claro  😦 )

Campos y más campos

Un inmenso sembrado es lo primero que nos encontramos al llegar a lo alto de esta gran meseta

Madrid desde el cerro del viso

Si miramos hacia Madrid esto es lo que podemos ver. Entre la neblina reinante podemos divisar las famosas cuatro torres de la capital que se atisban casi desde cualquier parte

Poligono industrial desde el cerro del viso

¿Veis esa zona en mitad de la foto llena de cosas amarillas? Son las excavadoras de la campa de Komatsu 😉

Alcalá de Henares desde el cerro del viso

Una vista de Alcalá medio tapada por el propio cerro

Mirando en dirección Sur

Si miramos en dirección Sur nos vamos a encontrar más campo que edificios (cosa muy de agradecer)

Nueva Alcalá desde el cerro del viso (I)

Una vista del barrio de Nueva Alcalá con el monte Ecce Homo al fondo.

Nueva Alcalá desde el cerro del viso (II)

Un poco de teleobjetivo para ver mejor los detalles… (aunque con un 18-55 no se pueden hacer milagros)

El camino

Este es el camino que va dando la vuelta a toda la montaña. Un poco más adelante me esperaba mi coche, y un rato después estaba en casa comiendo y con la cara roja de todo el sol que me dio en el paseo.

¿Os ha gustado la excursión?  :mrgreen: