Regulación de las curvas de los ventiladores de un PC

De un tiempo a esta parte, concretamente desde que monté mi último ordenador de sobremesa, me he dado cuenta de la importancia de la ventilación en este tipo de equipos «potentes». Como hasta ahora no había tenido una tarjeta gráfica de cierta entidad y casi nunca había tenido problemas de calentones informáticos, era algo que siempre dejé de serie en mis ordenadores anteriores, pero en esta ocasión ha sido un punto importante en su diseño y de eso precisamente quería hablaros hoy.

Empecemos con una visión global de las cosas; y es que dentro de un PC actual hay dos elementos que necesitan refrigeración adicional: la tarjeta gráfica y la CPU. En los albores de la informática esto rara vez era necesario porque el número de transistores y su velocidad de funcionamiento eran relativamente bajos, pero con la carrera por el rendimiento cada vez estamos metiendo más potencia de cálculo en chips que consumen un montón de electricidad, lo que conduce a unas temperaturas de funcionamiento cada vez más elevadas. Y claro, si no somos capaces de disipar ese calor, nuestros preciados y carísimos componentes electrónicos se achicharrarían en pocos minutos.

Ahí es donde entran en acción los disipadores, que sirven para transferir el calor que se genera en el chip al aire circundante. Los primeros eran simplemente unas aletas de aluminio y ahora, para obtener un mejor rendimiento de refrigeración, aunque se siguen basando en el mismo principio de funcionamiento añaden ventiladores cada vez más grandes para refrescar esas aletas y que así puedan hacer su trabajo.

La tarjeta gráfica es, con diferencia, el componente que más calor disipa a día de hoy en un ordenador personal. Una tarjeta de gama media actual (mi RTX 2060 sin ir más lejos) llega a consumir unos 200 vatios ella solita cuando se le exige el máximo rendimiento, dispándose buena parte de los mismos en forma de calor, por lo que las gráficas actuales suelen contar con varios ventiladores y un disipador de tal tamaño que podríamos hacer unas salchichas sobre él.

La CPU por su parte no consume tanto (un procesador de gama media como el Ryzen 7 3700x que tengo ahora mismo consume unos 80 vatios de pico) pero también necesita un disipador hermoso y un ventilador de buen diametro para mantener su temperatura a raya porque esta se eleva con gran rapidez al ser un componente de pequeño tamaño. Para que os hagáis una idea, el límite de funcionamiento de mi microprocesador son 95 grados centígrados, que es prácticamente la temperatura a la que hierve el agua en un cazo, por lo que llevado al extremo os podéis imaginar el calorazo que desprende ese pequeño cuadrado metálico de 5 x 5 cm.

Pues bien, lo que hacen los sistemas de refrigeración de estos dos componentes cuando están en funcionamiento es contener la temperatura a base de intercambiar calor con el aire que hay dentro de la caja del PC, de modo que también es importante extraer el aire caliente de ahí dentro sustituyéndolo por aire fresco para que los disipadores que os decía hace un momento puedan hacer bien su trabajo. Y de eso se encargan los ventiladores de la caja del ordenador, que es otro de los puntos de este artículo, pues me ha llevado tiempo regularlos hasta dejar este aspecto a mi gusto y me gustaría contaros cómo lo he hecho.

Una vez descritos los dos elementos principales generadores de calor en un ordenador actual y vista la importancia de hacer circular el aire dentro de la caja vamos a hablar de la regulación de cada uno de estos tres elementos.

Tarjeta gráfica

Como os decía antes, éste suele ser el elemento que más calor genera dentro de la caja de un PC actual. No hay más que ver que la temperatura de la caja apenas se incrementa durante los benchmarks realizados al microprocesador pese a que este se ponga a unos 80 grados durante un buen rato, pero se eleva con cierta rapidez cuando es la tarjeta gráfica la que trabaja al límite de sus posibilidades como cuando lanzo el popular test FurMark. o le estoy dando caña un buen rato a Cyberpunk 2077.

Muchas gráficas tienen prefijada la opción de tener sus ventiladores parados hasta llegar a cierta temperatura (la mía sin ir más lejos). A diferencia de la BIOS del PC a estas normalmente no se les puede hacer poder variar el comportamiento de la refrigeración por hardware, pero sí que podemos hacerlo desde Windows con alguna aplicación del fabricante de la tarjeta o bien con la que para mi gusto es la que mejor funciona: MSI Afterburner.

En mi caso, como podéis ver en la curva que hay sobre estas líneas, prefiero que los ventiladores estén funcionando a baja velocidad desde el arranque y que luego progresivamente vayan subiendo de velocidad para pegar un último sprint si nos acercamos a los 80 grados, que empieza a ser ya una temperatura un poco excesiva. Con la configuración que veis la gráfica se me pone como mucho a 72 grados si estoy un par de horas dándole caña a juegos muy exigentes (Quake II RTX es un buen ejemplo de ello al estar toda la iluminación generada mediante Raytracing) o haciendo algún test de estrés de 3D Mark. Comentar que a partir de 83 grados la 2060 comienza a hacer thermal throttling para autoprotegerse, de modo que no conviene acercarse mucho a ese límite.

Microprocesador

Aquí la estrategia es también similar, pero en este caso como el ventilador del disipador que le he colocado recientemente es realmente silencioso he sido algo más permisivo y parto de una velocidad en idle más alta, ya que eso me permite aguantar pequeñas subidas de temperatura sin que lleguemos a tener que incrementar su velocidad. En cualquier caso, al contrario que en el Writh Prism que trae de serie el 3700x donde los cambios de velocidad por pequeños que fueran se notaban un montón, en el caso del Nox Hummer H212 que tengo ahora mismo hay que afinar mucho el oído para notar que el ventilador está acelerando o decelerando.

A diferencia de la tarjeta gráfica esta curva es directamente configurable desde la BIOS del PC, y aunque cada fabricante tiene su sistema, todos se basan en una serie de puntos sobre unas ejes de temperatura/velocidad de ventilador; de modo que ajustarlo es algo bastante intuitivo.

Aquí parto de un 50% mientras el micro no supere los 40 grados, y ya a partir de ahí voy incrementando velocidad hasta llegar a los 70 grados, momento en el que entraríamos en un punch final en el que a 75 grados o más iríamos al 100% de velocidad. Esto sí que he llegado a verlo en tests tipo CPU-Z y similares, pero por lo que veo no pasa de los 80 grados en estos casos extremos que os digo, por lo que todavía entramos dentro de lo que se considera normal para estos micros de AMD y más si estas temperaturas se alcanzan de una forma esporádica y puntual. En este caso la fiesta del thermal throttling comienza a los 95 grados, de modo que andamos con margen de movimiento incluso en las situaciones más extremas.

Sistema

El sistema es la temperatura interior de la caja del ordenador. Como os decía antes, en mi caso viene determinada principalmente por la carga de la tarjeta gráfica puesto que el microprocesador, debido a que tiene el ventilador trasero justo detrás del disipador, expulsa el aire caliente rápidamente al exterior. Sin embargo, la RTX 2060 evacua una gran cantidad de calor a través de su propio disipador que sube hacia la parte superior por el interior de la caja a diferencia de las tarjetas gráficas con ventilación «tipo turbina» que expulsan el aire directamente al exterior a través de unos conductos específicos que salen a la parte trasera del PC a cambio de hacer un ruido exagerado.

Tengo un total de 5 ventiladores de caja de 120 mm controlados desde la BIOS por esta función: dos de ellos en el frontal metiendo aire, dos en la parte superior sacando y otro más en la parte trasera también sacando el aire caliente (mi placa sólo tiene un puerto SYS_FAN, de modo que para poder conectarlos y que regulen he hecho uso de un hub específico para ventiladores PWM). Puesto que el aire al calentarse tiende a subir, la estrategia más adecuada es meter aire por la parte inferior de la caja y expulsarlo por la superior, que es lo que he hecho con este setup.

Estos ventiladores hacen algo de ruido cuando están a muchas RPM, por lo que mi estrategia ha sido en este caso que estén al 29% (unas 930 RPM) mientras la caja esté por debajo de 40 grados centígrados, que es la situación que se da siempre que no esté haciendo un uso intensivo de la gráfica, que a partir de ahí se eleve hasta llegar a un 60% a 65 grados y que si pasamos de esa temperatura incremente su velocidad hasta llegar a sus máximas RPMs a 80 grados, que sería una locura ya que los disipadores no serían capaces de refrigerar nada ahí dentro.

Esta refrigeración es la más laboriosa de regular, ya que a diferencia de micro y gráfica tiene bastante inercia y tanto las subidas como las bajadas de temperatura llevan unos minutos en notarse y, por tanto, las pruebas a realizar llevan bastante más tiempo. El micro tarda apenas unos segundos en llegar a su temperatura estable cuando estamos haciendo un test de estrés y en el caso de la gráfica puede llevar algo más, pero en apenas tres o cuatro minutos ya se empieza a estabilizar. La caja, para que estabilice su temperatura con el PC trabajando fuerte puede llevar del orden de 20 minutos, así que como os digo, dejar la curva a tu gusto va a requerir algo de paciencia.

En mi caso la temperatura de la caja se estabiliza sobre los 55 grados cuando gráfica y micro están trabajando a la vez a máxima potencia, de modo que estos cinco ventiladores giran a unas 1300 RPM y el ruido generado es más o menos llevadero. Cuando sí que hacen bastante ruido es justo en el instante de arrancar el PC, puesto que por defecto se ponen al 100% de velocidad (1800 RPM) durante un par de segundos hasta que se cargan las rutinas de la BIOS y a partir de ahí ya regulan mediante la curva que os mostraba antes, escuchándose nada más que un ligero zumbido si estamos en la misma habitación del PC.

Como os digo, usando durante horas aplicaciones que hagan un uso intensivo de micro y tarjeta gráfica, las temperaturas que obtengo se estabilizan en torno a 55 grados para la caja, 65 para la CPU y 70 para la gráfica sin que el ruido generado por la refrigeración sea especialmente molesto.

No son temperaturas altas para lo que se estila hoy en día en este tipo de componentes, pero como el frontal de mi caja es bastante cerrado soy consciente de que si tuviera un frontal de rejilla entraría más aire fresco y la temperatura de la caja bajaría unos grados y por tanto también la de los dos componentes principales cuyos disipadores estarían algo más frescos. Supongo que un día de estos me dará la ventolera de cambiar de caja aunque sólo sea por el bendito «cacharreo» (y sabéis que si estoy diciendo esto es porque ya lo tengo más que pensado y planeado).

¡Hasta el próximo artículo!

Mi nuevo ordenador de sobremesa

Viendo que mi Core 2 duo con 3 GB de RAM sufría más de la cuenta procesando mis fotografías en Lightroom decidí liarme la manta a la cabeza y renovar mi equipo, ya que cuando tienes que editar más de un centenar de imágenes y no dispones de mucho tiempo libre, quieres que el equipo vaya realmente fluido y no andar esperando a que desaparezca el sempiterno reloj de arena del Windows (aunque ahora sea un círculo azulado).

Caracol col col

Requisitos previos: Micro, memoria, disco duro y tarjeta gráfica

Puesto que mi filosofía a la hora de comprar algo es que si ese «algo» se va a usar con frecuencia merece la pena invertir algo más de dinero, me senté a ver qué es lo que necesitaba y tracé los requisitos más importantes: buscaba un ordenador con una buena dotación de memoria RAM y, sobre todo, con la mayor potencia de cálculo posible; así que opté por la gama más alta de Intel y busqué un micro Intel Core i7 de segunda generación (los llamados «Sandy Bridge»).

Una vez aclarado lo del microprocesador me puse a darle vueltas al tema de la RAM; y aunque en teoría con 4 GB Lightroom funciona perfectamente prefería que el ordenador contara con algo más de esa cantidad o que, en su defecto, tuviera la posibilidad de ser ampliada en el futuro. Eso sí, imprescindible que fuera DDR3; aunque en realidad los micros Core i7 necesitan funcionar con ese tipo de memoria forzosamente porque llevan el controlador de la RAM integrado en el propio micro y no son compatibles con DDR o DDR2.

En cuanto al disco duro, con 750 GB me llegaba; ya que tengo otros dos discos duros externos donde voy volcando todo lo que voy haciendo en lo que a fotografía se refiere. De hecho el Core 2 Duo tenía un disco de 320 GB y nunca tuve el más mínimo problema de espacio a pesar de que 70 GB estaban dedicados en exclusiva a la instalación de Ubuntu.

La tarjeta gráfica me daba exactamente lo mismo, ya que el ordenador de sobremesa sólo lo uso para edición de fotografía, escuchar música y ver alguna película; tareas para las que lo mismo da tener una gráfica integrada en placa que un pepino de 600 euros.

No me hacía falta monitor porque ya tengo uno que se adapta perfectamente al uso que le doy como os comenté en una entrada de hace ya bastante tiempo.

En busca del nuevo ordenador

No tardé demasiado en dar con un buen candidato para venirse a casa conmigo (y además cada vez invierto menos tiempo en buscar aparatos electrónicos; en cuanto veo uno que me convence saco la tarjeta sin darle muchas más vueltas). A medida que iba recorriendo la estantería donde reposaban las CPUs a la venta enseguida me llamó la atención un HP Pavilion de aspecto bastante sobrio y elegante cuyas características se acercaban bastante a lo que había pensado. Su precio era de 799 euros; pero estaba decidido a hacerme con un equipo que no se me quedara pequeño en un par de años y la verdad es que no me pareció excesivamente caro viendo lo que ofrecía:

  • Procesador Intel Core i7 2600 «Sandy Bridge» (3,4 GHz, modo turbo a 3,8 GHz, 4 núcleos, multithreading, 8 MB de caché)
  • 8 GB de memoria RAM DDR3 1333 MHz (de los cuatro slots disponibles hay dos libres)
  • Disco duro SATA de 1 TB
  • Tarjeta gráfica Ati Radeon HD 6450 con 1 GB GDDR3 dedicada
  • Tarjeta LAN, WiFi integrado, sonido 7.1, lector de tarjetas, grabador de DVD…
  • S.O. Windows 7 Home Premium

Cierto es que la tarjeta gráfica es una patata; pero el equipo cuenta con una buena cantidad de memoria RAM ampliable sin problemas y el microprocesador es ahora mismo uno de los modelos más altos del catálogo de Intel (aunque ya se sabe que dentro de tres meses habrán sacado un puñado de modelos que le darán mil vueltas) por lo que para edición fotográfica el equipo va que vuela; y es que las tarjetas gráficas potentes son esencialmente para videojuegos o aplicaciones de animación tridimensional, ya que los programas como Lightroom lo que necesitan es potencia de cálculo y mucha memoria RAM debido a que las transformaciones que realizan en las imágenes son aritmética pura y dura.

Atardecer

Llevo un par de semanas ya con el nuevo ordenador en casa y he decir que he notado un aumento de velocidad brutal en Adobe Lightroom: las fotografías disparadas con mi D300 en formato RAW a 14 bits se abren en una décima de segundo y cualquier cambio en ellas se refleja en pantalla sin ningún tipo de retraso o brusquedad; algo que provocaba ralentizaciones muy importantes en mi anterior Core 2 Duo que ahora regalaré a mis padres, que tienen un Pentium IV con 512 MB de RAM que incluso para navegar por Internet se las ve y se las desea. Ironías de la tecnología: lo que yo considero lento a ellos les parecerá que va a la velocidad del rayo.

Review: Dell Inspiron Mini 10

Dell Inspiron Mini 10

Después de casi dos años de uso diario de mi pequeño Asus EeePC 701 me he animado a dar el salto a un nuevo netbook. Es cierto que el pionero de los ultraportátiles destinados al gran público me ha prestado muy buen servicio y no me ha dado ningún tipo de problema en todo este tiempo; pero como decía hace unos días, hay algunos aspectos que han sido mejorados en las generaciones posteriores de ultraportátiles y precisamente por usarlo todos los días me he dado cuenta de que merecía la pena invertir en un nuevo modelo que supliera dichas carencias.

El nuevo netbook

Pues bien, después de mucho buscar me decidí por un Dell Inspiron Mini 10 recién salido del horno (se presentó hace aproximadamente un mes) cuyas características técnicas son las siguientes:

  • Microprocesador Intel Atom N450
  • Memoria RAM de 1 GB
  • 250 GB de disco duro
  • Pantalla de 10″ con resolución de 1024 x 600 pixels
  • Conectividad Wi-Fi, Bluetooth y Ethernet
  • Webcam de 1.3 Mpixels
  • Batería de seis celdas
  • Tres puertos USB 2.0 y un puerto VGA para monitor externo
  • Lector de tarjetas de memoria SD, MMC y Memory Stick
  • Sistema operativo Windows 7 Starter Edition

Todo ello por 299 euros, que es lo mismo que me costó en su momento el EeePC y que se perfila como el precio más estándar para un ultraportátil en España.

Primeras impresiones

Una vez fuera de la caja y colocado junto a mi anterior netbook se nota que el nuevo ordenador es algo más grande, aunque tampoco es una diferencia escandalosa. Del mismo modo, el peso también es ligeramente superior, quedándose en unos 1360 gramos frente a los 920 del Asus. Como en tantas otras cosas, una imagen (en este caso dos) vale más que mil palabras:

Dell Inspiron Mini 10 vs. Asus EeePC 701

Dell Inspiron Mini 10 vs. Asus EeePC 701

A nivel estético constrasta muchísimo la superficie negra lacada del Dell en comparación con el blanco mate del pequeño Asus. El problema es que aunque estéticamente ese negro brillante sea más atractivo, tiene toda la pinta de rayarse con estornudar, por lo que habrá que tener cuidado; máxime cuando con el ordenador no se incluye ningún tipo de funda (cosa que sí venía en la caja del EeePC 701).

Del mismo modo, si el ordenador anterior podía manosearlo todo lo que quisiera sin que en su carcasa quedara marca alguna, en la superficie del Dell las huellas dactilares se quedan marcadas al más mínimo roce, por lo que deberéis resignaros a llevar el ordenador lleno de dedos a no ser que lo utilicéis con guantes.

Dell Inspiron Mini 10

Como podéis comprobar en una de las imágenes anteriores, en este ordenador la pantalla no «sale» desde la parte trasera, sino que la bisagra está adelantada un par de centímetros con respecto al borde. Esto es una novedad con respecto a la versión anterior del más pequeño de los portátiles de Dell y que veréis mejor en la siguiente fotografía que muestra esta zona desde un lateral del equipo.

Dell Inspiron Mini 10

Lo que conseguimos con esto es, por un lado, tener la pantalla más próxima a nuestros ojos y por otro conseguir que el sistema sea más estable al estar el peso más balanceado. La contrapartida es que la pantalla sólo se puede inclinar hacia atrás unos 45 grados, lo que puede ser insuficiente si somos muy altos y utilizamos el ordenador directamente sobre nuestras piernas.

Lo importante está en el interior

Internamente lo que da vida a este ultraportátil es uno de los nuevos micros que Intel puso a la venta el pasado 11 de Enero bajo la denominación Pineview y que comercialmente se conoce como Intel Atom N450 (y que era el requisito más importante que le pedía a mi nuevo netbook).

En este caso los ingenieros de Intel no han seguido el camino habitual de crear un microprocesador con mayores prestaciones; sino que se ha optimizado tanto el consumo de energía como la integración de los componentes vitales del sistema para así incrementar la autonomía de la batería. Concretamente el consumo eléctrico es un 40% menor y en un mismo encapsulado se encuentran ahora además del procesador principal, el sistema de vídeo y el controlador de memoria.

En cualquier caso, también hay una serie de mejoras con respecto a la generación anterior de micros Intel Atom (N270 y N280), siendo la más destacada la inclusión de la arquitectura de 64 bits en el nuevo modelo, pudiendo ejecutar nativamente software diseñado para esta plataforma con la consecuente ganancia de rendimiento (aunque luego veremos que el sistema operativo que viene «de serie» no saca provecho de esto).

Dell Inspiron Mini 10

Técnicamente nos encontramos ante un microprocesador que cuenta con un sólo núcleo funcionando a 1667 MHz, con tecnología Hyper-Threading y que cuenta con una memoria caché interna de 512 KB disipando una potencia total de 5.5 vatios entre todo el conjunto de microprocesador, controlador de memoria DDR2-667 MHz y sistema gráfico Intel GMA 3150 funcionando a 400 MHz.

Obviamente los ordenadores que incluyen este microprocesador no están pensados para tareas muy exigentes como edición de vídeo, juegos o proceso intensivo de imágenes; sino a las típicas labores ofimáticas y a la navegación por Internet. De todos modos, a no ser que seáis unos jugones empedernidos pensad: ¿cuántas veces usáis vuestro ordenador para algo que realmente no podáis hacer con un netbook?

Dell Inspiron Mini 10

En mi caso particular los netbooks son un invento fantástico: me dan unas prestaciones correctísimas para hacer cualquier cosa relacionada con Internet contando con un peso y un tamaño muy contenidos (usar el portátil grande en el sofá es incomodísimo). Para retocar fotografías, editar vídeos y cosas así ya cuento con mi ordenador de sobremesa y su monitor Full-HD; pero para todo lo demás siempre acabo echando mano de mi netbook.

Windows 7 Starter Edition o cómo mermar las prestaciones de un netbook

El ordenador venía originalmente con Windows 7 Starter Edition. Un sistema operativo de Microsoft basado en la última versión para ordenadores «grandes» y que me dejó bastante frío en cuanto lo probé.

Para empezar, esta versión de Windows es para microprocesadores de 32 bits; y siendo los Atom N450 de 64 bits ahí ya hay una cierta pérdida de rendimiento (sobra decir que los micros de 64 bits son retrocompatibles con el software de 32 bits). Pérdida que no sé si será responsable de que el equipo se tire un minuto y medio para arrancar, pero que me pareció un tiempo a todas luces excesivo teniendo en cuenta que mi sobremesa gobernado por Windows 7 lo hace en menos de medio minuto y que el pequeño Asus EeePC 701 con Arch Linux necesita poco más de quince segundos para estar «listo para la acción».

Ya me di cuenta de esta lentitud general cuando estuve probando el ordenador en la tienda; pero pensé que sería debido a que como está al alcance de todo el mundo en el expositor alguien habría desconfigurado algo. Sin embargo, una vez puestas las manos sobre mi propio ordenador tranquilamente sentado en el sofá de casa me di cuenta de que esa falta de rendimiento también se daba en mi propio equipo.

Lo peor del asunto no es el arranque, sino el funcionamiento global del ordenador bajo este sistema operativo. En general las aplicaciones tardan más de la cuenta en arrancar y el sistema no da la sensación de fluidez que se espera de un ordenador recién estrenado. Estuve un par de horas configurando el equipo y empleando algunas de sus aplicaciones y tenía la sensación de que había dado un paso atrás con respecto a velocidad general comparado con mi veterano EeePC 701, generando en mí una cierta frustración.

Por lo tanto, dado que con el ordenador venía un DVD para reinstalar Windows en caso de problemas, me animé a eliminar esta versión de Windows del disco duro e instalar Ubuntu Linux 9.10 en su versión de 64 bits; proceso que me llevó poco más de media hora y durante el cual no me encontré con ningún problema digno de mención.

Con el nuevo sistema ya instalado el ordenador respondía como se esperaba y todo funcionaba de manera instantánea y estable. El arranque del ordenador se realiza en 20 segundos exactos y todas las funciones «raras» del ordenador funcionan a la perfección (ajuste de brillo y volumen, captura de pantalla, Wi-Fi…).

Dell Inspiron Mini 10

En definitiva, aunque mis impresiones positivas del ordenador se vinieron un poco abajo cuando empecé a trastear con el Windows 7 Starter Edition, fue instalar Ubuntu 9.10 y recuperar las buenas sensaciones. Y que conste que en mi ordenador de sobremesa Windows 7 funciona a las mil maravillas; pero creo que Microsoft ha sido demasiado optimista a la hora de programar esta versión destinada a portátiles sencillos de su recién estrenado sistema operativo.

Pruebas de rendimiento

Una vez que el sistema estuvo completamente configurado, con ayuda del programa Hardinfo he podido testear el rendimiento de otras cuatro máquinas que ejecutan sistemas operativos Linux para compararlas con el Dell, siendo estas las características principales de cada una:

  1. Asus EeePC 701: Micro Intel Celeron 900 MHz @ 630 MHz, 1 GB de RAM
  2. Apple Ibook G4: Micro PowerPC 7447A 1.4 GHz, 1 GB de RAM
  3. PC compatible PIV: Micro Intel Pentium IV 2.8 GHz, 2 GB RAM (single channel)
  4. Acer Aspire X1700: Micro Intel Core 2 Duo E7300, 3 GB de RAM
  5. Dell Inspiron Mini 10: Micro Intel Atom N450, 1 GB de RAM

Pues bien, una vez ejecutados los seis diferentes tests de rendimiento disponibles los resultados (ordenados por puntuación de forma decreciente) son los siguientes:

CPU Blowfish (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 6.42

Dell Inspiron Mini 10 – 16.91

PC compatible PIV – 19.70

Apple Ibook G4 – 47.13

Asus EeePC 701 – 55.17

CPU Cryptohash (Más alto es mejor)

Acer Aspire X1700 – 200.60

Dell Inspiron Mini 10 – 56.34

PC compatible PIV – 42.80

Apple Ibook G4 – 27.88

Asus EeePC 701 – 20.46

CPU Fibonacci (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 2.93

PC compatible PIV – 5.27

Dell Inspiron Mini 10 – 8.95

Apple Ibook G4 – 14.93

Asus EeePC 701 – 16.42

CPU N-Queens (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 8.51

PC compatible PIV – 9.88

Dell Inspiron Mini 10 – 17.23

Apple Ibook G4 – 31.09

Asus EeePC 701 – 37.82

FPU FFT (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 4.67

PC compatible PIV – 7.71

Dell Inspiron Mini 10 – 18.32

Asus EeePC 701 – 27.52

Apple Ibook G4 – 45.78

FPU Raytracing (Más bajo es mejor)

Acer Aspire X1700 – 6.20

Dell Inspiron Mini 10 – 18.11

PC compatible PIV – 26.37

Apple Ibook G4 – 43.28

Asus EeePC 701 – 76.98

A modo de resumen, mirando todas las pruebas en conjunto se puede decir que el rendimiento puro y duro del microprocesador Atom N450 estaría más o menos a la par que el obtenido con un Pentium 4 a 2,8 GHz. En algunos apartados uno gana al otro y en el resto la situación se invierte (esencialmente en los que están involucradas las unidades de cálculo en coma flotante), por lo que para tareas en general queda claro que se trata de un micro que se defiende bastante bien. Es obvio, como os decía antes, que los netbooks no son ordenadores enfocados a trabajos especialmente complejos; pero con las prestaciones que dan podréis internetear y ejecutar cualquier tarea ofimática sin ningún tipo de problema.

De todos modos, en los diferentes apartados de la prueba podéis ver que el ordenador de sobremesa equipado con un microprocesador Core 2 Duo goza de mucha más potencia de cálculo que el resto y que el pequeño Asus EeePC 701, como es lógico, palidece con respecto al resto de máquinas que participaron en la prueba. En la informática no existen los milagros, así que no esperéis rendimiento de sobremesa en un equipo que apenas consume electricidad porque es como si pretendéis tener las prestaciones de un Porsche 911 con un motor que gaste lo que un Opel Corsa.

Una pantalla brillante

La pantalla que equipa el Dell Inspiron Mini 10 es de tipo brillante, aunque no tanto como en los portátiles de Apple por ejemplo. Tiene un ángulo de visualización lateral amplísimo, pero no así en su visualización vertical, pues los colores se falsean bastante en cuanto la inclinamos unos grados por encima o por debajo del ángulo óptimo. Como os comenté anteriormente, la pantalla se puede abatir hacia atrás un máximo de unos 45 grados al estar limitada por la especial construcción de su carcasa.

Dell Inspiron Mini 10

En cualquier caso, hay que reconocer que la pantalla es realmente nítida y da una calidad de imagen muy buena. Con una resolución de 1024 x 600 pixels y un tamaño de 10″ no se aprecian dientes de sierra en las líneas diagonales ni artefactos raros en las zonas con degradados. Del mismo modo, el contraste es mucho más amplio de lo que era en mi anterior EeePC, ya que en el Dell los negros son realmente negros y el blanco es puro y luminoso. En algo se tienen que notar los dos años de diferencia entre un ordenador y el otro, ¿no?

Como todos los portátiles, la visualización bajo la luz directa del sol no es todo lo buena que debería, aunque es cierto que las pantallas brillantes se defienden mejor que las mates en este aspecto. Para comprobar esto he colocado el ordenador delante de una ventana abierta a pleno sol y he hecho una fotografía directamente a la pantalla. Como podéis ver, aunque ya os adelanto que el reflejo es molesto para la vista, al menos las letras oscuras sobre fondo claro se pueden leer perfectamente.

Dell Inspiron Mini 10

No quisiera dejar pasar por alto el hecho de que este modelo de ordenador no posee ningún tipo de sensor de luminosidad ambiental que ajuste automáticamente el brillo de la pantalla, algo que sí tiene mi portátil del trabajo o el mismísimo iPod Touch y que es un detalle realmente útil para no tener que andar ajustando a mano este parámetro. Es una pena no haberlo integrado en la carcasa, porque es un detalle nimio pero que se agradece.

Dell Inspiron Mini 10

Teclado y touchpad: al servicio del tacto

El teclado es una absoluta delicia. Y no sólo si lo comparamos con el del EeePC 701, cuyas dimensiones son bastante más reducidas; sino en términos absolutos. Es de unas dimensiones adecuadas (Dell afirma que su tamaño representa el 93% de un teclado de portátil estándar) y tiene un tacto sencillamente perfecto. De hecho, esta review está escrita íntegramente usando el recién estrenado Dell y doy fe de que la comodidad al teclear es prácticamente insuperable.

Dell Inspiron Mini 10 vs. Asus EeePC 701

Lo que no me ha gustado tanto es que por defecto las teclas de función no estén asignadas a las conocidas F1, F2… hasta F12; sino a las funciones especiales del sistema que controlan al volumen de los altavoces, el brillo de la pantalla… Es decir, que si pulsamos lo que sería F2 vamos a activar / desactivar el Wi-Fi, mientras que para obtener la función comúnmente asignada a F2 (que suele ser cambiar el nombre de un fichero) habrá que pulsar la combinación Fn + F2.

Entiendo que es una tontería sin importancia y que a todo se acostumbra uno; pero si toda la vida esas teclas han tenido su función no sé qué necesidad había de darle la vuelta a las cosas que funcionan bien.

En cuanto al touchpad, hay que reconocer que su superficie es bastante generosa, pero cuenta con la peculiaridad de que los dos botones con los que cuenta están integrados en su propia superficie, que bascula a izquierda y derecha.

Dell Inspiron Mini 10

Esto logra que dicho dispositivo quede perfectamente integrado en la carcasa del ordenador, pero hasta que nos hagamos con el funcionamiento del touchad tendremos que pasar por un periodo de adaptación durante el cual nos ocurrirá en más de una ocasión que el puntero del ratón se nos moverá al tener que presionar la propia superficie para ejercer la pulsación como tal.

Opciones de conectividad

El apartado de conectividad del Dell Inspiron Mini 10 queda resuelto de varias formas: por un lado contamos con tres puertos USB 2.0 para conectar ratones, pendrives, discos duros externos… Disponemos de uno en el lado derecho y dos en el izquierdo, no contando con ninguno de ellos en la parte trasera.

En cuanto a las comunicaciones inalámbricas contamos con una tarjeta Wi-Fi que cumple los estándares b y g así como un módulo Bluetooth útil para sincronizar los contenidos de nuestro teléfono móvil o PDA.

Mención aparte para el puerto VGA, que situado en el lateral izquierdo del pequeño ordenador nos permitirá conectarlo a un monitor externo o un proyector si queremos emplearlo para dar algún tipo de conferencia o similar. También contamos con los habituales conectores para auriculares y micrófono empleando un jack de 3,5 mm así como un discreto lector de tarjetas compatible con los formatos SD, MMC y Memory Stick.

Dell Inspiron Mini 10

A excepción del Bluetooth, es lo típico que suelen traer todos los netbooks, de modo que poco más que reseñar en este apartado.

Uso diario e impresiones generales

En cuanto a lo que el uso diario y habitual se refiere, me gustaría comentaros una serie de puntos que me han llamado la atención en mayor o menor medida:

El ordenador no cuenta con ningún tipo de ventilador, por lo que es absolutamente silencioso en su funcionamiento, siendo el aparcado de las cabezas del disco duro el único ruido mecánico que escucharemos durante su uso. Ahora bien, la ausencia de ventilador implica que la zona de la carcasa bajo la que se encuentra el microprocesador del equipo se va a calentar bastante. En el caso de usarlo sobre una mesa o similar nos va a dar un poco igual, pero si lo colocamos sobre nuestras piernas, pasado un tiempo nos vamos a dar cuenta de que la temperatura de nuestro muslo derecho se empezará a elevar más de la cuenta; siendo esa es la única zona de la carcasa que se calentará hasta el punto de resultar molesta, quedando las demás a una temperatura bastante agradable.

Dell Inspiron Mini 10

Como ya dije en los primeros compases de la review, el teclado es una verdadera delicia. Tiene un tacto impecable y la fuerza necesaria para la pulsación de cada tecla es mínima, por lo que resulta muy descansado para nuestros dedos y muñecas. Y precisamente hablando de ergonomía, gracias a que la carcasa posee una superficie libre de unos cinco por diez centímetros a cada ladodel touchpad podremos emplearla a modo de reposamuñecas y ganar así en comodidad a la hora de escribir.

Por cierto, no puedo pasar por alto el singular acabado de la superficie interior de la carcasa que rodea al teclado, pues lejos de ser lisa tiene grabadas una serie de «serpientes» que podéis apreciar en algunas de las fotos que ilustran este análisis.

La cobertura de la red inalámbrica parece estar bien resuelta, ya que en las zonas de la casa en las que el Asus EeePC 701 se me desconectaba frecuentemente, este Dell mantiene una conexión estable y con un tráfico de datos muy fluido. Comentar también que la tarjeta instalada es una Broadcom BCM 4312; dato que podría ser de utilidad para aquellas personas que pretendan hacer algún tipo de «uso alternativo» de la misma.

Otros detalles que me han gustado especialmente son el pequeño y discreto botón de encendido situado en la equina superior izquierda del teclado así como el pequeño LED presente en la clavija del adaptador de corriente que indica si el mismo está alimentado o no y que os muestro en la siguiente fotografía:

Dell Inspiron Mini 10

Por lo demás el ordenador rinde muy bien si lo usamos para lo que ha sido diseñado y se maneja de forma correcta y agradable. Aunque pese unos gramos más que el EeePC 701 esto apenas se nota y ese par de centímetros extras a lo largo y a lo ancho (el grosor es prácticamente le mismo) permiten integrar un teclado y un touchpad de tamaño adecuado; cosa que se agradece mucho.

Por cierto, los altavoces están situados debajo de la carcasa; concretamente bajo las zonas destinadas a reposar nuestras muñecas que os comentaba hace unos párrafos, por lo que si colocamos el portátil sobre una cama o similar no se escuchará demasiado alto incluso subiendo el volumen considerablemente. Para esos casos es mejor emplear auriculares.

La webcam (como todas las webcams) se ve bien si la luz ambiental es intensa y con mucho ruido si estamos en penumbra. Posee un micrófono estéreo y un LED que indica su actividad. Por lo demás, si pensáis en la cámara de un teléfono móvil grabando vídeo estaréis muy cerca de lo que puede dar de si este componente del ordenador.

En cuanto al tiempo de autonomía de la batería a mí me parece que está más que bien: el sistema operativo anuncia unas ocho horas de duración cuando la batería está completamente cargada y me encuentro navegando por Internet mediante conexión Wi-Fi; algo que se ajusta bastante a la realidad por lo que he podido ver hasta el momento. Lo normal es que tras las primeras cargas de batería esta autonomía aumente ligeramente (del orden de un 10 o un 15 por ciento) pero aunque no fuera así la marca de ocho horas está más que bien, sobre todo comparado con las poco más de dos horas de autonomía que me daba mi EeePC 701 y su procesador Celeron a 630 MHz.

Antes de que se me olvide, si alguien se está preguntando la posibilidad de ampliar la memoria RAM del ordenador he de decir que no es un proceso tan sencillo de realizar como en el Asus EeePC 701 y su fácil acceso a este componente. En el caso del Dell Inspiron Mini 10 hay que desmontar todo el portátil como muestra este tutorial, y la verdad es que a no ser que sea estrictamente necesario yo no metería mano al ordenador tan a fondo como para tener que quedarme con la placa base «al desnudo».

Conclusiones

Después de haber estado todo el fin de semana empleando el nuevo netbook sólo puedo contar alabanzas de este modelo de Dell. Es verdad que había alguna opción por encima de él en mi lista inicial de candidatos para sustituir a mi antiguo ultraportátil; pero cuando tuve ocasión de probarlo en la tienda me quedé enamorado del tacto de sus teclas y la calidad de la pantalla.

Tal vez con otros modelos podría haber arañado una horita más de batería o haberme ahorrado veinte o treinta euros en el precio final; pero la inclusión de esos noventa gigabytes más de disco duro, el módulo Bluetooth integrado y los pequeños detalles de los que hace gala este pequeño portátil me hicieron ver que la búsqueda de mi nuevo netbook había llegado a su fin.

Dell Inspiron Mini 10

Estoy seguro de que mi relación con el Dell Inspiron Mini 10 será larga y fructífera. De momento sus teclas han alumbrado esta review al completo y eso ya dice mucho en su favor, de modo que si estáis contemplando la opción de haceros con un netbook éste puede ser un modelo a tener en cuenta. A mí, desde luego, me tiene encantado.

No es lo mismo Dual Core que Core2Duo

Si en estos días echamos un vistazo a un catálogo de un centro comercial cualquiera nos vamos a encontrar siempre con una amplia oferta de ordenadores, la mayoría de los cuales cuentan con un microprocesador Intel en su interior ya sea «Dual Core» o «Core 2 Duo». Lo que ocurre es que pese a que la denominación de los dos micros que más se emplean actualmente es muy similar, hay grandes diferencias entre ellos; y por eso me he animado a escribir este pequeño artículo aclaratorio que puede venir bien a aquellos que no estén muy al tanto de este tema y anden pensando en hacerse con un nuevo ordenador.

Intel Dual Core (o Core Duo)

core_duo_inside_logo

Los micros Dual Core de Intel (también llamados Core Duo) están basados en la arquitectura del conocido Pentium 4 rebautizada como «Intel Core», y fueron el primer intento de la compañía de crear un procesador de bajo coste con doble núcleo (anteriormente se había empleado una técnica de multiproceso en los P4 llamada Hyper-threading que se fundamentaba en procesar dos hilos de ejecución al mismo tiempo con un sólo núcleo).

Estos micros consisten básicamente en una modificación de los últimos P4 para dotarlos de dos núcleos en lugar de uno y así obtener una mayor potencia de proceso sin necesidad de elevar la frecuencia de reloj del circuito y, por lo tanto, disparar el consumo de energía (bajar tan sólo un 15% la velocidad del procesador implica un consumo energético del 50%).

El problema de los Dual Core es que, como os digo, su arquitectura es algo antigua y por lo tanto van a estar algo «lastrados» debido a que la tecnología avanza a pasos cada vez más grandes. El hecho de contar tan sólo con 2 MB de memoria caché, un bus de 533 ó 667 MHz y estar construidos con una estructura interna de 32 bits hace que no rindan tanto como pudiéramos pensar de un micro de última generación (porque de hecho no lo son).

Intel Core 2 Duo

core2duo_logo

Los Core 2 Duo se basan en una arquitectura completamente nueva llamada «Intel Core 2» compatible con las anteriores pero con un diseño completamente de 64 bits. La tecnología empleada es de 45 ó 65 micras en según qué modelos de microprocesador y tenemos las variantes de una unidad con dos núcleos (Core 2 Duo) o con dos unidades de dos núcleos cada una (Core 2 Quad). Sin embargo nos vamos a centrar en la versión con dos núcleos, pues es la que lleva a confusión con la generación anterior de procesadores por la similitud de nombres. Estos micros están equipados con buses a 800, 1066 y 1333 MHz y cuentan con memoria caché de 2, 3, 4, ó 6 MB.

Los microprocesadores Core 2 Duo no son mucho más caros que los Dual Core y el aumento de rendimiento puede ser bastante evidente en función de lo que vayamos a hacer con el ordenador. Puede que si lo vamos a emplear para jugar no lo notemos demasiado, pues la mayor parte del proceso va a recaer en la tarjeta gráfica; pero si necesitamos potencia de cálculo pura y dura (retoque fotográfico, edición de sonido…) los Core 2 Duo nos van a dar cierta ventaja, sobre todo al poder emplear instrucciones de 64 bits que aprovecharán programas como Adobe Photoshop Lightroom 2 y algunos sistemas operativos actuales; aunque bien es cierto que en esos casos podemos sacar todavía más rendimiento si optamos por un Core 2 Quad.

En resumen

Los Core 2 Duo (también llamados de forma abreviada «C2D») implementan una velocidad de bus mayor, una caché más amplia y un rendimiento general más alto que los Dual Core; siendo por lo tanto mucho más recomendables que estos, pues podremos ejecutar aplicaciones más complejas en menor tiempo. Es cierto que los dos procesadores cuentan con dos núcleos en su interior, pero su concepción y estructura interna son diferentes; siendo el primero de ellos un «apaño» para sacar al mercado un procesador multinúcleo y el segundo una solución ya más estudiada y optimizada.

Un consejo final que me gustaría daros es que hoy en día ya no nos podemos fiar del rendimiento de los microprocesadores sólo fijándonos en el número de megahertzios como hacíamos en los tiempos del 386 y los primeros Pentium. De un tiempo a esta parte veréis que todos los micros de Intel cuentan con un número a continuación de su denominación que indica, a título orientativo, su situación en relación con el resto de modelos de la misma familia (Core 2 Duo, Core 2 Quad, Celeron, Core Duo, i7…) no siendo válido para comparar modelos de distintas familias.

Si, por ejemplo, vamos a la página de Intel y consultamos el listado de micros Core 2 Duo nos vamos a encontrar con una lista que a día de hoy parte del modelo E4300 (el más básico) y termina en el E8500 ; estando entre medias todos los modelos restantes (como por ejemplo el E7300 que equipa mi nuevo ordenador).

En fin, espero que la charla de hoy le sirva a alguien para que cuando coja un catálogo entienda la diferencia que puede haber entre un ordenador equipado con un microprocesador Dual Core y otro con un Core 2 Duo; pues aunque el nombre y el precio pueden ser muy similares, el hecho de elegir uno u otro puede condicionar el rendimiento de nuestro nuevo equipo.

Y os aseguro que hay mucha gente que ignora este detalle, pues yo mismo no sabía nada de esto hasta que me informé de todo antes de comprar mi reciente ordenador y mi cuñado lo descubrió unos minutos antes de comprarse un nuevo portátil hace apenas una semana (menos mal que fui con él y se lo comenté).