Mercado medieval 2010

Todos los años por estas fechas el mercado medieval se adueña del centro de Alcalá llenando sus calles de estampas curiosas, personajes de todo tipo y miles de personas paseando por allí.

Serpenteando por la calle Mayor

Una oportunidad perfecta para dar una vuelta con la cámara de fotos en busca de instantáneas que capten el ambiente de estos días en la ciudad. Y aunque reconozco que esta vez apenas he pasado un par de veces por el mercado y no he hecho ni mucho menos un seguimiento tan extenso como en la pasada edición; sí que es verdad que he disfrutado mucho de lo que he visto por allí y por eso quisiera compartir con vosotros unas imágenes divididas en dos temáticas diferentes:

MIRADAS

La primera serie se basa en las miradas; y es que en un ambiente tan dispar como el de un mercado medieval uno puede permitirse el lujo de detenerse unos minutos en una esquina y, pasando casi completamente desapercibido, dedicarse a captar todo tipo de miradas. Digo lo de «casi completamente desapercibido» porque si os fijáis bien, en dos de las imágenes más multitudinarias, hay al menos un par de ojos que me miran y tal vez ahí esté la gracia de esas fotos.

Lechuza

Miradas (I)

Tristeza

Miradas (III)

Miradas (II)

Miradas (IV)

SOLEDAD

La soledad es un aspecto poco conocido del mercado medieval y que a mí particularmente me llama mucho la atención. En la inmensa mayoría de las imágenes que se captan en el mercado (la serie anterior, sin ir más lejos) aparecen cientos de personas fiel reflejo de la muchedumbre que acude en masa cada día a este evento que ya es punto fuerte en la agenda de Alcalá.

Sin embargo, pocas veces se puede apreciar en imágenes la tranquilidad del lugar cuando los puestos no han abierto todavía y la gente está en sus casas durmiendo. Ya sabéis que los fines de semana me encanta disfrutar del silencio de las mañanas; y en esta ocasión no iba a hacer una excepción.

Al amanecer

Coronas para princesas

Sol y sombra

Por cierto, no quisiera olvidarme de agradecer los gestos de cariño de aquellos con los que me encontré mientras hacía estas fotografías. Cada vez que alguien me saluda por la calle y me comenta que disfruta mucho leyendo este blog, me doy cuenta de que detrás de los comentarios y las visitas hay personas que invierten un rato cada día en ver qué me cuento por aquí. Y os aseguro que eso es algo que llega muy muy dentro.