Uno de mis divertimentos favoritos en Oropesa del mar (y que practico casi siempre que viene alguna visita) es el karting. Tenemos en Oropesa una pista situada en el lateral de la N-340 en la que puedes competir y hacer todas las chaladuras que jamás harías con tu coche: tomar curvas derrapando, frenar a muerte en el último metro de las rectas, circular a centímetros del kart que te precede… De modo que cualquier excusa es buena para ir un rato allí a quemar adrenalina.
El fin de semana pasado estuvieron por aquí mi hermana y su novio, y dado que no era la primera vez que nos acercábamos por allí (saben de sobra lo divertido que es) nos dejamos caer de nuevo por Marlon Kart; sólo que esta vez en dos días consecutivos para disputar otras tantas mangas de las que Estela dejó constancia en forma de las fotografías que ilustran esta entrada.
Por cierto, el objetivo empleado en todas ellas es el Nikon 55-200 VR; y a la vista de los resultados creo que hubiera venido muy bien una óptica que alcanzara 300 o incluso 400 mm de focal. Todo se andará.
1ª ronda: Sábado 31 de Marzo. 10:30
2ª ronda: Domingo 1 de Abril
Por si os planteáis acercaros por la pista a dar unas vueltas, os comento que ocho minutos corriendo con los super-karts (la categoría más recomendable para vivir emociones fuertes) cuesta 20 euros por persona y, por supuesto, os proporcionan casco. En la categoría intermedia os cobrarán 15 euros por el mismo tiempo; pero son motores de menor potencia y yo creo que no merece la pena por esos escasos cinco euros de diferencia.
En cualquier caso, os dejo un enlace a la página oficial del circuito donde podéis encontrar toda la información que podáis necesitar.
Es verdad que lo de los karts puede parecer caro (y de hecho lo es) pero si salís a la pista con ganas de divertiros os aseguro que nada más bajaros del bólido ya estaréis deseando volver a poneros el casco y salir disparados a enlazar curvas. Eso sí, las agujetas en los antebrazos al día siguiente son de órdago, advertidos estáis.
Por cierto, como podéis ver en las imágenes, la primera ronda la gané yo y la segunda Joe, de modo que el desempate lo disputaremos la próxima vez que se deje caer por aquí. ¡Espero que sea pronto!
Una vez llegado a Alcalá he montado un breve vídeo resumiendo un poco la esencia de aquella mañana que pasamos mi hermano, mi hermana, Joe y yo en el circuito de karts de Benicassim. Ya os comenté en aquel momento que con la conexión de 56 Kb que tenía en la playa me era imposible subir el vídeo a internet, así que ahora que vuelvo a tener mi ADSL he subido las imágenes a youtube y me gustaría compartirlas con todos vosotros.
Por cierto, os advierto de antemano que la calidad no es muy buena porque la cámara que usé graba en formato MOV y para convertirlo a AVI y poder editarlo tuve que pasarlo por otro programa intermedio con la consecuente pérdida de calidad. Lo siento… 😦
Aquellos ocho minutos de conducción fueron realmente divertidos; algo que queda patente en el vídeo. Por cierto, la música es de Sexy Sadie; en concreto el tema «Back to the drawing board» del álbum Translate.
Además de una gran canción de Los Planetas, Un día en las carreras de coches es lo que viví recientemente cuando experimenté algo que en todos mis años no había probado todavía: ¡Los karts!
Ni mi hermano ni yo habíamos montado nunca en uno de estos vehículos, así que aprovechando la visita a Oropesa estos días del novio de mi hermana nos acercamos a las instalaciones de Marlon Kart en Benicassim para disfrutar los cuatro de una mañana llena de sensaciones desconocidas. Joe había montado hace muchos años en un kart, pero ya ni siquiera se acordaba, así que es como si también fuera su primera vez al volante de estos peculiares vehículos. Mi hermana también vino, pero decidió no subirse a los coches por su nula experiencia al volante (luego se lamentó de no hacerlo al ver que habíamos disfrutado como enanos).
Eso sí, previamente nos pasamos por allí la tarde anterior para ver el circuito y las diferentes categorías de karts que se podían elegir; de ese modo al menos iríamos enterados de cómo va el tema de las carreras y el equipamiento que hay que ponerse antes de subir al kart. Tras ver que la categoría más espectacular con diferencia era la superior (motor de 4 tiempos de 390 cc) tomamos buena nota del trazado del circuito y nos fuimos para casa a esperar el regreso a Marlon Kart al día siguiente.
Vista a un lado y otro de la recta de meta desde la tribuna principal.
A primera hora del Miércoles 6 nos pasamos por allí encontrándonos la sorpresa de que no había absolutamente nadie en la pista a diferencia de la tarde anterior, por lo que teníamos todo el circuito a nuestra disposición. Lo habitual es que tengas que correr junto a otras personas que no conoces de nada para “aprovechar la pista”, pero al no haber nadie compitiendo pudimos salir los tres solos con los karts para picarnos durante los ocho minutos de tiempo a los que tienes derecho previo pago de dieciocho euros por persona. Una inmejorable manera de empezar a manejarnos en este mundillo, pues no tienes que estar pendiente de molestar a otras personas ni nada.
He de reconocer que las sensaciones a bordo de uno de estos vehículos poco tienen que ver con las que ofrece nuestro coche de todos los días: vas sentado en el suelo, no hay suspensión alguna, el motor va pegado a la espalda y las reacciones son hiper-nerviosas. Cualquier mínimo gesto en el volante o en los pedales tiene una reacción inmediata en el coche y esto hace que tengas que llevar los reflejos siempre preparados. Un pisotón al acelerador un poco antes de la cuenta y te encuentras con el coche derrapando de lado, de modo que en una décima de segundo tienes que hacer contravolante para no perder el control.
Poniéndonos los cascos segundos antes de subir a los karts.
Nuestra primera vuelta fue bastante lenta, pero a partir de ahí empezamos a buscar los límites de los karts. Mi hermano y Joe empezaron un pique para ver quién lograba el mejor tiempo intentado derrapar lo menos posible y buscando la trazada más óptima en las curvas. Ya desde antes de subirnos a los coches se veía que ellos dos iban a ir a dar el máximo en cada vuelta, por lo que yo decidí no entrar demasiado en ese “pique” y centrarme más en buscar sensaciones que no encuentro en el día a día. Al fin y al cabo no se me iba la vida en ganar, pero sí que quería sentir cada centímetro de asfalto y poder hacer cosas al volante que con mi coche no haría bajo ningún concepto.
Os aseguro que es realmente increíble ir a ochenta o noventa kilómetros por hora con el viento dándote directamente en el casco (en la recta de meta se alcanzan esas velocidades) y aproximarte a una curva cerrada; en ese momento pegas un frenazo, das un volantazo y las ruedas comienzan a patinar sobre el asfalto. A continuación un pisotón al acelerador te devuelve el control del coche pese a que constantemente tienes que ir contravolanteando hasta que el rápido vehículo vuelve a ir en línea recta. Así una curva tras otra; una vuelta tras otra… hasta que me doy cuenta de que Joe y mi hermano se acercan a mi espalda y decido ir un poco más rápido para ponerles las cosas un poco más complicadas. Joe me supera en la salida de la curva que da acceso a la recta de contrameta; se ve que me he acostumbrado a tomar las curvas derrapando demasiado y eso me resta mucha velocidad al salir de las mismas. Con mi hermano la cosa no va a ser tan fácil, y de hecho nos ponemos en paralelo dando una de las curvas para acabar yo pisando el césped y haciendo un trompo que me dejó mirando en sentido contrario mientras las ruedas del kart de mi hermano parecen protestar ante mi forma de conducir al tiempo que casi se sale de la pista.
En la parrilla de salida. Yo en el kart 8, mi hermano en el 20 y Joe en el 11.
Poco después el tiempo asignado concluye y nos bajamos de los karts cansados (agota bastante llevar estos vehículos por el continuo control que hay que realizar sobre el duro volante) pero tremendamente felices por haber experimentado nuevas sensaciones y sobre todo haber podido hacer cosas que en la vía pública jamás nos atreveríamos a hacer con nuestros coches. ¡De hecho ya estamos pensando en repetir dentro de un tiempo en el circuito de Santos de la Humosa! 😛
El podium final. ¡Prometo venganza en breve!
PD: os comento que mi hermana grabó toda la carrera desde la tribuna del circuito, pero como comprenderéis con una conexión de 56 Kb me va a ser imposible subirla a youtube, así que cuando vuelva a Alcalá actualizaré esta entrada con el mencionado vídeo (que recortaré un poco para dejar nada más que los mejores momentos 😉 ) y os avisaré en una nueva entrada para que no se os pase.