Hoy es mi último día en Komatsu. Cuando se publiquen estas líneas estaré en mi coche de camino a la oficina cargado de rosquillas de Alcalá, bombones, alguna que otra sorpresa y un montón de recuerdos. Y cuando salga por la puerta del departamento, se habrán cumplido nueve meses de experiencias, intenso aprendizaje y un montón de compañeros a los que echaré muchísimo de menos.
A lo largo de esta mañana daré una carta en mano a cada uno de ellos; un escrito que no voy a reproducir aquí porque quiero que sea algo que quede entre todos nosotros; pero sí que os diré que son unas líneas de sincero agradecimiento por todo lo aprendido tanto en lo técnico como, sobre todo, en lo humano.
Hoy echo la vista atrás y recuerdo mis primeros días en la empresa: cuando no tenía ni idea de cómo funcionaba una excavadora y tenía que echar mano de mis compañeros para casi todo. Luego llegó María, a quien me tocó enseñar a manejar los programas y con la que enseguida hice muy buenas migas. Pasaron los meses del invierno y al florecer los almendros dejó su puesto el mismo día que terminaba el contrato de la que hasta ese momento fue mi jefa, de modo que me sentí bastante triste durante una temporada.
A partir de ese momento me encargué yo sólo de todos los tipos de máquinas que pasan por nuestro departamento, ganando muchísimo en experiencia y conocimientos. Pasaron más meses, volvió el calor… y un día no hace mucho me di cuenta de que me quedaban nada más que un par de semanas en la empresa. Fue el día que llegó Óliver; la persona que me sustituirá en mi puesto a partir de mañana y a quien también dejaré una copia de la carta que os decía antes para que entienda que nuestro departamento es mucho más que un grupo de personas. Lo hará bien y le deseo mucha suerte; yo mismo le estuve enseñando cómo tenía que hacer las cosas y la verdad es que le cogió el truco con rapidez. Me siento orgulloso de haber sido su «profesor» del mismo modo que lo fui de María cuando entró.
No sé si lloraré al despedirme, pero es muy posible que así sea. Lloraré si pienso que mañana me levantaré sin saber muy bien qué hacer, que no podré dar los buenos días a toda esa gente que me encuentro sonriendo al entrar por la puerta, que no me sentaré en esa silla azul que me siempre me acoge con agrado… Pero si lloro, como dice Nacho Vegas en una de sus mejores canciones, No lloraré por ti ni por mí; lloraré por los demás.
Mil gracias por estos nueve meses inolvidables. Os echaré mucho de menos.
Cuando me fui a trabajar el Viernes pasado decidí a última hora llevarme conmigo mi nueva cámara de fotos. No sabía ni siquiera si al final la usaría para algo esa mañana, así que cuando llegué a la oficina la guardé en el cajón de mi escritorio y empecé con mi faena habitual.
Al final entre pitos y flautas la mañana se me pasó volando y la cámara ni siquiera había salido de su funda, así que ni corto ni perezoso, al salir por la puerta de Komatsu en lugar de dirigirme a mi casa cogí la carretera que sube por el monte Gurugú y me presenté en lo alto del cerro del viso; un lugar que ya ha aparecido más de una vez por este blog por ser un lugar desde donde se divisa una fantástica vista de los alrededores de Alcalá.
Fue una pena que el día no estuviera todo lo claro que estaba a primera hora de la mañana (algo que se explica porque apenas tres horas después se formaron unas nubes de tormenta tremendas, y es que se notaba el aire estaba muy cargado de humedad) y debido a ello el cielo ha salido en las fotos con ese brillo azulado sobreexpuesto que tanto odio (todavía estoy familiarizándome con la cámara; la próxima vez no me sucederá). Pero bueno, al fin y al cabo estaba allí para probar por primera vez en campo abierto la D40, así que apagué el motor del coche, me colgué la cámara al cuello y me lancé a dar vueltas por el monte.
Esa meseta que veis al fondo es el cerro del viso. Para llegar a ella hay que coger una estrecha carretera que en su parte final está llena de baches, pero una vez arriba la vista merece la pena
La carretera que os decía antes en la parte donde está en buen estado. Otro día que vuelva haré fotos de los baches que hay en su tramo final de subida
Esto es un tramo a mitad de la subida. Puede que no parezca mucha altura, pero ya veréis en las fotografías que hice desde arriba que las vistas son una pasada (y eso que el día no estaba demasiado claro 😦 )
Un inmenso sembrado es lo primero que nos encontramos al llegar a lo alto de esta gran meseta
Si miramos hacia Madrid esto es lo que podemos ver. Entre la neblina reinante podemos divisar las famosas cuatro torres de la capital que se atisban casi desde cualquier parte
¿Veis esa zona en mitad de la foto llena de cosas amarillas? Son las excavadoras de la campa de Komatsu 😉
Una vista de Alcalá medio tapada por el propio cerro
Si miramos en dirección Sur nos vamos a encontrar más campo que edificios (cosa muy de agradecer)
Una vista del barrio de Nueva Alcalá con el monte Ecce Homo al fondo.
Un poco de teleobjetivo para ver mejor los detalles… (aunque con un 18-55 no se pueden hacer milagros)
Este es el camino que va dando la vuelta a toda la montaña. Un poco más adelante me esperaba mi coche, y un rato después estaba en casa comiendo y con la cara roja de todo el sol que me dio en el paseo.
Aunque ya os he hablado en un par de ocasiones de máquinas enormes capaces de mover toneladas de tierra, es de justicia hacer una mención a lo que en Komatsu llamamos la gama utility; pues por cada gran máquina que nos encargan para canteras y minería se venden varias decenas de utilitys por su versatilidad, sencillez de mantenimiento y maniobrabilidad.
Diversos modelos de la gama utility
Las utility son, en general, máquinas de pequeño tamaño. En el caso de las excavadoras hidráulicas de cadenas se refiere a aquellas que tienen un máximo de once toneladas de peso (PC 110) por lo que comprenderéis que lo de “pequeño tamaño” es algo que hay que coger con pinzas. Dentro de esta gama también tenemos máquinas telescópicas (para mover palés en almacenes y demás), excavadoras mixtas, retroexcavadoras…
El caso es que, como os decía antes, las utility son, con diferencia, las máquinas más vendidas de Komatsu. Es verdad que los camiones gigantes y las grandes excavadoras son mucho más espectaculares de ver y siempre dibujan caras de sorpresa la primera vez que se está ante uno de esos monstruos metálicos; pero no es menos cierto que la agilidad de las pequeñas SK es tan espectacular como ver arrancar un enorme HD 785.
Ya que os hablo de las SK voy a tratar de contaros un poco en qué consisten esas máquinas, pues dentro de la gama utility son los modelos que más me gustan a título personal y sobre el que me voy a centrar en esta entrada. Una SK no es otra cosa que una excavadora hidráulica de pequeño tamaño, con una pequeña pala frontal y movida por ruedas; pero no son ruedas directrices que tuercen como en un coche, sino que estas van fijas y el giro se realiza mediante la diferencia de velocidad de rotación entre los neumáticos de un lado y otro de la máquina.
La gama SK la componen un total de siete modelos, siendo el más pequeño el SK 510 (con 1,8 toneladas de peso) y terminando en la SK 1026-5 de 3600 Kg. De cualquier modo, los modelos más populares suelen ser el 714 y el 815, pues están en un término medio que los hace ideales para «todo uso».
Con sus peculiares premisas de funcionamiento podréis imaginar que las SK son unas máquinas muy divertidas de conducir: poseen una gran agilidad por su poco peso, un radio de giro muy reducido y muy poca inercia a la hora de cambiar de dirección. Su gran ventaja es que sirven para un montón de tareas, pues aunque han sido concebidas como palas cargadoras, podéis encontraros SKs para quitar la nieve de las calles, alisar pequeñas extensiones de terreno, transportar palés, llevar pesadas piezas de un sitio a otro… y por supuesto para que sus operarios se luzcan en las exhibiciones que se organizan de vez en cuando a lo largo y ancho del mundo. Precisamente en una de ellas fue grabado el siguiente vídeo que muestra la estabilidad de estas máquinas si son manejadas por manos expertas:
Como os decía hay varios modelos de SKs, pero además de estos modelos con ruedas existen otros muy similares en cuanto a tamaño y aplicaciones pero equipados con orugas de goma en lugar de neumáticos. Son las llamadas CK, que comprenden los modelos CK20, CK25, CK30 y CK35, que aportan como principal ventaja una mayor estabilidad sobre terrenos blandos ya que las ruedas tienden a hundirse en el barro por si menor superficie de contacto con el suelo si las comparamos con una cadena.
Como os comentaba al principio de esta entrada, utility es la gama de máquinas más vendidas por Komatsu. Son herramientas que dan muy buen rendimiento para muchos tipos de trabajos y suponen un gasto bastante contenido hablando tanto de precio de venta como de costes de mantenimiento. Evidentemente no vamos a pretender excavar una cantera con un par de SKs, pues para eso ya están las PCs de varias toneladas y los dumpers gigantes; pero para tareas de desescombro de un pequeño solar o para alisar una superficie de tierra que luego sirva de paso para maquinaria más grande sí que pueden ser tremendamente útiles porque estas pequeñas máquinas son capaces de meterse por cualquier recoveco.
Y hasta aquí nuestra pequeña lección sobre maquinaria de obras de hoy ¡Otro día hablaremos de algún que otro modelo de utility que nos hemos dejado en el tintero! 😉
Ya os comenté hace unos días que me fascinan los camiones de minería; sin embargo, no es menos cierto que los bulldozers me parecen unas máquinas realmente increíbles por su capacidad de trabajo y su diseño enfocado al rendimiento puro.
Un bulldozer es básicamente una máquina de tracción por cadenas diseñada para alisar el terreno gracias a su amplia cuchilla frontal. También existen modelos que incluyen una o varias garras traseras (rippers) para abrir zanjas en la tierra y a continuación poder extraer el material fácilmente con una excavadora.
La tracción es estas máquinas siempre es por cadenas (u orugas, como queráis llamarlo) porque es un aspecto vital en ellas: es necesario un agarre máximo en todo tipo de condiciones porque estos «cacharros» van a estar siempre metidos en pedregales, barro, zonas de árboles… y unas ruedas, por mucho relieve que tuvieran, jamás podrían traccionar como unas cadenas cuidadosamente seleccionadas para el terreno sobre el que se vaya a trabajar. Como curiosidad os comentaré que hay incluso cadenas recubiertas de goma para moverse sobre asfalto sin dañarlo; y es que la especialización de la maquinaria de obras es mucho más grande de lo que se podría pensar en un primer momento.
Como os decía, los bulldozers están enfocados a conseguir un rendimiento máximo precisamente porque sólo valen para una o dos tareas. Es habitual que algunas excavadoras compactas incluyan una pequeña cuchilla frontal para alisar el terreno; pero como suele ocurrir siempre, una máquina enfocada exclusivamente a dicho fin rendirá mucho más que un «todo en uno».
Hay bulldozers de muchos tamaños: desde los más pequeños destinados a alisar pequeñas superficies hasta inmensos monstruos de acero capaces de desplazar toneladas de material. El caso más extremo de esto que os comento es el modelo D575A-3 SD(Super Dozer) de Komatsu; un gigante equipado con un motor turbo de doce cilindros y 46300 cc (sí; habéis leído bien: cuarenta y seis mil trescientos centímetros cúblicos) que rinde 1150 CV y es capaz de ejercer una fuerza de empuje de 220 toneladas. Esta máquina posee el récord de ser el bulldozer construído en serie más grande del mundo gracias a sus casi doce metros de largo por cinco de alto.
Su cuchilla delantera pesa mil kilos y puede mover 82 metros cúbicos de material, por lo que en poco tiempo puede alisar una gran superficie de terreno. En la parte trasera lleva acoplado un conjunto de una o tres garras capaces de abrir surcos en suelos de roca de hasta un metro de profundidad.
Os pongo a continuación un vídeo de cinco minutos de duración (en portugués; pero se entiende perfectamente) en el que se muestra a esta bestia de la ingeniería en acción y gracias al que vais a poder ver lo que le ocurre a un coche si se mete bajo las cadenas del D575 o si presionamos una casa prefabricada con uno de estos bulldozers por cada lado.
No sé si algún día tendré la ocasión de ver un D575A-3 SD en persona; pero hasta que pueda hacerle fotografías yo mismo os dejo con una serie de imágenes extraídas de mining-power.de:
El impresionante tamaño del D575A-3 SD
La vista del maquinista
Abriendo surcos en el suelo
La amenazadora garra trasera
La cuchilla delantera
Un D575A-3 SD en plena acción (imaginaos el tamaño de la roca)
Bueno, pues hasta aquí nuestro breve recorrido por estas máquinas de las que todos hemos escuchado hablar alguna vez pero que posiblemente nunca hemos sabido definir exactamente. Espero que con la charla de hoy os haya quedado más o menos claro para qué sirve esa expecie de excavadora que si bien estéticamente hay que reconocer no es muy bonita, sí que rinde excepcionalmente bien en el trabajo.
Hoy me he animado a escribir un artículo que os va a resultar curioso y que no hubiera podido escribir hace apenas un par de meses, pues la vida son perspectivas que vamos cogiendo gracias a lo que vivimos y yo ahora tengo una que antes ni hubiera imaginado.
Veréis, ya os he comentado alguna vez que actualmente estoy trabajando en la delegación de Komatsu España que hay en Alcalá de Henares. Komatsu es una importante multinacional de origen japonés que fabrica maquinaria para la construcción (excavadoras, bulldozers, camiones…) y que está presente en prácticamente todo el mundo. Aunque mi puesto está en el departamento de asistencia técnica tengo libertad para moverme por las instalaciones de la empresa; y uno de los lugares más impresionantes de la misma es, a mi juicio, los talleres por las inmensas máquinas que te puedes encontrar allí y por lo mucho que aprendes cuando las ves “fuera del papel y del ordenador».
El caso es que todos hemos visto alguna que otra vez las excavadoras que se suelen emplear para las obras públicas. Impresionan bastante, pero os aseguro que hay máquinas muchísimo más grandes enfocadas a trabajo de minería, demoliciones y cosas así. Si las máquinas que soléis ver por la calle os parecen grandes, esperad a leer los siguientes párrafos y cambiaréis vuestro punto de vista 😉
En el caso de las excavadoras (que es lo más habitual en una obra cualquiera) la marca Komatsu emplea para su nomenclatura dos letras que pueden ser PC (cadenas) o PW (ruedas) seguidas de una cifra que indica los centenares de kilogramos que pesa la máquina.
Una PC35. Muy apta para trabajos sencillos.
Es muy normal ver abriendo cualquier zanja en la ciudad a una PC35 por ser un modelo ligero y muy versátil, pero ya es algo menos habitual por ejemplo ver trabajar a una PW220. Según lo que os he dicho antes la primera tiene un peso de 3500 kilogramos y la segunda de 22 toneladas, lo que ya es algo considerable, y es que no en vano es un trasto bastante grande.
De cualquier modo, os aseguro que por muchas fotografías que os enseñe la sensación no es comparable a estar al lado de cualquiera de estas máquinas. La PW220 de la siguiente imagen parece grande; pero es que en realidad lo es mucho más pese a ser un modelo relativamente sencillo dentro de la gama.
La PW220 ya tiene un aspecto menos «familiar».
Como os decía, estos modelos son casi «de juguete» comparados con los pesos pesados que fabrica esta firma japonesa. En España el modelo más grande de excavadora que se comercializa es la PC2000; un modelo de 200 toneladas de peso capaz de mover trece metros cúbicos de material en cada palada. Sin ir más lejos, hace unos días estuve haciendo un informe sobre una que está en el puerto de Barcelona y que está dedicada a mover grandes contenedores de mercancías.
Una PC2000 y un camión que a su lado parece una miniatura.
Como os decía, la PC2000 es el modelo más grande disponible en nuestro país y no hay muchas de ellas en nuestro territorio, pero eso no significa que sea el más grande que se fabrica a nivel mundial, pues el buque insignia de la gama de excavadoras Komatsu es la PC8000: una colosal excavadora de 800 toneladas de peso que se puede ver en las faraónicas obras de presas asiáticas y también en algunas minas americanas a cielo abierto.
Os pongo a continuación un breve vídeo de dicho modelo trabajando en una importante obra. Viéndola en un entorno tan amplio podría no parecer tan grande; pero si os fijáis en los operarios que están sobre la estructura de la máquina en los últimos segundos del vídeo os daréis cuenta de la enormidad de este prodigio de la ingeniería.
En dos semanas dejas el Everest en una simple colina…
Por supuesto, de nada serviría semejante capacidad de extracción de material si luego no tenemos un modo de transportar todo eso a otro lugar; y ahí es donde entran en acción los que son, sin duda, mis máquinas favoritas: los dump trucks.
Se trata de vehículos con una capacidad de carga alucinante y resistentes hasta decir basta. Incluso el modelo más simple (el HD325 con sus 36 toneladas de capacidad) impresiona a cualquiera al ponerse junto a una de sus ruedas; pero si queremos conocer el modelo más grande que se comercializa aquí tendremos que fijarnos en el alucinante HD785, que tiene una capacidad de carga de 90 toneladas y en el que he tenido la suerte de subirme hace un par de semanas por disponer de una unidad en talleres a la espera de ser entregada a su dueño. No os podéis hacer una idea del vértigo que produce ponerse de pie sobre la parte superior de la carrocería y la sensación de poder absoluto que tienes al sentarte tras su volante pese a que el motor no estaba arrancado.
Un HD785; perfecto para aparcar por el centro de Madrid.
Sin embargo, el HD785 no es ni de lejos el camión más grande que fabrica Komatsu. Para aquellas aplicaciones que requieran un movimiento de materiales absolutamente brutal se diseñó el modelo 960E con más de 300 toneladas de capacidad de carga. Un monstruo con unas ruedas de casi cuatro metros de diámetro y del que os podéis hacer una buena idea de sus dimensiones viendo el siguiente vídeo, que no es de un 960E, sino de un 930E, por lo que el modelo del que os hablo es incluso algo más grande del que vais a ver en las imágenes:
Ni el final de Terminator 2 era tan bestia
En fin, como podéis apreciar el concepto de grande y pequeño en realidad es un poco difuso y depende mucho de lo que estemos hablando. Antes de entrar a trabajar a Komatsu había visto alguna vez algo de esto gracias a que mi padre está metido en temas de geología, minerales y demás; pero ahora que día a día trabajo junto a estos gigantes de metal me doy cuenta de que son algo fascinante y como tal me gustaría compartirlo con vosotros. Este no será el único artículo sobre maquinaria de obras, pues la gama es amplia y bastante espectacular. ¡Espero que os haya gustado la charla de hoy! 😉