Lugares abandonados (29): el quiosco de Dani

En pleno paseo de Pastrana se encuentra todavía un quiosco de prensa que pese a llevar ya cerca de tres años cerrado, el tiempo todavía no parece haber hecho mella en él. Aun con la presencia de pintadas en sus paredes y la progresiva decoloración de sus toldos, si uno pasa por allí sin saber que el negocio ya no funciona podría pensar que sus dueños simplemente se han tomado unos días de vacaciones.

El quiosco de Dani

Se trata de «el quiosco de Dani», que en tiempos pasados (antes de la popularización de Internet y la consecuente caída de ventas de la prensa escrita) daba a sus dueños unos beneficios suficientes como para vivir desahogadamente; aunque también representaba una cierta esclavitud al tratarse de un negocio que sólo cerraba tres días al año y tenía horario continuado de ocho de la mañana a nueve de la noche.

Recuerdo las largas tardes que pasaba allí hablando de videojuegos con el propio Dani. Todo comenzó en la época en la que me compré la Playstation 2 cuando salió allá por el año 2000, ya que al comprar una revista sobre la misma me preguntó qué tal estaba la consola. A partir de ahí era de lo más frecuente que me pasara por el quiosco y estuviera allí un par de horas de charla al salir de la universidad.

Con el tiempo llegaron negras previsiones de futuro para los quioscos (propiciadas porque ahora la gente tenía toda la información a su alcance en Internet) y Dani comenzó a ver que había que hacer planes alternativos, de modo que comenzó a trabajar como conductor de camión en una empresa de transporte al tiempo que mantenía el quiosco en sus días libres, quedando en manos de su hermana los días que le tocaba trabajar.

Tras unos meses así y viendo que la crisis de la prensa escrita era algo que no tenía vuelta atrás un día me dijo que vendía el quiosco, y apenas una semana después pasé por allí delante y me encontré con la persiana metálica bajada y un cartel con un número de teléfono en un lateral que decía «Se vende quiosco. Preguntar por el señor Castillo» y que actualmente sigue ahí. Como es lógico, no hay nadie interesado en reflotar un negocio condenado a muerte.

Alcalá de Henares ayer y hoy (93)

Hoy vamos a centrar nuestra atención sobre un elemento que ya es todo un icono de Alcalá: el kiosco musical de la plaza de Cervantes; de estilo clásico y un tamaño considerable. Un lugar donde se suelen subir algunas bandas de música para animar a los vecinos en días señalados y donde suele ser habitual ver a niños en los fines de semana que se cuelan allí para ver el mundo desde una perspectiva diferente.

Y bueno, ya que cuento con dos imágenes bastante similares de este emblemático lugar, vamos a hacer una entrada doble sobre el venerable kiosco de la Plaza de Cervantes, ¿os parece?.

Plaza de Cervantes

"Plaza de Cervantes. Kiosco". Fotografía de 1904 realizada por Shelly. Extraída del libro "Retrato de una ciudad. Alcalá de Henares 1899 - 1966. Álbum y catálogo de postales" de M. Vicente Sánchez Moltó. ISBN: 978-84-935711-5-3.

Si os fijáis con atención en el primer par de fotografías veréis que la parte superior del kiosco no ha cambiado nada en absoluto, pero la base ha pasado de estar fabricada con ladrillo a ser de piedra gris en consonancia con la decoración de la plaza. Del mismo modo, la entrada al kiosco por este lado ya estaba presente en aquellos tiempos, aunque lo que no sé es si los servicios que hay en la otra cara del lugar son recientes o también forman parte de la construcción original.

Plaza de Cervantes en la actualidad

Pasando ahora a la siguiente fotografía del kiosco vamos a apreciar algunos detalles de los alrededores del kiosco: en ella podéis ver los postes de luz que antes había repartidos por la plaza de Cervantes y que, por suerte, desaparecieron en una reforma posterior. Si ya es feo ver los típicos tendidos eléctricos en los márgenes de las autopistas, imaginaos el efecto de ver los cables colgando en un entorno tan pintoresco como el centro de la ciudad. En cualquier caso, fuera del casco histórico todavía se puede ver alguna que otra chapuza que lleva años a la vista de todos los ciudadanos.

Plaza de Cervantes

"Plaza de Cervantes. Kiosco". Fotografía de Rapide realizada hacia 1930. Extraída del libro "Retrato de una ciudad. Alcalá de Henares 1899 - 1966. Álbum y catálogo de postales" de M. Vicente Sánchez Moltó. ISBN: 978-84-935711-5-3.

Por cierto, supongo que ya os habréis dado cuenta de que en esta entrada, las fotografías correspondientes al tiempo presente están llenas de banderas. Esto es porque las realicé durante la preparación del mercado medieval de este año, así que ahora mismo el aspecto es el mismo pero sin banderas de por medio.

En esta última, aprovechando que el plano es más abierto que en la imagen anterior, podéis ver que la plaza apenas ha cambiado: el pedestal de la estatua de Cervantes sí que es diferente, pero no ha cambiado el emplazamiento de la misma ni la disposición de los edificios que rodean el lugar.

Plaza de Cervantes en la actualidad

Efectivamente, las farolas de la plaza también ha sido sustituidas por otras; pero en general los cambios no son demasiado evidentes cuando echamos un vistazo a esta parte de la ciudad con fotografías tomadas con más de 80 años de diferencia.

Bueno, espero que os haya gustado el viaje por el tiempo. Hoy ya sólo me queda emplazaros al Lunes que viene; día en el que volveremos a visitar algún rincón pintoresco de Alcalá de Henares con ayuda de las fotografías de ayer y de hoy.

La cosa va de incendios

Durante estos días será mejor que no me invitéis a vuestra casa porque allá donde voy veo fuego (o sus efectos). Si en la entrada anterior os mostraba las llamas que se producían detrás de la fábrica Roca el pasado Miércoles, lo que me he encontrado esta mañana dando un paseo junto al parque O’Donell ha sido algo tan triste como un kiosco de helados reducido a cenizas. Y es verdad que, como apuntaba Albert en un comentario, el fuego como tal tiene algo de hipnótico; pero contemplar sus pavorosos efectos una vez extinguido le deja a uno un poco alicaído.

No sé si habrá sido un acto vandálico o un simple accidente; pero sea como sea, es duro ver cómo la forma de alguien de ganarse la vida tiene ahora el aspecto de una hoguera recién apagada que todavía huele a quemado. Os dejo unas fotos…

Kiosco de helados chamuscado (IV)

Kiosco de helados chamuscado (III)

Kiosco de helados chamuscado (I)

Kiosco de helados chamuscado (II)

Soñando con huelgas de kiosqueros

En mi sueño de hoy veía como bajaba un cuarteto de mexicanos de un coche viejo y convocaban una asamblea vecinal frente al kiosco de prensa de Nueva Alcalá. Megáfono en mano reclamaban una bajada de las comisiones que las editoriales les cobraban para repartirles los periódicos y para hacer más presión dijeron que a partir de ese momento iniciaban una huelga por la que la gente se podía llevar sin pagar un duro un periódico o revista de su elección. Acto seguido pintaron en la persiana metálica del kiosco la frase “que no te haga bobo Jacobo” (mítica canción de la banda Molotov) y abrieron el negocio dando por iniciada la huelga.

Yo, no sé muy bien por qué, me encontraba entre el grupo de gente que miraba aquella declaración de intenciones, así que me acerqué a la pequeña ventana del kiosco observando que había unas revistas Micro-Manía por las que nadie se había interesado todavía.

La revista en concreto era una edición facsímil de un número que yo tenía en casa. En el original aparecía Emilio Butragueño tal y como había sido retratado en el juego de fútbol de la década de los ochenta que llevaba su mismo nombre, pero esta edición que estaba a pocos centímetros de mis manos tenía el mismo formato pero la fotografía era de Fernando Torres.

Le pregunte al improvisado kiosquero si me podía llevar una de esas revistas, a lo que me contesto con un marcado acento de Mexico exclamando “¡Claro que sí!”; de modo que al final me fui a casa con una publicación sobre videojuegos que hacía clara alusión a un auténtico clásico de la década de los ochenta.