LED Lenser es una de esas marcas clásicas de linternas que salieron al mercado en un buen momento y gracias a eso se ha hecho con un nombre que le permite, de alguna manera, vivir de las rentas. El de hoy es el modelo más pequeño de su catálogo aunque desde mi punto de vista no tiene mucho que hacer contra otras linternas que ya han pasado por aquí pese a batirlas en peso y en tamaño.
El cuerpo
El cuerpo de la K1 está fabricado en tres piezas de aluminio cuyos extremos van roscados: la cabeza, el cuerpo y una tapa trasera tras la que se alojan las pilas. Con unas dimensiones de 43 mm de largo por 10 mm de diámetro y un peso de apenas 10 gramos es una de las más diminutas de mi colección; si bien esto se consigue al usar como fuente de energía 4 pilas de botón tipo LR41 que le dan una autonomía de tan sólo 15 minutos emitiendo 13 lumens. Sí, a nada que la uséis os vais a pasar el día comprando pilas de este tipo; y ese es el mayor problema de este modelo.
El cuerpo posee una textura rugosa para mejorar el agarre; algo esencial en un modelo minúsculo como este, ya que si no se nos escurriría entre los dedos a la mínima de cambio. De hecho, la cabeza no dispone de este knurling y si llevamos guantes de tela a veces no seremos capaces de encenderla a no ser que nos quitemos uno.
En la parte posterior, que es plana y permite hacer tailstanding, disponemos de un enganche para una anilla de llavero (no se me ocurre otro sitio donde llevar la K1) y en el frontal podemos ver el LED que se encarga de alumbrar nuestra zona de actuación y el cual va rodeado de un plástico blanco que intenta hacer las veces de reflector sin conseguir gran cosa.
La linterna tiene certificación IPx4, que implica que sólo soporta salpicaduras y aunque de caídas no dicen nada, por el material y el peso no creo que le suponga gran problema precipitarse desde un metro de altura.
La luz
La luz es escasa, lo cual no me molestaría si no fuera porque tras 15 minutos de uso ya tenemos que empezar a buscar pilas de recambio. La ya analizada Fenix E01 da una cantidad de luz semejante y es suficiente para la mayoría de tareas encomendadas a este tipo de modelos, pero su autonomía con una simple pila AAA es de casi un día funcionando ininterrumpidamente y eso es un punto a su favor.
En cuanto a cómo ilumina, al no haber lente TIR ni reflector metálico vamos a ver que el haz de la K1 concentra la mayor parte del brillo en una mancha central y luego presenta un halo irregular alrededor con un cierto tinte amarillento. Además, al no haber una lente frontal, enseguida veremos que el hueco entre el LED y el plástico blanco se llena de polvo sin poder hacer gran cosa para sacarlo de ahí más que soplar y soplar.
El funcionamiento, como ya os podréis imaginar, consiste en que si giramos la cabeza apretándola se encenderá y en el sentido contrario se apagará. La linterna sólo tiene un modo de funcionamiento y, como es lógico, no se emplea PWM para nada.
De hecho es que esta linterna no tiene ni driver porque en la cabeza no hay ningún tipo de circuitería y sólo hay un LED estándar de 5 mm. Las pilas van en serie y alimentan directamente a 6 Vcc a las patillas del LED que se ilumina porque cuando apretamos la cabeza se cierra el circuito por el polo negativo. Más simple que el mecanismo de un chupete.
Las sensaciones
Desde luego que el modelo más pequeño de LED Lenser no tiene rival en lo que a portabilidad se refiere, pero esta buena impresión se diluye en cuanto nos paramos a pensar en su escasísima autonomía y la imposibilidad de emplear algún tipo de pila recargable. En ese sentido los modelos de pequeño con batería interna que hemos analizado por aquí últimamente (principalmente la RovyVon Aurora A1 y la Nitecore TIKI) le dan mil vueltas en todos los aspectos, salvo en el tamaño pero por apenas unos milímetros.
Estamos ante un modelo cómodo de manejar en la mano pero al que no le vamos a poder sacar demasiada utilidad práctica, de modo que aunque en su momento traté de que fuera mi compañera de batallas (y eso es algo de lo que da fe el desgaste del reborde frontal si os fijáis en algunas de las fotos) al final la K1 ha acabado en el fondo del cajón de las linternas que no me dicen nada.
Conclusión
No os recomiendo la K1 por el sencillo motivo de usar pilas de botón (cuatro nada menos) y tener una autonomía de tan sólo un cuarto de hora. Haceos a la idea de que si queréis usar esta linterna durante una hora tendréis que comprar 16 pilas, ¡dieciséis!
Durante un tiempo (no mucho) fue junto a mis llaves en el bolsillo y recuerdo que tras el primer cambio de pilas empecé a usarla «con miedo» porque cada vez que la encendía, las pilas estaban un poco más cerca de volver a agonizar y no tenía ganas de estar cada dos por tres buscando unas de repuesto.
Resulta curiosa por su minúsculo tamaño, pero poco más.
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