Fotos del paseo de los chopos de San Fernando de Henares

Pedía Manolo García en el estribillo de una de sus canciones más conocidas que le llevaran a San Fernando; y aunque en realidad se refería a la famosa localidad de la provincia de Cádiz, no puedo dejar de tararear esta melodía cuando repaso las fotografías que hice la semana pasada en el paseo de los chopos de San Fernando de Henares.

La arboleda de San Fernando

Puede que los árboles no tuviera ni una hoja, que hiciera bastante frío y que la luz a esas horas de la tarde empezara a escasear; pero cuando uno va en buena compañía la inspiración siempre hace acto de presencia. Ademas, ya me estoy imaginando otra sesión de fotos por allí cuando dentro de un par de meses la primavera comience a asomar tímidamente y los rayos del sol se cuelen entre las ramas a media tarde.

La arboleda de San Fernando

La arboleda de San Fernando

La arboleda de San Fernando

La arboleda de San Fernando

Y como bonus, una imagen un poco apocalíptica de una torre de alta tensión situada el final del recorrido… ¡Me encantan estos gigantones de metal!

Alta tensión

¡Espero que os hayan gustado las fotos! 😉

Fuentes de inspiración (mis pequeñas obsesiones fotográficas)

Uno de los aspectos que más me gusta de la fotografía es, sin duda, el hecho de que si coges a diez fotógrafos y les dices que capten una misma escena obtendrás diez fotografías diferentes porque cada persona ve el mundo a través de la cámara de una forma personal e intransferible que tiene que ver con la personalidad y las pequeñas manías, costumbres y obsesiones de cada uno.

Repeticiones, lineas y curvas

Si me pongo a repasar las imágenes que he ido captando en los últimos años veo claramente que tengo tres inquietudes principales a la hora de apretar el disparador: los elementos que se repiten a intervalos regulares, las líneas de fuga y las curvas. Y precisamente sobre esos tres elementos quería basar este artículo, ya que me gustaría analizar por qué me parecen visualmente atractivos y qué es lo que suelo hacer para expresar esas pequeñas obsesiones en una fotografía; así que vamos a ir viéndolos uno por uno.

Elementos que se repiten a intervalos regulares

Es muy común salir a dar un paseo y encontrarnos con elementos que se repiten en el espacio a intervalos regulares. Pueden ser las farolas de una calle, una arboleda, postes de alta tensión, los adoquines de una acera… y cada vez que me encuentro con una de estas escenas trato de situarme con mi cámara de tal modo que la sucesión trace una diagonal o una línea cruzada en el encuadre y de cierta sensación de profundidad.

Enchufe

Una vez que nos gusta lo que vemos a través del visor ya sólo es cuestión de jugar con la profundidad de campo (razón por la cual casi siempre disparo en el modo semiautomático de prioridad a la apertura) decidiendo si lo que queremos es que toda la hilera de elementos aparezca nítida o sólo lo hagan los dos o tres primeros desenfocando el resto para mostrar en la imagen la regularidad de la sucesión.

Parking en línea

Aunque con excepciones, para realizar este tipo de fotografías suelo optar por emplear las capacidades de desenfoque que se obtienen al emplear distancias focales largas y/o aperturas grandes, por lo que un teleobjetivo es una buena herramienta para este tipo de imágenes.

Por cierto, yo diría que mi manía de fijarme en estas cosas viene del cuadro «División cúbica del espacio» de M.C. Escher, pues la primera vez que lo vi me impresionó tanto que se quedó grabado a fuego en mi subconsciente.

Líneas de fuga

Este concepto está muy ligado al anterior, ya que el concepto es el mismo sólo que esta vez no hay un número de elementos que parecen tender a infinito; sino que el motivo a retratar suele ser una calle o similar que es continuo. En este caso de lo que se trata es de mostrar cómo un elemento recto (una carretera, hileras de árboles paralelas, líneas pintadas en el suelo…) parecen converger en un punto situado en el infinito.

Volando aviones en las cercanías del cerro del viso

Para este tipo de imágenes nos interesa conseguir la mayor profundidad de campo posible, pues lo que queremos es que las líneas de fuga queden lo más marcadas posible, buscando por tanto tener enfocado tanto el primer plano como el fondo. Como ya sabéis, para conseguir este lo ideal es emplear distancias focales cortas y/o aperturas pequeñas; por lo que un angular sería una óptica muy apropiada para estas fotografías.

Libreros a ras de suelo

Las líneas de fuga siempre son un buen recurso para mostrar una calle desierta o un camino que se pierde en un bosque. Todo es cuestión de conocer las posibilidades que nos brinda nuestra cámara y utilizarlas para mostrar las cosas desde nuestra particular perspectiva.

Soportales

En el caso de este tipo de imágenes, creo que me atraen porque de pequeño lugares como la calle Mayor me parecían infinitos y atravesarlos a pie era para mí un viaje digno de Marco Polo; por lo que la sensación de profundidad de campo que busco siempre en estas fotografías puede que tenga su origen en esto que os digo.

Curvas

Otra cosa que me llama mucho la atención cuando me doy un paseo con la cámara en la mano son las curvas, pues son elementos que en una fotografía son capaces de guiar la mirada y ese «poder» que tienen me parece algo muy interesante. Una curva amplia con ayuda de un teleobjetivo se puede convertir en una ‘S’ que, trazada en diagonal a lo largo del encuadre, siempre da una composición armoniosa que llama la atención del espectador; y precisamente eso es algo que se repite en muchas de mis imágenes.

S

Las curvas siempre son muy vistosas en fotografía porque suponen un fuerte contraste con la rectitud de los bordes de la imagen, por lo que  son un recurso que bien empleado puede hacernos conseguir imágenes visualmente atractivas.

Curvas

Además, como podéis ver en las tres imágenes que ilustran este apartado, encontrar líneas curvas en nuestro entorno es muchas veces cuestión de perspectiva. Puede ocurrir que de primeras nos parezca que todo lo que nos rodea es rectilíneo; pero si miramos con los ojos adecuados encontraremos todo un mundo de formas con las que podremos jugar a nuestro antojo.

Rodadas

Lo de intentar esta especie de cuadratura del círculo en algunas de mis fotografías puede provenir de mi fascinación por la variación de la perspectiva en función de la distancia focal empleada, ya que jugando con dicho parámetro podemos hacer que una curva sea más o menos cerrada dependiendo de cómo la encuadremos y eso es algo que siempre me ha llamado poderosamente la atención.

Combinaciones varias

Aunque en esta entrada he tratado mis tres elementos compositivos favoritos por separado, en realidad muchas veces se dan dos de ellos (o incluso los tres) en la misma fotografía. Por ejemplo, cuando veo una calle desierta me fijo tanto en los elementos que se repiten a lo largo de la misma como en las líneas de fuga que a veces incluso esos mismos elementos dibujan en la distancia.

Dragones

En cualquier caso, estos tres elementos que os comento puede que a vosotros no os llamen la atención en absoluto porque, volviendo a lo que os decía al inicio del artículo, la forma de ver el mundo de cada persona a través de la cámara es personal e intransferible; y precisamente ahí es donde reside la magia de la fotografía.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Primavera e inspiración

Ya estamos metidos de lleno en la primavera. Es verdad que gracias al cambio de hora de la semana pasada al levantarse hace bastante frío; pero cuando el sol comienza a calentar hay que reconocer que en la calle se está de lujo. Y bien que me alegro por ello, porque esta es posiblemente la época del año que más me gusta al ver que cada día los campos están más verdes y vamos más ligeros de ropa.

Flores de primavera

Gracias al buen tiempo reinante en estas fechas y a que por fin he dejado atrás unos días de trabajo francamente estresantes, parece que vuelve la inspiración perdida. En los días anteriores muchas veces me iba a la calle a hacer fotos y volvía a casa con apenas una docena de imágenes que acababan todas descartadas porque sencillamente me daba la impresión de que ninguna de ellas contaba algo de interés.

En las últimas semanas también me he dado cuenta de que en multitud de ocasiones me sentaba al ordenador con intención de escribir algo y no salía absolutamente nada: escribía un renglón… lo borraba… dos renglones más… borraba uno… borraba el otro… y al final pasaba del tema esperando a un momento más creativo. En definitiva, una falta total de inspiración que me resultaba bastante extraña, ya que por lo general todos los días se me ocurren varias cosas sobre las que escribir de tal modo que incluso algunas de ellas las guardo como borradores para emplearlas más adelante.

Pero el caso es que anteayer, entre que era el primer día «tranquilo» en la oficina desde hace ya un tiempo y que el sol calentaba con fuerza a media tarde, comencé a darme cuenta de que yendo con la cámara por la calle se me ocurrieron mil cosas que fotografiar del mismo modo que nuevos temas para el blog acudieron a mi cabeza en varias ocasiones. Digamos que volvieron las sensaciones habituales, y la verdad es que lo celebro, porque llevaba una temporada en la que mi creatividad estaba francamente bajo mínimos.

Monumento al deporte

De hecho, estoy preparando un artículo sobre fotografía que sacaré dentro de poco y que aunque no tiene una utilidad práctica demasiado elevada, sí que me parece que es muy ilustrativo acerca de cómo funcionan las cámaras digitales y el modo en el que capturan los datos.

¡Nos leemos!

Las fotografías no se hacen; se sienten

Según va pasando el tiempo cada vez me doy más cuenta de que las fotografías no se hacen; se sienten.

Muchas veces os he hablado de aspectos técnicos sobre esta bonita disciplina; pero creo que nunca he compartido con vosotros mi forma de decidir entre hacer una fotografía de algo o no hacerla. Y os adelanto que eso es algo que no lleva asociada regla matemática alguna ni sistema científico de ningún tipo, ya que se basa fundamentalmente en la experiencia propia que sólo el tiempo es capaz de darle a cada uno.

Mirando hacia arriba

Como os decía, artículos técnicos hasta el momento he escrito muchos en estas entradas y todavía quedan unos cuantos más para el futuro; pero para no centrarme sólo en ese tipo de temas he decidido adentrarme también en aspectos algo más personales de la fotografía. Evidentemente mis fotos no sin ni mejores ni peores que las tuyas, estimado lector, porque al fin y al cabo una fotografía no es más que el punto de vista personal e intransferible de cada uno sobre aquello que le rodea; pero creo que lo que quiero contar hoy se puede aplicar a prácticamente todo el que tenga una cámara en las manos.

Sin darnos cuenta, en las fotografías se reflejan nuestros miedos, inquietudes, obsesiones, creencias, anhelos, deseos… Y eso las convierte en una herramienta muy válida para comprender la forma de sentir y de pensar de una persona. Después de haber subido más de tres mil fotografías a Flickr, creo que si alguien recorre mi galería de principio a fin descubrirá cosas sobre mí que tal vez incluso yo mismo desconozco.

Cabizbajos

Por eso digo que no puedo daros ninguna receta mágica para salir a la calle y hacer fotos; pero sí que os contaré qué es lo que me hace sentir el impulso de mirar por el visor y apretar a continuación el disparador.

Conociendo el equipo

Lo primero de todo, como ya recalqué hace unas cuantas semanas, es conocer las limitaciones de nuestro equipo fotográfico. Es decir, saber qué fotografías vamos a poder hacer y cuáles no con el material que tenemos disponible. Si tenemos una cámara sencilla con un objetivo zoom poco luminoso, no esperéis poder hacer la típica foto de un colibrí chupando el néctar de una flor con las alas extendidas, ya que para eso hace falta equipo muy caro y voluminoso. Sin embargo, conociendo cuales son los límites de nuestra cámara y nuestras ópticas, seremos conscientes de lo que podemos hacer bien y saldremos a la calle sabiendo en lo que podemos centrarnos para obtener una buena imagen. Y que conste que hay cientos de fotos fantásticas que podemos hacer con cualquier cámara por simple que esta sea, como ésta que hice meses atrás en Madrid con mi ya veterana Sony DSC-P200.

De Madrid al cielo

Para no alargarme demasiado no insistiré más en este aspecto, pues en la entrada reseñada anteriormente tenéis más información sobre la importancia de conocer lo que podemos hacer con el material que poseemos.

Los ojos siempre bien abiertos

Obviamente, un aspecto fundamental es ir por la calle con los ojos bien abiertos. Es decir, de nada sirve salir a hacer fotografías si no levantamos la mirada del suelo. Tal vez así descubramos un enlosado precioso al doblar una esquina; pero podéis dar por hecho que el 90% de las cosas fotografiables nos pasarán completamente desapercibidas.

Luces y sombras

En mi caso particular siempre intento buscar detalles no muy habituales: tejados con formas originales, hileras de cosas que se repiten, sombras, colores vivos, reflejos, gente… Elementos en los que no todo el mundo se fija y que son los que hacen de la fotografía de un lugar común toda una sorpresa. Por cierto, aprovecho para mencionar en este punto a Baldomero Perdigón, que es todo un maestro en esto de buscar los puntos de vista más originales de Alcalá.

La importancia de ser receptivo

Pese a lo anterior, hay que reconocer que hay días y días. Habrá ocasiones en las que saldremos con la cámara y todo nos llamará la atención y otras en los que ya nos pueden plantar en medio de los Campos Elíseos y no seremos capaces de ver nada digno de ser retratado. Sobre esto yo tengo una teoría según la cual todo tiene, por lo menos, una foto bonita. Lo complicado es encontrársela.

Traffic accident

En cualquier caso, pese a que en ocasiones la inspiración sea nula, lo mejor es salir a la calle con la idea en la cabeza de que la mejor foto del día puede estar en cualquier lugar. Abrir nuestras miras y no restringirnos sólo a dos o tres cosas es lo que hará de nuestras fotografías una experiencia muy gratificante.

Nunca borres fotos en plena calle

Alguna vez he visto una foto recién capturada en la pantalla de la cámara y he pensado en borrarla de inmediato; pero ya me ha ocurrido en varias ocasiones que he llegado a casa y al verla en el ordenador me he dado cuenta de que no era tan mala como pensaba o que tratándola en blanco y negro (o de algún otro modo) ganaba unos cuantos puntos.

Un ejemplo de esto que os digo es aquella imagen en la que la sombra de una persona no parecía corresponderse con la edad de su dueña. Hoy miro la fotografía y me parece bastante original, pero también recuerdo que nada más verla en la cámara pensé que no era gran cosa y que podría borrarla.

Juventud en la sombra

Al fin y al cabo, en las tarjetas actuales caben una barbaridad de fotografías, así que es mejor borrar las imágenes una vez que estemos cómodamente sentados delante del ordenador.

Lo importante es que te guste a ti

A la hora de hacer una fotografía (como al escribir en este blog) sólo sigo una norma: que me guste a mí. Nunca hago una fotografía pensando en que le guste a Fulanito o a Menganito, ya que entonces esto dejaría de ser algo completamente personal. A la hora de decidir qué fotos publico me guío por mi propio criterio, y así seguirá siendo a no ser que algún día acabe trabajando como fotógrafo para algún cliente.

Ramas secas

Creo que en la vida es importante seguir tu propio instinto en la medida de lo posible, y ya que tanto en el tema fotográfico como en lo que escribo por aquí tengo plena libertad para hacer lo que crea oportuno, la norma es simple: si estoy contento con el resultado lo publico; y si no, se va a la papelera.

Si luego la fotografía coincide con vuestros gustos y consideráis que es buena, yo me alegraré un montón; pero lo principal es que me guste a mí, porque sólo de ese modo se puede crear un estilo propio y personal a la hora de retratar las cosas.

Lo que digan los demás está de más

Algo muy ligado con lo anterior es la importancia de ser tú mismo a la hora de hacer fotografías. Que no te importe plantarte en medio de una calle atestada de gente para captar la imagen de algo que te ha llamado la atención. Yo a veces me he sentado en el suelo en busca de un ángulo diferente, me he subido a lugares elevados para hacer un plano picado, me he plantado en medio de una glorieta para hacer fotos de un atasco… Y siempre estará el típico idiota que te pitará con el coche o se reirá al verte intentar hacer una foto en una postura extraña; pero cuando llegas a casa y ves el resultado te das cuenta de que si no te hubieras atrevido a hacer esa foto, no podrías sentirte orgulloso de ella.

A contracorriente

Esto lo aprendí en mis experiencias como reportero de ultimONivel, ya que si bien en las primeras presentaciones a las que acudí yo me sentaba en mi sitio y trataba de no dar mucho el cante; pronto aprendí que aquí el que no corre vuela, de modo que empecé a sacar la cámara y ponerme a hacer fotos dónde y cuándo mejor me pareciera.

¡Disfrútalo!

Lo más importante es que la fotografía practicada como afición sea eso: una afición de la que disfrutar. Si un día teníais pensado salir a hacer fotos y no os apetece… ¡Quedaos en casa! Del mismo modo, si tenéis ganas de salir a la calle porque sentís que estáis inspirados y hay posibilidades de conseguir la foto de vuestra vida, no dejéis que un cambio de planes a última hora apague vuestra creatividad.

¿Te apetece un té?

Disfrutad. Haced lo que os de la gana con vuestra cámara, que para eso os la habéis comprado. Con ella en la mano tenéis la posibilidad de retratar el mundo como os parezca, y no habrá nadie que pueda demostrar que vuestro modo de ver las cosas sea mejor o peor que otro. Creed en vosotros mismos y veréis cómo vuestras fotos van ganando en calidad prácticamente sin que os deis cuenta.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Creo que aquí el tiempo transcurre más despacio

Es increíble lo que me cunde el tiempo aquí: Llegué hace una semana escasa y durante estos pocos días he disparado algo más de setecientas fotografías, he avanzado un montón el proyecto de fin de carrera, he bajado casi todos los días a la playa un ratillo, todas las tardes me he dado una vuelta con mi hermano y (lo que más me llama la atención) he redactado una quincena de artículos técnicos sobre fotografía de los que ya he publicado cuatro de ellos; por lo que ese será uno de los puntos fuertes del blog a lo largo de las próximas semanas.

No sé si es que aquí el tiempo cunde más, si el cambio de aires me ha dado alas o si dormir mucho me hace ser un poco hiperactivo; pero sea como sea, me alegra ver que mi inspiración no se ha secado como llegue a pensar en Alcalá alguna que otra vez poco antes de venir.

El cauce seco

¡Buenas noches! 😉

Sobredosis de creatividad

Antes de venir aquí os comentaba que no estaba seguro de poder seguir mi ritmo habitual de alumbrar una entrada al día en este blog. Sin embargo, compruebo con sorpresa que estoy publicando un mínimo de dos por jornada y que tengo “en la recámara” un montón de borradores de muy diversas temáticas que iré distribuyendo poco a poco a lo largo de los próximos días. De hecho en Alcalá suponía que iba a sacar bastantes entradas que consistieran en una fotografía y un breve comentario al respecto para que al menos fuera saliendo algo de material de vez en cuando, pero me ocurre que cuando me pongo a teclear no hay quien me pare y lo «peor» es que constantemente se me están ocurriendo ideas que voy apuntando en cuanto se me pasan por la cabeza para luego desarrollarlas en el ordenador (que por cierto, el Asus EeePC me está viniendo de lujo para esto).

No sé si es porque tengo más tiempo libre, porque aquí uno no tiene estrés de ningún tipo, por el simple cambio de aires, por el descanso de los videojuegos o por alguna otra razón que se me escapa, pero sea por lo que sea me alegra comprobar que mi cabeza no ha perdido la capacidad de contar historias pese a todo el sol que me pega por las mañanas…

Bienvenidos a la sopa

And the best is yet to come! 😛

Miradas que se cruzan en la Calle Mayor

Me encanta perderme por la Calle Mayor; especialmente a media mañana, que es cuando hay un palpable aire de tranquilidad a la vez que cierto movimiento ordenado. Allí están sus personajes característicos: el policía con gafas de sol que vigila que se cumplan los horarios de carga / descarga, el barbudo que recorre los adoquines de arriba a abajo pidiendo «una moneda para comer» o la mujer de negro que te ofrece una rama de olivo para que te de buena suerte.

Por las tardes el bullicio es mayor y todo el mundo tiene cabida allí: a las alargadas sombras de sus columnas acuden niños y grandes, Erasmus, turistas, curiosos, perdidos, gente recién salida del trabajo, estudiantes disfrutando del calor del verano, gente cámara en mano que intenta captar la esencia del lugar, viudas, abogados, carpinteros, almas en pena en busca de un soplo de aire fresco…

La calle mayor

A veces me apetece simplemente dejar la cámara en casa y pasear sin más entre gente anónima; con mi música en los oídos y los ojos puestos en los de las personas que se cruzan conmigo. Me gusta comprobar cómo hay miradas que se mantienen, miradas que apuntan hacia el suelo, miradas que ante el cruce con otra no saben dónde mirar. Me gusta ver cómo se comporta la gente, cómo ante el paso de una chica con cuerpo escultural muchas cabezas se giran sin pudor, cómo un grupo de heavys siembran el terror entre niños y ancianos sin otro motivo que el vestir de un modo diferente al de la mayoría.

Me gusta observar lo que ocurre a mi alrededor porque en los pequeños descubrimientos de cada día encuentro historias que contar, así que si te cruzas conmigo y ves que te miro no es que te ocurra nada extaño; posiblemente algo en ti me ha dado una idea para mi próximo relato.

Sin inspiración

Llevo unos días en los que no tengo ninguna inspiración a la hora de escribir ni aquí ni en ultimONivel; y por lo tanto creo que lo mejor es que me olvide de publicar nada hasta el Lunes que viene, día en el que sacaré la próxima entrada de «Alcalá de Henares ayer y hoy» y una preview de Echochrome para la web. Espero que en estos días de relax mental consigan que pueda volver a plasmar mis ideas con ayuda de este teclado

Persiana

¡Que paséis buen fin de semana!