Review: Super Mario Bros. (Nintendo Mini Classics)

Estoy seguro de que alguna vez habréis jugado a la recreativa o a las diferentes encarnaciones en consola de Super Mario Bros. Se trata de todo un clásico de los videojuegos y, para mi gusto, uno de los mejores de todos los tiempos por su simplicidad y la adicción que provoca.

Pues bien, resulta que en la segunda mitad de la década de los ochenta apareció una Game&Watch basada en este famosísimo título y el pequeño llavero de la serie Nintendo Mini Classics que hoy nos ocupa no es más que la miniaturización de aquella G&W con todas sus característica intactas. Por tanto, estamos ante un pedazo de la historia de los videojuegos.

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Datos de la máquina analizada

  • Título: Super Mario Bros.
  • Fabricante: Stadlbauer (bajo licencia de Nintendo)
  • Año de fabricación: 2014
  • Color de la carcasa: Gris plata
  • Número de referencia: 10315
  • Número de pantallas: 1
  • Niveles de dificultad inicial: 1
  • Otras funciones: reloj, despertador
  • Controles: Cruceta, botón principal y dos botones secundarios
  • Alimentación: 2 pilas de botón tipo CR44
  • Dimensiones y peso: 65 x 45 x 15 mm. 42 gr
  • Título y año de aparición de la Game&Watch en la que se basa: Super Mario Bros. 1986
  • Texto descriptivo: ¡El malvado dragón Kuppa tiene prisionera a la princesa Toadstool! Mario tiene que superar con habilidad los más diferentes obstáculos en ocho niveles diferentes para poder liberar a la princesa.

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Detalles

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Jugando

Pese a las limitaciones de la máquina, el juego recuerda en buena medida al Super Mario Bros. al que todos hemos jugado alguna vez. La esencia del título es avanzar a través de las plataformas de los niveles sin caer al vacío a la vez que esquivamos los ataques de los enemigos que van apareciendo.

La principal diferencia (aparte del aspecto gráfico, claro está) es que en este caso al llegar al final de cada nivel no tendremos que luchar contra Bowser para liberar a la princesa, sino que simplemente con tocarla habremos conseguido pasar al siguiente nivel.

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Hay dos tipos principales de niveles: aquellos en los que debemos ir avanzando mientras la pantalla va haciendo scroll hacia la izquierda y otros en los que el escenario no hace scroll pero las plataformas se mueven y tenemos un tiempo límite para llegar hasta la princesa.

Entre ambos estilos, suman un total de ocho niveles que se repiten en nueve ocasiones. Durante la primera ronda no hay enemigos y tan sólo tendremos  que lidiar con las plataformas y el scroll; pero en la segunda ronda de niveles y posteriores aparecerán en nuestro camino algunos de los más clásicos enemigos de la saga como Darkitu o la bala de cañón pero también nos iremos encontrando algunos elementos de ayuda como vidas extra o estrellas.

La primera ronda de niveles es muy sencilla de pasar, ya que con mantenernos en la parte central de la pantalla tendremos margen de maniobra suficiente como para que no nos sorprenda ninguna plataforma traicionera. Además, contamos con las consabidas tres vidas para pasarnos el juego, de modo que aunque tengamos algún despiste las posibilidades de llegar al final del octavo nivel son elevadas.

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Como os decía, al principio el juego es muy sencillo, pero luego ya la cosa se complica en buena medida, ya que al ir apareciendo enemigos por los niveles la dificultad crece bastante y no será tan sencillo llegar al final de cada uno de ellos.

En pocas palabras

Tan simple como adictivo, este pequeño llavero destila la esencia del Super Mario Bros. original pese a sus limitaciones técnicas. Si, al igual que yo, habéis pasado muchas horas saltando entre bloques de ladrillos, champiñones con patas y plantas carnívoras sabréis apreciar la magia que encierra este título.

Si por el contrario sois de la «generación Playstation» podéis aprovechar lo poco que cuesta y abulta este llavero y comprobar por vosotros mismos cómo eran los primeros videojuegos que llegaron al gran público gracias a máquinas de recursos muy limitados pero programadas con ingenio y cariño.

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Dentro de unos días publicaré la siguiente entrega de esta serie, pues ya tengo la review bastante avanzada y como ya os dije, se trata de un proyecto que me está haciendo mucha ilusión ir sacando a la luz.

¡Nos leemos!

Review: Mario’s Cement Factory (Nintendo Mini Classics)

Mario’s Cement Factory representó en su momento una de las primeras apariciones del famoso fontanero en las máquinas de Nintendo. Aparecida originalmente en la Game&Watch de 1983 del mismo título, vamos a ver hoy esta reencarnación en forma de llavero que conserva intacta la jugabilidad de la máquina original sólo que en un formato mucho más pequeño.

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Datos de la máquina analizada

  • Título: Mario’s Cement Factory
  • Fabricante: Stadlbauer (bajo licencia de Nintendo)
  • Año de fabricación: 2014
  • Color de la carcasa: Azul oscuro
  • Número de referencia: 10320
  • Número de pantallas: 1
  • Niveles de dificultad inicial: 2
  • Otras funciones: reloj, despertador
  • Controles: Cruceta, botón principal y dos botones secundarios
  • Alimentación: 2 pilas de botón tipo CR44
  • Dimensiones y peso: 65 x 45 x 15 mm. 42 gr
  • Título y año de aparición de la Game&Watch en la que se basa: Mario’s Cement Factory. 1983
  • Texto descriptivo: ¡El intrépido Mario en acción en la fábrica de cemento! Abre las compuertas de las tolvas de alimentación para echar en la hormigonera el cemento que rebosa. Per cuidado: ¡Tienes que lograr saltar a tiempo al ascensor!

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Detalles

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Jugando

Nuestro cometido en este título de la serie Nintendo Mini Classics es gestionar de una forma eficiente la carga de cemento en los dos camiones que aparecen en la parte inferior de la pantalla. Para ello contamos con dos tolvas de carga en cada lado de la pantalla: las superiores se irán llenando a medida que «cucharadas» de cemento vayan llegando hasta ellas de forma aleatoria y las inferiores se irán llenando a medida que le demos salida al cemento contenido en la tolva de arriba abriendo la compuerta correspondiente.

Las tolvas inferiores son exactamente iguales a las de arriba, pero estas sólo se llenarán con el cemento que enviemos al abrir la tolva superior correspondiente. Cuando activamos su compuerta correspondiente el cemento que haya en ella irá al camión de la parte inferior.

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Del mismo modo, para ir vaciando las tolvas y llevando el cemento al camión correspondiente hemos de movernos entre las cuatro plataformas a través de unos ascensores que se van moviendo sin detenerse y pulsar el botón de acción junto a la palanca. Las de la parte izquierda van hacia abajo y las de la parte derecha hacia arriba, así que hemos de acceder a ellas justo cuando estén a nuestra altura, ya que en caso contrario caeremos al vacío y perderemos una vida.

Hay que tener muy en cuenta que en las tolvas sólo caben tres unidades de cemento, por lo que hemos de estar muy pendientes de ello; ya que en caso de desbordarse cualquiera de ellas el cemento caerá sobre el conductor del camión y perderemos una vida. Por suerte (o por desgracia, porque llega a ser desesperante) cuando en una tolva hay tres unidades de cemento un pitido comienza a sonar haciéndonos entender que o nos damos prisa o el desastre llegará de un momento a otro. Gracias al cielo, los camiones tienen capacidad ilimitada de carga de cemento.

También hemos de tener cuidado con no llegar al limite superior o inferior del movimiento de los ascensores, ya que en tal caso (sí, lo habéis adivinado) perderemos una vida. Como veis, son unas cuantas cosas a tener en cuenta si no queremos quedarnos sin las tres preciadas vidas con las que contamos a las primeras de cambio.

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A medida que llevemos cemento a los camiones iremos sumando puntos, pero cada 100 puntos la velocidad del juego se incrementará y las cosas se irán complicando. Además, no sé si es así, pero me da la sensación de que a medida que vamos subiendo de nivel las unidades de cemento que van apareciendo por la parte superior lo hacen cada vez de forma más seguida, de modo que en un abrir y cerrar de ojos tendremos la tolva de arriba a punto de desbordarse con lo que ello supone.

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Si queréis hacerlo más o menos bien, mi consejo es que tratéis de controlar el movimiento de los ascensores para no caer al vacío y en lo que a las tolvas se refiere centrad vuestra atención en las dos superiores, ya que son las únicas que se irán llenando sin vuestro control directo. Y la cosa es que en cuanto metáis cemento a las tolvas inferiores y dejéis vacías las superiores bajéis al nivel inferior y metáis el cemento al camión para volver rápidamente al nivel superior y tener así vigiladas las tolvas superiores.

En pocas palabras

No sé si habréis jugado alguna vez a uno de esos juegos en los que debemos de gestionar correctamente una serie de acontecimientos que cada vez suceden a más velocidad. Los hay de control de aterrizaje y despegue de vuelos, de defensa de torres, de servir platos en un restaurante… Pero antes de todos ellos estaba este Mario’s Cement Factory, que trata de evitar que se nos acumule demasiado cemento en las tolvas a la vez que nos movemos a través de unos ascensores que parecen ir siempre a un ritmo desacompasado con nuestros movimientos.

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Como ya apunté en la introducción a estas entradas sobre las Nintendo Mini Classics, si no habéis probado una de estas máquinas tal vez no podáis imaginar la adición que provocan en cuanto le pillamos un poco el truco al juego. Si bien todas ellas son divertidas, Mario’s Cement Factory es, posiblemente, mi favorita de todas las que tengo a día de hoy y de ahí que haya decidido empezar por ella para estrenas estas reviews.

Sea como sea, a lo largo del tiempo iré analizando todas las que tengo y contándoos los pormenores de cada uno de estos llaveros que son tan sencillos como entretenidos. ¡Espero que el viaje os resulte entretenido!

Nintendo Mini Classics: fragancias atemporales en frascos pequeños

Nací en los primeros días de la década de los 80, de modo que ante mis ojos y por mis manos han pasado las más diversas máquinas de videojuegos hasta llegar al estado actual del ocio electrónico. Como ya os comenté en un artículo de 2009, las Game & Watch fueron durante mi más tierna infancia el oscuro objeto de mis deseos. Y si bien es cierto que en casa tengo apenas un par de ellas, nunca he ocultado mi profunda admiración por estas máquinas antecesoras de todas las portátiles que fueron apareciendo en el mercado con el paso de los años.

Zelda y Bomb Sweeper (cerradas)Basadas en estas videoconsolas de bolsillo, apareció originalmente en 1998 una serie de llaveros totalmente jugables conocidos como Nintendo Mini Classics que volvieron a reeditarse de nuevo en 2014 y que para los amantes de los diseños minimalistas son una auténtica maravilla. No os podéis imaginar cuánta diversión y adicción son capaces de generar una pantalla LCD de minúsculas dimensiones, unos pocos bytes de memoria, una cruceta digital y un botón de acción si no habéis probado una de estas máquinas.

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Pues bien, vamos ahora a dar un salto hasta el presente, donde haciendo la compra en un centro comercial de las afueras de Madrid durante una mañana lluviosa me topé casi sin querer con unos cuantos modelos de la reedición 2014 de estos llaveros recién sacados de algún almacén polvoriento que parecían mirarme con ojillos tristes esperando a que los adoptara.

Como ya os podréis imaginar, al final los ocho modelos que tenían en la tienda se vinieron conmigo para hacer compañía a la edición de Zelda de 1998 que lleva en mi casa desde hace una eternidad y dándome de paso la idea de un nuevo subproyecto para el blog que hoy ve la luz con esta breve introducción.

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Mi idea es analizar una por una todas las Nintendo Mini Classics de las que dispongo poniéndolas en su contexto histórico y mirándolas con un cierto punto de vista retro. Por descontado, además de hablaros sobre la temática de cada juego y sus principales características, trataré de acompañar cada artículo de diversas fotografías que revelen los pequeños detalles de estas creaciones, ya que las considero unas máquinas realmente bonitas que espero vosotros también sepáis apreciar.

Siempre he pensado que para comprender el presente hay que conocer el pasado, de modo que con la ayuda de estos llaveros voy a tratar de poneros en situación para que os hagáis una idea de cómo eran las consolas portátiles en la década de los ochenta cuando la GameBoy era apenas un boceto en alguna libreta de Gunpei Yokoi.

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Y de momento poco más: como os decía antes, esto es tan sólo una introducción a esta serie de reviews que poco a poco irán viendo la luz con la esperanza de que os resulten curiosas, amenas y didácticas al mismo tiempo. Yo pienso disfrutar todo lo posible creándolas, así que espero que vosotros también las disfrutéis desde el otro lado de la pantalla.

Game & Watch: los abuelos de la Nintendo DS

Ya sé que, de momento, los videojuegos han quedado atrás en mi vida; pero hoy me he encontrado algo muy curioso y de lo que ya no me acordaba entre unas revistas antiguas de informática, así que no quisiera dejar de compartirlo con vosotros. Se trata de un fanzine sobre videojuegos clásicos llamado Retrogames del que poseo un número que me mandaron de regalo al comprar una rara edición de GameBoy de la que os hablaré en otro momento.

Retrogames trata, como su propio nombre indica, de sistemas clásicos, y en este número de 2001 se comentaba la historia de Nintendo haciendo un especial hincapié en unas máquinas que de pequeño siempre miré desde lejos con deseo y de las que acabé teniendo años más tarde un par de modelos: las Game & Watch.

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Las Game & Watch son las primeras consolas portátiles que sacó Nintendo al mercado; pero no penséis que tienen algo que ver con los artilugios que nos podemos encontrar actualmente en el mercado. Estas máquinas adoptaban diversas formas y controles para adaptarse del mejor modo posible al único juego que albergaban en su memoria y funcionaban con un par de pilas de botón. No había cartuchos que cambiar; simplemente se tenía una consola diferente por juego y se acabó (una auténtica aberración para la economía familiar).

Por otra parte, en la pantalla de las Game & Watch no había ningún tipo de color (sólo los que estaban dibujados en el fondo del cristal líquido) y los «gráficos» consistían en simples sprites monocromos predefinidos (como los números de los antiguos relojes Casio, vaya). El caso es que por muy simples que fueran, ese tipo de máquinas a mí me parecían una auténtica maravilla como ya os comenté en una entrada de hace unos cuantos meses.

Evidentemente a alguien en la gran N se le encendió una bombillita en la cabeza años más tarde y cuando diseñaron un hardware común con un sistema de cartuchos intercambiables nació la hoy ya vetusta GameBoy, que representaba un mundo a años luz del que nos descubrieron estos armatostes de plástico y metal que a día de hoy siguen siendo absolutamente deliciosos para algunos de nosotros. Del mismo modo, el equipo de ingenieros que ideó la evolución de la GameBoy, que no es otra cosa que la actual Nintendo DS, se inspiró en las formas de algunas de estas máquinas portátiles (en concreto de las de tipo Multi Screen) para diseñar la estética de la consola de dos pantallas que tantas alegrías a dado a la empresa japonesa.

Pero vamos a dejar la GameBoy y la DS para otro día porque daría para escribir cinco artículos como este. Volvamos a las Game & Watch y centrémonos un poco en los diferentes modelos que nos podíamos encontrar en las tiendas (yo recuerdo haberlas visto mil veces en las vitrinas de El Corte Inglés) y que se vendieron por millones a lo largo y ancho del mundo.

Para no alargar demasiado mis habituales parrafadas os he escaneado (pinchad en la imagen para verla a gran tamaño) la página del fanzine en la que aparecen los diversos modelos comercializados por la compañía nipona así como una serie de datos interesantes como la fecha de lanzamiento, el valos aproximado en libras allá por el año 2001 y una aproximación de las unidades comercializadas de cada una de ellas. La página es completamente autoexplicativa y en la columna de la derecha tenéis cualquier aclaración que podáis necesitar a la hora de consultar dicha tabla.

Tabla para valorar económicamente en 2001 las diferentes Game & Watch comercializadas por Nintendo

Tabla valoración Game & Watch (2001)

Como podéis ver, hay un total de 66 Game & Watch y ocho relojes que no son otra cosa que versiones en miniatura de los mismos juegos de algunas Game & Watch (yo los hubiera llamado Watch & Game). Tenemos desde máquinas de reducido tamaño que caben en un bolsillo hasta otras que  había que poner sobre una mesa y jugar con un joystick que tenía integrado (recuerdo que un amigo de la playa tenía la de Popeye y siempre le estaba pidiendo que me dejara echar una partida). De cualquier modo, podéis consultar más comodamente el listado de títulos de Game & Watch en este artículo de la Wikipedia inglesa, pero sin valoraciones económicas ni ese regusto añejo de la tabla directamente escaneada del fanzine 😛 .

No obstante, pese a tener ya más de dos décadas, las Game & Watch nunca han pasado de moda porque Nintendo sigue haciendo mención a ellas en numerosos videojuegos actuales (sin ir más lejos, uno de los luchadores del Super Smash Bros Brawl para Wii es un muñeco de cristal líquido llamado «Mr. Game & Watch») y ha llegado a editar en edición limitadísima un videojuego para Nintendo DS que no es más que la continuación de una serie de remakes creados hace tiempo ya para GameBoy llamada «Game & Watch Gallery».

En lo que a mí respecta, un buen día conseguí un par de modelos en bastante buen estado. Ya había pasado la época de las Game & Watch y no sentía aquel deseo de hacerme con alguna de ellas como cuando tenía mi Spectrum, pero cuando las vi en la vitrina de un Cash Converters a un precio muy tentador, no pude evitar que volvieran un montón de recuerdos a mi mente y unos minutos después salía de la tienda con las Game & Watch de Zelda y Bomb Sweeper en la mano.

Zelda y Mine Sweeper (cerradas)

Por otra parte, hace unos meses en un Carrefour vi por escasos 6 euros una especie de remake de la Game & Watch de Zelda que me llamó especialmente la atención por su escaso tamaño y por ser un producto oficial de Nintendo. Evidentemente la minúscula máquina se vino para mi casa y pasó a fomar parte de mi mini-colección de Game & Watches.

G&W remake (Zelda)

Por cierto, no puedo terminar este artículo sin comentar que en su momento hubo en mi casa otra Game & Watch más: a mi hermano le regalaron unos familiares por su primera comunión el modelo Mario Cement Factory, pero desgraciadamente meses después ese modelo fue aplastado por la pata de una silla debido a un desgraciado accidente. Es una pena porque desde hace tiempo tanto él como yo somos muy cuidadosos con todo lo que tenemos; pero mientras que ese es un rasgo presente en mí desde que nací, no se puede decir lo mismo de  mi hermano, que cuando era pequeño arrasó con todos mis comics de Francisco Ibañez (tebeos los llamábamos entonces) y mi extensa colección de Playmobils y Masters del Universo.

¡Uf, menuda parrafada! Y todo por culpa de esa Retrogames oculta entre revistas en el fondo de un maletero :mrgreen: