Después de varias semanas de lluvias incesantes parece que el sol empieza a hacer acto de presencia. A la hora de comer caminar por la calle es una experiencia agradable porque su calor empieza ya a sentirse sobre la piel; pero lo mejor es que a media tarde es el encargado de que los cielos de la ciudad se tiñan de bellos colores ante los que no hay amante de la fotografía capaz de resistirse.