Lecturas recomendadas: Thom Hogan

Bythom es el blog de Thom Hogan. Un reconocido fotógrafo cuya actividad principal se centra en la fotografía de naturaleza; si bien también es famoso por haber publicado numerosos libros (¡más de veinte!) sobre el tema así como por la organización periódica de cursos de fotografía «sobre el terreno».

Leo la web de Thom casi a diario junto con la de Ken Rockwell así como algunos otros fotógrafos que tengo fichados y que os iré reseñando en futuros artículos. Y si bien Ken es maniático y pasional, he de reconocer que el señor Hogan me llama la atención por su rigor casi científico a la hora de hablar de fotografía así como por las nociones de marketing que siempre entrelaza en sus artículos.

Además de todo esto, Thom Hogan también se encarga de defender a capa y espada a las cámaras EVIL; hasta el punto de que recientemente ha abierto una web paralela en la que sólo se habla de cámaras sin espejo y cuyo título es Sans Mirror. Os sorprenderá ver lo que Hogan es capaz de hacer con una simple Olympus E-P1.

Thom es Nikonista desde hace muchos años y, por lo tanto, por sus manos ha pasado la práctica totalidad de réflex digitales que ha sacado la marca japonesa en los últimos años así como la mayor parte de las ópticas disponibles. Productos de los cuales podéis encontrar detallados análisis en su web y que yo particularmente disfruto mucho; y es que, por poner un ejemplo, esta es la review de la Nikon D300 que terminó de convencerme para hacerme con ella.

En la parte compositiva, si bien no trata el tema tanto como Ken Rockwell, sí que es verdad que la foto de portada de la web va cambiando con cierta frecuencia acompañándola siempre de algún párrafo explicando lo que buscaba en ella o algún aspecto técnico digno de reseñar. A mí particularmente me ha dado ideas para algunas de las fotografías que he hecho de un tiempo a esta parte como aquella del gallo que parecía hacer una reverencia.

Recordad que a la hora de hacer fotografías es importante tener nuestro propio estilo; pero leer a gente que sabe mucho de esto y lleva un montón de años apretando el disparador nos puede dar muy buenas ideas y nuevas perspectivas.

Las fotos no las hace la cámara

Hay una frase que a todos los amantes de la fotografía nos saca de quicio: «Claro, con esa pedazo de cámara no me extraña que te salgan tan bien las fotos».

Gaviotas

A todo el que tenga esa idea en la cabeza me gustaría decirle que una réflex tiene tal cantidad de controles y parámetros configurables que durante las primeras semanas de uso no es nada fácil conseguir alguna foto medianamente decente y que para ir mejorando progresivamente hay que practicar mucho. Además, para sacarle todo el partido a la cámara después de la sesión de disparos toca pasarse un buen rato en el ordenador revelando los RAWs; algo que también implica saber emplear un software de cierta complejidad.

Está claro que una cámara que quintuplica en peso, volumen y precio a una compacta tiene que tener «algo» que la haga merecer la pena; porque si no fuera así nadie cargaría con un mochilón a la espalda hasta lo alto de una montaña para hacer una foto del atardecer.

Vista desde el castillo de Vilafamés

Como os digo, si a una persona acostumbrada a usar una compacta en modo automático le pones una réflex de gama alta en las manos es casi seguro que se sentirá tan perdida ante la profusión de botones y ruletas que no sepa muy bien por dónde empezar e incluso no tenga muy claro cómo sujetarla.

Además, debido al tamaño de sensor de las cámaras réflex, la PDC de las fotografías resultantes es menor que en el caso de una compacta; de modo que esta va a ser menos tolerante con los fallos de enfoque, ya que en las compactas podemos enfocar un poco más cerca o más lejos del motivo principal y éste aparecerá igualmente nítido mientras que en una réflex empleando la misma apertura el motivo aparecerá ligeramente desenfocado.

Sólo envases de vidrio

Pero vamos, que al margen de detalles concretos, lo que quería comentar a grandes rasgos es que una cámara réflex no hace ni mucho menos sola las fotos y que si se le quiere exprimir a tope hay que practicar durante mucho tiempo para conocer sus limitaciones y tener una cierta soltura en teoría fotográfica. Si no es así, la diferencia entre las imágenes captadas con una cámara compacta y una réflex no serán tan grandes como para justificar la diferencia en peso y precio.

Recordad que al final el que elige los parámetros, encuadra y pulsa el disparador es el fotógrafo y no la cámara.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Las fotografías no se hacen; se sienten

Según va pasando el tiempo cada vez me doy más cuenta de que las fotografías no se hacen; se sienten.

Muchas veces os he hablado de aspectos técnicos sobre esta bonita disciplina; pero creo que nunca he compartido con vosotros mi forma de decidir entre hacer una fotografía de algo o no hacerla. Y os adelanto que eso es algo que no lleva asociada regla matemática alguna ni sistema científico de ningún tipo, ya que se basa fundamentalmente en la experiencia propia que sólo el tiempo es capaz de darle a cada uno.

Mirando hacia arriba

Como os decía, artículos técnicos hasta el momento he escrito muchos en estas entradas y todavía quedan unos cuantos más para el futuro; pero para no centrarme sólo en ese tipo de temas he decidido adentrarme también en aspectos algo más personales de la fotografía. Evidentemente mis fotos no sin ni mejores ni peores que las tuyas, estimado lector, porque al fin y al cabo una fotografía no es más que el punto de vista personal e intransferible de cada uno sobre aquello que le rodea; pero creo que lo que quiero contar hoy se puede aplicar a prácticamente todo el que tenga una cámara en las manos.

Sin darnos cuenta, en las fotografías se reflejan nuestros miedos, inquietudes, obsesiones, creencias, anhelos, deseos… Y eso las convierte en una herramienta muy válida para comprender la forma de sentir y de pensar de una persona. Después de haber subido más de tres mil fotografías a Flickr, creo que si alguien recorre mi galería de principio a fin descubrirá cosas sobre mí que tal vez incluso yo mismo desconozco.

Cabizbajos

Por eso digo que no puedo daros ninguna receta mágica para salir a la calle y hacer fotos; pero sí que os contaré qué es lo que me hace sentir el impulso de mirar por el visor y apretar a continuación el disparador.

Conociendo el equipo

Lo primero de todo, como ya recalqué hace unas cuantas semanas, es conocer las limitaciones de nuestro equipo fotográfico. Es decir, saber qué fotografías vamos a poder hacer y cuáles no con el material que tenemos disponible. Si tenemos una cámara sencilla con un objetivo zoom poco luminoso, no esperéis poder hacer la típica foto de un colibrí chupando el néctar de una flor con las alas extendidas, ya que para eso hace falta equipo muy caro y voluminoso. Sin embargo, conociendo cuales son los límites de nuestra cámara y nuestras ópticas, seremos conscientes de lo que podemos hacer bien y saldremos a la calle sabiendo en lo que podemos centrarnos para obtener una buena imagen. Y que conste que hay cientos de fotos fantásticas que podemos hacer con cualquier cámara por simple que esta sea, como ésta que hice meses atrás en Madrid con mi ya veterana Sony DSC-P200.

De Madrid al cielo

Para no alargarme demasiado no insistiré más en este aspecto, pues en la entrada reseñada anteriormente tenéis más información sobre la importancia de conocer lo que podemos hacer con el material que poseemos.

Los ojos siempre bien abiertos

Obviamente, un aspecto fundamental es ir por la calle con los ojos bien abiertos. Es decir, de nada sirve salir a hacer fotografías si no levantamos la mirada del suelo. Tal vez así descubramos un enlosado precioso al doblar una esquina; pero podéis dar por hecho que el 90% de las cosas fotografiables nos pasarán completamente desapercibidas.

Luces y sombras

En mi caso particular siempre intento buscar detalles no muy habituales: tejados con formas originales, hileras de cosas que se repiten, sombras, colores vivos, reflejos, gente… Elementos en los que no todo el mundo se fija y que son los que hacen de la fotografía de un lugar común toda una sorpresa. Por cierto, aprovecho para mencionar en este punto a Baldomero Perdigón, que es todo un maestro en esto de buscar los puntos de vista más originales de Alcalá.

La importancia de ser receptivo

Pese a lo anterior, hay que reconocer que hay días y días. Habrá ocasiones en las que saldremos con la cámara y todo nos llamará la atención y otras en los que ya nos pueden plantar en medio de los Campos Elíseos y no seremos capaces de ver nada digno de ser retratado. Sobre esto yo tengo una teoría según la cual todo tiene, por lo menos, una foto bonita. Lo complicado es encontrársela.

Traffic accident

En cualquier caso, pese a que en ocasiones la inspiración sea nula, lo mejor es salir a la calle con la idea en la cabeza de que la mejor foto del día puede estar en cualquier lugar. Abrir nuestras miras y no restringirnos sólo a dos o tres cosas es lo que hará de nuestras fotografías una experiencia muy gratificante.

Nunca borres fotos en plena calle

Alguna vez he visto una foto recién capturada en la pantalla de la cámara y he pensado en borrarla de inmediato; pero ya me ha ocurrido en varias ocasiones que he llegado a casa y al verla en el ordenador me he dado cuenta de que no era tan mala como pensaba o que tratándola en blanco y negro (o de algún otro modo) ganaba unos cuantos puntos.

Un ejemplo de esto que os digo es aquella imagen en la que la sombra de una persona no parecía corresponderse con la edad de su dueña. Hoy miro la fotografía y me parece bastante original, pero también recuerdo que nada más verla en la cámara pensé que no era gran cosa y que podría borrarla.

Juventud en la sombra

Al fin y al cabo, en las tarjetas actuales caben una barbaridad de fotografías, así que es mejor borrar las imágenes una vez que estemos cómodamente sentados delante del ordenador.

Lo importante es que te guste a ti

A la hora de hacer una fotografía (como al escribir en este blog) sólo sigo una norma: que me guste a mí. Nunca hago una fotografía pensando en que le guste a Fulanito o a Menganito, ya que entonces esto dejaría de ser algo completamente personal. A la hora de decidir qué fotos publico me guío por mi propio criterio, y así seguirá siendo a no ser que algún día acabe trabajando como fotógrafo para algún cliente.

Ramas secas

Creo que en la vida es importante seguir tu propio instinto en la medida de lo posible, y ya que tanto en el tema fotográfico como en lo que escribo por aquí tengo plena libertad para hacer lo que crea oportuno, la norma es simple: si estoy contento con el resultado lo publico; y si no, se va a la papelera.

Si luego la fotografía coincide con vuestros gustos y consideráis que es buena, yo me alegraré un montón; pero lo principal es que me guste a mí, porque sólo de ese modo se puede crear un estilo propio y personal a la hora de retratar las cosas.

Lo que digan los demás está de más

Algo muy ligado con lo anterior es la importancia de ser tú mismo a la hora de hacer fotografías. Que no te importe plantarte en medio de una calle atestada de gente para captar la imagen de algo que te ha llamado la atención. Yo a veces me he sentado en el suelo en busca de un ángulo diferente, me he subido a lugares elevados para hacer un plano picado, me he plantado en medio de una glorieta para hacer fotos de un atasco… Y siempre estará el típico idiota que te pitará con el coche o se reirá al verte intentar hacer una foto en una postura extraña; pero cuando llegas a casa y ves el resultado te das cuenta de que si no te hubieras atrevido a hacer esa foto, no podrías sentirte orgulloso de ella.

A contracorriente

Esto lo aprendí en mis experiencias como reportero de ultimONivel, ya que si bien en las primeras presentaciones a las que acudí yo me sentaba en mi sitio y trataba de no dar mucho el cante; pronto aprendí que aquí el que no corre vuela, de modo que empecé a sacar la cámara y ponerme a hacer fotos dónde y cuándo mejor me pareciera.

¡Disfrútalo!

Lo más importante es que la fotografía practicada como afición sea eso: una afición de la que disfrutar. Si un día teníais pensado salir a hacer fotos y no os apetece… ¡Quedaos en casa! Del mismo modo, si tenéis ganas de salir a la calle porque sentís que estáis inspirados y hay posibilidades de conseguir la foto de vuestra vida, no dejéis que un cambio de planes a última hora apague vuestra creatividad.

¿Te apetece un té?

Disfrutad. Haced lo que os de la gana con vuestra cámara, que para eso os la habéis comprado. Con ella en la mano tenéis la posibilidad de retratar el mundo como os parezca, y no habrá nadie que pueda demostrar que vuestro modo de ver las cosas sea mejor o peor que otro. Creed en vosotros mismos y veréis cómo vuestras fotos van ganando en calidad prácticamente sin que os deis cuenta.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Documental sobre Henri Cartier-Bresson: Just Plain Love

Me he encontrado en Youtube con un documental sobre Henri Cartier-Bresson que me ha parecido muy interesante; y aunque el audio está en francés, con ayuda de los subtítulos en ingés se entiende todo perfectamente.

Cartier-Bresson es considerado el padre del fotoperiodismo moderno así como uno de los precursores del uso generalizado del formato 35mm (lo habitual en esa época era utilizar cámaras más grandes y pesadas) ya que toda su vida empleó nada más que una cámara Leica y un objetivo de 50mm. Gracias a aquello supo mezclarse con la gente sin llamar la atención para retratar así mil y una escenas cotidianas como nadie más ha sabido hacerlo.

hcb_portrait

En las cinco partes de las que consta el reportaje podemos ver cómo este fotógrafo universal es capaz de jugar con nuestra mirada en cada una de sus geniales e irrepetibles fotografías y escuchar en sus propias palabras esa especial concepción de la fotografía que él tenía. Todos los aficionados a captar imágenes con nuestras cámaras tenemos mucho que aprender de él, y creo que este reportaje puede ser un buen modo de acercarse a su interesantísimo universo visual.

La crisis también afecta a los fotógrafos

Pues sí, la omnipresente crisis nos afecta a todos; incluso a fotógrafos que en lugar de tener su portafolio en Internet y/o enviarlo a varias agencias optan por una solución infinitamente más simple (y clásica donde las haya). Vaya por adelantado que no me estoy metiendo con esta persona, pues cada uno se promociona del modo que considera más adecuado, sino que esta entrada es sólo para poner de manifiesto una de esas pequeñas cosas que me encuentro cada día por la calle dando una vuelta. Y bueno, aunque había pensado en borrar el teléfono, he decidido dejarlo porque al fin y al cabo supongo que al responsable de este anuncio le interesa que se difunda lo máximo posible.

Qué mal está la cosa...

Fue curioso descubrir este cartel, porque iba por la calle caminando y pensando en mis cosas cuando pasé junto a una farola con un cartel pegado a ella con papel celo. Parecía uno de tantos, pero… el caso es que había algo diferente que inconscientemente había llamado mi atención… ¿Ponía «fotógrafo»? Apenas un par de metros después de rebasar la farola me detuve en seco, volví sobre mis pasos y vi que, efectivamente, el anuncio ofrecía los servicios de un fotógrafo; así que saqué la cámara e inmortalicé el curioso cartel.

Flaco favor hacen las imágenes de ejemplo a tamaño minúsculo, pero aun así me ha parecido una iniciativa original y valiente que espero le funcione a su responsable. ¡Mucha suerte!

Alcalá ante los ojos de Baldomero Perdigón

Balomero Perdigón Puebla es un conocido fotógrafo alcalaíno cuya obra refleja las cosas cotidianas de la ciudad complutense. Personaje querido y entrañable, es habitual verle acompañado de sus bártulos fotográficos en todo evento de importancia que tenga lugar por estas calles; y si hoy escribo esto es precisamente porque reconozco en él una profunda inspiración a la hora de salir con mi cámara y ponerme a retratar los más variopintos rincones del lugar donde llevo viviendo 25 años.

Baldo

Si me pongo a recordar, hay un elemento que marcó para siempre mi visión de la fotografía: el libro «Alcalá. Blanco y Negro. 1960-1970» del propio Baldomero (la obra que me dio la idea para realizar Alcalá de Henares ayer y hoy), pues en él se puede ver que la belleza de una ciudad no radica en sus plazas y esculturas más conocidas; sino en todas esas callejuelas, soportales y tiendas ante las que pasamos cada día casi sin darnos cuenta de que están ahí.

Sin embargo, una mañana recorremos el mismo camino como tantas otras veces y echamos en falta algo: aquel portal, aquella farola, aquella parada de autobús… Cualquier rincón de la ciudad está a merced de la piqueta, y es importante que alguien retrate esos lugares tan sencillos y a la par tan especiales para poder mirar las fotografías dentro de muchos años y recordar el pasado de un pueblo que nunca ha dejado de cambiar.

Gracias Baldomero por enseñarme que las ciudades hablan a través de sus piedras. Tal vez si no hubiera conocido tu obra hoy en día los paisajes urbanos pasarían completamente inadvertidos para mí; pero tu libro me hizo ver que es importante retratar el presente para que la gente del mañana conozca su ciudad del mismo modo que a través de la magia de tus imágenes puedo viajar siempre que quiero a la Alcalá de los años 60 que nunca conocí.

Seguramente por sentirme algo abrumado ante aquel breve encuentro que tuvimos hace unos meses, no acerté a decirte todo esto que hoy se me viene a la cabeza; pero no me cabe duda de que si volvemos a encontrarnos algún día mi agradecimiento esta vez será personal e intransferible, pues sería una pena que nunca supieras que aquellas fotos que realizaste a lomos de tu Vespa cambiaron la visión del mundo de un aficionado a la fotografía cuatro décadas después.