Si bien el tema de la distancia focal y su relación con la perspectiva es algo que ya vimos por aquí hace unos cuantos meses, hoy me gustaría volver a abordar el tema pero esta vez desde un punto de vista más artístico y menos técnico; y es que las distancias focales son un aspecto muchas veces dejado de lado a la hora de componer una fotografía porque hay gente que tiende a pensar que el zoom sólo sirve para acercarse a las cosas cuando en realidad no es así.
La focal empleada va a cambiar la perspectiva e incluso el significado de una fotografía si sabemos hacer buen uso de este parámetro, de modo que debemos de darle su justa importancia porque se trata de una poderosa herramienta para expresarnos.
Para empezar vamos a repasar (aun a riesgo de repetirme un poco con respecto a la entrada que os enlazaba en el primer párrafo) cómo varía la perspectiva en función de la distancia focal empleada partiendo de otra premisa muy básica: hay que tratar de llenar el encuadre.
LLENANDO EL ENCUADRE
Sí, llenar el encuadre con el motivo principal de nuestra fotografía es importante para que una foto «diga algo» pero, ¿cómo llenarlo? Podemos usar una misma focal y movernos con nuestros pies (lo que yo suelo llamar «pedestrian zoom») o bien podemos emplear el zoom óptico de nuestra cámara o las distintas focales de las que dispongamos en caso de una cámara réflex.
Sin embargo, optar por una u otra opción es más importante de lo que parece porque tiene una influencia total en el aspecto de la fotografía y la relación entre sus planos. Vamos a verlo a través de cuatro imágenes parecidas pero en realidad muy diferentes:
En las cuatro fotografías anteriores he tratado de mantener más o menos fijo el encuadre del objeto en primer plano alejándome de él a medida que aumentaba la distancia focal. Como podéis apreciar, si empleamos una distancia focal corta (objetivo angular) los planos parecen muy lejanos entre si; mientras que si empleamos una focal larga (teleobjetivo) el fondo y el primer plano parecen acercarse entre si.
Más allá de una mera cuestión estética, vamos a ver que esto tiene implicaciones directas en lo que queramos expresar con nuestras fotografías.
ANGULARES
Un objetivo angular no sirve para que entren más cosas en la foto como mucha gente cree. De hecho, la gracia del angular es que si nos acercamos mucho al motivo principal de la fotografía y sabemos jugar con la perspectiva le daremos un contexto que en muchas ocasiones es lo más importante de una imagen. Os lo explicaré con una fotografía de ejemplo que hice recientemente.
Si hubiera fotografiado esa caja sin más, la imagen carecería de todo sentido. El espectador sólo vería un cajón de madera que en su momento contendría algún electrodoméstico de la marca Siemens, pero no diría nada más. Sin embargo, al emplear una distancia focal pequeña y acercarme mucho a ella, puedo hacer que la caja ocupe buena parte del encuadre y al mismo tiempo sacar todo el material que la rodea y que conforma una auténtica escombrera ilegal en medio del campo; que es precisamente lo que pretendía mostrar en esta imagen.
Tampoco sirve usar el angular desde lejos para así poder meterlo todo en la imagen sin ningún elemento ocupando la mayor parte del encuadre; porque precisamente el protagonismo de esa caja de Siemens es lo que le da a la imagen un toque distintivo. Recordad que con un angular la PDC es muy grande y los elementos de la imagen aparecerán nítidos en ella estén en el plano que estén, por lo que el único modo de destacar uno es haciendo que aparezca con un gran tamaño respecto a los demás.
Os dejo a continuación otros ejemplos similares en los que el uso de un angular mete al elemento principal de la imagen en un contexto que es el que da sentido a la fotografía.
TELEOBJETIVOS
Por su parte, un teleobjetivo consigue justo el efecto contrario, ya que tiende a aislar el motivo principal gracias a su estrecha profundidad de campo y, por tanto, el desenfoque del resto de planos que conforman la imagen.
En esta ocasión voy a recurrir a una fotografía que hice hace más de un año para ejemplificar este «aislamiento» que os digo.
Como véis, pese a la gran cantidad de elementos que aparecen en la fotografía, al final nuestra mirada se dirige en primera instancia al hombre que hay en primer plano y a continuación a la mujer que lo mira a él y que empieza a aparecer ligeramente desenfocada. Todo lo demás (personas, puestos, banderas…) que ese día había en la calle aparece completamente difuminado y nos permite centrar nuestra atención sobre el motivo principal de la imagen.
A continuación os dejo con un trío de fotografías en las que los desenfoques de los fondos nos permiten olvidarnos de ellos para centrar nuestra mirada en el motivo principal.
RESUMIENDO
Como habéis podido ver, lo que siempre os digo de que hay que llenar el encuadre para conseguir una fotografía visualmente atractiva es importante; pero igual de importante es elegir bien la focal con la que vamos a disparar esa fotografía, ya que esa decisión cambiará por completo el significado de la imagen.
¿Queréis situar al sujeto principal de modo que la imagen cuente una historia? Usad un angular.
¿Queréis expresar una cierta sensación de soledad o aislar algo en un encuadre lleno de elementos? Usad un teleobjetivo.
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