Un año en Oropesa

Por estas fechas se cumple un año desde que me vine a vivir a Oropesa del mar. Parece mentira, pero ya han pasado doce meses desde que en el puente de mayo de 2011 cogí mis bártulos y dejé la ciudad que ha sido mi casa durante prácticamente toda mi vida.

Un vistazo al mar

Se dice pronto; pero ya he pasado aquí mi cumpleaños, el día de la hispanidad, la festividad de los Reyes Magos, las cuatro estaciones, las fiestas locales, la mayoría de competiciones deportivas que se disputan por temporadas… Y, aunque sean cada cuatro años, también unas elecciones generales.

Un año en el que considero que he crecido mucho en lo personal y en lo laboral, ya que saber compaginar trabajo, tiempo libre y tareas domésticas es todo un arte en el que a día de hoy me defiendo bastante bien. Gracias a la independencia de la que disfruto me estoy convirtiendo en un pequeño Arguiñano y además he aprendido a organizarme mucho mejor que cuando vivía en Alcalá.

Sigilo

Como os podréis imaginar, gestionar todo esto yo sólo tiene una contrapartida que es la ausencia casi total de tiempo libre. Algo que se nota en el ritmo de actualizaciones del blog, pues durante los últimos meses no he podido publicar tanto material por aquí como hubiera deseado. Lo que ocurre es que, como bien comprenderéis, si tengo que racionar el tiempo de ocio del que dispongo, obviamente prefiero coger la cámara y salir a hacer fotos durante un par de horas antes que sentarme al teclado, pues bastante tiempo me paso ya delante del ordenador en la oficina como para seguir en casa en el mismo plan.

Sea como sea, he de reconocer que estoy contento con la vida que llevo. Cierto es que la gente a la que quiero está un poco lejos de aquí y que a veces me siento como un bombero esperando a que suene la alarma para salir a sofocar un incendio; pero mi trabajo me gusta, me motiva y me hace sacar lo mejor de mí y, además de todo eso, el bajar a la calle una mañana de Febrero y disfrutar del mar en completa soledad es un auténtico placer que compensa los días aciagos que acechan cuando a todos os da por venir aquí a la vez.

Paraisos cercanos (Benicassim)

Siempre he pensado que lo que hacemos hoy va marcando el camino hacia el futuro; y estoy seguro de que todo el esfuerzo invertido y todas las enseñanzas que estoy sacando de esta experiencia me servirán para seguir mirando al mañana con optimismo tanto en el aspecto personal como en el profesional.

Ser feliz es lo mínimo a lo que uno ha de aspirar en la vida, y para eso has de ponerle humildad, ganas e ilusión a cada uno de tus actos.

¡Gracias por leerme!

Haciendo balance del 2011

El 2011 terminará dentro de unas horas y, como de costumbre, creo es una buena ocasión para echar la vista atrás y ver qué ha pasado durante los últimos doce meses para así afrontar el nuevo año con perspectiva.

That's me!

En otras ocasiones he desglosado el año por meses; pero en esta ocasión voy a hacer una disección más global en la que la secuencia de los acontecimientos no es tan importante como la conclusión a la que me gustaría llegar, de modo que me gustaría empezar esta historia hablando del que hasta hace poco ha sido mi lugar de residencia.

Alcalá de Henares

Alcalá es la ciudad donde está mi casa, el sitio en el que he crecido y donde reside mi familia y mis mejores amigos. No pasa un día en el que no me acuerde de Alcalá y siempre que tengo ocasión de volver me gusta perderme por sus rincones y encontrarme con toda esa gente que me ha visto a lo largo de todos estos años.

La ciudad de los chapiteles

Sin embargo, pese al cariño que le tengo a mi ciudad, 2011 ha sido el año en el que me he ido a vivir a Oropesa del Mar. Un lugar donde tengo un trabajo que me apasiona, una vida que construyo con mis propias manos y un escenario idóneo para la fotografía que tanto me gusta practicar. A lo mejor algunos de vosotros está pensando que vivir en un lugar de playa donde en invierno no te cruzas con nadie por la calle debe de ser algo insoportable; pero ya os adelanto que yo allí estoy encantado y que lo único malo de es que estoy a 450 Km de la gente a la que quiero.

Contrastes del amanecer

Vida personal

Reconozco que esta nueva vida que ahora llevo me ha hecho crecer como persona, me ha dado mucha libertad, me está enseñando unas cuantas cosas y me está haciendo madurar mucho. Si siempre he sido alguien que concede especial importancia a los pequeños detalles, a lo largo de los últimos meses ese rasgo mío se ha acentuado todavía más; y es que cuando sales un domingo a las ocho de la mañana a dar una vuelta en completa soledad, un amanecer en tonos pastel, una flor desafiando a los acantilados o un gato que te mira con curiosidad desde su escondrijo son cosas que te llenan bastante.

Gato en éxtasis

Y es verdad que hay días en los que es duro llegar a casa y que sólo te espere una pila de platos por fregar; pero eso también hace que los fines de semana en los que puedo escaparme a Alcalá o vienen a visitarme mi chica o mi familia a Oropesa los disfrute con una especial intensidad. De todos modos, como os decía en el párrafo anterior, estoy contento con esta vida que llevo porque siento como si en lo personal hubiera avanzado varios años en tan sólo ocho meses.

Marcos torcidos

Blog

En lo que al blog se refiere, 2011 ha sido un periodo de tiempo en el que han disminuido considerablemente las horas que invierto en este rincón de Internet. Cierto es que sigo publicando artículos con cierta regularidad y que de vez en cuando me siento a responder las dudas que vais planteando en los comentarios; pero hay muchos días en los que no me puedo permitir dedicarle ni un minuto a esto que, al fin y al cabo, no deja de ser una afición como otra cualquiera.

El caso es que entre semana ando siempre liado con temas laborales, y una vez que llega el fin de semana me gusta aprovechar el tiempo libre para hacer fotos, pasear, salir a dar una vuelta en bicicleta… cosas que no impliquen estar delante de un ordenador y me permitan disfrutar un poco de la vida al aire libre.

Tierras altas

Fotografía

Fotográficamente hablando este año ha sido muy continuista: apenas me he comprado nuevos componentes para mi equipo (aunque sí que llegó recientemente la Olympus E-PL1) y lo que he hecho en buena medida es visitar lugares de mi entorno para retratarlos de la mejor manera posible. De cara al año que comenzará en breve me gustaría ampliar horizontes un poco y visitar lugares algo más lejanos que creo que pueden tener un encanto especial. Lo más seguro es que con la llegada de la primavera aproveche algunos fines de semana para moverme por lugares de la provincia con un encanto especial y crear algunas entradas que, como siempre, podréis ir leyendo por aquí.

Por los campos

De cualquier modo, si me siento a ver las fotos que he hecho desde el pasado mes de Enero sí que noto una cierta evolución a lo mejor no tanto a nivel técnico como compositivo; y es que como siempre digo, el mejor consejo para mejorar como fotógrafo es, precisamente, tratar de hacer todas las fotografías posibles y disfrutar al máximo de cada una de ellas. Puede que parezca que el resultado final es lo más importante en una imaegn; pero nunca hay que olvidar que para los que no nos dedicamos profesionalmente a esto es muy importante disfrutar del camino.

The time goes by

Trabajo

En lo laboral, como os decía antes, estoy contento y orgulloso de la tarea que realizo en Oropesa desde que en el mes de Mayo me mudé allí: me gusta mucho lo que hago y además tengo la suerte de contar con un equipo de personas realmente excepcional. En principio no se prevén demasiados cambios de aquí al otoño en este sentido; pero para entonces llegaré a una bifurcación en la que mi vida puede dar un nuevo golpe de timón, aunque para eso todavía falta bastante tiempo y hasta entonces lo único que me preocupa es seguir haciendo bien las cosas.

Agua

Videojuegos

El año que ahora termina ha supuesto para mí un nuevo acercamiento al mundillo del videojuego gracias a la 3DS. No repetiré lo que comenté hace apenas unos días en la entrada que ensalzaba las virtudes de esta consola portátil, pero sí insistiré en que la veo como un soplo de aire fresco en un mercado que considero bastante estancado desde hace tiempo. Obviamente esto es algo que ocupa un papel muy secundario en mi vida; pero creo que la compra de la última portátil de Nintendo ha sido un acierto pese a que mis partidas a Mario Kart, Tetris y similares sean algo bastante esporádico.

A estas alturas tengo claro que nunca volveré a involucrarme en el mundo de los videojuegos tanto como en mi época de redactor de ultimONivel porque mis prioridades en la vida han cambiado mucho desde entonces, pero reconozco que es agradable volver a sorprenderse con algún título que se sale un poco de lo común teniendo en cuenta que llevaba completamente apartado de todo esto desde hace ya un tiempo. Seguramente a lo largo de 2012 volváis a leer alguna entrada sobre esta temática porque es algo sobre lo que me apetece escribir.

Nintendo 3DS

2012

Termina por tanto 2011, que ha sido un año muy intenso y lleno de alegrías del que no me puedo quejar ni lo más mínimo en lo personal ni en lo profesional. Ahora llegará 2012 y aunque sin dudarlo firmaría porque fuera igual que el año que ahora agoniza, en el fondo todos queremos ir siempre a más y yo espero que para cuando hayan pasado sus 366 días (recordad que es bisiesto) pueda volver a mirar hacia atrás y contaros que, pese a que el listón estaba alto, las cosas han ido todavía a mejor.

Horizontes

Cierto es que en estos tiempos la situación económica es complicada, que hay mucha gente que está pasando apuros, que las hipotecas suben y los sueldos bajan… Y está claro que esas cosas yo no las puedo cambiar; pero lo que sí puedo hacer desde este humilde rincón de Internet es ofreceros una dosis de optimismo y, con mis párrafos y mis fotos, haceros pasar un rato entretenido. Al fin y al cabo, la finalidad de este blog no es otra que divertirnos y compartir conocimientos. Eso es lo que he hecho durante este 2011 y lo que seguiré haciendo a lo largo del 2012.

I think it's gonna be a long long time

¡FELIZ AÑO NUEVO!

Stay hungry, stay foolish

A nada que hayáis visto un rato la televisión o hayáis abierto un periódico durante el día de hoy os habréis encontrado con la triste noticia de la muerte de Steve Jobs.

Y precisamente porque los medios de comunicación ya se han encargado de repasar toda la vida y la obra del cofundador de Apple, a mí me gustaría referirme a un aspecto de Jobs más filosófico y mucho más humano que los omnipresentes iPod, iPad, iMac, iPhone y demás artilugios tecnológicos que muchos de nosotros tenemos en casa.

Steve Jobs era una persona vital y con una concepción de su existencia tan especial que fue precisamente eso lo que le hizo alcanzar todo aquello que se proponía.

Para entender a lo que me refiero, si tenéis un cuarto de hora libre os recomiendo que lo invirtáis en ver este vídeo en el que Steve pronuncia un discurso en 2005 frente a los alumnos recién graduados de la universidad de Stanford porque os aseguro que después os sentiréis mucho más vivos.

Hasta siempre Steve.

La virtud de la paciencia

Hay gente que no lleva nada bien las esperas por breves que sean. Se trata de esas personas que todos hemos visto alguna vez y que se caracterizan porque en la consulta del médico están dando paseos de esquina a esquina constantemente, en el supermercado se lanzan en pos de ser los primeros de la fila de la caja que acaban de abrir y a la hora de conducir circulan a escasos centímetros del parachoques del vehículo que les precede.

La espera eterna

A mí, sin embargo, las esperas nunca me han supuesto ningún problema: de hecho me gusta llegar a los sitios con tiempo para, una vez allí, dedicarme a observar el entorno y recrearme en algunos detalles. Cuando quedo con alguien a una hora determinada y se retrasa un rato en la mayoría de las ocasiones viene pidiéndome perdón por la tardanza; y aunque sé que mi habitual «no te preocupes, a mí no me importa esperar» le suena a forma políticamente correcta de aceptar sus disculpas, en realidad le estoy diciendo una verdad como una catedral. Para mí, una espera no es una pérdida de tiempo; sino una ocasión perfecta para detenerse por un rato, mirar alrededor y aprender todo lo posible.

Esto mismo aplicado a una escala mayor representa mi propia filosofía de vida según la cual lo importante no es tomar atajos para llegar a los sitios lo antes posible; sino elegir un itinerario que te permita contemplar paisajes desconocidos de los que poder disfrutar y aprender al mismo tiempo. Precisamente, la carretera por la que circulo desde hace meses me sigue enseñando cosas sorprendentes cada día, pero en la lejanía veo un pueblo costero en el que voy a hospedarme durante unos días para empezar a trazar mi futuro más inmediato.

Cosas que aprendí en el instituto

A medida que pasan los años me doy más cuenta de que los profesores de los que más aprendí fueron aquellos que me encontré en el instituto. Allí estudié materias como la filosofía, que me dio un punto de vista diferente sobre las cosas. También adquirí una base matemática y física que luego me fue de gran utilidad durante la ingeniería, aumenté mi nivel de inglés, encontré nuevas formas de expresarme gracias a la asignatura de Lengua y Literatura…

Aula Alonso Quijano (35mm)

Siempre he afirmado (y lo seguiré haciendo) que buena parte de mi forma de ser y mi manera de ver el mundo la adquirí entre los muros del Alonso Quijano; pero no tanto gracias a los libros como a los profesores que me encontré durante aquellos años. Y es que aquellas personas consiguieron inculcarnos una serie de valores más allá del contenido lectivo de las asignaturas que impartían logrando, por ejemplo, que me convirtiera en una persona bastante organizada a la hora de afrontar cualquier tarea y que siempre aplique una dosis de creatividad a todo lo que hago.

De todos modos, una de las lecciones más importantes la aprendí de un profesor de educación física que en una mañana soleada mientras cursaba primero de BUP afirmó que «Sentarse en un banco y ver a la gente pasar puede llegar a ser lo más divertido del mundo».

Un alto en el camino

Tal vez en aquella frase se encuentre el origen de mi veneración por los pequeños detalles que me voy encontrando cada día  😉

La mirada discreta

Me gusta mezclarme entre la gente para retratar lo que me rodea; pero siempre intentando pasar inadvertido y así captar las cosas sin muecas forzadas o posados irreales. Y aunque hay un enunciado físico que afirma que no es posible observar un sistema sin interferir en él, yo no me canso de desafiarlo cada vez que salgo a la calle con la cámara en la mano.

En mitad del asfalto

Cada persona entiende la fotografía de una manera, y la mía es aquella en la que el observador es un ser invisible cuya presencia pasa siempre inadvertida; y por eso nunca me canso de captar esas escenas mundanas de mis lugares de paso. No esperéis de mí grandes retratos o pomposas escenas con una larga preparación detrás, porque lo que yo os ofrezco es simplemente una visión del mundo basada en todos esos pequeños-grandes detalles que convierten cada instante en algo único e irrepetible.

Alegría

Como dijo David Wojnarowicz en su momento: Smell the flowers while you can.

Fotografías que reflejan estados de ánimo

Aunque ya os adelanté el otro día que tenía la sensación de haber dejado atrás una época un poco «oscura», he de reconocer que estos días de vacaciones me han sentado estupendamente y me reafirman en esa idea. La semana anterior fue bastante aciaga por una serie de acontecimientos tanto en lo personal como en lo profesional que dejaron mi ánimo un poco tocado; pero tras estos días de buen tiempo en los que la cabeza me pedía que me dedicara tiempo a mí mismo, me siento de nuevo con las pilas cargadas (y hasta parece que vuelvo a tener fe en la especie humana  ^__^ ).

Que la salud de una compañera de trabajo de un vuelco de la noche a la mañana te afecta, que te encuentres por la vida con gente capaz de hacer las cosas con una premeditación nunca vista también te afecta… pero estos días de sol y fotos han sido mano de santo, en serio. Buena prueba de ello son las imágenes que hoy me gustaría compartir con vosotros.

Los colores de la primavera

Curvas de metal

La torre de la magistral

Perfiles cervantinos

A ver qué hizo el Madrid...

Verde y azul

Empiezan a florecer las terracitas

Red tower

La presa del río Henares detrás de la ciudad deportiva El Val

Sucesión oxidada

Detalles

Además, en estos días de relax he aprovechado también para esbozar un par de artículos técnicos sobre fotografía (aparte del que trata sobre el derecheo del histograma) que creo pueden tener una buena acogida entre vosotros; así que poco a poco iré «puliéndolos» para publicarlos lo antes posible.

Por lo demás, pido perdón a todo aquel que esperaba algo de mí estos días: no he mirado el correo ni los comentarios del blog porque quería desconectar de todo brevemente y acabo de ver que tengo algunas cosas pendientes. A lo largo de la tarde de hoy iré poniéndome al día; pero espero que entendáis que mi desaparición temporal obedecía a la necesidad de ver las cosas con un poco de perspectiva. Algo que me ha venido realmente bien.

¡Un saludo y gracias por estar ahí!

Bajando las revoluciones

Unos días después de presentar mi proyecto de fin de carrera me di cuenta de algo importante cuando me encontré con mi amiga Cris en plena calle: seguía con un ritmo de vida tan acelerado como cuando estaba a tiempo completo con dicho proyecto. Supongo que la fuerza de la costumbre había hecho que considerara completamente normal ir a todas partes mirando el reloj y sacando minutos de debajo de las piedras, pero en realidad las cosas habían cambiado y ya no había necesidad alguna de vivir la vida con esas prisas, pues ahora mismo dispongo de todo el día para mí sólo.

Cristina, que además es la cartera de mi barrio, me dijo: «Bueno, no te entretengo más que ya veo que estás ansioso por irte». Fue entonces cuando me di cuenta de que en realidad no tenía nada que hacer, pero nada más pararme con ella ya estaba mirando el reloj (una descortesía bastante grande por mi parte, dicho sea de paso) con la sensación de ir con la hora justa. El caso es que efectivamente reanudé la marcha, pero ya con el pensamiento de que debía bajar las revoluciones porque en realidad no tenía ningún motivo que me hiciera estar bajo presión: no había plazos de tiempo ni cosas que dejar preparadas al final del día, así que perfectamente podría irme a hacer fotografías por la ciudad durante tres horas sin preocuparme de nada más.

Los carteros también se pierden

Habían sido demasiados meses dando paseos a contrarreloj y desgastando las horas delante del ordenador para tener mi proyecto listo en la fecha de la presentación; y reconozco que hubo días de mucho estrés cuando alguna cosa no salía por muchas vueltas que le daba. Sin embargo, al final todo había salido realmente bien, así que ahora tenía que aprovechar y dedicarme tiempo a mí mismo, pues en breve aparecerá algún empleo (o al menos eso espero) que absorberá una buena parte de la jornada. Al fin y al cabo, si no empleaba esos días de asueto para practicar una vida relajada al final nunca me iba a deshacer de ese ritmo infernal de los últimos tiempos.

El caso es que tras un par de minutos dándole vueltas al tema decidí retroceder sobre mis pasos y buscar a Cris para comentarle el tema y excusarme por mis injustificables prisas de hacía un momento.

Tuve suerte, ella todavía caminaba por la misma calle dónde nos encontramos, así que aparecí a su lado y le dije que la acompañaba un rato; algo a lo que accedió encantada. Durante el paseo aproveché para comentarle lo que os he narrado unos párrafos más arriba: que llevaba varios meses llevando un ritmo de vida demasiado acelerado y que parece ser que ya lo había tomado como algo normal en mí. Prometí que rebajaría ese régimen de mi motor interno de tal modo que me tomara todo con más calma. Y la verdad es que desde ese momento noto que vivo mucho más tranquilo y sin agobios.

A lo mejor si no me hubiera encontrado a Cristina aquella mañana seguiría mirando el reloj, pero mientras dure esta etapa de mi vida pienso tomarme las cosas con calma y tratar de disfrutar de cada cosa que haga me lleve el tiempo que me lleve. De hecho, unos días después me volví a encontrar con ella y me di cuenta (del mismo modo que ella me lo dijo) de que hay una diferencia abismal entre el Luis de aquellos días aciagos y el de ahora.

Es verdad que de todo se aprende; pero lo más importante es pararse de vez en cuando a mirar dentro de uno mismo y darse cuenta de qué cosas estamos haciendo mal para corregirlas. Muchas veces somos capaces de ver hasta los más mínimos errores en los demás, pero incapaces de detectar un fallo muy gordo dentro de nosotros mismos.

Bueno, ya está bien de filosofar: ¡Me voy a dar una vuelta aprovechando que hace sol!

Autoretrato sombrío

Las directrices de este blog

Cuando hago las cosas siempre me guío por una serie de parámetros, ya sea para tomar una fotografía, conducir, trabajar… Uno ha de tener claro qué es importante y qué es accesorio para, de esa manera, ser eficiente y aprovechar el tiempo al máximo. Creo que si no se tiene presente qué es lo que se quiere y cómo se quiere llevar a cabo es muy difícil seguir una senda y, por lo tanto, llegar a alcanzar un objetivo.

Y por supuesto, este blog no se libra tampoco de esta metodología, así que hoy me gustaría comentaros cuáles son los parámetros que sigo a la hora de meterme en él como administrador y crear contenidos:

Teclado del eee 701

– Diversidad de temas: aunque la fotografía tenga un papel principal en el blog, esto no es más que una consecuencia directa de que sea una de las aficiones a las que más tiempo dedico. En este rincón de Internet pongo de manifiesto mis gustos, experiencias e inquietudes, siendo la realización de fotografías una de las actividades que más satisfacciones me ofrece, y por lo tanto es lógico que sea un tema que salga a la luz cada dos por tres. De todos modos, este blog no sigue ninguna temática concreta como podéis comprobar echando un vistazo a la lista de categorías.

– Regularidad de publicación: aunque a veces cuesta mantener el ritmo, hago todo lo posible para que cada mañana haya una nueva entrada en el blog. De ese modo, si alguien tiene cinco minutos al día para pasarse por aquí siempre se encontrará algo nuevo que leer. Esto de la regularidad es algo que el responsable de Ion-Litio (el incombustible Rafa, más conocido como q256) me comentó cuando estaba planteándome la posibilidad de dar el salto de mi antiguo space a un blog más «serio» y he de decir que fue un gran consejo.

– Cercanía con el lector: eso es básico para que os sintáis identificados con lo que cuento. Tengo claro desde la primera entrada que publiqué que cuando leemos algo siempre es de agradecer que el redactor se muestre como una persona y no como un robot o un ser omnipotente. Cuando asistía a las presentaciones que cubría para ultimONivel me encontré con algún que otro redactor que se creía por encima del resto (por suerte eso era apenas un 10%; siendo el 90% restante gente majísima) y eso era algo que no me gustaba nada. Por eso tengo bien claro que, vayan como vayan las cosas, nunca hay que despegar los pies del duro suelo.

Alfombra de hojas

– Nada de tecnicismos: si esto fuera un blog para ingenieros de la NASA podría emplearse todo tipo de palabras técnicas sin miedo a aburrir al personal; pero como opté desde el principio por hablar de todo tipo de cosas, es necesario emplear un lenguaje que cualquier persona pueda comprender sin problemas. Por eso mismo, aunque de vez en cuando aparezcan artículos un poco más técnicos, siempre trato de contar las cosas con lógica, poniendo ejemplos sencillos y haciendo que todo quede claramente explicado.

– Abundante material gráfico: no soy capaz de redactar un artículo sin adjuntar al menos una imagen ilustrativa. No creo en los pesados ladrillos de texto puro y duro porque al final uno se agobia entre tantas líneas, así que siempre intento mantener un equilibrio entre párrafos e imágenes para que la visión global de la entrada sea agradable a la vista.

– Perseverancia: las cosas funcionan poco a poco, y así lo he venido observando desde el primer día tal y como os comentaba hace a penas unos días en la entrada sobre las estadísticas del mes de Marzo. Me alegra saber que esto cada día llega a más gente, y eso me hace seguir escribiendo con ilusión y tratando de hacerlo cada día un poco mejor.

– Gratitud: cuando alguien invierte unos minutos en dejar un comentario (ya sea haciendo una sugerencia, pidiendo consejo o simplemente mandando un saludo) es algo de agradecer, pues nadie le ha obligado a ello. Si alguien tiene una duda trataré de resolverla, pues eso representa la confianza que alguien ha depositado en mí para resolver un problema. Siempre he creído que ser agradecido es algo muy importante en la vida.

Lo mejor de todo es que no tengo que tener una lista como la que os he expuesto aquí delante a la hora de escribir, sino que son características que me salen por si mismas a la hora de ponerme manos al teclado. La verdad es que disfruto mucho cuando escribo las cosas que podéis leer por aquí, así que ya os podéis imaginar lo bien que me siento cuando veo que además vosotros pasáis un rato entretenido leyéndolas. Ese es, para mí, el mejor de los regalos  😉

Irene, la desaparecida profesora de filosofía

Me llaman mucho la atención los sueños en los que aparecen datos concretos del mundo real y tras los que, al despertar, piensas si será una premonición o si será una mezcla de cosas del día anterior (me inclino más bien por esto último). El caso es que esta noche he soñado algo que me ha llamado mucho la atención, ya que si bien no recuerdo con claridad el fin que perseguía, sí que recuerdo a sus protagonistas:

Aparecía en la puerta de mi antiguo instituto (el Alonso Quijano de Alcalá de Henares) en busca de la responsable del departamento de filosofía. Una vez recorridos los pasillos sin dar con el puñetero departamento me dicen en conserjería que está «en la primera planta pero justo al otro lado del edificio» (una descripción de lo más detallada, vamos).

Encamino hacia allí mis pasos y tras muchas vueltas y ver a bastantes alumnos que me miran con cara rara me encuentro ante la puerta de un despacho en cuya puerta dice «Despacho de Filo y Sofía». Llamo a la puerta y me abre la misma conserje que me mandó a aquel lugar hace un rato, y sin extrañarme demasiado le pregunto que quién es la directora del departamento ¿Filo o Sofía?

Sombras en la puerta

Ante esto, la buena mujer me dice que las dos están de vacaciones y que para cualquier cosa relacionada con el departamento tengo que preguntar por Irene, que es quien está estos días al mando. Así que pregunto por ella y me dice (ya sé que todo esto parece un poco surrealista) que se ha ido a la carcel a visitar a su hermano; que volverá cuando acabe el horario de visitas, que es a medianoche.

Claro, mi pregunta es que si el instituto seguirá abierto a esas horas tan intempestivas, a lo que la conserje me responde que no, que ellos ya trabajan bastantes horas a la semana y que a las ocho de la tarde cierran la puerta…

Y ya no recuerdo más porque en ese momento eran las 7:30 de la mañana y estaba escuchando una canción de Nacho Vegas y Christina Rosenvinge que no me era desconocida; me había acostado con el iPod puesto y a esas horas de la mañana tenía ya los auriculares casi tatuados en las orejas.