Abandono definitivamente el equipo de ultimONivel

Puede que a algunos de vosotros esto no os pille por sorpresa, ya que en los últimos meses apenas he redactado un análisis y dos reportajes para ultimONivel y es algo que se veía venir porque llevaba un tiempo bastante «desaparecido»; pero después de estar dándole vueltas al tema durante las últimas fechas he tomado la decisión de dejar oficialmente el equipo de redactores y colaboradores de la web dado que ahora mismo no me veo capacitado para aportar nada interesante a un proyecto del que he formado parte durante tres largos e intensos años.

Sé que ya hubo una ocasión a finales de 2008 en la que anuncié mi salida del equipo por motivos parecidos a los que hoy os voy a exponer; pero el caso es que al final me lo pensé mejor y volví a mis labores como redactor. Sin embargo, desde aquello no he vuelto a ser el mismo y no he sido capaz de mantener un ritmo de publicación ni remotamente parecido al de mis épocas más prolíficas, lo que me da a entender que tenía razón en aquello que planteaba hace algo más de un año.

Esto que ahora os estoy contando es algo muy meditado, absolutamente firme y que saben los miembros del equipo desde hace un par de días comprendiéndolo al 100% debido a que se trata de una decisión fundamentada en una serie de principios que tengo bastante claros y que ahora os resumiré un poco. Como os digo, es algo que para mí tiene toda la lógica del mundo; pero de cualquier modo se agradece enormemente la comprensión del resto del equipo.

Pues bien, en términos generales la cosa es que no creo que sea útil para la web tener como colaborador (no digamos ya como redactor) a una persona que ahora mismo está completamente fuera de la órbita del mundo del videojuego. Veo que de unos meses a esta parte desconozco por completo las últimas novedades que han salido al mercado y que el único medio especializado en estos temas que consulto es ultimONivel más que nada por las vinculaciones personales que me unen a ello. Preguntadme por cualquier tema de fotografía y seguro que os puedo responder algo coherente; pero si por ejemplo queréis saber cuál será el próximo título de Capcom os diré que no tengo ni la menor idea. Y que conste que esto es algo de lo que ya me di cuenta hace unos meses y que me llevó a adoptar un cambio de rol en la web.

Echando un poco la vista atrás me doy cuenta de que este cambio de perspectiva se inició según terminaba mi etapa universitaria: durante los años de clases, prácticas, laboratorios y demás, al llegar a casa me apetecía mucho ponerme a los mandos de la consola y echarle horas a algún título que me tuviera entretenido sin preocuparme mucho de lo que deparara el futuro.

Sin embargo, cuando aprobé la última asignatura de la carrera y entré a trabajar en Komatsu, comencé a preocuparme por otro tipo de cosas. Seguía disfrutando con los videojuegos, pero no tanto como antes debido a que al entrar en el mercado laboral ciertas cosas empezaron a cambiar en mi modo de ver el mundo. Al fin y al cabo, nuestra forma de ser viene determinada por las circunstancias que nos rodean; y las mías habían variado mucho en los últimos tiempos.

Y así, poco a poco llegué a la situación actual en la que los videojuegos no me llaman en absoluto la atención debido a que en mi tiempo libre lo que más me llena es salir a la calle a caminar y hacer fotos, conocer gente y escribir historias personales, relatos o artículos sobre fotografía en este blog.

Sea como sea, después de todo lo vivido durante estos años en relación con los videojuegos en general y con ultimONivel en particular, aunque ahora mismo lo veo como algo remoto, es posible que en el futuro me vuelva a picar el gusanillo y retome un poco esta afición por los videojuegos que empezó cuando tenía siete años; pero si hoy por hoy dispongo de un rato libre, he de reconocer que la opción de agarrar una videoconsola es una de las últimas de mi lista. Además, una de las cosas que más me gustaba de mi labor en ON era la asistencia a presentaciones y eventos varios; pero además de que el ambiente en estos actos se ha enrarecido un poco de un tiempo a esta parte, por incompatibilidad de horarios me es imposible cubrir nada de esto en la actualidad.

Durante el tiempo que he formado parte del equipo de redacción he escrito un centenar de artículos que ahí quedarán como testigo de mi paso por la web; pero si miro en mi interior me doy cuenta de que en esta etapa de mi vida no me siento capaz de escribir con propiedad sobre un tema por el que he perdido todo el interés que tenía en épocas pasadas.

De todos modos, no quiero finalizar esta entrada sin dejar claro que los amigos hechos en ON perduran en el tiempo del mismo modo que seguiré pasando asiduamente por el foro como hasta ahora. En ese sentido nada va a cambiar, porque más allá de ser redactor, colaborador o un simple forero más, el espíritu y la ilusión que fundaron ese proyecto permanecen intactos esté donde esté cada uno de nosotros.

Mucha suerte a todos los miembros pasados, presentes y futuros de una comunidad de amantes de los videojuegos que no tiene comparación con ningún otro rincón de Internet.

Por último, y como homenaje a todo este tiempo como miembro del ON Team, aquí dejo el avatar que hasta hoy he llevado en el foro de esa maravillosa familia que es ultimONivel para tenerlo siempre a mano y no olvidar al carismático Manny Calavera que mucha gente identifica conmigo. A partir de ahora mi imagen tendrá más que ver con la fotografía que con los videojuegos, pero el protagonista de Grim Fandango siempre estará en mi recuerdo.

Las fotografías no se hacen; se sienten

Según va pasando el tiempo cada vez me doy más cuenta de que las fotografías no se hacen; se sienten.

Muchas veces os he hablado de aspectos técnicos sobre esta bonita disciplina; pero creo que nunca he compartido con vosotros mi forma de decidir entre hacer una fotografía de algo o no hacerla. Y os adelanto que eso es algo que no lleva asociada regla matemática alguna ni sistema científico de ningún tipo, ya que se basa fundamentalmente en la experiencia propia que sólo el tiempo es capaz de darle a cada uno.

Mirando hacia arriba

Como os decía, artículos técnicos hasta el momento he escrito muchos en estas entradas y todavía quedan unos cuantos más para el futuro; pero para no centrarme sólo en ese tipo de temas he decidido adentrarme también en aspectos algo más personales de la fotografía. Evidentemente mis fotos no sin ni mejores ni peores que las tuyas, estimado lector, porque al fin y al cabo una fotografía no es más que el punto de vista personal e intransferible de cada uno sobre aquello que le rodea; pero creo que lo que quiero contar hoy se puede aplicar a prácticamente todo el que tenga una cámara en las manos.

Sin darnos cuenta, en las fotografías se reflejan nuestros miedos, inquietudes, obsesiones, creencias, anhelos, deseos… Y eso las convierte en una herramienta muy válida para comprender la forma de sentir y de pensar de una persona. Después de haber subido más de tres mil fotografías a Flickr, creo que si alguien recorre mi galería de principio a fin descubrirá cosas sobre mí que tal vez incluso yo mismo desconozco.

Cabizbajos

Por eso digo que no puedo daros ninguna receta mágica para salir a la calle y hacer fotos; pero sí que os contaré qué es lo que me hace sentir el impulso de mirar por el visor y apretar a continuación el disparador.

Conociendo el equipo

Lo primero de todo, como ya recalqué hace unas cuantas semanas, es conocer las limitaciones de nuestro equipo fotográfico. Es decir, saber qué fotografías vamos a poder hacer y cuáles no con el material que tenemos disponible. Si tenemos una cámara sencilla con un objetivo zoom poco luminoso, no esperéis poder hacer la típica foto de un colibrí chupando el néctar de una flor con las alas extendidas, ya que para eso hace falta equipo muy caro y voluminoso. Sin embargo, conociendo cuales son los límites de nuestra cámara y nuestras ópticas, seremos conscientes de lo que podemos hacer bien y saldremos a la calle sabiendo en lo que podemos centrarnos para obtener una buena imagen. Y que conste que hay cientos de fotos fantásticas que podemos hacer con cualquier cámara por simple que esta sea, como ésta que hice meses atrás en Madrid con mi ya veterana Sony DSC-P200.

De Madrid al cielo

Para no alargarme demasiado no insistiré más en este aspecto, pues en la entrada reseñada anteriormente tenéis más información sobre la importancia de conocer lo que podemos hacer con el material que poseemos.

Los ojos siempre bien abiertos

Obviamente, un aspecto fundamental es ir por la calle con los ojos bien abiertos. Es decir, de nada sirve salir a hacer fotografías si no levantamos la mirada del suelo. Tal vez así descubramos un enlosado precioso al doblar una esquina; pero podéis dar por hecho que el 90% de las cosas fotografiables nos pasarán completamente desapercibidas.

Luces y sombras

En mi caso particular siempre intento buscar detalles no muy habituales: tejados con formas originales, hileras de cosas que se repiten, sombras, colores vivos, reflejos, gente… Elementos en los que no todo el mundo se fija y que son los que hacen de la fotografía de un lugar común toda una sorpresa. Por cierto, aprovecho para mencionar en este punto a Baldomero Perdigón, que es todo un maestro en esto de buscar los puntos de vista más originales de Alcalá.

La importancia de ser receptivo

Pese a lo anterior, hay que reconocer que hay días y días. Habrá ocasiones en las que saldremos con la cámara y todo nos llamará la atención y otras en los que ya nos pueden plantar en medio de los Campos Elíseos y no seremos capaces de ver nada digno de ser retratado. Sobre esto yo tengo una teoría según la cual todo tiene, por lo menos, una foto bonita. Lo complicado es encontrársela.

Traffic accident

En cualquier caso, pese a que en ocasiones la inspiración sea nula, lo mejor es salir a la calle con la idea en la cabeza de que la mejor foto del día puede estar en cualquier lugar. Abrir nuestras miras y no restringirnos sólo a dos o tres cosas es lo que hará de nuestras fotografías una experiencia muy gratificante.

Nunca borres fotos en plena calle

Alguna vez he visto una foto recién capturada en la pantalla de la cámara y he pensado en borrarla de inmediato; pero ya me ha ocurrido en varias ocasiones que he llegado a casa y al verla en el ordenador me he dado cuenta de que no era tan mala como pensaba o que tratándola en blanco y negro (o de algún otro modo) ganaba unos cuantos puntos.

Un ejemplo de esto que os digo es aquella imagen en la que la sombra de una persona no parecía corresponderse con la edad de su dueña. Hoy miro la fotografía y me parece bastante original, pero también recuerdo que nada más verla en la cámara pensé que no era gran cosa y que podría borrarla.

Juventud en la sombra

Al fin y al cabo, en las tarjetas actuales caben una barbaridad de fotografías, así que es mejor borrar las imágenes una vez que estemos cómodamente sentados delante del ordenador.

Lo importante es que te guste a ti

A la hora de hacer una fotografía (como al escribir en este blog) sólo sigo una norma: que me guste a mí. Nunca hago una fotografía pensando en que le guste a Fulanito o a Menganito, ya que entonces esto dejaría de ser algo completamente personal. A la hora de decidir qué fotos publico me guío por mi propio criterio, y así seguirá siendo a no ser que algún día acabe trabajando como fotógrafo para algún cliente.

Ramas secas

Creo que en la vida es importante seguir tu propio instinto en la medida de lo posible, y ya que tanto en el tema fotográfico como en lo que escribo por aquí tengo plena libertad para hacer lo que crea oportuno, la norma es simple: si estoy contento con el resultado lo publico; y si no, se va a la papelera.

Si luego la fotografía coincide con vuestros gustos y consideráis que es buena, yo me alegraré un montón; pero lo principal es que me guste a mí, porque sólo de ese modo se puede crear un estilo propio y personal a la hora de retratar las cosas.

Lo que digan los demás está de más

Algo muy ligado con lo anterior es la importancia de ser tú mismo a la hora de hacer fotografías. Que no te importe plantarte en medio de una calle atestada de gente para captar la imagen de algo que te ha llamado la atención. Yo a veces me he sentado en el suelo en busca de un ángulo diferente, me he subido a lugares elevados para hacer un plano picado, me he plantado en medio de una glorieta para hacer fotos de un atasco… Y siempre estará el típico idiota que te pitará con el coche o se reirá al verte intentar hacer una foto en una postura extraña; pero cuando llegas a casa y ves el resultado te das cuenta de que si no te hubieras atrevido a hacer esa foto, no podrías sentirte orgulloso de ella.

A contracorriente

Esto lo aprendí en mis experiencias como reportero de ultimONivel, ya que si bien en las primeras presentaciones a las que acudí yo me sentaba en mi sitio y trataba de no dar mucho el cante; pronto aprendí que aquí el que no corre vuela, de modo que empecé a sacar la cámara y ponerme a hacer fotos dónde y cuándo mejor me pareciera.

¡Disfrútalo!

Lo más importante es que la fotografía practicada como afición sea eso: una afición de la que disfrutar. Si un día teníais pensado salir a hacer fotos y no os apetece… ¡Quedaos en casa! Del mismo modo, si tenéis ganas de salir a la calle porque sentís que estáis inspirados y hay posibilidades de conseguir la foto de vuestra vida, no dejéis que un cambio de planes a última hora apague vuestra creatividad.

¿Te apetece un té?

Disfrutad. Haced lo que os de la gana con vuestra cámara, que para eso os la habéis comprado. Con ella en la mano tenéis la posibilidad de retratar el mundo como os parezca, y no habrá nadie que pueda demostrar que vuestro modo de ver las cosas sea mejor o peor que otro. Creed en vosotros mismos y veréis cómo vuestras fotos van ganando en calidad prácticamente sin que os deis cuenta.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Las cosas que suelo llevar en mi bolsa de fotografía

Hoy se me ha ocurrido que podría resultar curioso mostraros lo que suelo llevar en mi bolsa de fotografía cuando salgo con la cámara a cuestas, así que he sacado su contenido, le he hecho una fotografía y gracias a ella me voy a explayar a gusto sobre el tema  😉

Hay gente que prefiere montar un objetivo en la cámara y llevarla al cuello todo el día (Ken Rockwell, sin ir más lejos) pero yo prefiero coger la bolsa, que es mucho más discreta, cabe algún objetivo más (recordad mi teoría que dice «siempre llevarás montado en la cámara el objetivo menos adecuado para la foto que vas a hacer») y además todo va mucho más protegido contra golpes e inclemencias meteorológicas. De hecho, mi bolsa es una Lowepro Nova 2 AW que lleva una funda impermeable por si nos sorprende una tormenta en medio de ninguna parte.

Pero, bueno, en vez de irme por las ramas voy a centrarme en poneros la fotografía de todo el equipo y os cuento lo que es cada cosa.

Lo que hay habitualmente en mi bolsa de fotografía

NOTA: si pulsáis sobre la fotografía accederéis a su página de Flickr donde he colocado unas notas emergentes sobre cada elemento de tal modo que podéis ver mejor qué es cada cosa

De izquierda a derecha tenemos los siguientes elementos:

AF Nikkor 50mm 1.8D
AF-S Nikkor 55-200mm 1:4-5.6G ED con su parasol montado al revés
– Tarjeta de memoria de reserva (512 MB)
– Nikon D40 con AF-S Nikkor 18-55mm 1:3.5-5.6GII ED
Filtro polarizador B+W «slim»
– Bayeta de microfibra para limpieza
– Mando a distancia compatible
– Tapa del cuerpo de la cámara

Mi cuarto objetivo, el 35 – 70 de 1986, rara vez lo llevo encima, pues lo empleo casi exclusivamente para hacer fotografía macro en casa con mis tubos de extensión; pero estos tres objetivos que veis en la imagen los empleo prácticamente cada vez que salgo a la calle. De todos modos, de vez en cuando me da la venada y me voy sólo con un objetivo montado en la cámara para «obligarme a usarlo». Unas veces es el 50mm, otras el teleobjetivo… pero es verdad que llevar un sólo objetivo potencia la creatividad y te obliga a pensar más los encuadres (especialmente si es el 50mm, que no tiene zoom de ningún tipo).

Por suerte mi bolsa es bastante cómoda de transportar y aunque me pase toda una tarde dando vueltas con ella no acabo con la espalda hecha un cuatro. Aún así, suelo alternar su transporte al hombro (con su correa acolchada) con ratos en las que la llevo en la mano como si fuera un maletín para así ir repartiendo la carga y no terminar con agujetas :mrgreen:

Lo de la tarjeta de reserva es más por cubrirme las espaldas en caso de fallo que por falta de espacio en la que va dentro de la cámara, pues es una Sandisk clase III de 4GB que en ninguna excursión he llegado a llenar ni a la mitad. El parasol montado al revés en el 55-200 es por tema de espacio en la bolsa, pues de este modo se puede transportar el parasol (importante para evitar flares y reflejos cuando el astro rey pega fuerte) sin que el objetivo abulte mucho más. Es una pena que aunque sea una práctica habitual por parte de los fabricantes, no todos los parasoles admitan este tipo de colocación para el transporte o almacenaje del objetivo.

La bayeta de microfibra es por si cae algún salpicón en la lente frontal de uno de los objetivos; y aunque por la calle nunca me ha hecho falta limpiar nada, prefiero no confiarme demasiado y arruinar una gran foto por una estúpida mancha. Del mismo modo, llevo la tapa del cuerpo de la cámara por si por cualquier motivo (aunque ahora mismo no se me ocurre ninguno) tengo que dejarla sin ningún objetivo montado. Si no tuviera la tapa a punto, entrarían un montón de motas de polvo que acaban por ensuciar el sensor.

Y  por último, el mando a distancia todavía no lo he estrenado porque lo he comprado hace apenas una semana, pero su utilidad es para autorretratos, fotos de grupo con el fotógrafo incluido y para evitar cualquier tipo de movimiento de la cámara empleando el modo bulb (de eso ya hablaremos en otro momento  😛 ).

Y ya está; ese suele ser mi equipaje de mano cuando salgo a hacer fotos; aunque confieso que llevo ya unos cuantos días en los que salgo a la calle única y exclusivamente con el 50mm montado en la cámara; ¡me encantan los desenfoques que es capaz de ofrecer!

De todos modos, hace unos días estuve experimentando con un nuevo cacharrito que me permite hacer algo muy útil con las fotografías de paisaje; pero como es un tema extenso, bien merece una entrada aparte, así que lo veremos dentro de unos días  😉

Soy el nuevo coordinador de redactores de ultimONivel

Llegan cambios a ultimONivel, siendo el más notorio en cuanto a la web se refiere la incorporación de nuevos redactores como ya os anuncié hace unos días.

Puesto que a partir de ahora la plantilla va a ser más numerosa es necesaria la figura de alguien que coordine al equipo adjudicando análisis en función de los conocimientos y máquinas que cada uno posea, programando fechas de publicación para el material que se vaya redactando y en general tratando de que los contenidos vayan apareciendo regularmente en el tiempo y haya un equilibrio entre todo el equipo.

Pues bien, mis propios compañeros han querido que sea yo el que ocupe ese puesto; cargo que tras pensarlo un tiempo he decidido aceptar. Superado mi empacho de videojuegos del que os hablé durante el recién terminado verano me siento lleno de fuerzas y con muchas ganas de llevar lejos este proyecto. Veo que los candidatos a nuevos redactores se están tomando las pruebas de selección muy en serio y eso me hace presagiar que vamos a tener un buen año.

Así que nada, estoy deseando que entren los nuevos integrantes para guiarles y hacerles sentir como en casa. Sé que tendré más de un quebradero de cabeza con esto, pero por otra parte el ser la mano que lleve el ritmo de la página (además de mis actividades propias de redactor) es algo que me enorgullece y me ilusiona mucho porque creo que es el premio a una actitud mantenida durante estos dos años que la web lleva en marcha.

Ya os iré contando cómo va todo; de momento y para estrenarme, este Jueves ya tengo una presentación en Nintendo. Será mi primer reportaje de la tercera temporada. ¡Manny Calavera os manda un saludo!