Alcalá de Henares, ciudad políglota (documental de TVE)

Llevo 25 años viviendo en esta ciudad y he de reconocer que es un lugar que me encanta: sus algo más de doscientos mil habitantes la convierten en un lugar no tan bullicioso como pueden ser Madrid o Bercelona al tiempo que es lo suficientemente grande como para encontrar en ella todo lo necesario para vivir con comodidad y además cuenta con un montón de rincones encantandores.

En este blog escribo sobre todo lo que se me pasa por la cabeza, y precisamente por eso hay tantas entradas que hablan sobre Alcalá de Henares. Ya sea en forma de historias con sus calles como escenarios o mediante fotografías que muestran sus rincones, la ciudad complutense está muy presente a lo largo de las más de 1250 entradas que llevo publicadas hasta el momento.

Y que conste que a veces intento ver el blog desde un punto de vista externo y me da la sensación de que alguien podría pensar que llevo algún tipo de comisión con el ayuntamiento o algo así. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: escribo sobre Alcalá porque me gusta y porque es donde suceden la mayor parte de las historias que me ocurren; así de simple.

Por eso, hoy me gustaría invitaros a conocer la ciudad desde otro punto de vista: mediante un documental de TVE grabado en el año 2002 y perteneciente a la serie «Ciudades para el siglo XXI» el cual, durante su media hora de duración, se acerca a la ciudad desde muy variados ángulos.

Alcalá de Henares, ciudad políglota (RTVE)

En él aparecen los rincones que tantas veces he retratado con mi cámara, el lugar donde estudié toda mi carrera, edificios con encanto, plazas por las que siempre me gusta pasar… En definitiva, un documento audiovisual francamente bueno que os va a mostrar la ciudad que me ha visto crecer y que podéis ver si pulsáis sobre la imagen que ilustra la entrada.

Vistas desde Nepal

Una chica de camisa amarilla, voz alegre e intensos ojos azules se dirigió a mí en el portal, justo cuando iba a sacar mis llaves del bolsillo. Dijo que seguía mi blog habitualmente; y basándose en ello se había formado una idea bastante aproximada de mi forma de ser y que, precisamente por eso, pensó que era la persona idónea para darle una opinión sincera sobre algo que había creado.

Me puso en las manos un DVD titulado «Vistas desde Nepal» y me pidió que lo viéramos juntos. Decía que era un cortometraje que había hecho; el primero de toda su vida tras una serie de cursos dedicados al cine, y que necesitaba un punto de vista de alguien externo y neutral. Nadie había visto esas imágenes todavía; ni siquiera su familia, de modo que podía considerarme un privilegiado al haber sido elegido para valorar un proyecto en el que no se habían escatimado esfuerzos ni ilusiones.

No me negué a aquello; me encanta que me ocurran cosas imprevistas, de modo que acepté aquel extraño ofrecimiento y ella añadió que para disfrutarlo plenamente había que verlo en un lugar elevado tal y como sugería el título del corto. Subimos a una colina tapizada de un césped cuidado con un mimo exquisito: una alfombra verde sobre la que era una delicia caminar descalzo y sentarse a disfrutar del frescor de la tarde.

Con un suave chasquido de sus dedos el sol aceleró su periplo celeste y en segundos dio paso a una noche estrellada mientras en una pantalla gigante surgida de la nada se proyectaban las primeras imágenes grabadas en aquel disco misterioso. Nieves perpetuas en las cimas de los grandes picos que se podían divisar, gente humilde abrigada con todo tipo de prendas y, al fondo, la curvatura de la tierra bajo un cielo tan azul que parecía irreal. El corto aparentemente no narraba ninguna historia, pues se limitaba a mostrar la belleza de las cosas que nos rodean. Había visto en los últimos años mil programas de televisón protagonizados por aventureros a la conquista del Polo Norte y de las montañas más altas del planeta sin sentir la mitad de las cosas que estas imágenes conseguían evocar dentro de mí. No sé qué había en aquel sencillo cortometraje, pero fuera lo que fuera me tenía absolutamente absorto en un mar de paz y armonía.

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Allí estábamos los dos: cómodamente sentados en la cima del mundo, comiendo palomitas y disfrutando de unos breves minutos de cine documental. Sin tráfico, sin gente, sin ruidos, sin frío ni calor… Eché de menos mi cámara; quise inmortalizar aquel momento, pero ella dijo que no podía ser; que esos instantes eran tan especiales que sólo podía guardarlos en mi mente. Si los olvidaba, se perderían sin remedio en la noche de los tiempos.

El cortometraje terminó, y cuando miré a mi derecha con los ojos húmedos por la emoción de lo que había visto en la pantalla para felicitar a aquella chica misteriosa me encontré con su dedo índice posado en mis labios al tiempo que me decía: «shhhh… no digas nada; si hablas se acabará para siempre».

Nada más abrir la boca para pronunciar la letra ‘a’, el maldito despertador ejerció su dictadura de cada mañana con un desagradable y repetitivo pitido al tiempo que me daba cuenta de que tenía que haber hecho caso a la chica de los ojos azules. Si no hubiera dicho nada, tal vez el sueño hubiera continuado un rato más… Y aunque también me prohibió fotografiar el momento nada dijo sobre plasmarlo en una hoja de papel, así que eso fue precisamente lo que hice nada más abrir los ojos tumbado en mi cama.

La música une al mundo

Supongo que ya conoceréis el vídeo que os voy a poner hoy porque de un tiempo a esta parte se está difundiendo muchísimo por internet e incluso en televisión. De hecho yo lo conocí porque nos lo enseñó un compañero de trabajo en la oficina (corrillo alrededor de su ordenador cuando se puso a verlo con el volumen al máximo  :mrgreen: ).

Se trata de uno de esos experimentos maravillosos que se le ocurren de vez en cuando a alguien y que en esta ocasión trata de que músicos callejeros de todo el mundo interpreten la conocida canción «Stand by me» cada uno con su estilo particular y montar luego el audio y el vídeo de tal modo que parezca que todos tocaban al unísono. Un extractoto de un documental titulado «Playing for change» que se llevó unos cuantos premios recientemente y que el mes de Abril se lanzará en formato DVD.

Me ha parecido una auténtica joya audiovisual que no quería dejar de compartir con todos vosotros. ¡Feliz Domingo!  😉

La historia del iPod (documental en ocho partes)

Ayer por la noche, haciendo tiempo antes de ir al cine, me encontré echando un vistazo a Youtube un documental en castellano sobre la historia del reproductor de Apple dividida en ocho partes (por la famosa limitación de los 10 minutos de la web)

El caso es que me pareció bastante interesante y esta misma mañana he aprovechado para ver el resto de capítulos (anoche sólo pude ver los tres primeros), así que ahora os lo comento aquí por si queréis adquirir un poco de «cultura para concursos», que son esos conocimientos que no nos convertirán en sabios pero sí amplían nuestra visión general de las cosas 😛

Os pongo el primer capítulo directamente aquí y los demás en forma de enlace para no saturar la entrada con demasiados vídeos.

Primera parte (el mismo vídeo que el mostrado, pero también os lo pongo como enlace)

Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte

Quinta parte

Sexta parte

Séptima parte

Octava parte