Desenfoques resultones casi sin esfuerzo

Seguro que en más de una ocasión os habéis fijado en esas fotografías consistentes nada más que en unos cuantos círculos luminosos. Son muy habituales en motivos navideños y aunque resultan bastante agradables a la vista, realizarlas no tiene demasiada complicación como vamos a ver en esta entrada de hoy.

Luces de selenio

Requisitos técnicos

Lo único que necesitamos para realizar este tipo de fotografías es un objetivo de gran luminosidad. Precisamente por eso se suelen emplear cámaras de tipo réflex y objetivos de focal fija con aperturas de f/1.8 o superiores. En general un simple 50mm f/1.8 puede dar unos resultados más que satisfactorios, sobre todo teniendo en cuenta que no cuesta más de cien euros.

AF-D Nikkor 50mm 1:1.8 (III)

Comentaros también que los teleobjetivos profesionales ( el típico 70-200 f/2.8 o un 300 f/2.8 ) también realizan este tipo de imágenes bastante bien; pero pueden costar veinte veces más que una sencilla óptica fija, así que para aficionados como yo quedan directamente descartados.

Y eso es todo lo que necesitamos en cuanto al equipo fotográfico para hacer nuestros propios desenfoques hollywoodienses. Sólo nos falta salir a la calle (o montar la escena en casa) y probar hasta conseguir el resultado deseado; que es lo que vamos a ver a continuación.

Buscando las condiciones ideales

Para este tipo de fotografías debemos buscar luces puntuales y bastante lejanas en lugares en penumbra o directamente oscuros. Escenarios idóneos son calles atestadas de tráfico, semáforos y farolas porque aparecerán como decenas de puntos brillantes en el encuadre que se convertirán por arte de magia en otros tantos discos luminosos de colores.

Reflejos

Una escena como la que tenéis en la imagen que hay sobre estas líneas podría servir para nuestros propósitos, pero en caso de querer realizar nuestros experimentos en casa las luces ideales serían las que están hechas a base de LEDs; como por ejemplo las típicas ristras luminosas que se colocan en los árboles de Navidad. Colocándonos a cierta distancia de ellas obtendremos un resultado bastante bueno.

Por supuesto, como en toda fotografía nocturna que se precie, debéis retirar el filtro UV del objetivo si lleváis uno puesto; ya que de no hacerlo aparecerán reflejos fantasma, manchas luminosas y otros desagradables efectos.

La técnica

La técnica para obtener la imagen es de lo más simple que podemos encontrarnos: se trata de emplear una de las aperturas más grandes disponibles y enfocar a mano a muy corta distancia. En cuanto al tiempo de exposición, puesto que las condiciones de iluminación van a ser un poco «extrañas» es posible que el exposímetro de la cámara no realice sus cálculos con precisión, de modo que será mejor variar la exposición a mano hasta lograr el resultado deseado.

Como os decía, la apertura a emplear ha de ser grande. Si el objetivo tiene palas rectas usaremos la más grande disponible (el número f más bajo de todos), pues de ese modo los círculos saldrán perfectos. En el caso de un objetivo con palas redondeadas podremos emplear alguna apertura menos extrema por si queremos controlar el tamaño de los círculos de luz. Esto es debido a que los puntos de luz se renderizarán con la forma del diafragma como ya vimos en un artículo anterior, por lo que si queremos que la fotografía resulte natural debemos procurar que el diafragma sea lo más redondo posible.

Y eso es todo. Teniendo en mente tan sólo tres cosas: apertura grande, luces puntuales lejanas y enfoque a muy corta distancia podremos obtener nuestras propias imágenes cargadas hasta los topes de bokeh.

Desenfoques navideños

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

El comportamiento de la sociedad ante la muerte de un artista

A estas alturas no os vais a sorprender si os digo que Michael Jackson ha muerto. Yo al menos llevo toda la mañana escuchando y viendo noticias sobre el tema ya sea en boca de mis compañeros de oficina, de cualquier página web o de la radio del coche. Pero no es de la muerte de Michael de lo que os quiero hablar; sino que pretendo, simplemente, hacer una breve reflexión sobre ciertos patrones de comportamiento que se repiten cada vez que ocurre algo de este tipo.

tickets

Apenas unas horas después de saltar la noticia, Thriller se ha convertido en el álbum más vendido de iTunes en EEUU; estando colocados ahora mismo 8 discos de Michael Jackson entre los 40 más vendidos. Y quien dice EEUU dice casi cualquier parte del mundo, pues con la muerte del artista se han disparado las ventas de todo lo que tenga que ver con él.

Pero vamos a ver: ¿por qué cuando muere un artista a tantísimas personas les da por comprar su material? Comprendo que a la gente le llame la atención la noticia porque se trata de un personaje público (yo mismo leí con atención la sorprendente noticia esta mañana cuando miré como cada día mientras desayuno la web de El País); pero lo de salir corriendo a comprar los discos de Michael Jackson compulsivamente es algo que escapa a mi comprensión.

Y lo peor es que las discográficas y representantes de estos artistas fallecidos se frotan las manos gracias a estas tendencias sociales. Sin ir más lejos, cuatro días después de la muerte de Antonio Vega apareció en el mercado un doble disco de grandes éxitos. ¿Casualidad? No lo creo; y seguro que a estas horas en Sony Music ya hay alguien haciendo planes y echando cuentas.

Es decir, que de aquí a una temporada nos esperan reediciones de los discos de Michael Jackson, repeticiones de todos los documentales que se han emitido a lo largo de su carrera, un porrón de programas especiales en Televisión… y todo porque cuando muere un artista a la gente le da por devorar «de pe a pa» toda su obra.

Yo, por mi parte, llevaba muchos años sin escuchar a Michael Jackson. Tuve una época, hará más o menos una década en la que estaba bastante enganchado a sus discos Bad, HIStory y Dangerous; pero aquella época pasó y no volví a escuchar apenas nada de él. Su carrera en los últimos años poco (o nada) tenía ya que ver con la de sus años más brillantes, y yo, aunque lamento su pérdida por todo lo que ha hecho por la música, no me sentiré triste porque en el futuro no vaya a haber más novedades discográficas por su parte. Al fin y al cabo, Michael Jackson ya demostró todo su valor en el pasado y siempre nos quedarán sus discos para cuando nos apetezca volver escucharlos en el futuro.