Al final conseguí que Debian funcionara perfectamente en el PC de sobremesa. Sin embargo, el verdadero problema fue la instalación de Windows XP, que no era capaz de ejecutarse adecuadamente sobre el hardware del ordenador pese a que me había descargado los drivers necesarios de la web de Acer.
Al final he recapacitado y he vuelto a instalar Windows Vista, pues aunque en la última semana me ha hecho un par de faenas gordas, he de reconocer que durante todo este tiempo ha funcionado muy bien en mi PC. De todos modos, una vez instalado, lo que he hecho ha sido reducir la partición que lo alberga para dejar 50 GB libres destinados a Debian.
Veo en los comentarios de las dos entradas anteriores que algunos pensáis que lo de Debian es más un capricho que una necesidad; y aunque hay algo de verdad en ello porque todo lo que hago en Debian lo puedo hacer en Windows, también es cierto que tengo mis motivos para emplear este sistema operativo, así que paso a enumerarlas:
– Me atrae mucho la filosofía del software libre. Hay programas de este tipo incluso mejores que algunos de tipo comercial. Sin ir más lejos, Open Office se ha convertido en la única suite ofimática que tengo instalada en mis tres ordenadores ya sea bajo Windows o bajo GNU / Linux.
– El sistema de gestión de paquetes por medio de Aptitude me parece algo grandioso. Todo el software disponible centralizado y actualizable a la versión más actual con apenas un par de comandos.
– GNU / Linux es un software capaz de sacar todo el rendimiento posible a las máquinas sobre las que se instala. Su consumo de memoria es muy bajo, no ocupa demasiado en el disco duro y está tan optimizado que todo funciona a mayor velocidad que en Windows.
– Del mismo modo, al haber miles de personas actualizando constantemente el sistema, se adapta con rapidez al hardware más actual, de tal modo que empelando la versión 64 bits de Debian me aseguro de que le estoy sacando todo el rendimiento posible a mi ordenador.
– Debian es el sistema operativo que empleo en mi Asus EeePC 701 casi desde el primer día; y pese a haber estado centenares de horas utilizándolo, jamás he tenido ni un sólo cuelgue, pérdida de datos ni problemas en general.
– Además de todo esto, hay que tener en cuenta que me gusta mucho probar cosas por mí mismo, y cualquier variante de GNU / Linux es un sistema operativo ideal para esto porque tiene una filosofía de uso y mantenimiento muy diferente a Windows, de tal modo que al final sabes manejar ambos (siempre he pensado que cuantos más conocimientos se tengan en la vida, mejor).
Pues bien, una vez comentado todo esto os comento que el software de mi ordenador ya está totalmente instalado y, por lo tanto, no os daré más la lata sobre este asunto 😛 . Cuando tenga que retocar fotografías me pondré con Windows; sistema en el que también he instalado el gestor de correo Mozilla Thunderbird, por lo que al final será el sistema que más tiempo emplee. Sin embargo, a la hora de dedicar una tarde a «internetear», escribir una larga entrada en el blog o querer experimentar un poco con el sistema arrancaré Debian y lo emplearé para estas cosas y algunas más.
Eso sí, antes de terminar estos párrafos me gustaría daros las gracias a todos los que habéis comentado alguna cosa en las entradas relacionadas con este tema, ya que vuestros puntos de vista y reflexiones me han ayudado a darme cuenta de que renunciar por completo a Vista puede ser un quebradero de cabeza a largo plazo. Esta claro que Vista no es ninguna maravilla, pero bueno, después de ver cómo va XP en este ordenador prefiero quedarme como estoy; pero además ahora con la posibilidad de ejecutar Debian cuando me apetezca.
¡Un saludo!