Corrección de defectos ópticos con Lightroom 3

Los que me conocéis o habéis seguido un poco la evolución de este blog sabréis que desde hace tiempo Lightroom es todo lo que necesito para el procesado de las fotografías que disparo desde que salen de la tarjeta de memoria hasta que las subo a mi Flickr. Me parece una solución completísima tanto para las operaciones de procesado como tal sobre los ficheros RAW como para la clasificación y organización de los mismos; y de ahí que siempre que alguien me pregunta sobre qué software utilizar le recomiende esta opción de Adobe.

El refresco del dragón

Pues bien, en la versión 3 (que lleva ya unos meses a la venta) una de las novedades más jugosas es la incorporación de una función de corrección de defectos ópticos de forma automática siempre que el conjunto de cámara y objetivo empleado para hacer la fotografía esté en la base de datos del programa (en caso contrario tenemos la opción de hacerlo manualmente). Una base que sigue ampliándose poco a poco hasta el punto de que ya abarca a la mayoría de mis ópticas y que si queréis consultar podéis mirar en el blog oficial de Adobe Lightroom donde se han ido comentando las ópticas y cámaras que se han añadido en cada revisión lanzada (actualmente está disponible la 3.3).

¿Qué defectos corrige Lightroom 3?

Los defectos corregidos de manera automática por Lightroom son el viñeteo, las aberraciones cromáticas y las distorsiones ópticas; precisamente los tres tipos de defectos que hemos visto en otros tantos artículos del blog.

Estas correcciones se llevan a cabo sin más que activar la opción correspondiente a la hora de procesar una fotografía determinada; pero no penséis que están hechas «a capón» porque por ejemplo, como ya os dije en el artículo correspondiente, la distorsión geométrica en objetivos de focal variable varía en función de la distancia empleada; y ya que esta información se graba en los datos EXIF de la imagen, Lightroom hace uso de ella para que la corrección sea precisa y al final obtengamos líneas rectas en todo el encuadre. De hecho, si tenemos un ojo de pez Nikon podemos linealizar la imagen resultante de forma totalmente automática.

Lo mismo ocurre con el viñeteo (que también varía en función de la distancia focal y la apertura empleada) así como las aberraciones cromáticas, por lo que empleando Lightroom 3 podremos disparar con cierta tranquilidad sabiendo que en post-procesado podemos corregir estos defectos que os comento sin demasiadas complicaciones.

Sea como sea, el programa siempre nos da la opción de variar la cantidad de aplicación de cada uno de los tres parámetros según nuestros gustos, porque tal vez para un retrato nos interese mantener un cierto oscurecimiento en las esquinas que siempre centra la atención del espectador en la zona central de la imagen. Esto se realiza mediante los tres controles deslizantes que se pueden apreciar en la captura de pantalla anterior.

Un ejemplo sencillo

A modo de ejemplo, os ofrezco un ejemplo un poco extremo realizado con mi Nikkor AF-S 16-85 f/3.5-5.6 VR en el que disparé a la mínima distancia focal y máxima apertura de forma perpendicular a una pared de ladrillos con objeto de dejar patente tanto la distorsión de barril como el viñeteo producido.

Nikon AF-S 16-85 VR @ 16mm f/3.5 (sin corrección por software)

Una vez procesada la imagen en Lightroom 3 el resultado es similar a haber realizado la fotografía con un objetivo de mayor calidad al no quedar apenas rastro de defectos ópticos como se puede apreciar en la siguiente imagen.

Nikon AF-S 16-85 VR @ 16mm f/3.5 (corregido por software)

¿Y si mi objetivo no aparece en Lightroom 3?

Si por lo que sea determinado objetivo no está todavía incluido en la base de datos del programa, siempre podéis echar mano de la corrección manual de los parámetros antes descritos para mejorar mediante postprocesado el rendimiento del mismo aunque, como comprenderéis, lo más cómodo es contar con una óptica soportada por el programa para que con un simple click nos olvidemos de los dichosos defectos ópticos y que además las correcciones se adapten a la focal (si es que el objetivo es de tipo zoom) y la apertura empleadas en cada fotografía.

Siempre es mejor partir de una buena base

Obviamente siempre es mejor emplear un objetivo que no introduzca ningún tipo de defecto óptico en nuestras imágenes, porque en fotografía cuando mejor sea «la base» mejores resultados obtendremos al final. Sin embargo, no debemos ignorar la opción que nos da Lightroom de mejorar la calidad de nuestras ópticas sin más que hacer un click de ratón.

Aparcamiento

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Nunca publiquéis en Internet una foto de vuestras llaves

No sé si es que yo soy demasiado precavido o que hay gente que tiene mucha confianza en la bondad del ser humano; pero el caso es que a mí jamás se me ocurría colgar una foto de mis llaves en Internet.

Lo que define a una llave son dos cosas: el modelo y su dentado. Si dos llaves son de modelos diferentes sencillamente una no encajará en la cerradura de la otra; pero si las dos pertenecen al mismo modelo lo único que las diferenciará es el relieve de las mismas, que teóricamente es único para cada cerradura debido a su principio de funcionamiento que podréis ver con claridad en la siguiente animación:

Pues bien, debido a la elevada resolución de las cámaras actuales y que gracias a la «globalidad» de Internet es posible que alguien pueda saber dónde vivimos, la acción de colocar a la vista de cualquiera una imagen de las llaves de nuestra casa es poco menos que una temeridad. Me explico:

Una simple búsqueda en Flickr de las palabras «key» o «llave» devuelve cientos de resultados entre los que hay unas cuantas imágenes en las que se distingue la forma de alguna llave con una claridad asombrosa. Y claro, ya os estaréis imaginando que si una persona conoce vuestra dirección postal, tiene en su poder una de esas fotografías y sabe manejar una copiadora de llaves no le resultará excesivamente complicado clonar ese pequeño trozo de metal que da acceso a vuestra vivienda.

Llaves

Fotografía publicada por el usuario kenwood en Flickr

Poco importa que la llave se vea desde un lateral o desde cualquier otro punto de vista porque mientras se distingan sus dientes, con un algoritmo de corrección de perspectiva (como el que incorpora cualquier programa de retoque fotográfico) el proceso de recomponer un perfil a partir de una vista oblicua es algo completamente trivial tal y como podéis apreciar en el siguiente ejemplo que os he preparado en apenas unos segundos:

Refresco

Por supuesto, no pretendo alarmaros con esto y, de hecho, si me conocéis un poco sabréis que siempre intento dar a conocer este tipo de cosas porque creo que lo mejor para ir tranquilo por la vida es estar informado. Sin embargo, si tenéis colgada por ahí alguna imagen en la que se distingan con claridad vuestras llaves (tal vez para mostrar un llavero que os hayan regalado) yo particularmente os recomiendo que la retiréis o que al menos añadáis un rectángulo opaco sobre el filo de la llave para evitar posibles disgustos porque, como dice un conocido refrán, más vale prevenir que curar.

Aberraciones cromáticas

Las aberraciones cromáticas suelen aparecer con frecuencia en algunas fotografías. Es un defecto óptico que se suele dar con mayor frecuencia en cámaras compactas de gama baja, si bien también puede darse en cámaras réflex empleando algunos objetivos y bajo ciertas condiciones de iluminación.

¿Qué son las aberraciones cromáticas?

El término aberración cromática engloba a los defectos ópticos consistentes en la tinción con cierto color no deseado de las transiciones entre elementos muy contrastados de la imagen. De hecho, el método clásico para comprobar si aparecen aberraciones cromáticas bajo ciertas condiciones consiste en hacer una fotografía a unas ramas o elementos similares a contraluz.

Como podéis apreciar, los bordes de las hojas a contraluz aparecen teñidos de un tono morado bastante antiestético que es un claro ejemplo de aberración cromática.

¿Por qué se producen las aberraciones cromáticas?

Este defecto depende fundamentalmente de la óptica empleada y se produce por algo muy sencillo de entender: la luz se compone de muchas longitudes de onda diferentes, correspondiendo cada una de ellas a un color tal y como muestra la siguiente imagen.

A modo de curiosidad os diré que las ondas de longitud mayor de 700 nm se consideran radiación infrarroja del mismo modo que aquellas ondas con una longitud inferior a los 400 nm pertenecen al espectro de la radiación ultravioleta. En cualquiera de los dos casos, estas ondas son invisibles para el ojo humano, ya que sólo podemos captar longitudes de onda entre 400 y 700 nm, que son las que originan el espectro visible de colores.

Una vez repasados estos conceptos básicos, en lo que a fotografía se refiere lo ideal sería que cuando tenemos algo enfocado todas las longitudes de onda converjan en el mismo punto de la superficie del sensor para «dibujar» el elemento de forma completamente nítida. Sin embargo, empleando ciertas ópticas puede ocurrir que determinadas longitudes de onda tengan su punto de convergencia ligeramente adelantado o retrasado con respecto a la superficie del sensor. En tal caso, los bordes de elementos oscuros sobre fondo claro (o viceversa) pueden aparecer teñidos de tonos azules, rojos, verdes o amarillos; algo que se intenta evitar añadiendo ciertas lentes especiales a la fórmula óptica del objetivo.

En la siguiente imagen tenéis una explicación gráfica que os ayudará a entender el por qué de esos bordes coloreados en ciertas imágenes. Si las componentes azul y roja de la imagen se dibujan en puntos diferentes al del plano de la imagen aparecerá en los bordes del motivo fotografiado este defecto óptico que hoy estamos viendo.

También es habitual que las aberraciones cromáticas aparezcan en los reflejos puntuales sobre superficies brillantes; y de hecho esto es algo que ya os comenté en la review del Nikkor AF ED 80-200mm f/2.8D sacando a relucir el siguiente recorte a escala 1:1 de una fotografía tomada con él:

En una óptica perfecta, esos bordes azulados en los brillos no deberían de existir, siendo los límites de los mismos completamente blancos. Sin embargo, ya veis que en este tipo de situaciones aparece una componente azul en forma de halo en torno al punto luminoso que en ciertas fotografías pueden apreciarse con claridad.

¿Cómo evitar las aberraciones cromáticas?

Puesto que estamos ante un defecto óptico del objetivo, para evitar la aberración cromática sólo podemos tratar de «esquivar» las condiciones bajo las que éste se produce. La cosa no sólo consiste en evitar reflejos puntuales y fuertes contrastes en nuestras imágenes; sino también evitar usar las aperturas y las distancias focales más propensas a producir este fenómeno. Ya sé que siempre insisto en lo mismo, pero se demuestra una vez más que conocer nuestro equipo fotográfico es lo que más nos va a ayudar a hacer mejores fotografías.

De todos modos, las aberraciones cromáticas no son demasiado complicadas de eliminar en postproceso. Cualquier software avanzado de retoque fotográfico nos va a ofrecer la posibilidad de mitigar estos defectos e incluso hay cámaras que corrigen esto por ellas mismas internamente, por lo que no llegaremos a ver las aberraciones cromáticas captadas por el sensor si disparamos en formato JPG y tenemos activada esta característica que os digo.

De hecho, me gustaría mostraros con un ejemplo práctico el resultado de una corrección de este tipo, y para ello vamos a emplear una imagen tomada hace unos días en un partido de fútbol donde estuve probando el 80-200 f/2.8, la vamos a abrir en Adobe Lightroom para visualizarla a escala 1:1 y luego nos centraremos en ese detalle que os he marcado con un recuadro rojo.

Si nos fijamos en el poste vertical de la portería que hay al fondo vamos a ver que en su parte derecha hay una componente amarillo-verdosa que no es otra cosa que una de esas aberraciones cromáticas de las que estamos hablando hoy.

Mediante los controles de corrección de las aberraciones cromáticas podemos mitigar estas eliminando la componente de color no deseada del borde del poste dándole a este una apariencia casi completamente neutra como podemos ver en el siguiente recorte capturado una vez aplicado el correctivo.

Como podéis imaginar, en la fotografía vista a un tamaño normal la aberración cromática es prácticamente invisible, y prueba de ello es que en la imagen original que subí hace unos días a Flickr ni siquiera me molesté en aplicar la corrección que hemos visto hoy porque sencillamente ni me di cuenta del tono amarillento del poste que aparece al fondo. De hecho, aquí tenéis la imagen en cuestión en la que la atención se centra en el jugador con el número 30:

Día de partido

La importancia de conocer las cosas

Ahora ya sabéis de dónde proviene este defecto óptico que tan a menudo se presenta en ciertas ópticas; y precisamente eso es lo más importante que quería mostraros en este artículo. Evitar su aparición no es fácil porque bajo ciertas condiciones poco vamos a poder hacer para que no se produzca pero, como habéis podido ver, siempre podemos mitigar sus efectos en buena medida mediante las herramientas que la fotografía digital pone a nuestro alcance. Ahora, como de costumbre, todo es cuestión de probar y experimentar por nosotros mismos.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia