Monitorización de parámetros de un PC usando un Stream Deck

Desde hace muchos muchos años soy un fan total de los instrumentos de medida; y más si estos lo hacen en tiempo real. En mi casa tengo un vatímetro, un osciloscopio, un vúmetro, un luxómetro, una cámara termográfica… Como suelo decir a mis compañeros de trabajo, que ya me conocen bastante bien: «Si mide algo es posible que lo tenga».

Midiendo, que es gerundio

El caso es que el PC tampoco se libra de mi manía de cuantificar todo, y cuando planificaba el montaje de mi nuevo ordenador de sobremesa una de las cosas que tenía en mente era contar en algún momento con la posibilidad de conocer ciertos parámetros en tiempo real mediante algún tipo de pantalla externa o similar.

Al principio usaba utilidades como Aida64 o MSI Afterburner para ver los datos en el propio monitor que me hacían el apaño perfectamente, pero cuando estás usando un videojuego a mí particularmente no me gusta tener un montón de números superpuestos en una esquina de la pantalla, de modo que luego consultaba el histórico de las gráficas generadas por Afterburner y así veía qué temperaturas máximas había alcanzado la GPU, cómo de rápido se calentaba la caja del PC con los tests de estrés del 3D Mark, qué carga máxima de proceso soportó la CPU jugando a Cyberpunk 2077, a que porcentaje de regulación de PWM llegó su ventilador, etc.

El caso es que un día me cansé de mirar gráficas porque lo que quería era un sistema externo auxiliar al que pudiera echar un vistazo en todo momento mientras jugaba a Red Dead Redeption II o echaba números en una hoja de Excel y tras buscar información vi que tenía la opción de usar una Raspberry Pi conectada en red con un S.O. especial orientado a mostrar información de otro sistema en tiempo real. Tenía el material necesario para ello, pero no era una cosa sencilla y además iba a añadir unos cuantos cables a mi escritorio.

Lo que pasa es que al final di con algo con lo que no contaba inicialmente y que al final me pareció la mejor opción con diferencia para lo que yo buscaba: un Stream Deck de ElGato.

¿Qué es un Stream Deck?

El Stream Deck es un dispositivo USB consistente en un pequeño panel con una serie de botones físicos configurables para lanzar diversas acciones en el ordenador y cuya peculiaridad es que cuenta con una pantalla OLED de 72 x 72 pixels en el interior de cada tecla.

Lo habitual es que lo usen «streamers» de modo que durante sus retransimisiones puedan cambiar de cámara, jugar con la intensidad de la luz, modificar la superposición de imágenes, meter efectos de sonido, twittear algo, silenciar el micro… Pero además tiene una característica adicional que es la que me hizo decantarme por él: se pueden desarrollar plugins externos para agregar así funcionalidades no contempladas inicialmente por el fabricante.

Cómo usar un Stream Deck para monitorizar un PC

Y así, indagando un poco más, enseguida me encontré con un plugin que enlaza con el software de monitorización para Windows llamado HWinfo y nos permite mostrar en los botones del Stream Deck aquellos parámetros que queramos consultar en todo momento, refrescándose cada segundo y generando incluso una mini-gráfica para cada uno de ellos. Algo ideal para mis propósitos de tener siempre a la vista temperaturas, velocidades de ventiladores, carga de procesador y gráfica…

Como tampoco tenía 100% claro que la cosa fuera a funcionar todo lo bien que quería, me hice con el modelo más básico de los tres que existen, el cual cuenta con sólo seis botones. Lo bueno es que cualquier botón se puede convertir en una carpeta e ir así agrupando infinidad de parámetros, pero mi primera configuracion fue la que tenéis ahí arriba consistente en visualizar carga, temperatura y velocidad de ventiladores de CPU y GPU.

Total, que instalé el Stream Deck con su software, descargué el plugin desde este enlace siguiendo las instrucciones y también la versión gratuita del programa HWinfo en su revisión 6.24 ya que las posteriores dan algunos problemas de compatibilidad con esta historia que quería montar.

Una vez lanzado el configurador del Stream Deck sólo hace falta añadir el plugin y a partir de ahí empezar a personalizar tus botones para mostrar lo que quieras, siendo enorme la variedad de tamaños de letra, icosnos, colores… Yo, por supuesto, me decanté por el azul, ya que es el predominante en el ordenador desde el que os escribo.

Cómo lo uso yo

En mi caso particular, ahora mismo lo tengo configurado de tal modo que en la «portada» veo temperaturas de CPU, GPU y caja así como las RPM de los ventiladores regulados mediante PWM de la caja del PC. En los dos botones que me quedan libres he creado dos carpetas llamadas CPU y GPU entrando a las cuales dispongo en cada caso de otros datos como porcentaje de uso, potencia consumida, velocidad de ventiladores…

Viendo ahora lo bien que funciona creo que hubiera sido mejor hacerme con el Stream Deck de 15 botones porque así tendría todo a la vista de un simple vistazo sin necesidad de crear carpetas, aunque también es verdad que a veces el exceso de información puede saturarte y no fijarte en lo verdaderamente importante.

En realidad lo que quiero tener bien presente son las temperaturas de los tres elementos principales del PC: CPU, GPU y caja. El resto de cosas como velocidad de la conexión de red, velocidad de la RAM, temperatura de los discos duros, etc a día de hoy no me preocupan demasiado; y lo bueno es que si quiero tenerlas controladoras no tengo más que configurar los botones del Stream Deck, porque anidando carpetas puedes tener todos los parámetros del sistema a apenas un par de pulsaciones.

En la imagen que hay sobre este párrafo podéis ver cómo tengo configurado el stream deck ahora mismo con esos dos botones que me llevan a una «pantalla» anidada en la que puedo ver los datos específicos de la CPU y la GPU. Lo que hay a la derecha es un termómetro-higrómetro de Xiaomi que me dice la temperatura ambiente de la habitación, ya que es algo que influye bastante en la temperatura interior de la caja del PC y, por supuesto, también lo tengo a la vista y en cuenta.

Cuanto más sencillo, mejor

Como habréis podido ver esto que hemos visto hoy es algo muy sencillo de instalar y configurar, así que si os ha llamado la atención y os gustaría poder consultar ciertos parámetros de vuestro ordenador en cualquier momento os animo a que hagáis algo así en vuestro tiempo libre porque el resultado, desde mi punto de vista, es muy molón.

¡Nos leemos!

Actualización 18-10-2021

Finalmente he dado con la configuración que más me convence para el uso que le doy al Stream Deck, así que os voy a poner a continuación las pantallas que la conforman.

Pantalla principal con los iconos de acceso a los detalles bajo la temperatura de cada uno de ellos

Parámetros de la CPU

Parámetros de la tarjeta gráfica

Parámetros varios del sistema

Actualización 20-04-2022

Viendo que le doy bastante uso a este método de consultar en tiempo real diversos parámetros de funcionamiento del PC he sustituido el Stream Deck Mini por la versión estándar de 15 teclas, la cual me permite tener a la vista los principales datos de CPU, GPU y sistema además de permitirme tener una carpeta con accesos directos a las apliaciones que más frecuentemente utilizo.

Como podéis ver, esta vez he separado los parámetros por colores (CPU en rojo por aquello de que es AMD, GPU en verde por ser Nvidia y el sistema en azul porque me parece molón). De este modo tengo todo a la vista y puedo ver cómo van evolucionando los diferentes parámetros poniendo en perspectiva unos con otros.

Los modos de enfoque en las cámaras réflex

Me hubiera gustado haber tratado antes el tema de los modos de enfoque porque lo considero muy interesante y porque a lo largo del tiempo muchos me lo habéis pedido; pero dado que mi anterior Nikon D40 sólo disponía de tres de ellos, no ha sido hasta la llegada de la D300 con sus 51 puntos y sistema de seguimiento 3D cuando he podido probar por mí mismo la versatilidad que ofrecen los modelos actuales a la hora de jugar con este parámetro y contaros mis propias impresiones.

Agua cristalina

Una breve reseña histórica

En la época de las cámaras con enfoque manual la única ayuda con la que contaba el fotógrafo era un círculo partido en el centro del visor que quedaba alineado cuando el motivo estaba perfectamente nítido. La idea de tener varios puntos de enfoque era totalmente inviable y la técnica para retratar al sujeto de forma descentrada en el encuadre consistía en colocarlo en el centro del visor, enfocar y a continuación realizar la composición deseada.

Nikon EM (1979)

Las primeras cámaras autofocus aparecidas en la década de los ochenta poseían un sólo punto de enfoque en el centro del visor. Por lo tanto a la hora de componer la imagen teníamos que seguir empleando la misma técnica de las cámaras de enfoque manual; sólo que en esta ocasión el disparador de la cámara tenía dos tramos en su pulsación: en el primero se bloqueaba el enfoque y pulsando a fondo es cuando se tomaba la fotografía. Por tanto, la técnica correcta para fotografiar algo consistía en situar el motivo en el centro del visor, pulsar el disparador hasta la mitad, componer la imagen definitiva sin soltar el botón de disparo y una vez conformes con la composición elegida presionarlo por completo para tomar la fotografía.

Sin embargo, los ingenieros de la época pensaron que sería útil tener más de una zona de enfoque de tal modo que pudieramos mostrar de forma nítida a sujetos que estuvieran en otras zonas del encuadre diferente de la central sin tener que andar colocándolos en medio del encuadre. Así surgieron los sistema de enfoque con varios puntos, creciendo cada vez más el número de estos de tal modo que el fotógrafo ahora podía concentrarse en la composición eligiendo posteriormente el punto sobre el que se encontrara el sujeto que quería mantener enfocado en la imagen final.

Los puntos de enfoque en las réflex digitales

Las primeras réflex digitales que aparecieron en el mercado contaban con tres o cinco puntos de enfoque. Posteriormente fueron apareciendo modelos que incorporaban siete puntos y las de gama profesional solían rodar los once hasta la llegada de la Nikon D3, que disparó esa cifra considerablemente.

Visor Nikon D1x (Junio de 2001)

Las cámaras réflex actuales suelen rondar los diez puntos de enfoque en el caso de las más simples hasta alcanzar los 51 de la gama profesional de Nikon o los 45 de la Canon 1D Mk IV. Además, contar con tantos puntos de enfoque nos garantiza una buena cobertura del visor como se puede apreciar en el siguiente diagrama extraído del manual de la Nikon D300.

Visor Nikon D300 (Marzo de 2008)

Ahora bien, tener semejante cantidad de puntos de enfoque puede ser contraproducente si sólo los empleamos para elegir uno de ellos, ya que a la hora de componer la fotografía corremos el riesgo de perder mucho tiempo pegándonos con la cruceta de control para elegir el punto deseado de entre todos los disponibles en el visor. Precisamente para evitar esto en las cámaras que cuentan con un numero elevado de puntos lo habitual es que tengamos la posibilidad de reducir su número a una cifra más contenida (11 en el caso de la D300).

De todos modos, hay que señalar que no todos los puntos de enfoque son iguales, ya que por lo general los centrales son más sensibles que los de la periferia. En mi Nikon D40, de los tres puntos sólo el central es de tipo cruzado y los dos de los laterales están orientados para detectar mejor las líneas verticales; mientras que en la D300 los 15 puntos de la retícula central son de tipo cruzado y los restantes son de un sólo sentido.

Bicicleta otoñal

Eso sí, tampoco os compliquéis mucho la vida porque a efectos prácticos podéis emplear todos los puntos sin preocupación, ya que en la inmensa mayoría de las situaciones todos ellos van a funcionar con mucha precisión; especialmente con objetivos de apertura generosa que siempre proyectan más luz sobre la pantalla de enfoque y por tanto facilitan la labor a los componentes electrónicos encargados de estos asuntos.

Por cierto, me gustaría señalar que si dejamos que la cámara elija por ella misma el motivo principal de la fotografía es posible que se iluminen varios puntos de enfoque pertenecientes todos ellos al mismo plano, ya que como sabréis sólo es posible tener un plano enfocado en la imagen al mismo tiempo.

Sólo viento

Los modos de enfoque

En cuanto a los modos de enfoque, las cámaras réflex poseen tres diferentes cada uno con una aplicación; aunque ya sabéis que en fotografía nada constituye una norma inquebrantable y todo consiste en probar con las posibilidades que nos brinda nuestra cámara:

Estos modos se eligen mediante el menú de la cámara en los modelos más sencillos o bien mediante un selector físico presente en algún lugar del cuerpo de las cámaras de gama media y alta.

Selector modo de enfoque Nikon D300

· Simple (S): Ideal para sujetos estáticos, paisajes, retratos… en general para cosas que requieren tomar fotografías con tranquilidad y sin prisas. En este modo se pulsa el disparador hasta la mitad y una vez que se fija el enfoque éste queda bloqueado hasta que hacemos la fotografía o bien soltamos el disparador y lo volvemos a pulsar. Por cierto, para este tipo de fotografías que os comento lo habitual es dejar que la cámara fije el foco sobre el motivo más cercano al espectador como en el siguiente ejemplo; si bien para retratos, fotos con muy poca profundidad de campo y casos en los que queremos afinar mucho lo que queremos que aparezca nítido en la imagen es mejor elegir el punto de enfoque por nosotros mismos.

Resistencia primaveral ante el otoño

· Continuo (C): Es el modo más habitual en fotografía deportiva, de naturaleza y, en general, de aquellas modalidades en las que se suele emplear el disparo a ráfagas. En este caso la cámara fijará el enfoque sobre un objeto y esta lo seguirá manteniendo enfocado aunque cambie la distancia a la que se encuentra de nuestra posición. Si os fijáis en la recta de meta de un estadio durante la final de los 100 metros lisos veréis un montón de fotógrafos con tremendos teleobjetivos colocados al fondo del estadio; y lo que suelen hacer es usar este modo de enfoque para disparar varias ráfagas según los corredores avanzan de frente hacia ellos asegurándose de que el corredor al que están retratando aparece nítidamente en todas ellas.

S.P. Cabanillas - C.D.E. Caraquiz (23/10/2010)

· Manual (M): En este caso el enfoque lo realiza el fotógrafo mediante el anillo que para tal fin posee el objetivo que tengamos montado en la cámara. Normalmente se emplea este modo en aquellos casos en los que el enfoque automático no es capaz de fijar el foto correctamente (situaciones de baja iluminación, poco contraste en el motivo…) y por lo general sólo tiene utilidad para sujetos estáticos; ya que es realmente difícil clavar el foco en un objeto en movimiento.

Carrusel nocturno

Las variantes del modo de enfoque continuo

Los modos simple y manual no dejan demasiada libertad de elección al fotógrafo en cuanto a variación de parámetros. Cierto es que podremos elegir el punto de enfoque que queramos de entre todos los disponibles pero como os decía, estos dos modos están pensados sobre todo para motivos estáticos y de ahí que sean bastante sencillos de emplear.

La verdadera «chicha» viene con el modo continuo, ya que ahí sí que tenemos bastante libertad de elección en función de la cámara que estemos empleando. Por ejemplo, en mi D300 puedo elegir varios modos de seguimiento pensados para sujetos que se mueven «en tres dimensiones»: si el sujeto enfocado se mueve con rapidez y se sale del punto de enfoque que lo cazó en primera instancia la cámara es capaz de detectar esta situación y fijar el enfoque buscándolo con los puntos circundantes.

Ferias y Fiestas Alcalá 2010

Persiguiendo al motivo

Si el sujeto se mueve con cierta suavidad como puede ser un ciclista o un patinador, podremos seguirle con cierta precisión y en tal caso con que estén alerta los nueve puntos que rodean al que esté activo es suficiente. Sin embargo, si el sujeto se mueve con rapidez por todo el encuadre (podéis pensar en un jugador de ténis) podemos hacer que la totalidad de puntos estén constantemente ojo a vizor para convertirse en el punto activo si el motivo al que estamos siguiendo cae sobre cualquiera de ellos.

Precisamente en ese tipo de situaciones estuve probando hace tiempo mi cámara y os aseguro que es realmente curioso comprobar cómo el punto de enfoque empleado inicialmente para fijar el foco en el motivo de turno se mueve acompañándolo por todo el encuadre a medida que éste se desplaza de aquí para allá.

Nikkor 80-200 f/2.8

Del mismo modo, en las cámaras de gama profesional también podemos configurar el lapso de tiempo durante el cual, si el motivo principal queda oculto, la cámara entiende que ha desaparecido y pasa a buscar otro motivo. Esto se hace por ejemplo para fotografías de aves en movimiento, ya que es posible que en su recorrido pasen por detrás de árboles u otros elementos y durante esos instantes no nos interesa que la cámara se ponga a buscar un nuevo punto de enfoque como una loca.

En general, por el tipo de fotografía que suelo hacer (urbana y paisaje sobre todo) empleo muy poco el enfoque continuo; y mucho menos el seguimiento activo con varios puntos de apoyo y demás. Sin embargo, contar con tantos puntos de enfoque repartidos a lo largo y ancho de buena parte del visor permite que me centre en la composición de la fotografía siendo el tema del enfoque una tarea mucho más simple que si me tuviera que poner a seleccionar zonas y demás.

Lechuza (perfil)

Una ayudita nunca viene mal

Ya sabéis que al final lo que importa de verdad es la persona que está detrás del visor de la cámara; pero siempre es bueno contar con el apoyo de la técnica para centrarnos en las tareas más artísticas dejando que los automatismos hagan el trabajo sucio por nosotros. No es delegar nuestras decisiones en la cámara (cosa a la que siempre me he opuesto) sino hacer las cosas de un modo más sencillo.

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