Review: patinete eléctrico Xiaomi Mijia M365

Le tenía echado el ojo al patinete eléctrico de Xiaomi desde incluso antes de su lanzamiento en China, ya que me parecía un dispositivo práctico, bonito, moderno e ideal para los apasionados de la electrónica como yo. En mi mente la idea de tener uno de estos patinetes eléctricos cobraba fuerza, pero me tiraba para atrás lo poco acostumbrados que estamos en España a estas cosas viendo que incluso la gente mira con extrañeza a aquellos que van a trabajar en bicicleta.

Sin embargo todo esto cambió este pasado verano en un viaje con mi novia a París, ya que en sus calles me harté de ver a gente que iba y venía en estos aparatos. Jóvenes, mayores, gente de compras, ejecutivos de traje con portátil a cuestas… En ese momento me di cuenta de que aquello era una revolución en ciernes y que yo quería formar parte de ella sin importar que los demás me miraran con gesto raro.

Con esa premisa empecé a buscar por Madrid algún Mijia M365; y aunque de importación no salían demasiado caros me daba miedo que lo pararan en aduanas (la caja es muy grande) y al final la broma me saliera mucho más cara de lo esperado. El caso es que mirando en anuncios de segunda mano al final di con uno a buen precio y me hice con él sin darle muchas vueltas al asunto porque estaba más que convencido desde hacía unos días. Por fin, ya tenía mi Xiaomi.

Cuando lo recogí vi que la batería estaba casi totalmente cargada, así me dirigí directamente al parque Juan Carlos I, donde hice mis primeros kilómetros con un scooter eléctrico y me di cuenta de que la sensación de desplazarse con un vehículo que no hace ruido ni quema zumo de dinosaurio es fantástica y que subido en él eres el centro de atención de niños y mayores. Los niños alucinan: te señalan, gritan, corren detrás de ti, les dicen a sus padres que quieren uno de esos… Y los mayores por su parte hacen comentarios  que van desde el típico «¡hala, cómo mola!» hasta algún «parece un taca-taca» o «la gente es que ya ni se molesta en caminar».

Recuerdo aquella tarde de sábado recorriendo el anillo ciclista del parque, adelantando a las bicicletas en las subidas, yendo por los caminos de tierra y pudiendo alcanzar sin esfuerzo cualquier rincón del recinto en pocos minutos y me viene a la cabeza el subidón mental que llevaba porque no hacía más que pensar «esto es flipante, es flipante…». Estaba seguro de que había hecho una compra que de alguna manera iba a cambiar mi concepto de los desplazamientos por las ciudades.

Pero bueno, el caso es que después de tres meses usando prácticamente a diario el Mijia M365 y tras unos 300 Km recorridos sobre él tengo claro que el futuro es eléctrico y que de aquí a unos años vamos a ver un avance en el sector del transporte impulsado por este tipo de energía que cambiará radicalmente el sistema de movilidad actual basado en su mayor parte en combustibles fósiles.

Podríamos sentarnos a debatir sobre la prohibición de la circulación de vehículos de combustión en las ciudades y jamás llegaríamos a un consenso; y por eso lo que hoy pretendo no es más que hacer un análisis de un patinete eléctrico que consigue sacarte más que una sonrisa cuando vas sobre él y que creo sinceramente que es uno de los primeros esbozos de un cambio de mentalidad urbana en ciernes.

Datos técnicos

No me extenderé mucho en este apartado porque los datos técnicos los podéis encontrar a nada que hagáis una búsqueda en Google. Pretendo centrar la review en sensaciones y experiencias, pero aun así aquí tenéis algunos de los fríos números que da el fabricante mezclados con algunos detalles que he visto yo:

  • Autonomía: 30 Km
  • Velocidad máxima: 25 Km/h
  • Batería: 30 celdas litio LG 18650 en formato 3P10S. 7800 mA/h @ 36 Vcc. 1,5 Kg
  • Motor: Tipo brushless integrado en la rueda delantera. 250 W con picos de hasta 500 W
  • Subida de pendientes: hasta 14% aprox.
  • Sistema de frenado: frenada regenerativa (KERS) en la rueda delantera con e-ABS y freno de disco en la trasera
  • Luces: frontal blanca y trasera roja fijas. Luz de freno parpadeante cuando actúa el freno de disco. Catadióptrico trasero
  • Conectividad con app de la marca a través de Bluetooth
  • Material principal: aluminio
  • Dimensiones: 1080x430x1140 mm (extendido). 1080x430x490 mm (plegado).
  • Altura de la tabla con respecto al suelo: 15 cm
  • Peso: 12,5 Kg
  • Capacidad máxima de carga: 100 Kg
  • Colores disponibles: negro y blanco
  • PVP en España: 349 euros

Experiencia de uso, consejos y advertencias

Mi intención en estos párrafos es tratar de transmitiros las sensaciones que me ofrece este patinete durante su uso. Quiero centrarme en qué se me pasa por la cabeza, que echo en falta y también en comentaros algunas cosas importantes de cara a su manejo y su mantenimiento; así que espero que el esfuerzo de escribir todo esto os sirva para guiaros en la compra o no de este gadget y al mismo tiempo para ayudaros a resolver los problemas que os puedan ir surgiendo con el tiempo.

Lo primero que noté al verlo en directo es que su aspecto dista mucho de ser un juguete. El patinete está hecho de aluminio de muy buena calidad, con un grosor de las paredes considerable que le da un tacto sólido como una roca y unas soldaduras perfectamente ejecutadas que contribuyen a la rigidez general del conjunto. Es verdad que esto hace que pese un poco más de lo que me gustaría, pero la robustez del patinete es indudable y no vamos a notar flexiones raras en los materiales ni nada parecido. Del mismo modo, la pintura que se ha usado en este modelo tiene un tacto áspero y que aguanta bien los roces del día a día así como también parecen de lo más resistentes las zonas de goma blanda (puños y tabla) que son los puntos de contacto con el usuario.

Como os decía, a día de hoy llevo ya unos 300 Km recorridos con el patinete y todavía me sorprende la fuerza que tiene cuando en el modo de funcionamiento estándar pulsas el acelerador a fondo y vas a poca velocidad. De hecho las primeras veces agarraba con mucha fuerza el manillar porque me daba la sensación de que se me podía escurrir si me sudaban las manos (no olvidemos que lo compré a finales de agosto). La aceleración no es como en un coche o una moto en la que esta depende del régimen de revoluciones en el que estemos, sino que en un vehículo eléctrico el par está disponible desde el primer momento y es prácticamente lineal.

Una peculiaridad de este modelo es que desde parado el patinete no se mueve aunque pulsemos el acelerador que tenemos junto al puño derecho; ya que el «arranque» consiste en subirse en él, darle un impulso inicial con el pie y a partir de ahí ya el acelerador comenzará a actuar. No nos hará falta volver a poner un pie en el suelo a no ser que nos detengamos, pero el arreón incial hay que dárselo por seguridad. Por cierto, que se enciende y se apaga con una pulsación larga sobre el único botón que hay en el centro del manillar.

Para que os hagáis un poco una idea de cómo nos deplazamos sobre el patinete os voy a poner a continuación un breve vídeo que grabé en el campus de ciencias de la UAH en la que trato de captar el movimiento el patinete a través de una serie de tomas rápidas.

Y hablando de aceleración, disponemos de dos modos de funcionamiento en el Mijia: el modo normal y el modo ECO. Se cambia entre modos dando una doble pulsación al botón del manillar y la diferencia entre ambos es la velocidad máxima (18 Km/h en el ECO) y la aceleración, que es considerablemente más suave en el modo ahorrativo. Yo, habitualmente, uso el modo ECO porque maximiza la duración de la batería; pero aun así alguna vez si veo que voy sobrado de batería cambio un rato al modo normal y me doy alguna alegría. Cuando estamos en el modo ECO el LED inferior de los cuatro que hay en el manillar se ilumina en color verde; mientras que si estamos en modo normal este LED será blanco como el resto.

Estos LEDs sirven para conocer en todo momento la carga de la batería, teniendo ocho estados intermedios: con la batería al 100% están encendidas de forma fija las cuatro, cuando está al 88% comienza a parpadear la superior, cuando llegamos al 75% se apaga la luz superior quedando fijas las tres inferiores… Y así hasta que cuando nos queda un 12% parpadea la luz inferior apagándose esta (y todo el patinete) si la carga de la batería llega al 0%.

Me gusta mucho el relieve tanto de la tabla del patinete como de los puños, pues es resistente y bastante antideslizante. Hasta el momento no he pegado ningún resbalón ni se me ha escapado la mano del manillar incluso al pasar sobre algún bache yendo rápido, así que cumplen su cometido bastante bien y tiene pinta de que el relieve no se desgasta con facilidad porque incluso en los puños (zona de contacto permanente) el aspecto es prácticamente como el del primer día.

Las ruedas agarran bastante bien. Si habéis probado patinetes con ruedas de poliuretano sabréis que los giros a veces son un poco un acto de fe y en mojado es mejor no ir ni en línea recta. En el caso del Xiaomi las ruedas tienen dibujo y agarran muy bien; sobre todo en seco. En mojado no he hecho mucho el animal porque a mi edad no me apetece partirme la crisma, pero he girado con cierta alegría y frenado con todas mis ganas sin irme al suelo. Eso sí, lo que os sugiero es que tengáis cuidado al acelerar fuerte, pues en zonas húmedas o con tierra si llevamos el peso hacia atrás la rueda delantera derrapa que da gusto y yo particularmente ya me di un susto un día en el parque Juan Carlos I. No me fui al suelo, pero falto poco porque al acelerar girando un poco sobre tierra la rueda delantera empezó a derrapar y el patinete se me fue de lado; si bien fui capaz de sacar el pie a tiempo y la cosa no pasó de ahí.

Algo que debéis tener siempre presente es que el motor no está completamente sellado frente a la humedad, de modo que no os metáis en charcos muy profundos porque si entra agua entre el neumático y la llanta delantera (no debería, pero puede pasar si sumergís la rueda más allá del grosor del caucho) el líquido elemento podría llegar al interior del motor provocando un desastre. Ah, eso sí, en mojado los guardabarros que lleva el patinete hacen que no nos salpique ni una gota de agua, así que en ese sentido un 10 para Xiaomi.

Por cierto, ojo al bajar bordillos altos porque aunque tiene bastante altura libre al suelo, como la plataforma es muy larga podemos pegarle un rascón a la tapa inferior, la cual es de plástico y se marcará. Como orientación, podéis pasar sin problemas por los típicos rebajes de las pasos de peatones y cosas así; pero si vais a bajar un bordillo «al uso» es mejor bajar y tirar del manillar hacia arriba al sortearlo, porque además del rascón que os comentaba, al no llevar ningún tipo de suspensión el golpe contra el suelo es fuerte y más adelante veremos que ese tipo de sacudidas no le van a sentar bien a la parte eléctrica del bicho.

Ya que estamos, vamos a hablar de la batería, porque es uno de los puntos principales (si no el que más) del patinete: la batería se recarga en un enchufe estándar con el cargador que viene con el patinete y normalmente tardará en ello un máximo de cinco horas (siempre en función de cómo haya quedado de carga en el último viaje).

Sea como sea, al igual que en un coche, el estilo de conducción va a ser una factor muy importante de cara a la autonomía. Xiaomí dice que el patinete puede recorrer 30 Km con una sola carga, pero por mi experiencia os puedo asegurar que no es fácil sacarle más de 20 Km en realidad. Ojo, 20 Km está más que bien, pero para homologar esos 30 Km han debido usar a un niño de 25 Kg dando vueltas a una pista hecha de teflón. Vamos, lo mismo que los fabricantes de coches y sus medias de consumo inalcanzables en el mundo real.

Lo fundamental para maximizar la autonomía es controlar las aceleraciones: la corriente que absorbe el motor se dispara durante las aceleraciones fuertes, y eso hace que la autonomía baje muchos kilómetros. Lo mismo ocurre en subidas prolongadas y cuando hay mucho viento en contra. Y es verdad que tenemos un sistema de recuperación de energía que actúa en las bajadas y en las frenadas inyectando corriente a la batería; pero aun así lo que vamos a recuperar en estas situaciones es mucho menos que lo que consumiremos en el uso habitual. Es decir, por poner un ejemplo numérico, que si gastamos un 50% de la batería al subir una pendiente muy larga, no recargaremos más de un 15% al bajarla después, de modo que el balance de energía no nos beneficia.

El cargador es como el de un portátil (tanto en apariencia como en dimensiones) y entrega una potencia de unos 70 W/h. Cuando queremos recargar la batería del patinete primero debemos abrir la tapa de goma roja que tenéis en la fotografía de ahí arriba y conectar el cargador, el cual encenderá un LED rojo en su cuerpo. Si el patinete está encendido los LED del manillar se irán iluminando y la luz trasera se irá enciendiendo y apagando con suavidad de una forma bastante hipnótica. Sea como sea, si no queréis tener ese juego de luces a la vista (por la noche parece una feria) lo mejor es cargarlo con el patinete apagado y cuando haya terminado la carga el LED del cargador se pondrá de color verde y ya está.

Por cierto, es muy importante cerrar bien la tapa cuando desconectemos el cargador porque si nos vamos a la calle con la tapa abierta se nos puede colar polvo (malo) dentro del conector de alimentación o si el suelo está mojado, agua (mucho peor). Advertidos quedáis.

Volviendo a la experiencia de uso como tal, me gustaría contaros que lo que hago yo cuando quiero batir mi récord personal de autonomía es usar el modo ECO con el control de velocidad activado a una velocidad de entre 10 y 12 Km/h y tratar de circular por rutas que sean lo más planas posibles y, si es posible, que no me obliguen a parar y reanudar muchas veces la marcha (para esto los carriles bici son idóneos). En esas situaciones veréis que las luces que indican la autonomía restante de la batería bajan muy despacio incitándonos a llegar un poco más lejos; si bien hemos de tener en cuenta que si el recorrido que estamos haciendo es lineal luego hay que volver, así que mi consejo es que como muy tarde cuando el indicador marque 50% (cuando el tercer LED del manillar deje de parpadear y sólo queden fijos los dos inferiores) vayáis dando la vuelta si no queréis usar «tracción animal» al final del recorrido.

Y precisamente como de lo que se trata es de evitar la exigencia de corriente para maximizar la carga de la batería, una cosa muy recomendable es ayudar al patinete a coger velocidad usando el pie como un patinete de los de toda la vida. Por el mismo motivo también es recomendable darle una ayudita en subidas fuertes.

Con respecto a la batería tened presente una cosa que por desgracia os va a pasar antes o después: la batería está compuesta de una serie de celdas de litio tipo 18650 (10 grupos en serie de 3 celdas en paralelo cada uno) cuyos contactos metálicos no van soldados; sino que son unas láminas que hacen presión sobre los extremos de las celdas y esos contactos con las vibraciones van a ir cogiendo holgura y os va a tocar desmontar la batería para soldar esas patillas y que así no den más la lata.

Dependiendo de qué patillas se aflojen podéis notar que perdéis autonomía de golpe o incluso que se apague el patinete y se niegue a arrancar de nuevo e incluso que tampoco cargue. Como os digo, es un problema muy común que os va a ocurrir con las vibraciones del uso diario como el relieve de las aceras, pequeños bordillos, piedrecitas… Podéis tener más o menos cuidado y el defecto tardará en aparecer; pero siento deciros que antes o después se manifestará a no ser que Xiaomi le de un toque a LG y en los nuevos modelos estas patillas vengan ya soldadas (cosa que, de momento, parece ser que no es así).

A mí me ocurrió más o menos a las dos semanas de empezar a usarlo y en cuanto me puse a buscar el tema en Google vi que a mucha gente le había ocurrido y que había varios tutoriales explicando cómo detectar y arreglar el tema, así que al final de este artículo os dejaré algún enlace que os puede ser de utilidad. Si sois manitas y controláis un poco de electrónica no tengáis miedo porque la cosa no es complicada; pero si no es el caso mejor que vayáis localizando a alguien que sepa de estos temas para que os eche una mano llegado el caso.

Algo que sirve de gran ayuda para controlar si la batería está dando problemas es acceder a la información de la misma en la app de Xiaomi llamada «Mi Home» y consultar ahí el voltaje de las celdas. En teoría todas deberían estar más o menos igual, pero si veis que alguna(s) está(n) mucho más altas o más bajas que las otras tendréis el problema que os digo con las patillas. Para que os hagáis una idea, a la hora de recargar la batería, el cargador corta corriente cuando una de las celdas alcanza los 4,2 voltios y deja de extraer corriente de una de ellas cuando baja de 3,2 voltios. Por tanto, los voltajes deberían de estar entre ambos valores en función de la carga de la batería y con las 10 celdas presentando más o menos el mismo valor. Os pongo a continuación unas capturas sacadas de la aplicación que os decía para que veáis lo que podemos monitorizar en ella:

Por ejemplo, cuando a mí me empezó a ocurrir el problema de la batería, me daba cuenta de que a lo mejor iba con la batería al 50% y de repente se me ponía a parpadear el último LED; señal de que andas ya por debajo del 12%. Si en ese momento miraba la tensión de las celdas veía que la 2 y la 9 estaban marcando menos de dos voltios, lo que hacía que la tensión total de la batería cayera en picado. Como os decía, al tratarse de un mal contacto eléctrico, con soldar las patillas y reforzar la presión en las zonas de contacto el problema desapareció y a día de hoy (toco madera) no ha vuelto a reproducirse. Si os fijáis en la última de las tres capturas veréis que aun así esas dos celdas me marcan unas centésimas de voltio menos, y aunque no es relevante de cara a la autonomía, creo que es consecuencia del mal contacto que durante un tiempo estuvieron haciendo durante las cargas y descargas.

Otra cosa que os va a pasar también antes o después es que vais a pinchar alguna rueda, ya que el patinete originalmente lleva cámaras de aire de muy poca calidad. Ya no es sólo que en cuanto paséis sobre algo puntiagudo traspasará la cubierta de goma y pinchará la cámara; es que por lo visto incluso con el uso normal al final a estas cámaras les acaban saliendo poros y pierden el aire; sobre todo sin van algo bajas de presión.

Para remediar esto hay dos opciones: por un lado comprar cámaras mejores y añadir una banda de kevlar antipinchazos como suelen hacer los ciclistas de carretera y por otro radicalizarse comprando ruedas macizas.

Las cámaras que lleva son para ruedas de 8,5 x 2″, que es una medida un poco rara pero que la marca Continental fabrica y comercializa. Eso sí, cambiarlas no es tan fácil como en una bicicleta, ya que el ser de tan poco diámetro no salen de la llanta con la facilidad que lo hacen en una bicicleta de ruedas grandes.

La opción de la rueda maciza parece mejor porque la cambias una vez y ya es (casi) para siempre; pero al ser más pesada y de caucho toda ella perdemos autonomía y capacidad de aceleración y además vamos a sufrir muchas más vibraciones cuando circulemos sobre suelos irregulares (sí, haciendo que aparezca antes el problema de la batería que antes os comentaba).

Cuando compré el patinete ya venía con la rueda trasera maciza y la delantera con cámara cambiada y banda de kevlar porque el usuario anterior había sufrido varios pinchazos y la verdad es que no he tenido el más mínimo problema en todo este tiempo, más allá de que cuando pillo baches se nota que la parte de atrás del patinete rebota más que la delantera. Tras los 300 Km que le he hecho al patinete la rueda trasera tiene el mismo relieve que cuando lo estrené, de modo que no parece sufrir demasiado con el paso de los kilómetros.

Con las ruedas originales, al llevar aire en su interior, se notan menos las irregularidades del terreno y es en lo que Xiaomi se escuda para no haber implementado algún tipo de sistema de suspensión. De cualquier modo, hay en el mercado algún modelo de otra marca que pese a llevar el mismo tipo de neumáticos sí que incluye suspensión, ganando en comodidad; por lo que en ese sentido hubiera sido de agradecer que Xiaomi hubiera incluido una horquilla con un par de centímetros de amortiguación (no haría falta mucho más) e incluso algún tipo de balancín con un pequeño muelle/elastómero en la parte trasera.

En cuanto a la plataforma, es decir, la superficie sobre la que van apoyados nuestros pies he de decir que es de buen tamaño y si tenemos un número de zapatilla no demasiado grande (yo tengo un 42) podemos llevar los dos pies de forma cómoda. En mi caso el derecho lo suelo llevar detrás en paralelo al sentido de la marcha y del izquierdo ligeramente cruzado hacia el interior y apoyando la punta de los dedos en la barra diagonal que une dicha plataforma con la barra de dirección.

Os comentaba antes que tenemos disponible un control de velocidad de crucero, así que os voy a contar un par de cosas sobre él. Lo primero es que se utiliza activando primero la opción en la app para móvil «Mi Home» con el patinete conectado por bluetooth y una vez que nos aseguramos de que está activa hay que hacer lo siguiente: cuando vamos en movimiento debemos dejar pulsado el acelerador en la misma posición durante 5 segundos de modo que cuando escuchemos un pitido ya podemos soltarlo y el Mijia mantendrá la velocidad constante.

En realidad no es en un control de velocidad sino de potencia; ya que con él activado si subimos una pendiente el patinete baja su velocidad aun teniendo reserva de potencia disponible al igual que si descendemos la aumenta. Como os decía, no mantiene constante la velocidad como tal sino la corriente entregada al motor; pero aun así es de gran ayuda a la hora de circular con el patinete y nos evitará tener que ir con el acelerador pulsado constantemente, lo cual es un descanso para nuestro dedo pulgar derecho. Por cierto, el control se desactiva al más mínimo toque al acelerador o al freno y si hacéis un alto en el camino la pata que tiene en un lateral hace que no haga falta buscar un sitio donde apoyar nuestra montura.

Ya que estamos, aprovecho para deciros que el patinete es capaz de superar cuestas más o menos empinadas (hasta un 14% según el fabricante) pero sólo en el modo normal. En el modo ECO, en cuanto el terreno pica hacia arriba unos grados el patinete va perdiendo velocidad y os va a tocar darle algún empujoncito con el pie. Es el precio a pagar por intentar tener la mayor autonomía posible.

Ahora bien, en llano, la velocidad máxima del patinete es de 25 Km/h en el modo normal (18 en el ECO) y os aseguro que cuando la alcanzáis tendréis la sensación de estar yendo bastante rápido. Tened en cuenta que vamos circulando sobre dos ruedas canijas y totalmente expuestos al aire, por lo que el pensamiento de «cómo se me cruce algo el piñazo va a ser de los gordos» se os pasará por la cabeza más de una vez; aunque es verdad que el tema del frenado está resuelto con muy buena nota.

El freno trasero es de disco, y es una de las cosas que más me gustan de este modelo de Xiaomi. Va accionado por cable, frena con contundencia y en muy poco espacio. Sólo tenemos que tenerlo bien regulado y tener cuidado de no golpear la pinza de freno o el disco para que no se mueva de su posición. Si se nos gastan las pastillas o el disco es más o menos fácil de encontrar porque son componentes estándar de bicicleta (disco de 110 mm y pastillas Clarks tipo CMD-5/7/12).

La pinza de freno está, según vamos en el sentido de la marcha, en el lado izquierdo; de modo que debéis ser cuidadosos al bajaros del patinete en marcha como por ejemplo para subir un bordillo porque al tirar del manillar si el patinete se inclina hacia nuestro lado podéis golpear la pinza de freno bien contra el propio bordillo (me paso una vez y se descolocó, quedando la rueda trasera bloqueada por la pastilla de freno) o bien contra la pierna haciéndoos daño (también me ha pasado alguna que otra vez). Si la pinza se descoloca no os asustéis, ya que se recoloca aflojando los dos tornillos que hay en la parte superior de esta y centrándola de nuevo con respecto al disco de freno. Lo de la pierna se pasa sólo al rato.

Aprovecho para contaros una manía que me viene de mis tiempos de mountain biker y que sigo usando en cada medio de transporte que lleve manillar y manetas de freno: siempre llevo el dedo índice apoyado en la(s) maneta(s) de modo que si tengo que frenar con urgencia ese escaso medio segundo que tardo en mover el dedo del manillar a la maneta puede ser la diferencia entre darme un golpe o quedarme a centímetros de dármelo. Podéis comprobar esto en el vídeo que os puse antes, pues hay un breve plano en el que se aprecia.

El freno delantero (eléctrico) actúa de dos maneras: cuando el patinete alcanza más velocidad de la que debería llevar por lo que dicta el acelerador la rueda delantera ejerce un par de frenado que genera electricidad que va a la batería recargando esta (es lo que ocurre en las bajadas o en las deceleraciones). Del mismo modo, llevemos la velocidad que llevemos, si pulsamos la maneta de freno el motor delantero también ejercerá ese par resistente que os decía antes frenando el patinete.

Mi consejo es que ajustéis el freno trasero para que entre en acción después del delantero. Es decir, que si pulsamos ligeramente la maneta será el freno delantero el que actúe, recargando algo la batería además. Si la situación requiere una frenada más potente, al pulsar algo más la maneta entrará el freno trasero que no regenera energía pero detiene el patín en nada de espacio actuando más como un freno «de emergencia» que otra cosa. Además, al hacerlo así gastaréis menos las pastillas de freno, que siempre es un poco engorroso cambiarlas.

Por cierto, me encanta el detalle de los rápidos destellos de la luz de freno cuando pulsamos la maneta de freno porque si llevamos a alguien detrás le va a llamar la atención y no se va a chocar contra nosotros. La detección de esta pulsación es a través de un sensor hall situado dentro de la maneta del freno.

Hablando de luces, con una pulsación del botón del manillar apagaremos y encenderemos la iluminación del patinete. Ambas luces van de la mano, siendo un foco frontal LED de color blanco que alumbra bastante (probad a circular por una zona oscura de noche) y una luz trasera de posición en forma de 0 de lo más resultona.

Más cosas: si sois tan maníaticos de los ruidos como yo lo soy os gustará saber que el patinete apenas hace ningún sonido más que el del siseo del motor al circular, pero yo me he encontrado con «grillos» en la zona de plegado, los cuales se pueden arreglar con una gota de grasa bien extendida por las zonas metálicas en contacto (podéis verlo porque al abrir la bisagra se nota que rozan por el acabado que presentan) o mejor aun, colocando una fina lámina de teflón recortada con la forma de la pieza. Sé que es un mal menor, pero si os pone nerviosos escuchar un ñi-ñi-ñi al pasar por zonas bacheadas podéis solucionarlo en cinco minutos y sin manchar nada.

Una cosa que echo en falta en este patinete es contar con una pantalla LCD en la que pudiera ver los tres parámetros principales: batería restante, velocidad y kilometraje. Son datos que la app de Xiaomi nos da, pero no hay manera de circular con el móvil en la mano y el manillar no está tan sobrado de espacio como para poner un soporte para móvil. Muchos otros patinetes eléctricos llevan este tipo de pantallas, así que me da en la nariz que si Xiaomi saca una segunda versión de este M365 la incorporará porque, al margen de los problemas mecánicos ya comentados, creo que es algo muy mejorable.

Algo que me gusta mucho de este patinete que se puede desmontar con herramientas estándar. Con un juego de llaves Allen y otro de llaves Torx podéis llegar hasta el último rincón y arreglar cualquier problema que se pueda plantear. Algo que, desde mi punto de vista, se agradece porque no hace falta hacer apaños raros o contar con herramientas especiales para ponernos manos a la obra.

Os comentaba antes que el freno delantero tiene ABS; y el caso es que así es. Por muy fuerte que frenemos la rueda delantera va a estar en todo momento bajo control. La trasera puede llegar a derrapar si apretamos muy fuerte la maneta porque al final es un freno de disco mecánico sin ninguna electrónica que lo gobierne; pero en el caso de la rueda delantera, si el sistema que controla el patinete detecta que la rueda se ha bloqueado disminuye el par de frenado para que la rueda pueda seguir girando y así mantengamos el control. Es una pena que no se haya implementado un control de tracción para evitar situaciones de patinaje de la rueda delantera al acelerar en casos como el que os comentaba antes, pero no es así.

Creo que aun no os he dicho cómo es el sistema de plegado del patinete. La cosa consiste en que mediante una leva presente en la parte baja de la barra del manillar podemos doblar esta y ponerla horizontal de tal modo que el timbre queda enganchado en un resalto que tiene el guardabarros trasero y nos sea más sencillo transportarlo. De todos modos, el patinete pesa más de 12 Kg y a no ser que seamos unos forzudos si lo llevamos así por la calle enseguida nos empezarán a doler los brazos. Tampoco lo veo práctico para llevarlo en un autobús o en el cercanías porque pesa y abulta más de la cuenta. No olvidéis que tiene algo más de un metro de largo y el manillar son unos 40 cm de ancho, que no es poco.

Por cierto, hay una cosa que me llama mucho la atención y es cómo se calientan las ruedas con el uso (vamos con la parte friki de la review). Fijaos en las siguientes fotografías hechas con mi cámara termográfica en las que podéis ver que la rueda delantera se calienta entera por tener en su interior el motor eléctrico ya que la circulación de corriente genera calor por su propia naturaleza (en verano, tras una buena sesión dándole caña, nos podemos asustar al tocar la superficie del motor). Sin embargo, la rueda trasera también coge cierta temperatura, pero en este caso es simplemente por el efecto de la fricción entre la rueda y el pavimento y eso se nota en que sólo es esa zona de la rueda la que coge temperatura. Curioso, ¿verdad?

Precisamente por esto es por lo que debemos de llevar los neumáticos hinchados a entre 3 y 3,5 bar de presión, ya que si los llevamos más flojos aumentará el rozamiento y además podemos pinchar por pellizco de la cámara si pasamos sobre un resalto o pisamos una piedra grande. Tened en cuenta que ese calor que se genera en la superficie de las ruedas no es más que energía de la batería transformada en energía térmica (un tema que me apasiona y sobre el que algún día escribiré un artículo) y que por tanto no hemos aprovechado en avanzar.

Hay un tema que, desde mi punto de vista también es importante, y es el aspecto legislativo a la hora de circular con él. En resumidas cuentas, y para no liaros mucho, os diré que como norma general no podréis circular con él por la calzada, siendo su ámbito los carriles bici y las aceras (en este último caso circulando a una velocidad que no represente un peligro para los peatones). Eso sí, cada municipio tiene potestad para legislar al respecto, de modo que si tenéis pensado comprar uno y no queréis tener líos mi consejo es que os acerquéis al ayuntamiento y preguntéis por el tema, ya que puede que haya algún tipo de ordenanza municipal o similar que limite el uso de este tipo de patinetes.

En todo caso, si no circuláis por la calzada y aplicáis el sentido común no deberíais tener ningún problema con la ley, ya que lo que siempre se intenta es que no haya líos entre los distintos usuarios de las vías urbanas sean del tipo que sean. Es decir, que si la policía local os ve circulando con el patinete por la acera a una velocidad tranquila y con cuidado sería raro que os dijeran algo; pero si os ven haciendo slalom entre los peatones a la máxima velocidad que da el patinete no os extrañe que os caiga una multa por poner el peligro a los que os rodean.

Como os decía al principio de esta review, el patinete eléctrico de Xiaomi es uno de los primeros modelos de una revolución que cada vez está más cerca. Yo tengo claro que el futuro de la movilidad en las ciudades es eléctrico, y de aquí a unos años vamos a vivir una expansión del coche propulsado por baterías para los trayectos largos y de los vehículos como este Mijia M365 para esos pequeños trayectos del día a día que a pie nos llevarían mucho tiempo pero que con un patinete eléctrico podríamos realizar de forma rápida y cómoda.

Cierto es que hasta que no pase un tiempo cada vez que salgamos con él a la calle vamos a ser el centro de atención allá por donde circulemos; pero eso es algo que debería daros igual. En mi caso, cuando voy circulando con este vehículo me invade una sensación de felicidad que no sabría muy bien describiros; pero que creo que proviene de una mezcla de satisfacción y diversión mezcladas a partes iguales.

Por último, me gustaría comentaros algo que creo que es bastante revelador; y es que desde hace unos días el patinete lo tiene mi novia porque conseguí convencerla para lo usara para ir a trabajar (tarda 20 minutos caminando) y desde el primer día que lo utilizó me dijo que le encanta y que le vaya buscando uno para ella. Y ya veréis como al final creará tendencia en su oficina; tiempo al tiempo.

Lo mejor

  • La sensación de libertad al circular con un vehículo que no contamina, que recargarlo cuesta apenas unos céntimos de euro y que nos permite llegar a cualquier punto de la ciudad sin esfuerzo.
  • La calidad de construcción, acabados y tacto en general.
  • Los frenos tienen un rendimiento impresionante

Lo peor

  • Los problemas de batería y pinchazos, que pueden acabar con el patinete arrinconado si no estamos dispuestos a remangarnos, desmontarlo y ponerle solución.
  • Se echa en falta una pantalla LCD en la que ver el porcentaje de la batería, la velocidad actual, el kilometraje…
  • Sus 12,5 Kg y su tamaño son demasiado elevados como para cargar con él de manera habitual por la calle o en transporte público

Conclusión

Si bien estamos ante un gadget que a mí personalmente me encanta y que estoy convencido de que creará escuela; hay que ser realistas y reconocer que los problemas que hemos visto en los párrafos anteriores no lo hacen aconsejable para todo el mundo. Por suerte, ahora que Xiaomi va a comercializarlo oficialmente en nuestro país tendremos servicio post-venta y, me imagino, que mayor facilidad para conseguir recambios; pero aun así los problemas de batería y de pinchazos seguirán ocurriendo a los usuarios.

Yo os lo recomiendo totalmente si no os asusta el tema que de que un día os encontréis con que el patinete se niega a cargar y os toque soldar la batería o que si pinchamos haya que pedir cámaras de repuesto a través de ebay o Amazon. Cuando recorremos la ciudad sobre él la sensación que otorga compensa con creces todas las pegas, pero tened en cuenta que no es ni mucho menos perfecto y que modelos posteriores seguramente corregirán algunos de sus fallos.

*Actualización 27/01/2018: Por fin llegan unidades a las tiendas españolas

Han llegado unidades a la tienda Xiaomi de La Vaguada y por fin he podido comprar el patinete de mi novia (lo que implica que he recuperado el mío) así que me gustaría comentaros algunos detalles que nos han parecido interesantes:

Lo primero es deciros que la caja donde viene el patinete pesa 18,1 Kg y abulta una barbaridad. Tanto que en el maletero de mi Opel Corsa D no entraba ni de casualidad, así que la metí en los asientos traseros y allí le sobraban apenas diez centímetros a lo ancho con respecto a las puertas. Os dejo un par de fotos para ilustraros esto que os digo.

Lo que más nos ha llamado la atención es que el patinete que hemos comprado hoy viene con un juego de cámaras y de cubiertas de repuesto. Las cubiertas que vienen montadas de fábrica tienen un perfil más redondeado que las que lleva el mío, mientras que las del juego de reserva son más cuadradas y me da la sensación de que son como las que tengo yo montadas.

Cuando juntemos los dos patinetes para hacer alguna ruta ya os pondré algunas fotos de esto que os digo. Espero que las cubiertas redondeadas, además de tener menos rozamiento y por tanto consumir menos energía de la batería, estén más reforzadas contra los tediosos pinchazos.

Por lo demás, el patinete es exactamente igual a excepción del cable que sale por la parte derecha del manillar, siendo negro en mi M365 y gris en el de mi novia. Lo que sí me ha comentado en los primeros kilómetros de uso es que el suyo, posiblemente por las cubiertas de perfil más redondeado, es más nervioso a la hora de girar y que tiene más fuerza al acelerar y subir cuestas.

No sé si esto último será también porque su batería es capaz de entregar algo más de corriente que la mía o porque al ser mis ruedas más pesadas (maciza detrás y con cámara más gruesa y banda de kevlar delante) se nota en las inercias.

Ya escribiré alguna actualización más a medida que vayamos usando los patinetes juntos y así podamos intercambiar opiniones entre el modelo actualmente a la venta y el que tengo yo.

*Actualización 10/02/2018: He publicado una nueva entrada titulada Un repaso al patinete eléctrico de Xiaomi después de 1000 Km en la que tras recorrer esa distancia analizo cómo ha ido envejeciendo el patinete y explico algunas cosas que me han ido pasando con él. Creo que el artículo puede ser de utilidad tanto a los que están pensando en comprarse este modelo como a los que ya lo tienen y buscan algo más de información.

Enlaces útiles

Compatibilidad del autofocus entre objetivos y cámaras Nikon

Por lo que leo en los comentarios, muchos de vosotros tenéis dudas sobre qué objetivos son compatibles con vuestras réflex Nikon; de modo que he decidido crear esta entrada para tratar de orientaros de un modo sencillo sobre la compatibilidad de objetivos y cámaras de esta marca.

Mis tres primeros objetivos

Aclarar desde el principio que en esta entrada me referiré exclusivamente al tema del enfoque automático en las cámaras réflex Nikon; dejando el tema de la medición automática de la luz y otros aspectos para el futuro. Además, sólo me retrotraeré en el tiempo hasta la época de los objetivos AF, ya que hablar de los AI-S y AI puede hacer que os liéis para nada, ya que si os acabáis de comprar vuestra primera réflex no creo que os vayáis a poner a comprar objetivos manuales de los años 60.

· Cámaras sin motor de enfoque en el cuerpo

Todas aquellas cámaras Nikon que no dispongan de un saliente en forma de «destornillador» en la bayoneta donde se montan los objetivos carecen de motor de enfoque y, por tanto, necesitaremos ópticas que lo incorporen por si mismas (esta idea la estrenó la D40 de cara a realizar un cuerpo más pequeño, ligero y barato).

En estas cámaras tendrán plena funcionalidad los objetivos en cuyo nombre aparezcan las siglas AF-S o AF-I (estos últimos son extremadamente raros de ver).

Nikon D40 + Nikkor 50mm 1.8D

Podéis montar objetivos sin motor de enfoque (ahí arriba tenéis mi D40 con un Nikkor AF 50mm f/1.8D montado) pero tendréis que enfocarlos manualmente; algo que no siempre es práctico o sencillo.

El listado de cámaras que, a día de hoy, no incluyen motor de enfoque es el siguiente:

D40, D40x, D60, D3000, D3100, D5000, D5100

· Cámaras con motor de enfoque en el cuerpo

Apéndice metálico que permite enfocar automáticamente objetivos de tipo AF

El resto de réflex digitales Nikon sí incluyen motor de enfoque en su cuerpo (la fotografía anterior es de la montura de mi D300) por lo que además de los objetivos de tipo AF-S también enfocarán automáticamente todos los de tipo AF, que son precisamente los que emplean el «destornillador» al que me refería antes.

Otras cosas a tener en cuenta

Por descontado, los objetivos de enfoque manual no enfocarán automáticamente en ninguna cámara tenga o no motor de enfoque, ya que son anteriores a la aparición de dicho sistema. Recordemos que hasta la popularización del autofocus a medidados de los 80 el fotógrafo siempre tenía que enfocar a mano.

Baldo

Me gustaría añadir que desde hace tiempo las segundas marcas de objetivos también se han subido al carro de la inclusión de motores de enfoque en el cuerpo, distinguiéndose estos por la inclusión de las siglas HSM en el caso de Sigma.

Tokina y Tamron no suelen incluir este aspecto en las denominaciones de sus objetivos (hace años Tamron solía añadir BIM; iniciales de Build In Motor, pero parece que ha dejado de hacerlo) por lo que si nuestra cámara no posee motor de enfoque lo mejor es preguntar al vendedor sobre este aspecto antes de comprar para asegurarnos de que no nos estamos llevando un modelo antiguo que no enfocará automáticamente en nuestra cámara.

En cualquier caso, si os interesa el tema, os recomiendo echar un vistazo a la entrada (de hace tiempo ya) titulada Diferencias fundamentales entre objetivos Nikon AF y AF-S.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Los megapixels son lo de menos

Para estas épocas de compras navideñas en las que las cámaras digitales ocuparán los primeros puestos en la lista de los regalos más populares he pensado que sería de utilidad comentaros un tema que espero contribuya a desmentir el mito de los megapixels.

Amanece (que no es poco)

Si os acercáis a cualquier centro comercial y echáis un vistazo al stand donde están las cámaras digitales veréis que en muchos casos el único dato que se da de cada modelo es la cantidad de megapixels de las fotos que es capaz de captar del mismo modo que en multitud de ocasiones he escuchado a gente decir que una cámara es mejor que otra simplemente por tener más megapíxels.

La carrera comercial de los megapixels

Hace una década se estilaban las cámaras de uno y dos megapixels, que fueron aumentando poco a poco hasta plantarse en los siete u ocho millones de pixels allá por el año 2006 y aumentar hasta los diez megapixels dos años más tarde; cifra que ha aumentado hasta los doce o incluso catorce megapixels en algunos modelos recientes pero que, en general, se ha mantenido más o menos estable desde entonces.

Edificio España

Los megapixels son lo de menos

Pues bien, si tenéis en cuenta que la densidad de fotocaptores del sensor influye directamente en la nitidez de la imagen por culpa de la difracción, entenderéis que en una compacta no conviene pasarse con el número de megapixels si no queremos que nuestras imágenes aparezcan emborronadas; especialmente en los bordes que es donde las ópticas «sufren» más.

De hecho, vistas a escala 1:1 observo mayor nitidez en las imágenes que captaba allá por el 2005 con mi Canon Powershot A75 que con las últimas compactas que he tenido. Cierto es que en los modelos actuales contamos con sistemas avanzados de enfoque, exposición precisa incluso en situaciones de iluminación complicada, sensibilidades elevadas, zooms ópticos cada vez más potentes, sistemas electrónicos de reducción de ruido… pero en lo que respecta a la nitidez general de la imagen me da la sensación de que en los modelos con mayor densidad de pixels hemos dado un ligero paso atrás; algo que no me hace ninguna gracia dado que en mis fotografías siempre intento que el motivo principal aparezca perfectamente definido.

Urban style

Y ojo, que no estoy diciendo que desempolvar una de aquellas primeras Sony Mavica que hacían las fotos a 1024 x 768 y se grababan en diskettes sea una buena opción; pero sí que es verdad que empleando una cámara de «tan sólo» 6 ó 7 megapíxels tendremos más que de suficiente para obtener fotos de calidad sin comprometer la calidad general de imagen ni el espacio ocupado en la tarjeta de memoria.

Además, el incremento de tamaño de las fotografías es cada vez menos perceptible a medida que aumenta el número de megapíxels porque, por ejemplo, pasar de 10 Mpixels (3648 x 2736) a 14.7 Mpíxels (4416 x 3312) supone un salto no demasiado perceptible en cuanto al tamaño de la imagen; ya que para duplicar tanto la altura como la anchura de una imagen necesitaríamos cuadriplicar el número de pixels de la misma, lo que os dará una idea del sensor que necesitaríamos para lograr este propósito.

Los sensores grandes ofrecen mayor nitidez

En el caso de las cámaras réflex tenemos algo más de margen porque sus sensores son mucho más grandes que en el caso de las compactas; y de ahí que las equipadas con sensores APS-C se muevan actualmente entre los doce y los catorce megapixels sin demasiados problemas y las que llevan sensor Full Frame puedan aguantar resoluciones de más de veinte megapixels sin que se aprecie difracción en las imágenes empleando aperturas intermedias.

Lechuza

Es por esto que, en términos generales, cuanto más grande es el sensor que lleva una cámara digital más nitidez y calidad vamos a obtener en nuestras fotografías y por ese motivo para fotografías de paisaje y de moda se suelen emplear cámaras de medio formato que llevan sensores mucho más grandes que los de cualquier réflex del mercado y que dan una calidad de imagen espectacular.

Obviamente un minúsculo sensor de menos de un centímetro cuadrado y catorce megapixels no es lo más adecuado para obtener una calidad de imagen impactante; pero aun así hay vendedores y encargados de marketing empeñados en meternos en la cabeza la falsa idea de que cuantos más megapixels tenga una cámara mejores fotos haremos.

Lo importante es la resolución (y no tiene nada que ver con los megapixels)

Como conclusión de todo esto, me gustaría que después de lo aquí expuesto no confundierais megapíxels con resolución; porque la resolución tiene que ver con esa nitidez de la que os hablaba antes y, como habéis visto en este artículo, los megapixels poco tienen que ver con este publicitado parámetro que no es, ni mucho menos, el más importante a la hora de decantarnos por uno u otro modelo.

Escalera

Bajo mi punto de vista, más vale tener una fotografía con pocos píxels pero muy nítida a otra de tropecientos mil megapíxels en la que los colores y las texturas aparezcan de forma sucia y poco definida. Y como os digo, un sensor de pequeño tamaño y/o poca calidad unido a una densidad de fotocaptores desmesurada van a degradar la calidad de la imagen considerablemente.

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Canon vs. Nikon: el eterno dilema

Alguna que otra vez me habéis pedido, ya sea a través de los comentarios del blog o bien por correo electrónico, consejo sobre la compra de vuestra primera cámara réflex y, por lo que veo, en muchos casos la duda que os asalta versa sobre si comprar una cámara fabricada por Nikon o por Canon.

Ya sabéis que muchos artículos de este blog se me han ocurrido gracias a ese feedback que tengo con vosotros y que siempre agradezco, así que en el caso de hoy lo que voy a hacer es elaborar una entrada comentando de forma más o menos extensa mi punto de vista sobre el eterno enfrentamiento Nikon vs. Canon debido a que se trata de una duda bastante generalizada, intentando así aclarar un tema que me parece sumamente interesante:

Los dos grandes se reparten el pastel

Nikon y Canon llevan muchos años haciendo cámaras de fotos, pero no son los únicos. Hay marcas que llevan más tiempo que ellas en el mercado de la fotografía y otras se han subido al carro recientemente, pero me gustaría dejar claro que aunque este artículo se basa en el enfrentamiento clásico entre estas dos conocidas marcas, es extrapolable a todas las firmas que fabrican cámaras réflex en la actualidad.

En todo caso, optar por Nikon o por Canon es recomendable porque al repartirse la mayor parte del mercado, éste se encuentra inundado de ópticas, accesorios y todo tipo de elementos diseñados para ambas marcas de cámaras. Esto no quiere decir que si nos compramos, por ejemplo, una Pentax o una Sony no vayamos a encontrar elementos para ellas, pero es evidente que la oferta es más limitada en el caso de estas cámaras no tan extendidas.

Prestaciones similares entre gamas equivalentes

La elección entre una marca u otra es algo basado en cualquier factor menos en el de las prestaciones, ya que en cuestiones técnicas las cámaras de ambas firmas están prácticamente empatadas si hacemos las comparaciones entre máquinas de la misma gama (obviamente es estúpido poner al lado una Nikon D3s y una Canon EOS 1000D o una Canon EOS-1D Mk IV y una Nikon D3000).

Si tomáis dos cámaras de precio similar de una y otra marca y comparáis sus características técnicas (algo para lo que es muy útil la fantástica web http://dpreview.com ) os daréis cuenta de que pocas diferencias hay entre una y otra. Además, poco importa que una cámara tenga un par de megapixels más que otra o que una tenga nueve puntos de enfoque y la otra once, porque luego será la persona que está detrás del visor la que marque las diferencias a la hora de hacer una fotografía.

Fuente de aguadores

Como os digo, entre cámaras de la misma gama apenas va a haber diferencias entre la velocidad de disparo en ráfaga, el tamaño de la pantalla, los controles disponibles en el cuerpo, la grabación de vídeo, el visor…

Espionaje entre marcas

De hecho, cuando veo los datos de las cámaras que van saliendo al mercado muchas veces pienso que las marcas deben de espiarse mútuamente porque con apenas unos días de diferencia las marcas presentan avances técnicos muy similares que se supone que son novedad absoluta. Así ocurrió con el sistema Live View o con el estratosférico valor de sensibilidad ISO máxima (102400) de la Nikon D3s y la Canon EOS-1D Mk IV; y me niego a creer que estas cosas ocurran por mera casualidad.

Si nos ponemos a pensar mal también podemos llegar a la conclusión de que las marcas de cámaras son una especie de oligopolio en el que las propias firmas acuerdan sacar modelos muy similares técnicamente para así repartirse el mercado a partes iguales; aunque quiero aclara que esto último es una mera hipótesis que se me acaba de ocurrir mientras tecleo estas líneas.

Lo verdaderamente importante son las personas

Como os decía antes, las pocas diferencias técnicas entre una cámara y otra quedan prácticamente anuladas ante la importancia que tiene la persona que está «a los mandos» de la misma. Poco importa que nuestra máquina tenga algo más de rango dinámico que la de la competencia si luego nos ponemos a hacer fotos a mediodía con unas sombras muy fuertes y marcadas. Del mismo modo, un cuerpo de gama media ganará mucho con una buena óptica al igual que desaprovecharemos las características de esa misma cámara si le acoplamos un conversor tipo «culo de vaso» o un filtro de gama ultrabaja delante del 18-55 del kit. Ya sabéis que una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones, siendo esto algo que también se puede aplicar perfectamente a la fotografía.

Azul turquesa

De hecho, muchas veces tendemos a echarle la culpa a la cámara cuando una fotografía no sale como queríamos; pero es que muchas veces esto no es más que una consecuencia de no conocer los límites de nuestro equipo. No podemos pretender sacar un nido de águilas en penumbra con una Nikon D40 y un objetivo 55-200; pues para esos casos hay cámaras de mucha más resolución con las que se suelen emplear teleobjetivos muy largos y de gran luminosidad (conjunto que puede costar fácilmente unos 10000 euros).

También me estoy acordando ahora mismo del típico caso (ya comentado en el blog) que consiste en tratar de iluminar con el flash integrado en la cámara un edificio de treinta plantas situado a quinientos metros de nuestra posición. Obviamente el edificio apenas se va a distinguir en la negrura de la noche, pero no es porque la cámara sea mala, sino porque nos creemos que el mencionado flash tiene la potencia de una central nuclear cuando en realidad no es capaz de llegar a más de cinco o seis metros en el mejor de los casos.

Esto no quiere decir ni mucho menos que con un equipo básico no podamos hacer buenas fotos; pero sí que es importante ser conscientes de lo que podemos y no podemos hacer para así saber ver las escenas a las que sacar realmente partido. De hecho, un factor importantísimo a la hora de conseguir una buena fotografía es la iluminación; pero eso es algo que veremos dentro de unos días en una entrada específica sobre el tema.

La trascendencia de la primera elección

Aunque, como os digo, la elección de la marca es algo no relevante de cara al resultado final en forma de fotografía, sí que hay algo muy a tener en cuenta; y es que una vez que os decantéis por una marca estaréis «casados» con ella para toda la vida a no ser que tiréis la casa por la ventana y lo vendáis absolutamente todo para volver a empezar de cero con otra.

Entre Nikon y Canon (y Sony, y Pentax…) hay una total incompatibilidad entre objetivos, flashes y accesorios. Lo único que nos va a servir al 100% para cámaras de diferentes firmas son las bolsas y mochilas diseñadas para transportar el material. En el caso de las ópticas hay adaptadores para poder montar objetivos de otras marcas en nuestra cámara (ojo, no para todas) pero por lo general se pierden la práctica totalidad de automatismos y no es factible planteárselo como una opción para usar a diario.

Sin ir más lejos, yo empecé con Nikon por la sencilla razón de que el novio de mi hermana se compró una D70 pocos meses después de que este modelo saliera al mercado. De no haber sido así lo mismo hubiera optado por una cámara Canon, ya que de hecho anteriormente tuve una compacta de dicha marca y estaba muy contento con ella.

Resumiendo un poco

En definitiva, la compra de vuestra primera réflex no tiene que depender de lo que os cuenten sobre que si Nikon es mejor que Canon o viceversa; sino en vuestras propias impresiones (sería bueno poder probar un par de modelos de ambas marcas para ver las diferencias en la mano) y en el feeling que os de la marca con la que os sintáis más identificados. No creáis que por tener, por ejemplo, una Canon vais a poder hacer fotos que no haríais con una Nikon o una Sony de gama similar porque al final los impedimentos técnicos os los vais a poner vosotros mismos; siendo esto es algo que va a ir mejorando con el tiempo, la práctica y las ganas de aprender.

En mi caso particular me doy cuenta de que en el año y pico que llevo haciendo fotos casi a diario con mi Nikon D40 he progresado bastante y que imágenes que al principio creí que no podía captar por limitaciones técnicas de la cámara no eran más que la consecuencia del desconocimiento sobre ciertos tema que he ido aprendiendo y compartiendo con vosotros a través de estos artículos. En resumidas cuentas, la fotografía depende por completo de la luz; y a base de patear ciudades y caminos durante muchos días con la cámara a cuestas os iréis dando cuenta por vosotros mismos de las situaciones que os van a dar una buena foto y las que no lo harán por mucho que lo intentéis.

Siluetas alcalaínas

Moraleja: no os preocupéis por la marca de vuestra primera réflex y centraos en aprender y practicar todo lo posible con ella, pues es el único modo de sacar todo el partido a vuestro equipo ya sea de gama alta, media o baja.

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Buscando un nuevo netbook

Después de lo que os conté hace unos días sobre la utilidad de los netbooks (también llamados ultraportátiles) he decidido renovar mi veterano Asus EeePC 701 por alguno de los múltiples modelos que están saliendo al mercado durante estos últimos compases del mes de Enero.

Las razones del cambio

Aunque estoy contento con «mi pequeñajo», al usarlo durante todos los días durante al menos un par de horas (es genial para internetear en el sofá del salón) empiezo a darme cuenta de que hay algunas cosas que han ido evolucionando en modelos posteriores y que actualmente me suponen un pequeño lastre. No obstante el EeePC 701 fue el primer ultraportátil que llegó al mercado de masas, y eso se nota sobre todo en tres aspectos fundamentales:

Navegador de Internet

El primero de ellos es el teclado, que no es lo más cómodo del mundo. No por su pequeño tamaño, pues a todo se acostumbra uno; sino porque hay que presionar las teclas con fuerza para que «se marquen», de modo que acaba cansando un poco cuando escribo un artículo más o menos extenso para el blog (y lo sé bien porque muchos de los contenidos de este blog han sido redactados íntegramente en el EeePC).

El segundo es la resolución de la pantalla, que con sus 800 x 480 píxels a veces se queda un poco corta a la hora de visualizar ciertas páginas web y hay que andar moviendo la barra de desplazamiento lateral constantemente. Para leer por ejemplo este mismo blog no hay problema, pero si me meto en la sección The Big Picture del diario The Boston Globe, la cosa se convierte en un verdadero infierno (a veces echo de menos una función de zoom adaptativo tan buena y simple como la del navegador del iPod Touch).

Por último, la autonomía anda un poco escasa ahora que el portátil ya va camino de los dos años. Actualmente puedo usar el pequeño EeePC durante algo más de dos horas si no tengo cerca un enchufe; y eso es algo un poco escaso si te llevas el portátil de viaje. Las baterías de los netbooks actuales son capaces de dar entre 6 y 10 horas de funcionamiento normal dependiendo del modelo, lo que está a años luz de lo que actualmente me ofrece mi ultraportátil.

Requisitos a cumplir por el nuevo modelo

Como os digo, haciendo balance y mirando la actual situación de los ultraportátiles que hay en el mercado (con los nuevos micros Intel Atom N450 lanzados hace apenas diez días) he decidido renovar mi netbook por algo más actual, regalándole a mi madre el pequeño EeePC, al que le tiene echado el ojo desde hace unos meses para no tener que turnarse con mi padre por el uso del ordenador de sobremesa del salón.

Siempre que afronto la compra de algo más o menos importante me planteo una serie de puntos básicos a cumplir, y a partir de ahí comienzo a mirar modelos específicos. En concreto, mi lista de requisitos para el nuevo ultraportátil es la siguiente:

  • Procesador Intel N450 (impepinable, no aceptaré otra cosa)
  • Batería de 6 celdas (igual de prioritario que el micro, pues busco la mayor autonomía posible)
  • Teclado y touchpad lo más cómodo y amplio posible (básico para mi verborrea escrita)
  • Pantalla de 10″ con resolución de, al menos, 1024 x 600
  • WiFi con el mayor alcance posible (parece mentira, pero hay diferencia entre equipos, de modo que si estás un poco justo de cobertura algunos se desconectan constantemente mientras que otros no tienen problemas en ese sentido)
  • Posibilidad de cambiar la memoria RAM por mí mismo (suelen venir con 1 GB, pero me gustaría contar con 2 GB)
  • El precio no debe pasar de 350 euros, aunque esto es más que nada porque se trata del rango en el que se mueven todos estos modelos
  • Conector Ethernet, que es tremendamente útil cuando tienes que instalar una distribución de Linux y has de descargar los paquetes iniciales desde el repositorio de turno.

La inclusión de tropecientos mil puertos USB me da un poco igual, pues como mucho pincharía un pendrive de vez en cuando para mover datos de un equipo a otro, por lo que con que equipe dos de ellos me llega de sobra. Del mismo modo, la capacidad del disco duro interno me es indiferente, ya que actualmente tengo la mitad del disco de 4 GB del EeePC 701 vacío al ser un equipo que uso fundamentalmente para conectarme a Internet, y por lo que estoy viendo en la actualidad este parámetro ronda entre los 160 y los 250 GB. Por cierto, es una pena que ya no se empleen unidades SSD.

Lateral

Algunos aspectos deseables serían que no se calentara demasiado, que el peso no excediera del kilo y cuarto y que el transformador eléctrico fuera más o menos compacto; pero esos detalles no van a decantar la compra de un equipo sobre otro en ningún caso, así que no los tendré demasiado en cuenta.

También me gustaría que el equipo viniera sin sistema operativo, pero en estos modelos Windows 7 Starter Edition es la norma, de modo que lo empezaré a usar y si no me convence instalaré alguna distribución de Linux.

Algunos modelos destacados

En principio voy a recorrer varias tiendas mirando lo que tienen en stock y poniendo mis manos sobre los equipos para comprobar por mí mismo que voy a sentirme cómodo escribiendo con ellos. De todos modos, he estado informándome un poco en los últimos días y he hecho una pequeña lista de modelos que podrían ceñirse bastante bien a lo que ando buscando, de modo que podría ser un buen punto de partida:

A grandes rasgos cualquiera de estos cuatro netbooks se adaptaría bastante bien a lo que ando buscando aunque, como os digo, quiero recorrer unos cuantos comercios durante la semana que viene para tenerlos en la mano y valorarlos de una forma más personal. Además, seguro que luego encuentro algún que otro ultraportátil que cumple con lo que pido, por lo que ne me cierro en banda ni mucho menos a estos cuatro modelos reseñados.

Por descontado, se agradecerá cualquier propuesta / comentario / recomendación por vuestra parte.

¡Un saludo!