El calor de la mañana y los recuerdos asociados

Llega el buen tiempo y parece que es para quedarse. Algo muy lógico si tenemos en cuenta que estamos a punto de iniciar el mes de Junio.

Luz + sol + calor = primavera

Reconozco que este año las cosas han cambiado radicalmente: cuando estaba en la universidad siempre era consciente de la época en la que me encontraba. Sin embargo, una vez metido de lleno en el mundo laboral las semanas pasan y uno no es consciente de ello hasta que un día se da cuenta de que puede ir por la calle a las ocho de la mañana en manga corta perfectamente; señal de que el verano prácticamente está asomando por la puerta.

Estos calores de primera hora de la mañana antes los asociaba a exámenes, prácticas y demás asuntos relacionados con el mundillo académico. Siempre me acuerdo por estas fechas de algunos exámenes de química en el instituto, de las temidas prácticas finales de las asignaturas de programación en la universidad… Eran síntomas que anunciaban la llegada del final de cada curso y que me traen muy buenos recuerdos porque poco después vendrían las vacaciones, la playa y todo lo demás.

Este verano será muy diferente, de eso no hay duda. Mis circunstancias han cambiado, mis perspectivas de futuro también y es posible que dentro de unos meses haya bastantes cambios en mi vida. Sin embargo, cada vez que bajo a la calle poco después del amanecer y no siento el frío en mi piel no puedo evitar sentir una agradable sensación que me transporta a épocas pasadas.

Rompiendo la rutina

A través de la valla

Me gusta salir de la rutina de vez en cuando. Buscar un agujero en la valla del día a día para salir a respirar un poco de aire fresco.

Precisamente por eso, mañana por la mañana me voy a Madrid. Hacía tiempo que no iba a una presentación, y a media mañana tengo una muy cerca del parque del Retiro. Si no salgo muy tarde de allí aprovecharé para hacer algunas fotillos, que ya tengo ganas de acercarme por allí a ver qué puedo retratar.

Por cierto, tengo un nuevo relato casi a punto que yo creo que os va a gustar bastante. Ya os contaré  😉

Facilitando la vida a los cacos

Balcón a ras de suelo

Si yo fuera el promotor de este bloque de viviendas regalaría a los compradores de los primeros pisos una buena alarma anti-intrusiones o directamente les instalaría una barandilla electrificada.

No sé en qué cabeza cabe hacer una terraza prácticamente a ras de suelo teniendo en cuenta que no existe jardín ni valla alguna entre la acera de la calle y la pared del edificio, pero el caso es que así es: residir en un piso como este es prácticamente vivir en la calle.

Por las cosas que se suelen ver un sábado de madrugada, ya me imagino que habrá habido algún que otro cazurro que se habrá metido en el balcón de un salto solo para hacer la gracia delante de sus amigotes. Y eso por no comentar que el día menos pensado te puede desaparecer alguna silla o lo que tengas allí puesto.

Nuevas construcciones