Consejos generales para conducir

Hace poco superé con mi fiel Opel Corsa Ecoflex de finales de 2011 los 260000 kilómetros, lo que equivale a dar seis veces y media la vuelta al mundo por el ecuador, que se dice pronto. El caso es que durante todos estos años (bueno, y los anteriores, pues llevo conduciendo diariamente desde 1998) he ido acumulando experiencia como conductor y de ahí que la finalidad de este artículo sea la de compartir con vosotros aquellas cosas que mejor me han funcionado tanto a nivel mecánico como de circulación.

Durante mis primeros años circulé sobre todo por ciudad, ya que mis trayectos solían ser de casa a la universidad en Alcalá de Henares. Después, con mi incorporación al mundo laboral empecé a alternar trayectos por ciudad con pequeños viajes por carretera; casi siempre por los alrededores de Madrid, pero cuando me destinaron a Oropesa del Mar es cuando comencé a hacer muchísimos kilómetros por todo tipo de carreteras, ciudades y pueblos y en las más diversas condiciones meteorológicas; y es en ese periodo cuando considero que más crecí como conductor.

De todos modos, ni mucho menos me las quiero dar de experto porque, para empezar no lo soy en el mundo del motor, pero sí que me considero un conductor ya con cierta experiencia por las circunstancias que antes os comentaba y que además se preocupa por las cosas que pasan más allá del volante, los pedales y la palanca del cambio.

MECÁNICA

Nada de acelerones con el motor frío

Cuando el motor de un coche está frío, lo peor que le podéis hacer es acelerar con fuerza y llevarlo muy alto de revoluciones para que se caliente antes. Haciendo eso lo único que vais a acelerar es el desgaste interno de las piezas móviles tanto porque en frío no ajustan tan bien como cuando ha cogido temperatura como porque el aceite a baja temperatura no lubrica igual de bien que cuando está caliente.

Por tanto, para empezar a circular con el motor frío, durante los primeros diez o quince minutos lo ideal es no pasar de 2000 RPM y acelerar con suavidad. Y esto es para mí es mantra impepinable que sólo me saltaré si tuviera que incorporarme a una carretera nada más empezar a circular y las circunstancias del tráfico me obligaran a acelerar con rapidez.

Una vez que el motor ha alcanzado su temperatura normal de funcionamiento ya podéis llevar el motor más alto de vueltas y pisar el acelerador con cierta alegría, pero mientras llegáis a esa temperatura es mejor circular con tranquilidad para alargar la vida de vuestro vehículo.

No racanees con el mantenimiento

Esto es un clásico. Hay gente que se gasta un pastón en un coche de gama alta pero luego le pone aceite marca «Nisupa» o lleva los amortiguadores tan destrozados que el coche parece una barca al circular por una rotonda.

El coste del mantenimiento de un coche va en función de su gama, de modo que mi consejo es que si quieres que el coche funcione bien durante toda su vida útil bajes un escalón en la compra pero luego le hagas un correcto mantenimiento en los plazos que le tocan. Si el coche tiene turbo, no se te ocurra racanear con el aceite o cuando casque te darás cuenta de que lo poco que habías ahorrado en lubricantes no cubre ni la décima parte de lo que cuesta un turbo nuevo.

Revisa los niveles con frecuencia

Muy ligado con lo anterior, es más que recomendable comprobar niveles de aceite, anticongelante, líquido de frenos, líquido limpiaparabrisas y presión de ruedas (incluyendo la de repuesto) una vez al mes como mínimo. Hay quien entre revisión y revisión ni siquiera abre el capó del coche y es una manera muy tonta de que nos quedemos tirados en una cuneta por llevar muy bajo el refrigerante o el aceite.

Mantén limpios los cristales

Sé que es de lo más incómodo de limpiar, pero si llevas sucio por dentro el parabrisas te vas a acordar de no haberlo hecho el día que tengas el sol a punto de ponerse en el horizonte porque no verás ni torta por mucho que le des a los limpiaparabrisas. Puedes hacer como yo y llevar a mano una bayeta para darle un repaso de vez en cuando, pero lo ideal es que en cuanto notéis que hay suciedad os hagáis con una bayeta de microfibra, limpiacristales o pongáis a frotar hasta que parezca que no hay cristal ante vuestros ojos.

Tampoco sirve de mucho tener los limpiaparabrisas hechos unos zorros, porque en caso de lluvia o suciedad el rastro que deja es casi peor que dejar el cristal como está.

Si notas algo raro, ponte a investigar

Hay gente que lleva el coche sonando como una carraca, echando humo azul por el tubo de escape y con varios indicadores luminosos de emergencia encendidos en el salpicadero, pero ellos son felices así. Estas personas suelen ser las que un buen día las ves con el chaleco en el arcén de la carretera llamando a la grúa porque el coche les ha dejado tirados, aunque en realidad éste venía avisándoles ya desde hacía meses de que algo no iba bien.

Sed conscientes de una cosa: pasáis un montón de horas tras el volante y es tal la costumbre que cualquier cambio (una rueda con poca presión, un ruido nuevo, falta de potencia…) lo vais a percibir al instante y sería buena cosa que os preocuparais un poco del origen de ese cambio porque puede que no sea nada; pero también puede ser el principio de una avería que pillada a tiempo se puede arreglar por cien euros mientras que si la dejamos pasar puede hacer que acabemos con el coche en el desguace.

Es muy recomendable también que le echéis un ojo al manual del coche, pues en él se explican muchos detalles que a lo mejor ni conocíais (por ejemplo en mi coche existen unos parámetros ocultos que se pueden almacenar en llaves diferentes para personalizar así ciertos aspectos para cada conductor).

CIRCULACIÓN

Tranquilidad, respeto y paciencia al volanteCaos circulatorio en Nueva Alcalá

Este es mi consejo número uno a la hora de conducir. Hay que tomarse todo con calma y no perder los estribos, ya que luego vienen las consecuencias. Si hay mucho tráfico, por circular haciendo zig-zag, adelantando malamente y realizando toda clase de pirulas no vas a ganar más de un minuto y a cambio tienes muchas posibilidades de provocar un accidente con alguien que circulaba correctamente.

Del mismo modo, si ves que alguien está aparcando y no le sale a la primera no pegues el morro a su puerta ni empieces a pegar bocinazos. Todos nos hemos hecho un lío alguna vez aparcando y seguro que no os hubiera gustado que estuviera alguien al lado presionándoos.

Ajusta bien los espejos retrovisores

No hace falta para nada ver por los retrovisores los laterales del coche. Ajústalos de manera que maximices tu campo de visión lateral para así eliminar todo lo posible los ángulos muertos. Y por cierto, no están de adorno: úsalos para controlar el entorno. Recuerda siempre que adelantes echar un vistazo al carril de la derecha antes de volver a él porque a veces hay pirados a los que les da por adelantarte a ti aprovechando algún carril de aceleración o cosas así.

Respeta la distancia de seguridadM-30

Si todo el mundo dejara más espacio con el coche precedente al circular nos evitaríamos miles de accidentes cada año. Especialmente en los días de lluvia, ya que hay quien circula a un palmo del paragolpes del coche de delante y cuando éste frena por cualquier cosa no hay tiempo material de evitar el golpe por alcance. Por favor, deja distancia también en las rampas de los aparcamientos para que si al de delante se le va un poco el coche para atrás no te golpee.

Hay una regla que me gusta bastante para saber si estamos manteniendo la distancia de seguridad suficiente, y es que si  el coche que circula delante de nosotros pasa por un punto determinado y antes de dos segundos pasamos nosotros es que circulamos demasiado cerca de él. Así que ya sabéis: dos segundos entre coche y coche para poder frenar con seguridad en caso de cualquier imprevisto.

AnticípateM-230, Km 3

Si en la autopista ves que se va a incorporar un camión por tu derecha y te puedes cambiar de carril, hazlo. Si ves que vas a entrar en un banco de niebla ve levantando el pie del acelerador y pon las luces. Si se te están empañando los cristales no esperes a no ver nada: pon el aire acondicionado o baja las ventanillas. SI un peatón despistado parece que va a cruzar la calle sin mirar ve pensando que va a ser así y pon el pie sobre el freno… En definitiva, si ves que algo va a ocurrir no esperes al último momento para hacer algo; empieza a hacerlo ya.

No pierdas la atención de la carretera

Hay multitud de accidentes por culpa de distracciones: justo vas a coger algo de la guantera, el coche de delante frena y tu matrícula acaba en su maletero. Vas por la autopista, miras a la izquierda para ver ese atardecer tan chulo y no ves el socavón que está a punto de destrozar tu rueda… Vista al frente y vistazos rápidos y frecuentes a los retrovisores hacen que se reduzcan considerablemente las posibilidades de sufrir un accidente.

Ojo con los charcos en la calzadaReflejos rotos

Mucho cuidado a la hora de pasar sobre zonas de agua. Sólo he hecho acuaplaning una vez y no es nada agradable porque de repente es como si el volante se desacoplara de la columna de dirección y el tiempo parece detenerse mientras te das cuenta de que estás en manos del azar.

Si ves una lámina de agua en la carretera y tienes la más mínima sospecha de que puede tener más de un centímetro de profundidad, disminuye la velocidad antes de llegar a ella y mientras pasas por encima agarra fuerte el volante y al atravesarla no toques acelerador ni freno. Aquella vez tuve suerte y mantuve el control del coche, pero desde entonces ya me cuido mucho de no perder el contacto entre las ruedas y el asfalto.

Usa los intermitentes

Hay gente que parece esconder sus intenciones como si las vías circulatorias fueran una partida de poker. En las rotondas muchas veces tenemos que intuir qué salida van a tomar los coches porque ni se les pasa por la cabeza usar esa palanquita que hay junto al volante y que sirve para que unas luces naranjas que hay a ambos lados del vehículo se pongan a parpadear avisando de nuestro próximo movimiento lateral. Son gratis, así que podéis usarlos como si no hubiera un mañana y el resto de conductores os lo agradecerá.

Antes de entrar a una glorieta echa un vistazo al frente

Esto es otro clásico: estás esperando para incorporarte a una glorieta, el coche de delante avanza y ahora es tu turno. Miras hacia la izquierda y ves que tienes hueco así que levantas el pie del ambrague, aceleras un poco y… ¡PUM! Resulta que el coche que creías que ya estaba girando en la glorieta en busca de tomar su salida se ha parado por el motivo que sea y tú te has dado contra él.

Para evitar esto que, como os decía, es de lo más habitual lo mejor es que cojáis la costumbre de justo antes de avanzar para incorporaros echéis un rápido vistazo al frente para aseguraros de que tenéis vía libre.

Ante la duda enciende las luces

¿Entras a un garaje pero se ve más o menos bien? Da igual, pon las luces. ¿Está anocheciendo pero todavía queda una pizca de luz en el cielo? Da igual, pon las luces. ¿Vas a pasar por un túnel de apenas 100 metros y te da pereza estirar el dedo? No seas vago, pon las luces. ¿Vas por calles estrechas y sombrías en una ciudad pero aun es de día? Pon las luces. ¿Empieza a chispear? Pon las luces.

Las luces no son sólo para que nosotros veamos mejor; sino que también sirven para que nos vean, lo cual es siempre muy recomendable. Ojo, esto no vale para las luces antiniebla porque esas son sólo (como su nombre indica) para casos de niebla densa, que hay gente que las enciende «porque molan» y al que circula detrás es algo que le resulta de lo más molesto. Esto no sólo es sancionable; sino que hay un lugar reservado en el infierno para los conductores que hacen esas cosas.

Usa los carriles de aceleración y deceleración con sentido común

Ya sé que parece de perogrullo, pero hay gente que usa los carriles de incorporación a la autopista para pasarse al carril derecho de inmediato a 50 Km/h. El carril de aceleración está para tratar de adecuar nuestra velocidad todo lo posible a los vehículos que circulan por la vía y luego ya meternos en el carril derecho evitando así frenazos y sustos al resto de conductores.

Y con los carriles de deceleración más de lo mismo. Accedemos a él a la velocidad de la vía y una vez ahí frenamos con más o menos contundencia en función de los metros que tenga, que a veces la gente se pone a 60 Km/h por la autopista justo antes de abandonarla y luego por carril de deceleración tiene incluso que acelerar porque se da cuenta de que va a paso de tortuga.

Pasa por los radares a la velocidad de la vía

Esto es una práctica que me pone de muy mal humor: esa gente que va por la autopista a toda pastilla creyéndose los reyes del mambo (para correr están los circuitos) pero que luego ven un radar y pasan por él 30 Km/h por debajo de la velocidad de la vía «por si acaso». Hay un caso flagrante, que es el del radar de la A2 sentido Madrid a la altura del Carrefour de San Fernando de Henares, pues se trata de un breve tramo señalizado a 90 Km/h tras una larga recta en bajada y a veces me ha tocado frenar casi hasta los 50 Km/h para no comerme al coche de delante que segundos antes me acababa de adelantar a 110 Km/h.

Si el radar es de 90 Km/h se puede pasar tranquilamente a esa velocidad, porque entre el margen de 7 Km/h que dejan antes de multar y que el marcador del coche siempre indica un poco más de la velocidad que en realidad llevamos (lo podéis comprobar con cualquier GPS) no vamos a tener problema ninguno con la DGT.

Bueno, pues de momento es todo. Sea como sea, no descarto volver a tocar el tema conducción porque es algo que forma parte de mi día a día y, por tanto, creo que se pueden sacar cosas interesantes aunque sólo sea por la cantidad de horas al año que me paso tras el volante. Espero que estos párrafos os sean de utilidad (y que hayáis disfrutado de las fotos del artículo, que su tiempo me ha llevado recopilarlas de mi archivo personal).Pasa la vida

¡Nos vemos por la carretera!

Rincones: Lagos de Covadonga (Asturias)

Los lagos de Covadonga fue el lugar al que nos dirigimos una vez terminada nuestra visita al santuario del mismo nombre. Era uno de los puntos fuertes de nuestros días en Asturias y la verdad es que no nos decepcionó en absoluto.

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Sólo hay una cosa que no me acabó de gustar de los lagos de Covadonga: la estrecha y serpenteante carretera que lleva a este lugar; y es que a sus características intrínsecas hay que sumarle que no paraban de bajar autocares de excursionistas a toda mecha y que además estaban en plena «operación asfalto» con cortes de tráfico en medio de las rampas más fuertes.

En cualquier caso, a mitad de camino os recomiendo deteneros unos minutos en el Mirador de la Reina y que echéis un vistazo al paisaje que se divisa desde allí.

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Aunque la vista desde el Mirador de la Reina es tremenda, no lo es menos el paisaje que se divisa desde la orilla del lago Enol, que es el más conocido de los dos que conforman el conjunto de los lagos de Covadonga.

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En cualquier caso, una vez en los lagos hay algo que os va a sorprender mucho nada más bajaros del coche: el sonido de los cencerros de las vacas que hay por el lugar. Un ambiente alegre y apacible que os relajará mucho y que además os inspirará fotografías muy naturales.

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He de reconocer que me lo pasé pipa por aquellas praderas. Me pareció un lugar lleno de paz en el que la gente pasea sin prisas entre vacas, terneros, pájaros y árboles disfrutando de un aire limpio y sin rastro de contaminación.

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Lejos, muy lejos de aquí quedan las prisas de la ciudad, los horarios estrictos y el Metro en hora punta. Los lagos de Covadonga son un rincón para disfrutar y para olvidarse de todo lo demás.

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De verdad, si os acercáis a ver el santuario de Covadonga, aprovechad también para visitar los lagos porque es una excursión que merece mucho la pena y os vais a dar cuenta (si no lo habéis hecho ya) de los rincones tan bonitos que hay en España.

El pasado de Oropesa en postales (V)

Como ya os dije en la entrada anterior, hoy volvemos a la playa de La Concha; si bien en esta ocasión la vamos a ver desde el punto de vista contrario al de la tercera entrega de esta serie.

Playa de la concha desde "el balcó". Aprox 1985

Playa de la concha desde «el balcó». Aprox 1985

En esta primera imagen, tomada por el día a diferencia de las otras dos que veremos posteriormente, se puede observar que la urbanización Oromar aparece con uno de sus edificios en obras, de modo que podemos fechar la imagen hacia 1985. Además, en ella se puede apreciar la ausencia del puerto deportivo (en ese momento faltaban aproximadamente siete años para su construcción) lo que también nos da una buena pista para situar la instantánea en su época.

Gracias a que la fotografía está hecha desde el balcó podéis distinguir claramente los dos chalets de los que os hablé cuando el otro día mirábamos la playa de La Concha desde su otro extremo: tanto el que está engarzado en el peñasco que hay sobre el mar como el que fue propiedad de Luis García Berlanga y que se encuentra situado en las inmediaciones de la vía férrea. Comentar a modo de curiosidad que en esta época el chalet de Berlanga estaba pintado de color blanco mientras que en la actualidad su tono es naranja oscuro.

La línea de la costa es muy similar a lo que se puede observar a día de hoy desde allí, si bien se echan en falta algunos edificios en las inmediaciones de las torres «Las Vegas», ya que en la postal de ahí arriba todavía se aprecia mucha vegetación en esa zona. Del mismo modo, se hace raro no ver la carretera que pasa junto al puerto y que a continuación sube por la montaña para dar acceso a los numerosos chalets que con los años fueron floreciendo en sus faldas.

Ya os comenté que esta parte de Oropesa era entonces inaccesible y hasta que no se llevó a cabo la construcción del puerto deportivo de la localidad todo aquello era considerado playa salvaje como hoy en día lo es La Renegá. De hecho, a modo de curiosidad os diré que se aprovechó la orografía del terreno para darle forma al puerto en la medida de lo posible, ya que el espigón principal se sitúa precisamente sobre ese primer saliente que se ve en la postal.

Playa de la concha desde "el balcó" por la noche. Aprox 1985

Playa de la concha desde «el balcó» por la noche. Aprox 1985

Playa de la concha. Aprox 1985

Playa de la concha. Aprox 1985

Las otras dos postales que os muestro hoy están tomadas por la noche (o más bien en la blue hour) y aunque datan aproximadamente de la misma fecha que la primera, en ellas podemos ver la localidad cuando tienen todas sus luces encendidas y su característico reflejo sobre la superficie del mar. Daos cuenta de que la primera de las dos está hecha prácticamente desde el mismo lugar que la diurna.

Sé que no son las mejores imágenes para apreciar detalles, pero quería compartirlas con vosotros porque es una buena prueba de que la fotografía nocturna es algo que siempre me ha llamado la atención. Es cierto que no la practico muy a menudo porque nunca he sido muy amigo del trípode, pero reconozco que a veces me lío la manta a la cabeza y busco algún buen paisaje que retratar cuando el sol ha hecho mutis por el foro.

Rincones: monasterio antiguo (desierto de las palmas)

Hay un paraje en la zona interior de Castellón (a la altura de Benicassim) donde podéis encontrar un monasterio abandonado que fue construido hacia 1700 y que es un lugar de clara inspiración fotográfica.

De cuento

Este lugar es otro de los rincones del desierto de las palmas que, al igual que la ermita de Les Santes, se encuentra en una zona en la que se respira tranquilidad por todos lados. De hecho, este parque natural castellonense siempre ha sido un lugar de retiro y espiritualidad, y de ahí que diseminadas por él haya multitud de pequeñas capillas con imágenes en su interior.

Oración

Al margen de la religiosidad dominante en el lugar, en lo que a fotografía se refiere hay que reconocer que el sitio es espectacular. No sólo porque nos encontramos a los pies del monte Bartolo; sino porque desde estos parajes tendremos una visión privilegiada de Benicassim y Castellón.

Benicassim y Grao de Castellón desde el desierto de las palmas

Sí que es cierto que al estar al lado del mar, en días muy calurosos os podéis encontrar con bastante bruma que puede restarle nitidez y claridad a las fotografías, por lo que mi consejo es que subáis en uno de esos días en los que hay algo de viento que limpia la atmósfera y deja la línea del horizonte que casi parece trazada con un tiralíneas.

Camino

Indicaros que para acceder a los lugares desde donde están hechas estas fotografías lo más fácil es coger la carretera CV-147 y seguir su trazado hasta llegar a una explanada en la que hay una gran cruz de madera (os dejo enlaces a los recorridos desde el acceso Benicassim Norte y desde el acceso Benicassim Sur). Son en total unos 12 Km de recorrido y os aseguro que merece la pena, especialmente si lleváis la cámara encima. Por cierto, cuidado con los ciclistas, que la carretera está llena de curvas y hay mucha gente que entrena por allí.

Monasterio antiguo (desierto de las palmas)

Añadir también que lo que es el monasterio abandonado está cercado mediante una verja metálica que no se ve hasta que estás casi en la puerta, por lo que no podréis acceder a su interior. Y puesto que para llegar hasta él hay que caminar un buen trecho cuesta abajo, por mi propia experiencia os aseguro que sienta muy mal tener que volver a subir todo lo andado cargando con el equipo fotográfico sin haber podido captar ni una instantánea.

Sosiego

Otro día os hablaré de más rincones en las cercanías de Oropesa que he ido descubriendo en los últimos meses.

¡Nos leemos!

Mil kilómetros al volante del nuevo Audi A1

Como os dije en la entrada anterior, he estado recientemente de vacaciones con mi chica en Oropesa del Mar; pero dado que mi coche tiene ya unos cuantos años y no me apetecía quedarme tirado en medio de la autopista opté por acercarme a Europcar y alquilar un vehículo para afrontar el viaje con garantías.

Elegí un VW Polo que dejé reservado y pagado una semana antes de nuestra partida; pero llegado el momento de recogerlo me llevé la sorpresa de que ante el incremento de alquileres por culpa de la semana santa no había unidades disponibles de ese modelo y en compensación me dieron un Audi A1 prácticamente a estrenar (6500 Km de marcador) en color gris metalizado.

Audi A1

El caso es que en un principio no se me había pasado por la cabeza comentar nada sobre el mencionado coche porque son fregados en los que nunca me he metido en este blog; pero después de conducirlo durante seis días y haber hecho mil kilómetros tanto por carretera como por ciudad, creo que puede ser útil para algunas personas comentar a un nivel muy básico mis impresiones al volante.

A estas alturas creo que queda bastante claro que nadie se debería tomar estos párrafos como una prueba seria porque aunque he conducido unos cuantos coches en los últimos años, considero que no tengo perspectiva suficiente como para hacer un análisis a fondo; siendo esto más bien un resumen general de las sensaciones que me ha ofrecido el vehículo que he conducido durante los últimos días.

Primeras impresiones

El Audi A1 es un modelo que salió a la venta en el mercado español durante el pasado mes de Marzo; y siendo la primera vez que veía este coche «en vivo» he de reconocer que me sorprendió gratamente a primera vista. Es un coche muy bonito para mi gusto, bien proporcionado y con un discreto aire deportivo apreciable en cosas como los pasos de rueda, los faros rasgados o el discreto spoiler trasero que remata el techo.

De hecho, es un modelo tan reciente que no me he cruzado con ningún otro a lo largo de los seis días que ha estado en mis manos. Y claro, también era novedad para muchos transeuntes, de modo que era habitual ver cabezas girarse en los semáforos o al aparcar en la puerta de algún restaurante. Como os digo, es un coche que llama bastante la atención ahora mismo por ser novedad en el mercado español.

Sobre el papel

El motor que equipa al coche que me asignaron es el más básico de la gama: un 1.2 TFSI de 87 CV (motor de gasolina con cuatro cilindros en línea) cuya peculiaridad es que cuenta con sobrealimentación mediante un turbocompresor que inyecta aire a presión en los cilindros empleando la energía cinética de los gases de escape. Gracias a esto se consiguen unas prestaciones bastante aceptables al tiempo que los consumos no se disparan (5.1 l/100 Km de promedio según el fabricante alemán).

Por lo demás, el A1 está homologado para cuatro plazas, tiene un peso de 1115 Kg, un maletero de 270 litros y cuenta de serie (al menos en el acabado Ambition, que es el que equipaba el que me dieron) con ESP, sistema de entretenimiento multimedia con lector de CD, USB y tarjetas SD, navegador GPS con pantalla a todo color en el centro del salpicadero, seis airbags, control de velocidad, aire acondicionado, dirección asistida, sistema de recuperación de energía en las frenadas, sistema start & stop que detiene el motor en los semáforos y atascos, ordenador de a bordo, gestión electrónica del motor…

Interior

Imagen extraída de http://www.audi.es

El interior del Audi A1 es bastante acogedor: detalles como el forrado del volante en cuero, el mullido de los asientos, el diseño de los difusores del aire acondicionado, los múltiples huecos portaobjetos, el tablero de mandos con abundante información, los mandos integrados en el volante… son elementos que ayudan a que el conductor y su acompañante se encuentren «como en casa».

Los que no irán tan cómodos serán los pasajeros de los asientos traseros, ya que dichas plazas son de un tamaño muy reducido (sobre todo por la longitud de las banquetas) y el pequeño tamaño de las ventanillas posteriores contribuirán a una cierta sensación de agobio. En general se trata de un coche en el que el metal se prodiga más que el cristal como sucede de un tiempo a esta parte en muchos de los nuevos modelos que aparecen en el mercado; pero al menos en las plazas delanteras del A1 tenemos una buena amplitud visual.

Imagen extraída de http://www.audi.es

No me hubiera importado que las plazas traseras fueran tan exiguas si el maletero hubiera sido de un tamaño considerable; pero no es así y con sus 270 litros apenas cabrá un par de maletas de tamaño mediano (tres si somos buenos jugadores de Tetris) y poco más. Por la experiencia extraída de estos días os puedo decir que es capaz de albergar el equipaje de dos personas para pasar unos días de vacaciones; pero no es un maletero para más personas o estancias largas.

Exterior

En el exterior destacan las líneas sobrias habituales en los modelos de Audi. Cintura alta, aspecto robusto y ventanillas cada vez más pequeñas. El coche es bastante bajo y si sois altos al principio os daréis más de un coscorrón al introduciros en el habitáculo. El coche es de dos puertas y el portón del maletero es bastante grande para un coche de su tamaño.

Como podéis ver en las fotos que acompañan a esta entrada (siento no ofreceros más, pero estas tres fotos son las únicas que le hice al coche durante el viaje) el A1 cuenta con detalles en color negro como la toma de aire frontal, el difusor trasero, los apoyos de los retrovisores y la zona de los faros antiniebla frontales. Todo lo demás es gris metalizado (al menos en esta unidad) y a mí particularmente me gusta mucho la zona de las ruedas traseras así como los nervios que recorren longitudinalmente la carrocería. Todo el coche tiene ese ADN de los últimos modelos de Audi y de añadir que las formas redondeadas de ciertas zonas me recuerdan un poco al precioso TT (salvando las distancias, claro está).

Audi A1

Primeras impresiones

Nada más salir de la oficina de Europcar me siento en el coche y veo que todo está al alcance de los dedos. Me ajusto el volante y el asiento, me pongo el cinturón y al arrancar compruebo que el motor apenas hace ruido durante su funcionamiento. Durante los primeros metros veo que no hay vibraciones ni ruidos de rodadura a bajas velocidades y en general me siento muy a gusto en mi asiento. Del mismo modo, enciendo la radio y veo que suena muy muy bien; aunque bajo bastante el volumen de la misma para poder escuchar el suave rumor del motor.

Entre el tráfico de la ciudad el coche se mueve con mucha agilidad gracias a su pequeño tamaño. Además, la dirección es muy precisa y tiene un tacto perfecto para mi gusto. El pedal del embrague va muy suave y el acelerador tiene suficiente recorrido como para conducir sin tirones ni brusquedades. Por cierto, el cierre centralizado bloquea las puertas en cuanto empezamos a movernos; un buen detalle que siempre estoy acostumbrado a hacer «a mano» en mi propio coche.

Llego a un semáforo y cuando el coche se detiene… ¡se para el motor! Ya no me acordaba de que el A1 está equipado con el sistema start & stop y en un primer momento pienso que se me ha calado. Superada la sorpresa inicial me doy cuenta de que no me acabo de sentir cómodo con el motor completamente parado y levanto el pie del freno pensando que arrancaría instantáneamente. El caso es que el arranque no se produce al soltar el freno; sino cuando volvemos a pisar el embrague para engranar la primera velocidad, de modo que no es un sistema para salir con prisas o incorporarnos a una glorieta con tráfico un poco apurados. Dado que el sistema no me termina de convencer decido desactivarlo momentáneamente (hay un botón en el salpicadero para ello).

Para evitar sustos una vez en autovía, me meto en en un tramo de carretera en las afueras de Alcalá con intención de ver cómo reacciona el coche y allí me dedico a ver qué tal se portan los frenos, cómo acelera… y tengo la suerte de que el riego por aspersión de una glorieta ha empapado el asfalto por completo en sus alrededores, de modo que aprieto el acelerador un poco más de la cuenta mientras la tomo aprovechando que a esas horas no hay nada de tráfico y observo que el ESP corrige levemente las reacciones del coche haciéndole seguir la trazada que yo le indico con el volante. Como dicen las instrucciones de los coches que equipan este sistema «el ESP no cambia las leyes de la física» y por tanto no está hecho para tomar una curva cerrada a 100 Km/h; pero hay que reconocer que es una ayuda que nos puede venir muy bien en más de una ocasión.

Conduciendo por autovía

El A1 no se desenvuelve mal por autovías, aunque no es el hábitat natural de este modelo (seguramente las versiones equipadas con motores 1.4 TFSI de 122 CV o 1.6 TDI de 105 CV tengan más cualidades rodadoras que esta de la que os estoy hablando). El coche se pone a 100 Km/h en 11.7 segundos y se nota que acelera con ganas en marchas cortas gracias a su escaso peso. También mantiene perfectamente la velocidad a la hora de subir cuestas en quinta por la autovía; pero cuando en esas mismas subidas necesitas coger más velocidad por ejemplo para adelantar es cuando el pequeño 1.2 TFSI muestra sus limitaciones y se muestra un poco perezoso para acelerar, requiriendo una reducción a cuarta para tener algo más de brío.

No obstante, como os digo, el coche mantiene los 110 Km/h perfectamente en toda condición y circulando así el consumo de combustible se mantiene en torno a los 5 l/100 Km; una cifra bastante contenida teniendo en cuenta que el motor gira en esas condiciones a 2800 RPM y los consumos más bajos suelen darse entre las 1500 y las 2000 vueltas. Por cierto, sigue siendo realmente silencioso y no se aprecian ruidos aerodinámicos de ningún tipo circulando a buen ritmo.

Carretera de montaña

Ya en Oropesa una tarde subimos al mirador del monte Bobalar para hacer un par de fotos desde allí (una de ellas es la que encabeza este artículo). Una ocasión perfecta para probar el coche en una carretera revirada con importantes desniveles. Puesto que se trata de un tramo en el que no se puede correr mucho, estuve empleando todo el tiempo la segunda y la tercera marcha apurando un poco más de lo normal las revoluciones del motor.

En esas circunstancias el coche me pareció muy ágil gracias a su reducido radio de giro y el tacto sólido de la dirección. Del mismo modo, la suspensión de tarado algo duro hace que el A1 no balancee en las curvas y las tome con mucho aplomo; al menos con más del esperado en un coche de 1115 Kg con 3.95 metros de largo (2.47 entre ejes) y 1.74 de ancho.

Con el motor alegre de vueltas un pisotón al acelerador nos da una respuesta inmediata en aceleración; sin retrasos causados por la realimentación del turbocompresor ni nada parecido. Sin embargo, si dejamos caer la aguja de las revoluciones más de la cuenta tendremos que esperar a que suba un poco antes de sentir que el coche acelera con ganas.

En general, he de decir que me gustó mucho recorrer arriba y abajo la carretera que os digo porque el tacto del coche (tanto a nivel de dirección como de suspensión) me dio mucha confianza en todo momento y jamás obtuve ninguna reacción rara por su parte. Obviamente fui con mucha precaución dado que es un tramo abierto al tráfico; pero incluso así uno se da cuenta del aplomo que tiene el pequeñín de Audi. Que nadie piense que tenemos un deportivo entre manos porque nada más lejos de la realidad y si apuramos demasiado luego vienen las lamentaciones; pero hay que reconocer que cuando la carretera se tuerce, el A1 es muy divertido de conducir.

Audi A1

Conclusiones

Después de exactamente 1016 Km al volante del Audi A1 diría que, al menos con el motor 1.2 TFSI, se trata de un coche eminentemente urbano pensado para dos personas que también quieran hacer alguna escapada de fin de semana. Pese a que cumple sobradamente para rodar a velocidades legales, no estamos ante un coche diseñado para devorar kilómetros por autovía tanto por la ajustada potencia de su motor como por su depósito de 45 litros de capacidad. Del mismo modo, es un coche muy cómodo para conductor y acompañante; pero no está hecho para un uso familiar porque las plazas traseras son para usos muy puntuales y el maletero tiene una capacidad muy reducida.

En cuanto a consumos se refiere, os puedo decir que el promedio a lo largo de todo el viaje ha sido de 5.7 l/100 Km; algo superior a lo declarado por el fabricante pero ya se sabe que esas cifras siempre se dan bajo unas condiciones que luego no se reproducen en el mundo real. Para que os hagáis una idea, con el depósito lleno hasta los topes el ordenador de a bordo marca que podemos hacer 700 Km; y es que el tema de los consumos es algo que a veces la gente no tiene muy en cuenta, pero para mí es algo fundamental sobre todo ahora que el precio de los carburantes está a niveles estratosféricos y amenazando con dispararse todavía más.

En todo caso, se trata de un coche que a mí particularmente me ha gustado mucho por comodidad, por la cantidad de detalles útiles que posee y por su estética elegante. Si lo que os comentaba sobre las plazas traseras y la capacidad del maletero no os suponen un problema, el recién llegado A1 os parecerá una pequeña maravilla.

Más información

Alcalá desde el aire (VIII): la rotonda del Gurugú en 1990

Hoy nos vamos a acercar hasta la glorieta que da inicio a la subida al monte Gurugú; ya que se trata de una zona de Alcalá cuyo aspecto ha variado considerablemente una vez tomada la fotografía que ilustra esta entrada y que da buena cuenta de los cambios urbanísticos que ha habido en la ciudad en las dos últimas décadas.

Rotonda del Gurugú

"Rotonda del Gurugú en 1990". Fotografía extraída del libro "15 años de ayuntamientos democráticos". (Click sobre la imagen para ver notas y localización geográfica).

Concretamente, en la parte derecha de la fotografía que tenéis sobre estas líneas es donde se encuentra hoy en día el instituto Atenea construido en 1996 y que se encuentra rodeado de una amplia zona de chalets y bloques residenciales. Del mismo modo, en esa zona en obras de la parte superior derecha de la fotografía se levanta actualmente el auditorio Paco de Lucía anexo al popular barrio de «Los Gorriones».

Lo que no ha cambiado en absoluto son las cocheras de autobús que aparecen en la parte inferior izquierda así como esa finca rodeada de campo que hay cerca de la rotonda. Al fondo de la imagen se aprecian algunas naves del polígono industrial donde se sitúa Fiat, Komatsu o la depuradora en la que trabajo actualmente, por lo que a grandes rasgos ya se empieza a ver con claridad la forma actual de la ciudad aunque todavía queden rincones de la misma completamente irreconocibles.

Carreteras

Al fin y al cabo, las carreteras menos transitadas son las que llevan a los lugares más bellos.

M-230, Km 3

La vida es una carretera de montaña en la que nunca se sabe lo que vendrá detrás de cada curva. En ocasiones una placa de hielo nos pillará desprevenidos y nos dará un buen susto; pero otras veces tendremos ante nuestros ojos un paisaje de ensueño que merecerá la pena contemplar.

Sea como sea, mi filosofía de vida consiste en no tomar atajos, circular a la velocidad adecuada e ir con los ojos bien abiertos para aprender todo lo posible durante el trayecto. De ese modo, cuando uno llega a su destino lo hace con una sonrisa en la cara y la sensación de que cada kilómetro ha merecido la pena.

Excursión fotográfica a Villar del Olmo

Hoy salí de casa a las ocho de la mañana rumbo a Villar del Olmo (enlace a Google Maps) con mi cámara en el maletero y la idea de pasar unas horas haciendo fotos por allí.

Es algo que tenía planeado desde hace ya unos días, porque cuando atravesé el pueblo camino de la cercana localidad de Ambite enseguida me propuse hacer una excursión en la que pudiera retratar con calma algunos rincones de este lugar así como los campos que hay por sus alrededores.

Un rincón de Villar del Olmo

La paliza ha sido grande porque al final he vuelto a casa prácticamente a la hora de comer; y aunque ahora estoy cansado, con alguna que otra picadura de mosquito y los pies algo doloridos de caminar entre pedregales, reconozco que la experiencia de visitar un pueblo en el que se respira tranquilidad por todos sus rincones bien merece la pena.

Villar del Olmo

Mi idea era dividir la mañana en dos partes: visitar las calles del pueblo a primera hora para aprovechar la luz tan buena que hay a esas horas y ya un poco más tarde dirigirme a los montes que hay en los alrededores para poder hacer algunas fotografías de paisaje desde las alturas.

Así lo hice, de modo que las calles de Villar del Olmo fueron las primeras en verme. Unas calles en las que ni había nadie ni se escuchaba un sólo ruido a las nueve de la mañana y que me sorprendieron por la cantidad de toques de color (flores, remates en las fachadas, toldos…) que hay repartidos por todo el pueblo. También me pareció especialmente bonita la plaza del ayuntamiento, donde todo está limpio y cuidado.

Entre los detalles que llamaron mi atención, tal vez el más curioso sea el modo en que han pintado los marcos de la puerta y una de las ventanas en cierta vivienda, ya que nada más verla imaginé que ahí deben de vivir dos personas muy futboleras: una del Atlético de Madrid y la otra del F.C. Barcelona. No sé si tendré razón, pero os aseguro es una casa que llamará la atención de todo el que pase por delante.

Pero bueno, como siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras y ya os he aburrido bastante os dejo a continuación con las fotografías que tomé en las calles de Villar del Olmo para hablar después de la segunda parte de la excursión:

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Los alrededores del pueblo

Una vez recorridos muchos rincones del pueblo, a eso de las once me dirigí hacia los campos que lo rodean con idea de retratar desde alguna zona más o menos alta los paisajes del valle en el que está situado Villar del Olmo. Ahí es donde pasé calor de verdad, porque si bien en las calles se estaba bastante fresco, una vez que me metí entre viñedos, campos de patatas y senderos pedregosos empecé a sentir el peso del sol dándome de lleno en la espalda (y el de mi equipo fotográfico cuando el camino se empinaba).

Aun así disfruté mucho la subida al monte, trayendo de regreso a mi mente sensaciones e incluso olores (tengo una memoria olfativa prodigiosa) de las excursiones que hacía en Oropesa del Mar hace años al monte Bobalar y sus alrededores para poder disfrutar de las vistas de mi localidad de vacaciones. Parece mentira que con sólo dar un simple paseo por el campo uno pueda sentir tantas cosas agradables, pero por desgracia esto es algo que cuando se está acostumbrado al modo de vida en la ciudad se puede llegar a olvidar.

Al igual que antes, os dejo con unas imágenes que os contarán mejor que yo lo que vi por aquellos lugares:

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

Un rincón de Villar del Olmo

De regreso a Alcalá

Y así terminó la mañana en Villar del Olmo. La hora de comer se acercaba y mi coche me estaba esperando junto a la carretera. Ya sólo me quedaba llegar hasta él, acomodarme detrás del volante y conducir hasta Alcalá después poco más de media hora de carreteras sinuosas.

Un rincón de Villar del Olmo

Como os decía al principio, llegué a casa bastante cansado pero contento por haber visitado un rincón de nuestra geografía que me llamaba bastante la atención desde hace tiempo. Ah, y no será la última excursión de este tipo; eso seguro… 😉

Conduciendo por la vida

A la hora en la que vuelvo del trabajo no hay ni un sólo lugar en mi barrio donde aparcar, de modo que siempre dejo el coche en una zona de chalets a unos cinco minutos de casa. Esto no me supone un gran problema (aunque hay gente que vendería su alma al diablo con tal de no dar tres pasos) pero como nunca me ha gustado ir por las mañanas con prisas, siempre que tengo oportunidad trato de acercar el coche al portal si hay huecos libres para así al día siguiente poder quedarme cinco minutos más en la cama  ^__^

Pues bien, puesto que hoy mi empresa me ha dado el día libre, a eso de las nueve de la mañana me he ido a recogerlo con intención de dejarlo por aquí cerca durante el fin de semana. Sin embargo, una vez al volante y cuando ya llevaba unos metros recorridos, se cruzó por mi mente la idea de aprovechar que a esas horas no hay apenas tráfico para irme a dar una vuelta con el coche sin rumbo definido; de modo que eso fue lo que hice: en lugar de dirigirme hacia mi calle, tomé la carretera que lleva a Loeches y continué por ella hasta ir mucho más allá de dicho municipio.

Loeches vs. Madrid

En realidad no sé exactamente hasta donde llegué, porque conduje y conduje por carreteras secundarias entre campos bañados por el sol de la mañana hasta que consideré que había llegado lo suficientemente lejos. La verdad es que no me importaba encontrarme completamente perdido porque estaba disfrutando de un fantástico trayecto entre paisajes relajantes y con la música de Radio 3 acompañándome. De hecho, la omnipresente visión de las cuatro torres de Madrid resplandecientes me mantenía orientado y provocaba en mí una grata sensación de libertad.

Como os digo, llegado a un punto indeterminado en el que tuve la impresión de que ya estaba lo suficientemente lejos de casa comencé a buscar un acceso a la autovía A-2 para que me llevara de vuelta a Alcalá de Henares. Y el caso es que tuve suerte porque no tardé demasiado en ello: un cartel que indicaba un desvío hacia Valdemingomez también marcaba el camino a tomar para salir a la autopista que buscaba, de modo que en apenas un par de minutos estaba circulando a 120 Km/h dirección Zaragoza y poco después la silueta del cerro del Viso en la lejanía me indicaba que mi excursión empezaba a terminar.

120

Durante ese tiempo en soledad también aproveché para pensar en todas las cosas que me están ocurriendo últimamente y, de hecho, como si de una metáfora de mi propia vida se tratara, me di cuenta de que nos pasamos nuestra existencia en un camino del que no sabemos lo que habrá detrás de la siguiente curva. A veces hay barrancos temibles, pero en ocasiones también te puedes encontrar con preciosos campos de trigo dorado.

Cuando llegué a mi casa eran poco más de las diez de la mañana, de modo que mi paseo había durado aproximadamente una hora y durante ese tiempo había recorrido algo más de noventa kilómetros. Un trayecto que tal vez algunos de vosotros veáis como una pérdida de tiempo y/o como una forma de gastar gasolina a lo tonto; pero yo, que siempre me alimento de buenas sensaciones y pequeños detalles, los encontré a montones en medio de ninguna parte.

Tráfico

Mañana me voy de excursión al Castillo de Aldovea

Es casi seguro que mañana por la mañana, aprovechando que me he cogido el día libre en la empresa, me acercaré a primera hora al castillo de Aldovea situado bastante cerca de Torrejón de Ardoz para hacer unas fotos por allí. Se trata de un lugar que no queda muy lejos de casa (apenas son 15 Km en coche), muy tranquilo en apariencia y del que creo que se puede sacar alguna imagen interesante. Además, conociéndome como me conozco, supongo que por el camino me desviaré improvisadamente hacia algún otro sitio (será mejor que me lleve el Nokia 6630 que uso como GPS) para así aprovechar la mañana todo lo posible. El caso es que sé dónde comenzaré, pero no dónde terminaré  :mrgreen:

¡Curva a la izquierda!

Ya os podéis imaginar que a mi regreso habrá una entrada con el resultado gráfico de la excursión, ¿verdad?  😛

La historia de la autopista A-2 a su paso por Alcalá de Henares

A estas alturas ya sabréis que soy muy aficionado a la historia reciente de Alcalá de Henares. Es la ciudad en la que resido desde 1984 y a la que tengo bastante apego porque creo que aúna lo mejor de un lugar medianamente tranquilo con las comodidades de una urbe moderna.

Y hablando de Alcalá, precisamente hace unos días mi compañera de trabajo me preguntaba que si la carretera A-2 había pasado alguna vez por el centro de la ciudad, ya que en la mañana anterior alguien le había hablado de «la antigua nacional dos». Pues bien, un par de minutos después y gracias a la ayuda de google maps ya estaba situado sobre la ciudad complutense dispuesto a darle a María una clase teórica sobre trazados de carreteras en la actualidad y en el pasado.

María quedó muy contenta con mi charla, de modo que enseguida pensé en redactar una entrada en el blog hablando del tema, pues considero que puede resultar un tema interesante para cualquier persona, así que… ¡Vamos a ello! 😉

Cruzando puentes con la mirada

La A-2 es la autopista que une Madrid con Barcelona pasando por Guadalajara y Zaragoza en una trayectoria prácticamente recta. A su paso por Alcalá de Henares describe una curva muy amplia de tal modo que si vamos hacia la ciudad condal dejaremos la cuna de Cervantes a nuestra derecha. Cualquiera que no conozca la historia alcalaína pensará que esto ha sido así desde el principio de los tiempos; pero hoy os mostraré que este trazado es relativamente reciente y que hace años la carretera pasaba directamente por el centro de la ciudad.

Que yo sepa, ha habido en total tres trazados diferentes, así que vamos a ir viéndolos en imágenes comenzando por el más antiguo:

EL TRAZADO ORIGINAL DE LA CARRETERA MADRID-BARCELONA

Puerta de Madrid

Resulta sorprendente comprobar que hace varias décadas la ruta que hoy conocemos como «carretera Madrid – Barcelona» seguía el trazado del viejo camino real que atravesaba la ciudad de Oeste a Este. Este trazado data de la edad media y atravesaba la ciudad por su parte central (bueno, prácticamente su única calle en los tiempos posteriores su fundación) de Oeste a Este.

Dicho camino tiene su origen en la antigua calzada romana que recorría el valle del Henares uniendo las ciudades de Mérida, Toledo, Titulcia, Complutum (o lo que es lo mismo: Alcalá) y de ahí a Caesar Augusta (Zaragoza) y a Tarraco (Tarragona) para seguir hasta Barcino y a la frontera con Francia. Como podéis ver, la misma N-II pero en calzada.

primer-mapa

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En el mapa que tenéis aquí encima podéis ver el trazado aproximado de aquella ruta sobreimpreso a las actuales calles de la ciudad. Su discurrir alcalaíno comenzaba en lo que hoy son las ruinas de Complutum y se adentraba en la ciudad por el Camino del Juncal para continuar por la avenida Nuñez de Guzman. A continuación atravesaba las calles Postigo y Victoria, la Plaza de los Santos Niños, las calles Escritorios, Santa Úrsula y Colegios para tomar a continuación el Paseo del Val, desviarse por Lope de Figueroa, tomar el actual Camino de los Afligidos y finalmente, aproximadamente a la altura del centro comercial La Dehesa, seguir por la actual autopista A-2.

EL ANTIGUO TRAZADO DE LA N-II

Via Complutense

La primitiva carretera fue útil mientras los vehículos que circulaban eran poco más que carromatos tirados por caballos. Cuando los coches y camiones propulsados a motor fueron poco a poco conquistando los caminos y los viajes se empezaron a popularizar, aquella vía que atravesaba la ciudad bajo la puerta de Madrid y que se adentraba por las calles Mayor y Libreros se convirtió en una fuente de problemas y hubo que optar por buscar una solución acorde a los nuevos tiempos.

Calle Carmen Calzado en 1963

En algún instante entre los años 1918 y 1958 (hasta el momento me ha sido imposible fijar una fecha exacta) se construyó el segundo trazado de la carretera N-II a su paso por Alcalá de Henares: una pequeña ciudad que apenas tenía casas más allá de las murallas que la delimitaban. Precisamente por eso aquella carretera se ideó de forma paralela a la muralla Norte y a escasos metros de ella como podemos ver en la siguiente imagen.

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Originalmente esta vía consistía en un simple camino de tierra preexistente (en las fotografías de la zona hacia los años 1910/1915 se puede apreciar con claridad) pero en un momento indeterminado de mediados de siglo, este camino se asfaltó convirtiéndose en una importante travesía que dejaba al trazado original relegado a un uso estrictamente urbano.

Si elevamos un poco más nuestro punto de vista nos vamos a encontrar con una importante calle de dos carriles en cada sentido llamada «Vía complutense» (marcada en color amarillo en la siguiente imagen) que atraviesa la ciudad de izquierda a derecha bordeando el centro histórico de la misma por su parte Norte. Dicha vía no es otra que la antigua N-II, y lo más sorprendente es que hasta el año 1985 todos los vehículos que se dirigían hacia Barcelona procedentes de la capital tenían que pasar forzosamente por allí.

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Tráfico a media tarde

Poco a poco Alcalá fue creciendo en todos los sentidos y lo que era una carretera que bordeaba la ciudad acabó prácticamente atravesándola por su parte central. Evidentemente esto no suponía ningún problema cuando el parque automovilístico en España era escaso (algo que podéis apreciar en muchas de las fotografías originales de la serie Alcalá de Henares ayer y hoy) pero cuando en los primeros compases de la década de los ochenta los coches empezaron a aflorar como las margaritas en primavera, el tráfico por Alcalá empezó a ser una importante preocupación para políticos y ciudadanos que obligó a diseñar un nuevo trazado que es el ahora vigente.

EL TRAZADO ACTUAL DE LA AUTOPISTA A-2

La actual autopista data del año 1985 y es el trazado que está marcado en color naranja en la siguiente imagen. Podéis apreciar cómo evita el centro de la ciudad (como es lógico) atravesando los polígonos industriales de la zona norte de Alcalá y dejando aislado al campus universitario de ciencias (parte superior derecha de la imagen) del resto de la urbe.

Para que veáis la diferencia con la carretera anterior, ésta sigue marcada en color amarillo pálido y se puede distinguir perfectamente porque atraviesa la ciudad por el centro prácticamente en línea recta (sólo hemos subido de altitud con respecto a la captura anterior).

Vista general del trazado de la A-2 a su paso por Alcalá de Henares

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¿Os imagináis el tráfico de una carretera tan importante como la A-2 circulando por las estrechas calles del centro de la ciudad? Es cierto que resultaría como mínimo sorprendente, pero si pensáis en esa infinidad de pequeños pueblos atravesados por alguna de las pequeñas carreteras que todavía existen en España comprenderéis que lo que ha sucedido en Alcalá de Henares no es más que una evolución lógica necesaria para adaptarse a los nuevos tiempos.

La calle mayor

Bueno, espero que os haya entretenido este pequeño reportaje y os haya enseñado alguna cosilla que no conociérais. Yo he de reconocer que he disfrutado mucho informándome y recopilando imágenes de las diferentes épocas pese a que se me han ido unas cuantas horas en su confección, pero no importa, y de hecho todavía voy a dar unas cuantas vueltas más para ver si consigo averiguar el año exacto de inauguración del segundo trazado para así dejar el reportaje completamente terminado. Tras muchos libros consultados y muchas personas preguntadas, ese es un dato que todavía no he conseguido sacar a la luz, pero no quiero retrasar más la puesta de largo de estas líneas. Cuando consiga el dato ya actualizaré ligeramente el artículo, pero creo que tal y como está ahora mismo servirá para despertar la curiosidad de algunos de vosotros y por eso he elegido el día de hoy para mostraros esto.

De todos modos no quisiera terminar este artículo sin dar las gracias a la oficina de turismo de Alcalá de Henares por toda la lata que les he dado a base de preguntas, a la encargada de la biblioteca del distrito IV por mostrarme algunos libros que me han sido de gran ayuda y también a Maza y a Manolo; dos lectores que me apuntaron en los comentarios importantes datos sobre el origen romano de esta carretera y el trazado exacto de la misma respectivamente. Sin su inestimable ayuda muchos datos se me hubieran pasado por alto y el reportaje hubiera quedado bastante «cojo».

Como os decía, espero que estos párrafos hayan sido de vuestro agrado. ¡Gracias por vuestro tiempo!  😉

Vuelve a nevar con fuerza sobre Alcalá de Henares (incluye vídeo grabado en la M-300)

Cuatro días después de la nevada del Viernes y con las aceras de Alcalá de Henares todavía llenas de hielo, vuelve a nevar con fuerza sobre la ciudad. Creo que lo mejor es que os lo ilustre con un vídeo que acabo de grabar cuando volvía de trabajar y una imagen tomada desde la ventana hace apenas unos minutos en la que se puede ver cómo la nieve se está acumulando de nuevo sobre las calles.

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La nieve vuelve a caer sobre Alcalá el Martes 13 de Enero a las 13:15

Pido perdón por la calidad de las imágenes y mis pobres comentarios, pero espero que entendáis que el vídeo está grabado «en bruto» con la mano que me quedaba libre al conducir, de modo que ni estaba atento a conseguir las mejores tomas posibles ni mis comentarios son demasiado profundos porque estaba atento al tráfico y las condiciones de la carretera.

PD: Tras una hora de intensa nevada la situación no ha cambiado en absoluto con respecto a lo que se ve en el vídeo, y si sigue así me temo que volveremos a vivir el caos del viernes pasado. Ojalá me equivoque…

PD 2: a las tres de la tarde he dejado de nevar y parece que no se ha llegado a formar hielo en las calles gracias a que estamos a +2 grados centígrados de temperatura ambiente. ¡Menos mal!

En el atasco de cada mañana

A la hora que se va a publicar esto os puedo garantizar que estaré metido en una fila de coches que salen todos a la vez de Alcalá de Henares en dirección a Madrid para ir a trabajar. Todos los días me toca pasar un rato en un atasco que ya hasta me empieza a resultar familiar, pero hasta ayer no se me había pasado por la cabeza hablaros sobre ello, así que vamos a hablar un rato sobre algunas cosas inexplicables que afectan al tráfico rodado sobre todo a primera y última hora del día.

En el atasco de cada mañana

Cerca ya de Komatsu en un día de lluvia.

No sé lo que pensaréis vosotros, pero a mí lo de los atascos me parece una de las peores cosas que te puedes encontrar a lo largo del día. Si vas en transporte público y no vas con hora es algo que se puede llevar más o menos bien e incluso te puedes echar una siestecita (es lo que hace mi hermana al ir a la universidad) pero cuando vas a tu puesto de trabajo, tienes que entrar a una hora determinada y ves que varios kilómetros antes de llegar estás parado en medio de una carretera junto a varios miles de vehículos la cosa ya no es tan relajante.

Lo que yo hago es conectar el ipod a la radio del coche y reproducir la lista de mis canciones favoritas. Así al menos hay algo que me hace estar cómodo y relajado. Tengo la ventaja de que si no hay nada de tráfico tardo menos de 10 minutos en llegar desde la puerta de mi casa hasta la puerta de la empresa donde trabajo, pero en días como el de hoy se ha dado el caso de tirarme tres cuartos de hora en medio de un mar de coches; y os aseguro que eso desespera al más pintado. Eso sí, si llego a trabajar en Madrid os aseguro que dejaba el coche aparcado en casa y me iba en tren (que es lo que solía hacer cuando iba a las presentaciones para ultimONivel que tenían lugar a primera hora de la mañana).

Atascos sin fin

En días soleados también te puede sorprender el atasco.

La verdad es que no me entra muy bien en la cabeza la razón por la cual cuando llueve los atascos se multiplican en longitud y duración. En la empresa hemos hablado del tema en más de una ocasión y tenemos dos tipos de razones para esto: una es que sencillamente la gente no sabe conducir con lluvia (la navaja de Occam: «la explicación más sencilla suele ser la correcta»). La otra es que cuando llueve la gente se vuelve más perezosa y en lugar de ir en transporte público coge el coche (aunque no tengo yo muy claro que la diferencia de vehículos particulares circulando sea tan grande entre unos días y otros).

Sea como sea, el caso es que hay días en los que llego a trabajar en menos de diez minutos (no me da tiempo a escuchar ni dos canciones completas durante el trayecto) y otros en los que me entran ganas de darle mordiscos al volante del coche a ver si ese rato de no hacer nada se pasa más rápido.

En fin… ¡saludos desde el atasco de cada mañana!  😉

Alcalá de Henares ayer y hoy (62)

Estrenamos semana y aprovechando que estamos todavía frescos del descanso dominical nos vamos a ir hasta los alrededores de la Puerta de Madrid para presentaros otra de las entradas de la serie Alcalá de Henares ayer y hoy. Ya sé que está mal que sea yo quien lo diga, pero estoy muy orgulloso del resultado de este par de imágenes que ahora os presentaré, pues creo que he conseguido captar la esencia del cambio de aspecto por los años transcurridos pero al mismo tiempo demostrar que en realidad las cosas siguen siendo esencialmente iguales que hace unas décadas.

Antes de meternos de lleno en las imágenes os pondré un poco en antecedentes comentando que la Puerta de Madrid era en la antigüedad la entrada a Alcalá de Henares desde Madrid a través de la carretera Madrid-Barcelona que años después modificaría su trazado para rodear la ciudad complutense. La Puerta de Madrid era, por tanto, un lugar importante por tener un elevado tránsito de vehículos y ser la «cara» de la ciudad para aquellos viajeros que iban desde la capital hasta la ciudad Condal.

Pues bien, sin más preámbulos vamos a observar cómo era este rincón de la ciudad en 1918, porque salvando las diferencias es uno de los que menos ha cambiado en las últimas décadas:

Puerta de Madrid

“Puerta de Madrid”. Fotografía de Foto Cámara de 1918. Extraída del libro “Memoria gráfica de Alcalá (1860-1970)”. ISBN: 84-87068-06-5.

Fijaos en los detalles de la fotografía original de hace casi un siglo y luego echad un vistazo a la actual: la torre de la magistral, los edificios que hay a ambos lados de la calle, la propia Puerta de Madrid… son elementos que apenas han cambiado en los últimos noventa años y que demuestran que la esencia de la Alcalá más clásica sigue viva en muchos de sus rincones.

Puerta de Madrid en la actualidad

La Puerta de Madrid en la actualidad.

Del mismo modo, podemos observar que la cantidad de coches es desproporcionada con respecto a la primera imagen. Es una constante a lo largo de todas las imágenes de esta serie de entradas; todas las fotografías actuales están decoradas por multitud de vehículos a motor que en las imágenes clásicas eran elementos relativamente extraños de observar. Tampoco hay ya niños jugando en mitad de la carretera, pero es que ese es otro de los detalles que se pueden observar habitualmente en las imágenes más antiguas y que hoy en día vemos como algo imposible.

Como os decía en el primer párrafo, estoy orgulloso de esta entrada de hoy porque es una de las fotografías más fieles que he conseguido realizar. Poco a poco voy mejorando mi «técnica» y resultados como el de hoy me animan a seguir recorriendo las calles de Alcalá cámara en mano. La verdad es que es una labor de la que disfruto enormemente y que me permite adquirir una perspectiva de mi ciudad que me gusta compartir con todos vosotros.

Nos leemos el Jueves; día en el que daremos una vuelta por la calle Mayor.

Palmeras infinitas

Palmeras. Veo palmeras. Una fila infinita de palmeras medio resecas que se alejan hacia el horizonte y por mucho que las persigo nunca llego a alcanzarlas.

Y cuando voy caminando al lado de ese enorme muro vegetal no pienso en otra cosa que en el listo de turno que diseñó semejante adorno para una carretera y sobre todo en los pobres jardineros que tuvieron que encargarse de materializar la estúpida idea de un fanático del Out Run bajo un sol abrasador.

Palmeras sin fin

Una vez más queda claro que el dinero y el buen gusto no tienen por qué ir siempre de la mano.