Hay días en los que me siento parte de ti. Y no lo digo por el mero hecho de estar empadronado en Alcalá de Henares como uno más de sus doscientos y pico mil habitantes; sino porque en ocasiones noto que me fundo contigo y formo parte de los innumerables elementos que conforman tu estampa siempre cambiante.
Por las tardes, cuando los últimos rayos del sol tiñen el cielo de colores pastel, acostumbro a perderme entre la gente que te recorre arriba y abajo fijándome en los pequeños detalles que siempre surgen si afinamos los sentidos: como el niño que corre alocadamente delante de sus padres para sentirse libre por un instante, los carteles que no han cambiado desde hace varias décadas, la pareja que camina de la mano en dirección a la plaza de los Santos Niños, el anciano que se pone a hablar de fútbol con un amigo al que hacía meses que no veía, los charcos que se forman entre los adoquines los días de lluvia, el hombre con barba que pide una moneda para cenar, los negocios que abren y cierran constantemente al son de la economía…
Me gusta fotografiar tus rincones, tus luces, tus gentes. Si te fijas bien me verás caminando con la cámara en la mano y una mochila a la espalda; pero sin trípodes ni flashes que puedan delatar mi presencia y hacer que trates de posar con tu mejor cara. Y cuando algo llame mi atención notarás que me detengo y me pongo a buscar el mejor punto de vista desde el que mostrar al mundo tu belleza. Y te confieso que no me importa buscar la foto perfecta una y mil veces, porque cada vez que lo intento tengo la sensación de que te conozco un poco mejor.

Tengo recuerdos tuyos desde que era pequeño: en aquellos tiempos me parecías casi infinita. Y aunque si ahora te recorro con prisa el trayecto no me lleva más de cinco minutos, no puedo evitar recordar a aquel niño que se preguntaba con inocencia si existía en algún lugar del mundo una calle más larga que tú.
En la vida todo tiene sus épocas, y es evidente que ahora no estás pasando por una de las mejores: las tiendas cierran, la gente camina entre tus columnas sin reparar en los demás y algunos de tus rincones se encuentran oscuros, olvidados y llenos de suciedad. Sin embargo, tengas el aspecto que tengas, para mí siempre serás mi calle favorita.
Cuídate mucho y sé feliz.
Te quiere
L
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...