Rincones: Castellón de la plana (zona centro)

Me gustaría compartir hoy con vosotros algunas imágenes que capté el pasado fin de semana en la ciudad de Castellón de la Plana, pues su centro urbano tiene rincones con mucho encanto que resaltan especialmente con la tranquilidad que se respira a primera hora de la mañana.

Mercado

Me moví esencialmente por la calle Enmedio, calle Mayor, avenida Jaime I y plaza del mercado; de modo que si conocéis esa zona de la ciudad os sonarán la mayor parte de los rincones que ilustran esta entrada.

Pelota

Pronto

Radiografía

Arcos

Callejón

Agua

Centro

Metal

Contraste

Comercios

Por cierto, ya le tengo echado el ojo a otra zona muy pintoresca de la ciudad, de modo que antes o después me pasaré por allí con mi cámara para retratarla.

Bendición de San Antón 2011

Casi todos los años suelo pasar por la calle Mayor el día de la bendición de San Antón porque ver cientos de animales entre las plazas de los santos niños y Cervantes es algo realmente curioso; y en esta ocasión la afluencia tanto de público como de animales ha sido la mayor que yo recuerde.

Bendición de San Antón 2011

Precisamente para compartir todo esto con vosotros es por lo que hoy he llevado mi cámara y el Nikon 80-200 f/2.8 (es genial para centrarse en los detalles) con intención de retratar tanto a animales como personas. Fruto de ello es la colección de imágenes que ilustra esta entrada y que espero sea de vuestro agrado.

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Bendición de San Antón 2011

Amantes o no de los animales reconoceréis que es realmente pintoresco ver todo esto en el centro de una ciudad de mas de doscientos mil habitantes, ¿verdad?  😉

Tres estampas navideñas

Hoy es el día de la vuelta al trabajo, a los colegios, a los atascos… Y precisamente para amortiguar un poco el síndrome post-vacacional he decidido coger el día de hoy como vacaciones. Mañana volveré a la oficina; pero hoy quisiera echar la vista atrás y compartir con vosotros tres estampas de estas recién terminadas Navidades que todavía no os había mostrado por aquí.

El guardián del árbol

Sólo viento

Reflejos navideños

¡Un saludo y gracias por leerme!

Mercado medieval 2010

Todos los años por estas fechas el mercado medieval se adueña del centro de Alcalá llenando sus calles de estampas curiosas, personajes de todo tipo y miles de personas paseando por allí.

Serpenteando por la calle Mayor

Una oportunidad perfecta para dar una vuelta con la cámara de fotos en busca de instantáneas que capten el ambiente de estos días en la ciudad. Y aunque reconozco que esta vez apenas he pasado un par de veces por el mercado y no he hecho ni mucho menos un seguimiento tan extenso como en la pasada edición; sí que es verdad que he disfrutado mucho de lo que he visto por allí y por eso quisiera compartir con vosotros unas imágenes divididas en dos temáticas diferentes:

MIRADAS

La primera serie se basa en las miradas; y es que en un ambiente tan dispar como el de un mercado medieval uno puede permitirse el lujo de detenerse unos minutos en una esquina y, pasando casi completamente desapercibido, dedicarse a captar todo tipo de miradas. Digo lo de «casi completamente desapercibido» porque si os fijáis bien, en dos de las imágenes más multitudinarias, hay al menos un par de ojos que me miran y tal vez ahí esté la gracia de esas fotos.

Lechuza

Miradas (I)

Tristeza

Miradas (III)

Miradas (II)

Miradas (IV)

SOLEDAD

La soledad es un aspecto poco conocido del mercado medieval y que a mí particularmente me llama mucho la atención. En la inmensa mayoría de las imágenes que se captan en el mercado (la serie anterior, sin ir más lejos) aparecen cientos de personas fiel reflejo de la muchedumbre que acude en masa cada día a este evento que ya es punto fuerte en la agenda de Alcalá.

Sin embargo, pocas veces se puede apreciar en imágenes la tranquilidad del lugar cuando los puestos no han abierto todavía y la gente está en sus casas durmiendo. Ya sabéis que los fines de semana me encanta disfrutar del silencio de las mañanas; y en esta ocasión no iba a hacer una excepción.

Al amanecer

Coronas para princesas

Sol y sombra

Por cierto, no quisiera olvidarme de agradecer los gestos de cariño de aquellos con los que me encontré mientras hacía estas fotografías. Cada vez que alguien me saluda por la calle y me comenta que disfruta mucho leyendo este blog, me doy cuenta de que detrás de los comentarios y las visitas hay personas que invierten un rato cada día en ver qué me cuento por aquí. Y os aseguro que eso es algo que llega muy muy dentro.

El eco de mis pasos

Ya sé que os lo he comentado alguna que otra vez, pero no puedo dejar de manifestar lo mucho que me gusta levantarme pronto los domingos y recorrer las calles del centro de Alcalá sin prisas y con el sonido de mis pasos como única compañía.

Adoquines

De hecho, esta mañana me llamó poderosamente la atención que recorriendo una de las callejuelas que parten de manera perpendicular a la calle Mayor el único sonido que se podía percibir era el eco que provocaban mis zapatos sobre el asfalto. Nada más: ni voces, ni tráfico, ni ladridos ni radios sonando en la lejanía. Sólo el más absoluto silencio que le hace a uno sentirse como el último habitante de Alcalá.

El caso es que, animado por la sensación de soledad y la tranquilidad reinante, estuve casi tres horas dando vueltas por estos rincones que tantas veces me han visto pasar y haciendo unas cuantas fotografías; pues llevaba un par de semanas sin coger la cámara y en estos dos últimos días me he desquitado a base de bien haciendo una buena cantidad de fotos que os iré mostrando en los próximos días. Obviamente, la tranquilidad de mis primeros pasos se esfumó en cuanto los vecinos y los turistas empezaron a recorrer los mismos rincones que yo, pero eso también le dio vida a las calles y me sumergió de nuevo en el ritmo habitual de la ciudad.

De excursión

¡Nos leemos!  ^__^

Detalles de la Alcalá que nunca conocí

Si habéis pasado alguna vez por la sección del blog titulada Alcalá de Henares ayer y hoy sabréis que no hace tantos años se podían ver en la ciudad carromatos tirados por caballos que se usaban para repartir tinajas de vino o cualquier otra mercancía por los comercios de la época. Se podría decir que eran los antecesores de las actuales furgonetas de transporte; y aunque os pueda parecer algo lejano y remoto, dando una vuelta con los ojos bien abiertos por la calle Mayor podréis encontrar algunos detalles que prueban esto que os digo.

Columnas y dragones

Yo llegué aquí en 1984, por lo que la ciudad ya tenía un aspecto bastante similar al actual. Es verdad que se han remodelado muchas cosas en los últimos años y que algunas zonas concretas están irreconocibles, pero a mediados de los ochenta los niños ya no jugaban en las calles porque los coches eran los dueños del asfalto y la plaza de Cervantes tenía un aspecto prácticamente igual al de hoy. Por suerte o por desgracia, por aquellos años Alcalá había dejado de ser la pequeña y tranquila localidad llena de huertas en el extrarradio porque a finales de los setenta experimentó un rápido crecimiento en su población así como una considerable industrialización.

Aparcamiento de caballos

Sin embargo, cuando descubro algún pequeño detalle que me traslada directamente a esa Alcalá de hace varias décadas (como esa anilla oxidada donde el jinete podía atar a su caballo mientras jugaba una partida de cartas en el bar de turno) no puedo evitar esbozar una sonrisa y pensar que tengo suerte de vivir en una ciudad llena de rincones especiales.

Miradas al rojo

Un desaturado selectivo hecho a partir de una escena que capté hace unos días en la calle Mayor. El título que le he puesto no me convence demasiado, pero reconozco que estaba poco inspirado y no se me ocurrió nada mejor  😛

Miradas al rojo

El hospital de Antezana a vista de pez

En plena calle Mayor, junto a la casa de Cervantes, se encuentra un lugar no tan conocido como otros ilustres rincones de Alcalá y que representa un auténtico oasis de paz donde uno puede sentir que el tiempo se detiene por unos instantes.

Se trata del hospital de Antezana; más conocido como «el hospitalillo». Fundado en 1483 representa el hospital en activo más antiguo de Europa, pues desde entonces cuenta con una docena de camas para poder atender a otros tantos enfermos sin recursos. Como os digo, disfrutar por unos minutos del silencio de su patio interior típicamente castellano es transportarse a épocas pasadas donde la gente se sentía feliz tan sólo con sentarse un rato al sol.

Por cierto, como dato curioso os comentaré que en hace muuuuchos años trabajaron en el hospitalillo personas que han pasado a la historia como el padre del mismísimo Miguel de Cervantes (fue cirujano) o San Ignacio de Loyola que fue enfermero y cocinero en 1526 y 1527; dando una idea de la importancia de este lugar.

Y precisamente pensando hace unos días en ese patio tan especial, creí oportuno acercarme el pasado fin de semana por allí a hacer unas fotografías para así tratar de captar la magia del lugar. Por supuesto, fui lo más discreto y silencioso posible para no molestar a la gente que hay allí; algo que os pido que hagáis también si os animáis a acercaros a visitar este lugar tan especial.

Bueno, no quiero aburriros más con palabrería; así que os dejo con las imágenes esperando que os sorprendan y os gusten:

Hospital de Antezana (I)

La zona de entrada del hospital

Hospital de Antezana (II)

El patio interior con su característico pozo

Hospital de Antezana (III)

Un contrapicado del patio

Hospital de Antezana (IV)

La escalera que sube al segundo piso, donde están las habitaciones de los enfermos

¡Saludos complutenses!

Durante la lluvia

Durante la lluvia la gente corre por las calles para ponerse a cubierto como si las gotas fueran de ácido sulfúrico, dejando la ciudad huérfana y triste por un rato. Refugiarse bajo un techo tal vez sea la opción más cómoda (y lógica) para cualquier persona; pero no es menos cierto que si nos ponemos a caminar un rato bajo el chaparrón tendremos una perspectiva única de los lugares que estamos acostumbrados a ver siempre llenos de vida.

Es algo que a algunos nos ha llevado mucho tiempo comprender, pero si lo pensamos fríamente lo que cae del cielo no es más que agua y puesto que se trata de algo que no podemos controlar será mejor aprender a convivir con ello y llevarlo con naturalidad.

Durante la lluvia

Sin embargo, aunque la estampa de la calle Mayor bajo la lluvia sea bastante vistosa, no es nada en comparación con los colores que adquieren, por ejemplo, los márgenes del río que veremos en la última entrada de esta mini-serie.

Capturando el momento

Aunque ya he comentado en más de una ocasión que la fotografía es una cuestión de sensibilidad y de buscar ángulos diferentes, hay que reconocer que la suerte también juega un papel decisivo.

De hecho fue la propia fortuna la que dio origen a la fotografía que hoy os muestro, ya que la aparición del caballero de abrigo largo y pelo canoso fue totalmente inesperada al meterse en el encuadre justo en el instante en el que presionaba el disparador de la cámara.

Curiosidad

Nada más disparar pensé «Gracias por jo#%&me la foto» (es la expresión que siempre se me viene a la cabeza cuando pasan estas cosas) y me puse a repetir la toma un par de veces más retratando la puerta en completa soledad. Sin embargo, al llegar a casa y comprobar los resultados me llevé una buena sorpresa al ver esa mezcla de extrañeza y curiosidad en el rostro de aquel paseante, siendo esta la mejor de las fotos realizadas durante aquella soleada mañana.

Incluso el mismísimo Henri Cartier-Bresson afirmaba en un interesante documental que la fotografía siempre es una cuestión de suerte. Algo con lo que, por supuesto, estoy completamente de acuerdo.

Domingo soleado, fotográfico y feliz

Uno de mis pequeños placeres de la semana: madrugar el domingo para salir a la calle en busca de imágenes llenas de sosiego y tranquilidad. Sé que a muchos os parecerá casi un delito el levantarse en fin de semana antes de las once de la mañana; pero es que nunca me ha gustado llegar al lunes con la sensación de no haber aprovechado el tiempo libre.

¡Os dejo con las fotos de esta mañana!

Soledad

Columnas infinitas

Densidad de población

Espacio denso (y desigual)

Nidito de amor

Nidito de amor

Espejos

Pret-a-porter de espejos retrovisores

Cadenas

Cada día tratamos de romper las cadenas que nos atan al pasado

Estas cigüeñas ya no respetan nada...

Estas cigüeñas ya no respetan ni a las gárgolas del palacio arzobispal...

Símbolos

Cruces y humedades

Cúpula emergente

Cúpulas emergentes, brillantes como estrellas

OK

Optimismo vital

Primavera que no llega

Primavera que no llega (aunque se aproxima)

2 euros

Apenas cuatro personas en toda la calle Mayor

Vigía

La cigüeña-vigía

Nudo

Un nudo en el corazón

Un libro y una rosa

Libros y rosas

Querida calle Mayor:

Hay días en los que me siento parte de ti. Y no lo digo por el mero hecho de estar empadronado en Alcalá de Henares como uno más de sus doscientos y pico mil habitantes; sino porque en ocasiones noto que me fundo contigo y formo parte de los innumerables elementos que conforman tu estampa siempre cambiante.

Por las tardes, cuando los últimos rayos del sol tiñen el cielo de colores pastel, acostumbro a perderme entre la gente que te recorre arriba y abajo fijándome en los pequeños detalles que siempre surgen si afinamos los sentidos: como el niño que corre alocadamente delante de sus padres para sentirse libre por un instante, los carteles que no han cambiado desde hace varias décadas, la pareja que camina de la mano en dirección a la plaza de los Santos Niños, el anciano que se pone a hablar de fútbol con un amigo al que hacía meses que no veía, los charcos que se forman entre los adoquines los días de lluvia, el hombre con barba que pide una moneda para cenar, los negocios que abren y cierran constantemente al son de la economía…

Me gusta fotografiar tus rincones, tus luces, tus gentes. Si te fijas bien me verás caminando con la cámara en la mano y una mochila a la espalda; pero sin trípodes ni flashes que puedan delatar mi presencia y hacer que trates de posar con tu mejor cara. Y cuando algo llame mi atención notarás que me detengo y me pongo a buscar el mejor punto de vista desde el que mostrar al mundo tu belleza. Y te confieso que no me importa buscar la foto perfecta una y mil veces, porque cada vez que lo intento tengo la sensación de que te conozco un poco mejor.

Paseantes de la calle Mayor

Tengo recuerdos tuyos desde que era pequeño: en aquellos tiempos me parecías casi infinita. Y aunque si ahora te recorro con prisa el trayecto no me lleva más de cinco minutos, no puedo evitar recordar a aquel niño que se preguntaba con inocencia si existía en algún lugar del mundo una calle más larga que tú.

En la vida todo tiene sus épocas, y es evidente que ahora no estás pasando por una de las mejores: las tiendas cierran, la gente camina entre tus columnas sin reparar en los demás y algunos de tus rincones se encuentran oscuros, olvidados y llenos de suciedad. Sin embargo, tengas el aspecto que tengas, para mí siempre serás mi calle favorita.

Cuídate mucho y sé feliz.

Te quiere

L

Lugares abandonados (27): la joyería Suiza en la calle Mayor

Los lugares abandonados no son patrimonio exclusivo de los barrios periféricos y los rincones olvidados de Alcalá. De hecho, en la calle Mayor se pueden ver algunos de ellos en parte propiciados por el progresivo cierre de comercios en esa zona de la ciudad.

Uno de estos ejemplos es la veterana joyería Suiza, que lleva cerrada unos cuantos meses como atestigua su puerta llena de pintadas. Y aunque ignoro si en la vivienda que hay sobre ella vivían los dueños del negocio de la planta baja, antiguamente esto era algo muy habitual y pudiera ser que esta gente hubiera decidido dar un cambio de rumbo completo a su vida echando el cierre a la joyería y poniendo en venta su propia casa. Son pequeñas historias que nos cuenta la ciudad si tenemos tiempo para sentamos a escuchar.

Joyería Suiza (Calle Mayor)

Sea como sea, esta joyería ya no existe como tal del mismo modo que la vivienda que hay sobre ella también es ahora un lugar fantasmagórico. No sé si con el tiempo se abrirá aquí un nuevo comercio, si llegará una familia a habitar esa casa con ventanas rotas o si por el contrario se quedará así indefinidamente como ha ocurrido con la cerería «La Fuencisla» que hay frente a este lugar; pero espero que antes o después la calle Mayor recupere el esplendor de tiempos pasados.

De todos modos, ya que hablamos de la calle Mayor y teniendo en cuenta el cariño que le tengo a este lugar, prometo que en la próxima entrada del blog le haré un pequeño homenaje personal para compensar la sensación de vacío que provocan estas entradas sobre lugares abandonados.

¡Gracias por leerme!

El centro de Alcalá a vista de pez (2ª parte)

Después de la primera tanda de fotografías del centro de Alcalá retratado con una óptica de tipo ojo de pez, hoy os dejo con cuatro imágenes más que muestran otros tantos rincones de una forma un tanto inusual. Por lo que he podido comprobar, en general son fotografías que os han llamado la atención, de modo que tomo buena nota de ello porque estoy seguro de que en el futuro se me ocurrirán otros lugares pintorescos que plasmar de esta manera.

El centro de Alcalá a vista de pez

Confluencia de las calles Santa Úrsula, Escritorios, Gallo y Carmen Calzado

El centro de Alcalá a vista de pez

De frente, la calle Cardenal Cisneros. A la derecha, inicio de la calle Mayor desde la Plaza de Santos Niños

El centro de Alcalá a vista de pez

Casa natal de Cervantes

El centro de Alcalá a vista de pez

La calle Mayor desde la plaza de Santos Niños