Cuadros torcidos

Mirar a través de cualquiera de las ventanas de la Torre del Rey de Oropesa del Mar es evocar barcos piratas aproximándose a la costa con la intención de cometer todo tipo de atrocidades y saquear las riquezas que fueran encontrando por la villa ante el temor de sus habitantes.

Marcos torcidos

Hoy en estos mares sólo se divisan embarcaciones de recreo y alguna que otra moto acuática; pero tenía ganas de mostraros esta imagen porque creo que es un buen ejemplo de la fuerza del blanco y negro.

El mundo en blanco y negro

El blanco y negro siempre ha sido un recurso que, bien empleado, suele causar una grata impresión al espectador. El mérito de esta técnica es que se centra sobre todo en la composición, puesto que la gama cromática va a estar tan limitada que sólo veremos formas y texturas en la imagen y de ahí que sea una buena forma de potenciar nuestras habilidades como fotógrafos además de darle un toque clásico a nuestras imágenes.

Nikon kiss

Usos y aplicaciones del blanco y negro

Bajo mi punto de vista, el blanco y negro (ByN para los amigos) se adapta especialmente bien a dos tipos de fotografías: los contraluces y los retratos. De hecho a esas imágenes es a las que aplico más habitualmente este tipo de acabado.

Como es lógico, podemos inmortalizar en ByN cualquier cosa que esté delante de la cámara (y de hecho así lo hicieron todos los fotógrafos antes de la invención de la película en color) pero siempre habrá escenas que queden mejor en color debido a que su «gracia» reside en las tonalidades que presentan los elementos presentes en ella por encima de la composición. Sin embargo, a poco que adquiráis cierta experiencia en el mundillo de la fotografía os iréis dando cuenta de que ciertas cosas piden a gritos ser retratadas en ByN.

¿Campo de concentración?

¿Disparar en ByN y transformar durante el procesado?

Lo mejor siempre es disparar de tal modo que perdamos la mínima información posible, de modo que lo más adecuado sería disparar en color y luego transformar la imagen a ByN con nuestro programa de edición fotográfica habitual. De hecho incluso os recomiendo el formato RAW si tenéis una réflex o una compacta avanzada que os lo permita ya que así nos aseguraremos de que los datos de la escena se captan de la forma más fidedigna posible.

Apmomp en ByN

Digo esto porque si disparamos directamente en ByN, una vez en casa corremos el riesgo de darnos cuenta de que en ese modo la imagen no vale mucho pero en color hubiera sido uno de esos disparos espectaculares (imaginad un paisaje lleno de flores y árboles de vivos colores).

La clave está en el contraste

El contraste es la diferencia que existe entre las zonas más brillantes y más oscuras de una imagen, por lo que éste es un factor clave en este tipo de imágenes. En general, si en una fotografía andamos muy cerca de los límites marcados por el rango dinámico de la cámara y la pasamos a ByN de alto contraste vamos a obtener unas zonas oscuras prácticamente negras del mismo modo que los tonos más claros van a quedar en general bastante quemados.

Alcalá en ByN

Para estas imágenes es más adecuado emplear algún modo en el que el contraste sea más reducido porque, como os digo, corremos el peligro de perder gran parte de las texturas de la escena. Aun así, en entornos urbanos donde queramos poner de manifiesto ciertas formas geométricas es una buena manera de centrar la atención del espectador en las formas de la escena.

Sin embargo, en escenas con predominancia de tonos claros no muy diferentes entre ellos (retratos en primer plano por ejemplo) podemos usar modos de alto contraste sabiendo que gracias a ello vamos a acentuar los relieves de las texturas presentes en la escena y vamos a centrar la mirada del espectador en las líneas que dibujan los cambios de tonos entre las áreas claras y oscuras.

Mi hermana en ByN

En cualquier caso ya sabéis que todo lo que se refiere a fotografía se basa en experimentar, porque aunque hay una serie de normas más o menos universales (como la simple y efectiva regla de los tercios) nada nos impide saltárnoslas a la torera y buscar nuestro propio estilo fotográfico para plasmar el mundo desde un punto de vista particular e intransferible; que al fin y al cabo es la gracia de todo esto.

Sombras anónimas

Algunos ejemplos más

Os dejo a continuación con algunas imágenes más a modo de ejemplos de escenas cotidianas captadas en este particular modo de ver la vida del que Henri Cartier-Bresson fue todo un maestro.

Curiosidad

Asfalto

Agujas

El refresco del dragón

No parking here

Yo estuve aquí

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Falsas apariencias

Una ciudad tiene mil caras; y si en la entrada anterior nos fijábamos en una casa de estética peculiar, hoy me gustaría detenerme en otro rincón muy distinto que, gracias al punto de vista que utilicé, parece pertenecer a un campo de concentración o, como mínimo, a una cárcel de alta seguridad.

The Great Scape

Esta fotografía se me ocurrió caminando por Alcalá un domingo por la mañana, y es que al mirar hacia arriba (siempre que voy por la calle trato de ver las cosas desde un ángulo diferente al habitual) me di cuenta de que el alambre de espino y la torreta con los focos parecían sacados de un lugar muy diferente gracias en parte a la magia del ByN.

Y una vez más, sobre todo viendo la buena aceptación que suelen tener este tipo de preguntas, me atrevo a plantearos el acertijo nuevamente: ¿En  qué lugar de Alcalá está hecha la fotografía que ilustra esta entrada?

De hecho, estoy pensando que podría ser divertido hacer alguna especie de «concurso» o sección fija con este tipo de entradas. Ya os contaré…  ^__^

Miradas al rojo

Un desaturado selectivo hecho a partir de una escena que capté hace unos días en la calle Mayor. El título que le he puesto no me convence demasiado, pero reconozco que estaba poco inspirado y no se me ocurrió nada mejor  😛

Miradas al rojo

La gran broma final de Nacho Vegas

Ignoro por completo la vida personal de Nacho Vegas, pero tiene toda la pinta de que su nueva canción titulada La gran broma final está escrita basándose en una experiencia personal. Y la verdad es que después de haberla escuchado en repetidas ocasiones tengo la sensación de que pocas veces se ha contado una ruptura amorosa con tanta elegancia.

Por cierto, si durante el videoclip (muy en la línea del de Las inmensas preguntas) os habéis quedado dormidos, lo entiendo perfectamente porque hay que reconocer que Nacho Vegas no es precisamente la alegría de la huerta. Sin embargo los que, como yo, disfrutáis de la música personal e intimista de este asturiano ya os habréis dado cuenta de que no ha perdido un ápice de su talento; demostrando que incluso en los momentos más bajos es capaz de componer canciones que ponen los pelos de punta. ¡Qué grande es Nacho!

Como último apunte, aunque se entiende bastante bien, a continuación os dejo la letra de la canción:

«La gran broma final». Nacho Vegas.

Dejan los tambores de tocar
y un gong anuncia la retirada
se discute la capitulación
mientras de fondo suenan carcajadas.
Obtuve por mi miedo a no padecer
cinco años de indolencia
es la semana grande de la crueldad
y en nuestro honor celebran una fiesta
yo me limitaba a contemplar
la misma grieta de la pared.
Alguien dijo «habrá que demoler»
no sé cómo no lo vi llegar
era el día de la gran broma final

Ha cundido el pánico en Madrid
salen fotos en la prensa rosa
en la alfombra roja habla el escritor,
él sabe cómo se hacen bien las cosas.
Puede que el tiempo me dé la razón
pero no queda tiempo, hoy es el día
en que dos planetas se estrellarán
mientras tú concedes entrevistas.
Y ahora ya me empiezo a preguntar
cuál de estos chistes es el mejor:
el del día en que te hablé de amor
sabiendo que daban temporal
o el día de la gran broma final.

Como un mar me presenté ante ti
en parte agua y en parte sal.
Lo que no se puede desunir
es lo que nos habrá de separar
en el día de la gran broma final.

Hay quien decía que era
grande y fuerte nuestro amor.
Sí, como las torres gemelas,
¿recuerdas? allá en Nueva York.
Y cuando sabes que algo puede ir mal
estallará delante de ti
cuando no es posible ser feliz
y te asustas como un animal
es el día de la gran broma final.

Cuando griten en voz alta
que tu amor entero fue una estafa
y tú protestes pero no haya un alma allí para escuchar
es el día de la gran broma final.

Ya nada será igual
tras el día de la gran broma final.

Capturando el momento

Aunque ya he comentado en más de una ocasión que la fotografía es una cuestión de sensibilidad y de buscar ángulos diferentes, hay que reconocer que la suerte también juega un papel decisivo.

De hecho fue la propia fortuna la que dio origen a la fotografía que hoy os muestro, ya que la aparición del caballero de abrigo largo y pelo canoso fue totalmente inesperada al meterse en el encuadre justo en el instante en el que presionaba el disparador de la cámara.

Curiosidad

Nada más disparar pensé «Gracias por jo#%&me la foto» (es la expresión que siempre se me viene a la cabeza cuando pasan estas cosas) y me puse a repetir la toma un par de veces más retratando la puerta en completa soledad. Sin embargo, al llegar a casa y comprobar los resultados me llevé una buena sorpresa al ver esa mezcla de extrañeza y curiosidad en el rostro de aquel paseante, siendo esta la mejor de las fotos realizadas durante aquella soleada mañana.

Incluso el mismísimo Henri Cartier-Bresson afirmaba en un interesante documental que la fotografía siempre es una cuestión de suerte. Algo con lo que, por supuesto, estoy completamente de acuerdo.

Belleza cotidiana

Nunca me cansaré de decir que hacer una fotografía original depende del día que tengas. En el caso de la que hoy os muestro no es más que una hilera de chalets por la que habré pasado cientos de veces anteriormente, sólo que en esta ocasión la disposición de las chimeneas llamó mi atención de tal modo que no pude evitar exclamar en voz alta «¡Qué grande!» antes de presionar el disparador.

En serie

Me parece fascinante toda esa belleza que nos rodea cada día y que en la mayoría de las ocasiones pasa completamente inadvertida antes nuestros ojos.

Nueva Alcalá a vista de pez

Nueva Alcalá a vista de pez

Me fascina la capacidad de los objetivos ojo de pez (fisheye en inglés) para transformar las escenas más habituales en extraños paisajes escherianos. Intento no usarlo demasiado para que así las imágenes obtenidas no dejen de sorprenderme; pero de vez en cuando me gusta salir a dar una vuelta llevando nada más que la cámara con él montado para así forzarme a retratar las cosas a través de él.

Nueva Alcalá a vista de pez

Precisamente, cuando el pasado fin de semana estaba de regreso en mi barrio después de haber hecho unas fotos de la plaza de Cervantes, miré hacia arriba y pensé que podría ser curioso el efecto de los edificios de doce plantas llevados a los extremos del encuadre de tal forma que sus líneas rectas se convertirían en acusadas curvas que parecen converger sobre la cabeza.

Nueva Alcalá a vista de pez

Dicho y hecho: apuntando hacia el cielo me puse a retratar los edificios, dando como resultado las imágenes que ilustran la entrada. ¿Verdad que parecen sacadas de una pesadilla?

Documental sobre Henri Cartier-Bresson: Just Plain Love

Me he encontrado en Youtube con un documental sobre Henri Cartier-Bresson que me ha parecido muy interesante; y aunque el audio está en francés, con ayuda de los subtítulos en ingés se entiende todo perfectamente.

Cartier-Bresson es considerado el padre del fotoperiodismo moderno así como uno de los precursores del uso generalizado del formato 35mm (lo habitual en esa época era utilizar cámaras más grandes y pesadas) ya que toda su vida empleó nada más que una cámara Leica y un objetivo de 50mm. Gracias a aquello supo mezclarse con la gente sin llamar la atención para retratar así mil y una escenas cotidianas como nadie más ha sabido hacerlo.

hcb_portrait

En las cinco partes de las que consta el reportaje podemos ver cómo este fotógrafo universal es capaz de jugar con nuestra mirada en cada una de sus geniales e irrepetibles fotografías y escuchar en sus propias palabras esa especial concepción de la fotografía que él tenía. Todos los aficionados a captar imágenes con nuestras cámaras tenemos mucho que aprender de él, y creo que este reportaje puede ser un buen modo de acercarse a su interesantísimo universo visual.

Bajando las revoluciones

Unos días después de presentar mi proyecto de fin de carrera me di cuenta de algo importante cuando me encontré con mi amiga Cris en plena calle: seguía con un ritmo de vida tan acelerado como cuando estaba a tiempo completo con dicho proyecto. Supongo que la fuerza de la costumbre había hecho que considerara completamente normal ir a todas partes mirando el reloj y sacando minutos de debajo de las piedras, pero en realidad las cosas habían cambiado y ya no había necesidad alguna de vivir la vida con esas prisas, pues ahora mismo dispongo de todo el día para mí sólo.

Cristina, que además es la cartera de mi barrio, me dijo: «Bueno, no te entretengo más que ya veo que estás ansioso por irte». Fue entonces cuando me di cuenta de que en realidad no tenía nada que hacer, pero nada más pararme con ella ya estaba mirando el reloj (una descortesía bastante grande por mi parte, dicho sea de paso) con la sensación de ir con la hora justa. El caso es que efectivamente reanudé la marcha, pero ya con el pensamiento de que debía bajar las revoluciones porque en realidad no tenía ningún motivo que me hiciera estar bajo presión: no había plazos de tiempo ni cosas que dejar preparadas al final del día, así que perfectamente podría irme a hacer fotografías por la ciudad durante tres horas sin preocuparme de nada más.

Los carteros también se pierden

Habían sido demasiados meses dando paseos a contrarreloj y desgastando las horas delante del ordenador para tener mi proyecto listo en la fecha de la presentación; y reconozco que hubo días de mucho estrés cuando alguna cosa no salía por muchas vueltas que le daba. Sin embargo, al final todo había salido realmente bien, así que ahora tenía que aprovechar y dedicarme tiempo a mí mismo, pues en breve aparecerá algún empleo (o al menos eso espero) que absorberá una buena parte de la jornada. Al fin y al cabo, si no empleaba esos días de asueto para practicar una vida relajada al final nunca me iba a deshacer de ese ritmo infernal de los últimos tiempos.

El caso es que tras un par de minutos dándole vueltas al tema decidí retroceder sobre mis pasos y buscar a Cris para comentarle el tema y excusarme por mis injustificables prisas de hacía un momento.

Tuve suerte, ella todavía caminaba por la misma calle dónde nos encontramos, así que aparecí a su lado y le dije que la acompañaba un rato; algo a lo que accedió encantada. Durante el paseo aproveché para comentarle lo que os he narrado unos párrafos más arriba: que llevaba varios meses llevando un ritmo de vida demasiado acelerado y que parece ser que ya lo había tomado como algo normal en mí. Prometí que rebajaría ese régimen de mi motor interno de tal modo que me tomara todo con más calma. Y la verdad es que desde ese momento noto que vivo mucho más tranquilo y sin agobios.

A lo mejor si no me hubiera encontrado a Cristina aquella mañana seguiría mirando el reloj, pero mientras dure esta etapa de mi vida pienso tomarme las cosas con calma y tratar de disfrutar de cada cosa que haga me lleve el tiempo que me lleve. De hecho, unos días después me volví a encontrar con ella y me di cuenta (del mismo modo que ella me lo dijo) de que hay una diferencia abismal entre el Luis de aquellos días aciagos y el de ahora.

Es verdad que de todo se aprende; pero lo más importante es pararse de vez en cuando a mirar dentro de uno mismo y darse cuenta de qué cosas estamos haciendo mal para corregirlas. Muchas veces somos capaces de ver hasta los más mínimos errores en los demás, pero incapaces de detectar un fallo muy gordo dentro de nosotros mismos.

Bueno, ya está bien de filosofar: ¡Me voy a dar una vuelta aprovechando que hace sol!

Autoretrato sombrío

Mirando hacia arriba por las calles de Alcalá

Alcalá de Henares es una ciudad cuyo centro urbano está lleno de edificios singulares: cúpulas acabadas en pico, elaboradas cornisas, tejados llenos de pájaros, de nidos de cigüeña, de veletas a merced del viento… Siento admiración por esta ciudad, así que vaya desde aquí mi homenaje con estas tres fotografías a todos esos edificios que me han hecho levantar la mirada del suelo alguna vez.

Pájaros y tejados

La torre de la iglesia magistral

Tan cerca y tan lejos

La soledad del centro de salud

Siempre me llamó la atención el centro de salud de mi barrio; especialmente dos elementos: la iluminación de sus escaleras por la tarde gracias al sol que da de lleno en la cristalera y las salas de espera cuando no hay nadie en ellas. Acercarse a ese lugar después de comer garantiza unas imágenes llenas de soledad y tristeza, así que hoy me gustaría dejaros dos buenas muestras de ello:

Sala de espera sin esperas

Escalera a contraluz