Durante el puente de Diciembre he pasado unos días con mi chica en Barcelona, ya que ninguno de los dos había estado antes allí y nos apetecía hacer un poco de «turismo urbano» con la idea de hacer algo diferente y al mismo tiempo desconectar un poco de nuestros respectivos trabajos.

En lo alto del Tibidabo. ¡Qué frío hacía!
Como íbamos a estar todo el día de aquí para allá no quería cargar con la D300 y algunos objetivos, de modo que opté por llevarme la Olympus E-PL1 y hacer uso de ella exclusivamente. Es verdad que en alguna ocasión eché de menos mi réflex, pero aun así creo que las fotos tienen una calidad bastante digna (aprovecho para comentar que están disparadas en JPG y sacadas directamente de la cámara; sin ningún tipo de post-proceso) y son un buen recuerdo del viaje.
De todos modos, me gustaría aclarar que la cámara cumple sobradamente, y que las limitaciones vienen dadas por la óptica que trae de serie. La cosa es que me hubiera venido bien tener más angular para callejear por la ciudad (la Sagrada Familia así como otros monumentos de gran tamaño no había modo de encuadrarlos a no ser que te alejaras mucho; algo que no siempre es posible) y también algo más de tele para aislar algunos detalles que nos fuimos encontrando; y es que un 14-42 mm, que en micro4/3 tiene un ángulo de visión equivalente a un 28-84 mm en formato Full Frame, se queda un poco corto tanto por arriba como por abajo. En cuanto a luminosidad vendría bien para desenfocar más los fondos, pero la verdad es que la cámara rinde muy bien en cuando a ruido con ISOs altos.
Pero bueno, como os decía, lo que quería durante este viaje era ir «ligero de equipaje» y no complicarme demasiado la vida con las fotografías; y he de decir que la E-PL1 ha cumplido estas premisas sobradamente.
Bueno, pues os estructuro las imágenes que he seleccionado (en total hicimos más de 350 fotos) en cuatro bloques principales para así diferenciar un poco cada zona visitada y añado también algunos comentarios rápidos y pies de foto. ¡Espero que os gusten!
Parque del Tibidabo
Nada más llegar a Barcelona y antes siquiera de pasar por nuestro alojamiento en el centro de la ciudad decidimos dar una vuelta por la parque del Tibidabo. Un lugar situado en las faldas de la sierra de la Collserola desde donde se puede contemplar una vista espectacular de la ciudad a nuestros pies.
Además del curioso mini-parque de atracciones allí situado, me impresionó el Templo Expiatorio del sagrado Corazón tanto por su emplazamiento como por la sobriedad de su arquitectura. El interior del mismo también es digno de ver por la proliferación de detalles y matices en su decoración.

Parque de atracciones del Tibidabo

Templo Expiatorio del Sagrado Corazón

Altar del templo

Vidriera en el interior del templo

Un restaurante en la falda de la montaña

Donde hay un mirador siempre te encuentras con gente disfrutando de las vistas
Centro de Barcelona
Lo que es la ciudad de Barcelona lo fuimos viendo «por episodios» y visitamos bastantes más sitios de los que os muestro en imágenes. Os pongo sólo cuatro fotografías porque, como os decía antes, no es el mejor entorno para un objetivo como el que monta la E-PL1 y además estaba todo tan lleno de gente que me agobiaba un poco sacar la cámara y ponerme a hacer fotos.
Por cierto, cuando llegamos al pie de la Sagrada Familia vinieron a mi memoria las palabras que empleó mi hermana para describirla cuando la vio por primera vez, ya que dijo «Es cómo… ¡oh dios mío!«. Parece una tontería, pero la verdad es que no se me ocurre mejor forma de describir la complejidad de esta construcción única en el mundo.
Por cierto, como en toda gran ciudad, la mejor y más rápida forma de moverse por ella es el metro.

La Sagrada Familia

Casa Batlló

Metro de Barcelona

El servicio municipal de préstamo de bicicletas (en este caso en la plaza de Cataluña)
Parque Güell
No podía faltar una visita al famoso parque Güell. Entre que la vista es magnífica, que la arquitectura de Gaudí me parece de lo más interesante y que muchas de sus obras han inspirado, entre otros, a Konami para realizar los escenarios del videojuego Devil May Cry la verdad es que nos apetecía mucho visitar sus instalaciones y disfrutar de las vistas de la ciudad que se pueden observar desde la parte más alta, ya que se encuentra situado en una colina prácticamente en las afueras de la ciudad condal.
El mirador (el punto más alto del parque) da un poco de miedo porque es una plataforma de piedra de apenas dos por dos metros sin barandilla de ningún tipo. El problema es que suele estar llena de gente, y como se te vaya un pie el costalazo puede ser de órdago.

Junto al famoso dragón de la entrada principal

Vistas de Barcelona desde la parte alta del parque

En el mirador

Otra vista de Barcelona desde el mirador
Montjuic
La visita a Monjuic fue un extra inesperado de última hora. Ya camino de la autopista para volver a Oropesa le dije a mi novia: «¿Por qué no nos acercamos un momento a Montjuic? Creo que la vista es genial» y a continuación nos encaminamos hacia el anillo olímpico donde tuvieron lugar los JJOO de 1992.
La sorpresa al llegar (además de un atardecer espectacular) fue que pudimos entrar al propio estadio olímpico y contemplar con nuestros propios ojos la pista de atletismo que tantas veces habíamos visto por la tele aquel verano de hace 19 años.

Torre de comunicaciones de Santiago Calatrava

Puerta principal del estadio olímpico

En el interior del estadio

Atardecer desde Montjuic
No sé no dónde ni cuándo será nuestro próximo viaje de vacaciones; pero espero disfrutarlo tanto como hemos disfrutado de nuestra estancia en Barcelona.
¡Nos leemos! 😉
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