Recuerdos de Oropesa (XXVIII)

Han pasado más de cuatro años desde que regresé a Madrid pero todavía vienen a mi mente recuerdos de aquella época en la que estuve trabajando y viviendo en Oropesa del Mar.

Atardecer tras la ventanaLa fotografía de hoy es de la ventana de la cocina de mi casa en un atardecer de principios de octubre de 2012. Y es que tenía la suerte de que por las tardes daba el sol en esa parte de la vivienda dándole a todo una tonalidad muy especial.

El ocaso significaba el final de la jornada laboral, la cena de bandeja viendo el telediario, una conversación por teléfono, un rato de lectura, dormir pegado al móvil por si había algún desastre y así pasar otra hoja más del calendario con la vista siempre puesta en el futuro.

Recuerdos de Oropesa (XXIII)

Sí que es verdad que a veces en Madrid hay atardeceres en tonos pastel bien bonitos, pero poco tienen que hacer frente al embrujo que el mar ejerce sobre el cielo cuando los últimos rayos del sol inciden sobre la costa.

Pastel

Esta fotografía la hice en enero de 2013; en esas épocas del año en la que no hay absolutamente nadie en Oropesa del Mar. Estaba dando un paseo por los alrededores de mi casa y llevaba en la mano mi ya veterana Olympus E-PL1 cuando los colores del cielo captaron mi atención y traté de inmortalizarlos a través del objetivo.

Apreciaba mucho esos meses de soledad porque por mi trabajo durante el verano y Semana Santa no tenía tiempo ni de respirar. Sin embargo, a lo largo del invierno es cuando hacía mis mejores fotografías y aprovechaba para visitar pueblos de las cercanías a los que siempre trataba de encontrar su encanto particular.

Sé de gente que no soportaría vivir en una urbanización de quinientos apartamentos que durante seis meses se encuentra casi totalmente desierta, pero sin embargo yo aquello lo llevaba muy bien. Al fin y al cabo, habiendo conocido desde pequeño esta pequeña localidad castellonense siempre llena de gente durante los meses estivales, disfrutar a cualquier hora del silencio sólo roto por el suave rumor del mar era para mí un auténtico lujo.

La fotografía que os muestro al inicio de este artículo no es un prodigio de la técnica (de hecho está subexpuesta, el horizonte me quedó ligeramente torcido, apenas se aprecia la textura de las rocas…) pero me trae recuerdos de aquellos paseos en soledad durante los que no me cruzaba absolutamente con nadie. La sensación de estar en un «pueblo fantasma» donde a las cinco de la tarde la poca gente que había por allí se refugiaba en sus casas hasta el día siguiente era algo que me parecía fascinante acostumbrado al ritmo de Madrid y por eso hice tantas veces este tipo de fotografías durante los inviernos que estuve allí.

¿Queréis otro ejemplo de esa sensación que os quería transmitir hoy en estos párrafos? Pues aquí lo tenéis:

Soledad

¡Nos leemos!

Recuerdos de Oropesa (XVIII)

El año que hoy cerramos ha sido el de mi regreso a Madrid. Atrás quedaron unos cuantos viajes de ida y vuelta entre Alcalá de Henares y Oropesa del mar que, si bien recuerdo con mucho cariño, también es cierto que podían llegar a ser agotadores en alguna ocasión.

Precisamente en uno de esos viajes, a pocos kilómetros de Castellón, el cielo pareció prenderse fuego mientras el sol se escondía tras las montañas y no tuve más remedio que parar en el primer pueblo que vi (La Vall D’Uixó, si mal no recuerdo) para sacar la cámara del maletero y hacer la foto que tenéis a continuación.

The sky is in flames!

Ya sabéis que las primeras y las últimas luces del día son mi debilidad a la hora de hacer fotografías de paisaje, de modo que no podía dejar escapar este atardecer tan espectacular en el que las montañas, el sol y las nubes se mezclaron en las proporciones exactas para dar lugar a una imagen deliciosa.

En cualquier caso, dado que hoy es Nochevieja me gustaría aprovechar la ocasión para desearos un próspero 2014 y deciros que tengáis siempre fe en que las cosas van a acabar saliendo como vosotros queráis. En mi caso particular, cuando me fui a Oropesa del mar lo hice con el firme convencimiento de que antes o después volvería a Madrid; y al final, después de más de dos años de duro trabajo allí, gracias a la experiencia acumulada y los buenos resultados cosechados he logrado mi propósito y ahora puedo decir que me siento muy feliz de haber regresado a mi tierra junto a mi gente y con un trabajo que me gusta, me motiva y me hace crecer cada día.

En el 2014 vendrán nuevos retos y experiencias; y de todo ello espero aprender y que me sirva para seguir avanzando a todos los niveles como he venido haciendo hasta ahora. Ya sabéis que mi filosofía es disfrutar de todos esos pequeños detalles que nos vamos encontrando por la vida y eso es algo que no pienso dejar de hacer ninguno de los 365 días que tenemos por delante.

Y ya sin más, os dejo con una fotografía que hice en Oropesa a principios de este año y que desde entonces he estado reservando para la ocasión; así que espero que os guste.

Luz

¡Feliz año nuevo!

Recuerdos de Oropesa (XVI)

Benicassim tiene más vida en invierno que Oropesa del Mar; y estando a apenas ocho kilómetros de distancia es lógico que algunas veces me diera una vuelta por allí o me llevara la cámara para hacer unas fotos. La soledad de Oropesa tiene su encanto; pero es verdad que a veces a uno le gusta ver algo más de gente, y para ello hay que acercarse a esta pintoresca localidad o incluso a Castellón de la Plana, capital de la provincia.

La foto que tenéis a continuación la hice tras un par de días de lluvias muy intensas, y de ahí que la arena de la playa esté tan horadada, pues al fluir el agua hacia el mar toma caminos preferenciales y acaba excavando en la playa auténticos ríos.

Gemelas

Precisamente gracias al agua acumulada es por lo que se me ocurrió esta fotografía; ya que me daba la oportunidad de retratar no sólo una puesta de sol en los dos tercios superiores de la fotografía sino también de poner el reflejo de esas dos palmeras en el tercio inferior restante.

Estamos nuevamente ante un ejemplo de «la regla de los tercios», que aunque tremendamente sencilla también es muy eficaz a la hora componer nuestras fotografías.

En otro orden de cosas, en la línea del horizonte podéis ver el puerto de Castellón con sus múltiples grúas y un poco más a la izquierda uno de los habituales petroleros que se acercan por las refinería que hay allí a descargar empleando para ello unas tuberías submarinas (esto se hace para evitar que el barco se tenga que acercar demasiado al puerto).

En cuanto al cielo, aquella tarde era una de esas que tanto me gustan en las que las nubes parecen algodón de azúcar por su textura y el sol, mientras se oculta en la lejanía, lo pinta todo en colores pastel.

Recuerdos de Oropesa (X)

A los que hayáis estado en la playa de La Concha de Oropesa del Mar entre los meses de junio y septiembre se os hará extraña la siguiente visión de la misma; pues seguramente echaréis en falta sombrillas, hamacas, camas elásticas, chiringuitos diversos y, sobre todo, oleadas de gente.

Paseo por la playa al atardecer

Durante el invierno esta playa se convierte casi en un rincón salvaje en el que apenas parece haber influido la mano del hombre. Y os aseguro que es un verdadero placer darse un paseo por la orilla del mar sin que nada interrumpa la visión de la arena y el mar; algo que sólo los que hemos pasado allí algún invierno hemos podido experimentar.

Afinando un poco más, también os llamará la atención ver cómo durante el invierno el sol se oculta prácticamente tras el puerto deportivo mientras que en los meses de verano el astro rey desciende tras la montaña que se empieza a adivinar en la parte derecha de la imagen al ser el arco que describe en el firmamento mucho más amplio.

Sutiles cambios en los que uno no se para a pensar si sólo conoce la faceta veraniega de este rincón del mediterráneo; y es que aunque pasar las vacaciones estivales en la costa es un placer, vivir allí durante el invierno también tiene su encanto.

Recuerdos de Oropesa (IX)

Si hay algo que me gustó fotografiar durante mi estancia en Oropesa del Mar fueron los amaneceres y atardeceres, pues la luz del mar otorga a estas instantáneas un aire muy especial.

Precisamente a estos últimos pertenece una fotografía que hice desde el mirador de Torre Colomera instantes después de la puesta de sol y que ahora me parece un bonito recuerdo de aquel pintoresco lugar.

Las últimas luces

El naranja intenso del cielo junto al negro del contraluz tanto del primer plano como del fondo así como la textura de la superficie del mar buscan una composición sencilla y «tranquila» en la que, si os fijáis, se aplica de forma casi matemática la regla de los tercios.

Este tipo de fotografías son producto de la paciencia; y es que recuerdo que para hacerla subí allí cuando al sol todavía le quedaba un rato para ocultarse y fui tomando varias instantáneas para luego en casa elegir la más adecuada. Las anteriores a esta mostraban un cielo excesivamente claro; mientras que en las posteriores el contraluz no era lo suficientemente acusado (aunque en otra entrada os mostraré una fotografía hecha durante la blue hour).

Como veis no es cuestión de llegar, disparar y largarse; sino que la cosa necesita de una mezcla de paciencia, sensibilidad y «buen ojo».

¡Nos leemos!

Luces y sombras de un atardecer extraordinario

Si en el amanecer del pasado sábado tuve la ocasión de fotografiar las islas Columbretes, aprovechando que el día parecía propicio para sacar la cámara intenté captar una imagen que llevaba varios días metida en mi cabeza.

La idea en concreto surgió una tarde en la que yendo hacia Castellón por la N-340 divisé desde ella un bonito contraste entre luces y sombras justo después de la puesta de sol. Obviamente, el arcén de la carretera no es el mejor lugar para ponerse a hacer fotos, de modo que en ese momento me encomendé la tarea de buscar un lugar desde donde pudiera divisar una vista similar pero donde no circularan personas ni coches.

Mi búsqueda dio resultado y por fin encontré un lugar donde tenía una buena vista y además podía plantar allí mi trípode sin molestar a nadie. Ya sólo me quedaba esperar a que el sol se escondiera; pero antes de que esto sucediera me entretuve disparando alguna que otra fotografía como la que tenéis a continuación.

Al final del día

Poco a poco el cielo se fue quedando sin luz, y cuando la hora azul se hizo patente, encontré el momento justo para hacer la fotografía que tenía en mi cabeza. Hubo pruebas antes y después, con unos y otros encuadres; pero al final esta es la que he decidido seleccionar para compartirla con todos vosotros.

Blue hour

Como veis, por una parte tenemos un cielo en el que todavía se aprecia algo de luminosidad (eso es, en esencia, la blue hour) pero también el suelo está lo suficientemente oscuro como para apreciar cada punto de luz de Benicassim y Castellón. Si hacemos la fotografía un rato antes el cielo estará demasiado claro (es un poco lo que ocurre en la primera fotografía) y si dejamos que se haga completamente de noche el cielo quedará demasiado soso y no se apreciarán las nubes.

En general, lo más complicado a la hora de hacer una buena fotografía es imaginarla; una vez que tienes claro lo que quieres hacer sólo falta encontrar el momento y el lugar adecuados para pulsar el disparador.

Tres fotografías de un mismo atardecer

Tres instantáneas de Benicassim captadas desde el mirador de la torre Colomera durante el atardecer del pasado sábado. Como no sé con cuál quedarme os dejo a vosotros elegir por mí.

Se va el sol

Las últimas luces

Bicolor

¡Un saludo!

Un atardecer en Torre la sal

El pueblo de Torre la sal es como un pequeño oasis donde la vida transcurre siempre tranquila y los atardeceres parecen más coloridos y brillantes. Estando a diez minutos escasos de mi casa, es lógico que me escape por allí de vez en cuando para empaparme de la magia de sus rincones.

Atardecer en Torre la sal

Prueba de esto son las fotografías que ilustran esta entrada; y es que hace apenas un par de días vi que a última hora de la tarde el cielo empezaba a cambiar de tonalidad y decidí dirigirme allí en busca de unas imágenes que inmortalizaran el momento y el lugar. Fotos que, por cierto, están hechas con el Panasonic 14 mm del que os hablaba hace unos días

Atardecer en Torre la sal

Atardecer en Torre la sal

Atardecer en Torre la sal

Atardecer en Torre la sal

¡Cómo me gusta captar con mi cámara estas pequeñas sorpresas cotidianas!

Las 20:42

Durante el invierno, a las 20:42 es noche cerrada en cualquier punto de España.

Sin embargo, en pleno mes de julio, las 20:42 es un instante perfecto para hacer una escapada y contemplar el atardecer en buena compañía junto a la orilla del mar.

The great scape

De vacaciones en Barcelona

Durante el puente de Diciembre he pasado unos días con mi chica en Barcelona, ya que ninguno de los dos había estado antes allí y nos apetecía hacer un poco de «turismo urbano» con la idea de hacer algo diferente y al mismo tiempo desconectar un poco de nuestros respectivos trabajos.

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

En lo alto del Tibidabo. ¡Qué frío hacía!

Como íbamos a estar todo el día de aquí para allá no quería cargar con la D300 y algunos objetivos, de modo que opté por llevarme la Olympus E-PL1 y hacer uso de ella exclusivamente. Es verdad que en alguna ocasión eché de menos mi réflex, pero aun así creo que las fotos tienen una calidad bastante digna (aprovecho para comentar que están disparadas en JPG y sacadas directamente de la cámara; sin ningún tipo de post-proceso) y son un buen recuerdo del viaje.

De todos modos, me gustaría aclarar que la cámara cumple sobradamente, y que las limitaciones vienen dadas por la óptica que trae de serie. La cosa es que me hubiera venido bien tener más angular para callejear por la ciudad (la Sagrada Familia así como otros monumentos de gran tamaño no había modo de encuadrarlos a no ser que te alejaras mucho; algo que no siempre es posible) y también algo más de tele para aislar algunos detalles que nos fuimos encontrando; y es que un 14-42 mm, que en micro4/3 tiene un ángulo de visión equivalente a un 28-84 mm en formato Full Frame, se queda un poco corto tanto por arriba como por abajo. En cuanto a luminosidad vendría bien para desenfocar más los fondos, pero la verdad es que la cámara rinde muy bien en cuando a ruido con ISOs altos.

Pero bueno, como os decía, lo que quería durante este viaje era ir «ligero de equipaje» y no complicarme demasiado la vida con las fotografías; y he de decir que la E-PL1 ha cumplido estas premisas sobradamente.

Bueno, pues os estructuro las imágenes que he seleccionado (en total hicimos más de 350 fotos) en cuatro bloques principales para así diferenciar un poco cada zona visitada y añado también algunos comentarios rápidos y pies de foto. ¡Espero que os gusten!

Parque del Tibidabo

Nada más llegar a Barcelona y antes siquiera de pasar por nuestro alojamiento en el centro de la ciudad decidimos dar una vuelta por la parque del Tibidabo. Un lugar situado en las faldas de la sierra de la Collserola desde donde se puede contemplar una vista espectacular de la ciudad a nuestros pies.

Además del curioso mini-parque de atracciones allí situado, me impresionó el Templo Expiatorio del sagrado Corazón tanto por su emplazamiento como por la sobriedad de su arquitectura. El interior del mismo también es digno de ver por la proliferación de detalles y matices en su decoración.

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Parque de atracciones del Tibidabo

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Templo Expiatorio del Sagrado Corazón

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Altar del templo

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Vidriera en el interior del templo

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Un restaurante en la falda de la montaña

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Donde hay un mirador siempre te encuentras con gente disfrutando de las vistas

Centro de Barcelona

Lo que es la ciudad de Barcelona lo fuimos viendo «por episodios» y visitamos bastantes más sitios de los que os muestro en imágenes. Os pongo sólo cuatro fotografías porque, como os decía antes, no es el mejor entorno para un objetivo como el que monta la E-PL1 y además estaba todo tan lleno de gente que me agobiaba un poco sacar la cámara y ponerme a hacer fotos.

Por cierto, cuando llegamos al pie de la Sagrada Familia vinieron a mi memoria las palabras que empleó mi hermana para describirla cuando la vio por primera vez, ya que dijo «Es cómo… ¡oh dios mío!«. Parece una tontería, pero la verdad es que no se me ocurre mejor forma de describir la complejidad de esta construcción única en el mundo.

Por cierto, como en toda gran ciudad, la mejor y más rápida forma de moverse por ella es el metro.

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

La Sagrada Familia

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Casa Batlló

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Metro de Barcelona

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

El servicio municipal de préstamo de bicicletas (en este caso en la plaza de Cataluña)

Parque Güell

No podía faltar una visita al famoso parque Güell. Entre que la vista es magnífica, que la arquitectura de Gaudí me parece de lo más interesante y que muchas de sus obras han inspirado, entre otros, a Konami para realizar los escenarios del videojuego Devil May Cry la verdad es que nos apetecía mucho visitar sus instalaciones y disfrutar de las vistas de la ciudad que se pueden observar desde la parte más alta, ya que se encuentra situado en una colina prácticamente en las afueras de la ciudad condal.

El mirador (el punto más alto del parque) da un poco de miedo porque es una plataforma de piedra de apenas dos por dos metros sin barandilla de ningún tipo. El problema es que suele estar llena de gente, y como se te vaya un pie el costalazo puede ser de órdago.

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Junto al famoso dragón de la entrada principal

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Vistas de Barcelona desde la parte alta del parque

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

En el mirador

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Otra vista de Barcelona desde el mirador

Montjuic

La visita a Monjuic fue un extra inesperado de última hora. Ya camino de la autopista para volver a Oropesa le dije a mi novia: «¿Por qué no nos acercamos un momento a Montjuic? Creo que la vista es genial» y a continuación nos encaminamos hacia el anillo olímpico donde tuvieron lugar los JJOO de 1992.

La sorpresa al llegar (además de un atardecer espectacular) fue que pudimos entrar al propio estadio olímpico y contemplar con nuestros propios ojos la pista de atletismo que tantas veces habíamos visto por la tele aquel verano de hace 19 años.

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Torre de comunicaciones de Santiago Calatrava

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Puerta principal del estadio olímpico

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

En el interior del estadio

Viaje a Barcelona (Diciembre 2011)

Atardecer desde Montjuic

No sé no dónde ni cuándo será nuestro próximo viaje de vacaciones; pero espero disfrutarlo tanto como hemos disfrutado de nuestra estancia en Barcelona.

¡Nos leemos!  😉

En fotografía la luz lo es todo

Aunque la importancia de la luz en fotografía es un concepto al que me he referido unas cuantas veces en este blog, hoy me gustaría redactar un artículo más inspirador que teórico; ya que aunque la luz se puede medir de diversas maneras (longitud de onda, intensidad…) más allá de números y ecuaciones una acertada iluminación hará ganar muchos puntos a nuestras imágenes.

The time goes by

De hecho, si nos paramos a pensar en la esencia del arte de la fotografía, esta no es más que la posibilidad de captar la luz que refleja el motivo que tenemos delante de nosotros; por lo que entenderéis que si la luz que lo ilumina es la adecuada mejor será la que éste refleje y, por tanto, la que captará nuestra cámara.

«Buena luz»

Aunque el concepto de buena o mala luz sea incluso un poco filosófico podemos afirmar que, en lo que a fotografía ser refiere, una buena luz es aquella que por su dirección, su suavidad o su calidez realza los relieves y texturas de aquello que vamos a fotografiar al tiempo que suaviza los contrastes. Por eso se suele considerar que para fotografía de exteriores las mejores horas del día son los instantes posteriores al amanecer y anteriores al atardecer porque los rayos del sol llegan hasta nosotros de forma más difusa gracias a la atenuación de la atmósfera.

A brand new day

Para fotografía de interiores, retratos de estudio y demás de lo que se trata es de emplear flashes y balancear la iluminación desde diferentes frentes con ayuda de pantallas sincronizadas con los flashes y el empleo de reflectores; pero eso queda fuera de mis aspiraciones, ya que si me seguís de forma más o menos habitual ya sabréis que el tipo de fotografía que más me hace disfrutar es aquel que tiene como escenario campos, ciudades, naves industriales y, en general, espacios abiertos.

A primera hora

«Mala luz»

Por el contrario, siempre se ha considerado como mala la iluminación exterior en las horas centrales del día; ya que hace que las transiciones entre zonas iluminadas y en sombra sean muy fuertes, llegando a sobrepasar el rango dinámico del sensor de la cámara y, por tanto, dando lugar a zonas quemadas y empastadas en la imagen respectivamente.

Watchers

Pero más allá de la buena o la mala luz, al final todo es cuestión de experimentar y probar nuestras propias ideas. A veces a las doce de la mañana los rayos del sol caen tan perpendiculares sobre la calle que podemos descubrir interesantes formas en las cornisas de las ventanas o en otros elementos arquitectónicos que en cualquier otro momento del día jamás captarían nuestra atención.

Cuestión de luz

De todos modos, si queréis un consejo muy sencillo para acertar con el tema de la iluminación os diré que probéis a hacer vuestras fotos a primera hora de la mañana o última de la tarde dejando el sol a vuestra espalda (o como mucho a un lateral).

Si disparáis con el sol de frente a esas horas tenéis muchas posibilidades de obtener reflejos indeseados, flares, zonas sobreexpuestas y pérdidas de contraste locales o generales; pero dejándolo detrás tendréis el motivo de vuestra fotografía bañado con una suave luz que siempre resulta de lo más favorecedora (aunque vuestra propia sombra puede acabar siendo la protagonista de alguna que otra imagen).

Horizontes

En fotografía no existen los milagros

Y que nadie piense que una fotografía hecha con una iluminación horrorosa puede mejorar radicalmente a base de postproceso (Photoshop, Lightroom, GIMP o similares) porque si bien es cierto que podemos corregir algún defecto y jugar con las curvas de nivel haciendo uso de este tipo de programas, si no partimos de una buena base fotográfica no hay forma de obtener resultados decentes. Al fin y al cabo, si todo se corrigiera a base de software ¿dónde estaría el mérito del fotógrafo?

No quiero decir que haya que tener una iluminación perfecta para conseguir una buena fotografía; pero si algo he podido comprobar desde hace ya mucho tiempo es que una fotografía que de primeras nos parezca mala (o que técnicamente sea un completo desastre) no llegará a ser buena por muchas horas que nos pasemos manos al ratón.

Días floridos II

Y ya poco más me queda por deciros con respecto a este tema. Tan sólo, como de costumbre, que agarréis la cámara y os deis una vuelta con ella en busca de inspiración y buenas fotos.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Candente atardecer

Hay ocasiones en las que la simple visión de un paisaje te obliga a detener el coche en la siguiente salida de la autopista e invertir un par de minutos en inmortalizar los tonos de un atardecer absolutamente irrepetible.

The sky is in flames!

Una muestra más de que en fotografía, la luz y tener la cámara siempre a punto lo es todo.

Tres formas de ver un mismo atardecer

Ya os he hablado alguna vez del pequeño pueblecito de Torre la sal. Una localidad próxima a Oropesa del Mar que siempre representa un remanso de paz y en la que a veces ocurren cosas a las que no estoy acostumbrado.

De todos modos hoy no vengo a contaros ninguna historia ni a filosofar sobre las bondades de la vida en este tipo de lugares; sino que me gustaría simplemente mostraros tres fotografías del atardecer que capté hace unos días por las calles de esta pintoresca pedanía de Cabanes.

Espero que os gusten.

Atardecer en Torre la sal

Miles de reflejos

Contraluces