Recuerdos de Oropesa (XVIII)

El año que hoy cerramos ha sido el de mi regreso a Madrid. Atrás quedaron unos cuantos viajes de ida y vuelta entre Alcalá de Henares y Oropesa del mar que, si bien recuerdo con mucho cariño, también es cierto que podían llegar a ser agotadores en alguna ocasión.

Precisamente en uno de esos viajes, a pocos kilómetros de Castellón, el cielo pareció prenderse fuego mientras el sol se escondía tras las montañas y no tuve más remedio que parar en el primer pueblo que vi (La Vall D’Uixó, si mal no recuerdo) para sacar la cámara del maletero y hacer la foto que tenéis a continuación.

The sky is in flames!

Ya sabéis que las primeras y las últimas luces del día son mi debilidad a la hora de hacer fotografías de paisaje, de modo que no podía dejar escapar este atardecer tan espectacular en el que las montañas, el sol y las nubes se mezclaron en las proporciones exactas para dar lugar a una imagen deliciosa.

En cualquier caso, dado que hoy es Nochevieja me gustaría aprovechar la ocasión para desearos un próspero 2014 y deciros que tengáis siempre fe en que las cosas van a acabar saliendo como vosotros queráis. En mi caso particular, cuando me fui a Oropesa del mar lo hice con el firme convencimiento de que antes o después volvería a Madrid; y al final, después de más de dos años de duro trabajo allí, gracias a la experiencia acumulada y los buenos resultados cosechados he logrado mi propósito y ahora puedo decir que me siento muy feliz de haber regresado a mi tierra junto a mi gente y con un trabajo que me gusta, me motiva y me hace crecer cada día.

En el 2014 vendrán nuevos retos y experiencias; y de todo ello espero aprender y que me sirva para seguir avanzando a todos los niveles como he venido haciendo hasta ahora. Ya sabéis que mi filosofía es disfrutar de todos esos pequeños detalles que nos vamos encontrando por la vida y eso es algo que no pienso dejar de hacer ninguno de los 365 días que tenemos por delante.

Y ya sin más, os dejo con una fotografía que hice en Oropesa a principios de este año y que desde entonces he estado reservando para la ocasión; así que espero que os guste.

Luz

¡Feliz año nuevo!

Inicio de año rural y fotográfico

Hace muchísimo tiempo que no voy a una de esas fiestas de fin de año que se suelen organizar en la inmensa mayoría de discotecas y bares de copas que hay repartidos por todo el país. De hecho, siempre he pensado que es la peor noche del año para salir porque todo está lleno de gente y porque pagar 60 eurazos de entrada para luego tomarme apenas una Heineken y una Coca-cola no me sale muy a cuenta, la verdad.

Pues bien, hace apenas unos días mi hermano, mi hermana, su novio y yo nos pusimos a pensar en un «plan alternativo» para darle la bienvenida al año nuevo sin agobios y al final decidimos algo tan simple como pasar la noche en una casa que los padres de Joe tienen en un pueblecito de la comunidad de Madrid llamado Redueña.

Recicla y vencerás

Cartel navideño de 2008 reciclado ya un par de veces a base de cinta aislante

La cosa era muy sencilla: pasar la noche jugando al Wii Sports (la única razón para poseer una Wii; al menos para mi gusto), al Trivial Pursuit y de charla mientras tomábamos algo fresquito y nos quitábamos de aglomeraciones, ruidos y demás. Y eso hicimos hasta que a las cinco de la mañana decidimos irnos a dormir en vista de que el sueño empezaba a hacer acto de presencia entre nosotros.

Eso sí, ni mis hermanos ni Joe entiendieron el plan que tenía pensado para la primera hora del día siguiente: despertarme temprano y marcharme a hacer fotos por el pueblo retratando las primeras luces del 2010. Por lo tanto, y pese a las pocas horas de descanso, a las 9:30 me levanté de la cama, cogí mi cámara y me marché por las solitarias calles de Redueña en busca de lugares pintorescos que inmortalizar, dejando claro que en el año que acabamos de estrenar pienso seguir potenciando mi afición por la fotografía.

Cementerio de Redueña

El cementerio de Redueña

Por cierto, me hizo mucha gracia que caminando por la calle principal del pueblo me crucé con una persona mayor (realmente es la única que vi durante todo el largo paseo) que me debió confundir con un fotógrafo / periodista por la curiosa conversación que se inició con mi saludo:

– ¡Hola! ¡Buenos días y feliz año nuevo!

– ¡Joer! Qué mal empezar el año trabajando, ¿no?

– No no; es por afición. Me levanté pronto y como no tenía nada que hacer he salido a hacer unas fotografías por el pueblo.

– Ah bueno, entonces vale. ¡Abrígate bien, qué hace frío hombre!

En definitiva, la noche fue muy divertida; pero además disfuté un montón de mi «madrugón» y el paseo que me di en busca de las primeras fotos del año. ¡Os dejo con el resto de las imágenes!

Iglesia de Redueña

La entrada de la iglesia del pueblo

Banco ecológico

Un banco hecho a base de troncos

Señales

Carretera de entrada a Redueña

Gallos, gallinas, etc

Un corral con gallinas (muchos vecinos del pueblo tienen animales en sus fincas)

De farolas e iglesias

Una de las calles con la iglesia al fondo

Por culpa de la humedad (I)

Consecuencias de la humedad de estos días

Caminando, que es gerundio

Uno de los caminos que hay en los alrededores del pueblo

Gato tamaño XXL en Redueña

Un enorme gato que no parecía muy feliz ante mi presencia

Colores en el bosque

Aparatos de gimnasia en un parquecillo a las afueras del pueblo

Fronteras

El poste de una valla (así de simple)

Para despedirme me gustaría deciros que si estáis tan acostumbrados como yo al ruido y el ritmo de la ciudad, os recomiendo hacer alguna excursión a un lugar como éste y ya veréis que hasta las horas de sueño cunden mucho más gracias a la tranquilidad que se respira en cada uno de sus rincones (y eso sin contar con la experiencia de sustituir el despertador por el canto de un gallo).

Por cierto, si queréis ver las fotos de esta entrada en formato de pase de diapositivas a pantalla completa podéis hacerlo en este enlace.

¡Felices Fiestas!

Estimad@s lector@s:

Hoy me gustaría aprovechar para felicitaros estas fiestas que ya tenemos casi encima deseando que las paséis en buena compañía. Y lo voy a hacer mediante una fotografía que he hecho esta misma mañana jugando en casa con mi cámara y unas sencillas luces de Navidad.

Navidad en movimiento

Más allá del significado religioso o pagano que cada uno quiera darle a estas fechas, la verdad es que son una excusa inmejorable para salir un poco de la rutina y sentarnos un rato a charlar sobre el pasado, el presente y el futuro con gente a la que tal vez el resto del año no prestamos la atención que merece.

Hagáis lo que hagáis, no dejéis de intentar ser felices cada cinco minutos.

¡Felices Fiestas y ojalá que el 2010 sea un año lleno de alegrías!

Los restos de la batalla y el silencio del primer día del año

Los restos de la batalla

Esta fotografía la tomé en una calle de mi barrio el pasado 1 de Enero sobre las 10 de la mañana. Como podéis ver los restos del fin de año todavía estaban sobre las aceras y lo que más me llama la atención a esas horas es el absoluto silencio que reina en la ciudad.

Cualquier día, incluso un domingo cualquiera a primera hora, puedes bajar a la calle y escuchar muchas cosas: coches en la lejanía, una conversación entre dos personas, alguien llamando por teléfono, un perro ladrando en un balcón… pero en la mañana del 1 de Enero todo el mundo duerme y no hay ningún sonido que perturbe la paz del momento. Ya los U2 decían en su canción New year’s day «All is quiet on new year’s day», y es que todos los primeros de año por la mañana me gusta bajar a dar una vuelta pronto para experimentar esa extraña sensación de absoluta soledad que sólo se puede encontrar durante unas pocas horas al año.

Me encanta fijarme en las pequeñas cosas que se salen de lo habitual, y esta es una de ellas  😉