El proceso cruzado

Es bastante posible que alguna vez os hayáis encontrado con imágenes cuyo aspecto sea perfectamente real pero sus colores tengan un aspecto extraño. Puede que los negros tengan una componente azulada, que en los grises aparezca una dominante verdosa o que el cielo aparezca teñido de un rosa muy sutil. Pues bien, lo que estáis viendo es ni más ni menos que una fotografía a la que se le ha aplicado un proceso cruzado.

Momentos de reflexión

¿Qué es el proceso cruzado?

El proceso cruzado (cross processing en inglés o simplemente xpro) no es una técnica aparejada a la fotografía digital pese a que durante los últimos tiempos esté en boca de mucha gente, ya que en realidad sus orígenes se remontan al revelado de la película analógica, donde se empleaban unos reactivos determinados en función del tipo de carrete a positivar.

De hecho, se cree que el proceso cruzado se descubrió «por error» allá por los años 60 cuando algunos fotógrafos emplearon reactivos para película de diapositivas en carretes destinados a fotografías en papel y viceversa, obteniendo unos colores en cierto modo irreales y unos contrastes muy marcados que, en algunos casos, daban lugar a imágenes muy atractivas. El resultado variaba en función del reactivo empleado y la película a revelar, pero en general la imagen seguía siendo perfectamente válida después del proceso pese a haber utilizado un producto no adecuado para ello.

La plaza de Cervantes

El proceso cruzado se ha empleado desde entonces en multitud de imágenes; sobre todo en el mundo de la moda y la publicidad debido al alto contraste y la saturación de los colores que se obtiene. Incluso se han llegado a rodar películas empleando esta técnica para revelar los rollos, dando una idea de la expansión de esta técnica. Es decir, que a partir de un simple error se ha creado una tendencia fotográfica que, basada en él, intenta plasmar el mundo desde un particular punto de vista tonal.

El buen pastor

El proceso cruzado en la fotografía digital

Hoy en día es muy sencillo aplicar el proceso cruzado a nuestras imágenes digitales, ya que la gran mayoría de programas de edición gráfica incluyen estos efectos entre sus funciones. Photoshop, Lightroom, GIMP… Todos ellos disponen de filtros para dar a nuestras imágenes esa apariencia que os digo en la que los elementos que aparecen en ellas adquieren unas tonalidades muy diferentes a lo que estamos acostumbrados a captar a través de nuestros ojos.

S.P. Cabanillas - C.D.E. Caraquiz (23/10/2010)

El proceso cruzado se adapta bastante bien (al menos emulándolo digitalmente en Adobe Lightroom 3) a fotografías bastante luminosas, dando resultados algo pobres para mi gusto en fotografías subexpuestas. Puesto que la gracia del asunto es la variabilidad de los diferentes tonos presentes en la imagen, no conseguiremos gran cosa con una imagen con un claro predominio del negro.

En cualquier caso, como todo en fotografía la cuestión es probar y probar para darnos cuenta por nosotros mismos si la técnica se adapta a lo que queríamos expresar con nuestra imagen. Ya sabéis que en estos artículos acostumbro a presentaros las cosas de modo sencillo y luego sois vosotros los que tendéis que comprobar por vosotros mismos si os son de utilidad o no.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Dicen que vuelven los discos de vinilo… ¿Alguien se lo cree?

Ya he leído un par de veces por ahí que los discos de vinilo están volviendo a tomar fuerza después de haber sido devorados por el CD en las dos últimas décadas que las ventas aumentan y que muchos grupos están sacando sus álbumes también en este formato. Sin embargo, dudo que este inesperado resurgimiento vaya mucho más allá del simple coleccionismo, pues actualmente pienso que la música en formato digital es lo más cómodo, práctico y además no ocupa espacio físico.

Vamos a ver; lo que suelo hacer con los discos que me compro es llegar a casa, desprecintarlos, ripearlos en el ordenador y cargarlos en la biblioteca de iTunes. A continuación vuelvo a meter el CD en su funda y por lo general no vuelve a salir de ella más que para algún vistazo ocasional al libreto. Se podría decir, por tanto, que los discos prácticamente los tengo a modo de colección ocupando espacio en la estantería (espacio que, por cierto, cada día se me hace más escaso).

Vuelve el vinilo

El dueño de este disco tampoco supo verle ninguna ventaja práctica al vinilo

Bajo ese punto de vista yo también me estoy planteando hacerme con algún disco que me interese en formato vinilo, porque al fin y al cabo luce mucho más en casa que un frío CD con su funda cuadriculada. Todavía están en el salón los discos de los Beatles y otros grupos que mis padres escuchaban cuando era pequeño y la verdad es que sería un puntazo tener alguno de mis álbumes favoritos actuales en dicho formato. Se me pasa por la cabeza hacerme con el Rainbows de Radiohead por ejemplo, pues después de haberse erigido como punta de lanza en la música distribuida a través de internet sería una curiosa contradicción tenerlo en el formato menos transportable que existe.

Pero claro, como os digo, en ese caso ni siquiera me molestaría en desprecintar el vinilo. Me descargaría el disco directamente desde internet y así la venta del disco sería real (me habría dejado el dinero en la tienda) pero no lo escucharía jamás, por lo que la venta del vinilo sería ficticia. Y me juego el cuello a que gran parte de las ventas de vinilos actualmente siguen ese mismo esquema, porque no sé yo si en los tiempos que corren estamos por la labor de volver a unos discos enormes, frágiles, que van perdiendo calidad con el número de escuchas y que además precisan de un equipo de gran tamaño para ser reproducidos.